Robo, pérdida y abandono de un automotor . por Luis Moisset de Espanés Cam. Criminal y Correccional Capital, sala 5a., 12 agosto 1980, "Gauna, Carlos D. y otro", J.A. 1980 - IV - 568, (caso 30.001). 1.- Es perdida para su dueño la cosa hurtada, que luego pasa a ser abandonada por el ladrón. 2.- Con arreglo al transparente texto del artículo 2532 Código civil, ni el conocimiento de la titularidad del dominio, ni la posibilidad de acceder a esa información, excluyen que una cosa perdida para su dueño pierda, por alguna de estas contingencias, su carácter de tal para quien la encuentra. Hechos: El automóvil había sido robado, y luego abandonado por el ladrón; los imputados se apoderaron de ese coche para dar un paseo. La Cámara consideró que no habían cometido el delito de hurto. Adujo el artículo 2532 del Código civil, pero silenció totalmente el artículo 2539 del mismo Código, que es el aplicable al caso. 2 Comentario I.- Pérdida de la posesión y abandono . mueble Deseamos primeramente destacar que el robo de una cosa -en este caso un automotor- no priva al dueño de su derecho de dominio, sino solamente de la posesión de la cosa. Pero, si localiza la cosa antes de transcurrido un año y logra recuperarla ejercitando las acciones posesorias, el ordenamiento jurídico considerará que su posesión no ha sufrido discontinuidad (artículo 2456, Código civil). Si Juan roba el automotor de Enrique, será solamente un poseedor vicioso de la máquina, y si posteriormente abandona la posesión del vehículo, sea porque se cansó de usarlo, sea porque teme que la policía lo encuentre con el bien ajeno, la posesión viciosa de Juan, el ladrón, se extingue por abandono, pero el automóvil continúa siendo de propiedad de Enrique, para quien -en sentido lato- el objeto se ha "perdido". Sin embargo esto no significa que haya "perdido la posesión", porque puede conservarla "sólo ánimo", mientras tenga la "esperanza probable de encontrarla" (primer párrafo, artículo 2450). II.- Cosas abandonadas. Es cierto que la posesión puede extinguirse por el "abandono voluntario de la cosa con intención de no poseerla en adelante" (artículo 2454), pero si ese abandono es efectuado por alguien que no es un mero poseedor, sino el propietario, traerá como consecuencia la extinción del derecho de dominio, pero ello exige una clara voluntad de abdicar al dominio (artículo 2515), y no podemos olvidar que la intención de renunciar no se presume "y la interpretación de los actos que induzca a probarla debe ser restrictiva" (artículo 874). La categoría de las "cosas abandonadas", que el Código civil regula con cierto detenimiento en los artículos 2525 y 3 siguientes, requiere ineludiblemente que el mencionado abandono haya sido efectuado por el dueño, exigencia que se reitera en el artículo 2526 y también en el artículo 2530, en el que se establece la presunción legal de que si la cosa es de algún valor, debe considerarse que no ha sido abandonada, sino que se ha perdido. Más aún, tratándose de cosas registrables, para que esa renuncia pudiese producir efectos a favor de terceros sería menester que obtuviese publicidad registral. En resumen, el automotor robado y luego abandonado por Juan, se convierte para su dueño en una cosa "perdida", cuya posesión conserva Enrique mientras tenga "esperanza probable" de recuperarlo. III.- Cosas perdidas y hurto. La solución dentro del Código civil es muy clara; el artículo 2539 considera que comete hurto "el que se apropiare de las cosas que hallare" y no dé noticia de ello a su dueño (artículo 2532), ya que no está obligado a tomarla (artículo 2531). En la nota al artículo 2539 recuerda que muchos autores consideran que no constituiría un robo el apropiarse de la "cosa perdida", porque faltaría el elemento material de la "substracción de la cosa ajena"; pero, con buen criterio, resuelve en contra de esa opinión que "restringe de manera arbitraria" el concepto de substracción de la cosa ajena. Compartimos plenamente la opinión de Vélez y pensamos que en nuestro sistema jurídico se refuerza esta posición porque el tipo del hurto, establecido en el artículo 162 del Código penal, no habla de "substraer", sino simplemente de "apoderarse ilegítimamente" de una cosa mueble total o parcialmente ajena. Pues bien, aunque se trate de un automotor "perdido", sin duda es una cosa ajena, y quien a sabiendas lo toma, aunque sea transitoriamente, sin intención de cumplir con los deberes de entregarlo al dueño que -incluso- conserva jurídicamente la posesión del vehículo, se está "apoderando ilegítimamente" de esa 4 cosa. IV.- El caso que comentamos. 1) El Tribunal acierta cuando afirma que el automotor robado, y luego abandonado por el ladrón, es para su dueño una cosa "perdida". 2) Yerra en cambio el tribunal cuando esgrime aisladamente el artículo 2532, del Código civil, sin vincularlo adecuadamente con el artículo 2539 del mismo cuerpo legal. 3) El dueño de un automotor perdido conserva su "posesión", mientras tenga esperanza probable de recuperarlo. 4) Quien se "apodera ilegítimamente" de una cosa perdida, sin restituirla ni dar aviso a su dueño, comete "hurto", tanto para el derecho civil (artículo 2539, Código civil), como para el derecho penal (artículo 162, Código penal).