6 ACTIVIDADES REFUERZO 1. El lenguaje jurídico-administrativo Pese a que sus receptores no son expertos, el texto jurídico-administrativo emplea un lenguaje poco accesible que en muchas ocasiones entorpece la eficacia comunicativa. El siguiente pasaje reflexiona sobre esta cuestión. Léelo atentamente y responde a las cuestiones que se plantean. Lenguaje jurídico-administrativo y eficacia comunicativa Bajo la etiqueta de texto jurídico-administrativo caben clases muy diferentes de textos, por su extensión, estructura, por la dirección de la relación Administración / administrado, etcétera. Pero, en general, se puede atribuir a estos textos una naturaleza fundamentalmente preceptiva-informativa de la que deriva el tipo de léxico que utilizan y sus preferencias gramaticales (los imperativos y subjuntivos, las pasivas e impersonales, las formas no personales del verbo, la nominalización y la repetición, etcétera). El resultado suele ser un texto complejo y opaco, de difícil comprensión, que produce sensación de inseguridad en el usuario no especializado. Si se examina desde la perspectiva tradicional, este tipo de texto constituye un fracaso comunicativo, puesto que busca precisión, claridad, solemnidad y objetividad, y lo que consigue muchas veces es ambigüedad, imprecisión, oscuridad, redundancia, monotonía, prolijidad y máxima subjetividad (véase Sánchez Montero, 1966, para estas consideraciones). Conviene notar, no obstante, que no siempre se pueden atribuir los resultados sin más al tipo de texto: también la pericia o mediocridad del redactor ha de influir. Así, aunque el exceso de precisión y explicitud invita a la construcción de párrafos-frase con sus consiguientes anacolutos1 e incisos, existen textos jurídico-administrativos esmeradamente escritos. Curiosamente, los textos se vuelven más ininteligibles cuando intentan restringir los derechos del emisor y son, en cambio, más legibles cuando regulan efectivamente sus derechos […]. Puesto que este hecho no parece casual, estamos obligados a pensar que las intenciones del emisor regulan el texto resultante. 1 Cita otras preferencias gramaticales de los textos jurídico-administrativos, además de las que aclara Elena de Miguel en el primer párrafo. Si el texto jurídico-administrativo se analiza como el fruto de una intención, deja de constituir el aparente texto fallido que normalmente se considera que es. Antes al contrario, desde esa perspectiva sería un tipo de texto muy restrictivo, que logra un objetivo disuasorio sobre el receptor, al que domina. Un texto, en suma, que más que proteger al ciudadano, busca y logra acentuar la distancia con él por medio de un uso especial de la lengua estándar que le es ajeno. Así se entiende por qué el texto resulta más complejo, impreciso y opaco cuando se trata de regular o legislar el derecho del administrado y parece volverse más explícito y prolijo en los detalles cuando busca la protección del administrador —aunque también con resultados complejos y confusos—. Tanto si esta precisión se corresponde con una intención consciente por parte del redactor del texto jurídico-administrativo como si no, lo cierto es que el lector sufre restricciones en su comunicación, se siente muchas veces indefenso y, al menos, ve complicada su actuación. Parece, pues, evidente, que existe un elemento de control del discurso ejercido a través de recursos lingüísticos cuyo objetivo (o cuyo resultado no pretendido) es mantener al ciudadano al margen del discurso. Parece también evidente que convendría desactivar ese instrumento de control o al menos dominarlo en igualdad de condiciones. Elena DE MIGUEL «El texto jurídico-administrativo: análisis de una orden ministerial» en Revista de Lengua y Literatura españolas, vol. 1, n.º 1 1 anacoluto: falta de coherencia en la construcción sintáctica de los elementos de la oración. 4 Explica el contenido de los párrafos cuarto y quinto. ¿Por qué habla Elena de Miguel de control del discurso? 2 ¿Qué producen en el usuario no especializado estos usos particulares del lenguaje? 5 Señala las partes en la que se estructura el texto y explica qué relación guardan entre sí con el tema. 3 ¿Por qué constituirían estos textos un fracaso comunicativo? ¿Qué salvedad incluye la autora en el segundo y tercer párrafo? 6 Resume el contenido de este fragmento de El texto jurídico-administrativo: análisis de una orden ministerial. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Lengua castellana y Literatura 2.º Bachillerato 6 ACTIVIDADES REFUERZO 1. El lenguaje jurídico-administrativo S O L U C I O N E S D E 1 Además de las que menciona la autora, pueden citarse las siguientes preferencias gramaticales de los textos jurídico-administrativos: 쮿 Sintagmas nominales extensos. 쮿 Tercera persona del singular y primera del plural con valor impersonal. 쮿 Presente con valor atemporal y con valor de futuro. 쮿 Locuciones verbales. 쮿 Perífrasis verbales obligativas y de posibilidad. 쮿 Locuciones prepositivas. 쮿 Adjetivos denominales en -al y -ario. 쮿 Siglas. 쮿 Oraciones excesivamente largas y complejas, con predominio de la subordinación, de incisos, hipérbatos y discordancias. 2 Estas particularidades del lenguaje dificultan la comprensión del usuario no especializado. 3 Estos textos constituyen, por lo general, un fracaso comunicativo ya que, buscando precisión, claridad, solemnidad y objetividad, muchas veces provocan ambigüedad, imprecisión, oscuridad, redundancia, monotonía, prolijidad y máxima subjetividad. En el segundo párrafo, la autora, hace la salvedad de que estos resultados no deben atribuirse sin más a este tipo de textos, ya que dependen también de la impericia o mediocridad del redactor, puesto que existen textos jurídico-administrativos cuidadosamente escritos. 4 Si se considera que las características que dificultan la comprensión del texto jurídico-administrativo son intencionales, entonces dejaría de ser un texto fallido en su aspecto comunicativo, ya que cumpliría su objetivo © Oxford University Press España, S. A. L A S A C T I V I D A D E S de disuadir al lector, dominándolo y acentuando la distancia que existe entre ambos. La autora habla de control del discurso porque los recursos lingüísticos empleados, que perturban la comprensión de los usuarios, sitúan a la Administración en una situación de superioridad con respecto a los administrados, que quedan así marginados del discurso. 5 Las partes del texto van centrando el tema principal (la dificultad de los textos jurídico-administrativos) desde la definición general de en qué consisten ese tipo de textos y su grado de dificultad (primer párrafo), la constatación de que no todos los textos de este carácter son igual de opacos (segundo párrafo) y la afirmación de que los textos más difíciles de entender son los que regulan al administrado y los más fáciles los que protegen al administrador (tercer párrafo). Por tanto, puede decirse que la relación que guardan las tres partes del texto es que cada una de ellas deviene de la anterior y concreta más el punto central de la exposición, la tesis de la autora, que se da a conocer en el tercer párrafo después de haber sido correctamente introducida y enfocada en los dos anteriores. 6 RESPUESTA ORIENTATIVA. [El texto jurídico-administrativo tiene una naturaleza fundamentalmente preceptiva-informativa que lleva al empleo de un léxico y unas preferencias gramaticales especiales. Estos usos del lenguaje generan un texto complejo de difícil comprensión, lo que constituiría un fracaso comunicativo. Sin embargo, si se cree que esta dificultad es intencional, entonces dejaría de ser un texto fallido y se consideraría un discurso controlado que margina, conscientemente o no, a los administrados. Por tanto, sería conveniente desactivar este control del discurso o al menos dominarlo en igualdad de condiciones.] Lengua castellana y Literatura 2.º Bachillerato