la creación La ilustración En el Centro Esquina superior izquierda

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Este año: la creación
El calendario nos deleita con la
hermosura y diversidad de la creación.
Mirando del centro a las esquinas,
unimos nuestro corazón a la creación
y cantamos: “¡Alaben al Señor!”
(Salmo 148:1). La pintura nos sumerge
en la creación para descubrirnos
nuevos modos de apreciar y reverenciar la vida en todas sus manifestaciones. Como decía el Papa Francisco
el día de su inauguración: “Todos
somos custodios de la vida, unos de
otros y de la creación”.
la siembra, la vid y los sarmientos, las
ovejas y los lobos, los pájaros y sus
nidos, para explicar cómo funciona el
Reino de Dios.
En el mundo creado Dios se revela
como Creador y Señor que nos inspira
adoración y nos atrae. Avanzando el
año litúrgico, vamos a ir aprendiendo
más sobre hombres y mujeres santos
que nos muestran la bondad y santidad
del Señor manifiestas en sus criaturas.
Aprenderemos cómo la Iglesia celebra
el cambio de estaciones y los frutos
de la creación mientra ora y alaba.
Actividades catequéticas
y temas de discusión
La ilustración
Para profundizar en la comprensión
católica de la creación, sugerimos que
Llamamos a esta ilustración “Todas las
creaturas de nuestro Rey y Señor” por
el himno que pone música al “Cántico
de las criaturas” de san Francisco
de Asís. Es un canto jubiloso que invita
a toda la creación — al sol, la luna,
el viento y las nubes, al agua, las frutas,
las flores y a los humanos — a alabar
juntos, con una sola voz, la gloria de
Dios y su bondad.
El Catecismo de la Iglesia Católica,
anota: “Dios ha creado todas las
cosas . . . ‘no para aumentar su gloria,
sino para manifestarla y comunicarla’.
Porque Dios no tiene otra razón para
crear que su amor y su bondad: . . . ‘Abierta su mano con la llave del amor
surgieron las criaturas’” (CIC, 293).
Santo Tomás de Aquino sacó de la
primera pagina del Génesis la metáfora: “Abierta su mano con la llave del
amor, surgieron las criaturas”. La tierra
no tenía forma, las tinieblas la cubrían,
y Dios creó el cosmos donde el sol
brilla en el día, y las estrellas y la luna
de noche; donde el mar rebosa de
creaturas nadando y los cielos abrigan
bandadas de pájaros; donde bosques
y selvas cobijan animales salvajes,
y los domésticos proveen comida a la
humanidad, creada a su imagen y
semejanza. Sabemos que el relato
bíblico no es una explicación científica
del origen de la creación, sino que
comunica la verdad de que Dios creó
la tierra y todo lo que ella contiene para
revelar su bondad y gloria.
La naturaleza se entrelaza también
en la vida de Jesús: él predica en la
llanura, se retira al desierto, sube al
monte, sufre en el huerto. Ella forma
parte de sus enseñanzas; Jesús toma
figuras familiares, como las semillas y
•Provea copias del himno: “Cántico
de las criaturas”. Después de cantar
el himno, pídale a los niños más
grandes que reflexionen sobre los
diversos elementos mencionados
y a los pequeños, que dibujen
algunos de esos elementos.
•Lea el relato de la Creación en el
Génesis, capítulo 1. Hable acerca de
las cosas que más le gustan en la
Creación y porqué son “buenas”.
En el Centro
“Amanece, como la primera
mañana. El mirlo canta, como la
primera vez. ¡Alabo por el canto!
¡Alabo por la mañana! ¡Alabo la
frescura del mundo!”
Esta conocida canción evoca el
amanecer de la creación, cuando todo
era inocencia y armonía. En el centro
del círculo tenemos el sol brillante,
cuyos rayos emanan hasta las esquinas
del calendario. El sol, fuente de energía,
sin el cual no habría vida en la tierra,
se entiende también como el amor
creativo divino, su Palabra, origen de
la creación. Palabra escuchada en
el Génesis: “Que exista la luz” (Génesis
1:3). Jesús es la Palabra de Dios, lo
indica san Juan, “Al principio existía la
Palabra y la Palabra estaba junto a
Dios, y la Palabra era Dios. Todo existió
por medio de ella, y sin ella nada existió
de cuanto existe. En ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres”
(Juan 1:1, 3 – 4). Gracias al sol, el Árbol
de la Vida, enraizado y extendiéndose
al cielo, florece y da vida: comida y
1
albergue para el hombre y la mujer, y
para las diferentes criaturas que se
alojan en sus ramas y corretean por su
tronco. Allí tenemos al hombre y la
mujer, Adán y Eva, quienes, todavía,
están sin pecado y en perfecta armonía con la creación y con Dios.
Cercanos al sol, se unen en la danza
extática de la vida.
Actividades catequéticas
y temas de discusión
•Busque el “Cántico de las criaturas”,
cántelo o recítelo. Lo puede hallar
por Internet. Hable sobre el arte
a la luz de las palabras del himno.
•Haga una lista de los animales que
pueda identificar: pavorreal, rata,
ardilla, cachorro de tigre, chivo,
erizo, venado, tejón, conejo, jabalí,
zorro y pájaros.
Esquina superior izquierda:
Desde el Adviento
al Tiempo Ordinario
durante el invierno
Alabemos en Adviento. Desde el
primer domingo de Adviento hasta el
octavo domingo de Tiempo Ordinario,
el arte nos invita a mirar arriba. En un
cielo azul profundo, con nubes dispersas y hasta relámpagos, una multitud
de criaturas aladas emprende el vuelo.
Árboles de varios tipos y flores —tan importantes para los nidos y los
néctares de abejas y mariposas — llenan el paisaje.
Los pájaros obtienen su alimento de
la tierra y surcan los cielos, enlazan
tierra y cielo. Recordemos la historia
del diluvio donde una paloma regresa
con una hoja de olivo en su pico,
que indica a Noé que las aguas iban
retrocediendo, que Dios ofrece paz
(ver Génesis 8:11). Y el Salmo suplica
por un refugio bajo las alas del Señor
(Salmo 91).
En los evangelios también hay aves.
Al ser Jesús bautizado por Juan, el
Espíritu Santo bajó en forma de paloma
(ver Lucas 3:22; Mateo 3:16).
A diferencia de las aves que tienen
nidos, Jesús no tiene dónde recostar la
cabeza (Mateo 8:20). Invita a confiar en
Dios con el ejemplo de los pájaros:
“Miren las aves del cielo: no siembran
ni cosechan ni recogen en graneros, y
sin embargo, el Padre del cielo las
alimenta” (Mateo 6:26).
Algunas aves guardan un significado espiritual. El pavorreal, por
ejemplo, se puede encontrar en
pinturas y mosaicos de los primeros
cristianos. Porque el pavorreal pierde
sus magnificas plumas cada año y
le salen nuevas; se adoptaba como
señal de inmortalidad y resurrección.
Próximos a la Navidad, meditamos
las palabras del Papa Benedicto XVI
en la homilía de la víspera de la
Navidad del 2007: Cristo “viene a
restaurar la belleza y la dignidad de la
creación, del universo; esto es lo que
comenzó en la Navidad y hace que los
ángeles se regocijen . . . Así, pues,
Navidad es la fiesta de la creación
renovada”.
Actividades catequéticas
y temas de discusión
•Identifique aves o animales del
cielo: abejas, murciélagos, mariposas, estorninos, mirlos y aves de
colores, pavorreales, águilas calvas,
búhos, gaviotas, pelícanos.
Comparta ¿qué nos quiere decir
Dios con tanta diversidad?
•Lea y compare el Salmo 91 con la
canción “Sobre alas de águila” de
M. Joncas.
•Este invierno, haga un comedero
para los pájaros y póngalo donde
pueda verlos comer.
Esquina superior derecha:
De Cuaresma al Tiempo
Pascual
El agua es prominente. Los rayos del
sol penetran el agua, y los peces y
otras criaturas marinas nadan en lo
profundo.
No asociamos la Cuaresma con el
agua, más bien con el desierto, donde
la ausencia del agua nos recuerda
nuestra sed de agua viva (ver Juan
4:4 – 26). Pero los cuarenta días de la
Cuaresma nos recuerdan los 40 días
de Noé y el diluvio (Génesis 6 – 9).
El relato del diluvio expresa la gran
preocupación de Dios por la forma
como la gente vivía. Ante la destrucción
que Dios estaba contemplando, sabemos que se arrepintió de haber creado
al hombre. Por eso, por ser Dios de
la vida y no de la muerte, buscó una
forma de dar a la creación una segunda
oportunidad. Encontró a Noé, un
hombre bueno y honrado, para cooperar con él. Lo instruyó para que
construyera un arca y metiera en ella
una pareja de cada especie, para
asegurar la continuidad de la diversidad y belleza de la creación original.
Los 40 días del diluvio borraron el mal,
y dieron paso a una alianza universal.
Igual la Cuaresma ofrece la oportunidad de renovar nuestro pacto con Dios
y de purificar nuestros corazones de lo
que nos impide vivir plena y libremente
nuestra vocación cristiana a la vida.
Durante el tiempo de Pascua,
cumbre del año litúrgico, el agua es
un símbolo prominente en la liturgia.
En la Vigilia Pascual, bendecimos el
agua para el Bautismo cuando el
sacerdote reza sobre las aguas y hace
memoria del agua en la historia de
salvación. Escuchamos estas palabras:
“Oh Dios, cuyo espíritu
en los orígenes del mundo
se cernía sobre las aguas,
para que ya desde entonces
concibieran el poder de santificar . . .”
—Vigilia Pascual, Bendición del
Agua Bautismal (Misal Romano).
Después de referir a la “verdadera
naturaleza del agua”, la oración
recuerda el Diluvio, el paso del Mar
Rojo y el bautismo del Señor en
el río Jordán. Cada domingo, en el rito
penitencial de la misa y durante el
tiempo pascual, somos rociados con
agua para reavivarnos las promesas
bautismales y la vida nueva en Cristo.
Vamos a fijarnos en los peces. De
inmediato, nos acordamos de Jonás y
la ballena, en el Antiguo Testamento.
Pescar era el oficio de varios de los
apóstoles, y Jesús los llama a ser
“pescadores de hombres” (Mateo 4:19)
y les confió su misión. También en
el Nuevo Testamento leemos la
multiplicación de panes y pescados
(Mateo 14:13 – 21), y Jesús, después
de la resurrección, les ayudó a sus
discípulos a pescar, y después se les
unió a ellos cocinando y comiendo
(Juan 21:1–14).
El pez fue un símbolo que refería a
Cristo, pues en griego la palabra “pez”
(ichthys) es acróstico de Jesús, Cristo,
Dios, Hijo, Salvador. Los cristianos
usaron la figura del pez como signo de
identificación, para reconocerse
mutuamente. La conexión entre la
inmersión en las aguas bautismales y
un pez también se ha venido a sumar
2
como
un signo cristiano.
Podrá notar que ciertos días del
calendario están marcados con el
signo del pez. Esos son días de ayuno,
esto es, días en que estamos llamados a abstenernos de comer carne
y buscar maneras para evitar lo que
impide vivir y amar plenamente (ver
detalles en “Siguiendo el Calendario”).
Actividades catequéticas
y temas de discusión
•Agregue más nombres a la lista de
animales; ahora con animales del mar
como corales, chiribico o pez ángel,
raya con púa, ballena azul, calamar
gigante, tortuga de mar, pez martillo,
tiburón, delfines, pulpos, orcas,
medusas, alga marina, erizo de mar
o pez globo, estrella de mar, caracol
barrena y cangrejo.
•Esta Cuaresma lea historia de Noé
y el diluvio, y reflexione sobre la
conversión y transformación.
•Durante el tiempo pascual, coloque
un platón de agua refrescante
en su lugar de oración o sobre la
mesa. Utilícenlo para bendecirse
mutuamente, o para que cada
persona haga la señal de la cruz
y se bendiga.
•Copie la bella bendición del agua
bautismal, y colóquela en su lugar
de oración. Esta oración se encuentra en el Misal Romano, con los
textos para la Vigilia de Pascua.
•Atienda a los cambios en la tierra.
La primavera ha llegado: ¿hay
suficiente lluvia para el pasto y las
flores? ¿Cuál es el nivel de agua en
los lagos y en los ríos de tu región?
Esquina inferior derecha:
Tiempo Ordinario
durante el verano
Completamos los cincuenta días del
Tiempo pascual y salimos del mar.
Ahora vemos un sapo o una rana,
anfibios que viven tanto en el agua
como en tierra. La ilustración nos trae
bosques y selvas, el hábitat salvaje.
Esta esquina del calendario nos lleva
a entender a fondo la creación. Muchas
veces los humanos, cumbre de las
criaturas, nos consideramos el centro
y sentido de la creación. Sin embargo,
el Creador, en su infinita sabiduría, ha
llenado la tierra con muchas creaturas
maravillosas que tienen su propio
espacio y, a menudo, están mejor
sin nosotros. ¿Es posible que estos
animales existan para deleite del
Creador y, así, manifiesten su gloria?
Durante este Tiempo Ordinario, el arte
nos invita a reflexionar sobre el
significado de esos lugares y especies
que todavía están en su estado natural.
Piense en el Salmo 104:24: “¡Cuántas
son tus obras Señor, y todas las hiciste
con sabiduría: la tierra está llena de
tus criaturas!”
Los papas Juan Pablo II, Benedicto
XVI y Francisco, han hablado del
medio ambiente como una preocupación espiritual y social, quizá porque
nos damos cuenta de la fragilidad
de los ecosistemas y de la necesidad
de custodiar los recursos naturales.
Ya en 1988, Juan Pablo II, en
Christifideles laici (sobre la vocación
y misión de los laicos) escribió:
En relación con la vida económicosocial y con el trabajo, se plantea
hoy, de modo cada vez más agudo,
la llamada cuestión “ecológica”.
Es cierto que el hombre ha recibido
de Dios mismo el encargo de
“dominar” las cosas creadas y de
“cultivar el jardín” del mundo; pero
ésta es una tarea que el hombre
ha de llevar a cabo respetando la
imagen divina recibida, y, por tanto,
con inteligencia y amor: debe
sentirse responsable de los dones
que Dios le ha concedido y continua­
mente le concede. El hombre tiene
en sus manos un don que debe
pasar —y, si fuera posible, incluso
mejorado— a las futuras generaciones, que también son destinatarias
de los dones del Señor.
El papa Benedicto XVI tituló su
mensaje del 1 de enero de 2010 para
la Jornada Mundial de la Paz, Si
quieres promover la paz, protege la
creación. Escribe en el primer párrafo:
El respeto a lo que ha sido creado
tiene gran importancia, puesto que
“la creación es el comienzo y el
fundamento de todas las obras
de Dios” y su salvaguardia se ha
hecho hoy esencial para la convivencia pacífica de la humanidad.
En efecto, aunque es cierto que,
a causa de la crueldad del hombre
con el hombre, hay muchas amenazas a la paz y al auténtico desarrollo
humano integral — guerras, conflictos internacionales y regionales,
atentados terroristas y violaciones
de los derechos humanos — , no son
menos preocupantes los peligros
causados por el descuido, e incluso
por el abuso que se hace de la tierra
y de los bienes naturales que Dios
nos ha dado. Por este motivo, es
indispensable que la humanidad
renueve y refuerce “esa alianza
entre el ser humano y medio ambiente que ha de ser reflejo de amor
creador de Dios, del cual procede­
mos y hacia el cual caminamos”.
Actividades Catequéticas
y temas de discusión
•Continúe la lista de animales: rana,
caracol, araña viuda negra, mono,
leopardo, zebra, mandril (pariente
de los babuinos), anaconda amarilla, gorila, jirafa, rinoceronte, tigre
asiático, elefante, antílope, cocodrilo,
oso negro, jabalí, perezoso, panda,
chango, tortuga, venado y zorro.
•Dese tiempo para leer el Salmo 104
en las próximas semanas. Invite a
los niños a dibujar diferentes versos
o haga un diorama visual de varios
versos del Salmo.
•Investigue sobre algunos de los
animales de la esquina y sobre los
diversos hábitats. ¿Cuáles de ellos
están en peligro de extinción?
•Lea y analice los discursos sobre el
medio ambiente de los papas Juan
Pablo II y Benedicto XVI. ¿Qué
están haciendo en la escuela o en
su comunidad religiosa para preservar el medio ambiente en su región?
Esquina inferior izquierda:
Tiempo Ordinario durante el
otoño
La ilustración nos lleva de lo salvaje a
lo doméstico; encontramos viñedos y
uvas. Esto nos recuerda que, como las
ramas, cada uno de nosotros debemos
permanecer unidos a la Vid para estar
sanos y dar frutos (Juan 15:1–17), pues
toda la creación arraiga en el amor fiel
de Dios (Juan 1:3; Salmo 148).
Aquí las imágenes son más conocidas: granjas, gallineros, pastizales
y praderas. Es fácil identificar a cada
animal, pero nos deleita cómo son
3
presentados. La oveja del centro
parece mirarnos directamente, mientras el toro, atrás y a la izquierda, mira
con cautela. El gallo negro, en el
centro, se alza orgulloso, anunciando
un nuevo día. Los rayos del sol
bendicen el día y a toda la creación,
y nos invitan a unirnos a san Francisco
de Asís, en un canto de alabanza
a “nuestra hermana, la madre tierra,
que nos sustenta y gobierna, y produce
frutos varios, flores multicolores y
hierba” (Canto del Hermano Sol).
De muchos de estos animales
dependemos para alimentarnos y
acompañarnos. Incluso, las ardillas
que corretean por doquier, nos recuerdan que no son una plaga, sino parte
del paisaje que habitamos. Esta
esquina resalta la interdependencia
entre el mundo humano y el no
humano y, una vez más, nos damos
cuenta que somos bienaventurados.
Actividades catequéticas
y temas de discusión
•Complete la lista de los animales:
erizos, vacas, conejos sin domesticar, hurones, ratón de campo, oveja,
perro, marmotas, mirlo, gallo, pollos,
cerdos, ardillas y abejas.
•Busque y copie “El cántico del Sol”
de san Francisco de Asís. Explica
porqué san Francisco se refiere
a la naturaleza como su madre,
su hermano o su hermana.
—Margaret M. Brennan
Margaret M. Brennan es editora adjunta de la
Catequesis del Buen Pastor de Liturgy Training
Publications. Ella ha obtenido amplia experiencia
como catequista y en su ministerio en hospitales y universidades. Tiene un Doctorado en
Ministerio de la Chicago Divinity School, y trabaja
en su Maestría en Consejería Pastoral en la
Loyola University de Chicago.
Tiempo de Navidad
COMIENZA CON LAS VÍSPERAS
DE NAVIDAD
TERMINA CON LAS VÍSPERAS
DEL BAUTISMO DEL SEÑOR
El 25 de diciembre proclamamos:
“Hoy ha nacido nuestro Salvador,
Cristo el Señor”. Comenzamos así la
cele­bración del nacimiento del Señor,
de Dios hecho hombre. Tanto nos ha
amado Dios que nos da a su único Hijo
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A las cuatro semanas previas a la
Navidad le llamamos Adviento. Adviento
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Los tiempos litúrgicos
Adviento
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para que sea uno de nosotros, para
que habite en medio de nosotros
y para mostrarnos cómo vivir ese
amor. Vino a traernos paz, a sanar las
rencillas, a terminar con el dolor y a
llevarnos a su luz eterna. Por eso,
celebramos el regalo de su amor.
Iluminamos la oscuridad con luces
hermosas. Cantamos villancicos
y degustamos comidas deliciosas.
Compartimos regalos unos con otros
en torno a un árbol ¡Sí, un árbol
dentro de nuestra casa! Compartimos
porque Dios nos regala lo Incomprable,
y por ello abrimos nuestro hogar a los
visitantes, porque Dios ha abierto el
cielo para nosotros. Durante estos días
recontamos la historia de Navidad,
celebramos a los primeros mártires
y a la Sagrada Familia, Jesús, María
y José. En Año Nuevo celebramos
a María, Madre de Dios. Días después,
en Epifanía, recordamos a los Magos
que buscaron al “prometido por los
profetas”, tal y como lo hacemos ahora.
Concluimos la temporada navideña
con la historia del Bautismo de Jesús
en el Jordán. Ya terminada la Navidad,
40 días después, celebramos todavía
la infancia de Jesús el 2 de febrero,
la Presentación del Señor, día en
que recordamos cómo María y José
ERA VE
AV
Por siglos, judíos, cristianos y musulmanes han contado los días en grupos de
siete. A esa medición del tiempo
le llamamos “semana”. En los Hechos
de los Apóstoles, los seguidores de
Jesús solían reunirse el primer día de
la semana, conocido por los romanos
como “Día del sol” o “domingo”. Para
los cristianos, ese día Dios comenzó
su creación, pero, ante todo, en ese día
nuestro Señor Jesucristo resucitó de
entre los muertos: ¡la nueva creación!
Un día así, el Espíritu Santo descendió
sobre los discípulos Jesús reunidos
en oración.
Los cristianos comenzaron a
referirse al domingo como “Día del
Señor”. Ese día se congregaban a leer
en voz alta los libros de la Escritura y
a presentarle a Dios todas sus necesidades. Daban dinero y comida a los
pobres, depositaban pan y vino en una
mesa y se reunían en torno a ella. Uno
de ellos, el obispo o alguien comisionado por él, dirigía a toda la asamblea
en una oración de alabanza y acción
de gracias a Dios. Todos elevaban su
corazón a Dios en sus cantos y recordaban las maneras mediante las cuales
Dios había manifestado su amor al
mundo, especialmente en la muerte y
resurrección de Jesús. Después
comían el pan eucarístico y bebían del
vino consagrado contenido en la copa;
el pan y el vino se habían convertido
en el cuerpo y la sangre de Cristo. Para
los cristianos primeros, esto hizo del
domingo el primer día de la semana,
día de Eucaristía, el día del Señor.
Igual para nosotros.
Durante los días de la semana,
oramos por la mañana, la tarde y la
noche, y participamos en la comunión
diaria. En casa nos reunimos para
compartir los alimentos, le damos
gracias a Dios por ellos y por todas
sus bendiciones.
significa “espera”. La Iglesia canta
y proclama las grandes promesas
divinas. Contamos la historia de mucha
gente santa: María y Juan Bautista,
Nicolás y Lucía. Esperamos el día en
que el amor de Dios llegue a todos
nosotros; cuando la paz sea fruto del
amor y la justicia. Por encima de todo,
seguimos esperando. Esperamos
gozosos la venida de nuestro Salvador,
el día en que todos seremos uno y que
el Reino de Dios florezca plenamente
entre nosotros. El Hijo de Dios ya ha
venido a nosotros, nació en la ciudad
de David. Pero también esperamos
que venga de nuevo. Lo afirmamos
cada domingo en el Credo: “Y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos
y muertos”. Es la Luz que acabará con
toda la oscuridad.
NO
RA
El domingo y la semana
llevaron a Jesús al templo de Jerusalén,
donde Ana y Simeón se regocijaron
con su llegada.
Cuaresma
COMIENZA EL MIÉRCOLES DE
CENIZA
TERMINA EL JUEVES SANTO,
ANTES DE LA CENA DEL SEÑOR
Los 40 días de Cuaresma nos recuerdan primero, los 40 días que Jesús
ayunó y se preparó a proclamar la
Buena Nueva. Antes que Jesús, por 40
dias ayunaron Moisés y Elías; cuando
la lluvia inundó la tierra por 40 días,
Noé y los suyos se salvaron para un
nuevo comienzo. El pueblo de Israel
vagó 40 años por el desierto para
entrar en la tierra prometida. Estos 40
días indican que está preparándose
algo muy importante.
Entre nosotros, la Cuaresma
comienza en invierno. No obstante,
con el pasar de los días, el calor y la
nueva vida anuncian ya la primavera.
Iniciamos la Cuaresma con ceniza en
la frente y ayunamos, quizá consumimos menos alimentos o nos privamos
de ciertos postres; también practicamos la limosna, es decir, buscamos
maneras de compartir lo que tenemos,
nuestro tiempo, nuestros bienes.
Estos días tienen su propio sabor que
impregna nuestra oración y nuestro
canto interior (sin llegar a cantar o a
decir: “aleluya”, aclamación propia de
la Pascua).
Estos días meditamos sobre nuestro
Bautismo y procuramos crecer en la
vida cristiana. Cada domingo de
Cuaresma escuchamos algunas de las
narraciones más impor­­tantes del
Evangelio y le pedimos a Dios por la
gente que será bautizada en la noche
más grande y gloriosa del año,
la noche de la Vigilia Pascual.
Triduo Pascual
COMIENZA EL JUEVES SANTO CON
LA MISA DE LA CENA DEL SEÑOR Y
TERMINA CON LAS VÍSPERAS DEL
DOMINGO DE PASCUA
Triduo significa “tres días”. Para el
pueblo judío, la Pascua es el gran
evento con el que Dios liberó a Israel
de la esclavitud de Egipto. Los seguidores de Jesús proclamamos eso
en su vida, pasión, muerte y resurrección, pues Dios nos ha salvado y
liberado en Cristo. La noche de Pascua
encendemos el fuego santo y el cirio
pascual que se yergue en medio de la
oscuridad; escuchamos las lecturas
más hermosas y cantamos salmos y
alabanzas. Luego nos congregamos en
torno a las aguas de la fuente bautismal al tiempo que reciben los Sacramentos de Iniciación las personas que
se han preparado para una nueva vida
en Cristo. Los recién bautizados son
ungidos con un óleo llamado crisma;
al final, con los recién bautizados,
llamados neófitos, celebramos la
Eucaristía. Nos preparamos para esta
vigilia celebrando el Jueves Santo
la institución de la Eucaristía; mientras
que el Viernes Santo conmemoramos
la Pasión del Señor y veneramos su
cruz. También ayunamos – de alimentos, entretenimiento, conversación
y trabajo – a fin de meditar más profundamente aún en la Pasión, Muerte
y Resurrección del Señor, que es
precisamente el misterio que nos hace
ser Iglesia.
Tiempo Pascual
COMIENZA EL DOMINGO DE PASCUA
TERMINA CON LAS VÍSPERAS
DE PENTECOSTÉS
La Pascua dura 50 días. El Domingo
de Pascua es para el año lo que
el domingo para la semana. Vivimos
como si el reino de Dios ya hubiera
venido, porque ya ha venido y es una
realidad. Suspendemos el ayuno para
darnos a la celebración. Nos ben­
decimos a nosotros mismos con el
agua bautismal para recordar nuestra
participación en la Pasión, Muerte
y Resurrección de Cristo. Cantamos
“Aleluya” porque nos deleitamos
alabando al Señor. Los relatos que se
proclaman de la Sagrada Escritura nos
llevan al encuentro de María Magdalena
y Tomás con el Señor resucitado, a
comer con Jesús, a seguir al Buen
Pastor, y a recibir al Espíritu Santo.
Así como la Iglesia se recrea con los
nuevos cristianos durante la Vigilia
Pascual, en el tiempo pascual es
común que celebre los sacramentos
de la Confirmación y la Primera
Eucaristía, así como del Matrimonio
y las Órdenes Sagradas.
5
Tiempo Ordinario
DESDE LAS VÍSPERAS DEL
BAUTISMO DEL SEÑOR HASTA EL
MIÉRCOLES DE CENIZA, Y
DESDE LAS VÍSPERAS DE
PENTECOSTÉS HASTA LAS
VÍSPERAS DEL PRIMER DOMINGO
DE ADVIENTO
Durante algunas semanas en enero y
febrero, y luego durante todo el verano
y el otoño, la Iglesia está en el Tiempo
Ordinario que marca las semanas
que no caen en los tiempos especiales
de Adviento, Navidad, Cuaresma y
Pascua. La palabra “ordinario” viene
del latín ordinal y significa “contable”,
es decir, que se puede contar. En otras
palabras, cada una de las semanas
tiene un número. Durante el Tiempo
Ordinario, el evangelio dominical
presenta el ministerio de Jesús, de
relato en relato, y siguiendo el orden
establecido en el ciclo dominical.
En el Ciclo A escuchamos relatos del
Evangelio según san Mateo; en el Ciclo
B de san Marcos y durante el Ciclo C
de san Lucas. Durante el año 2014 se
irá proclamando el Evangelio según
san Mateo. Domingo a domingo
también se proclaman las cartas de
Pablo y otros escritos del Nuevo
Testamento. Este Tiempo está lleno de
solemnidades, fiestas y memorias del
Señor y de los santos. En sus últimas
semanas celebramos Todos los Santos
y Todos los Fieles Difuntos. Todo el
mes de noviembre se convierte en un
mes para regocijarnos en la Comunión
de los Santos y para recordar que
nuestro verdadero hogar está en la
Jerusalén celestial.
Siguiendo el calendario
Este calendario contiene las celebraciones litúrgicas para las Diócesis de
los Estados Unidos de Norteamérica
y de Canadá.
Cada rayo de la rueda representa una
semana. Las semanas comienzan con
el domingo (parte externa) y concluyen
en sábado (parte interna). Cada tiempo
litúrgico tiene un color diferente.
Nótalo en la gráfica: Adviento, Navidad,
Cuaresma y Pascua. Entre Cuaresma y
Pascua encontrarás el Triduo Pascual,
corazón del año litúrgico. Nota también
los dos bloques del Tiempo Ordinario.
Uno de ellos durante el invierno, es
Estados Unidos; en este caso aparecen seguidas de una inicial entre
paréntesis: (A) para Australia; (C) para
Canadá; (M) para México y (E) para los
Estados Unidos.
Algunas de sus imágenes son creadas
totalmente en fotomontaje, y otras son
elaboradas totalmente a mano. Este
calendario “Año de Gracia” fue creado
usando dibujos, escaneos de texturas
impresas en fotomontaje, donde la
obra de arte fue armada y manejada.
Puede ver más sobre las obras de
arte de Anne en www.ilustrationsweb
.com/annewilson y también en www
.anne-wilson.co.uk
Un pez identifica los días de ayuno:
cuaresmal, pascual y los viernes que
caen fuera de las temporadas festivas.
Tales días, la tradición invita a consumir menos alimentos y a realizar obras
de misericordia.
Una lámpara de aceite indica la
vigilia de las solemnidades del Señor
que, por costumbre, comienzan
con la víspera, incluido el domingo,
día del Señor.
Nihil obstat 25 de abril, 2013, por el Reverendo
Monseñor John F. Canary, stl, dmin, Vicario General
de la Arquidiócesis de Chicago. Este permiso es
una declaración oficial de la autoridad eclesiástica,
certificando que el material está libre de error
doctrinal y moral, pero no asume ninguna
responsabilidad legal con la publicación.
Con velas señalamos las solemnidades y fiestas del Señor que no tienen
carácter obligatorio.
Para los EUA, las fechas litúrgicas fueron tomadas
del Calendario Litúrgico para los Estados Unidos
de América, publicado por la Secretaría para el
Culto Divino de la USCCB. Las fechas canadienses
fueron recopiladas por LTP, a partir de la tercera
edición del Misal Romano.
El pan y la copa indican los
domingos y otros días de importancia,
días festivos de carácter obligatorio.
Textos bíblicos conforme a La Biblia de nuestro
pueblo. Biblia del peregrino, PBF y Ed. Mensajero
2011. Todos los derechos reservados.
Catecismo de la Iglesia Católica © 1997, USCC,
Inc.- Librería Editrice Vaticana. Con los debidos
permisos. La cita del Catecismo, 293, contiene
textos de san Buenaventura y santo Tomás de
Aquino (II Sent. 1, 2, 2,1 y Sent. 2, Prol.).
La artista
Exerpta del Misal Romano © 2010, Comisión
Internacional para la lengua inglesa del Comité
Litúrgico (ICEL). Con los debidos permisos.
La foto es cortesia de la artista
muy pequeño; el otro viene después de
Pentecostés y permanece durante el
verano y el otoño. Después del último
domingo del Tiempo Ordinario, llegará
el Adviento con un nuevo ciclo.
Los colores de la rueda ilustran los
diversos tiempos litúrgicos. Estos
colores no se usan para distinguir días
en particular. Se han escogido tonos
que reflejen el color del tiempo litúrgico
y que armonicen con los empleados en
la ilustracion del calendario. Gracias a
esto, los tonos varían año tras año.
Los tonos violeta van con el Adviento
(tono más azul) y con la Cuaresma
(tono más rojizo). Se usan diferentes
tonos de dorado para marcar la
diferencia entre el Tiempo de Navidad
y el de Pascua (El color “oficial” de los
Tiempos de Navidad y Pascua es el
blanco, sin embargo, el dorado y el
plateado también pueden usarse).
El verde se utiliza para las diferentes
etapas del Tiempo Ordinario y el
rojo para el Triduo Pascual (no existe
un color litúrgico para el Triduo
Pascual, cada día tiene el suyo. Para
diferenciar el Triduo Pascual del
Tiempo de Pascua, se escogió
el rojo, usado para el Viernes Santo).
Excepto durante Navidad y
Pentecostés, cada domingo tiene un
número unido. Usualmente el nombre
del domingo combina su número
con la estación o temporada litúrgica
(por ejemplo, el Cuarto Domingo
de Cuaresma o el Vigesimonoveno
del Tiempo Ordinario).
Pega estrellas en aquellos días
que sean cumpleaños, el día de tu
santo o alguna fecha especial para tu
familia, así como en aniversarios que
quisieras recordar.
Los días del año se han clasificado de
acuerdo a su importancia litúrgica en
la Iglesia; la tipografía indica su rango.
Las solemnidades del año litúrgico
aparecen en letras de mayor tamaño
[DOMINGO DE PASCUA], como
domingos, solemnidades del Señor
y de los santos, así como fiestas del
Señor. El siguiente tamaño de letra
[San Andrés] se usa para fiestas de
los santos. Un tipo más pequeño [Sta
Isabel de Hungría] se emplea para las
memorias – obligatorias u opcionales – de santos y beatos que se celebran
en el calendario de las diócesis de los
Estados Unidos y Canadá. La tipografía más pequeña se emplea para las
fiestas civiles o seculares [Año Nuevo]
para Australia, Canadá, México y
Anne Wilson tiene un ma en ilustración
del Central St. Martins College of Art,
en Londres y ha sido ilustradora por 15
años. Sus trabajos llenan varios libros
de niños y revistas a nivel mundial.
Anne se inspira en la vida cotidiana,
patrones, colores y formas. Ella
incorpora elementos figurativos, capas
y texturas, con técnicas mixtas, de la
imprenta hasta la informáticas. Elabora
sus imágenes en capas, sobre fondos
con tintas de imprenta, con las que
crea otras capas. Plantillas, cortes
complejos y papeles mono impresos,
collages, lavados en acrílicos y los
dibujos forman parte del proceso.
6
Los calendarios vienen en dos tamaños: cuaderno
(11” X 17”) y póster (26” cuadradas), en superficie
de papel o laminados. En inglés, están disponibles
dos libros: Companion to the Calendar, de Mary
Ellen Hynes, con información sobre la mayoría de
los días y tiempos mencionados, y Sourcebook for
Sundays and Seasons: A Parish Almanac. Pide
estos libros o calendarios adicionales a Liturgy
Training Publications, 3949 South Racine Avenue,
Chicago IL 60609; 1-800-933-1800, fax
1-800-933-7094, e-mail orders@ltp.org. Visítanos
en internet: www.LTP.org y www.YearofGrace.com.
El año de gracia 2014
© 2013 Arquidiócesis de Chicago
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