La paradójica situación estadounidense y el surgimiento de nuevos actores en la economía mundial Por Anahí Rampinini1 En los últimos años, los países en desarrollo han incrementado notablemente sus reservas en divisas; este aumento les permite contar con fondos suficientes en casos de contingencias, como pueden ser las fugas de capitales masivos ante fluctuaciones de las tasas de interés o en caso de apreciaciones en la moneda. El incremento en los niveles de reservas internacionales asegura la posibilidad de tener fondos suficientes a fin de no recurrir a organismos internacionales de crédito, lo que además posibilita una reducción en el peso de la deuda externa mediante una disminución del déficit fiscal y de la emisión de deuda interna. La generación de esta masa de divisas, fue posible gracias a las constantes intervenciones de los Estados en los mercados de cambio con el objetivo de evitar apreciaciones en sus respectivas monedas, lo que en términos generales provocado un aumento en las exportaciones y consecuentemente, un aumento en el superávit comercial, posibilitando así la acumulación de divisa extranjera. Esto trae aparejado, como contrapartida, el deterioro de los saldos comerciales de los países desarrollados. Frente a este fenómeno de superabundancia de ahorro mundial, y sumado a una situación de bajas tasas de beneficio y de acumulación de capital productivo, se propició un escenario en donde el exceso de liquidez y la búsqueda de este capital por aumentar sus beneficios fue saciada por el capital de origen financiero, que logró 1 La autora es Licenciada en Comercio Internacional (Universidad Nacional de Lujan) y maestrando en Relaciones Económicas Internacionales (Universidad de Buenos Aires). GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 1 absorber la demanda incentivado por las políticas de desregulación financiera vigentes desde la década de los ‘80. Los créditos hipotecarios fueron uno de los principales puntos donde se focalizó el exceso de liquidez y la búsqueda de beneficios, ya que eran altamente rentables y acompañaron la creciente demanda de activos financieros y el rápido crecimiento del mercado. Por un lado, la inflación generaba en la inversión residencial altas ganancias debido al incremento en el precio de las viviendas, y por el otro, las bajas tasas de interés generaban las condiciones propicias para endeudarse fácilmente. Consecuentemente, el escenario era ideal para comprar viviendas mediante el acceso a créditos blandos y al tiempo venderlas a mayores precios debido al crecimiento de las tasas de inflación. Sin embargo, a finales del 2006 las presiones inflacionarias por el aumento de las materias primas, destacando como factor principal al aumento del precio del petróleo, llevó a una situación insostenible. En este periodo Estados Unidos se encuentra ante la disyuntiva de aumentar su tasa de interés frente a las presiones inflacionarias y para dejar de alimentar la burbuja financiera; o persistir con bajas tasas de interés (niveles mantenidos desde el 2000 al 2006, que permitieron préstamos fáciles y baratos) que lo obligarían a devaluar su moneda. Esto nos lleva a pensar que la propia condición de Estados Unidos como hegemón lo condiciona y paradójicamente, posibilita e impulsa el crecimiento de nuevos protagonistas. Frente a la alternativa de devaluar fuertemente su moneda y considerando las características que tiene el dólar como reserva mundial, una devaluación -que sin dudas habría aliviado el saldo de balanza comercial- habría originado también un fuerte desequilibrio de sus cuentas fiscales, generando una mayor desconfianza respecto a su moneda y encareciendo su financiamiento. Esta situación terminó condicionando su campo de acción y llevó, hacia finales de 2006, a un aumento de la tasa de interés, generando una elevación de la tasa de créditos hipotecarios, que posteriormente derivó en un aumento de los incumplimientos de pagos y una caída del precio de las viviendas. Así, en la mayoría de los casos, el monto de deuda superó el precio de la vivienda, trasladándose a incumplimientos masivos y a la explosión de la burbuja financiera. Paradójicamente, la situación hegemónica que le ha permitido a Estados Unidos el crecimiento sostenido de un déficit de balanza comercial por un periodo amplio, ha beneficiado y propiciado el crecimiento de otros actores en el mercado mundial. Un buen ejemplo, es la relación comercial bilateral con China, su principal acreedor. Este GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 2 país es el responsable del 32 % del déficit estadounidense y se puede decir que obtiene una doble ventaja de dicha relación. Por un lado, Estados Unidos al no devaluar su moneda con respecto al yuan, le permite a China tener precios relativos menores con respecto al dólar. Por el otro, el precio competitivo de sus exportaciones propicia su incremento, deteriorando aún más la balanza comercial de los Estados Unidos. Durante la actual crisis se esperaba que el flujo comercial de China disminuyera, principalmente debido a la dependencia que esta economía tenía de los Estados Unidos. Sin embargo, se pudo apreciar que el país asiático, es menos dependiente a la economía norteamericana de lo que se estimaba. Esto se manifestó en que logró mantener sus índices de crecimiento, y pudo focalizar y diversificar sus riesgos, gracias a los altos niveles de inversión extranjera directa en economías periféricas. Para concluir, si bien las consecuencias de la crisis todavía son inciertas, lo seguro es que trajo aparejada una nueva repartición en el poder económico mundial y ciertamente el papel de la economía norteamericana se verá disminuido en detrimento de las potencias emergentes. Un desafío para el futuro próximo es conocer qué ocurrirá con el dólar si Estados Unidos deja vacante su rol hegemónico en una economía mundial, que inevitablemente, tiende al multipolarismo. GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 3 BIBLIOGRAFíA Arceo Enrique, Golombek Claudio, Kupelian Romina, (2009), Crisis Mundial: Elementos para su análisis, Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (CEFIDAR), Documento de trabajo Nº26. [en línea] disponible en: http://www.iade.org.ar/uploads/c87bbfe5-7057-9508.pdf Blackburn Robin, (2008), “La crisis de la hipotecas subprime”, New Left Review, 50, pp. 53 – 95. [en línea] disponible en: http://www.newleftreview.es/?search=1&topbarsearch=subprime Dicken Peter (2007), Global Shift: Mapping the changing contours of the world economy, The Gilford press. GRUPO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES CONTEMPORÁNEOS 4