23 DE JUNIO DE 2013 – QUINTO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS 23 DE JUNIO DE 2013 – QUINTO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA La Iglesia Episcopal celebra la fiesta de la Natividad de San Juan Bautista, cada año el 24 de junio. Juan fue un profeta en tiempo de Cristo, que reconoció a Jesús, su primo, como el Mesías, y lo bautizó. La Iglesia Episcopal celebra la fiesta de la Natividad de San Juan Bautista, cada año el 24 de junio. Juan fue un profeta en tiempo de Cristo, que reconoció a Jesús, su primo, como el Mesías, y lo bautizó. La Fiesta de la Natividad de San Juan Bautista se incluyó por primera vez en la edición de 1549 del Libro de Oración Común, según Don S. Armentrout y Robert Boak Slocum en: “Un Diccionario de la Iglesia Episcopal” (Church Publishing, 2000), y se decidió observar la fiesta unos seis meses antes de la Navidad porque Isabel estaba en su sexto mes de embarazo con Juan en el momento de la concepción de Jesús. La Fiesta de la Natividad de San Juan Bautista se incluyó por primera vez en la edición de 1549 del Libro de Oración Común, según Don S. Armentrout y Robert Boak Slocum en: “Un Diccionario de la Iglesia Episcopal” (Church Publishing, 2000), y se decidió observar la fiesta unos seis meses antes de la Navidad porque Isabel estaba en su sexto mes de embarazo con Juan en el momento de la concepción de Jesús. La historia del nacimiento de Juan se registró en el primer capítulo del Evangelio de Lucas, que relata que Juan nació milagrosamente de una pareja de ancianos y sin hijos, Zacarías e Isabel. Cuando el ángel Gabriel le dijo a Zacarías que Isabel daría a luz un hijo que se llamaría Juan, Zacarías no creyó que fuera posible, y se quedó mudo. En el octavo día después del nacimiento de Juan, cuando el bebé fue circuncidado y llamado Juan, Zacarías recuperó el habla. Con la voz ya recuperada, Zacarías proclamó entonces el cántico conocido como el Benedictus Dominus Deus: La historia del nacimiento de Juan se registró en el primer capítulo del Evangelio de Lucas, que relata que Juan nació milagrosamente de una pareja de ancianos y sin hijos, Zacarías e Isabel. Cuando el ángel Gabriel le dijo a Zacarías que Isabel daría a luz un hijo que se llamaría Juan, Zacarías no creyó que fuera posible, y se quedó mudo. En el octavo día después del nacimiento de Juan, cuando el bebé fue circuncidado y llamado Juan, Zacarías recuperó el habla. Con la voz ya recuperada, Zacarías proclamó entonces el cántico conocido como el Benedictus Dominus Deus: El panel izquierdo del “Retablo de San Juan” por Rogier van der Weyden, circa 1455 Copyright © 2013 Sociedad Misionera Doméstica y Extranjera | www.episcopalchurch.org El panel izquierdo del “Retablo de San Juan” por Rogier van der Weyden, circa 1455 Copyright © 2013 Sociedad Misionera Doméstica y Extranjera | www.episcopalchurch.org “Bendito el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, Suscitándonos un poderoso Salvador en la casa de David su siervo, Según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es el Salvador que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian. Realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza, el juramento que juró a nuestro padre Abrahán; Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de nuestros enemigos, le sirvamos con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días. Y ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo; porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, Anunciando a su pueblo la salvación el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, Para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz “ (Lucas 1:67-79). “Bendito el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, Suscitándonos un poderoso Salvador en la casa de David su siervo, Según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. Es el Salvador que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian. Realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza, el juramento que juró a nuestro padre Abrahán; Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de nuestros enemigos, le sirvamos con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días. Y ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo; porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, Anunciando a su pueblo la salvación el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, Para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz “ (Lucas 1:67-79). Colecta para la Natividad de San Juan Bautista Colecta para la Natividad de San Juan Bautista Dios Todopoderoso, por cuya providencia nació maravillosamente tu siervo Juan el Bautista , y fue enviado a preparar el camino de tu Hijo nuestro Salvador, predicando el arrepentimiento: haz que sigamos de tal modo su enseñanza y santa vida que verdaderamente podamos arrepentirnos según su predicación, y que, siguiendo su ejemplo, constantemente hablemos la verdad, con valentía reprochemos el vicio, y con paciencia suframos por causa de la verdad, por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén. (Libro de Oración Común, p. 158). Dios Todopoderoso, por cuya providencia nació maravillosamente tu siervo Juan el Bautista , y fue enviado a preparar el camino de tu Hijo nuestro Salvador, predicando el arrepentimiento: haz que sigamos de tal modo su enseñanza y santa vida que verdaderamente podamos arrepentirnos según su predicación, y que, siguiendo su ejemplo, constantemente hablemos la verdad, con valentía reprochemos el vicio, y con paciencia suframos por causa de la verdad, por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén. (Libro de Oración Común, p. 158).