Sí, mucha persecución... yo no me fui presa, pero en forma

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En el año 1971 continuaron las detenciones de varios ligueros en
diversos departamentos del país, como el caso de los hermanos
Informe Final de la CVJ
“...Sí, mucha persecución... yo no me fui presa, pero en forma
verbal mucho sufrimos... yo era Pytyvo Hára, y mucho por el
colegio se iba, con policías, nos perseguía, nos retaba, nos
hacía tener miedo, y muchas cosas alcanzamos... entonces,
yo soy una luchadora de Pytyvo Hára, estábamos unos cuántos
en Tañarandy... pero como te digo no me fui preso, pero
verbalmente mucho sufrí, corrí, dormía en la chacra, nos
escondíamos en la chacra, nuestra biblia escondíamos debajo
de la tierra... justamente vino mi esposo a cultivar algodón,
escondimos en un pozito 60.000 guaraníes... y como te digo,
los niños tenían miedo, después los niños no querían ir más a
la escuela porque se iban a amenazarles, en camionadas
venían los policías y se iba acá y allá, y nos hacía tener mucho
miedo y teníamos que largarles a ellos y terminar, y después
nos íbamos a enseñar en particular nomás ya, y ahí era más
feo... y después nos esforzamos y dijimos para dejar porque
ya no podíamos más... como te digo nos perseguían mucho...Y
yo lo que me recuerdo, yo empecé en el 68, 70... eso lo que
me recuerdo bien... y cuando empezó la escuelita campesina
se fundó en la zona de Misiones, ahí estaba el Padre Barreto,
el Padre Escobar, muchos Padres nos ayudaban... ahí en
Tañarandy estaba un Oratorio, y se estaba una Escuelita
Campesina, y a muchos niños enseñamos en la Iglesia porque
no teníamos todavía, hasta ahora está todavía la Escuelita
Campesina... y ahora decimos entre todos que esto estaba
bien, es una reliquia y esto nosotros tenemos que cuidar, grande
es la casa, y ahí nosotros enseñamos…no teníamos sueldo,
nuestro sueldo más grande era la Gracia de Dios que nos daba,
otra cosa más yo digo que el sueldo era, vos te vas a ayudarme
en mi chacra, vos te vas a carpirme, vos te vas a limpiar mi
casa... porque yo me iba a enseñar en la escuela, de mañana
y tarde, y entonces una señora decía yo me voy a ir a la casa
de Doña Ceferina a lavar su ropa, yo me voy a ir a limpiar su
casa, así era el pago que nos daban, entonces nosotros nos
íbamos tranquilos a enseñar con todos sus hijos, nosotros no
teníamos sueldo, no nos dieron, sueldo seguramente nos fuimos
a estudiar un poco, porque nosotros nos capacitamos, no era
que de nosotros nomás, las hermanas nos capacitaban cómo
teníamos que hacer, porque no podíamos así de tontos irnos
a enseñar a los niños y sale tontos como nosotros, no era así,
nosotros nos capacitamos de vuelta...” Ceferina Coronel de
Pintos, Misiones, 1970, Testimonio CVJ.
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