CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN LICEO ESPAÑOL “LUIS BUÑUEL” EMBAJADA DE ESPAÑA EN FRANCIA INSTITUTO CERVANTES DE PARÍS LICEO ESPAÑOL LUIS BUÑUEL Guía didáctica (Fiche pédagogique) (Elaborada por Isabel Alonso Dávila y Silvia Elices Tomé. Liceo Español Luis Buñuel) Un FRANCO, 14 Pesetas, Carlos Iglesias (2005) Premios: Mejor fotografía, Premio del Público y Premio Alma al mejor guionista novel en el Festival Internacional de Málaga Dossier para el profesorado Informations / réservations: www.educacion.es/exterior/centros/luisbunuel/ luisbunuel.fr@educacion.es 38, bd Victor Hugo 92200 NEUILLY SUR SEINE TEL: 0141490880 FAX: 0141490885 Índice Ficha técnica de la película…………...…………………………………p. 3 Sinopsis.....................................................................................................p. 3 El director: Carlos Iglesias....……………………………………………p. 4 Ficha artística............................................................................................p. 5 Notas del director..................................................................................... p. 6 Carlos Iglesias ha dicho a la prensa..........................................................p. 7 Algunas cosas que dijo la prensa antes del estreno………...……...……p.10 Algunas cosas que dijo la prensa después del estreno……...…………p. 10 Una reportaje-entrevista, una crítica y una crónica...…………..............p. 11 Ficha técnica de la película País: España Año: 2005 Duración: 105 min. Género: Comedia dramática Lengua: Español y alemán Director: Carlos Iglesias Guionista: Carlos Iglesias en colaboración con Central de Guiones (Guión basado en una historia real) Director de fotografía: Tote Trenas Producción: José Manuel Lorenzo y Eduardo Campoy Música: Mario de Benito Interpretación: Carlos Iglesias (Martín), Javier Gutiérrez (Marcos), Nieve de Medina (Pilar), Isabel Blanco (Hanna), Iván Martín (Pablito), Tim Frederic Quast (Pablo). Sinopsis España, 1960. Dos amigos, Martín y Marcos, deciden marcharse a Suiza en busca de trabajo. Dejan a sus familias en España y emprenden un viaje hacia una nueva vida en la Europa del progreso y las libertades. Allí descubrirán una mentalidad muy diferente, a la que deberán adaptarse, trabajando como mecánicos en una fábrica y viviendo en un pequeño pueblo industrial. Con la llegada de Pilar, la mujer de Martín, con su hijo Pablo, y de Mari Carmen, la novia de Marcos, se les termina la vida de hombres solteros que llevaban en un país con tanta libertad. El trabajo sigue siendo el día a día de Martín y Pilar, mientras el pequeño Pablo comienza a ir al colegio y a integrarse. Con la muerte del padre de Martín, se plantean que lo que habían ido a buscar ya lo han conseguido y es hora de regresar. Para su sorpresa, será más difícil la vuelta que la ida. (Extraído de la carátula del DVD de la película) El director: Carlos Iglesias (Madrid, España, 1955) Pasó los seis primeros años de su vida compartiendo con sus padres la vivienda de sus abuelos en el sótano que les correspondía como porteros de un edificio de la calle Rodríguez San Pedro, en el madrileño barrio de Argüelles. En 1961, su madre se lo llevó en tren a Uzwill, un pueblo del norte de Suiza a donde había emigrado su padre, mecánico fresador, un año antes. Tras cinco años de vida en Suiza, los más felices de su infancia, regresó a San Blas, un barrio periférico de Madrid, en 1966. Estuvo a punto de ser mecánico fresador, como su padre, pero a los 18 años volvió a Suiza y trabajó como dibujante publicitario en Zurich, después en Londres y más tarde en Alicante, ciudad en la que empezó a hacer teatro. Se diplomó en la Real Escuela de Arte Dramático de Madrid. Actor de teatro, cine y televisión, debutó como guionista y director con Un Franco, 14 pesetas. En 2009 rodó su segunda película como director, Ispansi. Vive en Villalba, en la sierra de Madrid, porque es lo más parecido que ha encontrado a Suiza cerca de la capital de España, según dice él mismo. Ficha artística Carlos Iglesias (Martín) El caso Almería (1983) Dragon Rapide (1986) Siempre felices (1991) El caballero don Quijote (2002) Ninette (2005) Nieve de Medina (Pilar) Dispara (1993) Spanish Fly (1997) Los aficionados (1999) Marta y alrededores (1999) El Bola (2000) Nos miran (2002) Los lunes al sol (2002) Avant l’oubli (2005) Javier Gutiérrez (Marcos) El otro lado de la cama (2002) Días de fútbol (2003) El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo (2004) Crimen perfecto (2004) El penalti más largo del mundo (2005) Torrente 3 (2005) Isabel Blanco (Hanna) El lápiz del carpintero (2003) Notas del director Mi padre dice que los mejores años de su vida fueron los que pasó en Suiza, de 1960 a 1966. Vivir allí nos abrió los ojos y fue muy difícil encajar la vuelta. Eran años difíciles: mi padre y su amigo eran dos oficiales de primera en la mejor fábrica del momento en España y no podían pagar su propio piso. Por eso vivíamos con mis abuelos en el sótano que les correspondía por ser porteros en una finca del barrio de Argüelles. Tiempo después de haberse marchado mi padre y su amigo a Suiza, un día mi madre me cogió, me llevó al tren, pasamos muchas horas de pie en el vagón, y... ¡llegamos a un jardín! Salí de un sótano y me llevaron a un jardín maravilloso con un río, bosques, donde podía ir con la bicicleta en verano o jugar con el trineo en invierno. He rodado en la casa donde me crié, y, a día de hoy, al abrir las ventanas, el paisaje sigue siendo el mismo que veía cuando era niño. Allí, desde el primer momento, aprendimos que “lo que es de todos es más mío que lo mío”, y no lo he olvidado nunca. Cuando volví a Madrid, ya con doce y trece años, tenía discusiones con los otros chavales porque decían que los niños nacían... ¡por el ombligo! Yo alucinaba porque a mí me habían dado educación sexual en el colegio. Aquello era un mundo impensable para los españoles, con lagos nudistas, bailes donde sacaban a bailar las chicas, que eran las que, además, llevaban la iniciativa sexual. Las suizas se sentían muy halagadas con los piropos. Incluso vi debates en televisión sobre por qué las mujeres suizas se casaban con italianos y españoles, que qué estaba pasando. Cuando me anunciaron que nos veníamos, para mí fue algo normal, no me impresionó. Tenía la idea de que en España estaba mi familia, mis abuelos, mis tíos. Lo traumático fue cuando ya estaba aquí. Desde que cumplí los dieciocho, he ido todos los años a Suiza. Y a mis mejores amigos siempre les he llevado a conocer donde viví. Suiza tiene ahora 7 millones de habitantes y dos millones de inmigrantes. Allí siguen viviendo 90.000 españoles. Les reproché mucho a mis padres haber vuelto. Pero cuando escribí el guión de esta película, me decía que de haberme quedado en Suiza igual hubiese sido mecánico fresador en vez de actor. En cualquier caso, ésta es una historia contada desde la perspectiva y la comprensión que da el tiempo, y desde la ternura y la humanidad que da el haberla vivido. Carlos Iglesias Carlos Iglesias ha dicho a la prensa1 “(La necesidad de explicar esta historia) surgió hace cinco años. Había una entrada masiva de emigrantes en este país (España) y me llamaba mucho la atención el trato, o la falta de trato, que les dábamos, sobre todo hablando tan bien el español como lo hacen. Entonces se me ocurrió explicar una cosa que no estaba explicada en este país, como es la emigración masiva de españoles a Centroeuropa en la década de los 60. Como yo mismo fui emigrante con mis padres, comencé a idear el guión haciendo entrevistas a mis padres y a otros españoles e italianos que emigraron cuando lo hicieron ellos. Durante dos veranos hice entrevistas en Suiza, 58 en total, de donde han surgido las anécdotas que explico en la película (...). A mí la emigración a Suiza me dejó muy marcado, pero de manera muy grata y positiva. Para mí, Suiza es como una patria, como para otros lo es el pueblo donde nacieron ellos o sus padres. Es aquella referencia del lugar donde siempre me encuentro bien (...). A mí me sorprendían aquellos comentarios sobre ‘cómo lo pudisteis aguantar’ o de si eran racistas. Ya entonces interrogaba a mi padre sobre si era verdad que nos habían tratado tan mal y yo no me había dado cuenta, porque yo no lo había notado en absoluto. Es cierto que no nos regalaron nada, tampoco se trataba de eso, pero fueron muy honestos, en el sentido de la honestidad que tienen países como Suiza, Holanda o Alemania; recibíamos el mismo sueldo por el mismo trabajo y teníamos acceso a la misma vivienda que un suizo si nos la queríamos permitir. No es totalmente una comedia. En la primera parte sí hay humor porque las situaciones eran cómicas, situaciones de dos españolitos salidos de una España gris y miserable que entraban en la Europa de la riqueza y las libertades. Había momentos chocantes en la vida cotidiana, como el de los edredones, que no sabían que eran para taparse en la cama y no para tumbarse encima, o que cuando contratabas una habitación en un hotel el precio incluía el desayuno completo, o la existencia de un lago nudista. Hoy todos somos muy parecidos, pero entonces era muy sorprendente (...). Todo lo que explico es verdad, aunque no ha pasado todo a los mismos personajes como pasa en la película, donde lo he agrupado en dos o tres protagonistas. Tenía mucho material, he sido muy fiel, no he necesitado inventar nada. Quería un tono neorrealista y tenía suficiente con subrayar detalles como pasar por la aduana aquel bocadillo de chorizo como si fuera un kilo de cocaína (...). Es un periodo que no está explicado en cine. Me parece que es muy higiénico ver esta película, para entender que nosotros hace bien poco tiempo teníamos la misma admiración por la riqueza que puede sentir hoy en día un marroquí por un supermercado español. Nos va muy bien que bajemos a tierra y dejemos de tener la mentalidad de nuevos ricos” (El Periódico de Catalunya 23/04/06 (Dominical. Traducción propia) “Este niño soy yo, que me quedaba dormido encima de la maleta, al lado de mi madre; todo el camino de pie, al menos hasta Portbou. Viajábamos sin reserva, en un pasillo abarrotado, para encontrarnos con mi padre en Suiza, a donde había emigrado unos meses antes (...). He rodado una parte del filme en la misma casa en la que me crié, en una zona suiza que linda con Austria y Alemania. Ha sido todo muy fácil porque tenía la película perfectamente clara (...). Cuando mi padre decidió regresar a España fuimos a San Blas, que era un barrio en medio de la nada. Era una España casposa y gris. En los primeros años iba de casa al colegio y viceversa, no podía soportar la calle. Fue tremendo”. (El Periódico de Cataluña, 20/03/06). “Una historia de inmigración contada al revés, donde el auténtico dramatismo está en la vuelta a España 1 Se incluyen aquí algunas de las declaraciones hechas a la prensa por Carlos Iglesias durante la promoción de la película. Para la selección de estas citas, y la elaboración de esta guía didáctica en general, nos ha sido de gran ayuda el dossier de prensa sobre la película recogido en la Biblioteca del Cinema de la Filmoteca de Cataluña, así como la amabilidad de su personal. (...) una experiencia traumática en la que me sacan del paraíso para meterme en San Blas (...). El inmigrante es, en general, un llorón. Pero en mi película, el inmigrante sale de una España profunda y oscura para llegar a una Europa liberal y tolerante y con una calidad de vida y de educación estupendas”. (El País, 8/08/2005) “Quería que, a través de la película, recordáramos que nosotros hemos sido inmigrantes, y que se nos trató mejor de lo que ahora tratamos nosotros a la mayoría de los inmigrantes. Yo tengo recuerdos felices de entonces: el trato que recibíamos, la calidad de vida... recuerdo la calefacción en la fábrica, que teníamos inodoro y papel higiénico, que vivíamos en una casa moderna. El verdadero problema estuvo en la vuelta a la España de mediados de los sesenta. (La escritura del guión) me tocó mucho. Mi padre se sinceró conmigo como no lo había hecho nunca. La creación del guión es una parte muy bonita y muy intensa porque estás en soledad” (Introducirlo después en lenguaje cinematográfico: guión). (ABC, 5/05/06) “Primero escribí el guión y nada más imponía el poder ser el actor, porque este trabajo es un homenaje a mi padre. (Lo de dirigirla) me lo dijo el productor, porque en caso contrario no le interesaba. Me di cuenta de que tenía razón. Es una historia muy vivida, hemos tenido la suerte de localizar los escenarios donde pasó y yo habría sido terrible detrás del director (...). Escribir el guión fue situarme en mis raíces, volver 40 años atrás. Y conocí a mucha gente en el trabajo de documentación a los que ahora puedo llamar amigos. El único proceso complicado ha sido sacar adelante la financiación, que casi me ha hecho renunciar a cuatro años de mi trabajo habitual, desde que presenté el guión al primer productor (...). No todo el mundo creía en la película. Me acordaba de los que cuestionaban si habría un público para ella cuando los espectadores aplaudieron 12 minutos en el Festival de Málaga (...). El tono neorrealista que quería a mí me resultaba atractivo, pero era demasiado light para algunos productores. Es un homenaje más, que hago a las películas de los 60 como Plácido, El verdugo, Ladrón de bicicletas. Nunca me canso de verlas. El estilo de una película que habla del día a día de una familia que emigra tenía que ser el del cine de esa época (...). Era un tema que no interesaba en la época de Franco. Daba un poco de vergüenza reconocer que nuestras playas se llenaban de turistas y, sin embargo, había 4 millones de españoles fuera. No interesaba explicarlo entonces y se ha perdido esta memoria. En aquella época no salieron de España intelectuales como lo hicieron en la posguerra. Era la clase obrera la que se iba a buscar un nivel de vida más alto. Un franco, 14 pesetas era la puta realidad por la que se marchaban”. (El Periódico de Catalunya 05/05/06. Traducción propia). “He tenido con mi padre conversaciones de adulto a adulto que no tuve entonces. Había mil detalles que desconocía y que ahora he descubierto. En esta película hay mucho trabajo de documentación, mucho trabajo de horas y horas contando mil historias de la vida cotidiana de aquellos años. Desde los edredones que no sabían que eran para taparse, a los desayunos abundantes que se incluían en el precio de las habitaciones, o los lagos nudistas. El choque era muy grande. Éramos muy distintos, y lo de la falta de limpieza no era un tópico más (...). Desde el franquismo no interesaba contar que fuera se vivía mejor. El milagro español era la obra de Franco y se ocultaba la realidad de los cuatro millones de españoles que habían huido a Alemania, Holanda o Suiza en busca de trabajo. Creo que mientras que los exiliados políticos han tenido un lugar en la memoria, los emigrantes han pasado al olvido más absoluto (...). El trauma gordo fue la vuelta a España. Me costó adaptarme a Suiza, por el idioma, pero el regreso fue tremendo. Nos fuimos a vivir a un bloque de casas en medio de la nada, un descampado horrible. Mi madre no aguantó mucho y al poco buscó otro sitio mejor (...). Me gusta saber que las mujeres se sienten bien tratadas en esta película, lo cierto es que en mi vida he conocido a muchas mujeres muy interesantes. Empezando por mi propia madre. El personaje de la madre es el de una mujer capaz de perseguir lo que quiere hasta extremos inconcebibles. En aquella época las mujeres no trabajaban, el mercado laboral no estaba a su disposición y por eso había que empujar a los maridos. Muchos salían de España por ellas. Mi madre era –y es- muy valiente. Tiene ese carácter (...). He añorado siempre Suiza. He vuelto a dedo, en autobús, en coche, en tren y en avión. Cuando mi padre me dejó sacarme el pasaporte, a los 18 años, lo primero que hice fue irme a Suiza”. (El País, 5/05/06) Ahora que llegan tantos extranjeros a nuestro país, es muy bueno tener la sensibilidad que te da haber sido emigrante. (El rodaje en Suiza) fue increíble. Nos apoyaron en todo. El Ferrocarril Suizo puso los trenes y filmamos en ellos totalmente gratis, como en la fábrica, la escuela... El pueblo de Schwelbrunn se volcó. Cuando cayó una nevada en diciembre, el Ayuntamiento me avisó, y así pudimos filmar durante una semana esas maravillosas escenas con 50 centímetros de nieve. Además, las gentes nos traían sus cosas más valiosas: los coches de época que tenían, las motos, recuerdos de antaño... Era muy fácil filmar porque venían las cosas a nosotros (...): Estábamos localizando en Suiza y le dije al productor: ‘Mira, en ese piso he vivido con mis padres’. Bajó entonces una señora al portal y le pregunté: ‘Oiga, ¿quién vive ahora en el segundo?’. ‘Está libre –me contestó-. Sus inquilinos se fueron hace una semana y media”. El caso es que nos dio el número del casero y alquilamos mi propia casa por una semana (...). También rodamos a diez kilómetros, en localizaciones donde me crié, pues estuve en Suiza entre los 5 y los 12 años. Y otra escena se rodó en el sótano real de Argüelles donde yo nací en Madrid”. (La Gaceta de los negocios 2/06/06) Algunas cosas que dijo la prensa antes del estreno2 “Después de cuatro años de trabajo, ha conseguido dinero para pasarse cinco semanas rodando en Suiza y hacer una película sobre la emigración española en los 60. Él habla de una mirada nueva sobre un pasado que es el suyo, el de sus padres, memoria heredada que escribió en un guión de película, Un Franco, 14 pesetas, que también ha dirigido y coprotagonizado” (El Mundo, 25/04/06) “Buena parte del elenco corresponde a los verdaderos habitantes de esta parte de Suiza” (El Periódico de Catalunya, 20/03/06) “No hay referencias políticas directas, pero sí el ácido retrato de una sociedad, la de la dura vida de la clase trabajadora en la España del 1960 y el 1966 (…). Buena parte del elenco corresponde a los auténticos habitantes de esta parte de Suiza” (El Periódico, 20/03/06) Algunas cosas que dijo la prensa después del estreno “Carlos Iglesias (Madrid, 1955) tenía 12 años cuando volvió a España. Dejaba atrás un pueblo de postal en Suiza –adonde habían emigrado sus padres huyendo del paro y la miseria franquista- para regresar a un país feo y gris. Le costó adaptarse –en 1966, el contraste entre ambos lugares era insalvable- pero la experiencia le dejó una huella que ahora, más de 40 años después, se ha convertido en la raíz de su ópera prima: Un Franco, 14 pesetas. La película no nace de la nostalgia sino de la perplejidad ante la frialdad o el desprecio con los que son recibidos en la España actual gran parte de los inmigrantes (…) Un Franco, 14 pesetas habla del presente hablando del pasado (…). Entre la comedia y el neorrealismo, la película aborda un asunto que, según Iglesias, el cine español no ha tratado con justicia (…) la madre es, dice el actor, ‘el motor’ de la historia. Es ella la que empuja al marido a salir del país, es ella la que decide reunirse con él sin papeles y con su hijo de seis años y es ella la que resuelve con inteligencia el idilio que mantiene su marido con otra en 2 Para la selección de estos fragmentos, nos ha sido de gran ayuda el dossier de prensa sobre la película recogido en la Biblioteca del Cinema de la Filmoteca de Cataluña. Suiza (…) Un Franco, 14 pesetas habla de la amistad entre españoles e italianos, del aceite de oliva, de los platos de pasta y de unas mujeres fuertes” (El País, 5/05/06) “El nombre de la película tiene doble sentido: habla del cambio (en los años 60) entre la moneda española y la de Suiza, pero también hace referencia al Caudillo. De aquí que el ‘Franco’ del título se escriba con mayúscula”. (La Vanguardia. Què fem?, 5/05/06. En catalán. Traducción propia) Un reportaje-entrevista, una crítica y una crónica