especial elías alfageme Elisa Palacios tiene 52 años y tres hijos. Jorge Ignacio (14), Juan Carlos (13) y María Patricia (8). Su primer hijo nació en Lima, el segundo proviene de Huancavelica y la tercera de Madre de Dios. Los niños -a su mamá le gusta pensar que cada uno representa Costa, Sierra y Selva del Perú-se protegen entre ellos como grandes cómplices. ELISA PALACIOS La vocación de adoptar una agente de viajes cree que el ser madre va más allá de un vínculo de sangre. Por Rosa Chávez Yacila E lisa Palacios era una agente de viajes entretenida con su trabajo y viajaba cada vez que le provocaba. Una mujer que, al no encontrar un hombre con quien formar una familia, quiso disfrutar de su soltería. Hasta que a sus 38 años conoció al entrenador de vóley Jorge Gorriti y decidió casarse. Seis meses más tarde, Elisa estaba embarazada. Los esposos se sentían tan felices con 30 El Comercio su primogénito, Jorge Ignacio, que quisieron tener más hijos. Intentaron por un año, dos, tres, cuatro, cinco. Probaron desde menjunjes caseros hasta fertilización in vitro. Nada funcionaba. Entendieron que ella no volvería a embarazarse, pero que aún así era posible tener más hijos. Elisa buscó información para adoptar un niño y entonces encontró a la Jurisdicción Nacional de Adopciones. Tras siete meses de entrevistas y papeleos, los Gorriti Palacios recibieron a su segundo hijo. Cuando Juan Carlos llegó con cuatro años y un “Hola, mamá” como saludo de bienvenida, Elisa supo que adoptar había sido una de las mejores decisiones de su vida. La había hecho tan feliz que lo hizo otra vez. María Patricia, una niña de cara redonda y cachetes colorados, llegó cinco años después para completar la familia. Elisa Palacios cree que adoptar es sobre todo un acto de vocación. Un impulso auténtico que supera los prejuicios y las dudas. A fin de cuentas, ni una madre adoptiva ni una biológica saben de antemano nada sobre el hijo que recibirán. Quienes sienten el “llamado de adoptar”, como lo denomina Elisa, saben que la maternidad nunca ha dependido solo de llevar un bebe en el vientre.