PRESENTACIÓN El Centro de Coordinación Bibliotecaria de la Dirección General del Libro y Bibliotecas tiene el propósito de ir publicando los instrumentos de trabajo imprescindibles para la buena gestión de una biblioteca. Dentro de este propósito general ocupan un primer lugar los que tienen un valor técnico normativo y favorecen la homogeneización de los catálogos. A las Reglas de Catalogación, publicadas el año pasado, sigue esta Lista de Encabezamientos de materia para Bibliotecas Públicas que, en cierto modo, es el complemento de aquéllas para la redacción del catálogo en la biblioteca pública. Desde que la benemérita Lista de Encabezamientos de Materia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas se agotó, hace ya cerca de veinte años, los bibliotecarios en general y los de bibliotecas públicas, en particular, han sentido la necesidad de contar con un instrumento de trabajo de esta naturaleza, necesidad que no han podido ver satisfecha hasta este momento. Es de esperar que el esfuerzo de la Comisión que ha elaborado esta Lista se vea recompensado por el mejor reconocimiento que se les puede tributar: el uso constante y las observaciones oportunas. La Dirección General del Libro y Bibliotecas se complace en ofrecer esta publicación a todos los profesionales y espera, gracias al esfuerzo de todos, ir completando la redacción de las distintas normas que permitan un proceso bibliográfico y bibliotecario homogéneo y coherente. JUAN MANUEL VELASCO RAMI Director General del Libro y Bibliotecas INTRODUCCIÓN Desde que la biblioteca pública ha tomado como propia la misión de proporcionar a toda la comunidad a la que sirve la información que ésta necesita para el ejercicio de todas sus responsabilidades (personales, profesionales, sociales y políticas) el catálogo alfabético de materias parece tener asegurado un largo futuro. La mejor confirmación de este futuro se halla en la abundante bibliografía especializada que se ocupa de este asunto. En los Estados Unidos, un siglo después de que Charles A. Cutter publicase en 1876 sus Rules for a Dictionary Catalog (que suelen citarse por su 4 ed.: Washington: Government Printing Office, 1904) aparecía la obra de Loys Mai chan (Library of Congress Subject Headings. Littleton, (Colo.): Libraries Unlimited, 1978) como código fundamental de reglas para utilizar los Subject Headings de la Biblioteca del Congreso. Detrás quedaban obras tan importantes como las de David Judson Haykin (Subject Headings: A Practical Guide. Washington: Government Printing Office, 1951; reimpr. New York: Gordon Press, 1978) y Julia Pettee (Subject Headings: The History and Theory of the AlphabÉtical Subject Approach. New York: H. W. Wilson, 1947). Y, como instrumentos de trabajo en todas las bibliotecas norteamericanas y en muchas otras del mundo, dos grandes listas: la ya citada de la Biblioteca del Congreso de Washington (cuya 9.a ed. en 2v. es de 1980 con suplemento de 1982 y puestas al día y correcciones frecuentes) y la de Sears (Sears, Minnie Earl: Sears List of Subject Headings. 12 th. ed. New York: H. W. Wilson, 1982) cuya última edición aquí citada no ha dejado de servirse de la lista de la biblioteca más grande del mundo. Precisamente estas dos listas han servido de base a las dos más importantes en lengua española: Lista de encabezamientos de materias para bibliotecas por Carmen Rovira y Jorge Aguayo (Washington: Unión Panamericana, 1967. 3v. y dos suplementos, en 1969 y 1970, respectivamente) y Sears: Lista de encabezamientos de materia (trad. y ad. Carmen Rovira, de la 12.a ed. inglesa –ed. Barbara M. Westby. New York: H. W. Wilson, 1984). La primera, que recoge la experiencia de un grupo de grandes bibliotecas hispanoamericanas, se confiesa deudora de la lista de la Biblioteca del Congreso de la que directa o indirectamente depende; la segunda es una traducción inteligentemente adaptada por quien, figurando en estas dos grandes obras, es nuestra primera especialista en lengua española en este asunto. 7 No es de extrañar que, hallándose en los Estados Unidos la cuna de la moderna biblioteca pública, se hayan sentado allí las bases del principal y más sencillo medio de recuperación de la información contenida en una biblioteca de carácter general que son los encabezamientos de materia. Pero no es el único país que se ha ocupado de publicar listas o de redactar reglas. La biblioteconomía italiana, ya desde G. Fumagalli, introductor de las Reglas de Cutter en 1887, ha dedicado excelentes estudios históricos y teóricos a nuestra materia, entre los que vale citar el de C. Revelli (II catálogo per soggetti. Roma: Bizzarri, 1970) y el de A. Serrai (Del catalogo alfabetico per soggetti. Semantica del rapporto indicale. Roma: Bulzoni, 1979) y, entre otras, la importante lista titulada Soggettario per i cataloghi delle biblioteche italiane (Firenze; Centro Nazionale per il Catalogo Unico, 1956. Supl. 1977), muy utilizado en importantes bibliotecas españolas. En este ámbito, hemos de citar también, por su influencia, las Norme per il Catalogo degli stampati della Biblioteca Vaticana publicadas en 1935 en su primera edición y traducidas al español en 1940. Francia, que en 1966 publicó (París: Hachette) su Liste de vedettes matière de Biblio con los encabezamientos utilizados en la confección de la bibliografía en curso a la que se alude en el título de la Lista, no ha sido madrugadora en su preocupación por esta forma de catalogación. Pero recientemente el interés se ha suscitado y, si bien la Biblioteca Pública de Información del Centro Pompidou echó mano para la confección de su catálogo por materias del Répertoire de vedettes-matière de la Universidad Laval de Québec, considerado como la única lista importante en lengua francesa, tanto esta biblioteca como la Nacional han comenzado (desde 1976 y 1982, respectivamente) la publicación de sus encabezamientos con los que se formará una Liste encyclopédique française de vedettes-matières cuyas reglas de uso han dado lugar a un proyecto de norma (Z 47-200) difundido en 1984. Mientras tanto, aparecen listas (Martine Blanc-Montmayeur y Françoise Danset, Choix de vedettes matières à l’intention des bibliothèques. París: Cercle de la librairie, 1984) basadas todavía en la norma vigente (Z 44-070), y estudios como los de Alain Gleyze (Pour une méthode d’indéxation alphabétique de matières. Villeurbanne: ENSB, 1983) y, sobre todo, Nöe Richter (Grammaire de l’indéxation alfabétique. Le Mans: Bibliothèque de la l’université du Maine, 1984). En la República Federal de Alemania existe una base de normalización al aceptar la bibliografía comercial Verzeichnis Lieferbarer Bücher los encabezamientos utilizados por la Deutsche Bibliothek de Frankfurt (v. Kelm, Barbara y Schulze, Christa: Regeln für die Ansetzung un Verwendung der Schlagwörter... Frankfurt, Deutsche Bibliothek, 1979) Schlagwortkatalog «Erlanger Regelwerk» 4.a ed. rev. Munich, 1977). Por iniciativa de la Bayerische Staatsbibliothek de Munich y de la Deutsche Bibliothek de Frankfurt se creó en 1980 una Comisión dentro del Deutsche Bibliotheksinstitut (DBI) cuyo resultado final deberían ser unas reglas de encabezamientos de materia (Regeln für dem Schlagwort-Katalog, más exactamente) que habrían de ponerse en práctica por la Deutsche Bibliothek a partir de 1986. Un esbozo de estas Reglas apareció ya en febrero de 1982. Entre los estudios de introducción baste con citar el de Agnes Stählin (con la colaboración de Roswitha Poll y comisionadas por la Biblioteca Universitaria 8 de Erlangen-Nürnberg) al que hemos aludido hace poco y el de Heinrich Roloff (Lehrbuch der Sachkatalogisierung. 5.a ed. München: Saur, 1978). Gran Bretaña, destacada en los últimos tiempos por sus estudios en este campo (Coates, E. J.: Subject Catalogues. Headings and Structure. London: L. A., 1960) ha abierto las puertas al futuro con el PRECIS (Preserved Context Indexing System) utilizado por la British Library en la bibliografía nacional británica (V. Wellisch, Hans H.: The PRECIS index system. New York: Wilson, 1974 y Austin, Derek: PRECIS, A manual of concept analysis... London: The Council ofthe BNB, 1974). Sería ingenuo creer que en España y, sobre todo, en lengua española no se ha hecho nada. Baste con nombrar una vez más a Carmen Rovira y aludir a su fundamental estudio. Los epígrafes en el catálogo diccionario (2.a ed. rev. Washington: Unión Panamericana, 1966) al que nos remitimos para información acerca de todo lo realizado, sobre todo en lengua española, hasta la fecha de su edición. Posteriormente, Carmen Rovira ha publicado, además de la ya citada traducción y adaptación de la 12.a edición de la lista de Sears, Encabezamientos de materia en español. Pautas y principios. (Bogotá ICFES, 1976. En Méjico, donde Gloria Escamilla González ha dirigido la publicación de la Lista de encabezamientos de materia, elaborada en el Departamento de Catalogación de la Biblioteca Nacional de México (2.a ed. México: UNAM, 1978), Blanca María Castañón Moreno había publicado su obra Los encabezamientos de materia (México: Colegio de Bibliotecología y Archivología, 1974). Pero en España, en los últimos treinta años, no hemos contado más que con algunas alusiones en la obra de M. Luisa Poves Bárcena, El catálogo diccionario: normas para su redacción. (Madrid; Dirección General de Archivos y Bibliotecas, 1970; edición abreviada, Madrid: ANABAD, 1979) y con una lista de una biblioteca (Encabezamientos de materias para bibliotecas. Madrid; CSIC, Biblioteca General, 1965). En todo caso, el bibliotecario español, cuando no ha tenido que sentirse fedatario de instrumentos de trabajo extranjeros, ha tenido que utilizar medios que o bien eran adaptación de listas norteamericanas o bien, en el mejor de los casos, eran el reflejo de la estructura bibliográfica de una determinada biblioteca. De hecho, la Biblioteca Nacional ha construido su archivo de encabezamientos acudiendo sobre todo a la lista de la Biblioteca del Congreso y al Soggettario florentino. De este archivo se ha nutrido nuestra bibliografía nacional y Bibliografía Española ha sido el recurso del que con mayor frecuencia han echado mano nuestros bibliotecarios para resolver el problema de su catálogo alfabético de materias. No carecía de sentido, pues, intentar redactar una lista/código para los bibliotecarios españoles que sirviera de lenguaje fundamental de recuperación de la información y de instrumento básico para la redacción del catálogo alfabético de materias (generalmente mezclado con el de autores y el de títulos para formar el catálogo diccionario) en las bibliotecas españolas. El pensamiento iba dirigido a las bibliotecas públicas y además españolas. Si por fortuna esta obra alcanzase a servir para más, miel sobre hojuelas. Con esta idea, se formó una primera comisión a fines de 1975, que se reunió con una cierta asiduidad durante los años 1976 y 1977, cuyos trabajos se vie- 9 ron interrumpidos por causas que no son de este lugar. De ella formaban parte, entre otros, algunos bibliotecarios que posteriormente, por distintos motivos, no habían de hallarse presentes. Vale la pena recordar aquí los nombres de Carmen Amaniel, de Felicidad Buendía, de Milagros del Corral y de Carlos Rodríguez-Jouliá, quienes no podrían incorporarse de nuevo a los trabajos. Efectivamente, a partir de 1981 quedó establecida una nueva Comisión formada por los siguientes bibliotecarios: Presidente: Manuel Carrión Gútiez Vocales: Pilar Benedito Castellote M.a Dolores del Castillo Cuervo-Arango Josefina Delgado Abad Isabel Fonseca Ruiz M.a Carmen Lázaro Corthay David Torra Ferrer Éste ha sido el grupo a cuyos componentes, en la medida en que han participado en los trabajos, hay que agradecer la redacción de esta Lista. Las ideas básicas que han orientado su trabajo han sido las siguientes: 1. Conseguir una lista de encabezamientos de materia al servicio de la normalización y eficacia de las bibliotecas públicas españolas. 2. Obtener una lista española y al mismo tiempo universal, al prescindir de traducir o adaptar una lista extranjera de encabezamientos o la de una biblioteca determinada. 3. Partir de la idea de un esquema ideal de colección para biblioteca pública de nuestro tiempo que quiera ser reflejo fiel de la cultura actual. Con ello se conseguía también tratar las líneas rectoras para las adquisiciones de la misma. El esquema creímos verlo en el Unesco Thesaurus. A structured list of descriptora for indexing and retrieving literature in the fields of education, science, social science, culture and comunication. París: Unesco, 1977 (compilado por Jean Aitchisin y traducido en 1984 al español por Jean Viet). 4. Considerar el Thesaurus no más que como entramado básico para la redacción de los encabezamientos. Posteriormente, los encabezamientos escogidos han sido verificados en el fichero de encabezamientos de materia de la Biblioteca Nacional, para recibir lo que podemos llamar la confirmación bibliográfica, es decir, el convencimiento de que se trata de encabezamientos que la producción bibliográfica española ha obligado ya a utilizar. 5. Por último se ha procedido a relacionar los encabezamientos entre sí y a comprobar la existencia de un cierto rigor en la aplicación de normas que conviertan esta Lista en un lenguaje documentado «controlado». Haciendo oídos sordos a las necesidades de nuestras bibliotecas, esta obra podría haber esperado a ser perfecta, es decir, haber sido aplazada hasta nunca jamás. Pero hemos preferido atender la llamada de los bibliotecarios y abrir 10 un camino largo de recorrer. Sólo la experiencia de todos los que utilicen esta herramienta permitirá ir corrigiendo sus errores y rellenando sus lagunas. La realización del proyecto SABINA debe hacer accesible a todos el fichero de autoridades que se utilice para los encabezamientos de materia tanto de libros nacionales como extranjeros. Pero, en última instancia, es cada bibliotecario el que tiene que ajustar la biblioteca a las necesidades informativas de la comunidad a la que sirve. La Comisión 11