Gobernar en minoría Las últimas elecciones municipales en Vilassar de Mar no han sido más que una muestra de un fenómeno que se irá generalizando en todas las demás elecciones que se avecinan, la disgregación del voto y la aparición de un número amplio de formaciones y partidos políticos con representación institucional. La necesidad de encontrar nuevas soluciones y la falta de confianza en los partidos tradicionales ha configurado un panorama político más abierto y amplio. En estas condiciones, formar gobierno no es y no será una cuestión solo de siglas. Los partidos y otros agentes sociales deberán ser capaces de confeccionar planes (más que programas), que puedan ser compartidos de manera mayoritaria y que sirvan para generar valor en la sociedad, valor económico y valor social. Nosotros, en Ciutadans, creemos que esta manera de gobernar no tiene porque ser peor, al contrario, creemos que la mayor atención del gobierno a las distintas sensibilidades y los compromisos mutuos establecidos pueden generar soluciones menos ideológicas, más pragmáticas y más sociales, más permeables a la población diversa que ha generado esa pluralidad. Obviamente, la legitimidad de un gobierno en minoría es incuestionable. El gobierno municipal de Vilassar de Mar, por lo tanto, no es malo o bueno por el hecho de estar en minoría, sino por la manera de gobernar. Es verdad que los pactos que sustentan el gobierno en minoría son plurales sí, pero en Vilassar de Mar son especialmente heterogéneos. Una coalición de izquierdas ERCVdM diu sí, junto a la escisión de CiU, Gent per Vilassar, y con apoyo de Babord poco comprometido en la acción de gobierno, con la puerta medio abierta, que no se sabe si entra o sale. Complicado generar acciones de gobierno si no hay planes de futuro. Porque la verdad es que hasta ahora, de gobernar poco. No se proponen medidas activas que redunden en mejorar la vida de las familias, el tejido económico local o el funcionamiento de las entidades, por ejemplo. Mucha esteleda, mucho simbolismo identitario, mucho acuerdo para acordar que quieren que se acuerde la soberanía fiscal, en definitiva mucho humo, y poco gobierno que genere valor económico y social, poco gobierno que sea sensible a la diversidad de su población, poco gobierno para todos los ciudadanos de Vilassar de Mar, para dar solución a sus necesidades y problemas cotidianos. Decíamos que un gobierno en minoría debe de tener un plan de acción consensuado, debe ser menos ideológico y más plural, más pragmático, más permeable a la sociedad diversa que hace precisamente que sea minoritario. Desgraciadamente el gobierno local que preside el Sr. Alcalde Damià del Clot parece ser todo lo contrario, al menos hasta ahora. El tiempo dirá. Juan Díaz Delgado Ciutadans-Partido de la ciudadanía.