audiencia constitucional. su celebración pone fin a la secuela

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170855. IV.2o.C.48 K. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXVI, Diciembre de 2007, Pág. 1678.
AUDIENCIA CONSTITUCIONAL. SU CELEBRACIÓN PONE FIN A LA SECUELA
PROCESAL DEL JUICIO DE AMPARO Y EL JUEZ QUEDA IMPEDIDO PARA
ACORDAR PROMOCIONES ALLEGADAS CON POSTERIORIDAD, AUNQUE SE
REFIERAN A CAUSALES DE IMPROCEDENCIA, SALVO QUE EN LOS ESCRITOS
RESPECTIVOS SE OFREZCAN PRUEBAS QUE LAS JUSTIFIQUEN. Conforme a los
artículos 107, fracción VII, de la Ley Fundamental y 155 de la Ley de Amparo, la audiencia
constitucional comprende tres fases que se desarrollan en el siguiente orden: a) el periodo de
pruebas, donde se ofrecen, admiten y desahogan; b) la formulación de alegatos; y, c) el
dictado de la sentencia. Íntimamente relacionado con ello, la propia Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, en el precepto y fracción citados, es determinante al disponer
que la tramitación del amparo indirecto se rige por el principio de concentración, en cuanto
ordena que "... se limitará al informe de la autoridad, a una audiencia ... se recibirán las
pruebas que las partes interesadas ofrezcan y oirán los alegatos, pronunciándose en la misma
audiencia la sentencia.". Dicha taxativa aparece confirmada en el artículo 155 de la Ley de
Amparo, que es categórico al establecer en su primer párrafo: "Abierta la audiencia se
procederá a recibir, por su orden, las pruebas, los alegatos por escrito y, en su caso, el
pedimento del Ministerio Público; acto continuo, se dictará el fallo que corresponda.". Ahora
bien, tomando en cuenta la secuela de actos que en la audiencia se van sucediendo en su
propio orden, junto con la señalada característica de la concentración, emergen los matices
relativos a la continuidad y la unidad, pues tales actos surgen uno tras otro, por regla general
de modo inmediato; esto es, al ofrecimiento de pruebas debe recaer el auto admisorio o
desechatorio, para seguir con el desahogo de las admitidas; después se pasa al periodo de
alegatos y, de inmediato, en culminación de la audiencia, se dicta sentencia, siendo a través
de esa secuela como se delimita la concentración de los mismos, se eslabona su continuidad y
se cierra la unidad de la actuación. Todo ello confirma el criterio de que, una vez celebrada la
audiencia constitucional, ya no es posible que se emita pronunciamiento con relación a
promociones presentadas después de la fecha en que ésta tuvo lugar, independientemente de
que propongan causales de improcedencia porque para entonces, con motivo de haberse
cerrado el mencionado acto procesal, ya cesó la actividad del Juez de Distrito por lo que ve al
procedimiento del juicio constitucional, restando solamente el dictado de la sentencia
correspondiente; a menos que en los escritos respectivos se ofrezcan pruebas que justifiquen
la improcedencia.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL CUARTO CIRCUITO.
Amparo en revisión 237/2007. Inmobiliaria Civitas, S.A. de C.V. 4 de octubre de 2007.
Unanimidad de votos. Ponente: Juan Manuel Rochín Guevara. Secretario: Manuel López
Herrera.
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