Firmado digitalmente por CONTRACLAVE Nombre de reconocimiento (DN): CN = CONTRACLAVE, C = ES, O = PORTAL EDUCATIVO Y CULTURAL CONTRACLAVE Motivo: Soy el autor de este documento Ubicación: Región de Murcia Fecha: 2007.01.09 20:33:45 +01'00' TEMA IV: Construcción del estado liberal e intentos democratizadores © Rafael Montes Gutiérrez Profesor de Geografía e Historia 1. LA TORMENTOSA CARLISMO TRANSICIÓN AL LIBERALISMO: EL LA PRIMERA GUERRA CARLISTA Ante la minoría de edad de Isabel, María Cristina de Borbón inició su regencia 1833-40, concedió una amnistía en 1833 para buscar el apoyo liberal, aunque ella no fuese afín a los liberales, les necesitaba frente a los carlistas. El carlismo triunfó en Navarra, País Vasco, norte del Ebro y Maestrazgo. Siempre se ha dicho que el carlismo fue un conflicto entre la ciudad y el campo ya que las ciudades de zona carlista tras unos primeros instantes bajo el carlismo se pasaron al bando liberal, como San Sebastián, Bilbao, Vitoria y Pamplona. También se ha dicho que fue un conflicto entre el Norte y el Sur, y es que la situación del campesino en el norte y e el sur era la misma pero en el sur faltaba el foralismo, de ahí que el carlismo no triunfara en estas zonas. La ideología carlista se resumía en el lema: Dios, Patria, Fueros y Rey: a) Tradicionalismo católico a ultranza; b) Oposición al liberalismo; c) Defensa del foralismo vasco-navarro, amenazadas por las reformas centralistas de los liberales; d) Defensa del Antiguo Régimen mediante la unión indisoluble del Trono y el Altar. Fases: 1833-35 el coronel Zumalacárregui, antiguo militar de la Guerra de Independencia, consigue imponerse en el norte mediante la guerra de guerrillas, hasta su fracaso y muerte en el sitio de Bilbao, Zumalacárregui no era partidario de poner sitio a Bilbao pero Carlos V insistía en la necesidad de una gran victoria, fue un fracaso; 1835-7 columnas carlistas penetran en territorio isabelino hasta Cádiz y Madrid para extender el carlismo, sin éxito, la más importante fue la expedición Real en 1837 de Carlos V que puso sitio a Madrid, su abandono del sitio dejó al carlismo sin fuerzas; 1837-40 los carlistas están divididos (se suceden los fusilamientos entre los mandos) y son derrotados (ante las victoriosas campañas de Espartero), el Convenio de Vergara entre Maroto y Espartero puso fin al conflicto en 1839, quedando los últimos reductos dirigidos por el General Cabrera en Cataluña y Maestrazgo hasta 1840 hasta la llegada de Espartero. SEGUNDA GUERRA CARLISTA 1849-60 Se trata de un conflicto de menor importancia, su principal escenario fue Cataluña, el pretendiente era Carlos VI hijo del anterior. TERCERA GUERRA CARLISTA 1872-75 Causas: La caída de Isabel II dio esperanzas a los carlistas, el carácter anticlerical de la Constitución de 1869 y la proclamación de la I Repúbica fue algo definitivo. Desarrollo: El movimiento se concentra en Centro (donde no están bien organizados), en Cataluña (la organización es mayor, actúan guerrillas) y en Norte (hay un auténtico estado paralelo al gobierno oficial). Tras el control del Centro y Cataluña, la campaña del Norte se presentó más dura, la subida al trono de Alfonso XII restó apoyo a los carlistas por el establecimiento de una monarquía, se puso al frente de las tropas para prestigiar su figura, la superioridad alfonsina era evidente, de cuatro a uno, tras la toma de Estella por Alfonso Carlos VII atraviesa la frontera en 1875 hacia Francia. Consecuencias: Abolición de los fueros vasco-navarros. PERIODO De REGENCIAS 1833-1843 (ampliación) REGENCIA DE MARÍA CRISTINA DE BORBÓN 1833-40 EL RÉGIMEN DEL ESTATUTO REAL En 1834 Martínez de la Rosa consiguió promulgar el Estatuto Real, que supuso la transición de la monarquía absoluta a la constitucional. Era una Carta Otorgada, las Cortes tenían funciones muy limitadas, el monarca renunciaba al poder absoluto, pero se reservaba importantes atribuciones. LAS BASES DEL SISTEMA Los partidos políticos. Los partidos serán dentro de la legitimidad: moderados, progresistas y más tarde la Unión Liberal; fuera de la legitimidad: carlistas, demócratas y republicanos. Los moderados tuvieron el poder durante casi todo este período, se podría distinguir Donoso Cortés, Bravo Murillo, Narváez, Martínez de la Rosa, Ríos Rosas y Serrano. Los progresistas ocuparon el poder en períodos breves, Espartero, Mendizábal, Madoz, Prim. El ejército. El Ejército se había transformado, a consecuencia de las guerras carlistas, en la fuerza más importante del Estado. Por ello, la intervención militar bajo la forma de pronunciamientos (golpes de Estado) se convirtió en algo crónico en el siglo XIX. El Ejército era liberal moderado, progresista o demócrata hasta el punto de que cada partido contaba con un dirigente militar llamado espadón. EL TRIUNFO DEL ESPÍRITU PROGRESISTA 1835-43 En 1835 Mendizábal sustituyó a Martínez de la Rosa. María Cristina intentó dar un paso atrás en la izquierdización del régimen, entonces sobrevino el Motín de la Granja donde dos sargentos y un soldado fuerzan a la reina a restablecer la Constitución de 1812. La regente se vio obligada a entregar el gobierno a los progresistas lo que dio a la luz dos importantes acontecimientos: a) La Constitución de 1837, de inspiración progresista aunque incluyó concesiones a los moderados: Soberanía nacional; División de poderes, el legislativo recaía en las Cortes bicamerales: Congreso de Diputados y Senado, aunque reconocía importantes atribuciones al monarca; Derecho de representación: La Ley Electoral de 1837 estableció un sufragio censitario masculino; Declaración de derechos. b) La desamortización eclesiástica. LA REGENCIA DE ESPARTERO 1840-43. Tras un intento de volver al moderantismo, en 1840, María Cristina fue obligada a renunciar al trono. En Barcelona se inicia un proceso revolucionario, la regente es obligada a salir de España y Espartero asumió la regencia, continuó con la desamortización mediante la Ley de 1841, y el recorte de los fueros vasco-navarros. En 1842 firma un acuerdo librecambista con Gran Bretaña, que perjudicaba a la industria textil catalana, y provocó un motín en Barcelona, el bombardeo de la ciudad liquidó el prestigio del general y un golpe de Estado dio el poder a los moderados dirigidos por Narváez. EL REINADO De ISABEL II (1843-1868) (ampliación) LA DÉCADA MODERADA 1844-54 El monopolio moderado fue fruto de la elección de la reina y las elecciones amañadas, lo que llevó a los progresistas al retraimiento de la política y al pronunciamiento militar como única forma de alcanzar el poder. Entre 1843-54 gobernaron los moderados comandados por su el espadón de Loja, el general Narváez. Sus actuaciones políticas: a) Creación de la Guardia Civil en 1844. b) Aprobación de una nueva Ley de Ayuntamientos en 1845 que imponía el nombramiento gubernativo de los alcaldes. c) La Reforma fiscal que promueve Alejandro Mon (Ministro de Hacienda de Narváez) y cuyos detalles corren a cargo de Ramón Santillán en 1845, que creó un sistema fiscal moderno, que supuso la liquidación de la fiscalidad del Antiguo Régimen. La Constitución de 1845: Soberanía compartida en la Corona y las Cortes; División de poderes: Las Cortes bicamerales compartían la potestad legislativa con el rey, cuya figura quedaba muy robustecida; Derecho de representación: La Ley Electoral de 1846 redujo el número de electores en un sufragio censitario masculino; Declaración de Derechos. EL BIENIO PROGRESISTA 1854-1856 Estalla un pronunciamiento, la Vicalvarada, acaudillada por el general O'Donnell, no hubo ni vencedores ni vencidos en este enfrentamiento por lo que O’Donnell decide buscar el apoyo de los políticos mediante el Manifiesto de Manzanares. Espartero ocupa el poder. Este continuó con la desamortización Ley Madoz o "desamortización general"; se aprobó la Ley de Ferrocarriles de 1855 entre otras innumerables leyes que demuestran la intensa actividad legislativa del periodo; y se elaboró una constitución, la non-nata. EL BIENIO MODERADO 1856-58 Espartero acumulaba todo el poder y aumentaron las críticas, los progresistas se dividen e Isabel II nombra a O’Donnell al frente del gobierno, el general O'Donnell se convirtió en el restaurador del régimen que había destruido, sin embargo, en una fiesta de palacio fue desairado por Isabel II, suficiente para que O’Donnell presentara la dimisión. Le sucede Narváez pero los moderados estaban tan divididos y desacreditados como los progresistas. LA UNIÓN LIBERAL 1859-63 Tras dos años de gobierno de Narváez, le sucede O'Donnell al frente de un nuevo grupo político, la Unión Liberal (1859-63), que apareció como partido centrista, carecía de doctrina y programa político (era consciente de que el único medio para acabar con la agitación social era el desarrollo económico) y desarrolló una política exterior de prestigio de nulas consecuencias. En 1863 la Unión Liberal se divide, aumentan las deserciones debido a un desgaste natural durante cinco años gobernando, O’Donnell dimite en 1863. TURNO MODERNADO 1863-68 Desde 1863 hasta 1868 volvió el partido moderado que estaba tan dividido como el progresista, Isabel optó por ellos porque de todas era la opción menos mala. Progresistas y demócratas se unen en el Pacto de Ostende 1867 para derrocar al régimen, Narváez acabó con el conato de revolución. 2. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874) Al grito de ¡Viva España con honra! se produce un alzamiento militar en Cádiz con Topete y que dirige el general Prim, otras sublevaciones en otros acuartelamientos y una insurrección urbana por medio de juntas, provocan el exilio de la reina tras su derrota en la batalla de Alcolea, triunfa la Revolución Gloriosa (septiembre del 68). Los factores que explican esta revolución son: La crisis del sistema político, era un sistema constitucional donde la Constitución no se cumplía; La impopularidad de la reina, socialmente es un hecho de masas; La depresión económica de 1867, se trata de una crisis agrícola ante la mala cosecha que afecta a la industria y al sector financiero. Las fuerzas políticas participantes fueron el partido progresista de Prim, la Unión Liberal de Serrano y el partido demócrata. Los generales vencedores intentaron desarmar a las Juntas revolucionarias dominadas por demócratas y republicanos, Prim lo consigue. El gobierno provisional presidido por Serrano, unionistas y progresistas, convoca elecciones que dan el poder a los progresistas, se forman unas Cortes Constituyentes suyo resultado es la elaboración de la Constitución de 1869 la más liberal de todas: Soberanía nacional; División de poderes: Legislativo en las Cortes bicamerales, ejecutivo en el Consejo de Ministros, limitación de los poderes reales; Derechos de representación: Sufragio universal directo para varones mayores de 25 años; declaración de derechos, libertad religiosa. Por la Constitución de 1869 se necesitaba un rey para España. Tras la búsqueda de un rey, accede Amadeo I de Saboya (1871-73), contaba con el apoyo de Prim que es asesinado con lo que se divide la coalición de 1868, Amadeo era liberal e intentó hacerlo bien con él, pero su reinado está jalonado por la conflictividad social, la inestabilidad política, la Guerra de Cuba, la Tercera Guerra Carlista y las insurrecciones republicanas. Amadeo solo e impotente, renunció al trono, gobernó dos años y dos meses. En las Cortes ganó el proyecto republicano que reformaba la Constitución de 1869 y proclamaba la I República Española, esta experiencia republicana (1873-74) duró once meses. Su primera fase fue una República federal condicionada por la inestabilidad política (cuatro presidentes: Figueras en su gobierno Cataluña proclama el Estado Catalán; Pi y Margall con quien se inicia el movimiento cantonalista en Sevilla, Málaga y Cádiz, alcanzando en Cartagena y Alcoy la mayor violencia; Salmerón que usó el ejército contra los cantonalistas; y Castelar más vinculado a la derecha que tenía el apoyo del ejército) y el intento de impulsar reformas (supresión de impuestos de consumos, eliminación del sistema de quintas, proyecto de convertir a España en una república federal...). Pero la República tuvo que hacer frente a cuatro problemas: el estallido de una nueva guerra civil carlista; las sublevaciones cantonalistas (rebeliones federalistas contrarias al centralismo gubernativo formadas por la burguesía de izquierdas que querían una República federal); la guerra de Cuba; y las conspiraciones alfonsinas. La República autoritaria surgió tras el golpe de estado del general Pavía el 4 de enero de 1874. El nuevo gobierno presidido como presidente de la República por Serrano y como presidente de gobierno a Zavala, se convirtió en un prólogo para la Restauración borbónica que triunfa tras el golpe de Estado de Martínez Campos en Sagunto en diciembre de 1874. Primera Guerra de Cuba 1868-78. Causas: Si no había aparecido antes el conflicto se debió a que era una sociedad esclavista y el miedo a que una revolución se volviera contra ellos la detuvo; un gran motivo de la guerra es la exclusión de los criollos de los altos cargos públicos en Cuba. Desarrollo: En 1868 tiene lugar el grito de Yara de Céspedes a favor de la independencia de la República de Cuba, se le suma Máximo Gómez y Antonio Maceo. El conflicto duró 10 años, contaron con la ayuda de los USA, pero terminó con la derrota cubana ante el cansancio y las diferencias entre los líderes cubanos. Consecuencias: En 1878 se firma la Paz del Zanjón entre las fuerzas rebeldes y el general Martínez Campos, se concedía amnistía para los rebeldes. 3. LA DESAMORTIZACIÓN En esencia, la desamortización consistió en la incautación por el Estado (mediante compensación) de bienes raíces pertenecientes en su gran mayoría a la Iglesia y a los municipios. Estos bienes incautados nacionalizados - fueron luego vendidos en subasta pública y constituyeron una parte importante de los ingresos de la Hacienda. La existencia de una gran masa de bienes en poder de las manos muertas, como las tierras extra-comercium cuyos titulares no pueden por definición cultivarlas, ni venderlas y sólo cobran rentas, había ya aparecido en los pensadores del siglo XVIII, según Tomás y Valiente, no se pensaba en la posibilidad de expropiar a la Iglesia, sino tan sólo en la de limitar su capacidad de adquirir. A finales del XVIII y principios del XIX, con Godoy, se hicieron las primeras expropiaciones de bienes de la Iglesia, seguidas de su venta pública y redención de los títulos de la Deuda pública. También hubo un proceso desamortizador, durante el reinado de José Bonaparte a expensas de los bienes del clero y de los aristócratas que se resistieron a la dominación francesa, su finalidad era favorecer a los afrancesados más que conseguir fondos para la Hacienda. Las Cortes de Cádiz dieron un decreto de desamortización en 1813 que establecía la nacionalización de bienes raíces de los afrancesados, jesuitas, órdenes militares, de los conventos y monasterios destruidos durante la guerra y parte del patrimonio de la Corona. Estos bienes se podían comprar, parte en metálico y parte mediante la redención de títulos de Deuda Pública. El decreto no se aplicó porque lo impidió el golpe de Estado de Fernando VII en 1814 (si bien entró en vigor con el Trienio), contenía los rasgos de las desamortizaciones del XIX: Subasta de los bienes nacionalizados y admisión en pago de los títulos de la Deuda o en metálico, o lo que es lo mismo concepción de la desamortización como una medida fiscal, no como una reforma agraria. La desamortización de Mendizábal. Emprendida primero como ministro de Hacienda y más tarde como jefe del gobierno, se realiza entre 1835-37, destaca el Decreto de 1836 por el cual los bienes del clero regular fueron nacionalizados y puestos a la venta. Perseguía un triple propósito: Costear la guerra carlista; Acabar con el clero que apoyaba al carlismo; Crear una copiosa familia de propietarios adictos al régimen. Sus resultados fueron decepcionantes: No se logró enjuagar la deuda pública; El liberalismo se granjeó enemigos entre los católicos; Un sector del campesinado se hizo antiliberal. La Ley de 1841 siendo regente Espartero nacionalizaba los bienes del clero secular. La vuelta del partido moderado al poder en 1844 hizo que las ventas quedaran suspendidas hasta la Ley Madoz o "desamortización general" de 1855, ahora no eran sólo los bienes de la Iglesia, sino todos los amortizados, pertenecientes al Estado y a los municipios. INCIDENCIA DE LA DESAMORTIZACIÓN EN LA ESTRUCTURA DE LA PROPIEDAD Los bienes desamortizados se vendieron en pública subasta al mejor postor con el fin de maximizar los ingresos y minimizar el tiempo de obtención. Los compradores fueron aristócratas, clérigos, burgueses y pequeños propietarios muchos de ellos tenedores de Deuda Pública. Beneficiarios: Quizá fuera la nobleza terrateniente la que más se beneficiara de la desamortización, a cambio de unos derechos señoriales que a menudo eran puramente simbólicos, ganó la plena propiedad de tierras. Víctimas: Las víctimas fueron la Iglesia, los municipios y los campesinos pobres. Los primeros, por razones obvias. Los segundos, porque habían venido beneficiándose de la explotación semifurtiva de la propiedad eclesiástica o comunal, en la desamortización se ha visto el origen de las rebeliones campesinas de signo carlista o anarquista. INCIDENCIA DE LA DESAMORTIZACIÓN EN LA AGRICULTURA La desamortización afectó en un grado muy alto a la agricultura, en líneas generales se puede afirmar que la producción agrícola aumentó en el XIX pero por el aumento de la tierra cultivada, más que por el aumento de la productividad: lo cual implica un estancamiento tecnológico. 4. EL PROCESO De INDUSTRIALIZACIÓN El siglo XIX fue el siglo del fracaso de la industrialización en España, fracaso de una serie de intentos tanto públicos como privados por la industrialización. Desde entonces junto con Rusia e Italia, España formó parte del grupo de rezagados frente a los países de la Europa noroccidental y Estados Unidos. Intentos hubo muchos: por una parte, tenemos los esfuerzos privados de la clase empresarial catalana por crear una base industrial en el principado; Por otra parte están los intentos progresistas por sentar las bases políticas y legislativas de una sociedad moderna, es decir, industrializada. Causas: El retraso en la revolución demográfica española que hubiese aportado una mano de obra barata a la industria; Una auténtica revolución agrícola que demandase productos industriales; Una red de transporte ineficaz; No hubo una revolución tecnológica en España ante la carencia de capitales y el bajo nivel cultural (80% de analfabetos en 1860 cuando en Francia sólo había un 30%). LA INDUSTRIA ALGODONERA Las condiciones de partida de España para el desarrollo de la industria algodonera las podemos resumir en la falta de carbón y de demanda. A pesar de todo la industria algodonera creció durante el XIX, sin embargo, fue siempre a rastras de algodonera inglesa: tecnología más atrasada y sus precios más altos, por lo que no podía competir con ella, no representaba más que un 10% de la industria británica. Las causas de su desarrollo se han de buscar en el adelanto relativo de Cataluña y en la protección arancelaria, Cataluña desde mediados del XVIII manifestó una vitalidad demográfica e intensa actividad comercial que favorecieron la acumulación de capital y la oferta de mano de obra para el nacimiento de un núcleo textil algodonero, durante el siglo XIX la industria creció basándose en el abastecimiento del mercado nacional y en las últimas décadas del mercado antillano. A la industria textil algodonera se le reprochó haber crecido a costa del consumidor español, gracias a la protección, las industrias algodoneras podían vender su producto a precios más baratos que los de la competencia; Los consumidores salían perjudicados y también los contribuyentes, porque los altos aranceles recaudaban menos (a causa del contrabando y de la menor importación); Además los algodoneros tras el arancel Figuerola de 1869 que desmantelaba las barreras arancelarias, hicieron causa común con el sector cerealista castellano al que se unirá más adelante los siderúrgicos vascos durante la Restauración, hasta hacer del bloque proteccionista algo casi invencible contra los librecambistas andaluces y madrileños, y conseguir el alto arancel de 1891 de Cánovas, como bien sabemos el proteccionismo desacelera el crecimiento económico. En el lado positivo la industria algodonera aliviaba el déficit de la balanza comercial, constituyó la columna vertebral de la industrialización de Cataluña estimulando el desarrollo de otras industrias y absorbiendo un considerable flujo migratorio. LA INDUSTRIA SIDERÚRGICA En la teoría de la localización económica la industria siderúrgica debe situarse cerca de las fuentes de coque, pero en España se sitúa cerca del hierro porque no tiene coque. Por lo tanto estamos ante una industria no competitiva. La primera etapa de la siderurgia española es andaluza. Los primeros altos hornos se sitúan en Málaga que tenía abundantes recursos ferrosos, a manos de la empresa La Constancia en 1826 que financió Manuel Agustín Heredia, exportador de aceite y vino y promotor del Banco de Málaga. La etapa de localización racional de la industria es de predominio asturiana, situada al lado de las cuencas carboníferas de Mieres y Langreo. La última etapa fue la siderurgia vizcaína que no iniciará su gran desarrollo hasta la Restauración, gracias a un cambio en la producción de acero que permitió el consumo del hierro vasco que se exportaba a Inglaterra y en los mismos fletes llegaban abundantes cantidades de coque. A mediados de la década de 1880 se introdujo el convertidor Bessemer y poco después los hornos Siemens-Martin y Thomas. El crecimiento de la siderurgia fue espectacular, pero aún así, en 1900, la producción española era inferior a la inglesa que había sido superada por Alemania. Una de las razones puede ser la exención arancelaria que se dio a la importación de material ferroviario por la Ley de Ferrocarriles de 1855. Si se hubiera obligado a los constructores de ferrocarriles a consumir hierros nacionales la siderurgia nacional hubiese sido mayor, lo que no está tan claro si los fabricantes hubiesen podido hacer frente a esa demanda y a qué precios, lo podía haber frenado el desarrollo ferroviario que fue básico en el desarrollo de la economía española del XIX. Otra causa es el atraso de la agricultura, ya que ésta es el sector que más demanda productos a la siderurgia. OTRAS INDUSTRIAS Industria harinera: Era una industria auxiliar de la agricultura, tenía un gran tamaño y un mercado muy amplio aunque un gran estancamiento tecnológico. Industria vitivinícola: Estaba repartida por casi toda la geografía peninsular, especialmente en Andalucía y Cataluña como zonas exportadoras. Industria corchera: Localizada en Gerona, es auxiliar de la vinícola. Industria lanera: Había tenido dos centros tradicionales: Castilla la Vieja y Cataluña que toma la delantera. Industria sedera: Muy tradicional en Valencia y Murcia, tiende a concentrarse en Barcelona durante el XIX, a raíz de la crisis en Valencia y Murcia posiblemente por la extensión del naranjo a expensas de la morera. Industria del gas: Barcelona tuvo iluminadas sus calles desde 1826, había una docena de fábricas de gas hacia 1850 localizadas en las grandes ciudades. Industria química: Es una industria que abastece a otras industrias. Se localiza en Barcelona donde se relaciona con la textil. Industria mecánica y metalúrgica: Su importancia económica durante el siglo XIX fue muy reducida.