1 Cambio de pañales y proceso de aprender a usar el baño en el

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Cambio de pañales y proceso de aprender a usar el baño en el cuidado inclusivo de bebés y
niños pequeños
Transcripción
Introducción
Bienvenido a “Cambio de pañales y proceso de aprender a usar el baño en el cuidado
inclusivo de bebés y niños pequeños”. Este curso de dos horas forma parte de una serie de
cursos de capacitación en línea diseñados para ayudar a directores y proveedores de cuidado
infantil a comprender mejor cómo crear un entorno de cuidado infantil inclusivo para bebés y
niños pequeños. Las rutinas para aprender a valerse por si mismo, como el cambio de pañales, el
proceso de aprender a usar el baño y el lavado de manos, pueden ayudar a fomentar el apego, la
autoregulación, la autoestima positiva y la autonomía. Este curso analiza los reglamentos y
mejores prácticas relacionadas con el cambio de pañales, el proceso de aprender a usar al baño y
el lavado de manos, y sugiere ideas para modificar estas rutinas con fin de satisfacer las
necesidades de los niños con discapacidades que formen parte de su programa inclusivo de bebés
y niños pequeños.
Objetivos de aprendizaje
Al completar este curso, usted podrá:
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
Cambiar los pañales de los niños de acuerdo con los requisitos de certificación y las
mejores prácticas, e incorporar cualquier modificación necesaria para satisfacer las
necesidades de un niño con una discapacidad.
Evaluar si un niño está preparado para comenzar el proceso de aprender a usar el baño.
Apoyar el proceso de aprender a usar el baño de acuerdo con los requisitos de
certificación y las mejores prácticas, teniendo en cuenta las necesidades especiales de un
niño con una discapacidad.
Implementar los procedimientos de lavado de manos conforme a las pautas de
certificación y las mejores prácticas de cuidado infantil en el campo de la primera
infancia.
Definición del cuidado infantil inclusivo
En este curso, se abordan las mejores prácticas generales con respecto al cambio de pañales y el
proceso de aprender a usar el baño; además, se hace hincapié en consideraciones especiales que
usted podría afrontar al implementar un programa inclusivo para bebés y niños pequeños. Antes
de sumergirnos en estrategias específicas, tomemos un momento para repasar cómo es, en la
práctica, la inclusión en la primera infancia. La Asociación Nacional para la Educación de Niños
Pequeños (National Association for the Education of Young Children, NAEYC) y la División de
Primera Infancia (Division of Early Childhood, DEC) crearon una declaración de posición
conjunta, con respecto a la definición de la inclusión en la primera infancia. Esta declaración de
dice:
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“La inclusión en la primera infancia contempla los valores, las políticas y las prácticas
que respaldan el derecho de cada bebé y niño pequeño y su familia, independientemente
de sus habilidades, a participar en diferentes actividades y contextos como miembros
plenos de una familia, una comunidad y una sociedad. Los resultados deseados de las
experiencias inclusivas para los niños con o sin discapacidades y sus familias, incluyen
un sentido de pertenencia y afiliación, relaciones sociales y amistades positivas, y un
desarrollo y aprendizaje que les permite alcanzar su máximo potencial”.
Como proveedor de cuidado infantil inclusivo, su capacidad de abordar la necesidades biológicas
más básicas de un niño por medio de procedimientos efectivos de cambio de pañales y uso del
baño es de gran ayuda para permitir la participación plena del niño en el programa de cuidado
infantil. Este acceso les ofrece al niño y a su familia la oportunidad de crear el sentido de
pertenencia, las relaciones sociales positivas y el aprendizaje que los programas inclusivos se
esmeran por proporcionar.
Además de formar la base de una experiencia de cuidado infantil de calidad para todos los niños,
la inclusión también es requisito legal. La Ley de Estadounidenses con Discapacidades
(Americans with Disabilities Act, ADA) es una ley federal que protege a cualquier niño que:
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

Tenga una discapacidad física o mental que restrinja de manera considerable una o más
actividades cotidianas importantes (como hablar, ver, aprender, caminar, etc.).
Tenga antecedentes de este tipo de discapacidad.
Se “considere” portador de la discapacidad.
Esta ley establece que los proveedores de cuidado infantil no pueden negarse a inscribir a un
niño debido exclusivamente a su discapacidad, no pueden cobrar más por la atención de un niño
a causa de una discapacidad y deben realizar adaptaciones razonables para permitir que el niño
participe en el programa en la mayor medida posible. La ADA les exige a los programas de
cuidado infantil prestar servicios, como asistencia para comer, usar el baño o vestirse si estos
servicios son prestados comúnmente a otros niños bajo su cuidado, independientemente de si
padecen una discapacidad.
Cambio de pañales
Los bebés, con o sin discapacidades, dependen completamente de los adultos para el manejo de
sus necesidades de higiene. Los procedimientos que siga al cambiar el pañal a un bebé pueden
afectar su desarrollo de muchas maneras significativas. El tomar precauciones para preservar la
seguridad y la salud de los niños durante el cambio de pañale,s es uno de los elementos más
importantes para crear una experiencia de cuidado infantil positiva, tanto para bebés como para
los niños pequeños. La implementación de mejores prácticas durante el cambio de pañales
también puede ayudar a desarrollar vínculos positivos entre el cuidador y el niño, habilidades de
autoregulación, autoestima y habilidades para valerse por sí mismo, que permitan al niño actuar
con independencia. En algunos casos, los niños con discapacidades pueden tener necesidades
físicas o emocionales específicas que requieran una modificación de la rutina de cambio de
pañales. Durante los próximos minutos, analizaremos los reglamentos de certificación
relacionadas con el cambio de pañal, y algunas ideas y mejores prácticas sobre las
modificaciones para los niños con necesidades especiales.
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Con fin de minimizar el riesgo de contraer enfermedades o sufrir lesiones, es importante que
usted cumpla con los requisitos de cambio de pañales establecidos por la agencia de certificación
de su área. Para los propósitos de este curso, analizaremos las normas mínimas para hogares y
centros de cuidado infantil de Texas, publicadas por la División de Certificación de Cuidado
Infantil (Child Care Licensing) del Departamento de Servicios de Familia y Protección de Texas
(Texas Department of Family and Protective Services). Estas normas son las prácticas básicas
para proteger la seguridad y la salud de todos los niños, independientemente de sus habilidades.
En algunos casos, son especialmente importantes para la salud y el bienestar de los niños con
discapacidades. También es importante conocer las normas antes de hacer cualquier
modificación para satisfacer las necesidades de un niño en especial, con fin de asegurarse de que
el programa siga cumpliendo con las pautas de certificación. Los miembros del equipo del Plan
de Servicios Familiares Individualizados (Individualized Family Service Plan, IFSP) pueden
sugerir, de vez en cuando, modificaciones que no coincidan con los requisitos establecidos en las
normas mínimas o en el documento de certificación que rige la operación de los programas de
cuidado infantil en su área. Si tiene dudas o inquietudes acerca de si una modificación cumple
con los reglamentos locales, verifíquelo con su representante de certificación antes de
implementarla en su programa.
Analicemos más detalladamente las normas mínimas de Texas en relación con el cambio de
pañales. En primer lugar, cuando los pañales y la ropa tienen orina o materia fecal se deben
cambiar de inmediato. Este requisito puede resultar más importante para algunos niños con
discapacidades, como por ejemplo, aquellos con sensibilidades sensoriales, ciertas enfermedades
crónicas o inmunodeficiencias. Los niños pequeños deben tener un horario para cambio de
pañales que sea lo más constante posible, lo cual ayuda a determinar si están preparados, desde el
punto de vista del desarrollo, para aprender a usar el baño. En el caso de niños con
discapacidades cognitivas, esta rutina predecible de cambio de pañales puede ser de especial
importancia para sentar las bases del proceso de aprender a usar el baño.
En las normas mínimas, se especifica los pasos a seguir durante el cambio de pañales. Estos
pasos están diseñados para reducir la propagación de gérmenes y mantener a los niños seguros
durante el cambio de pañales. Nuevamente, la prevención de enfermedades contagiosas puede
ser especialmente importante cuando tiene a su cargo un niño con necesidades de salud
especiales. Las normas mínimas indican que los cuidadores deben hacer lo siguiente:
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Limpiar bien a los niños con paños de tela individuales o toallas desechables. Debe
desechar las toallas después del uso y lavar los paños de tela antes de volverlos a usar.
Las normas incluyen una nota que indica que las toallitas húmedas pueden ser útiles
para eliminar residuos, como restos de comida de la cara del bebé, o heces de la cola
del bebé durante el cambio de pañales.
Asegurarse de que los niños estén secos antes de colocarles un pañal nuevo. Si debe
secar al niño, utilice un paño de tela limpio o una toalla desechable. Debe desechar la
toalla después del uso y lavar los paños de tela antes de volverlos a usar.
No aplicar talcos, cremas, pomadas o lociones sin el permiso escrito de uno de los
padres. Si uno de los padres proporciona estos artículos, el permiso es implícito y no
es necesario obtener permiso para cada uso. Las normas incluyen una nota donde se
explica que, cuando usted obtiene permiso para usar estos productos, uno de los
padres puede indicar si el niño tiene alguna alergia en la piel o si el pediatra del niño
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no recomienda el uso de productos tópicos al cambiar los pañales. Puede pedir un
permiso escrito para usar estos productos antes de que surja la necesidad.
Colocar etiquetas con el nombre de cada niño en los talcos, cremas, pomadas o las
lociones.
Mantener todos los elementos para el cambio de pañales fuera del alcance de los
niños. Las normas indican que es una mejor práctica reunir todos los artículos
necesarios para el cambio de pañales antes de traer al niño al cambiador. Esto
garantiza la protección del niño y puede ayudar a que el cambio de pañales sea más
rápido y sencillo.
Aunque no es obligatorio, las normas mínimas también recomiendan que los cuidadores
mantengan una actitud placentera durante el cambio de pañales, incluso si las heces del niño son
blandas, para ayudar así, a desarrollar la autoestima positiva del niño. Una actitud positiva de
parte del cuidador también puede ayudar a calmar a un niño con una discapacidad que dificulte el
cambio de pañales, ya sea que la discapacidad afecte las habilidades socio-emocionales,
sensoriales, físicas o cognitivas del niño. Otros requisitos y recomendaciones relacionados con
proporcionarle una experiencia positiva a cada niño durante el cambio de pañales incluyen los
siguientes:
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El requisito de que los cuidadores les entreguen informes diarios a los padres de los
bebés. Los cuidadores de bebés deben proporcionar un informe escrito diario a los padres
de cada niño donde se incluyan los horarios de los cambios de pañales. Esta
comunicación ayuda a que los padres y cuidadores colaboren para satisfacer las
necesidades del niño, y prepara el camino para una comunicación positiva cuando el niño
esté preparado para comenzar a aprender a usar el baño. Los informes diarios no son
obligatorios en el caso de los niños pequeños, pero las normas indican que los niños se
benefician cuando los cuidadores comparten información significativa con los padres.
Estos informes son particularmente importantes si el niño tiene necesidades especiales
que requieren de una comunicación más profunda entre padres y cuidadores.
El requisito de que los niños pequeños tengan la oportunidad de desarrollar habilidades
para valerse por sí mismos, como usar el baño y lavarse las manos. El brindarles a los
niños pequeños la oportunidad de practicar estas habilidades, con el apoyo adecuado por
parte de los adultos, les ayuda a volverse más independientes. Es posible que algunos
niños con necesidades especiales necesiten más apoyo o más tiempo para dominar estas
habilidades. Esto hace que sea mucho más importante el tener la oportunidad de
practicar.
Además de los procedimientos necesarios para el cambio de pañales y los requisitos y las
recomendaciones para que ésta sea una experiencia de aprendizaje positiva, las normas mínimas
incluyen algunos requisitos para reducir la propagación de gérmenes y mantener seguros a los
niños durante el cambio de pañales y el uso del baño. Es importante conocer estos reglamentos al
planificar modificaciones en las rutinas de cambio de pañales y uso del baño, para adaptarlas a
los niños con discapacidades. Tal vez haya muchos cambios pequeños que usted puede hacer
para satisfacer mejor las necesidades de un niño, pero estos reglamentos deben seguirse en todo
momento, para todos los niños. Incluyen lo siguiente:
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Las superficies que se utilicen para el cambio de pañales deben ser lisas, no absorbentes y
fáciles de limpiar, y en ningún momento deben usarse para jugar, comer o preparar la
comida.
Las superficies que se utilicen para el cambio de pañales, elevados del piso deben contar
con un mecanismo de seguridad (como correas o rieles elevados) que deberá usarse en
todo momento mientras el niño se encuentre sobre la superficie; de lo contrario, la mano
del cuidador debe permanecer sobre el niño en todo momento mientras este se encuentre
sobre la superficie.
Las superficies que se utilicen para el cambio de pañales deben desinfectarse después de
cada uso. No obstante, si está realizando varios cambios de pañales consecutivos, puede
cubrir la superficie con papel no absorbente entre un cambio de pañal y otro. Las normas
también indican que el alternar dos cambiadores a lo largo del día, usando uno mientras
el otro se desinfecta y se seca, es una buena alternativa a tener que esperar entre cambio
de pañales.
Debe tapar los recipientes para los pañales sucios o mantener la higiene de alguna otra
manera, como por ejemplo, colocar los pañales sucios en bolsas individuales cerradas.
Las normas incluyen una nota que indica que, debido al riesgo de salpicar y contaminar
las manos, lavabos y superficies del baño, el enjuagar ropa o pañales sucios con materia
fecal en el entorno de cuidado infantil aumenta el riesgo de que cuidadores y niños se
expongan a gérmenes infecciosos.
El área de cambio de pañales debe tener un lavabo para manos. Más adelante en este
curso, analizaremos detalladamente los requisitos de certificación relacionados con el
lavado de manos.
Mejores prácticas para el cambio de pañales
Mientras que las normas de certificación son pautas importantes para ofrecer cuidado inclusivo
de alta calidad para bebés y niños pequeños, existen algunas prácticas que no se exigen pero que
pueden ser útiles para hacer que el cambio de pañales sea una experiencia segura, saludable y
beneficiosa para el desarrollo de todos los niños bajo su cuidado. Estas recomendaciones que van
más allá de los requisitos mínimos generalmente se llaman “mejores prácticas”. Analicemos
algunas de las mejores prácticas relacionadas con el cambio de pañales.
La primera “mejor práctica” que trataremos es el uso de rituales durante la rutina de cambio de
pañales. Los rituales son acciones repetidas y predecibles, individualizadas para abordar las
necesidades emocionales de los cuidadores y niños. Por ejemplo, al cambiarle el pañal a un niño
en particular, puede cantarle con una canción tranquila específica para calmarlo. Si lo hace cada
vez que le cambie el pañal, se volverá en un ritual incluido en la rutina del cambio de pañales de
ese niño.
Los rituales son importantes, especialmente para los niños con ciertas discapacidades, como
trastornos del espectro autista, trastornos de integración sensorial o discapacidades de
aprendizaje, porque ayudan a los niños a saber qué esperar durante la rutina de cambio de
pañales. Los rituales aumentan el sentido de seguridad del niño, y su capacidad de confiar en el
cuidador en una situación que, de lo contrario, podría ser estresante. Pueden ser tan sencillos
como dar palmaditas en la cola del bebé al llevarlo al cambiador, usar una rima para explicar los
pasos del proceso de cambiar el pañal o poner una música relajante.
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Una de las consideraciones más importantes al utilizar rituales es personalizarlos a las
necesidades de cada niño. Existen varios motivos por los cuales un ritual podría funcionar bien
para un niño, pero no ser apropiado o efectivo para otro. En cualquier programa para bebés o
niños pequeños, pero en especial en un programa inclusivo, los rituales tienen que responder a
las necesidades de cada niño en particular. Por ejemplo, si en general usted les canta a los niños
al cambiarles el pañal para calmarlos y mantenerlos atentos, e inscribe en su programa a un niño
sordo, tendrá que desarrollar un nuevo ritual personalizado, conforme a las necesidades
específicas de ese niño para calmarlo y estimularlo. Al pensar en los rituales, tenga en cuenta la
edad de desarrollo del niño, la cultura, sus preferencias y, si corresponde, sus necesidades
especiales. Incluso podría ponerse de acuerdo con los padres para emplear el mismo ritual en el
hogar y en el entorno de cuidado infantil, lo cual podría ayudarle al niño a aprender a
autoregularse durante el cambio de pañales.
La siguiente mejor práctica que analizaremos es el concepto de considerar el temperamento de
cada niño para satisfacer mejor sus necesidades. Cada niño nace con un conjunto único de
características que influyen en su personalidad y afectan la manera en que los demás lo ven.
Estos rasgos de personalidad se conocen como temperamento. El Centro sobre las Bases Sociales
y Emocionales para la Primera Infancia (Center on the Social and Emotional Foundations for
Early Learning) identifica los siguientes nueve rasgos que conforman el temperamento de un
niño. Estos rasgos son:
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Nivel de actividad;
distracción;
intensidad;
regularidad;
umbral sensorial;
acercamiento o retraimiento;
capacidad de adaptación;
perseverancia; y
estado de ánimo.
Consulte la actividad Gama de temperamentos. Este documento ofrece una breve descripción
de cada rasgo del temperamento y las diversas formas en que puede manifestarse para un niño en
particular. Tome unos minutos para completar la actividad colocando las iniciales de cada niño
bajo su cuidado en el lugar adecuado, según cada rasgo dentro de la gama; luego haga lo mismo
para usted. Recuerde que es más fácil para los adultos adaptarse a las circunstancias que no se
ajustan a sus temperamentos, que para los niños. Para adaptarse a las necesidades del niño, es
posible que a veces tenga que realizar ajustes que se alejen de lo que usted acostumbre.
[ACTIVIDAD: Gama de temperamentos]
Una vez que se haya familiarizado con cada rasgo de temperamento, puede empezar a pensar en
las formas en que el temperamento afecta la rutina del cambio de pañales. Cada rasgo puede
afectar el cambio de pañales de manera diferente. La planificación anticipada para satisfacer las
necesidades de cada niño puede ayudar a que el proceso de cambio de pañales sea más fácil. Por
ejemplo, si el nivel de actividad de un niño es elevado, es posible que tienda más a menearse y
retorcerse durante el proceso de cambio de pañales. En ese caso, podría asegurarse de que todos
los artículos necesarios estén listos y a la mano antes de traer al niño al cambiador, para poder
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concentrarse en sus movimientos y su seguridad. Otra respuesta podría ser darle al niño un
juguete para entretenerlo mientras le cambia el pañal. Para un niño que se distrae mucho podría
funcionar tener elementos visualmente estimulantes arriba del cambiador, lo cual le ayudaría a
evitar que el niño se cambie durante el cambio de pañal. Un niño con temperamento de baja
intensidad, tal vez no tenga una reacción fuerte, y puede que niño con un umbral sensorial bajo
no se dé cuenta de que su pañal está mojado o sucio, por lo que usted tendrá que implementar un
plan de revisar sus pañales con más frecuencia. Un niño muy regular tal vez evacue más o menos
a la misma hora todos los días, y usted podrá planificar su cambio de pañales en su horario
diario. Observe que, aunque es importante comprender cada rasgo de temperamento de manera
individual, en realidad, todos estos rasgos se manifiestan al mismo tiempo, y se relacionan unos
con otros para crear el temperamento específico del niño. Más adelante en este curso,
analizaremos cómo las combinaciones de rasgos de temperamento afectan el proceso de aprender
a usar el baño para bebés y niños pequeños.
Otra buena práctica en el cambio de pañales es de desglosar el proceso y explicarle al niño cada
paso, a medida que los realiza. Incluso los niños que no pueden hablar se benefician cuando se
les dice, tranquilamente, lo que está por suceder a medida que se avanza en la rutina de cambio
de pañales. Puede decir algo como: “Es hora de cambiarte el pañal. Voy a llevarte al cambiador.
Voy a quitarte el pañal. Ahora te limpiaré la cola. Ahora te voy a poner un pañal seco”, y así
sucesivamente. A medida que los niños se familiarizan con este elemento de la rutina de cambio
de pañales, les sirve para empezar a practicar la capacidad de valerse por sí mismos en el proceso
de cambio de pañales. Por ejemplo, si le dice a un niño que es tiempo de quitarse el pañal, es
posible que intente despegar las cintas del pañal. ¡Este es un gran avance! Indica que el niño es
capaz de interpretar señales y seguir instrucciones. Ambas habilidades son necesarias antes de
que un niño esté preparado para el proceso de aprender a usar el baño. En el caso de los niños
con discapacidades que afectan el desarrollo de sus habilidades para valerse por sí mismos, esta
reflexión puede ayudarles a comenzar a desglosar rutinas en pasos que son más fáciles de
manejar, lo cual será importante cuando empiecen a aprender a usar el baño.
La última sugerencia de mejor práctica que analizaremos en relación al cambio de pañales, en
este curso, es de utilizar el momento del cambio de pañales como una oportunidad de entablar
una relación cálida y cariñosa con cada niño que esté bajo su cuidado. La rutina de cambio de
pañales puede ser una maravillosa actividad de aprendizaje para niños muy pequeños, y la forma
en que usted la aborde, establece el tono. Utilice este momento para cantarles canciones o decir
rimas; o tal vez combinar este tipo de intercambio de lenguaje divertido con su narración de cada
paso del proceso. Coloque imágenes o móviles encima o cerca de la zona de cambio de pañales y
utilícelos como punto de inicio de conversaciones. Hable con los niños de lo que han hecho
durante el día. Incluso si un niño no puede hablar, se beneficiará al escuchar el lenguaje y recibir
una interacción positiva con un adulto cariñoso.
Modificaciones en el cambio de pañales
El cambio de pañales puede ser estresante para algunos niños con discapacidades. Cuando usted
concientiza al planificar los pasos según las necesidades de cada niño, es más probable que el
cambio de pañales sea un momento positivo en el día del niño. La mejor forma de comenzar a
decidir cómo modificar sus rutinas (si es necesario) es leer detenidamente el IFSP del niño y
comunicarse con sus padres y, con el consentimiento adecuado, con otros miembros del equipo
del IFSP.
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El trabajar con el equipo del Plan de Servicios Familiares Individualizados (Individual Family
Service Plan, IFSP) es un gran recurso para usted cuando debe satisfacer las necesidades de un
niño. Los padres del niño pueden invitarlo a asistir a una reunión del IFSP o solicitar que un
miembro del equipo del IFSP visite a su niño mientras está a su cargo, para que ofrezca
sugerencias para mejorar la participación del niño o abordar sus inquietudes. Para asistir a una
reunión del IFSP o realizar una consulta con cualquiera de los miembros del equipo, debe tener
un permiso por escrito del padre o tutor del niño. Es posible que algunos padres no se den cuenta
de que a usted le interesaría una invitación para asistir a una reunión del IFSP, o recibir a un
miembro del IFSP en el salón de clase. Tome el tiempo de explicarles a los padres de niños con
discapacidades cómo su participación puede mejorar la experiencia de su hijo en el programa de
cuidado infantil. Algunos padres pueden optar por no incluirlo en el equipo del IFSP. Esto puede
suceder por diferentes razones y es una decisión completamente de los padres. Si ese es el caso
con un niño a su cargo, trabaje para desarrollar una relación positiva y de confianza con los
padres, y solicíteles información directamente a ellos sobre cómo puede ayudar con las
necesidades de su hijo.
En muchos casos, unas pequeñas modificaciones pueden crear una experiencia de cambio de
pañales placentera para el niño. Por ejemplo, el nombrar las partes del cuerpo del niño cada vez
que lo cambie puede ayudarle a un niño con discapacidad cognitiva a ser un colaborador activo
en el proceso de cambio de pañales, con acciones como levantarle las piernas en el momento
adecuado. Las modificaciones que haga dependerán completamente de las necesidades del niño y
deben enfocarse en dejar que el niño ejercite sus fortalezas y habilidades en la mayor medida
posible.
Cuando usted permite que un niño con discapacidad visual toque un pañal limpio o una toallita
con las manos; utiliza los mismos signos que usan en el hogar los padres de un niño con una
discapacidad auditiva para guiarlo en el proceso de cambio de pañales; usa los pañales
específicos y las toallitas más adecuadas para las necesidades de un niño con trastornos
sensoriales; se asegura de que el área de cambio de pañales esté accesible y segura para un niño
con una alteración motriz, o le ofrece a un niño con una discapacidad de aprendizaje o un retraso
cognitivo imágenes que ilustran cada uno de los pasos del proceso, usted está ayudando al niño a
avanzar hacia un mayor grado de independencia en el futuro.
El aprender a usar el baño
El próximo paso para ayudarles a los niños a avanzar hacia la independencia es el proceso de
aprender a usar el baño. El Aprender a usar el baño implica un método respetuoso de ayudar a
los niños a alcanzar su independencia. Está orientado al niño y toma en cuenta sus fortalezas,
necesidades y deseos. Requiere la colaboración entre el cuidador, los padres, el equipo del IFSP
del niño, si se le ha diagnosticado una discapacidad, y las demás personas que interactúan con el
niño.
La mayoría de los niños, con el tiempo, pasarán de usar pañales a usar el inodoro, pero el tiempo
que dure esa transición puede variar considerablemente según el desarrollo individual de cada
niño. Durante los próximos minutos, analizaremos los factores que se deben tener en cuenta al
decidir si un niño está preparado para comenzar a aprender a usar el baño; los requisitos de
certificación; las mejores prácticas, y las modificaciones que se pueden aplicar con niños muy
pequeños que están aprendiendo estas habilidades.
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Signos de preparación
El aprender a usar el baño es un logro que, con frecuencia, los padres y cuidadores ansían que los
niños dominen. Como profesional de primera infancia, los padres pueden recurrir a usted para
pedirle orientación acerca de cuándo puede estar preparado su hijo para comenzar con este
proceso nuevo. Para la mayoría de los padres, la idea de que su hijo sea capaz de ir el baño solo,
es muy positiva. Sin embargo, para los padres de niños con necesidades especiales, la decisión
de cuándo y cómo comenzar el proceso de enseñarle al niño a usar el baño puede resultar más
difícil. Usted puede ayudar en esta decisión al conocer los logros emocionales, físicos y
cognitivos que indican que un niño está preparado para comenzar a aprender a usar el baño.
El primer elemento que hay que evaluar es la preparación emocional del niño. Un niño que no
está preparado desde el punto de vista emocional puede resistir los intentos de iniciar el proceso
de aprender a usar el baño, respondiendo con dudas, distracción, desinterés e incluso miedo. El
forzar el proceso antes de que el niño esté preparado emocionalmente, puede provocar una
angustia emocional que podría hacer que el proceso tome aún más tiempo.
Los mejores resultados en aprender a usar el baño siempre parten de una estrategia en equipo.
Para los niños que no tienen ninguna discapacidad, el equipo puede ser informal y e incluir a los
padres, el pediatra y los cuidadores que trabajan frecuentemente con el niño. Para los niños con
discapacidades, el equipo probablemente sea más formal y esté e incluya a los profesionales que
coordinan el desarrollo del IFSP del niño. Al decidir si un niño está emocionalmente preparado
para comenzar el proceso de aprender a usar el baño, hágales estas preguntas al equipo:




¿El niño demuestra conciencia de lo que es el inodoro o interés por el proceso de usar el
baño?
¿El niño muestra un deseo de copiar la conducta de los demás?
¿El niño muestra un nivel de curiosidad e interés?
¿El niño muestra un deseo de complacer a los cuidadores? (Nota: Este es un deseo
normal cuando un niño mantiene una relación positiva y sana con un cuidador).
Si respondió afirmativamente a estas preguntas, ¡es posible que el niño esté emocionalmente
preparado para aprender a usar el baño!
Otra consideración al determinar si un niño está preparado para comenzar el proceso de aprender
a usar el baño es su desarrollo físico. La capacidad de un niño de controlar en control muscular
necesario (control de los esfínteres) es un proceso relacionado a la maduración y cada niño se
desarrolla a su propio ritmo. En general, los niños comienzan a adquirir este conjunto de
habilidades alrededor de los 2 años y medio de edad, pero recuerde que el desarrollo de cada
niño es individual. Una vez más, usted puede evaluarlo pidiendo a aquellos adultos que tengan
un interés particular en que el niño aprenda a usar el baño, que respondan a preguntas como las
siguientes:





¿Tiene el niño habilidades de coordinación suficientes como para completar todas las
tareas necesarias?
¿Puede el niño sentarse con apoyo mínimo?
¿Puede el niño agacharse sin perder el equilibrio?
¿Tiene el niño suficiente fuerza en la parte superior del cuerpo?
¿Tiene el niño la capacidad física de limpiarse solo?
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



¿Es el niño capaz de completar la secuencia de tareas necesarias para aprender a usar el
baño? Por ejemplo, ¿es el niño capaz de mantener el equilibrio, sentarse y levantarse del
inodoro, y subirse y bajarse los pantalones solo?
¿Las deposiciones del niño son suaves y bien formadas? Si el niño no tiene la capacidad
de formar deposiciones suaves o no puede controlar esfínteres, es posible que no esté
preparado desde el punto de vista del desarrollo para aprender a usar el baño.
¿Puede el niño mantener un pañal seco durante un mínimo de 2 horas? Si el niño orina o
evacua con mayor frecuencia que cada par de horas, es una indicación de que su
desarrollo muscular todavía no es adecuado para controlar el ritmo de eliminación. Esto
hará que le resulte muy difícil aprender a usar el baño correctamente.
¿Reconoce el niño que se ha orinado, o que está orinando, y que ha evacuado, o que está
evacuando? Un niño puede indicar esta percepción al tirar de un pañal sucio o mojado, al
pedir que lo cambien, al decir palabras que indiquen que tiene un pañal sucio o mojado, o
al dirigirse a un lugar privado mientras orina o evacúa. Cada uno de estas indicaciones
señala que el niño reconoce la sensación de estar orinando o haber orinado, o de estar
evacuando o haber evacuado. Este reconocimiento es importante para aprender a usar el
baño porque le ayuda al niño a pedir que lo lleven al baño, y a controlar el ritmo de
eliminación. Para algunos niños con necesidades especiales, puede resultar difícil
reconocer estas sensaciones. En estos casos, es importante trabajar con los padres del
niño, el equipo del IFSP, los terapeutas, y los médicos para determinar la mejor estrategia
y el momento indicado para comenzar el proceso de aprender a usar el baño.
Si respondió afirmativamente a estas preguntas, ¡es posible que el niño esté físicamente
preparado para empezar a aprender a usar el baño!
La última consideración para determinar si un niño está preparado para aprender a usar el baño
es su capacidad cognitiva para participar en el proceso. Con fin de evaluar la preparación
cognitiva, trabaje con el equipo de adultos que cuidan al niño para responder a las siguientes
preguntas:



¿Es el niño capaz de comprender las instrucciones que se le darán durante el proceso de
aprender a usar el baño? Usted puede dar instrucciones de manera verbal, gráfica, por
medio de signos u otro método de comunicación, pero es necesario que tenga un método
para darle instrucciones al niño.
¿Es el niño capaz de seguir instrucciones? Algunos niños sólo pueden seguir
instrucciones de un paso, mientras que otros pueden seguir secuencias complejas de
instrucciones. El conocer la capacidad del niño de seguir instrucciones es fundamental
para decidir cuándo y cómo abordar el proceso de aprender a usar el baño.
¿Tiene el niño la habilidad de comunicar la necesidad de usar el baño? Una vez más, esta
comunicación no necesariamente tiene que ser verbal, pero sí es necesario que el niño
tenga algún medio para indicar cuándo necesita usar el baño.
Si respondió afirmativamente a estas preguntas, es posible que el niño esté preparado desde el
punto de vista cognitivo para comenzar a aprender a usar el baño.
Después de considerar la preparación del niño, tal vez guste considerar otros factores prácticos
que afectarán el éxito del proceso de aprender a usar el baño. Primero y principalmente, analice
la preparación de los adultos importantes en la vida del niño para participar en el proceso. El
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aprender a usar el baño puede resultar estresante, tanto para los niños como para los adultos que
les ayudan a aprender. Si los cuidadores o los padres están pasando por circunstancias difíciles a
nivel personal o profesional, es posible que no se encuentren con el mejor estado de ánimo para
abordar el proceso de enseñarle al niño a usar el baño con una actitud positiva. Esto puede
afectar intensamente la respuesta emocional del niño hacia el proceso de aprender a usar el baño.
Otra consideración práctica es si usted y la familia del niño (y cualquier otro profesional
involucrado en el proceso) tienen un plan para abordar el proceso de aprender a usar el baño en
conjunto. ¡El ser proactivo es muy importante en el proceso de aprender a usar el baño! Preparar
y planificar antes de involucrar al niño en el proceso puede atenuar muchos posibles retos.
Considere el buscar opiniones de otras personas que conozcan bien al niño. Su médico, otros
cuidadores y, si el niño tiene una discapacidad, su equipo del IFSP, pueden brindar una visión
adicional sobre formas de abordar el proceso de aprendizaje y crear un entorno de apoyo. Es
importante que todas las personas involucradas trabajen juntas para informarse sobre estrategias
para aprender a usar el baño, y trabajen en equipo para implementarlas de manera constante.
Trabaje con el equipo para diseñar una rutina e incorporar rituales que puedan utilizarse en el
entorno de cuidado del niño y en el hogar. Cuánto más constantes sea el uso de las rutinas y los
rituales en todos los entornos naturales del niño, mayor será la probabilidad de que aprenda a
usar el baño con éxito.
Debido a que las rutinas son tan importantes en el proceso de aprender a usar el baño, también es
importante tomar en cuenta los eventos externos que podrían afectar la capacidad del niño de
aprender estas habilidades. ¿ El niño va a estar ausente durante un tiempo? ¿La familia planea
viajar próximamente? ¿Tendrá el niño períodos prolongados de tratamiento médico que
interrumpan su rutina habitual? ¿Se espera un nuevo bebé en la familia pronto? Si bien, nunca
existirá el momento 'ideal', es fundamental que trabaje con los padres para intentar encontrar un
período de tiempo en el que el niño pueda tener rutinas y rituales lo más constantes y predecibles
posible.
La última consideración en determinar si un niño está preparado para comenzar el proceso de
aprender a usar el baño es si tuviera alguna necesidad especial que requiriera de modificaciones
en dicho proceso. Aunque los marcadores de preparación para usar el baño son parecidos para
todos los niños, un niño con una discapacidad puede necesitar el apoyo de profesionales de la
salud, un fisioterapeuta, un terapeuta ocupacional, u otros miembros del equipo del IFSP para
dominar satisfactoriamente este nuevo conjunto de habilidades. Como equipo, tendrán que
determinar qué fortalezas posee el niño que le beneficiarán en el proceso de aprender a usar el
baño. Estas pueden incluir, por ejemplo, la voluntad de agradar a sus cuidadores, el deseo de
aprender, o la capacidad de seguir instrucciones de uno o dos pasos. También tendrá que decidir
qué necesidades tiene el niño en relación al proceso de aprender a usar el baño. Estas pueden
incluir modificaciones debido a deficiencias en tono muscular del niño, problemas sensoriales o
los efectos de ciertos medicamentos.
[Actividad: Evaluación de las habilidades de preparación]
Tomemos un momento para practicar cómo se evalúa la preparación de un niño para aprender a
usar el baño. Consulte la actividad titulada Evaluación de las habilidades de preparación. Elija
a un niño bajo su cuidado como niño objetivo para esta actividad. En la planilla de la actividad,
se listan ejemplos de las habilidades emocionales, físicas y cognitivas necesarias para aprender a
usar el baño que ya hemos analizado. Para cada una de las habilidades que aparece, decida si su
11
niño objetivo ha dominado la habilidad o aún se está desarrollando en esa área. ¿Existen áreas en
las que siente que el niño necesita más tiempo o apoyo para desarrollar estas habilidades? En
caso afirmativo, comparta esta información con los padres del niño y, si corresponde, con el
equipo del IFSP. Tenga en cuenta que los padres a menudo se sienten presionados por que su
hijo “aprenda a usare el baño” a determinada edad. Recuérdeles amablemente a los padres que el
desarrollo del niño, y no su edad, es el factor más importante para determinar cuándo estará
preparado para enfrentar este reto. Por eso, trabajen juntos para planificar formas en que puedan
estimular las habilidades que el niño aún tiene que dominar. Esta discusión incluso puede servir
como base del plan para que el niño aprenda a usar el baño en el futuro.
Si el niño ha dominado todas las habilidades de la lista, entonces piense en cómo utiliza cada
una. ¿Existe un patrón de dónde y cuándo usted podría haber observado al niño demostrando las
habilidades que se necesitan para aprender a usar el baño? ¿Existen otras áreas en las piensa que
el niño podría tener dificultades durante el proceso de aprender a usar el baño? Una vez más,
estas preguntas pueden ayudarle a crear un plan para que ese niño en particular aprenda a usar el
baño.
Una vez que determine que el niño está preparado para comenzar el proceso de aprender a usar el
baño, es momento de decidir qué estrategias funcionarán mejor para él o ella. Al trabajar con los
padres del niño y con otros profesionales involucrados en el éxito del niño, es fundamental que
conozca bien los requisitos de certificación, las mejores prácticas y las posibles modificaciones
relacionadas con el proceso de aprender a usar el baño.
Los requisitos de certificación relacionados con el proceso de aprender a usar el baño no son tan
extensos como los del cambio de pañales. En cuanto al enseñarles a los niños pequeños a usar el
baño para, las normas mínimas de Texas establecen específicamente que los castigos nunca
deben asociarse con este proceso de educación, y que los cuidadores pueden usar excusaditos o
bacinillas, siempre y cuando no se cuenten como parte del número de inodoros disponibles
requeridos en el programa, y que se desinfecten después de cada uso. Al igual que con el cambio
de pañales, las normas exigen que los niños pequeños sigan un horario constante para usar el
baño. Esta constancia les ayuda a los niños a dominar las diversas habilidades necesarias para
aprender a usar el baño.
Mejores prácticas para el proceso de aprender a usar el baño
Al igual que con el cambio de pañales, existen mejores prácticas en el proceso de aprender a usar
el baño que van “más allá” de las normas mínimas que exige la certificación.
La primera de las mejores prácticas que analizaremos es de tomar en cuenta el temperamento al
planificar el proceso de enseñarles a los niños a usar el baño. El temperamento es una
consideración importante en el proceso de aprender a usar el baño, al igual que en el cambio de
pañales. Los rasgos de temperamento como la regularidad, el nivel de intensidad y los umbrales
sensoriales pueden ayudarle a adoptar un enfoque más proactivo hacia el proceso de aprender a
usar el baño para un niño en particular. Por ejemplo, si usted sabe que un niño tiene un alto
grado de regularidad, es posible que pueda reconocer que generalmente necesita usar el baño
después de almorzar, y planificar en consecuencia. Un niño con un nivel de intensidad bajo, tal
vez no muestre grandes reacciones cuando necesite usar el baño, y un niño con un umbral
sensorial bajo tal vez ni siquiera se dé cuenta de que su vejiga está llena. Para estos niños, podría
tener un horario que incluya usar el baño con mayor frecuencia. Si un niño demuestra lentitud de
12
acercamiento, tal vez tenga dudas en usar el inodoro. Es posible que tenga que dejarlo “visitar y
explorar” el baño muchas veces antes de que finalmente acceda a sentarse en el inodoro. De la
misma manera, si un niño es lento para adaptarse, tal vez tenga que dejarlo observar la transición
de otros niños hacia el uso del inodoro antes de que él esté preparado para intentarlo. Por último,
un niño que se frustra fácilmente ante un desafío, o que tiene un nivel bajo de perseverancia, tal
vez necesite un sistema de recompensas que le ayude a reconocer su propio éxito. Si un niño, en
general, tiene un estado de ánimo negativo, posiblemente necesite comenzar con el proceso de
aprender a usar el baño más tarde que otros niños, cuando sea capaz de controlar sus emociones.
Recuerde, que estos rasgos no existen de manera aislada. Tomemos un momento para ver de qué
manera las diferentes combinaciones de los rasgos pueden afectar el cambio de pañales y el
proceso de aprender a usar el baño.
[Folleto: Los rasgos del temperamento y el uso del inodoro]
Consulte la actividad "Los rasgos del temperamento y el uso del inodoro." En este documento,
se presentan algunos ejemplos sobre qué puede esperar de niños con determinadas
combinaciones de rasgos de temperamento. El comprender el temperamento de un niño y la
manera en que diversos rasgos funcionan juntos para conformar sus respuestas a los estímulos,
puede ayudarle a satisfacer mejor sus necesidades en relación con el cambio de pañales y el uso
del inodoro. Por ejemplo, si tiene bajo su cuidado a un niño muy activo pero a quien le cuesta
adaptarse, es de esperarse que tal vez no le gusten las rutinas, como la de usar el baño. De
hecho, la mayoría de las transiciones pueden resultarle frustrantes y puede mostrar esta
frustración con irritación o desobediencia. Tome un momento para revisar las otras
combinaciones de rasgos de temperamento y piense acerca de las estrategias que podría utilizar
con un niño que presente esos rasgos.
Usando como guía el temperamento del niño, puede trabajar con sus padres y diseñar un plan
para que aprender a usar el baño que se ajuste a su personalidad.
La siguiente estrategia de mejor práctica que analizaremos es de familiarizar a los niños con el
área del baño antes de iniciar de manera formal el proceso de aprender a usar el baño. El
brindarles a los niños la oportunidad de sentirse cómodos en el baño, puede ayudarles a estar
emocionalmente preparados para aprender a usar el baño. Deles esta oportunidad dejándolos
visitar el baño sin ninguna presión, para que usen el inodoro. Algunos niños con discapacidades,
como aquellos con deficiencias visuales, pueden beneficiarse al explorar con las manos el área
del baño, incluido un inodoro limpio, para familiarizarse con la disposición del espacio y el
funcionamiento de los elementos que se encuentran ahí. Deje que los niños escuchen el agua de
la descarga del inodoro y deles la oportunidad de que aprieten ellos mismos el botón. El sonido
de la descarga del inodoro puede asustar o irritar a algunos niños, especialmente a los niños con
alguna discapacidad visual o sensorial.
La siguiente mejor práctica que trataremos es la del estímulo. Al igual que con cualquier
conducta que quiera incentivar, es importante estimularlos para la participación positiva en el
proceso de aprender a usar el baño. Cada niño responde de diferente manera con diferentes
formas de estímulo. Trabaje con la familia del niño y coordine la manera en que responderán a
sus esfuerzos y éxitos. Algunos niños responderán bien a los elogios verbales, mientras que otros
responderán a recompensas tangibles, como calcomanías en una tabla de comportamiento. En
13
algunos casos, puede haber estrategias de estímulo en el IFSP de un niño que se puedan
incorporar en el proceso de aprender a usar el baño.
La siguiente mejor práctica que veremos es seguir las señales del niño. Algunos niños dan
señales claras cuando necesitan usar el baño. Si un cuidador capta las señales y ayuda al niño a
responder a ellas llevándolo al baño, el niño tiene la oportunidad de sentirse exitoso en el
proceso de aprender a usar el baño. El interpretar las señales de un niño es particularmente
importante a principios del proceso de aprendizaje, cuando el niño está aprendiendo acerca de
sus propias señales, y cómo responder a ellas. Los momentos exitosos son muy importantes para
ayudar a que los niños ganen confianza. Cuando observe que el niño da una señal, comparta sus
observaciones con sus padres y todos los demás cuidadores que trabajan con el niño en su
programa. El responder de manera constante a las señales del niño lo preparan para alcanzar el
éxito.
Otra estrategia de mejor práctica es llevar un registro de los horarios en que el niño orina o
evacúa. En algunos casos, observará patrones bastante predecibles en las funciones orgánicas de
un niño. El conocer los patrones del niño le permitirá ser proactivo y planificar su horario de idas
al baño, teniendo en cuenta sus necesidades.
La última estrategia de mejor práctica que analizaremos en relación al proceso de aprender a usar
el baño es el de mantener una actitud positiva. Tenga paciencia con los niños mientras ellos
enfrentan este reto. Cuando los niños se sienten presionados para aprender a usar el inodoro, por
lo general demoran más en dominar la habilidad de usar el baño e incluso pueden desarrollar
problemas de conducta al respecto. El adoptar un enfoque más despreocupado que presente el
usar el baño como una actividad cotidiana y normal permitirá que los niños se relajen y
aprendan. Entonces, si se producen accidentes, y de hecho, los habrá, pueden manejarse de
manera tranquila y respetuosa.
De hecho, una actitud positiva es absolutamente fundamental en el momento de responder ante
un accidente. Si trata a los accidentes como si no fueran gran cosa, los niños se sentirán más
relajados y más dispuestos a seguir intentando. Cuando los adultos responden a los accidentes
con frustración o enojo, los niños comienzan a temer el proceso de aprender a usar el baño y es
probable que experimenten más contratiempos. Recuerde que las pautas de certificación
prohíben explícitamente el uso del castigo en relación al proceso de aprender a usar el baño.
Si los accidentes se producen con mayor frecuencia que los éxitos, es posible que sea necesario
volver a evaluar la situación. ¿Ha habido algún cambio importante para el niño en cuanto a
salud, rutina, vida familiar o entorno de cuidado infantil? Un ejemplo puede ser un viaje de uno
de los padres, o que uno de los padres trabaje más horas de lo normal. Estos cambios, y otros,
pueden influir en el progreso del niño y pueden justificar un ajuste en la estrategia empleada para
que el niño aprenda a usar el baño. Si el niño parece tener más accidentes de lo usual durante
una época estresante o de transición, recuerde que esto es común. Siga siendo paciente y
cariñoso. Trabaje con la familia del niño y, si el niño lo tiene, con el equipo del IFSP, y decidan
si seguir avanzando con el plan para aprender a usar el baño, realizar cambios en la estrategia
empleada, o incluso interrumpir el proceso hasta que las circunstancias favorezcan más el éxito
del niño.
Cada una de las estrategias que hemos analizado puede resultar útil. Sin embargo, no todos los
enfoques son apropiados para todos los niños. Cada niño con el que trabaje tendrá sus propias
14
fortalezas, necesidades y preferencias en el proceso de aprender a usar el baño. Veamos algunas
de las modificaciones que se pueden hacer para ayudarles a los niños con discapacidades a
alcanzar el éxito. Muchas de estas modificaciones también pueden ser útiles para abordar
necesidades específicas relacionadas con el aprender a usar el baño para niños que no tienen
discapacidades.
Modificaciones en el proceso de aprender a usar el baño: Agrupar a los niños de la misma
edad
Con frecuencia, un programa de cuidado infantil colocará a un niño con una discapacidad que
aún no ha dominado el proceso de usar el baño en un grupo de niños más pequeños. A medida
que los niños pequeños pasan a ser preescolares, muchos programas temen que los entornos
diseñados para los niños de 3 a 5 años no puedan satisfacer las necesidades de un niño que
todavía usa pañales o ropa interior desechable. En general, estos grupos de niños preescolares
tienen menos cuidadores, o no cuentan con un área destinada al cambio de pañales. Mientras que
puede ser un desafío manejar las necesidades de un niño que requiere más asistencia con el
cambio de pañales o la ida al baño, los beneficios para ese niño son inmensos.
Considere la historia de Nathaniel. Nathaniel es un niño con una discapacidad intelectual que
ingresó al centro de cuidado infantil cuando era muy pequeño. A medida que sus compañeros
pasaron de los pañales al uso del inodoro, Nathaniel no mostró interés alguno en aprender a usar
el baño. Cuando llegó el momento de que los compañeros de Nathaniel pasaran de la sala de
niños pequeños, a la de niños en edad preescolar, a los maestros preescolares les preocupaba que
Nathaniel todavía usara ropa interior desechable y que no mostrara interés en usar el inodoro, y
sugirieron que permaneciera un poco más en la sala de niños pequeños. Por otro lado, a la
familia de Nathaniel le preocupaba que si el niño se quedaba en la sala de niños pequeños,
perdería las amistades que había establecido con sus compañeros y no se enfrentaría al desafío de
seguir desarrollando habilidades cognitivas y socio-emocionales a un ritmo adecuado para su
edad. Después de discutirlo, el personal accedió a que Nathaniel pasara con sus amigos a la sala
de niños preescolares por un periodo de prueba. Trajeron un cambiador portátil y lo colocaron en
el baño de la sala preescolar para crear un área de cambiado. Sin embargo, lo más importante fue
que se aseguraron de incluir a Nathaniel en la rutina de usar el baño que todos los niños seguían,
sin forzarlo a participar si no estaba interesado en hacerlo. Cuando los niños formaban una fila
para usar el baño durante el día, Nathaniel, alegremente, formaba la fila con ellos. Todos los
días, sus cuidadores lo llevaban al baño para que pudiera ver el proceso en acción. Al principio,
sólo se sentaba en el inodoro durante un momento, sin entender necesariamente qué se suponía
que tenía que hacer. Pero, con el tiempo, comenzó a entender el proceso cada vez más. Cuando
salía del baño, se paraba en un banquito para alcanzar el lavabo y lavarse las manos con sus
amigos. Esto era divertido, por lo cual estaba incluso más motivado a participar en la rutina
diaria de usar el baño. ¡En un mes, Nathaniel dominó por completo el uso del inodoro! Su
motivación para aprender fue la de sentir una sensación de pertenencia con sus pares al hacer lo
que los otros niños hacían.
Nathaniel es un gran ejemplo de lo poderoso que puede ser el agrupar a niños con discapacidades
con pares de su misma edad para incentivar el proceso de aprender a usar el baño. Los niños
crecen cuando están en un entorno con expectativas adecuadas a su edad y relaciones entre pares.
Modificaciones en el proceso de aprender a usar el baño
15
En el caso de algunos niños con discapacidades de aprendizaje o discapacidades socioemocionales, puede resultar difícil enfocarse en lo que tienen que hacer al usar el inodoro. Puede
ayudar a estos niños, utilizando diferentes actividades de concentración como contar, cantar o
hacer rimas. Una vez que el niño se siente en el inodoro correctamente, cante una de sus
canciones favoritas bastante rápido. La idea es que el niño permanezca bien sentado en el
inodoro hasta que termine la canción. Con el tiempo, puede reducir gradualmente la velocidad a
la cual canta la canción o elegir canciones más largas, aumentando el tiempo que el niño
permanece en el inodoro. Una vez que el niño sea capaz de sentarse cómodamente durante un
tiempo razonable, puede interrumpir esta técnica. El uso de estrategias como canciones, rimas o
cuentos favoritos ayuda a captar la atención del niño y le permite relajarse mientras está sentado
en el inodoro. Asegúrese de individualizar esta estrategia. Algunos niños con trastorno del
espectro autista, o trastorno de integración sensorial pueden sentirse abrumados con esta técnica.
Examinemos más a fondo el proceso de aprender a usar el baño. Con demasiada frecuencia, los
adultos se enfocan en el objetivo final: dominar por completo las funciones orgánicas para que el
niño nunca tenga accidentes. Tomemos un momento y veamos todas las habilidades incluidas en
alcanzar este objetivo: desde el punto de vista emocional, físico y cognitivo.
Los pasos generales para el uso correcto del inodoro incluyen los siguientes:
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










Tener deseos de usar el inodoro.
Indicar la necesidad de usar el baño (en forma oral o no verbal).
Entrar al baño.
Cerrar la puerta, si corresponde.
Bajarse los pantalones y la ropa interior.
Sentarse en el inodoro (nota: los cuidadores y padres pueden trabajar juntos para
determinar si es mejor que un varón se siente o permanezca de pie cuando recién aprende
a usar el inodoro).
Orinar o defecar.
Limpiarse con papel higiénico.
Apretar el botón.
Subirse la ropa interior y los pantalones.
Lavarse las manos.
Abrir la puerta, si corresponde.
Salir del baño.
¡Increíble! ¡Cuando este proceso se desglosa, simplemente “usar el baño” no parece tan simple!
Pensando en el proceso desde esta perspectiva, podemos entender por qué el aprender a usar el
baño puede ser un gran reto para los niños muy pequeños. Para algunos niños con necesidades
especiales, dividir el proceso en pasos individuales puede resultar muy útil para crear un
entendimiento del proceso por parte del niño y también para ganar confianza. Permite que el
niño entienda cada paso y qué debe hacer. También puede darle la oportunidad de celebrar cada
paso pequeño que el niño domine. Esto tiende a reducir la frustración tanto del niño como del
cuidador y mantiene a todos enfocados en el progreso del niño.
Asegúrese de seguir implementando la misma rutina y las mismas estrategias cada vez que el
niño use el baño. La constancia es una gran herramienta. En algunos casos, tal vez sea necesario
dar un paso atrás y repetir el paso que el niño había completado correctamente en el pasado.
16
Volver un paso atrás le permite al niño experimentar el éxito y volver a una dirección de
aprendizaje positiva.
Consulte el folleto titulado Habilidades necesarias para aprender a usar el baño. Esta
herramienta de referencia rápida se puede utilizar para ayudarle a realizar un seguimiento de si el
niño ha dominado cada uno de los pasos para usar el baño o necesita apoyo adicional, e incluye
espacio para que usted planifique estrategias que ayuden al niño a dominar los pasos que le
quedan para avanzar.
[Folleto: Habilidades necesarias para aprender a usar el baño].
Para los niños con discapacidad visual, aprender los diversos pasos del proceso de usar el baño
puede ser especialmente desafiante. Trabaje con el equipo del IFSP para decidir la mejor
estrategia. Es posible que le pidan que le ayude al niño por medio de una técnica de mano bajo
mano o mano sobre mano. Consulte el folleto Cómo enseñar a los niños con discapacidad visual
para obtener más información acerca de estas técnicas.
[Folleto: Cómo enseñar a niños con discapacidad visual]
Para los niños con discapacidades que afectan su capacidad de comunicarse, como deficiencias
auditivas, trabaje en estrecha colaboración con el equipo del IFSP y la familia del niño para
utilizar las herramientas de comunicación con las que el niño se sienta más cómodo. Es posible
que tenga que comunicarse con este niño a señas o con un sistema de imágenes, o es posible que
el niño tenga dispositivos especiales que le permitan comunicarse. La clave es usar lo que el niño
sienta que es más cómodo, para que pueda estar tranquilo durante el proceso de aprender a usar
el baño.
Para algunos niños con discapacidades o necesidades de salud especiales, aprender a “pujar” al
evacuar requiere más apoyo que el que tal vez le daría a un niño que no tiene una discapacidad.
Por ejemplo, algunos niños con discapacidades pueden tener disminución del tono muscular, o
hipotonía. La hipotonía puede hacer que al niño le resulte difícil expulsar las heces del cuerpo.
Una forma de ayudar con esta afección es asegurarse de que el niño mantenga una dieta sana.
Trabaje con los padres del niño, el equipo del IFSP e incluso un nutricionista, si es necesario. Es
posible que un terapeuta ocupacional recomiende una estrategia mediante la cual el niño se
coloca la mano sobre la parte baja del abdomen para sentir cómo el músculo sobresale cuando
“puja” para evacuar. Los niños que toman medicamentos todos los días o que tienen necesidades
especiales de dieta pueden tener problemas de estreñimiento, ya que es un efecto secundario
común. Es posible que estos niños también necesiten apoyo especializado para manejar sus
evacuaciones. Los padres del niño y el equipo del IFSP pueden brindarle información sobre las
estrategias que apoyen al niño y pueden ayudarle a aprender cualquier técnica específica que
usted necesite saber.
Asegúrese de que el área del baño sea cómoda, segura y accesible. Puede hacer que esta área sea
cómoda asegurándose de que el niño pueda apoyar los pies en el piso o en un banquito. Esto
ayuda con el equilibrio, pero también le permite al niño pujar durante una evacuación. Cuanto
más cómodo y seguro se sienta el niño, más probable será que se quede en el baño lo suficiente
como para hacer lo que tenga que hacer. Para los niños con trastornos sensoriales, es
fundamental que ayude al niño a estar concentrado. Cree un entorno tranquilo, ordenado y sin
olores. Si es necesario, podría considerar la instalación de un equipo de seguridad como barras
17
para sostenerse o asientos de inodoro modificados que hagan que el baño sea accesible para los
niños con discapacidades físicas. Si la postura o la fuerza en la parte superior del cuerpo es un
problema para un niño en particular, es posible que tenga que sentarse con el niño para ayudarle
a estabilizarse mientras usa la bacinilla. Recuerde que el equipo del IFSP del niño puede darle
recomendaciones específicas para satisfacer sus necesidades.
También ayuda el vestir a los niños con prendas sueltas y fáciles de manejar. Las pretinas
ajustadas, los botones difíciles de desabrochar y los cierres, suelen frustrarlos tanto a usted como
a los niños. El Calzado y las medias fáciles de limpiar y una gran cantidad de cambios de ropa
pueden ayudar a reducir la frustración cuando ocurren accidentes. Hable acerca de la ropa
adecuada con los padres del niño. Mientras más obstáculos a la independencia pueda eliminar,
mejor.
Los cuentos sociales pueden ayudarles a algunos niños con discapacidad, así como a los niños
que no tengan una discapacidad, pero que son resisten el proceso de aprender a usar el baño, o a
ver que el uso del inodoro es una parte normal del cuidado personal. Los cuentos sociales son
historias simples creadas para enseñar una tarea específica o ayudarles a los niños a comprender
un evento. Cada historia debe escribirse desde la perspectiva del niño. La historia describirá una
situación específica (como la de usar el baño), mediante el relato de detalles de lo que sucede
durante el proceso, recomendaciones acerca de la forma en que el niño podría responder a este
proceso de usar el baño y por qué esa respuesta es adecuada.
En el caso del proceso de aprender a usar el baño, puede desglosar los pasos tanto como sea
necesario para satisfacer las necesidades del niño. Un niño puede necesitar 8 pasos bien
detallados en su cuento social, mientras que otro tal vez necesite 4 pasos generales. Hay varios
sitios de internet disponibles donde puede descargar imágenes para utilizar en la creación de los
cuentos sociales. También puede utilizar fotos del entorno real. Esto puede ayudarle al niño a
relacionar la historia con su entorno personal. Obviamente, no es apropiado tomarle fotos a los
niños mientras usan el inodoro.
El folleto llamado " muestra de cuento social" proporciona un ejemplo de lo que puede incluir un
cuento social para aprender a usar el baño.
[Folleto: Historia social de muestra]
Otra opción similar a un cuento social es un horario de imágenes o una tarjeta de rutinas. Suelen
ser tiras de fotografías más pequeñas que ilustran los pasos que conforman la tarea. Los horarios
de imágenes también se adaptan fácilmente a las necesidades de cada niño y se pueden colgar en
el baño o incluirse en un pequeño libro como recordatorio de los pasos.
Es posible que algunos niños con trastornos cognitivos y trastornos del espectro autista quieran
jugar o embarrarse con sus heces. Esta conducta puede darse por muchos motivos. Por ejemplo,
algunos niños tienen esta conducta como una forma de llamar la atención, mientras que otros lo
hacen para expresar su frustración, ansiedad o incluso aburrimiento. Aún así, otros pueden
buscar una sensación de control al involucrarse en esta conducta. Para algunos, incluso puede ser
una experiencia sensorial placentera. Es importante tener en cuenta que tenemos que enseñar al
niño que esta actividad es inapropiada de manera respetuosa, clara y concisa. Los pasos
proactivos para evitar y eliminar esta conducta incluyen: documentar el horario de evacuaciones
18
del niño, investigar qué motiva la conducta del niño y trabajar con el equipo del IFSP del niño
para que todos sus cuidadores respondan de la misma manera.
Mientras que estas modificaciones sugeridas pueden funcionar para muchos niños, no existe una
estrategia general que se adapte a todos los casos para modificar la rutina del proceso de
aprender a usar el baño para los niños con discapacidades. Empleando los recursos de los que
usted disponga, incluida la familia y el equipo del IFSP del niño, busque la estrategia que
funcione para cada uno y apoye constantemente los intentos del niño de aprender esta
complicada tarea.
Lavado de manos
Otro componente importante de las necesidades de higiene en el cuidado inclusivo de bebés y
niños pequeños es el lavado de manos. En los últimos minutos de este curso, revisaremos los
requisitos de certificación, las mejores prácticas y las posibles modificaciones relacionadas con
el lavado de manos que usted necesita conocer al cuidar bebés y niños pequeños con o sin
discapacidades.
Las normas mínimas para los hogares y centros de cuidado infantil especifican que los
empleados deben lavarse las manos después de cambiarle el pañal a un niño, o de ayudarle a usar
el baño, y los niños deben lavarse las manos después de usar el baño o después de que les hayan
cambiado el pañal. Durante el cambio de pañales, las manos del niño suelen entrar en contacto
con la zona de su cuerpo cubierta por el pañal. Esto también puede pasar cuando los niños
pequeños van al baño. Los desechos humanos y los fluidos corporales contienen gérmenes, que
también se hallan en la piel y en el pañal aunque no los podamos ver. Lavar las manos a un bebé
o niño pequeño después de cambiarle el pañal ayuda a reducir la propagación de gérmenes.
El lavarse las manos y lavarle las manos al niño es fundamental para evitar la propagación de
enfermedades en su programa. El seguir los procedimientos adecuados de lavado de manos es
particularmente importante si atiende a niños con necesidades de salud especiales que los hace
más susceptibles a las enfermedades infecciosas. Las normas mínimas indican que: “las
investigaciones han demostrado que la práctica sencilla más efectiva que previene la propagación
de gérmenes en el entorno de cuidado infantil es que los cuidadores y los niños se laven bien las
manos”. Para facilitar un lavado de manos adecuado, los reglamentos de certificación indican
que los cuidadores con lesiones o heridas expuestas que dificulten el lavado de manos, como
yesos, vendas o aparatos ortopédicos, no deben cambiar pañales. Las normas también establecen
que si usted usa guantes durante el cambio de pañales debe desecharlos después de cada cambio
de pañal y, aún así, debe lavarse las manos con jabón y agua corriente después de cada cambio
de pañal.
Los reglamentos indican que, hasta que un bebé tenga la edad suficiente de ser levantado hasta la
llave y alcanzar el agua, usted debe lavarle las manos con un paño de tela individual o una toalla
desechable con jabón y luego un paño o una toalla desechable para enjuagar con agua limpia, y
secárselas. Los niños que pueden ser levantados hasta la llave y alcanzar el agua, al igual que los
niños de 18 meses de edad en adelante, y todos los cuidadores, deben lavarse las manos con
jabón y agua corriente. Las normas mínimas establecen, específicamente, que las toallitas
húmedas y los productos para lavarse las manos sin agua no sustituyen el agua y el jabón. De
hecho, los desinfectantes para las manos a base de alcohol son inflamables y tóxicos si son
ingeridos por los niños. Si el lavabo para lavarse las manos no se encuentra junto al área de
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cambio de pañales, las normas indican que se pueden usar toallitas húmedas como medida
temporal para que el cuidador y el niño se limpien las manos mientras se vigila al niño en el
cambiador.
Mejores prácticas para el lavado de manos
El procedimiento para el lavado de manos recomendado por los Centros para el Control de
Enfermedades (Centers for Disease Control, CDC) tanto para niños como para adultos incluye
los siguientes pasos:
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
Mojarse las manos con agua corriente limpia y aplicar jabón.
Frotarse las manos para hacer espuma y restregarlas bien. Asegurarse de restregar el
dorso de las manos, y la zona entre los dedos y debajo de las uñas.
Seguir frotando las manos durante por lo menos 20 segundos (para ayudar a controlar el
tiempo: tararear la canción “Feliz cumpleaños” dos veces).
Enjuagarse bien las manos debajo del agua corriente.
Secarse las manos con una toalla limpia o dejarlas secar al aire.
Cerrar la llave con una toalla de papel.
Modificaciones para el lavado de manos
Para algunos niños con discapacidad, es posible que se requieran modificaciones en la rutina del
lavado de manos. Verifíquelo con el equipo del IFSP del niño, incluidos los padres. Por ejemplo,
si el niño tiene una discapacidad motriz, es posible que el equipo del IFSP le dé
recomendaciones sobre cómo ubicar al niño para lavarle las manos con el mayor grado de
independencia posible. Si tiene deficiencia en la vista, trastorno cognitivo, motriz u otro tipo de
trastorno sensorial, tal vez le recomienden utilizar una jabonera u otro recipiente para el jabón
que contraste con el lavabo o la mesada para que el niño lo pueda ver, y mantener el jabón y las
toallas en el mismo lugar cada vez, para que los pueda localizar con facilidad. Es posible que
puedan darle ideas sobre cómo organizar el área para asegurarse de que el niño pueda alcanzar el
dosificador de jabón y el lavabo fácilmente. Si un niño tiene problemas sensoriales, afecciones
en la piel o alergias, el equipo del IFSP podría ayudarle a determinar qué tipo de jabón, qué
temperatura del agua y qué tipo de toallas son mejores para el niño. Existen muchas
modificaciones simples que le pueden permitir a un niño con discapacidades mejorar sus
habilidades para valerse por sí mismo, como lavarse las manos. Las estrategias que son más
apropiadas para cada niño varían, según sus fortalezas y necesidades.
Conclusión
Los procesos de cambio de pañales y aprender a usar el baño son partes importantes de su
jornada como cuidador en un programa inclusivo de bebés o niños pequeños, y las estrategias
que utilice al cambiarle el pañal a un bebé o al enseñarle a un niño pequeño a usar el inodoro
pueden influir en su desarrollo. Durante este curso, hemos analizado los reglamentos de
certificación, las mejores prácticas y las posibles modificaciones relacionadas con el cambio de
pañales, el proceso de usar el baño, y el lavado de manos. Estos son algunos puntos clave que
nos gustaría que llevara a la práctica:
20




Para hacer las cosas bien, tanto el cambio de pañales como el proceso de aprender a usar
el baño, requieren de un compromiso de coordinación con la familia de cada niño y, si
corresponde, con el equipo del IFSP.
Es importante conocer bien los reglamentos de certificación que rigen las operaciones de
su programa para que pueda cuidar de la seguridad y la salud del niño durante el cambio
de pañales, el proceso de aprender a usar el baño y el lavado de manos, y también para
asegurarse de que toda modificación sugerida por el equipo del IFSP de un niño cumpla
con los requisitos de certificación.
Existe una variedad de mejores prácticas que puede implementar al cambiar los pañales a
un niño muy pequeño, o al apoyar el proceso de aprender a usar el baño, con fin de
ayudar a garantizar una experiencia positiva. Estas prácticas, como por ejemplo, tomar en
cuenta el temperamento de cada niño, implementar rituales en estas rutinas y mantener
una actitud positiva, son beneficiosas para todos los niños, y pueden resultar
especialmente importantes para los niños con discapacidades.
Mientras que existen varias modificaciones sugeridas para estas rutinas que pueden
satisfacer las necesidades de niños con discapacidades, no existe un plan general que se
adapte a todos los casos para modificar el cambio de pañales, el proceso de aprender a
usar el baño, y el lavado de manos. La mejor forma de crear un plan para satisfacer las
necesidades de un niño en estas áreas es de trabajar con su familia y equipo del IFSP para
evaluar sus fortalezas, sus necesidades y sus preferencias, y utilizar esta información para
elegir estrategias.
Gracias por su tiempo y por su compromiso hacia la inclusión, en los programas de bebés y niños
pequeños.
Este curso fue desarrollado y producido por el Servicio de Texas del Sistema Universitario
A&M de Texas. en colaboración con la División de Licencias para Centros de Cuidado
Infantil del Departamento de Servicios para la Familia y de Protección de Texas (Texas
Department of Family and Protective Services, Child Care Licensing Division), con fondos
proporcionados por la Comisión de Trabajo de Texas (Texas Workforce Commission).
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