l Internet en África l La crisis global y el nuevo “Consenso de Washington” Montevideo Uruguay - Jueves 30 de octubre 2008 - Nº 75 - Distribuido con la diaria l Desregulación financiera y crisis sistémica L a crisis financiera mundial comenzó en Occidente pero golpea ahora y muy fuerte a los países en desarrollo, a medida que sus mercados accionarios y monedas caen y los fondos extranjeros comienzan a irse. El viernes 24 de octubre hubo un abrupto descenso de los mercados accionarios –entre ocho y once por ciento en Japón, Corea, Singapur y Hong Kong, cinco por ciento en Gran Bretaña y Alemania, y 3,6 por ciento en el promedio industrial del índice Dow Jones en Estados Unidos. Y esta semana se inició confirmando la tendencia. Hubo más signos de recesión. Por ejemplo, la producción económica del Reino Unido se contrajo 0,5 por ciento en el tercer trimestre, y un índice de la producción del sector privado de la eurozona (quince países europeos) cayó en octubre al ritmo más pronunciado de los últimos diez años. Los economistas de la empresa financiera J.P. Morgan estimaron que el PIB de Estados Unidos cayó un 0,5 por ciento en el tercer trimestre de este año y que caerá un cuatro por ciento en el cuarto, y que los países europeos tendrán caídas aún más pronunciadas hasta mediados de 2009. También cayeron las ventas de los comercios y de automóviles, que constituyen señales de una disminución del gasto en el consumo a medida que la recesión afecta los ingresos familiares de los países ricos. Numerosos países en desarrollo y de Europa oriental también tienen graves problemas. Algunos ya entraron a la zona de la bancarrota y otros se están aproximando. Analistas y expertos influyentes ya no describen la situación como la peor desde la Gran Depresión. “Ésta es una crisis única y posiblemente la mayor crisis financiera de este tipo en la historia humana”, declaró el vicegobernador del Banco de Inglaterra (central), Charles Bean. La crisis llega al mundo en desarrollo Martin Khor Alguna vez se pensó que los países en desarrollo estaban “desconectados” de una recesión occidental, pero esa teoría se hizo trizas a medida que la crisis los golpea aún más que a los países desarrollados. La crisis “amenaza con socavar todos nuestros logros y avances”, advirtió el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, en una reunión celebrada el viernes 24. “Los progresos que hemos hecho para erradicar la pobreza y la enfermedad. Los progresos por combatir el cambio climático y promover el desarrollo. Por asegurar que la gente tenga suficiente para comer… Podría ser el golpe final al que muchos de los más pobres entre los pobres del mundo sencillamente no podrían sobrevivir”. Los países en desarrollo se han visto afectados por la caída de los precios de sus productos básicos de exportación. El precio del trigo cayó cuarenta y cinco por ciento entre marzo y la primera semana de octubre, mientras que el del cobre estaba al 22 de octubre cincuenta y cuatro por ciento por debajo de su marca más alta en julio y treinta y nueve por ciento por debajo de un año atrás. A medida que las monedas se desploman con respecto al dólar, o caen sus ganancias por exportaciones, más países se enfrentan al incumplimiento de la deuda. La semana pasada Pakistán hablaba con el Fondo Monetario Internacional sobre un posible préstamo para evitar caer en mora. El capital extranjero también está abandonando numerosos países en desarrollo. Los que no tienen suficientes reservas de divisas son susceptibles a la crisis. La semana pasada hubo grandes movimientos de capital extranjero debido al retroceso de la especulación con el yen. Los especuladores habían tomado préstamos en yenes en Japón, debido al bajo tipo de interés, e invirtieron en activos en otros países que pagaban intereses más altos. A medida que las monedas de esos países se depreciaron y el yen subió, resultaba más lucrativo conservar esos activos y hubo una estampida para liquidar los préstamos en yenes, lo que a su vez contribuyó a aumentar el valor de la moneda japonesa (en sólo una semana aumentó ocho por ciento con respecto al dólar, trece por ciento con respecto al euro y dieciocho por ciento con respecto al dólar australiano). Las bolsas cayeron también abruptamente en los mercados emergentes: el índice bursátil de activos emergentes MSCI cayó quince por ciento, alcanzando niveles de hace cuatro años. El Financial Times informó que las bolsas, bonos y monedas de los mercados emergentes sufrieron abruptas caídas en medio de una creciente aversión al riesgo. Entre los países más afectados, considerados de alto riesgo debido a su gran endeudamiento, figuran Corea del Sur, Sudáfrica, Argentina, Ucrania, Hungría, Serbia y Turquía. Pero también fueron afectadas economías más fuertes, como China y Brasil. Líderes políticos anunciaron la semana pasada su intención de actuar contra la crisis. Primero fue la invitación del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a celebrar una cumbre de veinte países a mediados de noviembre en Washington, para discutir nuevas reglamentaciones y normas para el sistema financiero mundial. Le siguió el anuncio del presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Miguel d’Escoto, sobre la formación de un grupo de expertos dirigido por el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, para recomendar reformas al sistema. Y el sábado pasado, una reunión de gobernantes europeos y asiáticos en Beijing emitió una declaración comprometiéndose a adoptar medidas y reformar el sistema mundial. Una reunión de la “Asean más Tres” (China, Japón y Corea del Sur), colateral a la reunión de Beijing, reafirmó la intención de crear un gran fondo regional para ayudar a los países en situación financiera difícil. Es poco probable que estos anuncios frenen la pérdida de confianza de los inversionistas y la sostenida caída de los mercados, ya que la recesión apenas si ha empezado y todavía tiene un largo camino por delante. Los gobiernos tendrán que hacer bastante más en términos monetarios, fiscales y macroeconómicos para controlar el desastre en marcha. n Martin Khor es director de Third World Network (TWN). agenda Global - montevideo uruguay - I brahima Yade sube la escalera que lleva al piso que alberga a su pequeña y flamante empresa de economía social SeneLogic, cuyo lema es “La senegalesa del software libre”. Desde lo alto de sus dos metros, Ibrahima, de unos cuarenta años, informa a sus cuatro colegas más jóvenes que la sesión de programación deberá interrumpirse por un corte de electricidad. SeneLogic, bastante famosa en el barrio Sacré-Coeur de Dakar, la capital de Senegal, avanza pese a las dificultades vinculadas a la infraestructura. En el emporio de la telefonía celular barata que es Senegal, el acceso a Internet de banda ancha marca un contraste. A modo de ejemplo, SeneLogic paga por su conectividad cinco veces más que una compañía de Berlín, y siete veces más que una de Montreal. Esta Internet fuera de precio, poco confiable o poco accesible, entierra a las economías africanas en un subdesarrollo inaceptable. Un problema histórico y estructural Quien dice Internet de banda ancha o alta velocidad da por sobreentendido que se trata de una infraestructura de fibra óptica. Claro que la Internet inalámbrica existe, pero si hablamos de alto rendimiento, entramos en el terreno de las dorsales, la artillería pesada que permite la transferencia de datos multimedia. Estas dorsales son, precisamente, las que hacen confiable y rápida la experiencia de Internet. No obstante, sucede que en las costas africanas hay una penosa falta de cables submarinos. ¿Acaso falta dinero? “No”, dice Mike Jensen, autor del documento “Los costos de interconexión”, publicado por la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC). Y debemos constatar que en materia de telecomunicaciones, el maná financiero es gigantesco y que, hasta el momento, ningún operador africano ha quebrado. La telefonía móvil es el motor que genera esas monstruosas ganancias en toda África Occidental. Ibrahima Yade, al igual que tres millones de sus compatriotas, utiliza los servicios de telefonía celular de la compañía Orange. Esto equivale a un cuarto de la población. La cifra muestra el intenso apetito de los senegaleses por las comunicaciones baratas. A título comparativo, la telefonía celular Bell suma “no más de” seis millones de usuarios en Canadá, es decir, una de cada cinco personas. Según Mike Jensen, la causa del elevado costo de Internet radicaría en el carácter monopólico de los Internet en África Una estafa bien organizada Los africanos pagan de cinco a diez veces más que los canadienses para acceder a Internet y la conexión es aún más cara en el medio rural. Lo más indignante es que los consumidores no tienen la culpa. La siguiente es una pequeña excursión Conectarse a nivel subregional por el lado oscuro de Internet. Frédéric Dubois operadores de las telecomunicaciones africanos. En gran parte controlados por intereses europeos o estadounidenses, son poco proclives a desarrollar dorsales de Internet. Jensen señala que los operadores sacan así partido de su situación, cobrándoles a los proveedores de servicios de Internet locales, “que tienen que pagar en las dos puntas de sus conexiones internacionales”, es decir, al descargar datos desde arriba y hacia abajo. Esta Internet fuera de precio, poco confiable o poco accesible, entierra a las economías africanas en un subdesarrollo inaceptable. Ibrahima Yade y los suyos tendrán que hacer malabarismos para llegar a cubrir el excesivo abono de conectividad, que asciende a más de 210 dólares por mes. El caso de Sonatel, que desde 2002 cuenta con un acceso directo al cable submarino SAT-3, es flagrante. Este operador único de Senegal, que pertenece en un cuarenta y tres por ciento a France Télécom, les pasa la factura a los proveedores de servicios de Internet de África Occidental. Estos últimos tienen que hacer transitar obligatoriamente su tráfico internacional por Sonatel. Países como Mali, Guinea Bissau y Burkina Fasso dependen enteramente de este “acceso al mar” senegalés, lo que Telkom, intentaron hacer naufragar el asunto. Su visión respecto de los acuerdos de interconexión de tránsito se denomina “homologación” en la jerga de las telecomunicaciones. Pero este tipo de trueque representaría una amenaza para las ganancias a corto plazo de estas empresas. En consonancia con el punto de vista del sudafricano Mike Jensen, Mohamed Diop machaca: “Lo que queremos es que lo que África está gastando en el acceso a Internet, en la conectividad, vaya al desarrollo de la infraestructura”. significa unos costos exorbitantes y una confiabilidad particularmente condicionada por los numerosos cortes de electricidad de este país. Como un pachá, Sonatel embolsa las ganancias sin reinvertir en el desarrollo de infraestructuras de telecomunicación. Pero el operador también es víctima, ya que debe pagar a los países desarrollados los costos del tránsito hacia arriba. En efecto, Sonatel se ata las manos en un acuerdo de tránsito con uno de sus accionistas más importantes, France Télécom. Las sumas faraónicas que los clientes africanos gastan para acceder a Internet migran pues a Europa. “Esta subvención invertida hacia el norte ha exacerbado los desequilibrios entre las regiones desarrolladas y en desarrollo”, explica Mike Jensen. No sólo France Télécom u otras empresas occidentales son la causa de esta incongruencia. También son responsables los directivos de Sonatel y de las otras empresas de telecomunicaciones africanas, así como los líderes políticos del continente. Romper la mentalidad de consumidor “Todos los países africanos pueden lograrlo, si deciden hacerlo”, aventura Mohamed Diop, ingeniero en telecomunicaciones senegalés. Y afirma: “Nosotros debemos ser considerados pares de Europa, de los demás países africanos y de Estados Unidos”. En junio, Mohamed Diop estuvo de paso por el taller fundacional de GOREeTIC, una red de la sociedad civil comprometida con la reforma del sector de las telecomunicaciones africanas. Este ex funcionario de Sonatel ya había esgrimido su punto de vista en el foro sobre gobernanza de internet de Río de Janeiro, en diciembre de 2007. Algunas empresas del continente, como la sudafricana Además del acceso a las dorsales submarinas, algunos especialistas de las telecomunicaciones sostienen que habrá que crear dorsales que recorran todo el continente. Para lograrlo, ellos defienden el modelo del acceso abierto. Dentro de este modelo, experimentado especialmente en Asia, un montaje financiero abierto a todo tipo de inversores (grandes empresas, gobiernos, pequeños proveedores de servicios de Internet organizados en asociaciones, grupos de usuarios) permitiría inyectar los fondos necesarios para la instalación de infraestructuras de telecomunicaciones que beneficien a todos los socios. Para conseguirlo, la sociedad civil y el sector de las telecomunicaciones africanas deben modificar sus prácticas, a fin de colaborar más entre sí. En cuanto a las grandes sociedades predadoras, en su mayoría europeas, se las debe obligar a rever sus acuerdos con los operadores africanos. La implementación de la red GOREeTIC pretende ser la respuesta de la sociedad civil a este desafío de interconexión. La actividad de la red no es invertir, sino más bien aceitar, para que en las altas esferas políticas y económicas, los actores de África Occidental y Central hagan que las cosas cambien. Esto requiere buscar soluciones conjuntamente con los parlamentarios, reunir a la sociedad civil y a los pequeños proveedores de servicios de Internet, y ocuparse de las agencias reguladoras subregionales. Este objetivo no está fuera de la realidad, ya que en el ámbito de Internet, África no siempre llevó las de perder. Por ejemplo, logró romper enérgicamente esta dinámica de simple consumidor en el campo de las direcciones de IP, esos números que identifican a cada computador conectado a Internet. A fuerza de dar batalla, la organización AfrinIC vio la luz del día, y hoy administra las direcciones de IP del continente. n Este artículo se publicó en el mensuario Alternatives, le journal de Montreal, el 20 de agosto de 2008. Traducción de Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC): www.apc.org - agenda Global - montevideo uruguay SUNS South-North Development Monitor U n día antes de que el nuevo grupo de alto nivel de las Naciones Unidas, presidido por el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, se reúna este jueves para discutir sobre la crisis financiera global y dos semanas antes de que Estados Unidos sea sede de la reunión del Grupo de los 20 (G-20) para tratar el mismo tema, una coalición de 550 organizaciones de la sociedad civil pertenecientes a ochenta y ocho países emitió una declaración reclamando una respuesta verdaderamente global a la crisis mundial en la que formulan varios principios para conseguirla. “Por supuesto que es imperativo llegar rápidamente a un acuerdo sobre las medidas para hacer frente a la crisis y proteger de los impactos de ésta a los trabajadores comunes, a los hogares de bajos ingresos y a otros sectores muy vulnerables”, dijo Lidy Nacpil de Jubileo Sur-Movimiento sobre Deuda y Desarrollo de Asia/ Pacífico. “Dado que los impactos serán mayores sobre las personas más pobres, en las economías emergentes y en los países en desarrollo, ¿no deberían tener voz los gobiernos de todos los países y los pueblos en lugar de sólo quienes son responsables de esta crisis?”, se interrogó. “Las políticas que los gobiernos del Norte, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han perseguido durante los últimos treinta años han fracasado espectacularmente”, dijo Vitalis Meja, de Afrodad (African Forum and Network on Debt and Development). “Y a pesar de eso, ahora la respuesta es juntarse veinte gobiernos de países desarrollados para un nuevo Consenso de Washington”. Roberto Bissio, coordinador de Social Watch, una red de coaliciones ciudadanas que monitorea el compromiso de los gobiernos con Nuevo y antidemocrático “Consenso de Washington” no resolverá la crisis global respecto a la erradicación de la pobreza y la equidad de género, en más de sesenta países en todo el mundo, aseguró que “cualquier intento por parte de los países más poderosos de llegar a un acuerdo sin hacer frente a una consulta pública y sin la participación de la mayoría de los países del mundo a través de un proceso inclusivo, socavará aún más la confianza pública”. cualquier intento por parte de los países más poderosos de llegar a un acuerdo sin hacer frente a una consulta pública y sin la participación de la mayoría de los países del mundo a través de un proceso inclusivo, socavará aún más la confianza pública. La declaración postula que cualquier cumbre mundial futura deberá mantener los siguientes principios: l Involucrar a todos los gobiernos del mundo. l Que exista en el proceso una participación significativa de la Estados Unidos ya no nombrará al presidente del Banco Mundial. La tradición de l que Estados Unidos elija unilateralmente al presidente del Banco Mundial se romperá cuando termine el actual período en 2012, después de que el secretario de Desarrollo británico, Douglas Alexander, negociara un acuerdo para abrir el puesto a candidatos de cualquier país. Sin embargo, aún no está claro si el actual presidente de la institución, Robert Zoellick, ocupará el cargo en forma automática por otros cinco años o competirá en un proceso de selección abierto y meritocrático para permanecer en él. Respaldado por los países europeos y en desarrollo, Alexander superó la resistencia de Estados Unidos y Japón para una reforma que “otorga la posibilidad de que los candidatos sean nominados independientemente de sociedad civil, grupos de ciudadanos y movimientos sociales. l Establecer un calendario claro para las consultas regionales con los grupos más afectados por la crisis. l Que tenga un alcance global para hacer frente a toda la gama de temas e instituciones involucradas. l Que exista transparencia, con propuestas y proyectos de documentos puestos a disposición del público y discutidos mucho antes de la reunión. Asimismo, la declaración reclama que las Naciones Unidas convoquen a la cumbre en su calidad de órgano representativo a nivel mundial. n La totalidad de las firmas que apoyan la declaración se encuentra disponible en: www.choike.org/bw2 Contactos: Lidy Nacpil, coordinadora regional de Jubileo Sur-Movimiento sobre Deuda y Desarrollo de Asia/Pacífico, Filipinas: lnacpil@jsouth.org Vitalis Meja, director de programas de African Network on Debt and Development (Afrodad), Zimbabue: vitalis@afrodad.co.zw Roberto Bissio, coordinador de Social Watch, Uruguay: rbissio@item.org.uy Jesse Griffiths, coordinador de Bretton Woods Project, Reino Unido: jgriffiths@brettonwoodsproject.org Fraser Reilly-King, coordinador de Halifax Initiative, Canadá: freillyking@halifaxinitiative.org su nacionalidad”, lo que asegurará que sea seleccionado el candidato mejor calificado. (Bank Information Center). n l La hora del Banco del Sur. Ante la crisis actual, los países latinoamericanos deben avanzar en los procesos de integración, según el académico brasileño Emir Sader: “Es la hora de avanzar en la construcción del Banco del Sur, en dirección a la creación de la moneda única regional, de un Banco Central único, de mecanismos de control de la circulación del capital financiero, de protección de los mercados internos, de avanzar hacia políticas económicas únicas, de desarrollar proyectos de integración industrial y tecnológica, de elaborar un plan de desarrollo regional”. n Monitor de Instituciones Financieras Internacionales en América Latina: http://ifis.choike.org/esp La crisis financiera en los países del Sur. El mundo en desarrol llo está lejos de ser inmune a la crisis financiera originada en Occidente. El valor de las acciones en los mercados emergentes en las últimas semanas ha ido en una montaña rusa, subiendo y cayendo bruscamente, aunque con una tendencia general a la disminución, sostiene Jayati Ghosh, profesor de Economía de la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi y uno de los principales miembros de International Development Economics Associates (IDEAS), una red mundial de economistas progresistas que plantea alternativas a la ortodoxia neoliberal. De hecho, los mercados emergentes han demostrado tan alta volatilidad que el patrón de comportamiento hace recordar al de los índices bursátiles en 1929-1930 en el inicio de la Gran Depresión, añade el economista indio. Pero advierte que la turbulencia es sólo una de las formas en que la crisis financiera mundial puede afectar a los países en desarrollo y prevé que a mediano plazo disminuyan las corrientes de capital privado hacia estos países. Sin embargo, Ghosh estima que si bien algunos países en desarrollo pueden verse afectados negativamente por la reducción de las entradas netas de capital, para muchos otros mercados emergentes esto puede resultar una bendición, ya que reduce la presión al alza sobre los tipos de cambio y estimula la movilización de recursos internos. (29/10/2008) n Papel de la ONU en la reconstrucción del multilateralismo financiero. La Conferencia l de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) sostiene en su último informe, “La reconstrucción del multilateralismo financiero”, que es imprescindible la cooperación y una regulación mundial no sólo en el comercio sino también en las finanzas. El fracaso de los gobiernos en aplicar este criterio es la razón principal de la actual situación mundial, cuyas consecuencias se extienden mucho más allá del ámbito de la banca y la regulación financiera y debe irse al meollo de la cuestión de cómo reactivar y ampliar el multilateralismo en un mundo globalizado. Los países en desarrollo tienen una voz limitada en las instituciones financieras internacionales y la organización mundial con mayor credibilidad para la aplicación de este enfoque es la ONU, según el informe de la UNCTAD. (28/10/2008) n SUNS es una fuente única de información y análisis sobre temas de desarrollo internacional, con especial énfasis en las negociaciones Norte-Sur y Sur-Sur. El servicio en inglés está disponible para suscriptores en: http://www.sunsonline.org agenda Global - montevideo uruguay - E n 1999, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, firmó la derogatoria de la Ley Glass-Steagall de 1933. La ley tenía como objetivo poner una muralla entre las actividades y operaciones que podían realizar los bancos “normales”, diferenciándolas claramente de aquellas que podían realizar los llamados “bancos de inversión”. Después del crack de la Bolsa de 1929, en 1933 se produjo una enorme crisis bancaria, que llevó a la quiebra al sector. La mayoría de analistas dijo que ésta había sido causada porque los bancos habían sobrepasado su rol tradicional de intermediarios financieros: recibir depósitos para prestarlos a quien los necesite. En efecto, los bancos habían incursionado en los mercados de capitales estaban en la Bolsa, emitían bonos y financiaban fusiones y adquisiciones de empresas, entre otras actividades. Por tanto, la Ley Glass-Steagall se dio para evitar que, en el futuro, los bancos realizaran actividades especulativas. Además, con esa ley se estableció el Seguro Federal de Depósitos para proteger los ahorros de los accionistas de los bancos “normales”. Se aprecia claramente que la ley quería regular el sector, para evitar los comportamientos irracionales que caracterizan a la banca de inversión. La Ley Glass-Steagall –así como otras que regulaban el sector– tuvo cincuenta años de vida más o menos tranquila. Pero a mediados de los ochenta, el avance de la globalización hizo que la Inglaterra de Margaret Thatcher comenzara la desregulación financiera, el llamado big bang. En Estados Unidos, bajo el gobierno de Ronald Reagan, los nuevos directores de la Reserva Federal (banco central) comenzaron a “reinterpretar” la Ley Glass-Steagall. En 1990, Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal que venía de J.P. Morgan, permitió que… J.P. Morgan –nada menos– se convirtiera en el primer banco que, nuevamente, pudo emitir papeles financieros. En 1996, el mismo Greenspan emitió un dispositivo que permitía que empresas Desregulación financiera e inicio de la crisis sistémica Humberto Campodónico subsidiarias de los bancos pudieran participar en negocios de inversión hasta en un veinticinco por ciento. La fresa de la torta fue la fusión en 1998, antes de que se derogara la Ley Glass-Steagall, entre una compañía de seguros (Travelers), uno de los más grandes bancos de inversión (Salomon Smith Barney) y el principal banco “normal” (Citibank). El lobby de las fusionadas fue tan grande que, un año después, el Congreso derogó la Ley Glass-Steagall, lo que fue firmado por el presidente Clinton. La Ley Glass-Steagall quería regular el sector, para evitar los comportamientos irracionales que caracterizan a la banca de inversión. Caída la muralla comenzó la “consolidación”, eufemismo para “concentración oligopólica de enormes proporciones”. Y volvieron al mercado de divisas y el de capitales, emitían bonos, invertían en el mercado de materias primas, en las bolsas de valores, financiaban fusiones y adquisiciones, etcétera, etcétera. La fresa de esta nueva torta fue la creación de los “vehículos de inversión estructurados” que les permitió vender los préstamos basura como si fueran AAA, con la bendición de las calificadoras de riesgo como Moody’s y Fitch (que nos dan el grado de inversión). Desde la Reserva Federal, Greenspan alentó la burbuja especulativa, bajando la tasa de interés a uno por ciento. El resto es conocido. La burbuja estalló a mediados del año pasado, dando inicio a una crisis financiera que se ha convertido en crisis sistémica. Ahora, Greenspan acaba de declarar que ha encontrado “un error en la estructura funcional que hace que el mundo camine. Me equivoqué al presumir que el interés propio de las organizaciones, específicamente los bancos y otros, eran tan importantes que ellos eran los más capaces de proteger a sus accionistas, así como el valor de su patrimonio”. ¡Qué tal cuajo! Es el fin de la era de desregulación salvaje, lo que debe dar lugar a un nuevo orden económico mundial. ¿Será esto posible sólo con una mayor regulación? ¿O es que la desregulación agravó la crisis pero no la causó, porque el sistema capitalista tiene fallas intrínsecas? Somos partidarios de esta última tesis. n Humberto Campodónico es ingeniero y economista peruano. Este artículo se publicó en el diario La República de Lima, el 25 de octubre de 2008. MERCOSUR Integración y proteccionismo El Consejo Mercado Común del Mercosur, compuesto por los ministros de Economía, cancilleres y presidentes de bancos centrales, se reunió el lunes 27 en Brasilia para discutir la crisis financiera internacional y las posibles respuestas para mitigar sus efectos. Brasil sugirió convocar a una reunión ministerial del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, mientras Venezuela propuso una cumbre mundial, según el comunicado conjunto del Consejo. La declaración del Mercosur reconoce que América del Sur vive hoy “mejores condiciones que en el pasado” para enfrentar la crisis financiera, gracias a sus buenos “fundamentos macroeconómicos”. Profundizar la integración, el comercio y la cooperación financiera en la región puede ser “decisivo” para “preservar y ampliar las conquistas económicas y sociales de los últimos años”. “Fortalecer el patrimonio de la integración mitiga los efectos de la crisis”, al mantener el flujo comercial y financiero, dijo el canciller brasileño, Celso Amorim, en rueda de prensa al terminar la reunión. En tanto el canciller chileno Alejandro Foxley rechazó las “políticas proteccionistas” como respuestas a la crisis, arguyendo que agravarían los problemas sociales. Las declaraciones de Amorim y Foxley tenían como blanco al gobierno argentino, que tiende a adoptar barreras, como ha hecho varias veces en los últimos años, para defender su mercado contra la invasión de productos importados. Un aumento del Arancel Externo Común del Mercosur fue una de las propuestas de Buenos Aires. La fuerte devaluación de la moneda brasileña, de más de treinta por ciento desde agosto, agravó los temores argentinos de que se acentúe el desequilibrio en el comercio bilateral. Entre enero y agosto de este año, el superávit brasileño en el intercambio con Argentina alcanzó 3.570 millones de dólares, cuarenta por ciento más que en igual período de 2007. (IPS) n Redactor responsable: Roberto Bissio. Redactor asociado: Marcelo Pereira. Editor: Alejandro Gómez. (c) Instituto del Tercer Mundo (ITeM). El ITeM es una organización sin fines de lucro, no gubernamental y políticamente independiente con sede en Montevideo, que representa en América Latina a Third World Network (TWN), una red de organizaciones y personas que expresa en los foros globales puntos de vista de la sociedad civil del Sur. www.item.org.uy / item@item.org.uy - agenda Global - montevideo uruguay