Las pequeñas cosas son las que nos acaban haciendo

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Joan
Manuel
Serrat
ENTREVISTA
Sigue siendo el poeta de las pequeñas
cosas. A sus 70 años y a punto
de celebrar medio siglo sobre el
escenario, con más discos vendidos
y más auditorios repletos a su
espalda que ningún otro, se sigue
emocionando con el sol, el mar, el
recuerdo de sus padres, la ternura
de sus hijas o el abrazo de los amigos.
Puente entre las dos orillas del
Atlántico; entre España y Cataluña,
tiene aún una mirada cargada de
sentido común para analizar el
momento que nos toca vivir.
POR
Juan Cruz F O T O G R A F Í A D E Sofía Moro
ENTREVISTA A JOAN MANUEL SERRAT
Joan Manuel Serrat lleva medio siglo cantando y hoy afronta la tarea de reconstruir ese
pasado en el que ha sido feliz y nos ha hecho felices. Nació el 27 de diciembre de 1943, en
Barcelona, y ha cantado al amor, al Mediterráneo, a las pequeñas cosas. Su vida y su voz
están unidas a las vidas y a las aspiraciones de varias generaciones de españoles y de
latinoamericanos que ven como propios el barrio de Serrat, su mar, sus creencias, las
imágenes y las palabras a las que ha puesto música. Ahora prepara un disco en el que
comparte sus canciones con amigos y colegas como Ana Belén, Víctor Manuel o Miguel Ríos,
Silvia Pérez Cruz, Lolita, Quico Pi de la Serra, Pablo Alborán… El disco se llamará ‘Trencadís’
y lo estrenará en febrero de 2015 en una gira que comenzará en Uruguay, continuará por
América y concluirá en España. Le hemos visitado en estos días de sol, y del verano nos ha
hablado como parte indisoluble de ese entusiasmo por vivir en el que nos educó a tantos
con su voz. Habló también, claro, de Cataluña, de su familia, de la alegría y de los tiempos
que nos toca vivir. Y de cómo escribe, en el otoño de su vida, cuando llega el verano.
¿Le apetece escribir con este tiempo? Me
cambia mucho la vida. Soy una persona que
ama y agradece mucho el buen tiempo, incluso el calor. Amo el calor, el agua y el mar
desde que empieza el verano hasta Navidad.
A lo largo de todas mis actividades artísticas
he procurado desplazarme a la América
austral en los meses de invierno, para pasar
dos veranos al año. El verano lo representa
perfectamente un melocotón, comerme un
melocotón bien jugoso, que se me escurra
el líquido por la barbilla y que me deje las
manos pegajosas…, eso es perfecto.
En sus composiciones hay siempre
tiempo. Canción de cuna es autobiográfica, como una postal que le mandara la
infancia: “Por la mañana rocío, al mediodía calor, por la tarde los mosquitos,
no quiero ser labrador”. La vida del niño
cambiaba absolutamente cuando llegaba el
verano, cuando se encendían las hogueras
de San Juan quemábamos todo el año y te
ibas a la playa en libertad. O la familia te
mandaba al campo. Todo aquello cambiaba
absolutamente la vida. Es la relación del
niño con el agua, con las balsas, con los
sapos, con esos insectos que flotan, con
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los barbos, con todos los seres vivos… Y de
alguna forma la tristeza que nos acompañaba cuando nos separábamos en septiembre
y teníamos que empezar a renunciar a
aquellas escapadas.
¿Dónde estaban esos paisajes? Yo tengo
dos paisajes fundamentales, el mar y el
campo. El mar es la Barceloneta de mi niñez,
con todo lo que representaba el recorrido
desde la casa hasta la playa. Primero, trincar
algo de comer en casa, bocadillo, toalla y
bañador, la indumentaria que nosotros necesitábamos; colarte en el tranvía, colarte
en los baños que entonces no eran públicos,
para llegar a las instalaciones con piscinas y
duchas. Hubo una época preciosa en la que
me tocó ir a Navarra, con 13 años, a un lugar
“El verano lo
representa un
melocotón. Uno
bien jugoso”
al que no había ido nunca, Viana. Ahora
tengo una casa allí y voy a pasar alguna
semana con mis amigos, gente con la que
crecí y aprendí todo del campo. Mi madre
tenía allí una amiga de la juventud. Iban
al mismo baile de sirvientas y estrecharon
lazos, una amiga a la que le unía el más
profundo sentimiento que seguramente
pueda unir a dos mujeres, que les ocurrió lo
mismo a las dos, se les murió el novio pocos
días antes de casarse. Eso creó en ellas un
sentimiento mucho más allá de lo fraternal.
Viana se convirtió para mí en la tía joven
que yo no tenía, la tía cercana. Cuando ella
dejó el oficio y se retiró, me llamó. Aquello
fue maravilloso porque vivía en aquella
casa como un hijo (que lo era, el hijo malcriado de la casa) y al tiempo vivía en un
pueblo magnífico donde conocí a Alejandro
y a Teófilo, toda esa gente con la que me crié.
Viví de lo bueno lo mejor y de lo malo pocas
cosas; en la ciudad somos peores.
¿Cómo era el anterior muchacho, el
niño, el hijo de Ángeles Teresa? Era un
chico muy movido, muy activo, torpe, se me
caían los vasos, estaba pensando en hacer la
tercera cosa cuando aún no había hecho la
primera, tenía que hacer las otras dos y no
me acordaba de la anterior. Fui un excelente estudiante, muy brillante en la escuela de
agricultura y en la universidad.
¿Qué hizo en la universidad? Biología
hasta tercero; dejé la carrera porque siempre he tenido que financiar mis actividades
universitarias, parte la hice con becas y
parte buscándome mis chapas, mis clases,
cantaba… En una época estuve trabajando
como becario en el Consejo Superior del
Instituto Pirenaico. Era el año 1967, yo ya
había cantado y aquello acabó de decidirme
a emprender mi carrera profesional.
“Tuve que pagarme
la universidad con
becas, cantando y
dando clases”
para Navidad que contiene 50 canciones y
50 relatos, no sabemos muy bien aún cómo
será ese objeto. Las 50 canciones no son lo
que podría ser un relato histórico, en principio traté de hacer una lista cronológica
y que la cronología llevara de una canción
a otra, pero era bastante aburrido al oído
y seguramente como documento. Sin
embargo, lo que sí puede ser interesante
es que escoja 50 canciones entre las
En su primer paisaje humano su madre
fue fundamental. Era la que ponía el
orden cotidiano, el trabajo, que era mucho,
y el ejemplo, que también era mucho. Mi
padre era lampista y trabajaba en Catalana
de Gas. Muy mañoso, podía hacer cualquier
cosa, desde una nevera hasta toda la
instalación eléctrica de la casa, pintaba las
paredes, alicataba el baño, lo hacía todo.
Con todo lo habilidoso que ha sido mi padre,
yo he sido muy torpe. El ejemplo no me lo
daba con esto, me lo daba con su comportamiento, con su respeto a la gente, a su mujer,
estas cosas tan importantes, el espejo con
el que aprendes cómo son o cómo deberían
ser las cosas. Mi madre también era un poco
hiperactiva, con un genio más levantisco,
me recuerda a la madre de Juan José Millás,
cuando él cuenta que ella era desconcertante porque abría la nevera y decía: “¡Ay,
cuánto pan, qué haremos con tanto pan!”. Y
al día siguiente decía: “¡No hay pan, no hay
pan!”. Tanto por exceso como por defecto
mi madre pensaba que la hecatombe estaba
a la vuelta de la esquina, aunque era muy
instintiva y repentina, en realidad era
capaz de conducir un ejército. Tenía un
carácter muy sólido, menos duro de lo que
ella quería aparentar, pero muy consistente. Y a pesar de todo lo que he dicho, muy
cariñosa.
Ese episodio de la infancia y la adolescencia que es central no sólo en su vida
sino en sus canciones, ¿le devuelve
imágenes, postales de casa, con otros,
de cosas que hayan ocurrido y que le
vengan de vez en cuando a la memoria?
Sí, pero vienen más si las reclamas. Y ahora
las he reclamado para conmemorar mis 50
años en el escenario. Y previamente estoy
preparando la presentación de “un objeto”
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ENTREVISTA A JOAN MANUEL SERRAT
cuales habrá algunas que puedan resultar
muy curiosas. Por ejemplo, una de ellas va
a ser el La la la, que voy a cantar en alemán,
la grabé en alemán y es la versión que voy
a poner; aquello fue un hito en mi vida,
pero me niego en estos momentos tanto a
prescindir de ella como a señalarla de una
u otra manera. La hago en alemán para que
quede constancia y que cada cual piense
lo que quiera. Hay otras canciones, 25, que
las hago con dúos con diferente
gente. Y hay 50 relatos, no son
memorias, son 50 ocurrencias
u ocurridos que me han pasado
en la vida o que yo he pensado,
no creo que ninguna excesivamente dramática.
¿Qué le ha sorprendido entre
lo que se ha encontrado? La
claridad con la que aparecen, los
ves con una nitidez extraordinaria y se pierde más lo accesorio
pero lo que es lo mollar viene
caminando solo. A veces, no sé
cómo explicarlo bien, ves que el
recuerdo tenía una falda plisada
y ojos azules, pero no sabes
cómo se llamaba.
Oyéndole hablar de sus
padres parece que ahora
es cuando ya es usted una
combinación de los dos.
Estaría bien. Nunca eres la
combinación de tus padres,
un hijo es el resultado de sus
padres evidentemente, pero yo
también soy el resultado de todo
lo que me ha ocurrido en la vida.
Lo que me ha ocurrido en la vida
me ha hecho ser de una forma o
de otra, continuamente nos va
mutando, nos levanta, nos baja,
nos mejora, nos empeora…
¿Qué hubo después cuando vieron que
su padre tenía razón? Orgullo. Mi padre
dejó el trabajo, ya podríamos
vivir sin que tuviera que tragar
más gas, compramos un R-5 de
segunda mano y mi padre se
dedicó a hacer de chófer de mi
madre, la llevaba siempre, hasta
tal punto que cuando murió
mi padre ella apareció un día
muy jodida por mi casa, muy
Joan Manuel Serrat
compungida, había olvidado las
(Barcelona, 1943).
líneas de autobuses, los metros,
Cantante, compositor,
había olvidado casi que levanpoeta, músico, artista.
Siempre a mitad de
tando una mano se podía parar
camino del castellano
un taxi. La llevaba a todas partes.
y el catalán; de una y
Mi
padre murió el 29 de abril de
otra orilla del Atlántico; con el Mediterrá1980. De cáncer.
neo como eterno lugar
de llegada. Y la lucha
por la democracia
como hoja de ruta. En
su juventud se movió
entre la biología y la
agricultura, pero pesó
más el amor por la
música y la necesidad
de ganar dinero
acompañado por su
guitarra. Comenzó su
andadura en 1965 componiendo y cantando
en catalán. De finales
de esa década son sus
primeras creaciones
en español. Exiliado
durante la agonía del
franquismo, amante
de México y Argentina,
ha vencido al tiempo,
el aburrimiento y la
enfermedad y apuesta
por 2015 como una
fecha iniciática.
¿Cómo vivieron ellos la evidencia de que era un artista apreciado?
Antes de ser un artista conocido y apreciado, a mi madre le produjo un patatús
saber que yo iba ser un músico y mi padre
respondió con una extraordinaria serenidad dándome toda la confianza cuando
les anuncié que iba a dejar la universidad y
que me iba a dedicar plenamente al oficio
de cantar y viajar. Hasta entonces yo había
sido la gran esperanza blanca de mi familia,
el que iba a convertirse en profesor de
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instituto, y a mi madre le rebrincó bastante
aquello. Cuando ocurrían estas cosas mi
madre no decía nada, optaba por sentarse
en un sillón, mirar hacia otro lado y llorar,
pero no decía nada. Mi padre le dijo: “Mujer,
estate tranquila que el chico sabrá lo que
hace”.
Llevaba 13 años en los escenarios. ¡Más!, desde 1965, en 1967
ya fue profesionalmente, ya
había escrito Cançó de matinada, Ara que tinc vint anys, que
habían sido éxitos.
¿De dónde le venían las
canciones? La inspiración me
llegaba de un imaginario en
el que había una gran parte de
recuerdos, pero también una
parte de pesebre, de jugar con
las figuritas y adornarlas, por
ejemplo, yo no tenía una tía
como La tieta pero las veía, las
adornaba, las llenaba de tópicos.
De alguna manera es lo que sigo
haciendo.
Creó un universo que coincidió con el
mundo de otros. Como Mediterráneo.
Los del Atlántico lo escuchábamos
como si fuera nuestro. Otras ya venían de
otros caminos y de otros lugares, algunas
con pretensiones más amplias, pero en
ningún momento me planteé si unas
eran muy locales y otras muy globales, a
fin de cuentas no lo sabía. Luego entendí
que la única forma de que algo pueda ser
realmente internacional y que le interese
a gente de todo el mundo es que sea bien
provinciano porque lo entiende cualquiera
en cualquier parte.
Ahora se enfrenta a toda su trayectoria.
¿Qué estado de ánimo le produce ese regreso? Cuando esto salga ya habrá pasado
toda la época laboriosa. Han sido meses
muy trabajosos para preparar algo que aparecerá de una forma muy sencilla, pero todo
lo que he tenido que escribir, grabar, cantar
con otros o que mezclar es una barbaridad.
Ahora ya no me bajo del carro, pero cuando
esto sea algo real lo único que tendré será
una gran satisfacción. Y el cantarlo me dará
mucha más satisfacción. El disco se llama
Trencadís, es el mosaico que hacía Gaudí
a partir de fragmentos que unía. Cada
fragmento, cada canción de este Trencadís
llevará un número que se verá en la pantalla,
y la gente podrá escoger 10 y votarlas por
Internet en cada concierto. Yo preservaré
cinco, y otras cinco que no hará falta que
voten porque irán fijas (Mediterráneo y
otras). Las 10 más votadas se tocarán cada
día. Este es el ambiente que quiero generar
en estos conciertos, nada más alejado de la
solemnidad y grandiosidad, será enorme y
grandioso porque nosotros lo vamos a hacer
posible.
Usted ha alegrado la vida de mucha
gente en tiempos difíciles. Y también
ha tenido sus momentos duros: el
exilio, la enfermedad… ¿Qué estímulos
ha tenido en esas situaciones? En 1975,
cuando me tuve que quedar fuera a raíz de
los últimos fusilamientos de Franco, eso
me afectó bastante en la parte creativa;
era muy difícil escribir, todo lo que tengo
escrito de aquella época es francamente
malo, como si con todo lo que ocurría me
hubiera quedado vacío. Tuve que inventar
una gira por México de varios meses para
alargar el proceso de la muerte de Franco,
que parecía que no acababa nunca, hasta la
transición que llevaba a la desaparición de
los mecanismos represivos. Tuve dos cosas
muy buenas, la primera haber conocido en
aquella época a un grupo maravilloso de
gente en el exilio en México, de Max Aub a
Mantecón; y la suerte de conocer un país
y de intimar con él. Llegó un momento en
que ya no pude aguantar más y me vine.
Recuerdo con la misma amargura también
los años que no podía ir a Argentina o a
Chile cuando estuve vetado por aquellos
Gobiernos. La prohibición me parece un
FOTOGRAFÍA DE EFE
castigo injusto para el que nunca estás
preparado. ¿La enfermedad? Ya ves, ni me
acuerdo.
los muros que quieras al río, pero cuando
llueve fuerte, el río baja por allí y el muro se
va a tomar por culo.
Esa gente que se encontró en el exilio
mexicano le ayudó a descubrir su propio país… El exilio es un mundo en el que
siempre se vive pensando en lo provisional que es todo. Cuando compruebas que
esta situación de provisionalidad se ha
prolongado tanto que te ha hecho perder
casi todas tus ilusiones, que has creado
una familia en otro lugar y que te tienes
que reciclar seriamente, ya
es muy difícil mantener una
comunicación respecto al
país que dejaste. El exilio ha
sido muy duro para todos los
que tuvieron que salir.
¿Y el tema catalán? Es un tema muy mal
llevado, especialmente desde el Gobierno
de Zapatero cuando promete apoyar la
mejora del Estatut, la división de poderes y
luego el Constitucional toma otro camino,
resuelve tarde y mal y aquellas tempestades traen estos lodos. ¡Y cuidado, que no se
equivoque nadie que lea esto! Aquí están
pasando cosas muy serias, hay lugares
A ellos (y a los que estábamos aquí) les debieron
reconfortar sus versiones
de Miguel Hernández y de
Antonio Machado… Yo elijo
a estos dos poetas fundamentalmente porque me los creo,
porque pienso que son buena
gente y porque lo que están
contando es actual, porque
sus historias son de una extraordinaria calidad que a mí
me hubiera gustado escribir.
No lo hago con ninguna pretensión divulgativa, lo hago
tratando de hacer buenas
canciones.
¿Cómo ve este país? Con serias preocupaciones en todos
los sentidos, como Estado,
como sociedad. Como democracia que debe defender a
los ciudadanos de uno en uno
por encima de cualquier cosa
y por tanto con una sanidad
justa, una enseñanza obligatoria, gratuita y
para todos, y una justicia rápida y eficaz, lo
veo con suma preocupación. Si realmente
se han aplicado los métodos para conseguirlo, lo que veo cada día me tiene absolutamente aterrado, desconfío de la especie
humana y no me siento nada partícipe del
proyecto de futuro. Creo que el miedo está
haciendo mucho daño a la sociedad, le
impide organizarse y habrá que plantear
las cosas de otro modo porque, si no, esto
es como una riada, puedes ponerle todos
en Cataluña donde ya se creen que son
independientes. Retorno, si lo hay, yo no lo
conozco. Haríamos bien en tomar responsabilidades todos con independencia de cuál
sea el lado en el que nos situaríamos en caso
de consulta. Hay que tomárselo en serio. El
Gobierno tiene metido en el famoso cajón
asuntos que el tiempo resolverá, un cajón
muy grande en el que lo dejan. Esta es una
cuestión en la que prevalecen las vísceras
por encima de las razones, por tanto estamos en manos de muy malos consejeros. El
momento económico actual ha dinamitado
este aspecto.
El 19 de abril de 2006 le hice una especie
de cuestionario de palabras. Le dije
independencia y usted dijo: “Escribió
Espronceda: ‘Oigo patria tu aflicción”,
y añadió “y sirve para todo, para independencia, para patria…”. Ahora puedes
encontrar gente que no sea catalanista y
que sea independentista.
Por ir a una de sus canciones más bellas,
¿cuáles serían hoy para usted
las pequeñas cosas? No son pequeñas ya, las pequeñas cosas son
las que nos acaban haciendo feliz
el día, que estés trabajando, que tu
hija entre en silencio y despacito,
se ponga a tu lado y te pegue un
susto de cojones. Cuando se te
pasa el susto te das cuenta de lo
hermoso que es tener una hija así
de cariñosa y que juegue contigo
de esa manera, con esta confianza.
Esta es una de las pequeñas cosas
que me han ocurrido antes de
que tú llegaras. Este sol, tener la
posibilidad de disfrutar lo que la
vida puede llegar a ofrecerte. Aquí
la gran cuestión es ser agradecido
cuando para otros todo esto es
imposible.
O terminar una cosa, como
su padre terminó la nevera.
¿Sabes cómo funcionaba? Con
hielo, hizo un mueble, lo alicató
todo con mosaicos, hizo un recipiente donde metíamos la barra
de hielo rota y esto iba soldado a
un tubo que salía fuera y tenía un
grifo, aquello tenía un depósito,
de vez en cuando lo abrías, lo
vaciabas y seguía impecable. Era
lo más elemental del mundo. La
carcasa era de madera muy fina con corcho
aislante por dentro. Mi padre inventó también la ducha para casa. El confort de mi
casa surgió gracias a mi padre, las estufas
de gas, la luz de gas, el horno de gas. Y luego las de tipo digestivo venían del pueblo,
las magdalenas, las tortas de aceite, las olivas. Se llamaba José, le llamaban Pepe. Yo
le llamaba papa o pare. Creo que empecé a
llamarle pare de mayor pero supongo que
le llamaba de las dos cosas, igual que a mi
madre, mama o mare 쎲
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