DE LOS SACROS MONTES A LOS SANTOS DESIERTOS Luciano Patetta Politécnico di Milano. Italia La Contrarreforma, además de la renovación litúrgica y funcional de muchas tipologías, y la institución de nuevas estructuras edilicias como las parroquias, los oratorios y los seminarios, también promovió entre los Siglos XVI y XVII la fundación y el desarrollo de los Eremitorios y los Itinerarios rituales. No obstante la novedad mayor de los años de la Contrarreforma fuesen las Ordenes nuevas, Jesuitas y Barnabitas, que entendían actuar in mundo (efectivamente colocaban sus sedes en el centro de la ciudad), la Iglesia no podía contrastar la elección de renuncia y separación eremítica de Ordenes como los Camaldulenses, que se ponían extra mundum. Además de los programas de mejoramiento de la instrucción de los religiosos y de la vida pastoral, y de la moralización del clero, la Iglesia de la Contrarreforma entendía innovar las tradicionales formas de implicancia popular de los fieles, o sea las peregrinaciones a los Santuarios y los Itinerarios de devoción. A la innovación de estas dos últimas expresiones de la religiosidad popular dieron las formas, y establecieron su simbología, las culturas del Manierismo y del Barroco 1 Figura 1: El Sacro Monte de Varese (Italia) Los Sacros Montes Era necesario renovar, facilitando su accesibilidad a la gran masa de los fieles, la tradición medieval de las peregrinaciones (primeramente las que PATETTA Luciano. “I Santuari mariani nel Rinascimiento: simboli e tipologia”, en SECCHI ROTONDI Maria Luisa (coord.) “Il Sacro nel Rinascimento”, Florencia, Cesati 2001. 1 1121 se dirigían a Tierra Santa y a Santiago de Compostela) basadas en un largo camino, considerado como un recorrido de purificación y preparación del alma para el encuentro final con Dios. El recorrido penitencial y de ascesis espiritual ahora se podía reducir al extremo de la alegoría en el Vía Crucis, y sintéticamente en los Cruzeiros portugueses y en los Calvaires franceses. Los Vía Crucis eran un conjunto de 14 cruces que testimoniaban los episodios de la Pasión de Cristo, vale decir, cada una representaba un episodio de la “Vía Dolorosa”; ocupaban las naves de una iglesia y eran las paradas de oración de los fieles guiados por el sacerdote. El Vía Crucis, con esculturas o altorrelieves, se remonta al final de la Edad Media como memoria de los Santos Lugares descritos por los peregrinos en Palestina; comenzaba a establecerse al inicio del Siglo XV, pero se difundió después de la Contrarreforma como ceremonia de la Semana Santa. En Italia el franciscano S. Leonardo da Porto Maurizio levantó 572 Vía Crucis al inicio del Siglo XVIII. (Incluso uno dentro del Coliseo de Roma, casi inmediatamente quitado) 2. (Importante ejemplo de expresión barroca era el Vía Crucis en el Santuario de Cerveno en Valcamonica. Las estatuas de madera y yeso de tamaño natural eran obra de Beniamino Simoni da Saviore (1752 – 1761) Una relación con el territorio, en cambio, tenían los Cruzeiros y los Calvaires, ambos elementos típicos de la mística del dolor según la religiosidad del tiempo. Característicos del norte del Portugal, los Cruzeiros eran esculturas de piedra que representaban a Cristo en la Cruz, solo o con María y San Juan, casi todos encerrados en pequeños recintos. Estaban colocados a lo largo de un recorrido sur – norte, tal vez porque frecuentado por fieles que se dirigían a Santiago de Compostela. La secuencia estaba compuesta por los Cruzeiros de Armadelo, S. Miguel da Pena, Foz, Vilarinho y Boavista. El entero recorrido, aproximadamente 35 kilómetros, se podía destinar para un breve peregrinaje de veneración. Algunos calvarios (esculpidos en madera pintada) se producían, en Trentino, pero no es fácil saber si entre los Siglos XVI y XVII estuviesen relacionados entre ellos en un recorrido de veneración. Mucho más importantes eran los Calvaires de la Bretaña. Habían sido realizados en recintos colocados en la campiña, dentro de los cuales se destacaba un altar con un grupo de esculturas de piedras que representaban a la Crucifixión de Cristo, pobladas por muchos personajes, apóstoles y santos. Hasta hoy se conservan y admiran el de Pleyben, fundado en 1555 pero acabado con todas las esculturas en 1650: es el más majestuoso, con las esculturas sobre una maciza base, como un arco de triunfo; el Gran Calvaire de Guimaliau, construido a partir del año 1581 y acabado en 1588; y el de Plougastel – Daoulas, el más importante y de mayor calidad artística, con la escena de la BRANDYS Massimiliano. “Via Crucis”, en “Enciclopedia Cattolica”. Roma. Ciudad del Vaticano XII páginas 1348 – 1351. Las reglas de la Santa Congregación para el levantamiento de los Vía Crucis fueron establecidas en el año 1731 como Monita ad recte ordinandum devotum exercitium Viae Crucis. La realización de mayor calidad artística está representada por el Vía Crucis pintado por Gian Domenico Tiépolo en la iglesia de S. Polo en Venecia. 2 1122 Pasión compuesta por 150 personajes esculpidos en tamaño natural 3. En piedra rústica de Kersanton, los Calvarios bretones eran obras de artesanos locales, seguramente provinciales e intérpretes del mundo popular. (Pero no es fácil saber cuántos estuviesen relacionados entre ellos en un recorrido de veneración). Catorces son los Sacros Montes construidos en Italia, en las regiones del Piamonte y de la Lombardía, casi como una barrera ideal (o sea, instrumentos “de propaganda fide”) en los Prealpes contra la amenaza de la Reforma de Lutero y Calvino, que había llegado hasta Suiza, en Ginebra, Lucerna y Zurich. La edificación de los Sacros Montes inicialmente fue querida por San Carlo Borromeo, con la fundación del Sacro Monte de Varallo, proyectado por Galeazzo Alessi en los años 1565 – 1569 (si bien fue desarrollado sucesivamente sin respetar su diseño), después por el Cardenal Federico Borromeo en los primeros decenios del Siglo XVII, con el Sacro Monte sobre la ciudad de Varese (construido según el proyecto del arquitecto Giuseppe Bernasconi pero con la supervisión del prelado, incluso en los paramentos y en la decoración de los pintores Nuvolone y Morazzone). Ideado en 1604 por el capuchino Giovan Battista Aguggiani como “Vía Sacra”, el “Sacro Monte de Varese”, acabado en 1680, tenía un recorrido en subida de dos kilómetros. El peregrino desgranaba el “Ave María” del Rosario y se detenía ante cada capilla, casi todas de planta central y pertenecientes a la más culta y actualizada arquitectura barroca, si bien construidas de propósito en economía y con materiales de acabado modestos 4. Los Sacros Montes reproducían los lugares de la Pasión de Cristo, y especialmente el Gólgota, por tanto eran una metáfora del centro del mundo, porque el Gólgota representaba esto para la cristiandad, y el axis mundi era el árbol del Paraíso, colocado justamente en el centro de esta composición territorial 5. Los Sacros Montes aspiraban a reproducir la ascensión al Calvario en su totalidad, a que los fieles la recorriesen realmente, en un largo recorrido de lenta subida hacia la cumbre, donde idealmente acababa la ascensión espiritual según la tradición bíblica (es suficiente pensar en la escala de Jacob con los ángeles que suben y bajan). A los Sacros Montes se ingresaba por una puerta como lo había hecho Cristo entrando a Jerusalén. Pero aquí la puerta llegaba a ser la metáfora del ingreso en la salvación, según sus mismas palabras (“Yo soy la puerta; el que por mí entrare será salvo” 6. Tres son las puertas que encontraban los fieles, por ejemplo, en el Sacro Monte de Varese, que conmemoran las tres veces que SEBILLOT P. “L’imagerie en haute et basse Bretagne”. París 1988; FREAL J. “Calvaires et enclos paroissiaux de Bretagne”. Garnier. París 1981. 4 ZANZI L. “Il Sacro Monte sopra Varese”, Varese, Pietro Malnati, 1978; ZANZI L. “Fonti nuove per la storia della politica monumentale di Federico Borromeo al Sacro Monte sopra Varese”. Famiglia Bosina 1980, páginas 148 – 153; AMMINISTRAZIONE PROVINCIALE DI VERCELLI. “Sacri Monti. Note architettonico urbanistiche. Varallo. Abril 1980. GRASSI Liliana. “Province del Barocco e del Rococó. Lessico degli Architetti in Lombardia”. Milano. Ceschina 1966 páginas 46 – 55; LANGE’. Santino. Sacri Monti Piemontesi e Lombardi. Milano 1967. 5 ELIADE M. “Trattato di storia delle religioni”. Turín. Boringhieri 1976, páginas 467 y 386. 6 SAN JUAN, “Evangelio”, 10.9. 3 1123 Cristo debió atravesar las murallas de Jerusalén durante los días de la Pasión. Los Sacros Montes también eran un recinto, pero sin un verdadero muro de cierre, porque el recorrido ritual entre las capillas, el camino, era el único y sin salida. La montaña que representaba concretamente el Gólgota también era una metáfora de la montaña del Paraíso Terrestre 7. Relacionada a la liturgia del tiempo era la división de las series de capillas dedicadas al Rosario y las que marcan el final de los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos 8. Son evidentes y verificables muchas directas relaciones con la cultura artística entre los Siglos XVI y XVII: el laberinto, inquietante y en el fondo dramático, que en los pavimentos de las catedrales había representado bien – en sentido cristiano en vez del original clásico y pagano - un recorrido de expiación; y después el jardín del Manierismo con sus sorpresas, sus pabellones (es suficiente recordar el Bosque Sagrado de Bomarzo) y sus límites exactos con respeto al paisaje natural; la teatralidad del Barroco con los efectos escénicos sabiamente distribuidos a lo largo del recorrido, el movimiento, las vistas múltiples de las pequeñas arquitecturas representadas por las capillas, la aptitud de marcar el territorio con intervenciones artísticas, de formalizar arquitectónicamente el paisaje. Por último, pertenecía al Barroco la capacidad de hacer participar a la naturaleza y la elección de adoptar una simbología clara y popular, reconocible inequívocamente por todos los fieles, incluso por los más simples, y finalizada a conmover y estimular con ejemplos de edificación moral. Barroco también era el realismo. Con realismo extremista hasta representar en las estatuas la sangre, las lágrimas, los cabellos y los vestidos de color, grupos de estatuas en las capillas reproducían todas las fases de la vida de Cristo: la Anunciación a María, el Nacimiento en Belén, los años del Bautismo y la predicación, el proceso frente a Pilato, la subida dolorosa al Calvario, la Crucifixión, la Ascensión al Cielo. Asimismo era típico de la cultura barroca describir, representar el espacio real, invitar a un auténtico y verdadero movimiento, suscitar sensaciones de identificación y, también por algunos excesos de fervor religioso, de imitación. ONETO Gilberto. “L’immagine del Paradiso Terrestre”. Villegiardini, n. 131. febrero 1979. páginas 45 – 48. Los Sacros Montes están ubicados en Varallo, Orta, Ghiffa, Arona, Varese, Graglia, Crea y Ossuccio. Este último, menos conocido, tiene en las 14 capillas figuras de tamaño natural (1635 – 1710) obra de estuquistas de la Scuola Intelvese. 8 ONETO Gilberto. “Il Monte Sacro. Note sugli aspetti simbolici dei Sacri Monti” en “La cittá rituale”, “La città e lo Stato di Milano nell’etá dei Borromeo”. Milán. Franco Angeli 1982, páginas 189 – 211. 7 1124 Figura 2: Eremitorio de Camaldoli (Italia), con la “Escala del Paraíso” (Camaldoli, Biblioteca del Monasterio de Fontebuona, grabado del siglo XVII). Los Eremitorios de los Camaldulenses Después de la reforma de la Orden, en el Siglo XVI 9 y el nacimiento de la Congregación Coronesa 10, no sólo fue renovada la antigua sede de Camaldoli, sino también se fundó el nuevo eremitorio de Monte Corona. Veinticuatro fueron las sedes coronesas edificadas en Italia, seis en Polonia y tres en Austria, las construcciones prosiguieron hasta el final del Siglo XVII 11. Los eremitorios estaban encerrados en un recinto, dentro del cual había una iglesia, servicios, una hospedería y una serie de casas pequeñas separadas, a las que se llegaba mediante callejuelas, casi siempre en subida a lo largo de la pendiente de una colina. Era clara la metáfora de la ciudadela, casi de un campamento militar defendido del mundo externo. Las normas fijadas por las Congregaciones eran claras y establecían “que el Eremitorio permaneciese posiblemente lejos y protegido de los alborotos del mundo”, que aquellos que escogían la fuga del mundo permanecieran en soledad encerrados en sus celdas hasta la muerte”, “que las celdas estuviesen separadas entre ellas”, “y que una corona de abetes, con un moro conveniente, rodease el eremitorio... y de la misma manera las huertas de las celdas estuviesen rodeadas por muros” 12. Simbólica también era la localización en “selvas densas”, escogidas en lugares de montaña. (Era evidente que las pequeñas casas con huertas que el ermitaño cultivaba para sobrevivir derivaban de aquellas características de las Cartujas). PATETTA Luciano. “La tipologia dei Santi Deserti” en PATETTA Luciano. “Storia e tipologia. Cinque saggi sopra l’architettura del passato”. Milán. Cittá Studi 1989, página 205. 10 PATETTA Luciano “Eremi e Santi Deserti: novità tipologiche nel XVI – XVIII secolo” en “Metodologia della ricerca. Orientamenti attuali”. Congreso en honor a Eugenio Battisti en “Arte Lombarda” 2 – 4. 1993 I° páginas 206 – 210. 11 PATETTA Luciano “Eremi e Santi Deserti” ..., obra menc. página 207. 12 MITTARELLI G.B. – COSTADONI A. “Annales Camaldulenses Ordinis Sancti Benedicti”, Venecia 1755 – 1773 vol. III, página 543: “Regla della vita” 1575 cap. 2° y 4°. 9 1125 Los Santos Desiertos de los Carmelitanos Es posible considerar que fuesen una especie de síntesis de algunos caracteres y de las estructuras de los Sacros Montes y de los Eremitorios, como si hubiesen podido valerse de los modelos precedentes para afirmar una tipología más completa y aún más rica en simbologías y metáforas. Los Santos Desiertos eran complejos monásticos nacidos en España al final del Siglo XVI, fruto de aquel ferviente misticismo de la Contrarreforma que caracterizó el periodo de Felipe II. También los Carmelitanos, que para la regla primitiva (1210) contemplaban el aislamiento ermitaño (el Carmelo, comenzando por el de Tierra Santa, era destinado para quienes “qui contemplationi totam vitam deputant”, estableciendo que “singuli singulas habeant cellulas separatas”) se habían transformado, con el transcurso de los siglos, en orden mendicante, y alejándose de las normas se habían transferido a las ciudades y frecuentaban escuelas y universidades. Como reacción, en la segunda mitad del Siglo XVI, Santa Teresa de Ávila (asistida por San Juan de la Cruz) introdujo la reforma de la Orden, promoviendo el retorno a la austeridad y el retiro en sedes eremíticas. Santa Teresa misma fundó en 1562, en las afuera de Ávila, el primer convento de los Carmelitanos Descalzos, como un verdadero “locus conclusus” 13. En las Constitutiones de 1567 aparecía una referencia explícita a la “modestia en la construcción” por adoptar en las nuevas sedes. (Es importante subrayar como el espíritu del Concilio de Trento caracterizase también aquí, como en la Diócesis italiana de San Carlos Borromeo, un claro rechazo a los excesos de la cultura del Manierismo). Fue el carmelitano español padre Tomás de Jesús (su nombre secular era Díaz Sánchez Dávila, 1564 – 1627) quien afrontó el problema tipológico e ideó los Santos Desiertos, fundando directamente tres en España, en Balarque, en El Burgo y en Las Batuecas (1592 – 1599). Desde España el tipo se difundió en todo el mundo, alcanzando hasta el comienzo del Siglo XVIII veintitrés unidades: 11 en España, 1 en Portugal, 4 en Italia, 2 en Francia, 2 en Bélgica, 1 en Austria, 1 en Polonia y 1 en México 14. ZIMMERMAN B. “Les saints déserts des Carmes déchaussés”. París 1927 páginas 30 y sucesivas; “Constitutiones Fratum Discalceatorum S. Eliae Ordinis: Virginis Mariae de Monte Carmelo”. Amberes 1632. 14 FELIPE DE LA VIRGEN DEL CARMEN “La Soledad Fecunda. Santos desiertos descalzos”. Tercera parte. Apéndice I página 381. 13 1126 Figura 3: Desierto de San José de Las Batuecas (Salamanca-España). “Plano del Santo Desierto”, Siglo XVII (de B. Zimmermann, 1927). En la planimetría aparecen indicados con un pequeño cuadrado con cruz los eremitorios esparcidos en el jardín. El Santo Desierto era un inmenso cuadrilátero en cuyo centro había una iglesia, colocado en el medio de un vasto terreno cercado, posiblemente en colina, en el cual se levantaban aislados algunos eremitorios, para quienes escogían el retiro absoluto. El lugar tenía que ser rico en agua, fértil para permitir la cultivación y rico en bellezas naturales, porque los Carmelitanos Descalzos habían elegido practicar la oración “en presencia de la belleza de la armonía del Universo” (“Locus amenior et orationi aptior fiat 15). Las metáforas se usaban incluso en los Santos Desiertos: por ejemplo, en el monasterio italiano de Montevirginio, el monte era llamado “Calvario” y en el de Massa Lubrense era llamada “el Paraíso” 16. El complejo principal se caracterizaba por un pasillo perimetral que distribuía, alrededor de un patio, las celdas colocadas en tres lados (el refectorio, la cocina, el capítulo, etc., ocupaban el cuarto lado). A menudo la iglesia, en vez de estar en el centro estaba construida en el medio de uno de los lados del patio. Cuando la iglesia estaba en el baricentro, en el medio del patio, estaba relacionada directamente con cada uno de los lados perimetrales del edificio. De acuerdo con lo que testimonian algunas planimetrías y algunas EULOGIO DE LA VIRGEN DEL CARMEN “Los Santos Desiertos carmelitanos en España” en “España eremítica”. Pamplona 1970. página 608. El texto contiene en la página 612 muchos artículos acerca de las “Costumbres santas de los Desiertos de Religiosos Descalzos de Nuestra Señora del Carmen”. 1628; PATETTA Luciano. “La tipologia dei Santi Deserti”, obra citada páginas 205 – 206. 16 DI MARIA Antonio Padre Carmelitano. “L’eremo del Monte Calvario a S. Agata dei due Golfi” en “Il Carmelo di Napoli”. Nápoles 1963 página 99. 15 1127 vistas en perspectivas (casi todos grabados del Siglo XVIII 17) alrededor del cuerpo principal del Santo Desierto, esparcidos en el bosque, se levantaban los eremitorios, a los cuales se llegaba mediante callejuelas sinuosas, que representaban una proyección a nivel territorial y paisajístico comparable a la ya descrita en los Sacros Montes. Por otro lado, casi todas las sedes fueron completadas en los decenios del Siglo XVII barroco. Los Santos Desiertos eran muy pequeños, porque acogían de 15 a 20 religiosos 18. La uniformidad tipológica encuentra su explicación en las Constitutiones (1597, 1605, 1614) en las cuales los capítulos De Fundatione ac diversitate conventuum et numero Fratrum, De Eremi Monasteriis ac eorum fine, De Eremitis et eorum cellis 19 contenían las prescripciones para la edificación extremamente rígidas. Los Carmelitanos Descalzos habían establecido incluso una unidad de medida para “regular” sus edificios (la mensura palmi pro nostris Fabricis) equivalente a 25 centímetros aproximadamente. En las primeras Constitutiones, tras haber recordado las características necesarias de los lugares en que se construiría (lejanos pero con vegetación y agua), también se indicaban meticulosamente todas las medidas y las proporciones de la iglesia, la sacristía, el oratorio, el refectorio y las celdas, que no debían superar los 13 palmos (equivalentes a 3,25 metros), sucesivamente reducidos a 12 palmos (equivalentes a 3 metros). Muchas prescripciones se referían a la simplicidad de la construcción, la tipología de la iglesia (sin cúpula y a menudo dividida en dos partes por un “diafragma”), del claustro y de los servicios 20. Es probable que el prototipo de los Santos Desiertos fuese el de Nuestra Señora del Carmen en Balarque (Guadalajara) comenzado en 1592 según el diseño de padre Alonso, un carmelitano “entendedor en fabricas” 21, y acabado en tres años, bajo el patrocinio del rey Felipe II. Sabemos que estaban presentes los eremitorios aislados en el característico bosque, pero nada más, porque el complejo originario fue destruido por un incendio en 1619 y reconstruido. De todos modos, correspondía perfectamente al “tipo” el Santo Desierto de S. José del Monte de Las Batuecas en Salamanca, el más famoso de toda la Orden, fundado en 1598 y siempre recordado en los documentos carmelitanos como “conforme a su plan de la Regla” 22. Aquí las celdas estaban 17 Es suficiente observar los grabados conservados en el Archivo del Desierto de Varazze y en el Archivo General de la Orden de los Carmelitanos Descalzos en Roma. 18 ZIMMERMAN B. “Les saints déserts ...” VI p. 61 – 70. 19 PATETTA Luciano “La tipologia dei Santi Deserti”. ... obra citada P. 206. 20 FORTES Antonio “Ordinis C.D. Acta Definitorii Generalis O.C.D. Congregationis S. Eliae (1605 – 1658). Roma 1985 páginas 674 – 675: “Dantur normae pro constructionem domorum religiosarum et eccesiarum Congregationis Textus invenitur in Actis Def. Gen. vol. I, páginas 28 v – 29 r. Die vero 1 mai 1614”; Constitutiones Fratrum Discalceatorum Ordinis B. Virginis de Monte Carmelo. Roma 1940. 21 Noticias fundamentales con respecto al Desierto de Balarque “para Castilla la Nueva” en DE JESÚS MARIA Diego Padre O.C.D. “Desierto de Balarque, yermo de Carmelitas Descalzos y descripción de los demás desiertos de la Reforma”. Madrid 1651; “Reforma de los Descalzos de Nuestra Señora del Carmen”. Madrid 1655 . t. II 1 VIII, páginas 60 – 61 (que contienen incluso noticias de los otros Desiertos de España). 22 FELIPE DE LA VIRGEN DEL CARMEN “La soledad fecunda” obra citada II páginas 101 – 110; EULOGIO DE LA VIRGEN DEL CARMEN “Los Santos Desiertos” obra citada Página 60; 1128 dispuestas en tres lados, mientras en el cuarto estaban reunidos todos los servicios; las huertas y los jardines estaban bien separados entre ellos y del bosque. Los eremitorios esparcidos en el vasto territorio cercado eran diez y seis. Se dice que fue padre Tomás de Jesús personalmente a fundarlo, el inventor mismo de estos monasterios, impresionado por la belleza del ambiente natural, lleno de árboles y atravesado por un torrente. (Nos llega un precioso dibujo, el “Plano del Santo Desierto de San José” esquemático pero con agotadora descripción o inscripción enumerada) 23. El ambiente ideal y lo completo de la estructura han transformado el Santo Desierto de San José en el modelo para la Orden, correspondiente totalmente a los ideales sugeridos e indicados claramente por las Constitutiones. Figura 4: Santo Desierto de San Juan en Varazze (Italia), planimetría del estado actual: en claro las partes sucesivas con respecto al proyecto originario (diseño de Niccolò Patetta) A pesar del nombre “desiertos”, estos asentamientos eremíticos, tal vez, buscaban una relación con el Paraíso Terrestre o, sea como sea, con la MATIAS DEL NIÑO JESÚS O.C.D. “Batuecas y sus venerables ermitaños”. Batuecas – Salamanca 1981. 23 SILVERIO DE SANTA TERESA O. C. D. “Por las Hurdes y Las Batuecas”. Burgos 1922 páginas 32 – 33; FELIPE DE LA VIRGEN DEL CARMEN “La soledad fecunda” obra citada; la planimetría aparece publicada incluso en el “Boletín Oficial de la Provincia. Suplemento Gráfico Dedicado al Santo Desierto”. Salamanca sin fecha. 1129 riqueza y la belleza de mundo creado por Dios, no con sus asperezas, como, en cambio, buscaban los primeros ermitaños en el Sinaí. En España, además, se recuerdan a los Desiertos de Nuestra Señora de las Nieves en El Burgo (Málaga) realizado al inicio del año 1599, y comenzando a funcionar totalmente a partir de 1604, el de San Juan Bautista en Trasierra (Córdoba), el de San Hilarión en El Cardo (Tarragona) comenzado en 1610, que alcanzó mayores dimensiones acogiendo hasta 30 religiosos, Santa María del Corpus Christi en Alcalá de Henares (Madrid) fundado en 1599, la Transverberación de Santa Teresa en Las Palmas (Castellón) de 1694, San José en Arcos de la Frontera (Cádiz) de 1697 aproximadamente, San José en Medina Sidonia (Cádiz) de 1713, y el Desierto de San José de la Isla (Bilbao) fundado en 1719 según el diseño del carmelitano Marcos de Santa Teresa, y más suntuoso, según los gustos del barroco tardío, como también San Joaquín del Cambrón en Cuenca, comenzado en 1732 24 . Los cuatro Desiertos construidos en Italia, en Varazze, en Cuasso al Monte, en Montevirginio y en Massa Lubrense, fueron deudores con respecto a las primeras realizaciones españolas, como también las Constitutiones de España representaron la base para las efectuadas por la Congregación italiana (o de S. Elía, 1600 – 1616). Figura 5: Santo Desierto de Montevirginio (Italia), vista en perspectiva (Roma, Archivo de los Carmelitas Descalzos, grabado del siglo XVIII). En la vista se notan el edificio central y los eremitorios esparcidos en el jardín. 24 FELIPE DE LA VIRGEN DEL CARMEN “La soledad fecunda” obra citada página 303 con ilustraciones, vistas y planos del complejo de San José de la Isla; JUAN DE LA INMACULADA O. C. D. “El Desierto de la Provincia de San Joaquín”. Vitoria 1950; PLACIDO M. A. DEL PILAR O. C. D. “El Desierto de Las Palmas” Valencia 1934. 1130 El Desierto de Varazze, dedicado a S. Juan Bautista, fue fundado en 1616 y edificado en el centro de un valle, en una colina entre dos torrentes, no lejos del mar Lígure. Fue su promotor y benefactor el noble milanés Giorgio Stampa, hijo del marqués Massimiliano di Soncino, que adhirió a la orden de los carmelitanos y más tarde llego a ser prior de un monasterio; esto confirma que también en Italia la Orden de los Carmelitanos Descalzos, con la regla de la clausura, gozaba de los favores de la más importante aristocracia. El primitivo proyecto representaba una completa adhesión a los cánones tipológicos: conocemos la planimetría conservada junto con la “Breve narratione de los Orígenes y Principio que dieron de la fondatione ... en el año 1615 o 1616” 25. De este modo también conocemos las medidas de las celdas que “ sono ognuna de palmi 12 in quadro e ognuna di loro ano il suo giardinetto longo palmi 34, largo palmi 12; y aún más “giardino comune di palmi 34 e palmi 58”. Acabado probablemente en 1630, conocemos el Desierto de Varazze gracias a una vista en perspectiva que se remonta a 1654 con los nombre de los eremitorios dedicados a los santos 26 . Sabemos también que había un molino y que el terreno, permitía el aislamiento en la naturaleza, era vasto más de media hectárea y cercado por un muro todavía existente cuya longitud es de 3448 metros 27. Figura 6: Santo Desierto de Santa Elía en Czerna (Polonia). Roma, Archivo de los Carmelitanos Descalzos, grabado del siglo XVIII 25 ALESSANDRO DI SANTA TERESINA O. C. D. y STEFANO DI GESU T.C.T. “Il Santo Deserto sopra Varazze dei Padri Carmelitani Scalzi della Provincia di Genova”. Génova 1957; los documentos están conservados en el Archivo General de la Orden de los Carmelitanos Descalzos. Roma Carpeta 86 b. y d. 26 Archivo General de la Orden de los Carmelitanos Descalzos. Roma, Carpeta 7 m. bis (planimetría); ALBERTO Padre O.C.S. “Medaglioni Carmelitani del Santo Deserto di Varazze”. Savona 1928 (vista en perspectiva); ZIMMERMAN B. obra citada Tablas XIII y XIV. 27 RUGGERI C. y LEONI L. Padres O.C.D. “Relazione Storica”. Varazze. Génova. 1985 (junto a su levantamiento topográfico). 1131 Incluso la edificación del Desierto de San Ángel de Cuasso al Monte (Varese) fue promovida en 1619 por un noble milanés, el conde Gio Pietro Cicogna, con aprobación del cardenal Federico Borromeo, y acabada en 1635 gracias a donaciones y financiaciones de la condesa Ippólita Cicogna Crivelli 28. Autor del proyecto era el ingeniero milanés Gio Battista Guidabombarda, del cual nos llegan dos diseños que se remontan al año 1635 29. Insólitamente, la iglesia estaba estructurada en dos plantas de las cuales la superior era reservada a los religiosos de clausura rigurosa. Sabemos también que en el monasterio de Cuasso habían “tre quartieretti anacoretici”, o sea tres eremitorios, uno de los cuales todavía existente y formado por tres locales, una pequeña capilla, un atrio, un campanario de reducidas dimensiones, además de una cripta funeraria inferior en la que se sepultaba al carmelitano ermitaño 30. El Desierto de Montevirginio (Lazio) conocido con el nombre Monte Calvario fue proyectado en 1649 y los trabajos principales se concluyeron en 1668. Tenía seis eremitorios esparcidos en la naturaleza. Es interesante recordar que la edificación fue dirigida por tres arquitectos carmelitanos, padre Eugenio di San Benedetto, padre G. Pietro di San Martino y fraile Angelo di S. Timoteo: todos habían adherido a la Orden 31. El complejo principal, muy grande, tenía dos patios de los cuales el segundo era de clausura. También de este Desierto poseemos la planimetría original de 1649 32. Fue inaugurado en 1668 con una solemne ceremonia. Hoy, de los eremitorios sobrevive solamente uno, y han desaparecido las nueve capillas pequeñas que rítmicamente marcaban el “Vial de la Contemplación”. El desierto de Massa Lubrense (actualmente S. Agata dei Due Golfi) ya previsto en 1605, fue fundado y edificado entre 1679 y la mitad del siglo sucesivo. Hoy es irreconocible. Sabemos que tenía seis celdas por cada lado en el cuerpo principal y que se desarrollaba alrededor de un patio. Ya ha sido recordado por la belleza del lugar, un promontorio que se asoma al mar y a la Isla de Capri, esta sede era conocida con el nombre de “el Paraíso” 33. También los cuatro Santos Desiertos italianos presentaban una arquitectura muy simple y modesta, lejana de los “esplendores del Barroco”, MOSCONIA A. “Il Deserto di Cuasso al Monte”. Milán 1962 (Carta de G.P. Cicogna al card. F. Borromeo 15 de febrero de 1619). 29 DE GRANDI P. GRIGNASCHI G. “Il progetto dell’architetto milanese Giovanni Battista Guidabombarda (1590 – 1640) per il Deserto di S. Agata a Cuasso al Monte”. Rivista della Societá Storica Varesina. XVI octubre de 1983 página 21. 30 MOSCONI A. “Il Deserto di Cuasso al Monte” obra citada P. 17. Para el proyecto sucesivamente modificado, en los “Libri mastri” aparece el nombre de Gio Ricchino, probablemente Gio Domenico, hijo del más conocido Francesco Maria. 31 RECCHIA P. “L’Eremo di Montevirginio. Due secoli di esperienza di Dio” Montevirginio 1976 páginas 5 – 24 y 27. El nombre originario del complejo era La Presentazione di Nostra Signora. 32 Archivo General de la Orden de los Carmelitanos Descalzos. Roma, Carpeta 86 b (Montevirginio); Archivo del convento de Montevirginio. “Notificazione del Santo Eremo di Montevirginio ... e mortorio 1683 – 1803” (manuscrito). 33 ANTONIO DI MARIA SS. DELLA NEVE “L’eremo di Monte Calvario a SantìAgata dei due Golfi” en “Il Carmelo di Napoli” Nápoles, 1963 página 99; ZIMMERMAN B. “Les saints déserts” ... obra citada páginas 198 – 200. 28 1132 pero su pertenencia a la cultura del Siglo XVII se reconoce, como en los Sacros Montes, en otras características, por ejemplo, en la acentuación teatral del fervor religioso y en la capacidad de suscitar una fuerte implicancia emotiva. Aquí no menciono a los Santos Desiertos realizados en Portugal, Francia, Bélgica y Austria (remitiendo a otro escrito mío 34), en cambio, deseo brindar algunas noticia sobre el Santo Desierto Polaco. Del Desierto de S. Elia en Czerna (Polonia) poseemos una preciosa Brevis Descriptio de la cual nos enteramos que fue fundado, en 1631, por una noble polaca, Agnieska condesa de Teczyne, y que fue completamente acabado en 1640. La estructura originaria era un “claustrum in forma quadrati ... et ad habitandum aptas cellas 12. Ambitu silvae erant 4 capellae cum cellis, quo se conferebant patres certis temporibus pro exercitiis spiritualibus” 35. El organismo es muy compacto y enteramente de dos plantas. Es interesante observar (por ejemplo de una planimetría y de imágenes fotográficas, porque el Desierto aún existe) las características arquitectónicas y estilísticas locales, típicas del norte, techos altos, la cúspide “a modo de cebolla” del campanario, las ventanas muy pequeñas, la reducción tanto de la dispersión de los eremitorios en la naturaleza como de la grandeza del recinto perimetral y de la composición articulada. Efectivamente, los Carmelitanos Descalzos, como los Jesuitas seguían el principio de la adaptación no sólo con respecto al clima, sino también al ambiente y a las tradiciones culturales de las diferentes regiones europeas. PATETTA Luciano “La tipologia dei Santi Deserti” obra citada página 210. Archivo General de la Orden de los Carmelitanos Descalzos, Roma, Carpeta 92, 1, 4 de febrero de 1858; WANAT Benignus Jòsef O. C. D. Maryine Sànktuarium Karmélitow, Bosych W. Czerney. Krakow 1981; y del mismo autor. Klastory Karmelitow i Karmelitanek Bosych. 1605 – 1975. Krakow 1974; MILOBEDSKI A. Architektura Polska XVII WIERKU. Varsovia 1980 páginas 176 – 180. 34 35 1133