DISCUSIÓN A pesar de los esfuerzos realizados por diversas Organizaciones e Instituciones, la tuberculosis sigue siendo una infección prevalente en el mundo, originando un problema de Salud Pública. De tal manera, que el reporte de la OMS del 2010 manifiesta que la tercera parte de la población del mundo está infectada con el bacilo de la tuberculosis. Aunada a esta situación se encuentra la capacidad de M. tuberculosis de desarrollar resistencia a los fármacos antituberculosos de primera línea provocando la existencia de cepas multirresistentes. Por ello es apremiante la necesidad de generar nuevos fármacos para combatir la tuberculosis. Los productos naturales representan una alternativa en la búsqueda de nuevos compuestos antimicobacterianos, ya que han sido la principal fuente de agentes medicinales durante siglos. Dentro de los productos naturales que han sido investigados se encuentran los propóleos, los cuales han demostrado que poseen diversas actividades biológicas como antibacteriales, antioxidantes, antivirales, fungicidas y antiinflamatorios (Valcic, 1999). En el Estado de Sonora se han realizado investigaciones en relación a las propiedades biológicas y a la caracterización química de los propóleos de diferentes zonas del Estado. Se ha evaluado la capacidad citotóxica de los propóleos Sonorenses, demostrando que poseen actividad antiproliferativa en líneas celulares cancerígenas (Hernández y col., 2007), y señalando que los propóleos de la zona de Ures poseen actividad antibacteriana contra Staphyloccocus aureus (Velázquez y col., 2007). En este estudio se evaluó la actividad antimicobacteriana de los propóleos Sonorenses de las zonas de Pueblo de Álamos, Ures y Caborca contra la cepa de M. tuberculosis H37Rv. Se observaron diferencias en cuanto a la actividad antimicobacteriana de los distintos propóleos, siendo 31 los propóleos de la zona de Caborca los que mostraron mayor actividad (MIC 250 μg/mL) seguidos por los propóleos de Pueblo de Álamos (MIC 1000 μg/mL), mientras que los propóleos de la zona de Ures no presentaron actividad frente a la micobacteria. Se ha sugerido que el comportamiento de los distintos propóleos es debido a la composición química que poseen, la cual depende de la vegetación y del clima de cada zona de recolección (Bancova, 2000). Dentro de los constituyentes más abundantes en los propóleos Sonorenses se encuentran la pinocembrina, el acetato de pinobanksina y la crisina (Hernández y cols, 2007). También existen constituyentes que solo se presentan en un tipo de propóleos, tal es el caso del éster fenetílico del ácido cafeico (CAPE) que sólo se encuentra en los propóleos de Ures, Así mismo rutina, naringenina y hesperetina fueron detectados sólo en los propóleos de Pueblo de Álamos. Exclusivo de los propóleos de Caborca se encuentra la demetoxisudachitina, mientras que el xantomicrol, se identificó en los propóleos de Pueblo de Álamos y Caborca. En base a que, demetoxisudachitina se identificó como componente exclusivo de los extractos de Caborca y que éste mostró una excelente actividad antimicobacteriana, se podría atribuir a este compuesto dicha propiedad. Es importante señalar que, en un estudio realizado por Nakawaga la demetoxisudachitina junto con sudachitina resultó responsable de la actividad antimicrobiana contra S. auresus (Nakawaga y col., 2006). Dado que existe una relación entre la presencia de xantomicrol en los propóleos de Pueblo de Álamos y Caborca y la actividad antimicobacteriana de éstos, podría señalarse a esta molécula como la responsable de tal actividad biológica. De acuerdo a Hernández y col. (2007), el xantomicrol posee una importante actividad antiproliferativa significativa sobre una variedad de líneas celulares cancerígenas. Así mismo, Jahaniani señala al xantomicrol como un potencial agente anticancerígeno y citotóxico (Jahaniani y col., 2005). 32 Existen pocos estudios que describen la actividad antimicobacteriana de los propóleos. De los primeros estudios realizados se encuentran los de Kivalkina y col. (1975), quienes evaluaron la actividad antimicobacteriana de los extractos acuosos de propóleos de Siberia. Esto, sin precisar las concentraciones de inhibición, señalando simplemente su acción antimicrobiana. Además se encuentran las investigaciones de Grange y Davey (1990), quienes analizaron los extractos etanólicos de propóleos del Este de Europa, los cuales inhibieron completamente el crecimiento de M. tuberculosis a una MIC de 200 μg/mL. Similarmente, nuestros resultados mostraron una actividad contra M. tuberculosis a una concentración de 250 μg/mL misma que inhibió el 100% del crecimiento de la bacteria. Otro estudio reportado y que muestra la actividad antimicobacteriana de los extractos etanólicos de propóleos Cubanos señala que, éstos tuvieron una actividad a muy elevadas concentraciones mismas que fluctuaron entre 2.0 a 5.0 mg/mL (Rojas Hernández y col., 1993). Desde nuestro punto de vista y de acuerdo a los criterios que establecimos para señalar a nuestros propóleos como activos o no, consideramos que estos propóleos son inactivos. En estudios realizados por Valcic y col. (1999), se encontró que los extractos de diclorometano de propóleos de Chile inhibieron totalmente el crecimiento de M. tuberculosis a una MIC de 300 μg/mL. De tal manera que, resultaría sumamente interesante obtener extractos con diclorometano a partir de los propóleos Sonorenses para poder evaluar su actividad antimicobacteriana. Por lo anterior, se establece que los propóleos Sonorenses de la zona de Caborca son una fuente potencial de compuestos con actividad frente a M. tuberculosis. 33