TRABAJOS ORIGINALES Neutropenia febril: agentes etiológicos y respuesta a antibiótico terapia empírica en el Hospital Privado S.A- Centro Médico de Córdoba durante 2006-2007 Bardossy AC*, Petiti HG**, Safar NL**, Zlocowski JC*, Zárate AH* *Servicio de Infectología. Hospital Privado S.A- Centro Médico de Córdoba **Servicio de Clínica Médica. Hospital Privado S.A - Centro Médico de Córdoba Resumen La neutropenia inducida por quimioterapia es un defecto inmunológico responsable de una significativa morbimortalidad. Se realizó un estudio observacional, prospectivo, en pacientes con neutropenia febril secundaria a quimioterapia durante un período de 13 meses, para conocer los patógenos más prevalentes, así como la respuesta a la antibioticoterapia empírica. Se registraron 140 episodios de neutropenia febril en 102 pacientes con diagnóstico oncohematológico. Los gérmenes aislados en bacteriemias fueron 23 (52,27%) gram-negativos, 19 (43,18%) gram-positivos y 2 (4,54%) anaerobios. Sólo 2 (4,54%) episodios fueron polimicrobianos. Se encontró una elevada prevalencia de Staphyloccoccus coagulasa-negativos MR y gérmenes gram-negativos productores de betalactamasas de espectro extendido. La mortalidad fue del 13,7%. Nuestro estudio mostró que en pacientes con neutropenia febril el aislamiento de gérmenes gram-negativos continúa siendo levemente superior al de gram-positivos, con elevada resistencia antibiótica. Por otra parte, los pacientes con riesgo bajo según el índice de la MASCC tuvieron menor incidencia de bacteriemias y mejor respuesta a la antibioticoterapia empírica con cefepime-amicacina, al igual que aquellos que presentaron un recuento de monocitos >100/ml al inicio de la neutropenia febril. Palabras clave: neutropenia febril, bacteriemia y neutropenia, neutropenia y antibioticoterapia Abstract Neutropenia induced by chemotherapy is an immunological defect responsible for significant morbidity and mortality. We performed an observational prospective study in patients with febrile neutropenia secondary to chemotherapy during a 13-month period, in order to analyze the most prevalent pathogens and the response to empiric antibiotic therapy. We recorded 140 episodes of febrile neutropenia in 102 oncohaematologic patients. Microorganisms isolated from bacteremias were 23 (52,27%) gram-negative, 19 (43,18%) gram-positive and 2 (4,54%) anaerobes. Only 2 (4,54%) were polymicrobian. We found a high prevalence of MR coagulase-negative Staphyloccocci and gram-negative betalactamase producers of extended range. Mortality rate was 13.7%. Our study demonstrated that in patients with febril neutropenia the isolation of gram-negative bacteria continues to be higher than gram-positives, with elevated antibiotic resistance. In addition, we noted that patients with low risk according to the MASCC index and those who presented a monocyte count >100/ml at the beginning of the neutropenia episode, had lower incidence of bacteremia and better response to empiric antibiotic therapy with cefepime-amikacin. Key words: febrile neutropenia, bacteremia and neutropenia, neutropenia and antibiotic therapy. Correspondencia: Dra. Cecilia Bardossy Servicio de Infectología. Hospital Privado SA - CMC Naciones Unidas 346 - Pque. Velez Sarfield Córdoba, Argentina Tel: 4688200 E-mail: cecibardossy@hospitalprivadosa.com.ar 5 NEUTROPENIA FEBRIL aminoglucósido) y terapia con vancomicina, teniendo en cuenta que uno puede ser más apropiado que otro para ciertos pacientes y para ciertas instituciones (16). Introducción La neutropenia inducida por quimioterapia continúa siendo el defecto inmunológico de mayor importancia, causante de una significativa morbilidad y mortalidad. La incidencia de infección es del 14% cuando el recuento de polimorfonucleares cae a 500-1000/ml y del 26-60% cuando es menor a 100/ml (1). También son factores favorecedores la rápida declinación y la mayor duración de la neutropenia (1,2). Si la granulocitopenia se prolonga por más de cinco semanas la incidencia de infección es del 100% (3). Sólo el 15 al 34% (4,5,6) de los pacientes neutropénicos desarrollan bacteriemias. La fuente de infección es frecuentemente la propia flora endógena, bacterias de la orofaringe, tracto gastrointestinal y piel (7). Los anaerobios producen menos del 5% de las infecciones (7,8). Objetivos 1) Conocer los patógenos más prevalentes aislados en hemocultivos y su perfil de resistencia antibiótica, en pacientes con neutropenia febril secundaria a quimioterapia en nuestra institución. 2) Evaluar la respuesta a antibiótico-terapia empírica con cefepime más amicacina. Material y métodos En las últimas tres décadas, la prevalencia de organismos gram-negativos disminuyó mientras que aumentó la de gram-positivos (9). Actualmente, los cocos gram-positivos son los organismos más comúnmente aislados en bacteriemias en Europa y Estados Unidos (9,10,11) a mortalidad a los 30 días en pacientes neutropénicos con bacteriemias por gramnegativos o gram-positivos son del 10% y 6%, respectivamente (10,12). Se realizó un estudio observacional prospectivo, longitudinal, descriptivo y analítico en el cual se registraron pacientes con diagnóstico oncohematológico con neutropenia febril secundaria a quimioterapia, tanto aquellos que la desarrollaron en forma ambulatoria como durante su internación en el Hospital Privado de Córdoba Argentina, desde el 1° marzo de 2006 hasta el 31 de marzo de 2007 (13 meses). Criterios de inclusión: La infección fúngica sistémica se presenta en más del 20% de estos pacientes (13) y las especies más comúnmente involucradas son Candida y Aspergillus. 1) Pacientes de cualquier edad con episodio de neutropenia (recuento absoluto de neutrófilos más las formas en banda menor a 500/ul) (14) inducida por quimioterapia para tumores sólidos o hematológicos y trasplante autólogo o alogénico de médula ósea. Dentro de las infecciones virales, las agentes etiológicos más frecuentes son los virus: Herpes Simplex (HSV), Varicella Zoster (VZV) y Citomegalovirus (CMV) (14). 2) Fiebre documentada por personal médico o de enfermería, considerada como dos tomas de temperatura axilar mayor a 38°C. En el seguimiento se consideró al paciente afebril cuando la temperatura axilar fue menor a 37,5°C (17). La neutropenia febril es una complicación potencialmente fatal, que requiere tratamiento empírico de amplio espectro. La detección de cambios epidemiológicos es clave para el éxito de la antibióticoterapia empírica, la cual es determinante para la supervivencia de los pacientes neutropénicos; para esto se requiere de monitoreo y vigilancia continua, ya que las diferencias institucionales pueden ser substanciales y porque puede ser erróneo basarse sólo en datos nacionales (15). Para poder adoptar esquemas antibióticos adecuados, es necesario conocer los gérmenes más frecuentemente aislados en nuestra comunidad hospitalaria y su perfil de resistencia antibiótica. Criterios de exclusión: 1) Neutropenia inducida por otras causas, que no hayan recibido quimioterapia: • Enfermedades onco-hematológicas (leucemias, síndromes mielodisplásicos y otros) • Infecciones • Drogas no quimioterápicas • Enfermedades hereditarias como la agranulocitosis genética infantil y la neutropenia familiar • Neutropenia cíclica • Deficiencias vitamínicas (deficiencia de acido fólico y vitamina B12) Los esquemas antibióticos a utilizar en neutropénicos febriles pueden ser monoterapia, terapia doble (con 6 Experiencia Médica - Vol 29 - Nº 1 - 2011 • Enfermedades autoinmunes • Esplenomegalia Cancer), considerando a los pacientes con riesgo bajo para presentar eventos adversos a aquellos con una puntuación mayor o igual a 21 (18, 19). 2) Paciente con neutropenia sin fiebre documentada Los niños de 16 años o menores se consideraron de bajo riesgo para infecciones bacterianas significativas cuando tuvieron un conteo inicial de monocitos >100/ml, sin comorbilidades y radiografía de tórax normal (20). 3) Paciente con fiebre y sin neutropenia A todos los pacientes se les realizaron pruebas de laboratorio (citológico completo, creatinina, hepatograma), radiografía de tórax, dos muestras para hemocultivo, urocultivo, retrocultivo en caso de poseer catéteres y muestras de sitios probables de infección. Se consideró infección clínicamente documentada cuando al examen físico realizado por el equipo médico tratante se encontró un foco de infección, pero el diagnóstico microbiológico no fue confirmado (foco respiratorio, urinario, piel, gastrointestinal, catéter y otros); infección microbiológicamente documentada cuando existió confirmación de aislamiento de gérmenes en muestras procesadas del paciente; y fiebre sin foco cuando no existió evidencia microbiológica o clínica de infección al examen físico. Los cultivos se verificaron a diario para documentar el desarrollo microbiológico. Todos los estudios fueron realizados en el laboratorio central de la Institución; los hemocultivos fueron realizados con el sistema automatizado de detección de bacteriemias BACTEC 9120 y los demás cultivos y antibiogramas por métodos microbiológicos tradicionales; el citológico fue realizado con un contador hematológico CELL DYN ® 3200, por impedancia y láser y la observación del extendido en microscopio óptico con coloración May-Grünwald-Giemsa; para la creatinina se utilizó test cinético in vitro con determinación de blanco de muestra y compensación (Roche). Los pacientes fueron evaluados y seguidos por el servicio de Infectología del hospital y tratados con regímenes de antibióticos endovenosos empíricos (ajustados al clearance renal cuando fue necesario) siguiendo un protocolo del hospital, teniendo en cuenta la guía IDSA de tratamiento de pacientes neutropénicos febriles con cáncer (21), en la mayoría de los casos con un aminoglucósido (amicacina 1 g de carga y 500 mg cada 12 hs.) y una cefalosporina de cuarta generación (cefepime 2 g cada 12 hs.) siendo luego reevaluados según persistencia o no de la fiebre, cambios en el estado clínico, aislamiento microbiológico, aparición de nuevo foco probable de infección y reconstitución inmunológica. Los niños recibieron dosis ajustadas al peso (amicacina 15 mg/kg/día divididos cada 8 h y cefepime 150 mg/kg/día divididos cada 8 h). Se consideró fiebre de inicio nosocomial a aquella iniciada luego de 72 hs de internación en el hospital, tratamiento dirigido cuando el antibiótico se indicó siguiendo el aislamiento microbiológico y antibiograma, respuesta a los antibióticos empíricos cuando la fiebre cedió luego de 3 a 5 días de tratamiento, no hubo progresión del cuadro infeccioso o no requirió del agregado de otro antibiótico. Se completó una ficha con los datos de todos los pacientes internados, edad, sexo, peso, días de internación, antibióticos recibidos antes de la neutropenia febril, profilaxis antibiótica, uso de estimulantes de colonias durante el episodio de neutropenia febril, inicio de la fiebre luego de 72 horas de hospitalización o en forma ambulatoria, presencia o no de catéter endovenoso permanente, tipo de tumor y estado actual de la enfermedad (remisión o actividad), quimioterapia recibida, desarrollo de neutropenia febril durante trasplante de medula ósea (autólogo o alogénico), comorbilidades, duración de la neutropenia y de la fiebre, agentes etiológicos aislados, especificando muestras procesadas y antibiograma, foco de infección probable al ingreso, evolución clínica, estabilidad hemodinámica (definida según criterios de síndrome de respuesta inflamatoria multisistémica, sepsis, sepsis severa, shock séptico, shock séptico refractario), antibióticos recibidos en forma empírica, rotados o agregados, duración del tratamiento y respuesta a los mismos. Los datos fueron registrados y analizados en una base de datos de planilla electrónica. Se analizaron los datos de la serie en general y luego se realizó la comparación entre los grupos. Las variables continuas cuantitativas se expresaron con medidas de tendencia central como media y su desviación standard. El análisis estadístico de las variables continuas se realizó con Ttest para grupos no apareados, aplicándose análisis de El riesgo de los pacientes de 17 años o mayores se evaluó según la escala de riesgo de la MASCC, (Multinacional Association for Supportive Care in 7 NEUTROPENIA FEBRIL variancia (ANOVA) para variaciones intergrupales. Las variables nominales cualitativas se expresaron en porcentajes, realizándose tablas de contingencia con la frecuencia de cada variable analizada. La significación estadística se estableció con el Test de Fisher, considerándose como significativa una p <0,05. Se realizó análisis univariado para identificar predictores independientes de eventos fatales y no fatales utilizando el Modelo de Regresión de Cox, el que se expresó mediante el coeficiente de Cox (que determina el riesgo relativo) con su IC de 95%, considerándose significativa una p <0,05. Resultados Se registraron 140 episodios de neutropenia febril en 102 pacientes oncológicos; entre ellos 83 adultos (110 episodios) y 19 niños menores de 16 años (30 episodios). Treinta y siete (36,27%) fueron varones y el promedio de edad fue 37 ±2 (rango 1-79). En 72 (65,45%) episodios, los pacientes adultos presentaron un índice de riesgo según la MASCC <21. Sólo en 1 (3,33%) episodio entre los pacientes menores a 16 años, presentó riesgo bajo de complicaciones. Las características de los pacientes se presentan en la Tabla I y las enfermedades de base en la Figura 1. Hubo 108 (71,14%) episodios en pacientes con enfermedades hematológicas y 32 (22,85%) en pacientes con tumores sólidos. Catorce (13,72%) pacientes fallecieron por causa no confirmada. Durante este período se realizaron 50 trasplantes de médula ósea, entre los cuales 47 (94%) presentaron un episodio de neutropenia febril. Análisis microbiológico En 61 (43,57%) episodios hubo fiebre sin foco, en 29 (20,71%) se realizó diagnóstico clínico y en 50 (35,71%) se contó con un diagnóstico microbiológico, de éstos, 41 (29,28%) tuvieron hemocultivos positivos, el resto fueron gérmenes aislados en cultivos de otras muestras. Entre los hemocultivos, 38 (92,68%) fueron bacteriemias y 5 (12,19%) fungemias. Los gérmenes aislados en bacteriemias fueron 19 (43,18%) grampositivos, 23 (52,27%) gram-negativos y 2 (4,54%) anaerobios. Sólo 2 (4,54%) episodios fueron polimicrobianos. Nota: PMN: polimorfonucleares; DBT: diabetes; IRC: insuficiencia renal crónica; EPOC: enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Entre los gram-positivos, los gérmenes más frecuentemente encontrados fueron: 7 Staphylococcus 8 Experiencia Médica - Vol 29 - Nº 1 - 2011 Figura 1: Enfermedades de base aureus MS (meticilino-sensible); 7 Staphylococcus coagulasa-negativos, 1 MS y 6 MR (meticilinoresistente) y 2 Streptococcus pneumoniae. Entre los gérmenes gram-negativos, los más frecuentemente hallados fueron: Escherichia coli, Klebsiella sp y Serratia sp: 9, 4 y 3 respectivamente. La resistencia antibiótica se muestra en la Tabla II. Dentro de los anaerobios se aisló 1 Bacteroides sp y 1 Fusobacterium sp. Hubo 8 (5,71%) episodios con diagnóstico de infección micótica, 5 fungemias constatadas, 1 por Candida albicans, 1 por Candida parapsilosis, 1 por Scedosporium apiospermum y 2 por Aspergillus Níger. Por otra parte, 1 paciente presentó un conglomerado de hifas y esporas PAS positivas en la biopsia de una lesión en la mano, otro presentó lesiones nodulares símil micóticas en pulmón e hígado y un tercero presentó nódulos en las vías urinarias; en todos estos casos, los agentes etiológicos no pudieron ser caracterizados. (6,42%) restantes recibieron otros antibióticos (ampicilina-sulbactan, imipenem, ciprofloxacina, cefazolina, ceftazidima, metronidazol, clindamicina y colistín), de acuerdo a los gérmenes aislados en episodios previos y/o al cuadro clínico. Se agregaron otros antibióticos por continuidad de la fiebre, cambio en el estado clínico del paciente o por aislamiento microbiológico en 56 (40%) casos, siendo los más frecuentemente utilizados la vancomicina en 45 (32,14%) episodios, metronidazol en 15 (10,71%) y clindamicina en 10 (7,14%). El esquema inicial se rotó por otro diferente en 22 (15,71%) episodios, siendo los antibióticos más usados el imipenem, cefazolina, meropenem, metronidazol, ampicilina-sulbactan, ampicilina, colistin y clindamicina. Se analizó la resolución del cuadro con el tratamiento empírico inicial, teniendo en cuenta sólo aquellos episodios que habían recibido cefepime-amicacina. En 3 pacientes no se registró recuento de monocitos al inicio de la neutropenia febril, la utilización de factores estimulantes de colonias ni la duración de la neutropenia, por lo que fueron excluidos al momento de analizar dichas variables. Respuesta antibiótica En 72 (51,42%) episodios hubo respuesta favorable a la antibiótico-terapia empírica. En 119 (85%) episodios, los pacientes recibieron la combinación de cefepime y amicacina. En 12 (8,47%) episodios, los pacientes recibieron cefepime-amicacina-vancomicina y los 9 Se 9 encontraron diferencias significativas al NEUTROPENIA FEBRIL Nota: PEN, penicilina; CEF, cefalotina; FEP, cefepime; VAN, vancomicina; AMS, ampicilina-sulbactan; AMC, amoxicilina-ácido clavulánico; GEN, gentamicina; CRO, ceftriaxona; TMP, trimetroprina-sulfametoxazol; CIP, ciprofloxacina; IMI, imipenem; MS, meticilino-sensible; MR, meticilino-resistente; * número de gérmenes aislados; § se aisló 1 coco gram-positivo y 2 bacilos gram-negativos que no fueron tipificados, alto nivel de resistencia a aminoglucósidos relacionar la falta de respuesta a la antibioticoterapia empírica con el recuento inicial de monocitos mayor o igual a 100/ul vs <100/ul (16,66% y 50% respectivamente no respondieron, p =0,034), con el riesgo inicial en adultos según el índice de la MASCC mayor o igual a 21 vs <21 (29,41% y el 56,89%, respectivamente no respondieron, p =0,016), con el diagnóstico microbiológicamente comprobado vs no comprobado (no se resolvieron el 64,7% y el 37,64%, respectivamente, p =0,0086), con la fiebre de inicio nosocomial vs ambulatoria (no se resolvieron el 57,37% y el 32,75%, respectivamente, p =0,0098), con bacteriemia comprobada vs no comprobada (no se resolvieron el 69,23% y el 38,7%, respectivamente, p =0,0074). No se encontraron diferencias significativas al relacionar la falta de respuesta a la antibioticoterapia empírica con el episodio de neutropenia febril en el contexto de un trasplante de médula ósea vs pacientes no trasplantados, con el sexo, con la edad, con el uso de factores estimulantes de colonias o con la enfermedad de base (tumor hematológico o sólido). En esta misma población se encontraron diferencias significativas al relacionar la posibilidad de presentar bacteriemia con el riesgo en adultos evaluado con el índice de la MASCC, mayor o igual a 21 vs <21, 10 Experiencia Médica - Vol 29 - Nº 1 - 2011 (bacteriemias constatadas en el 4,34% vs en el 20,64%, respectivamente, p =0,027); no encontrándose diferencias significativas al asociar las siguientes variables: la ocurrencia de bacteriemia en relación a la mortalidad, al uso de catéter endovenoso permanente, al uso de profilaxis antibiótica, a la enfermedad de base (tumores hematológicos o sólidos), a la severidad (PMN <100/ul o >100/ul) y a la duración de la neutropenia (>10 días o <10 días), al recuento de monocitos al inicio (<100/ul o >100/ul), a la fiebre de inicio nosocomial o ambulatoria y a presentar o no probable foco infeccioso al ingreso. (8,11,25,26). Por otra parte, no hubo casos de infección por Streptococcus viridans y se encontró solamente 1 caso de bacteriemia por Pseudomona sp. Esto último difiere notablemente de lo encontrado en otros estudios, donde estos gérmenes se encuentran dentro de los más prevalentes (11,27,28). Se encontró una elevada frecuencia de Staphylococcus coagulasa-negativos meticilinoresistente (71,42% de los mismos) y de gérmenes gramnegativos BLEE (36,84%), entre ellos Escherichia coli, Klebsiella sp y Serratia sp. En otras series se ha encontrado una incidencia del 1,6 al 4,6% de fenotipos productores de BLEE entre especies de Escherichia coli y Klebsiella (29). La elevada frecuencia en los gérmenes gram negativos BLEE podría estar relacionada a la utilización, como antibiótico empírico para pacientes neutropénicos febriles en los últimos años, del cefepime (un oxyminobetalactámico), ya que su prescripción favorece la selección de enterobacterias productoras de BLEE (30). También es importante mencionar que las fluoroquinolonas tienen la misma propiedad de selección de enterobacterias BLEE (30), siendo éstas utilizadas para profilaxis en pacientes transplantados y con leucemias, linfomas y mielomas en nuestra institución. Discusión El porcentaje de episodios de neutropenia febril con bacteriemias constatadas (27,14%) fue similar al hallado en otros estudios (4,5,6,10,22). Nuestro estudio mostró una prevalencia de infecciones por gramnegativos levemente superior a la de gram-positivos en hemocultivos; que difiere de lo encontrado en otros estudios, donde los gérmenes gram-positivos son los más frecuentes (4,5,8,23,24), a pesar de que en el 47,14% de los episodios se utilizó antibioticoprofilaxis para gérmenes gram-negativos, el 69,28% tenía catéter permanente y el 37% tenían mucositis como foco infeccioso al inicio de la neutropenia, factores que han sido relacionado al aumento de infecciones por gérmenes gram-positivos (10). Sin embargo, la diferencia existente entre aislamientos de gramnegativos y positivos actualmente es pequeña en la mayoría de las series, donde se está observando un nuevo aumento progresivo en las tasas de incidencia de bacteriemias por gram-negativos (10); todavía las razones están en estudio, ya que no hay un factor claramente predisponente, existiendo como opciones el aumento de la resistencia a las quinolonas o la disminución en el uso de las mismas (10). En nuestra población el motivo por el cual los gérmenes gramnegativos son mas prevalentes podría estar relacionado a la epidemiología local. No existen datos estadísticos analizados de mayor prevalencia de gérmenes gramnegativos respecto a gram-positivos en nuestra institución pero si se ha observado en los últimos años un incremento en el aislamiento de los primeros, específicamente con betalactamasas de espectro extendido, coincidiendo con los bacilos predominantes en los aislamientos en neutropénicos febriles. Se presentaron además, 2 episodios de bacteriemia por Stenotrophomonas maltophilia, germen que previamente era inadvertido, al igual que en otras series en las que se ha relacionado a este germen con el uso de antibióticos de espectro extendido (10,31). Los antibióticos relacionados con la selección de este último germen son los carbapenemes (30), antibióticos de uso frecuente al rotar el esquema antibiótico en pacientes que continúan febriles o presentan cambios en el estado clínico después de 5-7 días en nuestra institución. El aislamiento de anaerobios y hongos en hemocultivos fue semejante a lo encontrado en otras series (7,8,9). Con este análisis sobre nuestra epidemiología podemos confirmar la importancia de realizar vigilancia activa sobre los resultados epidemiológicos en pacientes neutropénicos para poder elegir esquemas antibióticos empíricos adecuados a la institución y no a la epidemiología nacional o mundial, ya que las variaciones pueden ser de importancia entre las diferentes instituciones. También nos permite relacionar la epidemiología observada con los antibióticos utilizados y la probable relación al favorecer los últimos Los gérmenes aislados con mayor frecuencia en los hemocultivos (Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Staphylococcus coagulasa- negativos y Klebsiella sp) fueron similares a los encontrados en otras series 11 NEUTROPENIA FEBRIL la selección y/o colonización con determinados gérmenes en pacientes neutropénicos, permitiéndonos así realizar mejor utilización de los mismos y restricción en algunos casos. inicio de un episodio de neutropenia febril, la falta de respuesta a la antibioticoterapia empírica (con cefepimeamicacina) y la posibilidad de presentar bacteriemias. No se encontraron diferencias significativas cuando se relacionaron la falta de respuesta a la antibióticoterapia empírica con: neutropenia febril en el contexto de un transplante de médula ósea (pacientes tienen habitualmente neutropenias profundas y prolongadas), sexo masculino o femenino, edad mayor o menor de 16 años, uso de factores estimulantes de colonias y enfermedad de base (tumor hematológico o sólido). Creemos que tanto al relacionar enfermedad de base y transplante o no de médula con la respuesta a la antibiótico-terapia empírica, podría el resultado ser distinto si se aumentara el número de episodios a estudiar, ya que ambas son variables que en la bibliografía están claramente descriptas como determinantes en favorecer o no la respuesta a los antibióticos empíricos (33). Muchos investigadores han indicado que los pacientes neutropénicos febriles son una población heterogénea, con subgrupos de riesgo variable en cuanto a la respuesta a la terapia inicial empírica, desarrollo de complicaciones médicas y mortalidad (2,32). Respecto a la respuesta a la antibioticoterapia empírica, varios estudios clínicos han reportado que las tasas de respuesta a los regímenes antibióticos están altamente influenciadas por la tendencia en el recuento de neutrófilos durante los episodios febriles. En un estudio, la tasa de respuesta fue del 73% si el recuento inicial de neutrófilos aumentaba comparado al 43% si el mismo disminuía o se mantenía sin cambios (P<.00001). En otro estudio, pacientes con menos de 7 días de neutropenia tenían una tasa de respuesta al antibiótico inicial del 95%, comparado al 32% en pacientes con más de 14 días de neutropenia (P<.001); sin embargo, pacientes con duraciones intermedias de neutropenia entre los 7 y 14 días tenían una tasa de respuesta del 79% (33). En nuestro trabajo, no se valoró la respuesta al antibiótico empírico separando a subgrupos de pacientes de acuerdo a la duración de la neutropenia, pero teniendo en cuenta que la media de la misma fue de 10±1 días, la respuesta a la antibióticoterapia empírica fue del 51,42%. Teniendo en cuenta los factores antes descriptos que en nuestra institución podrían haber alterado el porcentaje de respuesta, los resultados podrían llegar a ser comparables, requiriendo profundizar el análisis. La falta de respuesta a la antibioticoterapia empírica con cefepime-amicacina debería ser tenida en cuenta además en pacientes con fiebre de inicio nosocomial, ya que al estar los pacientes colonizados con flora intrahospitalaria como por ejemplo con gérmenes BLEE, la respuesta a la antibiótico terapia no sería la esperada. Los pacientes que presentaron un recuento de monocitos <100/ul al inicio tuvieron también menor respuesta a la antibioticoterapia empírica que aquellos con un recuento >100/ul, pero no encontramos diferencias significativas entre estos dos grupos en cuanto a la posibilidad de presentar bacteriemias; a diferencia de lo reportado en otro estudio en niños donde el recuento de monocitos <100/ul junto con la presencia de una temperatura >39ºC se correlacionó con un riesgo mayor de desarrollar bacteriemia (34) . Los pacientes con neutropenia febril y un índice de riesgo >21 según la MASCC al momento de la presentación se identifican como de bajo riesgo de presentar complicaciones, con un valor predictivo positivo de 98,3%, un valor predictivo negativo de 86,4% y con una especificidad y una sensibilidad del 95%18. Se consideran complicaciones severas a la hipotensión, insuficiencia respiratoria, admisión a una unidad de cuidados intensivos, coagulación intravascular diseminada, alteración del estado mental o confusión, insuficiencia cardíaca congestiva, sangrado severo que requiere transfusión, arritmias o cambios en el ECG, insuficiencia renal y otras complicaciones consideradas severas por el investigador (19). En nuestro estudio se observó que la falta de respuesta a la antibioticoterapia empírica y la posibilidad de desarrollar bacteriemias fue significativamente mayor en pacientes que presentaron un índice de la MASCC <21 al inicio. Este índice podría ser utilizado como una herramienta simple en la práctica clínica para predecir, al Las observaciones hechas por Bodey et al (2) indican que el riesgo y la severidad de la infección son mayores en pacientes con neutropenia profunda (PMN <100/ul) y prolongada (>14 días). Nosotros no encontramos diferencias significativas cuando evaluamos la posibilidad de presentar bacteriemias con la severidad de la neutropenia (PMN <100/ul) ni la duración de la misma (>10 días), quizás debido al tamaño muestral. Conclusión Los agentes causales de neutropenia febril inducida por quimioterapia en nuestra institución difieren de la de otros centros, habiendo una mayor prevalencia de 12 Experiencia Médica - Vol 29 - Nº 1 - 2011 infecciones asociadas a gérmenes gram-negativos. Se destaca la presencia de gérmenes multirresistentes entre los principales agentes etiológicos, predominando Staphylococcus MR y bacilos gram-negativos productores de BLEE. más de 100 monocitos al inicio de la neutropenia, la falta de diagnóstico microbiológico, la fiebre de inicio ambulatorio y la duración de la neutropenia menor a 10 días se asociaron con mejor respuesta a antibióticoterapia empírica. Además, el riesgo bajo según el índice de la MASCC se asoció a menor incidencia de bacteriemia. El índice de MASCC mayor a 21, la presencia de Bibliografía 1. Dale DC, Guerry D, Wewerka JR, et al. Chronic Neutropenia. Medicine. 1979; 58:128-44. 2. Bodey GP, Buckley M, Sathe YS, Freireich EJ. Quantitative relationships between circulating leukocytes and infection in patients with acute leukemia. Ann Int Med. 1966; 64:328-40. 3. Donowitz GR, Maki DG, Crnich CJ et al. Infections in the Neutropenic Patient - New Views of an Old Problem. 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