Capítulo 9 Dolor neuropático crónico R. Torres Cueco JJ INTRODUCCIÓN La intención de este capítulo es abordar el tratamiento de un dolor complejo, como el dolor neuropático crónico, desde una perspectiva integradora, a partir de los avances en neurociencia. El dolor neuropático es uno de los más complejos que existen, tanto por su fisiopatología como por su tratamiento, y que evoluciona, en muchas ocasiones, a un dolor crónico cuyo abordaje terapéutico supone un considerable reto para el clínico. La aproximación que se aporta en este capítulo puede ser de interés en el tratamiento de cualquier dolor neuropático, pero está dirigida especialmente a sujetos con un dolor crónico complejo en los que los tratamientos convencionales muestran escasos resultados. PALABRAS CLAVE Dolor neuropático Dolor crónico Neurociencia Modelo biopsicosocial Tratamiento El tratamiento del dolor neuropático supone un reto para el clínico por la complejidad de los mecanismos implicados. La definición de dolor neuropático fue modificada por la International Association for the Study of Pain (IASP) en agosto de 2008. Actualmente el dolor neuropático se define como aquel que aparece como consecuencia directa de lesión o enfermedad que afecta al sistema somatosensorial. Esta definición es más restrictiva que la del año 1994, en la que se definía el dolor neuropático como el iniciado o causado por una lesión primaria o disfunción del sistema nervioso,1 ya que en ella se elimina el término disfunción. De esta forma, situaciones clínicas que eran consideradas por algunos autores como cuadros de dolor neuropático, como el síndrome de dolor regional complejo tipo I, han sido eliminadas de esta clasificación. Se han establecido, además, unos criterios diagnósticos que permiten clasificar el dolor neuropático en definitivo, probable o posible2 (Tabla 9-1). El dolor neuropático puede ser central o periférico, dependiendo de la localización de la lesión. Sin embargo, cada día es más evidente, que esta diferenciación no es tan clara en los mecanismos fisiopatológicos, tanto periféMovilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 173 13/02/13 10:01 174 Movilización neuromeníngea Tabla 9‑1 Criterios de evaluación del dolor neuropático 1.Dolor con una distribución característica, neuroanatómicamente plausible 2.Historia sugestiva de una lesión o enfermedad relevante que afecte al sistema somatosensorial periférico o central 3.Demostración de una distribución característica y neuroanatómicamente plausible, con al menos una prueba confirmatoria 4.Demostración de una lesión o enfermedad relevante con al menos una prueba confirmatoria Clasificación de certeza para confirmar la presencia de dolor neuropático • Dolor neuropático definitivo: todos los criterios señalados • Dolor neuropático probable: 1 y 2, más 3 o 4 • Dolor neuropático posible: 1 y 2, sin evidencia confirmatoria para 3 o 4 Alerta: a) Una región que corresponde a un territorio de inervación periférica o la representación topográfica de una parte del cuerpo en el sistema nervioso central b) La lesión o enfermedad que se sospecha está asociada con dolor, incluyendo una relación temporal típica c) Como parte del examen neurológico, estas pruebas confirman la presencia de signos neurológicos, negativos o positivos, concordantes con la distribución del dolor. El examen clínico sensorial puede ser complementado con pruebas objetivas y de laboratorio para descubrir anormalidades subclínicas d) Como parte del examen neurológico, estas pruebas confirman el diagnóstico de la lesión o de la enfermedad sospechosa. Estas pruebas confirmatorias dependen de la lesión o enfermedad que está causando dolor neuropático ricos como centrales, que se desencadenan tras una lesión, ya sea del sistema nervioso periférico (SNP) o del sistema nervioso central (SNC). El primer problema que emerge a la hora de considerar un dolor como neuropático es su diferenciación frente a otros tipos de dolor. En teoría, el dolor neuropático debería ser fácilmente diferenciable, ya que los mecanismos fisiopatológicos que lo desencadenan son muy diferentes. Sin embargo, en la práctica, definir el dolor como neuropático presenta considerables dificultades por distintas razones. Los límites entre dolor neuropático, inflamatorio o nociceptivo no son, muchas veces, claros (Fig. 9-1). De hecho, muchos de los fenómenos que se desencadenan tras una irritación o lesión de un nervio periférico son de carácter nociceptivo inflamatorio. Ejemplo de ello es lo que podría denominarse como dolor somático neuropático, bautizado por Asbury y Fields3 como dolor troncular. Este tipo de dolor proveniente de un nervio es de carácter somático o nociceptivo inflamatorio ya que se produce como consecuencia de la estimulación de los nociceptores que inervan las cubiertas conjuntivas del nervio. Además, situaciones clínicas o patologías tan prevalentes como el dolor lumbar o cervical, las lesiones traumáticas o por sobrecarga pueden asociar un variable, pero a veces importante, componente neuropático. Otro problema que aparece con respecto al dolor neuropático es el de que las pruebas diagnósticas objetivas, en algunas ocasiones, son incapaces de confirmar o refutar con fiabilidad la hipótesis de lesión del sistema neural. Ejemplo de esta situación es el síndrome del desfiladero torácico más prevalente, el denominado no específico o presumiblemente neurogénico, en el que, debido a que la compresión sobre el tejido neural es intermitente y asociada al movimiento o la postura, raramente puede obtenerse una confirmación diagnóstica con estudios electrofisiológicos4 (Fig. 9-2). El dolor neuropático, como cualquier otro dolor, es un fenómeno intrínsecamente subjetivo que irrumpe en la vida del individuo, asocia respuestas emocionales, es sometido a su evaluación cognitiva y se escapa, por tanto, a cualquier intento de valoración objetiva. Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 174 13/02/13 10:01 Capítulo 9. Dolor neuropático crónico Nociceptivo 175 Fisiopatológico Nociceptivo InflamatorioNeuropático MM Figura 9-1. Los límites entre dolor neuropático, inflamatorio o nociceptivo. El dolor neuropático es un dolor «anormal», en comparación con el dolor nociceptivo. El dolor nociceptivo se desencadena por la estimulación de los nociceptores Aδ y C presentes en el tejido lesionado. El dolor neuropático, por el contrario, no implica necesariamente una lesión tisular. El dolor neuropático refleja, fundamentalmente, un fun- Desfiladero interescalénico Desfiladero retropectoral Desfiladero costoclavicular MM Figura 9-2. Síndrome del desfiladero torácico. cionamiento anómalo del sistema neural. Se trata, por tanto, de un dolor intrínsecamente disfuncional. El dolor neuropático crónico es un claro ejemplo de dolor paradójico e «inútil». Es paradójico porque la lesión de los nociceptores no disminuye su activación sino que, por el contrario, se manifiesta con un incremento de su excitabilidad y con su activación frente a estímulos inocuos. Es inútil ya que no refleja necesariamente una lesión en los tejidos, por lo que deja de tener una función protectora, como el dolor nociceptivo. El dolor neuropático periférico es la consecuencia de la lesión de los propios nociceptores, mientras que el dolor neuropático central es secundario a un procesamiento alterado en el SNC. Los síntomas que se asocian al dolor neuropático se derivan de cambios fisiopatológicos como el aumento de la hiperexcitabilidad eléctrica y el desarrollo de lugares de marcapasos ectópicos. Estos cambios son la consecuencia de una desmielinización segmentaria o de una axonopatía. Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 175 13/02/13 10:01 176 Movilización neuromeníngea Las manifestaciones del dolor neuropático son muy variadas, lo que corresponde a distintos mecanismos fisiopatológicos. El dolor es de carácter disestésico, quemante, de calambre profundo o de descarga eléctrica. El dolor puede ser continuo, evocado o espontáneo, suele percibirse superficialmente; puede ir acompañado de parestesias, hiperestesia y alodinia; presenta una alta irritabilidad, y puede asociarse a signos y síntomas de afectación de la conducción. Puede verse agravado por movimientos o posturas; los test de mecanosensibilidad, como los de la interfase o los neurodinámicos, pueden ser positivos; presenta en ocasiones un patrón antiálgico característico, son frecuentes los síntomas dependientes del sistema nervioso simpático (SNS), manifiestan una escasa respuesta a analgésicos simples y a antiinflamatorios no esteroideos, mejora con anticonvulsivantes y antidepresivos tricíclicos y su respuesta al tratamiento pasivo es muy variable (Tabla 9-2). Los síntomas negativos como hipoestesia, paresia, alteraciones autonómicas se pueden dar en una intensidad variable dependiendo de la gravedad de la lesión nerviosa. Los síntomas positivos como hiperalgesia cutánea, dolor urente espontáneo, alodinia, etc. son muchas veces desconcertantes para el paciente ya que, o no parecen guardar relación con los estímulos que los desencadenan o se experimentan sin estímulo previo. Esta distorsión de la información somatosensorial la experimenta el sujeto como intensamente desagradable. El dolor neuropático es uno de los más complejos que existen, tanto por su fisiopatología como por su tratamiento, y evoluciona, en muchas ocasiones, a un dolor crónico cuyo abordaje terapéutico supone un considerable reto para el clínico. JJ DOLOR CRÓNICO: ASPECTOS CONCEPTUALES El dolor crónico es definido por la IASP como el que persiste más allá de su tiempo Tabla 9‑2 Características del dolor neuropático disestésico Muy variables: Muy variables: carácter disestésico Dolor quemante, de calambre profundo o de descarga eléctrica Dolor continuo, evocado o espontáneo Dolor superficial Parestesias Hiperestesia y alodinia Alta irritabilidad Puede asociarse a signos y síntomas de afectación de la conducción Provocado con movimientos o posturas Test de mecanosensibilidad: • Test de la interfase • Test neurodinámicos Patrón antiálgico característico Síntomas dependientes del sistema nervioso simpático Escasa respuesta a analgésicos simples y a antiinflamatorios no esteroideos. Mejora con anticonvulsivantes y antidepresivos tricíclicos Respuesta al tratamiento pasivo muy variable normal de curación.1 Por tanto, lo que define al dolor crónico no es sólo su carácter persistente, sino el hecho de que se mantenga a pesar de la completa curación de los tejidos. Es necesario primero diferenciar entre una entidad crónica que asocia dolor y un cuadro de dolor crónico. En el primer caso, los sujetos, a pesar del dolor, suelen llevar una vida sin grandes limitaciones. En el segundo caso, los pacientes frecuentemente desarrollan una discapacidad que limita sus actividades laborales y causa un gran impacto en sus relaciones afectivas y sociales. Estos últimos son refractarios a cualquier modalidad Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 176 13/02/13 10:01 Capítulo 9. Dolor neuropático crónico terapéutica, incluida la fisioterapia y dentro de esta también la terapia manual. Por tanto, lo que caracteriza al dolor crónico, no es que persista más de 3 meses, sino su carácter discapacitante. Lo que define a un dolor como crónico es su persistencia más allá de su tiempo normal de curación y su carácter discapacitante. Cabe señalar que las revisiones sistemáticas sobre la efectividad del tratamiento del dolor neuropático muestran que, excluyendo los síndromes de atrapamiento claramente definidos, tan solo se consigue un alivio de dolor de excelente a moderado en un tercio de los pacientes, independientemente de la patología subyacente.5 El dolor es una experiencia subjetiva compleja, construida por el SNC, que abarca la totalidad del individuo. El dolor, por tanto, no es exclusivamente una modalidad perceptiva sino que presenta múltiples facetas. Según la definición adoptada por la IASP se trata de «una experiencia desagradable sensitiva y emocional asociada a un daño real o potencial de los tejidos o descrita en términos de dicho daño».1 El dolor es una experiencia multidimensional que implica componentes sensoriales, emocionales y cognitivos, y está fuertemente influido por el aprendizaje y por el entorno social. El dolor es una experiencia multidimensional que implica componentes sensoriales, emocionales y cognitivos, y está fuertemente influido por el aprendizaje y por el entorno social. La experiencia del dolor es diversa en cada cultura, y dentro de ésta existen marcadas diferencias individuales. 177 Los factores sociales y culturales influyen en cómo los individuos perciben el dolor, responden a él y lo comunican a los profesionales de la salud y a otras personas. La experiencia del dolor es, así, diversa en cada cultura, y dentro de ésta existen marcadas diferencias individuales. Estas diferencias remiten a distintos significados atribuidos a esa experiencia. El dolor crónico constituye un importante problema por su trascendencia individual, económica y social. Sin embargo, se están empezando a desarrollar nuevas perspectivas terapéuticas gracias, por un lado, al desarrollo del modelo biopsicosocial de la enfermedad donde el dolor se considera el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales, y, por otro, a los avances de la neurociencia en el campo del dolor que justifican un abordaje multidimensional. JJ DOLOR CRÓNICO Y MODELO PATOANATÓMICO El dolor crónico, independientemente de su etiología, se está convirtiendo en un grave problema sanitario en los países occidentales. La prevalencia en los países industrializados está adquiriendo proporciones epidémicas, a pesar del considerable incremento de los recursos terapéuticos en estas últimas décadas. El dolor agudo cumple una función biológica útil, al servir de señal de alarma que previene del daño a los tejidos y, en el caso de que la lesión ya se haya producido, promover los procesos de curación, induciendo conductas que limitan el movimiento o la carga. Por tanto, el dolor agudo tiene como función primordial provocar una modificación en las conductas del individuo. En pacientes con dolor crónico, éste ha perdido su función como sistema de alarma. Las conductas asociadas al dolor crónico en lugar de aliviarlo, por el contrario, lo amplifican y favorecen la discapacidad. Es evidente, entonces, que todo abordaje del dolor crónico debe dirigirse a estas conductas disfuncionales que promueven la discapacidad. Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 177 13/02/13 10:01 178 Movilización neuromeníngea El dolor es un mal informador de la salud del cuerpo. Aunque el paradigma biomédico ha considerado que el dolor es un sistema que avisa de que se está produciendo un daño en los tejidos, son muchas las patologías graves que cursan sin ningún dolor. De la misma forma, muchos sujetos sufren de un dolor crónico intratable y, sin embargo, no presentan ninguna disfunción o patología en sus tejidos. Este fenómeno paradójico, observado habitualmente en la práctica clínica, pone de manifiesto la incapacidad de un modelo basado en la lesión o patología de los tejidos para explicar el dolor crónico. El modelo patoanatómico considera al dolor como una percepción sensitiva generada en el SNC a partir de una lesión de los tejidos periféricos. Según este modelo, denominado por Haldeman6 el modelo patológico clásico, existe una correlación directa y lineal entre la gravedad del dolor y la magnitud de la lesión tisular. Sin embargo, esta correlación sólo se da en el dolor agudo y no necesariamente siempre. El modelo patoanatómico no puede dar explicación a la paradoja del dolor: muchos pacientes manifiestan dolores intensos con lesiones de escasa importancia, y por el contrario, pacientes con un gran deterioro patológico no refieren síntomas. Otra consecuencia negativa del paradigma biomédico es la diferenciación entre dolor orgánico y dolor psicógeno.7 De esta forma, se establecen dos categorías de pacientes: los que padecen un dolor orgánico (dolor real) y aquellos con un dolor psicógeno (dolor imaginario). Esta diferenciación es absolutamente inadecuada ya que el dolor supone la activación de áreas corticales y subcorticales específicas, entre ellas el área somatosensorial primaria y secundaria. Siempre que se activen estas áreas corticales el sujeto percibirá dolor, independientemente de que los mecanismos desencadenantes sean nociceptivos o de índole cognitivo o emocional. Desgraciadamente, esta diferenciación entre dolor orgánico y psicógeno sigue manteniéndose en la literatura médica actual y en la práctica clínica. La aportación del modelo biomédico ha sido determinante, fundamentalmente en el tratamiento de las enfermedades agudas. Sin embargo, su interés exclusivo en los factores biológicos es insuficiente para el tratamiento del dolor crónico. El dolor crónico se deriva de cambios neuroplásticos en el SNC, y además están implicados aspectos de índole psicosocial.8 Por eso, el tratamiento del dolor neuropático debe basarse tanto en los recientes avances en el campo de la fisiopatología del dolor como en el papel que desempeñan los distintos aspectos cognitivos, emocionales, conductuales y sociales en su cronificación.9 El tratamiento del dolor neuropático debe basarse tanto en los recientes avances en el campo de la fisiopatología del dolor como en el papel que desempeñan los distintos aspectos cognitivos, emocionales, conductuales y sociales en su cronificación. JJ FISIOPATOLOGÍA DEL DOLOR NEUROPÁTICO Es importante hacer una breve revisión de los mecanismos fisiopatológicos implicados en el dolor neuropático, por el hecho de que la mayoría de dolores neuropáticos son secuelas de la lesión nerviosa. El tratamiento del dolor neuropático no se debe dirigir a la causa de la lesión sino a los mecanismos que lo desencadenan. La fisiopatología del dolor neuropático es extremadamente compleja. Se han descrito múltiples mecanismos, tanto periféricos como centrales, que intervienen en el dolor neuropático. Previamente, cabe considerar al SNC como un sistema que opera en un estado constante de equilibrio entre excitación e inhibición, de forma que están claramente implicadas en este equilibrio las entradas aferentes de la periferia. La lesión del nervio Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 178 13/02/13 10:01 Capítulo 9. Dolor neuropático crónico periférico produce una importante alteración del equilibrio, lo que conduce a una excesiva actividad neuronal, y es éste el aspecto más característico del dolor neuropático. La afectación del SNP desencadena una cascada de fenómenos en múltiples aspectos: sistémicos, celulares y moleculares, iniciados por una irritación o lesión del nervio periférico y que progresan con cambios neuroplásticos medulares, en los núcleos troncoencefálicos, el tálamo y distintas estructuras corticales. La afectación del SNP desencadena una cascada de fenómenos en múltiples aspectos: sistémicos, celulares y moleculares, iniciados por una irritación o lesión del nervio periférico y que progresan con cambios neuroplásticos medulares, en los núcleos troncoencefálicos, el tálamo y distintas estructuras corticales. Los mecanismos desencadenantes de estos fenómenos a nivel central, que conducen a una sensibilización central, son numerosos e incluyen cambios en los neurotransmisores, alteración funcional de las conexiones excitatorias e inhibitorias, creación de nuevas conexiones y reorganización de los mapas corticales somatosensorial y motor, así como la modificación del patrón de respuesta de otras áreas corticales y subcorticales.10 Uno de los cambios corticales que se producen en situaciones de dolor crónico es la alteración de la representación propioceptiva en el área somatosensorial primaria (S1) de la parte del cuerpo donde el sujeto percibe el dolor.11 Estos profundos cambios en el procesamiento central se explican por la frecuente gravedad del dolor neuropático y por la modificación directa de las entradas aferentes al SNC. La sensibilización central tras una lesión puede determinar cambios funcionales adaptativos que no llegan a producir alteraciones permanentes en la funcionalidad neuronal. Estos 179 cambios desencadenan respuestas reflejas y conductas que promueven el alejamiento de los estímulos nocivos, evitando la agravación de la lesión. Sin embargo, pueden dar lugar a cambios maladaptativos responsables de síntomas crónicos como dolor, hiperpatía, disestesia y alodinia, así como alteración de los patrones motores, respuestas neuroendocrinas e inmunitarias que agravarán la situación clínica del paciente.10 Actualmente, además, la medicina se enfrenta al problema de que las técnicas de reparación quirúrgica del nervio periférico son incapaces de asegurar la completa recuperación sensorial y motora en pacientes adultos tras una lesión grave. De hecho, se considera que actualmente se ha alcanzado el límite en cuanto a las posibilidades de reparación quirúrgica del nervio.10,12 Los mecanismos que conducen a una sensibilización central son numerosos e incluyen cambios en los neurotransmisores, alteración funcional de las conexiones excitatorias e inhibitorias, creación de nuevas conexiones y reorganización de los mapas corticales somatosensorial y motor, así como la modificación del patrón de respuesta de otras áreas corticales y subcorticales. Es importante señalar que la amplificación y cronificación del dolor neuropático es bidireccional. Los cambios periféricos determinarán el desarrollo de cambios neuroplásticos centrales y, por otro lado, aspectos emocionales, cognitivos, etc. de la experiencia del dolor favorecerán tanto cambios centrales como periféricos. En estos momentos, por tanto, es evidente que son necesarias nuevas estrategias que simultáneamente promuevan la desensibilización periférica y que sean capaces de modular la reorganización central, con el objetivo de reducir el dolor y los demás síntomas Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 179 13/02/13 10:01 180 Movilización neuromeníngea desagradables secundarios a una lesión del tejido nervioso. Las posibilidades son muy amplias, aunque algunas de ellas están comenzando a desarrollarse en el momento actual. Estas estrategias pueden ir desde programas para mejorar la sensibilidad discriminativa, la reeducación en espejo y el entrenamiento de la lateralidad, hasta intervenciones cuyo objetivo es disminuir el impacto emocional del dolor a partir de una reestructuración cognitiva. JJ Dolor neuropático: mecanismos periféricos La lesión de un nervio periférico, como Devor13 explica en su magnífica revisión, en lugar de anular la señal como sucedería al cortar una línea de teléfono, desencadena paradójicamente una cascada de síntomas positivos como sensaciones espontáneas o evocadas anormales, disestesia, alodinia, hiperalgesia y dolor. El dolor neuropático periférico puede clasificarse a su vez en dos: dolor disestésico y dolor somático neuropático. Ambos se producen por mecanismos diferentes y pueden coexistir en un mismo individuo. El dolor neuropático periférico puede clasificarse en dos: dolor disestésico y dolor somático neuropático. El dolor disestésico es la consecuencia de cambios fisiopatológicos periféricos: la hiperexcitabilidad eléctrica y la generación de impulsos ectópicos como consecuencia de una desmielinización segmentaria o una axonopatía. El dolor somático neuropático se produce por un aumento en la actividad de los nociceptores responsables de la inervación de las cubiertas conjuntivas del nervio tras su sensibilización mecánica o química. El dolor disestésico es la consecuencia de cambios fisiopatológicos periféricos: la hiperexcitabilidad eléctrica y la generación de impulsos ectópicos. Estos cambios fisiopatológicos se producen fundamentalmente como consecuencia de dos situaciones: la desmielinización segmentaria y la axonopatía, que puede ir desde una alteración del transporte axonal a la axonotmesis. Estas distintas situaciones determinan el desarrollo de lugares de generación de impulsos ectópicos o lugares de marcapasos ectópicos en el tejido neural. En condiciones normales, los potenciales de acción que viajan por los aferentes primarios se originan exclusivamente en sus terminaciones periféricas. Los potenciales de acción son generados por la apertura de los canales iónicos presentes en las terminaciones neuronales. La lesión del aferente primario da lugar a la aparición de lugares de marcapasos ectópicos. Los impulsos que se desencadenan son ectópicos ya que no se originan en las terminaciones sensitivas periféricas sino en zonas del nervio cuya función es la transmisión de los mensajes electroquímicos. En estas zonas de marcapasos ectópicos se generan descargas espontáneas, tanto en sentido ortodrómico como antidrómico, debido al desarrollo anormal de canales iónicos en la membrana celular. Los lugares de marcapasos ectópicos determinan que el nervio periférico muestre un incremento en su excitabilidad ante estímulos mecánicos, térmicos y químicos. El cambio fisiopatológico más característico del dolor neuropático es el desarrollo de lugares de marcapasos ectópicos en el tejido neural, responsables del aumento de la excitabilidad neural y de la generación de descargas espontáneas. Como se ha señalado, los lugares de marcapasos ectópicos son zonas donde se Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 180 13/02/13 10:01 Capítulo 9. Dolor neuropático crónico desarrollan de forma anómala canales iónicos. En los axones normales, este desarrollo anómalo de canales iónicos no es posible en zonas recubiertas por mielina. De ahí que, para que se desarrollen lugares de marcapasos ectópicos, el nervio debe haber sufrido una desmielinización focal como consecuencia de una agresión mecánica o química. Los lugares de marcapasos ectópicos están presentes también en los neuromas, los brotes axonales en regeneración o en las estructuras desprovistas de mielina como el ganglio de la raíz dorsal (Fig. 9-3). Esta última es una estructura particularmente importante en el desarrollo del dolor neuropático. Por un lado, es exquisitamente mecanosensible y, por otro, es una zona particularmente importante en la generación de impulsos ectópicos tras una lesión del nervio periférico. Experimentos en los que se ha seccionado el nervio espinal cerca del ganglio de la raíz dorsal demuestran que el 75% de la actividad ectópica se produce en este ganglio y, sólo el 25%, en el neuroma.14 Esto explica por qué la anestesia local de los neuromas, en muchas ocasiones, no elimina el dolor neuropático. EL ganglio de la raíz dorsal es muy sensible a factores humorales y sustancias químicas, como la noradrenalina, porque a diferencia del resto del SNP, el ganglio de la raíz dorsal es muy permeable por carecer de barrera hematoneural. Éste es uno de los hechos que explican la agravación del dolor neuropático en situaciones de estrés o ansiedad. 181 El dolor disestésico se caracteriza por ser distinto a los dolores somáticos experimentados previamente por el paciente. El paciente muchas veces encuentra dificultades a la hora de referir las sensaciones que experimenta y suele describir su dolor como quemazón, calambre, frío intenso, «hormigas que recorren la piel», disparo, descargas eléctricas, etcétera. Los síntomas además pueden ser continuos o aparecer de forma espontánea lo que suele alarmar al paciente. Un fenómeno que también caracteriza al dolor neuropático, y que se deriva de la existencia de lugares de marcapasos ectópicos, es el de la descarga automantenida o pos descarga. Una fibra sensitiva normal descarga tras ser estimulada, y queda posteriormente en reposo. Sin embargo, las fibras nerviosas lesionadas pueden seguir descargando, y por tanto provocando síntomas, aunque haya cesado el estímulo desencadenante. De forma que una mínima estimulación es capaz de desencadenar una explosión de disparos desproporcionadamente intensa y prolongada. Otros síntomas que frecuentemente acompañan al dolor neuropático son la intolerancia y la alodinia al frío. Estos síntomas se producen por una alteración del patrón de descarga de despolarización de las fibras lesionadas en respuesta a cambios en la temperatura ambiental. Un incremento de la temperatura aumenta el patrón de descarga espontánea en las fibras mielinizadas, mientras que su disminución aumenta las descargas en las fibras amielínicas.13 1 MM Figura 9-3. Zonas de descarga ectópicas (1). Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 181 13/02/13 10:01 182 Movilización neuromeníngea Otras situaciones que pueden amplificar el patrón de respuesta neuronal son la isquemia y la hipoxia tisular, la alteración en la concentración de iones y numerosas sustancias endógenas neuroactivas como catecolaminas, adenosín trifosfato (ATP), óxido nítrico, péptidos, citocinas, neurotrofinas, histamina, bradicinina, prostaglandinas y otros mediadores de la inflamación. Uno de los aspectos que interesa señalar para entender la semiología de las lesiones o patologías del tejido neural es la relación entre actividad simpática y dolor neuropático. En condiciones normales, la actividad del sistema nervioso simpático no tiene efecto sobre las neuronas aferentes primarias. Sin embargo, tras la lesión nerviosa se produce una proliferación de brotes axonales noradrenérgicos en el ganglio de la raíz dorsal o alrededor de las fibras dañadas. De esta forma, la actividad simpática mantiene y amplifica el dolor neuropático, es el llamado dolor mantenido simpáticamente. Como se ha comentado previamente, el dolor neuropático se deriva de un aumento del número de canales iónicos, pero, además se producen cambios en su tipología. En los axones con focos de desmielinización o en los neuromas, se ha demostrado el desarrollo de canales noradrenérgicos, que pueden aumentar la excitabilidad de la neurona y que ésta dispare en situaciones de aumento de la noradrenalina u otras catecolaminas circulantes. Por tanto, esta relación simpáticoaferente produce una elevación de las descargas ectópicas en los lugares de lesión axonal así como en el soma neuronal, tanto por aumento de la actividad simpática como por el exceso de noradrenalina circulante (Fig. 9-4). La relación simpático-aferente es responsable de respuestas dolorosas exageradas ante estímulos como el frío y el calor y al aumento del dolor en situaciones de estrés emocional. El disparo ectópico sostenido no sólo puede ser causa de dolor sino de los cambios tróficos en los tejidos y el edema que caracterizan al síndrome de dolor regional complejo de tipo II. Un fenómeno amplificador de los síntomas neuropáticos y que puede favorecer la cronificación del dolor es la excitación cruzada. En condiciones normales, la transmisión de un potencial de acción a lo largo de un aferente no tiene efectos sobre los aferentes situados en su proximidad, ya que las fibras están aisladas eléctricamente entre sí. Sin embargo, cuando las neuronas periféricas se lesionan pueden provocar la excitación de neuronas vecinas intactas por medios eléctricos y no eléctricos, sin necesitar la acción de un neurotransmisor. Este mecanismo, llamado de excitación cruzada o transmisión efáptica, puede producirse si la mielina se ha perdido Neurona aferente Neurona simpática posganglionar Neurona simpática preganglionar Catecolaminas MM Figura 9-4. Relación simpático-aferente. Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 182 13/02/13 10:01 Capítulo 9. Dolor neuropático crónico 183 Excitación cruzada MM Figura 9-5. Excitación cruzada o transmisión efáptica. y los axones se encuentran próximos entre sí, en neuromas y en las terminaciones en regeneración (Fig. 9-5). Las fibras entre las que se produce esta excitación cruzada con frecuencia son de distintos tipos. De esta forma, la estimulación nociceptiva puede ser transmitida por un aferente Aβ, el denominado dolor Aβ, lo que es uno de los fenómenos responsables de la alodinia táctil. Así mismo, cuando existe un contacto estrecho entre muchas fibras, la descarga de una de ellas puede activar al resto, lo que puede desencadenar un dolor instantáneo paroxístico. Una fructífera área de estudio es el papel del sistema inmunitario en el dolor neuropático. La lesión de un aferente, así como la presencia de ciertas sustancias en la proximidad de un nervio, pone en marcha un proceso inflamatorio que desencadena la producción y liberación de sustancias algogénicas por los macrófagos, neutrófilos y células de Schwann. Entre estas sustancias destacan las citocinas proinflamatorias, como las interleucinas 1 (IL-1) y 6 (IL-6) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), que tienen un importante efecto neurotóxico.15 Incluso un nervio no lesionado puede llegar a sensibilizarse en presencia de estas citocinas.16 Un ejemplo del papel del sistema inmune en el dolor neuropático son los fenómenos que acontecen cuando se produce una hernia de disco intervertebral. Hasta épocas recientes, se consideraba que el mecanismo fisiopatológico del dolor radicular derivaba directamente de la compresión y de la deformación mecánica de las raíces por la protrusión del disco. Sin embargo, actualmente se sabe que no existe una correlación directa entre la cantidad de material extruido y la gravedad del dolor. Una hernia discal extruida de tamaño muy reducido es capaz de provocar un dolor y un deterioro estructural de las raíces tan importante como una hernia discal de gran tamaño, lo que indica que la compresión mecánica por sí misma no es el único mecanismo que subyace tras el dolor. Estas observaciones coinciden con estudios experimentales en los que se demuestra que sólo el contacto del núcleo pulposo con la raíz nerviosa, sin que medie ningún mecanismo de compresión, es capaz de alterar la velocidad de conducción y generar cambios histológicos en las células de Schwann idénticos a los observados en la hernia discal humana.17 De estos estudios se concluye que la compresión nerviosa, aunque se relacione con el dolor radicular, no es el aspecto más importante en los cambios que sufre el complejo radicular. La investigación de estos últimos años ha puesto de manifiesto que el dolor radicular y la radiculopatía están en relación con las propiedades neurotóxicas del material nuclear. La aplicación Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 183 13/02/13 10:01 184 Movilización neuromeníngea experimental en el espacio epidural de núcleo pulposo autólogo induce una reacción inflamatoria así como cambios estructurales y funcionales en las raíces nerviosas y en el ganglio de la raíz dorsal. El núcleo pulposo tiene efectos tóxicos directos sobre los axones y bloquea el crecimiento axonal. La acción neurotóxica del núcleo pulposo puede producirse con una mínima fisura del anillo externo, sin que se evidencie en la resonancia magnética, ni quirúrgicamente, material nuclear extruido.18 El dolor radicular y la radiculopatía por una hernia de disco son la consecuencia, por tanto, de la acción neurotóxica de citocinas proinflamatorias que se liberan cuando el núcleo pulposo extruido entra en contacto con el tejido radicular. El núcleo pulposo extruido produce sustancias neurotóxicas como fosfolipasa A2, óxido nítrico, prostaglandina E, IL-6 y metaloproteasas. El TNF-α parece ser el principal responsable de los efectos neurotóxicos del núcleo pulposo sobre las raíces nerviosas.19 Es el fenómeno de yo/No-Yo: el cuerpo no reconoce como propio el núcleo pulposo. Toda esta respuesta inmune, por un lado, provoca una lesión grave del tejido neural pero, por otro lado, conduce a la regresión espontánea de la hernia. Aunque inicialmente se pensaba que este fenómeno era excepcional, hoy se sabe que en realidad se corresponde con la historia natural del disco herniado. Muchos trabajos, en estos últimos años, han venido a demostrar que la hernia discal, gracias a esta respuesta inmune, evoluciona hacia su progresiva desaparición.20 Como conclusión, los mecanismos periféricos del dolor neuropático disestésico son la consecuencia del desarrollo de lugares de marcapasos ectópicos en el axón o en el ganglio de la raíz dorsal, por lesión directa o en respuesta a una situación inflamatoria propia del nervio o por difusión de agentes inflamatorios procedentes de los tejidos blandos lesionados cercanos. El nervio, a causa del desarrollo de lugares de marcapasos ectópi- cos, muestra una sensibilización aumentada a diferentes tipos de estímulos. Éstos pueden ser mecánicos como la compresión o el estiramiento, o químicos, como consecuencia de isquemia, por la presencia de mediadores de la inflamación o neurotransmisores como la noradrenalina. Esta sensibilización aumentada explica el comportamiento del dolor neuropático. Dolor somático neuropático. Los mecanismos revisados hasta ahora corresponden al dolor neuropático característico. Sin embargo, la lesión de los nociceptores puede manifestarse por el desarrollo de un dolor somático referido de estos mismos nociceptores periféricos. Es el dolor que he querido denominar como dolor somático neuropático. El dolor somático neuropático se caracteriza por ser de carácter sordo y profundo, en ocasiones en el trayecto del nervio; es frecuente el dolor referido y se asocia a respuesta muscular. Los test de mecanosensibilidad suelen ser positivos así como el patrón antiálgico, y su irritabilidad es variable (Tabla 9-3). Este dolor se produce por un aumento en la actividad de los nociceptores responsables de la inervación de las cubiertas conectivas del nervio, tras su sensibilización mecánica o química.3 Los aferentes sensitivos del nervio, los nervi nervorum, son fundamentalmente fibras C Tabla 9‑3 Características del dolor somático neuropático Dolor sordo y profundo, en ocasiones en el trayecto del nervio Dolor referido Se asocia a respuesta muscula Test de mecanosensibilidad: • Test de la interfase • Test neurodinámicos Patrón antiálgico Irritabilidad variable Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 184 13/02/13 10:01 Capítulo 9. Dolor neuropático crónico amielínicas, que responden a estímulos intensos de tipo térmico, mecánico y químico. Las fibras C son capaces de liberar de forma antidrómica en el tejido, neuropéptidos como la sustancia P, el péptido relacionado genéticamente con la calcitonina, etc., que desempeñan un papel fundamental en la generación de la respuesta inflamatoria. Estos péptidos se liberan durante la excitación de la terminación nerviosa e influencian el tejido alrededor del receptor, así como receptores vecinos que inervan otros tejidos que no han sufrido lesión. Esto significa que un nociceptor periférico no es únicamente un sensor pasivo del estímulo doloroso, sino que de forma activa, liberando neuropéptidos, influye y modifica el medio interno. La activación de las fibras C con la consiguiente liberación de sustancia P y péptido relacionado genéticamente con la calcitonina, junto con las distintas sustancias algogénicas como la bradicinina, histamina y prostaglandinas que forman parte de la «sopa inflamatoria», son las responsables de la denominada inflamación neurogénica. La inflamación neurogénica amplifica el fenómeno nociceptivo estimulando un mayor número de nociceptores y aumentando su sensibilidad mecánica. Éste es el fenómeno denominado sensibilización periférica. Por tanto, una agresión mecánica o química de las cubiertas conjuntivas del nervio periférico es capaz de desencadenar un fenómeno de inflamación neurogénica local. La mecanosensibilidad del nervio periférico sin que éste presente un daño axonal, características del dolor somático neuropático, puede ser debida a este proceso de inflamación neurogénica mediado por los nervi nervorum. El dolor tiene un carácter profundo, sordo y que empeora con el movimiento, el estiramiento o la palpación. El tronco nervioso se comporta como un nociceptor sensibilizado que genera impulsos en respuesta a estímulos mecánicos de baja intensidad. La respuesta inflamatoria tras la irritación o lesión de las cubiertas del nervio periférico 185 puede dar lugar a la activación de los denominados nociceptores «durmientes».21 Éstos son aferentes primarios amielínicos que normalmente están inactivos en los tejidos sanos y no responden a estímulos mecánicos y térmicos. Sin embargo, son sensibles químicamente a los diferentes compuestos algésicos que se liberan durante el proceso inflamatorio, que tiene lugar después de una lesión tisular. Al entrar en contacto con estos compuestos químicos, estas neuronas adquieren la capacidad de responder a la estimulación mecánica, y se amplifica la estimulación nociceptiva que alcanza al SNC, lo que contribuye al proceso de sensibilización central. JJ Dolor neuropático crónico: mecanismos centrales Los mecanismos centrales implicados en el dolor neuropático son múltiples y se producen a nivel espinal, en los núcleos tronco­ encefálicos, talámicos, los ganglios basales y el córtex cerebral. Entre ellos podemos mencionar sensibilización y activación permanente de las neuronas nociceptivas de segundo orden, cambios en las concentraciones de neurotransmisores y receptores (cambios génicos), incremento del número de sinapsis y activación de sinapsis colaterales, potenciación a largo plazo, wind up, apoptosis de las interneuronas inhibidoras y su disminución gabaérgica, sprouting Aβ en lámina II, activación de la glía, reorganización de los mapas corticales somatosensorial y motor, y modificación del patrón de respuesta de áreas corticales y subcorticales. Las neuronas nociceptivas de segundo orden se localizan fundamentalmente en las láminas I y II del asta posterior medular. Hacen sinapsis con fibras Aδ y C y pueden clasificarse en dos grupos: las neuronas nociceptivas específicas, que responden solamente a estímulos nocivos, y las neuronas de amplio rango dinámico, que pueden responder tanto a estímulos mecánicos nocivos como no nocivos, en un amplio rango de intensidades. Las láminas Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 185 13/02/13 10:01 186 Movilización neuromeníngea III y IV contienen neuronas que responden a estímulos no nocivos procedentes de fibras Aβ. Las neuronas de la lámina V son, básicamente, neuronas de amplio rango dinámico que responden a la activación tanto de fibras nociceptivas (Aδ y C) como no nociceptivas (Aβ). La activación de las neuronas nociceptivas de segundo orden en el asta posterior se produce tras la liberación de neurotransmisores por los aferentes primarios. Los principales neurotransmisores responsables de este proceso son el glutamato, la sustancia P y el factor neurotrópico derivado del cerebro. El glutamato se une a los receptores ácido α-amino3-hidroxi-5-metil-4-isoxazolpropiónico (AMPA) y N-metil-d-aspartato (NMDA), la sustancia P al receptor de la neurocinina 1 y el factor neurotrópico derivado del cerebro al de la tirosinacinasa. La sustancia P tiene una gran capacidad de difusión, por lo que puede ejercer una potente influencia en muchas neuronas postsinápticas del asta posterior. El hecho de que los valores de péptidos estén significativamente elevados en situaciones de dolor crónico, sugiere que éstos contribuyen al aumento de la excitabilidad de las neuro- nas del asta posterior, así como al carácter no localizado de muchos estados dolorosos.22 La activación ectópica de los aferentes primarios en el lugar de la lesión del tronco nervioso o en el ganglio de la raíz posterior puede llevar a una activación permanente de las neuronas nociceptivas de segundo orden. La activación continuada de estas neuronas constituye uno de los mecanismos responsables de la sensibilización central a nivel espinal, y se expresa clínicamente en forma de alodinia e hiperalgesia secundaria (Fig. 9-6). Estos fenómenos están provocados por una disminución del umbral de respuesta de los nociceptores secundarios, un incremento del número de sinapsis y modificaciones en la expresión génica de estos nociceptores. Los cambios genéticos secundarios a una lesión nerviosa periférica también modifican la síntesis de neurotrasmisores así como aumentan la densidad de canales iónicos en las neuronas de la médula espinal. Los neuropéptidos como la sustancia P, el péptido relacionado genéticamente con la calcitonina, el neuropéptido Y y el factor neurotrófico derivado del cerebro liberados de forma anómala por los aferentes primarios tras una lesión Rama descendente Ganglio de la raíz dorsal Rama ascendente Conexiones colaterales inactivas Conexiones colaterales activas Nociceptor muscular MM Figura 9-6. Relación sináptica activa y silente del aferente primario con las neuronas nociceptivas de segundo orden en el asta posterior. Adaptado de Rafael Torres. La Columna cervical: Evaluación clínica y aproximaciones terapéuticas. Madrid: Editorial Médica Panamericana, 2008. Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 186 13/02/13 10:01 Capítulo 9. Dolor neuropático crónico 187 Articulación cigapofisaria Músculo MM Figura 9-7. Apertura de sinapsis colaterales inactivas o «silentes». Esto provoca una expansión del área diana de esa estructura en la médula. Adaptado de Rafael Torres. La columna cervical: Evaluación clínica y aproximaciones terapéuticas. Madrid: Editorial Médica Panamericana, 2008. nerviosa pueden provocar el crecimiento de brotes axonales y, por tanto, contribuir a los cambios a largo plazo en la excitabilidad de las neuronas del asta posterior que se asocian a la sensibilización central. Desde hace décadas se sabe que la pérdida parcial o total de las entradas sensitivas por lesión nerviosa periférica, la desaferentación, en lugar de disminuir la sensibilidad y eliminar la posibilidad de percibir dolor, desencadena paradójicamente dolor en la zona desnervada. Este dolor por desaferentación se debe a un incremento de la actividad espontánea en las neuronas del asta dorsal así como a la expansión de sus campos receptivos. El mecanismo fundamental que subyace a la desaferentación es la alteración del funcionamiento de las neuronas de segundo orden en el asta posterior como consecuencia de la alteración de la fisiología de las neuronas periféricas. La lesión de los aferentes primarios induce, igualmente, la modificación de un significativo número de genes en las neuronas de la médula espinal,23 de forma que éstas alimentan su actividad, lo que contribuye al mantenimiento de dolor neuropático. Un modelo que explica en parte el fenómeno de la amplificación o extensión de la respuesta dolorosa así como su cronificación, y que es una de las hipótesis actuales de dolor referido, es el modelo dinámico del dolor descrito por Mense. Este modelo explicaría algunas características de dolor crónico tanto somático como neuropático. Según Mense,24 uno de los cambios que se producen en el asta posterior responsable de la amplificación y difusión de la respuesta dolorosa está en relación con la existencia de una red compleja de conexiones sinápticas colaterales para cada aferente primario, en múltiples neuronas del asta posterior localizadas en distintos segmentos medulares. La mayoría de estas conexiones están inactivas, y se activan tras una estimulación intensa de los nociceptores periféricos. Cuando la estimulación nociceptiva es intensa o se perpetúa, las neuronas del asta posterior medular sufren una sensibilización que determina la apertura de estas sinapsis colaterales inactivas o «silentes» (Fig. 9-7). Esto provoca una expansión del área diana de esa estructura en la médula. Cuando esta expansión alcanza neuronas sensitivas que inervan áreas periféricas distintas a la del tejido dañado, el paciente percibirá dolor en áreas alejadas del área del dolor inicial. Uno de los mecanismos que subyacen a los cambios en la conectividad de las neuronas en el asta posterior es la liberación Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 187 13/02/13 10:01 188 Movilización neuromeníngea de sustancias en dicha, como sustancia P y péptido relacionado genéticamente con la calcitonina así como aminoácidos excitadores como el glutamato o el aspartato. Estas sustancias, una vez liberadas, pueden difundirse a una distancia considerable y provocar la estimulación de neuronas pertenecientes a otros segmentos medulares distintos a los de la estructura donde se origina la estimulación nociceptiva, aumentando la eficacia sináptica y facilitando así la transmisión de impulsos nerviosos a través de conexiones previamente ineficaces. Este modelo dinámico explicaría algunos aspectos del dolor crónico tanto somático como neuropático, como la tendencia a adquirir un carácter más difuso y extenso con el tiempo y la naturaleza no estereotipada, individualizada y «aprendida» del dolor, ya que se percibe frecuentemente en zonas donde el sujeto ya lo ha experimentado anteriormente. Este último aspecto del dolor tiene un interés excepcional a la hora de entender muchos patrones de dolor «inexplicables» observados en la práctica clínica.25 Otros cambios responsables de la sensibilización central espinal son la potenciación a largo plazo y el fenómeno del wind-up. Estos fenómenos se producen por la acción del glutamato sobre los receptores NMDA. Las neu- ronas nociceptivas de segundo orden de amplio rango dinámico, tras una estimulación de alta intensidad o repetitiva por parte de las fibras C, sufren cambios funcionales duraderos y pueden llegar a activarse sin necesidad de estímulos procedentes de los aferentes primarios. Los receptores NMDA, normalmente, no participan en la transmisión del dolor; sin embargo, una liberación continuada de glutamato, produce una alteración en el funcionamiento interno de la neurona de segundo orden de amplio rango dinámico y lleva a la apertura de estos receptores. Cuando el glutamato es liberado por los aferentes primarios en la sinapsis, se fija a las neuronas nociceptivas de segundo orden, lo que desencadena su despolarización por la entrada de sodio en la célula. El receptor NMDA normalmente está bloqueado con un ion magnesio, de forma que el glutamato es incapaz de abrir este canal iónico. Sin embargo, una despolarización continuada, lleva a la eliminación del magnesio en los receptores NMDA y permite que el calcio entre en el citoplasma (Fig. 9-8). Los iones de calcio son segundos mensajeros que activan una multitud de enzimas intracelulares. Uno de sus muchos efectos es la fosforilación de los canales iónicos existentes en la membrana de la neurona postsináptica. La fosforilación determina que el receptor se Mg++ Receptor NMDA Ca++ Na+ Na+ Na+ Na+ MM Figura 9-8. Potenciación a largo plazo y wind up. Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 188 13/02/13 10:01 Capítulo 9. Dolor neuropático crónico mantenga abierto durante más tiempo, impidiendo que el magnesio vuelva a cerrar el canal. A largo plazo, la expresión genética en el núcleo de la neurona se modifica, lo que conlleva una síntesis de nuevos canales iónicos. La neurona, así sensibilizada, se transforma en hiperexcitable tanto a estímulos dolorosos como también a estímulos indoloros. Otro efecto que provoca el aumento de la concentración intracelular de iones de calcio es la producción de óxido nítrico. Este gas tiene una gran capacidad de difusión, por lo que, además de estimular neuronas adyacentes, es capaz de activar células gliales y del sistema inmune, aumentando la síntesis de citocinas que, a su vez, favorecerán la sensibilización central. Todos estos fenómenos llevan a que las neuronas de segundo orden se transformen en hiperexcitables y expresen respuestas amplificadas, tanto a estímulos dolorosos como normales. La sensibilización central mantiene la actividad de las neuronas nociceptivas de segundo orden incluso tras la curación de la lesión periférica y sin necesidad, por tanto, de un estímulo nociceptivo. Las lesiones de los nervios periféricos también producen cambios en las interneuronas inhibidoras. Es importante recordar que la actividad de las neuronas nociceptivas de segundo orden en el asta posterior medular depende del equilibrio entre la actividad de los aferentes primarios y la acción inhibidora de las interneuronas inhibidoras y de las del sistema modulador descendente. Uno de los cambios secundarios a la lesión de los aferentes primarios es la muerte celular por apoptosis de la interneuronas inhibidoras del asta posterior. La apoptosis se atribuye a un fenómeno de excitotoxicidad por hiperexcitación neuronal.26 Una activación intensa y prolongada de las interneuronas inhibidoras puede hacer que el cuerpo neuronal libere una cantidad excesiva de enzimas, algunas neurotóxicas, lo que lleva a la propia apoptosis celular. Como resultado de este proceso, el asta posterior queda desprovista de inter- 189 neuronas inhibidoras lo que desencadena la hiperactividad y desinhibición crónica de las neuronas nociceptivas (Fig. 9-9). Como se ha señalado anteriormente, las fibras Aδ y C hacen sinapsis fundamentalmente en las láminas I y II del asta posterior. Las fibras Aβ hacen sinapsis en láminas más profundas (III-V). La lesión axonal de las fibras C puede conducir a su muerte celular. Cuando esto ocurre, el espacio dedicado a sus terminales en la lámina II es ocupado por los terminales de las fibras Aβ que, normalmente, finalizan en las láminas próximas más profundas.27 Esto determina que estímulos no nociceptivos activen las neuronas nociceptivas de segundo orden, siendo éste uno de los mecanismos que explican el fenómeno de la alodinia (Fig. 9-10). Hay que tomar en consideración que una de las principales causas de sufrimiento en los pacientes con dolor neuropático, además del dolor, es la alodinia al tacto. La alodinia al tacto no se deriva de la sensibilización de los nociceptores, sino del aumento de actividad de los aferentes Aβ mecanorreceptores de bajo umbral, como consecuencia de la sensibilización central. La sensibilización central determina dolor como consecuencia de la activación de los aferentes táctiles Aβ y de su actividad ectópica espontánea. Además del crecimiento de brotes axonales de las fibras Aβ en el asta posterior, ya (a) MM Figura 9-9. Apoptosis de interneuronas inhibidoras (a) consecuencia de un fenómeno de excitotoxicidad por hiperexcitación neuronal. Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 189 13/02/13 10:01 190 Movilización neuromeníngea Aβ Fibra C (1) MM Figura 9-10. Tras la muerte de una fibra C, el espacio libre será colonizado por brotes axonales de fibras Aβ(1). comentado anteriormente, otro de los mecanismos que desencadena la alodinia se deriva de que las fibras Aβ lesionadas o que sufren una inflamación grave liberan distintos neuropéptidos en el asta posterior, lo que activa las neuronas nociceptivas de segundo orden. En estos últimos años se ha investigado el papel de las células gliales, fundamentalmente los astrocitos y la microglía, en el dolor neuropático, así como en otras situaciones de dolor crónico. Previamente se consideraba que su misión fundamental era la de servir como células de soporte de las neuronas. Sin embargo, cada vez se cuenta con una mayor evidencia de que las células gliales participan activamente en la integración de la informa- Células gliales ción neural, modulan la actividad sináptica y se comunican de distintas formas con neuronas.28 Se ha demostrado que las células gliales espinales sintetizan y liberan numerosos neurotransmisores tanto al espacio extracelular como a la sinapsis.29 Por tanto, la glía posee algunas de las mismas características que las neuronas y están implicadas en la amplificación y cronificación del dolor neuropático central.30 Además liberan también citocinas proinflamatorias (TNF-α, IL-1, IL-6), que, como se comentó previamente, desempeñan un importante papel en el dolor neuropático crónico, y contribuyen a la alodinia e hiperalgesia, y amplifican la sensibilización central (Fig. 9-11). Una situación clínica que puede derivarse de la activación de la glía tras una lesión del nervio periférico es el «dolor en espejo». Este tipo de dolor significa que una lesión en un lado del cuerpo puede determinar dolor en la misma región del otro lado, aunque habitualmente de menor intensidad. Los estudios sobre el dolor en espejo comenzaron hace 20 años con Rotshenker.31 Este autor observó en animales de experimentación que, tras la sección de un nervio motor y la posterior degeneración de la unión neuromuscular, había claros signos de crecimiento de brotes axonales en los músculos contralaterales intactos, acompañándose, además, de un aumento de la liberación de neurotransmisores. Células gliales MM Figura 9-11. Contribución de las células gliales a la alodinia e hiperalgesia y amplificando la sensibilización central. Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 190 13/02/13 10:01 Capítulo 9. Dolor neuropático crónico MM Figura 9-12. La activación de la glía tras una lesión del nervio periférico puede dar lugar a un «dolor en espejo». Posteriormente comenzó a observarse que en situaciones de dolor en espejo se producía una proliferación de la microglía. La hipótesis actual de esta situación clínica considera que es secundaria a la activación de la glía y la liberación consiguiente de citocinas proinflamatorias y neurotransmisores espinales que son capaces de activar las neuronas del asta posterior del lado contralateral32 (Fig. 9-12). JJ Cambios neuroplásticos supraspinales Las lesiones nerviosas periféricas conducen a profundos cambios neuroplásticos supraspinales. El desarrollo de técnicas de neuroimagen funcional, como la magnetoencefalografía, electroencefalografía de alta resolución, la tomografía por emisión de positrones (PET) o la resonancia magnética funcional (RMf), que permiten observar la activación de las estructuras encefálicas, ha supuesto una revolución en el estudio del dolor crónico. Se han llevado a cabo muchos estudios con 191 técnicas de neuroimagen, principalmente en la corteza somatosensorial y motora primaria dada la extensión de su superficie, accesibilidad y su organización somatotópica.10 Los cambios en el área somatosensorial implican una reorganización anómala en la representación cortical, en el área del cuerpo virtual correspondiente a la región corporal donde el paciente percibe el dolor. Cabe recordar que cualquier información sensorial, incluyendo el dolor, se procesa finalmente en el corteza somatosensorial primaria (S1). Esta parte del cerebro está organizada en mapas que representan punto por punto las distintas partes del cuerpo y su respectiva localización anatómica en el córtex.33 Estos mapas sufren modificaciones a lo largo de la vida en respuesta a las lesiones así como a nuevas experiencias sensoriales. JJ Reorganización de la corteza somatosensorial El fenómeno de reorganización cortical en S1 fue descrito por Ramachandran et al.34 en pacientes amputados, en los que la estimulación de ciertas áreas de la cara podía evocar sensaciones en el miembro superior ausente. Así, tras la amputación de un miembro, las zonas adyacentes al territorio que representa este miembro se expanden en ese espacio ahora vacante en S1. También se demostró una correlación entre reorganización cortical y dolor de miembro fantasma.35 La reorganización de la corteza somatosensorial también se ha estudiado gracias a intervenciones que provocan una interrupción o modificación de las entradas sensoriales, como los bloqueos nerviosos o nervios que no han sido reparados quirúrgicamente. La desaferentación secundaria a la sección de un nervio provoca inmediatamente y de forma progresiva cambios plásticos en las áreas de representación cortical correspondientes, así como en áreas vecinas.10 De esta forma, una lesión nerviosa periférica resulta en una pérdida de la actividad evocada en su correspondiente área Movilización Neuromeníngea. ©2013. Editorial Médica Panamericana. Zamorano. 09_CAP_ZAMORANO OK.indd 191 13/02/13 10:01