358044. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LI, Pág. 1939. DEPOSITO DE LOS CONTRATOS DE ARRENDAMIENTO, NATURALEZA DEL. En la legislación civil, vigente en el Distrito Federal, se da el nombre de depósito a las cantidades que el arrendatario entrega, en vez de fianza para la garantía de sus obligaciones, pues el artículo 2450 del Código Civil, dice: "El propietario no puede rehusar como fiador a una persona que reúne los requisitos exigidos por la ley para que sea fiador. Si la renta no excede de veinticinco pesos mensuales, es potestativo para el arrendatario dar fianza o sustituir esa garantía con el depósito de un mes de renta". Como en estos casos, el depositante no puede recoger, a voluntad suya, la suma depositada, cuya devolución se haya sujeta al cumplimiento del contrato de arrendamiento, resulta que, en realidad, el contrato que se analiza, no tiene todas las características de un verdadero depósito, en la acepción jurídica del vocablo, y presenta por otra parte, gran analogía con el contrato de prenda, aun cuando no se trata propiamente de una mercancía enajenable y aun cuando tampoco la intención de las partes hubiere sido la de celebrar ese contrato; no obstante ello, y cualquiera que sea la clasificación legal que a dicho contrato corresponda, lo esencial es que la cantidad entregada por el inquilino al arrendador, con la conformidad de éste, lo es a título de garantía, para responder de todas y cada una de las obligaciones contraídas por aquél, obligándose el propietario, también, a su devolución, cuando el contrato esté cumplido, y el arrendatario no adeude cantidad alguna, por rentas u otro concepto; es decir, se trata de un contrato accesorio del de arrendamiento, sustitución de la fianza, que ordinariamente se incorpora al de arrendamiento de inmuebles, para garantizar su eficacia y debido cumplimiento; por lo que es indudable que respecto del arrendador, se está a lo sumo, en presencia de un derecho real sobre la cosa dada en garantía; pero el arrendatario tiene asimismo, acción que puede deducir contra aquél, para exigirle la devolución de la cosa, cuando haya solventado todas las obligaciones que se impuso por virtud del contrato principal; por lo que en este sentido, es indudable también que el contrato accesorio que se viene estudiando, no puede transmitir el arrendador la propiedad de la cosa comprendida en garantía, ni la posesión jurídica de la misma, sino tan sólo la posesión derivada, tal como ocurre en los contratos de depósito y prenda, con los cuales se han estimado que guarda íntima relación el que se trata, y cuando los artículos 2545 y 1792 del Código Civil de 1884 establecen, respectivamente, que el depositario tiene obligación de custodiar la cosa y restituirla en especie, sin facultad de usarla ni aprovecharse de ella, y que el acreedor está obligado a conservar la cosa empeñada, como si fuera propia, y restituir la prenda luego que esté íntegramente pagada la deuda, en dichas condiciones es manifiesto que se aplica inexactamente el artículo 3o., transitorio, de la Ley Monetaria en vigor, ya que tratándose de un contrato que no transmite el dominio, el caso no puede considerarse comprendido en la regla general que establece dicho precepto, sino en las excepciones enumeradas por el segundo párrafo del mismo, y al resolver lo contrario, la autoridad judicial viola las garantías que consignan los artículos 14 y 16 constitucionales, debiendo concederse el amparo, para el efecto de que se dicte nueva sentencia, estimándose que, habiendo cumplido el inquilino con las obligaciones que contrajo, con motivo del contrato de arrendamiento, y habiéndose rescindido éste por la celebración de otro, la devolución de dinero dado en garantía del cumplimiento de dicho contrato, debe hacerse en oro nacional, si en esa especie fue constituido. Amparo civil directo 7004/34. Compañía "Dr. Scholl", S. A. 3 de marzo de 1937. Unanimidad de cinco votos. La publicación no menciona el nombre del ponente. -1-