86 F ERNANDO A RIAS GARCÍA De hecho: No afecta142 • Errores De derecho: Presunción de mala fe143 La buena fe para los efectos posesorios, se valora en el preciso momento en que se empieza a poseer el bien, así la misma después desaparezca144 . 142 143 144 Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 16 de diciembre de 1959: “La posesión de buena fe encuentra por fundamento el error. Si el dueño ejerce en plano de libertad social su derecho sobre el objeto que le pertenece, no habrá cuestión sobre su estado posesorio: se contempla la paz jurídica en que el hecho económico es adecuada manifestación del dominio. Si quien ejecuta actos de dueño sabe muy bien que el objeto no le pertenece y sin embargo se da por tal, ningún error sufre su entendimiento; es apenas poseedor de mala fe. Mas si alguien tiene el convencimiento honesto e íntimo de ser dueño del objeto que disfruta, y en realidad pertenece a otro, está equivocado ciertamente, pero su posesión es de buena fe. Tuvo la conciencia de haber adquirido el dominio por medios legítimos, exentos de fraude y todo otro vicio. El derecho no está fundado en el error, pero sus normas no desconocen la falibilidad de la condición humana, ni olvida nunca proteger la honestidad en el vivir. Un justo yerro de hecho no se opone y antes bien explica la buena fe que el legislador presume para la progresiva cristalización de la cultura”. Corte Constitucional. Sentencia C-544 de 1 de diciembre de 1994. M.P. Jorge Arango Mejía: “¿En qué consiste la alegación de error de derecho? En general, en invocar la ignorancia de la ley como excusa para su incumplimiento. El error de derecho, en consecuencia, tiene una relación directa con una de las bases del orden jurídico, plasmado en el artículo 9º del Código Civil: «La ignorancia de las leyes no sirve de excusa». La vigencia del orden jurídico implica la exigencia de que nadie eluda el cumplimiento de la ley so pretexto de ignorarla (...). El error de derecho recae sobre la existencia, contenido y alcance de las normas jurídicas. La ley puede, en ciertos casos, darle relevancia jurídica. En todo caso, sin embargo, salvo que la ley disponga lo contrario, ésta se aplica con prescindencia del conocimiento que sobre la misma tengan sus destinatarios. En síntesis: alegar el error de derecho, equivale a invocar como excusa la ignorancia de la ley. Y en el caso concreto de la persuasión que prevé el artículo 768, aceptar que ella puede basarse en la afirmación de la ignorancia de la ley. … En lo relativo a la posesión, la ley consagra el principio general que consiste en no admitir, por razones de seguridad jurídica y en virtud de la coacción inherente a la norma jurídica, la invocación del error de derecho. Cuando no es posible alegar el error de derecho, no cabe invertir ni modificar las consecuencias jurídicas que se derivan de esa prohibición alegando la buena fe, pues se entiende que la persona tiene el deber y la carga inexcusables de conocer la ley”. Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 4 de agosto de 1977. M.P. José María Esguerra Samper.: “Ahora bien, si como consecuencia de un contrato de compraventa en que el comprador actuó de mala fe, éste obtuvo la posesión de la finca, es indudable que aquella mala fe se proyecta ineluctablemente sobre la posesión. Ese comprador no tiene, no puede tener, la creencia de que adquirió el inmueble por medios legítimos, exentos de fraude y de todo otro vicio. Su actuación en el contrato revela muy a las claras que carece de ese factor anímico y moral a que se refiere el artículo 768 del Código Civil y demuestra, por tanto, su mala fe ora como contratante, ya como poseedor. Su conducta el día que se otorgó la escritura, plenamente acreditada con las pruebas atrás relacionadas, demuestra su mala fe y al propio tiempo desvirtúa totalmente la presunción que establece el artículo 769 ibídem”.