La Feria de la Patata de Cella MARI CRUZ AGUILAR OLIVEROS La patata es un producto fundamental en la agricultura de Cella y prueba de ello es la existencia de una feria que, desde hace unos años, pretende darlo a conocer y promocionar su consumo. La Feria de la Patata tiene un carácter formativo y lúdico y en ella se implican de forma activa más de medio millar de vecinos cada año. La participación de los habitantes de la localidad y la degustación de patatas cocinadas de diversas formas son las características principales de este certamen, que ya está plenamente consolidado y sirve para cerrar el ciclo festivo estival en Cella. La muestra se desarrolla en el mes de septiembre y arranca con unas jornadas La Feria de la Patata de Cella combina ocio y técnicas en las que los exagricultura. pertos hablan sobre producción, comercialización o afecciones en torno al cultivo de la patata. Los aficionados a los fogones también tienen un lugar destacado puesto que la feria incluye una degustación de platos cocinados a base de patatas. Varias decenas de personas, principalmente mujeres, muestran cada año que este tubérculo hace buenas migas con cientos de alimentos y especias y que está bueno cocido, frito, asado o incluso en puré. Esas demostraciones gastronómicas se han completado en los últimos años con exhibiciones sobre la elaboración de algunos platos típicos de la cocina aragonesa como las migas o la carne a lo pastor. La fiesta, que se prolonga durante todo el fin de semana, tiene lugar en las inmediaciones de la Fuente, donde se degustan durante la cena del sábado más de un millar de bocadillos de tortilla de patata. El acto estrella es la comida del domingo, en la que se reparten alrededor de 5.000 raciones de un plato elaborado con patata. Dos cocineros profesionales y decenas de voluntarias de la Asociación de Amas de Casa Santa Rosina se encargan de dar forma al guiso con las patatas peladas el día anterior por centenares de vecinos en los lavaderos del pueblo. Entre los menús realizados se encuentran las patatas con alioli, con carne de toro, con caracoles o las patatas bravas, plato con el que Cella logró entrar en el Libro Guinness de los Récords en el año 2000. La Feria de la Patata no es un certamen al uso y en ella no hay tan apenas expositores, aunque nunca falla el del Aula Cella Cultural, donde es posible adquirir todos los libros y vídeos editados sobre el tubérculo. Esta asociación cultural, que agluti- Del presente y del futuro 317 na a un buen número de las agrupaciones de la localidad y a los alumnos de Educación de Adultos del municipio, fue la que promovió la realización de la feria y también la que ha editado media docena de libros que incluyen recetas nacionales e internacionales en los que el ingrediente principal es la patata. Aunque la Feria de la Patata tal y como se conoce hoy nació en el año 2000, en Cella se celebraron cinco certámenes con similar temática pero con distinto objetivo en los años 80. Esa exposición congregaba a compradores y almacenistas de varios puntos del territorio nacional y en ella se marcaba el precio de la patata tardía para freír en España. Uno de los detonantes que provocó la desaparición de esta exposición fue la crisis agrícola que padeció la localidad en esa década y que hizo que la producción disminuyera a la mitad. En Cella se recogían hace varias décadas diez millones de kilos anuales, aunque a partir de los años 90 la producción se situó en torno a los dos millones. Estas cifras se Industria maderera en el polígono de Cella, otro puntal mantuvieron con algueconómico de la localidad. nas variaciones hasta el año 2003, en el que no se llegó a los 800.000 kilos. La bajada de los precios y la falta de compradores fijos provocaron el descenso en la producción y también del número de socios en la cooperativa que, si en 1990 era de 110 actualmente no llega al medio centenar. La patata que se cultiva es de la variedad agria, que es óptima para cualquier tipo de preparación culinaria. Su contenido en materia seca es de alrededor de un 20%, una cifra situada entre el 25% que se requiere para la fritura y el 18% recomendado en la cocción. Por otra parte, el volumen de azúcares está por debajo del 0,15% que se exige para evitar que se quemen al freírlas. Sus altas cualidades hicieron que, durante años, el tubérculo de Cella fuera adquirido por las primeras marcas nacionales en elaboración de patatas fritas. Por otra parte, la variedad agria se ha adaptado muy bien a las condiciones climáticas de esta zona y presenta una buena conservación tras la recolección. El único inconveniente de esta patata es su piel rugosa, aspecto que la deja fuera de la máxima categoría para la venta en fresco en las grandes superficies comerciales. Uno de los objetivos de futuro que se ha marcado el Ayuntamiento de Cella es la obtención de una Indicación Geográfica Protegida para la patata que se cultiva en la localidad. Este marchamo de calidad sería una garantía para el mantenimiento de la producción ya que favorecería la estabilidad en los precios. 318 Comunidad de Teruel