220-109711 Ref.: Elección de la junta directiva en la Corporación Hatogrande y actuaciones de los miembros salientes. Se avisa recibo de su escrito radicado con el número 396.003-0 del 13 de octubre de 1999, mediante el cual pone de presente algunos hechos y circunstancias relacionadas con las actuaciones de la junta directiva saliente de la Corporación de la referencia y solicita la opinión de esta Superintendencia para superar el inconveniente presentado. Sobre el particular, es preciso comunicarle que la situación planteada no es de la órbita de competencia de esta Superintendencia, por cuanto los sujetos exclusivos de las atribuciones de inspección, vigilancia y control, conferidas por la ley a este Organismo, son las sociedades comerciales, sucursales de sociedades extranjeras y las empresas unipersonales, en la forma y términos previstos en los artículos 83, 84 y 85 de la Ley 222/95. No obstante lo anterior, si para los fines pertinentes resultare procedente acudir a la legislación mercantil, aplicable a las sociedades comerciales y a las civiles por disposición expresa del artículo 100 del Código de Comercio, modificado por el 1º de la Ley 222 de 1995, para aclarar algunas de las dudas en torno al tema que motiva su consulta, cabría traer a colación algunas de sus disposiciones, entre ellas, la que establece que corresponde privativamente al máximo órgano social la elección de los miembros de la junta directiva, mediante el sistema del cuociente electoral previsto en el artículo 197 de la obra que se cita, elección que deberá efectuarse para períodos determinados, sin que ello impida que puedan ser removidos en cualquier tiempo o reelegidos por el órgano social competente para el siguiente período (art. 436 en concordancia con el numeral 4º del art. 420 del C. de Co.). Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la legislación mercantil prohíbe el reemplazo de las personas mediante elecciones parciales, lo cual quiere significar que cuando por cualquier circunstancia haya lugar a modificar la conformación de la junta, se requiere de nueva elección por el sistema antes mencionado, salvo que las vacantes se provean por unanimidad. En cuanto a la forma de integrar la junta directiva, el artículo 434 ibídem, consagra que la misma se conformará con no menos de tres (3) miembros, cada uno de ellos con un suplente, que será personal si expresamente así se estipula en el contrato social, o numérico a falta de estipulación en contrario. Ahora bien, por vía doctrinaria se ha entendido que la junta directiva (tienen el carácter de administradores), inicia su gestión una vez sus miembros hayan aceptado el cargo y haya sido inscrito su nombramiento en el registro mercantil, lo que sería predicable para las corporaciones, en virtud de lo dispuesto en el artículo 42 del Decreto 2150 de 1995. A groso modo, ésta es la regulación que en materia de junta directiva consagra la legislación mercantil. Sin embargo, es pertinente dejar en claro que el oficio que se cita en el escrito, esto es el distinguido con el número 220-54942 del 18 de octubre de 1995, corresponde al contenido del oficio 220- 034409 de 4 de junio de 1995, publicado por esta Superintendencia en el Libro de Doctrinas y Conceptos Jurídicos 1997, página 90, relacionado con ciertos aspectos de la reunión por derecho propio y su viabilidad en las sociedades de responsabilidad limitada, concluyendo en uno de sus apartes que la remoción de los administradores, revisor fiscal y demás empleados cuya designación corresponda al máximo órgano social, puede llevarse a cabo en cualquier tipo de reunión, sin que sea requisito indispensable haberlo incluido dentro del orden del día. En otras palabras, lo que se pretendió expresar es que el órgano social competente puede, en cualquiera de sus reuniones, ordinarias, extraordinarias, por derecho propio, etc..., considerar la remoción y hacer nuevas designaciones, aunque en el aviso de convocatoria no se haya previsto como uno de los temas a tratar en la sesión correspondiente. Así las cosas, dado que la normatividad que regula la constitución y funcionamiento de las corporaciones de carácter social, es ajena al ordenamiento de las sociedades comerciales, esta Entidad se abstiene de recomendar alguna disposición o doctrina encaminada a solucionar los inconvenientes presentados a su interior, máxime si el régimen estatutario de ellas se deriva de la voluntad de sus miembros. Hechas las anteriores aclaraciones, se sugiere elevar la correspondiente consulta al organismo competente para el estudio o aprobación de los estatutos, de acuerdo al tipo de asociación referido en su escrito. En los anteriores términos se ha dado respuesta a su consulta, no sin antes manifestarle que los efectos del presente pronunciamiento son los contemplados en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.