68 ESPECIAL ANIVERSARIO @pulso_tw facebook.com/pulsochile Viernes 27 de noviembre de 2015 • www.pulso.cl Una entrevista de XIMENA CELEDÓN FERNÁNDEZ S Cuándo decimos ciudad, ¿de qué estamos hablando? —La ciudad como tal, como concepto es un ente dinámico que concita el acuerdo tácito de toda una comunidad por hacer un espacio público coherente, unificador, que recibe todos los actos públicos de la sociedad. Si una ciudad se transforma en nada más que para la resolución de un problema técnico o de transporte o de sistemas de aguas servidas, etc. y sobre esa base se transforma una ciudad, esa ciudad va destinada a morir. Santiago, ¿es un espacio coherente? —Fue un espacio coherente. ¿Hasta cuándo lo fue? —Hasta el momento en que se abandonó la tradicional trama urbana impuesta por las Leyes de Indias, impuesta por el rey de España y que consiste en una cuadrícula de 120 x 120, donde la ciudad va a urbanizarse. Esta cuadrícula debía tener en su centro una plaza, se localizarían las instituciones más importantes, como la Alcaldía, la Catedral, la Cárcel, el Museo Histórico, etc. ¿Qué gesto significó esto? Consolidar un modelo urbano donde la gente iba a encontrarse, a discutir sus puntos de vista, iba a la concordia, etc, y se construyó una ciudad coherente, armónica, crecedora en forma ordenada. ¿Qué pasó? — Vino la influencia fuerte de la ciudad-jardín, que parte en Inglaterra, a comienzos del siglo XX, diseñada por Ebenezer Howard y que los estadounidenses interpretan rápidamente. Estados Unidos era un país muy rústico, por lo que toman las ideas de Howard y hacen ciudades basadas en ese concepto, el que consistía en que la vivienda debía estar rodeada de jardines. ¿Y qué hacen los americanos? Inventan el bungalow y esto nos llega acá a principios del siglo XX. Y las grandes mansiones, que aún quedan algunas, como el Palacio Pereira o el Iñíguez, desaparecen y todos se trasladan con el concepto de la casa-jardín hacia la precordillera y se vacía Santiago. Dado el crecimiento que comenzó a tener Santiago, ¿este espacio lógico podía seguir creciendo de manera coherente? — Obvio. Pero en la medida que Santiago se iba expandiendo hacia la precordillera en tema de vivienda, ¿eso no generó también movimientos menos lógicos de transporte? — No, por dos razones. Primero porque Santiago siguió creciendo en torno a la cuadrícula, todo lo que es el barrio Avenida Matta, todo lo que es el barrio Bellavista, todo eso está estructurado en el siglo XIX, sobre la base de la cuadrícula. No podemos pensar en situaciones efímeras, sobre todo hoy en que la tecnología nos apabulla, pero la ciudad no es un avance tecnológico, la ciudad coherente, armónica es la que respeta la trayectoria del hecho urbano. Y este hecho urbano llamado ciudad se constituye por una arquitectura urbana, es decir esa arquitectura que está generando la calle, que está generando la plaza, el portal y que es donde la sociedad toda se reúne para tomar decisiones. ¿Por qué nos fascina París? Por su cohe- FOTO: ALEJANDRA DE LUCCA V. ON más de 40 años de trayectoria profesional y Cristián Boza sigue plenamente vigente. No sólo porque su franqueza no siempre es bien recibida, sino porque continúa defendiendo una directriz que para él es vital: la arquitectura es fundamental para la construcción de una ciudad. Esta idea fuerza, que desarrollaron grandes maestros de la arquitectura hace ya más de 50 años, ha sido la base de su crítica ante la falta de arquitectura urbana que él ve en los últimos proyectos que se plantean para nuestra ciudad. Y en ese contexto, señala que una ciudad de seis millones de habitantes como Santiago necesariamente debe reorganizarse sobre la base del concepto del barrio. ENTREVISTA CON ARQUITECTO Cristián Boza: “Una ciudad de seis millones de habitantes debe reorganizarse sobre la base del concepto del barrio” —El destacado profesional señala que la ciudad coherente, armónica, es la que respeta la trayectoria del hecho urbano. Y este hecho urbano llamado ciudad se constituye por una arquitectura urbana. rencia y ¿cómo llegó a eso?, porque Napoleón III le dijo al barón Haussmann, su intendente: yo quiero una ciudad coherente, ordenada con ejes, que se vean los monumentos, todo unido por una altura constante. París tiene todo una altura de cinco pisos más mansarda ¿Por qué eso es válido?, porque se da el encuentro. ¿Se podía compatibilizar lo de la CiudadJardín con la cuadrícula? — Claro, con lugares de esparcimiento para la ciudadanía. ¿Cuál fue el detonante en Santiago? Puedo pensar que la aparición de los centros comerciales cambió el concepto de ciudad… — Otra copia americana, aparecieron los malls, que se transformaron en “las plazas modernistas”, lo digo en forma peyorativa, ¿dónde va a haber encuentro allí? Esa cosa que ancestralmente nos identifica con el espacio público, que es donde la ciudad debe manifestar sus deseos. En una carta en El Mercurio yo pongo que cómo no han leído a Quaroni, a Aldo Rossi, a todos estos caballeros que pensaron este tema hace 50 años y que con dificultad se ha ido recuperando. Pero no va a ser nunca posible mientras los proyectos se estructuren en base al tema del transporte. Se transformó en un tema para resolver el transporte y las ciclovías, cuando es probable que en 20 años no existan bicicletas. Esta nueva Alameda que se quiere hacer es una oportunidad para qué... — Para hacer una cosa coherente, generar espacios públicos, generar plazas. Fíjese que uno de los proyectos va a desarticular la Plaza Italia, nada más representativo de Santiago que la Plaza Italia, donde se junta todos. Ese punto crítico, que podría ser la Plaza de La Concordia en París, Trafalgar Square en Londres o la Plaza Real de Madrid, la eliminan, para que pasen unas autopistas dobles, ciclovías… ¿En Santiago aún hay oportunidades para imponer el concepto que Ud. defiende? — Es que todo pasa también por otro circuito, ¿cómo se organiza una ciudad de seis millones de habitantes…una ciudad de seis millones de habitantes debe reorganizarse sobre la base del concepto del barrio, ¿y que es el barrio? Es una situación socio espacial, que tiene sus medidas muy precisas: no puede tener más de 30 hectáreas, no puede tener una distancia de más de 10 minutos caminando…ahí se van definiendo los espacios públicos… ¿Cuál es el mejor ejemplo de barrio en Santiago? — Es que no es nuevo, tendría que referirme a la Población Huemul (en el barrio Franklin), hecha en 1920 por Ricardo Larraín Bravo, es una población que tienen sus casas, su plaza, su biblioteca, su salón de reuniones, una iglesia en el eje y que está basada en la cuadrícula y que hoy es el non plus ultra, la publican en todas partes, lo declararon monumento nacional, ¿por qué no replicamos la Población Huemul en una serie de lugares? Esa misma población puede ir generando una ramificación que va a invadir todo… ¿Será un problema de desencuentro político? Por las diferencias de partidos de los distintos alcaldes… — Aquí lo único que hace falta es el alcalde mayor, que tenga la visión completa, la autoridad y la toma de decisión… ¿Qué no es el intendente? — Que no es el intendente o que debiera ser el intendente... Suena lógico que sea el intendente quien tenga la visión global… — Sí, una visión global del tema y no esté controlando las marchas o inaugurando puentes…pero pienso que el alcalde mayor tiene que ser un experto en la ciudad. Mi amigo (Claudio) Orrego no es un experto en la ciudad y tiene responsabilidades políticas, etc. Pero acá llegamos a un tema que no hemos tocado y que es el de la densidad. ¿Cuánta densidad debería tener una ciudad óptima? No sabemos exactamente cuánta, pero lo que sí sabemos es que la ciudad no puede seguir extendiéndose y para que ello no siga ocurriendo hay que construir en alta densidad, es decir, que en ciertos puntos que arquitectónicamente pueden destacarse pueden aparecer edificios. Eso sí, no como las Torres de San Borja, que es fatal, que es la última expresión del urbanismo modernista de Le Corbusier y que rompió con un barrio tradicional, que era el Hospital San Borja con sus calles, con sus cuadrículas y se construyeron 20 torres que no tienen ninguna conexión unas con otras, esa no era la solución. Pero sí la solución puede ser densa y puede serlo en cinco pisos. Nosotros hicimos una propuesta hace muchos años, en 1977, de remodelación de Santiago Poniente en torno a la plaza Brasil y a la Plaza Yungay y entre los estudios que hicimos nos dimos cuenta que la misma densidad del San Borja se podía lograr en cinco pisos, ¡París pues…! ¿Dónde ubicaría estos edificios de alta densidad? — En lugares en que le densidad pudiera expandirse, por ejemplo frente a un parque. El Central Park está rodeado de torres de 30 pisos y qué maravilla es… ¿Estamos a tiempo aún para que Santiago sea una ciudad coherente? — Es la pregunta…a mí ya no me tocó.P