El Centro Miró es un lugar de interpretación de Joan Miró en relación con Mont-roig, tanto sobre el pintor como su obra. Sus elementos básicos son: las reproducciones facsímiles de los cuadros de Miró relacionados con Mont-roig, el tapiz “El llangardaix de les plomes d’or” (1989) de Joan Miró /Josep Royo que la familia donó al pueblo en el Centenario Miró (1993) y los vídeos de Martí Rom “D’un roig encès: Miró i Mont-roig” (2002); en el primero, el pintor habla de su relación con Mont-roig y en el segundo, las personas del pueblo que tuvieron relación con él, hablan del pintor. Joan Miró llega a Mont-roig del Camp en 1911, con 18 años, para ir al que entonces era el “Mas Ferratges”, que había pertenecido al “Marqués de Mont-roig”. Su padre lo había comprado el año anterior. Miró estaba enfermo, pero, a las pocas semanas, lejos (muy lejos en aquella época) de la férrea tutela de su padre, ya recorría a pie el municipio, arriba y abajo. Anda los dos kilómetros que, desde el “Mas”, lo llevaban al mar. Entonces la franja costera de Mont-roig estaba prácticamente deshabitada; hasta hacía un par de años, aquellos trece kilómetros de playa eran humedales dónde se cultivaba arroz. Miró anda unos cuatro kilómetros, hacia el pueblo, y todavía más arriba, (otros tres), hasta la ermita de la “Mare de Déu de la Roca”. Se sintió atraído por aquella montaña de piedra roja de dónde proviene el nombre del pueblo. También se aleja, unos siete kilómetros, hacia el sur: el actual Miami Platja. De todos aquellos lugares, Miró pintará cuadros. Miró, que viene de Barcelona, descubre en Mont-roig la vida de campo, las viñas, olivos, algarrobos... Se relaciona con los caseros de la masía, con los payeses de los alrededores de “Les Pobles”. El pueblo queda lejos; sube a pintar algún domingo. Se lo miran un poco extrañados y se comenta de él que: “va corriendo solo por los caminos...”; además, cuando llega a la playa, se pone a mover constantemente los brazos y las piernas. No sabían aún que aquello era “footing” y gimnasia. Desde 1911 hasta el año 1920, cuando hace su primer viaje a París, Miró pasa gran parte del año en Mont-roig. Después alternará las estancias entre Mont-roig y París. A partir de los años cuarenta y también después de instalarse en Mallorca (1956), en verano siempre volverá al pueblo. Eran tres largos meses. Un calendario colgado en la pared de su estudio, situado al lado de la masía, es testigo de su última estancia: septiembre de 1976. Tenía 83 años. Por el “Mas Miró”, durante estos 65 años, habían pasado muchos de sus amigos: Ernest Hemingway, Alexander Calder, Josep Lluís Sert... Desde 2004, el Centre Miró ofrece la posibilidad de poder ver, aunque sea en reproducciones facsímiles, el conjunto de la obra de Miró sobre Mont-roig y que está dispersa por museos de todo el mundo. El “Centre Miró” está ubicado en la ”Església Vella” del pueblo. El propio artista la pintó en el cuadro “Poble i església de Mont-roig” (1919) y está al lado de la plaza que lleva su nombre, desde el 29 de abril de 1979, cuando el pueblo de Mont-roig le rindió un sentido homenaje popular. Moriría tan sólo cuatro años después. Además de visitar el “Centre Miró” se pueden ver los “originales de los originales”, aquellos lugares que cautivaron a Miró y que inmortalizó en famosos cuadros. Es el Itinerario “Mirar Miró Mont-roig (3MR)”.