El Clarí-n de Chile La ignorancia de “Excelencia” autor Ismael Llona M. 2010-09-22 01:29:28 Que la gente sin recursos económicos suficientes, que no ha podido por culpa de otros estudiar, se mantenga en la ignorancia menos que media y diga maire y no madre, adre (para sobrecorregir) y no aire, y méndigo y no mendigo), está bien. Su particular habla es legÃ-tima, muchas veces poderosa y casi siempre influyente en otras hablas del castellano usado en Chile. Pero que el Presidente de la República y connotado millonario en dólares, Sebastián Piñera Echenique, lea y diga lóngevo por longevo y lea y diga cubrido por cubierto es de una ignorancia criticable y constituye una vergüenza nacional. Una vulgaridad tÃ-pica de rico inculto, que no lee, que desprecia la lectura poco productiva en la bolsa y que cree que existieron el Quijote, Ulises, Roland, MartÃ-n Fierro y Robinson Crusoe, de tal modo que Cervantes, Homero, el argentino José Hernández y el inglés Daniel Defoe no fueron más que historiadores acuciosos. Nunca fue profesor ni ayudante de cátedra en la Universidad de Harvard, como se ha dicho, pero sÃ- estudió en el Verbo Divino y en la PUC. Y por tanto deberÃ-a saber hablar en público, si se hubiera cultivado, claro, en la lectura de un mÃ-nimo de obras de la literatura o de las ciencias sociales, e intercambiara normalmente con gente que dice con naturalidad longevo y cubierto.  Y el iletrado no es sólo el Presidente sino el que escribe sus discursos y su encargado de comunicaciones. Es la vulgaridad evidente y no la excelencia propalada. Esta ramplonerÃ-a, común en el gobierno actual, no es, ni mucho menos, generalizada en los presidentes chilenos electos. Arturo Alessandri Palma, gran orador y abogado, cayó muchas veces en la groserÃ-a, como cayó también Diego Portales un siglo antes, pero la utilización de la groserÃ-a en el hablar era un recurso absolutamente consciente – no un lapsus ni un fruto de la ignorancia – y destinado a ofender, a responder una ofensa con otra en un lenguaje vulgar y popular, o a dirigirse sin la intermediación de la llamada habla culta a sectores que él entendÃ-a como “la chusma―, par hacerse entender mejor. Su copia a Campoamor – “El odio nada engendra, sólo el amor es fecundo― – es absolutam criticable, por lo reiterada sin aclaración, pero nadie puede calificarla de ignorancia sino todo lo contrario. Pedro Aguirre Cerda era un maestro y cuidaba de dirigirse a los chilenos como si fueran sus alumnos o sus colegas, convencido de que gobernar es educar. Carlos Ibáñez del Campo (1952) fue un militar hermético y de pocas luces, que utilizó siempre un habla campechana y coloquial, mucho más directa que la empleada por los melifluos parlamentarios y dirigentes de su época, pero que no cayó normalmente ni en la groserÃ-a ni en la supina ignorancia. Jorge Alessandri, a quien le interesaba distinguirse de su padre, utilizó siempre un habla cuidadosa y engolada, hasta en su lenguaje coloquial, cosa que imitó su discÃ-pulo Jaime Guzmán puntillosamente. Fue un gerente hasta durmiendo y rechazaba la palabrota y la groserÃ-a como si fueran un pecado mortal. Manejó con normalidad el castellano. Frei Montalva fue considerado, como senador y Presidente, un gran orador, y su discurso en la Marcha de la Patria Joven, improvisado, una pieza de culto que se imita hasta el dÃ-a de hoy. El discurso de Allende fue siempre cuidado y elegante, y su pieza final, su mensaje histórico, carece de toda vulgaridad incluso en el trato de sus enemigos más irreconciliables, como el “general rastrero―, responsables de su calvario. Aylwin habló siempre, y sigue hablando, como lo que era, un profesor secundario y universitario de Derecho Administrativo. Ricardo Lagos cayó y cae reiteradamente en la muletilla (“En consecuencia―, o “¿Está claro?― y en la interrogaci vez de la propuesta (“¿Cómo hacer para…?― en el mismo momento en que está postulando) pero esos son recursos didácticos que lo hacen ser un expositor al mismo tiempo autoritario y aparentemente humilde, respetuoso del interlocutor. El habla corriente de Frei Ruiz Tagle y de Michelle Bachelet, con resultados tan disÃ-miles, muestra la normalidad con que ejercieron y ejercen la polÃ-tica y el poder, como si creyeran que nacieron para ello. Hoy mismo, cuando el Presidente del Senado es sólo el señor Pizarro y la Presidenta de la Cámara  sólo la señora Sepúlveda, el público oyente no espera que ellos hagan el ridÃ-culo al expresarse sino que tirita de ansiedad cuando el que va a hablar es…el Presidente de la República. ¿Con qué va a salir ahora? se preguntan partidarios y adversarios. ¿Qué hubiera pasado si la Presidenta de Argentina, ante una imaginaria catástrofe en ese paÃ-s, hubiera sentenciado, en su momento, que un marepoto azotó la costa de BahÃ-a Blanca? ¿Cómo habrÃ-a titulado Las Ultimas Noticias de El Mercurio el dÃ-a siguiente? “Vergüenza internacional. Sra. K patenta el marepoto― o algo parecido. ¿Y si fuera Alan GarcÃ-a el que calificara de lóngevo el Palacio Pizarro o el Museo de la Inquisición? ¿Y si el mismo Alan GarcÃ-a diera por muerto y le rindiera homenaje de pasada a Bryce Echenique? ¿Para qué decir qué escándalo mediático se armarÃ-a en toda América si Chávez señalara en su programa del últi domingo que la bandera venezolana “ha cubrido la tumba donde yacen los restos de BolÃ-var―?  Y ¿qué cantidad de chistes de Fidel Castro se harÃ-an correr si el lÃ-der cubano escribiera en sus Reflexiones acerca de la galáctea y no de la galaxia? O de Kichner si el ex Presidente comentara muy serio en un discurso la agitada vida, en la zona del hoy Mar del Plata, que, en el siglo XIX, tuvo el gaucho MartÃ-n Fierro? http://www.elclarin.cl _PDF_POWERED _PDF_GENERATED 24 November, 2016, 18:21 El Clarí-n de Chile No va a ser fácil que esto se corrija en los cinco años y medio que queda. Y que, entre los que hablan castellano en el mundo, no se vea afectada “la imagen paÃ-s―. Piñera y sus asesores creen que son verdaderamente cultos y que han constituido un gobierno de excelencia. Mientras los negocios fructifiquen qué importancia tienen Cervantes y sus sucesores, muchos de ellos, como el mismo Manco de Lepanto, indigentes y hasta menesterosos a pesar de que se levantaban temprano. http://www.elclarin.cl _PDF_POWERED _PDF_GENERATED 24 November, 2016, 18:21