220-38042 Ref. En el caso de que una persona jurídica sea miembro de la junta directiva de una sociedad, actuará para tal fin por conducto de su representante legal, y en su ausencia, por la persona inscrita en el registro mercantil en su calidad de suplente. Se recibió su escrito radicado en este Despacho con el número 436,256-0, por medio del cual eleva una consulta en los siguientes términos: a. Manifiesta que el representante legal de una persona jurídica que ostenta la calidad de miembro de la junta directiva de una sociedad, designó a uno de sus directivos para que la representara en una reunión de dicho cuerpo colegiado. Sin embargo, el presidente de la junta directiva no lo aceptó, bajo el argumento de "que no era su representante legal estatutario", determinación que lo motiva a preguntar si tal determinación o negativa se ajusta a las normas legales pertinentes. b. "La junta Directiva de la sociedad próximamente designará a su nuevo gerente...existe inhabilidad o incompatibilidad por parentesco entre la persona que se designe en dicho cargo y el representante legal de la Persona Jurídica que hace parte de la Junta Directiva de la sociedad teniendo en cuenta que para asistir a sus sesiones, como ya se mencionó, se designó a otra persona." Antes de entrar a resolver el primero de sus interrogantes, vale la pena poner de presente que la sociedad es una persona jurídica, y como tal, requiere de un representante permanente para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de las funciones que le corresponden. Es así que, al constituirse la sociedad es requisito sine qua nom, entre otros, que en la escritura correspondiente se señale el nombre y domicilio de la persona o personas que han de representarla (Artículo 110, numeral 12 del Código de Comercio). Dicho representante ha de ser permanente pues es la única forma en que la sociedad puede actuar; de ahí la importancia del nombramiento de uno o más suplentes para que el principal pueda ser reemplazado en sus faltas temporales o absolutas, pues la sociedad de ninguna manera puede quedar acéfala. Lo anterior quiere decir que, basta que falte el principal para que su suplente asuma sus funciones, para lo cual debe estar debidamente inscrito en el registro mercantil. Así, frente al caso motivo de estudio sucede igual, es decir, faltando el representante legal principal para el ejercicio de sus funciones, en este evento la concurrencia a la reunión de junta directiva para representar a la sociedad como miembro de la misma, entra a sustituirlo su suplente, quien para el efecto debe cumplir con el requisito del artículo 163 del Código de Comercio, que prevé la obligación del registro mercantil. Sobre el tema la entidad se pronunció anteriormente, mediante Oficio DAL- 03810 del 24 de febrero de 1.986, en los siguientes términos: "Ciertamente este Despacho, con fundamento en inequívoca interpretación de la ley, sostiene que cuando una persona jurídica es miembro de la Junta Directiva en una sociedad mercantil, corresponde a su representante legal ejercer los derechos y cumplir las obligaciones propias de su cargo de acuerdo con la ley y los estatutos sociales, en el referido cuerpo colegiado. (...) En este orden de ideas es oportuno señalar que conforme con la previsión del artículo 164 del Código Mercantil, las personas que se encuentren inscritas en la Cámara de Comercio del domicilio social como representantes de una sociedad, conservan dicho carácter para todos los efectos legales, mientras no sea cancelada tal inscripción a través del registro de un nuevo nombramiento o elección. Añade la norma que la sola confirmación o reelección de las personas ya inscritas no necesitan de un nuevo registro. Pese a que constituye un hecho suficientemente conocido, no sobra recordar que en caso de ausencia accidental o definitiva del representante legal principal, los llamados a reemplazarlo son sus suplentes, como él inscritos en el Registro Mercantil, en su orden si fueren varios, quienes tienen vocación legal para el efecto y ello, con todas las facultades, atribuciones y derechos que aquél posea en el normal desenvolvimiento de su función. Lo anterior, desde luego, mientras se provea la respectiva vacante. Ahora bien, debe quedar perfectamente claro que en casos como el consultado, el representante legal de la sociedad elegida como miembro de la Junta Directiva de otra, obra no a título personal, sino en nombre de la persona jurídica a la cual representa, como lo indican las expresiones que se emplean para referirse a él: representante legal. ...Es imposible aquí dejar de hacer hincapié en que la calidad de representante legal, solo puede ser ostentada por su titular o su suplente según el caso, mientras permanezcan inscritos en esa condición en el Registro Mercantil." En este orden de ideas, para determinar si la decisión del presidente de la junta directiva se ajustó a las normas legales pertinentes, es suficiente verificar si la persona rechazada para reemplazar al representante legal principal ostentaba la calidad de suplente del mismo según registro mercantil, bajo el entendido de que el ejercicio de su cargo se habilita en ausencia temporal o absoluta de su principal. Con relación al segundo interrogante ha de tenerse en cuenta que para la integración de juntas directivas el artículo 435 del Código de Comercio únicamente prohibe en las sociedades diferentes a las de familia, formar mayorías con personas ligadas entre sí por matrimonio, o por parentesco dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o primero civil, sin que se contemple la situación planteada en la consulta. Así las cosas, se tiene que no existiendo prohibición legal por razón del parentesco entre el representante legal de la persona jurídica miembro integrante de la junta directiva con la persona que se designe como representante legal de la sociedad, tampoco la habría, según la ley conmutativa, respecto del representante legal que se eligiere bajo las contempladas condiciones, lo que se entenderá sin perjuicio de las disposiciones que consagran los artículos 224 siguientes de la Ley 222 de 1995 en materia de deberes y responsabilidad de los administradores.