¡Valle de Preguntas! CAMINOS DE MISERICORDIA Enero 2016 1. En la etapa de las preguntas Si un niño te sorprende con cuatrocientas preguntas diarias del tipo 'por qué moja el agua', no hay duda de que ha entrado en la etapa de las preguntas. Quiere saberlo todo y no admite un no por respuesta. Vivir en la etapa de las preguntas es estar vivo. La misericordia es la pregunta continua sobre la vida: ¿por qué necesitamos ser amados? ¿Por qué escasea el amor? ¿Por qué sobre el amor se asienta la vida? Vivir en las preguntas de la misericordia… 2. ¿Por qué no me preguntáis? “Ahora me marcho con el que me envió, pero ninguno de vosotros me pregunta a dónde me marcho. Eso sí, lo que os he dicho os ha llenado de tristeza” (Jn 16,5-6). Los discípulos no preguntan porque la tristeza les ha invadido. La tristeza es la gran enemiga de las preguntas y también lo es de la misericordia. Desde la tristeza no pueden brotar las preguntas de la misericordia. 3. El valor de las preguntas ¿Es paz la paz de la paloma? ¿El leopardo hace la guerra? ¿Por qué enseña el profesor la geografía de la muerte? ¿A quién le puedo preguntar qué vine a hacer en este mundo? ¿Por qué me muevo sin querer, por qué no puedo estar inmóvil? ¿Por qué en las épocas oscuras se escribe con tinta invisible? ¿Es verdad que en el hormiguero los sueños son obligatorios? ¿Y cómo saber cuál es Dios entre los dioses de Calcuta? Cuando el preso piensa en la luz, ¿es la misma que te ilumina? ¿Quién puede convencer al mar para que sea razonable? ¿Hay algo más triste en el mundo que un tren inmóvil en la lluvia? ¿Por qué no ataca el tiburón a las impávidas sirenas. Preguntas que más que buscar respuestas intentan buscar alivio. (B. Ramos) Para escuchar: ¿A dónde van? (Silvio Rodríguez) https://www.youtube.com/watch?v=OSUka5xbphk ¿Adónde van las palabras que no se quedaron? ¿Adónde van las miradas que un día partieron, acaso flotan eternas como prisioneras de un ventarrón o se acurrucan entre las rendijas buscando calor? ¿Acaso ruedan entre los cristales cual gotas de lluvia que quieren pasar ¿Acaso nunca vuelven a ser algo? ¿Acaso se van y adónde van, adónde van? ¿En que estarán convertidos mis viejos zapatos? ¿Adónde fueron a dar tantas hojas de un árbol? ¿Por dónde están las angustias que desde tus ojos rodaron por mí? ¿Dónde fueron mis palabras sucias de sangre de abril? ¿Adónde van ahora mismo estos cuerpos que pueden nunca dejar de alumbrar? ¿Acaso nunca vuelven a ser algo? ¿Acaso se van y adónde van, adónde van? ¿Adónde va lo común, lo de todos los días? El descalzarse en la puerta la mano amiga ¿Adónde va la sorpresa casi cotidiana del atardecer? ¿Dónde va el mantel de la mesa, el café de ayer? ¿Adónde van los pequeños terribles encantos que tiene el hogar? ¿Acaso nunca vuelven a ser algo? ¿Acaso se van y adónde van, adónde van? 4. No te canses de meditar Creo en la misericordia y no en el juicio, creo en el amor y no en el temor, creo en la felicidad y no en el pecado. Creer en la felicidad: No solamente desearla, sino creer en ella. Creer que es cauce de vida y de acercamiento a la verdad de la persona y a la verdad de Dios. Es algo más que el escueto “carpe diem” de quien tiene pocos horizontes. Se trata de sacar jugo a la vida, de exprimir las gotas o chorros de felicidad que contiene dentro. Se trata de mirar adentro de la realidad y disfrutar de la comunión, de la sintonía, de la familiaridad. ¿Cómo se va a pretender ofrecer un “credo” sin disfrute? ¿Cómo hablar y rememorar a Jesús sin brillo en los ojos, sin entusiasmo, sin gozo por él? Creer en la felicidad que se construye, que se elabora, no que te toca o no toca, como una lotería. Contribuir a la dicha, he ahí una hermosa aportación a la historia. 5. Preguntas de misericordia De qué fuente brotan las lágrimas… Quién consuela a los excluidos… Cuánta luz hace falta para iluminar lo oscuro… Qué caminos llevan al encuentro… Cuántas caricias necesita una herida antigua… A dónde van los amores perdidos… Cómo entrar en las noches de la soledad… Qué valor tiene la sonrisa de un humilde… 6. Mis Preguntas Hoy … "¡Cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios! A todos, creyentes y lejanos, pueda llegar el bálsamo de la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de nosotros" (MV 5). Franciscanas Hijas de la Misericordia Gobierno General Año Jubilar de la Misericordia