REPORTAJE VIVIENDA PRODUCTIVA: UNA SOLUCIÓN HABITACIONAL Una vivienda que conjugue habitabilidad y productividad. Esa es la base de las llamadas “viviendas productivas”, una nueva iniciativa arquitectónica y una posible política habitacional en la búsqueda de la superación de la extrema pobreza en Chile. La vivienda productiva pretende lograr la integración del trabajo a la casa, para que quienes no pueden acceder a las redes de trabajo del mercado, tengan la posibilidad de generar ingresos que les permita auto-sustentarse. Este nuevo concepto se ha desarrollado en Chile principalmente a través de experiencias aisladas en distintos lugares del país: Renca, Iquique y últimamente en la población el Castillo de la Pintana bajo la dirección de una iniciativa privada llamada fundación Misión de Cristo. Por Carolina Parada, Javiera Cortina, Victoria Paz Cómo surge la vivienda productiva La realización de este tipo de proyectos no se ha dado sólo en nuestro país. Hay experiencias de este tipo en países como Perú, Colombia y, las más exitosas han sido llevadas a cabo en Venezuela, donde a partir del año 2003 se han destinado 4,4 millones de dólares para construir 150.000 viviendas sociales bajo este esquema. La base teórica de este proyecto se basa en reconocer aquellos hechos que se dan de facto y darles una adecuada solución que permita que se desarrollen en forma adecuada y explotando sus potencialidades. Para Ricardo Tapia, director del Instituto de Vivienda (INVI) de la Universidad de Chile, es importante reafirmar lo que desde hace tiempo se da en Chile, ya que “al día siguiente de inaugurar un conjunto habitacional la gente ya está instalando negocios en sus hogares, por lo que este tipo de proyectos viene a constatar una necesidad y una realidad que existe en los sectores populares, los que se dedican, principalmente, al comercio minorista”. La masividad de esta práctica se manifiesta en una ley creada en 2003 especialmente para las microempresas familiares: la ley 19749. Ésta tiene como requisito que 68 la actividad económica se ejerza en la casa habitación familiar, que en ella no laboren más de cinco personas extrañas a la familia, y que sus activos productivos, sin considerar el valor del inmueble, no excedan las 1000 UF. A un año de su entrada en vigencia existen 2.200 empresas inscritas, de las cuales el 60% pertenece a mujeres. Según datos del Sernam las principales actividades se relacionan con extensiones del trabajo doméstico, como comercio de alimentos, confecciones y algunos servicios. Se espera que de esta manera 400 mil negocios más puedan regularizar su situación, lo cual demuestra que la productividad del hogar es fundamental para muchas familias y representa una modalidad muy extendida. Francis Pfenniger, gerente general del colegio de arquitectos, asegura que una iniciativa de vivienda productiva es beneficiosa en este sentido, ya que es necesario reconocer las situaciones y darles una solución arquitectónica que responda a sus necesidades. Agrega que gran parte de los pobladores que utilizan Vivienda productiva una solución habitacional áreas de sus casas para la venta o reventa de artículos no cuentan con los espacios idóneos para ello, o mezclan los ambientes sin posibilidad de separar aquello que pertenece al descanso, al ocio y a la actividad laboral. Cómo lograr el éxito en la vivienda productiva Ricardo Tapia establece ciertos factores que deben estar presentes para que estas iniciativas sean exitosas: En primer lugar asegura que se debe realizar un diagnóstico para saber cuánta gente, dentro del conjunto habitacional, cuenta con trabajo estable. A partir de eso se decide cuántas viviendas productivas han de realizarse. En segundo lugar se debe conocer y evaluar qué ámbitos laborales son posibles de llevar a cabo bajo este esquema. En esto destaca que no todas las labores serán exitosas, considerando que probablemente algunas no tendrán beneficios si ya existen otras viviendas dedicadas a lo mismo. En tercer lugar establece que es fundamental saber buscar fórmulas creativas para relacionar lo que es vivienda como descanso y como unidad productiva. La solución habitacional debe tener un diseño flexible, ya que las familias van cambiando, crecen o se tornan más pequeñas, por lo que dentro del diseño arquitectónico se debe contemplar la posibilidad de reutilizar el espacio que se destina a la actividad productiva. Debe existir un reciclaje de los espacios habitacionales. Joan MacDonald Directora Ejecutiva del Diplomado Nacional de la Corporación de Promoción Universitaria (CPU), agrega que una iniciativa de este tipo es positiva, ya que en los sectores populares el empleo es muy inestable y las condiciones de trabajo son generalmente informales, por lo que el hecho de que las personas puedan trabajar en sus hogares es una buena alternativa. La posibilidad de auto sustentarse es una forma de que las personas se sientan con las herramientas para superar la condición de pobreza. Como requisito, la arquitecta establece que para hacer más efectivas estas iniciativas deben existir estudios previos que aseguren que las actividades que se instalan en las casas productivas corresponderán a una demanda adecuada de tal servicio. Asimismo, los planes deben considerar no sólo a las familias que reciben la ayuda, sino al conjunto habitacional en su totalidad, ya que de lo contrario “es muy fácil que a esas familias las absorba la pobreza de las orillas”. Por esto el espacio público debe ser de primera importancia para la ejecución de este tipo de planes, ya que para una ayuda efectiva el conjunto habitacional debe levantarse por completo. Tanto Ricardo Tapia como Joan MacDonald coinciden en la necesidad de crear una red de contactos para poder sustentar iniciativas y proyectos como el de la vivienda productiva. Esto se refiere a que la actividad desarrollada pueda extenderse más allá del barrio, para que un mercado más amplio y donde exista una mayor demanda pueda acceder a los diferentes servicios que se pretende entregar. Tal como dice la arquitecta “los pobres no tienen el dinero suficiente para enriquecer a otros pobres y si no se establece un contacto externo la actividad comercial sólo produce que el mismo dinero de más vueltas”. Vivienda productiva: ¿una forma de superación de la pobreza? En la superación de la extrema pobreza existen distintos ejes que pueden complementarse con la iniciativa de vivienda productiva y así lograr resultados exitosos que traspasen a los casos aislados. Para la arquitecta Joan Mac Donald, deben existir cuatro ejes de acción sobre los que se debe trabajar. Lo primero es el acceso al suelo. Lo importante es que el espacio de la construcción de una vivienda sea propio y en caso de que no lo sea, ayudar a las familias a obtenerlo. Sin esto los esfuerzos disminuyen su eficacia ya que en la propiedad se va creando el sentimiento de riqueza y se fundamenta el esfuerzo social. A esto se añade la necesidad de contar con los servicios básicos, ya que estos en definitiva generarán mejores condiciones de vida para las familias y para 69 REPORTAJE la comunidad. Esto implica que los programas deben contemplar un aspecto que va más allá de la mera entrega de la vivienda productiva y que abarca el trabajo cotidiano y la transmisión de la importancia de mantener estos servicios. Esto debe contribuir a evitar aquellas situaciones en los cuales los servicios están presentes pero en forma discontinua debido a la morosidad en los pagos. También destaca el tema de los espacios públicos. En estos las personas pueden constituir grupos, organizarse dentro de las comunidades, y de esta forma mantener el capital social indispensable para la superación de la pobreza. Como cuarto punto se refiere a la productividad en la propiedad. Para la arquitecta es necesario que exista la posibilidad de habilitar un espacio dentro de la vivienda, donde las personas puedan desarrollar labores comerciales, ya que la vivienda siempre se ha considerado como un bien productor . Para Ricardo Tapia, la intervención de privados en el tema de la superación de la pobreza es muy útil. Como una manera de asegurar su efectividad cree que “los proyectos impulsados por ellos deben mantener ciertos índices de replicabilidad, es decir, que en caso de que ellos no siguieran con la ayuda, los costos pudiesen ser asumidos por las municipalidades”. En la creación de una vivienda productiva existen distintas formas de adecuar el hogar a una actividad económica. Para este reportaje analizaremos la utilizada por “Misión de Cristo”, una fundación que ha concentrado su ayuda en la población El Castillo de la Pintana bajo esta modalidad de trabajo. Una iniciativa de vivienda productiva: “Misión de Cristo” La fundación comenzó con la entrega de mediaguas a 3 familias, y ha evolucionado hasta la construcción y habilitación de dos casas de cemento con servicios básicos para dos beneficiadas: Doris Pizarro y Carola Barahona. Esta iniciativa fue gestada por el arquitecto David Rodríguez, quien luego de la primera ayuda quedó muy desilusionado desde el punto de vista técnico. “Lo que hicimos nosotros fue una solución de emergencia y así estuvo bien, pero como solución definitiva no era suficiente”. A raíz de esta inquietud nace el concepto de la casa como unidad productiva. En un análisis del ambiente de las viviendas, el arquitecto detectó problemas de negación del espacio externo, la 70 Análisis del ambiente de las viviendas. cual se manifiesta en sellado de ventanas y enrejados caseros, y soluciones “parche” contra la lluvia, las cuales llevan a problemas de humedad, iluminación, y acumulación de objetos en espacios reducidos. Para el proyecto se decidió conservar la unidad básica que ya existía en las casas y que consistía en muros de albañilería, contenedores de la cocina, baño y living comedor. Asimismo se delimitó el terreno con un muro separador ya que sólo existía un armado inestable de tablas entre un terreno y otro. Las habitaciones productivas de la casa se construyeron en la planta baja sin segundo piso debido a dos razones. En primer lugar porque en los casos concretos existían familiares en silla de ruedas y en segundo lugar porque esta modalidad deja abierta posibilidades de ampliación y no limita el espacio destinado al patio, el cual ilumina y asolea los recintos combatiendo así la humedad. Plano casa Doris Pizarro. Vivienda productiva una solución habitacional Patio actual casa Doris Pizarro. Plano casa Carola Barahona. La relación interior / exterior se consideró desde un inicio como arquitectónicamente muy importante, ya que la vivienda se organiza con un patio continuo que da a todos los dormitorios. De esta manera la familia duerme en un gran espacio sub-dividido que se abre a un ventanal. Esto genera una unidad y un nuevo tamaño espacial, ya que la trasparencia de estos ventanales hace que los dormitorios participen de todo el ancho del terreno. Con esto se pretendía que los habitantes cambiaran de un entorno apretado, con espacios muertos y oscuros, a uno holgado y con gran iluminación. La conjugación entre habitabilidad y productividad se logró por una adecuada organización progresiva de los recintos. Estos pasan de lo más público a lo más privado, desde lo más cercano a la calle donde se ubican las habitaciones productivas hasta el interior donde están los espacios familiares y de descanso. Las actividades fueron acogidas en los niveles de privacidad posibles, ya que no se contaba con el suficiente espacio para dar respuesta individual a cada una de ellas. La culminación de este proyecto fue un modelo de vivienda que tuvo un costo total de 5,65 millones de pesos para la fundación, costo que involucra la construcción de la misma, su implementación (cocina, refrigerador, etc) y una ayuda mensual otorgada a cada familia. En las tablas se muestran las estadísticas de medidas de construcción de las casas piloto ya entregadas y los costos. Casa Doris Casa Carola Subtotal M2 Remodelacion M2 Ampliacion M2 Terraza M2 Lavadero 27 27 54 31.4 52.75 84 810.518.5 2.8 2.6 5.4 Total161.9 m2 M2 Remodelacion 54*0.4= 21.6 M2 Ampliacion M2 Terraza18.5*0.2= 3.7 84*1= 84 M2 Lavadero TOTAL114.7 5.4*1= 5.4 m2 Ponderados Total m2 ponderados114.7 Total Costo Valor m2 Productiva 529.4 UF 4.6uf/m2 71 REPORTAJE Las dos primeras casas La primera, corresponde a la señora Doris Pizarro, quien tiene cuatro hijos y hacía pan para sobrevivir. La fundación aprovechó esa habilidad y la potenció, ampliando la cocina inicial hacia un taller de trabajo. Además de la construcción de la casa, Doris recibió una capacitación que le permitió desarrollar sus conocimientos. El segundo caso es el de Carola Barahona, también con cuatro hijos, quien ya tenía cursos de peluquería a su favor, por lo que en su casa se implementó un área de peluquería. Área productiva Área productiva MISIÓN DE CRISTO Veinticuatro años después de terminar sus estudios, un grupo de amigos del colegio San Ignacio motivados por la precaria situación que se vivía en la población El Castillo de la Pintana, decidió formar un grupo de ayuda. La iniciativa fue gestada por el empresario Mario Varela Balbontín, actual Vicepresidente de la Fundación Misión de Cristo, quien tras una visita al lugar, después del violento temporal del 2002, decidió ponerse en contacto con algunos amigos para solicitarles una ayuda. Una vez que surgió el concepto de vivienda productiva dentro de la fundación, la selección de las familias se llevó a cabo guiada por Benito Baranda, director social del Hogar de Cristo y Cristóbal Arteaga, encargado del área niños de la institución. Ésta se basa en dos criterios principales que la propia fundación estableció como objetivo: que la jefatura de hogar esté en manos de mujeres solas y que el terreno a construir sea propio. Hasta el momento, el financiamiento de las casas ha sido mediante donaciones. El directorio aporta una cuota mensual y paralelamente se acercan a empresas en busca de cooperación. Hasta ahora han funcionado como una “red de amigos”, sin embargo, en dos años han juntado aproximadamente 25 millones de pesos. Al ser una fundación católica, una de sus prioridades es lograr una formación cristiana para la gente del sector, por lo que desarrollan, paralelamente a la construcción de la casa, un programa de evangelización y educación. 72