Relatos de una docente que construye nuevas prácticas, sostenidas por las convicciones de siempre Nombre: Sandra Córdoba Rol: Profesora de Currículum, Política Educativa y Metodología de la Investigación Año: 3° año Institución: Escuela Secundaria “Profesor Atilio Anastasi” Lugar: Godoy Cruz, provincia de Mendoza Palabras clave: potenciación de lo vincular – protagonistas - salto cualitativo - actitud de trabajo - liberar la creatividad - tomar conciencia sobre los errores - producciones propias Soy profesora de las materias Currículum, Política Educativa y Metodología de la Investigación de la Orientación en Educación en la escuela “Atilio Anastasi” de Godoy Cruz, Mendoza. Ésta es la única institución en la cual trabajo con alumnos adolescentes. Mi otra tarea se vincula a la capacitación de directivos de escuelas secundarias. Mi título de base es Profesora en Ciencias de la Educación, luego hice la licenciatura en Gestión Curricular e Institucional. Mi vínculo con la tecnología es intenso. Me encanta meterme, explorar, ver, aprender. Creo que es fundamental continuar capacitándose. Por ejemplo, cuando hice el profesorado no tenía Currículum como materia y me resulta inimaginable quedarme sólo con eso. Antes de la llegada de las netbooks hice capacitaciones relativas a la incorporación de nuevas tecnologías: un curso para trabajar con mapas conceptuales y otro de producción de cortometrajes. Ya tenía una netbook personal así que comencé el curso básico virtual del Programa antes de que me dieran la netbook del Programa. Ese curso me abrió la cabeza, fue una experiencia de intercambio impresionante. Ahora, muchas veces leo experiencias en los foros de egresados, donde hay producciones para descargar: presentaciones de Power Point, archivos en PDF. Uso documentos y propuestas elaborados por otros docentes para trabajar en mis clases. En la escuela, los chicos son mi cable a tierra, mi mayor realización. Dar clase me resulta apasionante y nunca doy la materia igual de un año a otro. Incluso este año, con las netbooks, las materias son otras, nuevas. Para armarlas me tuve que poner en 1 juego otro modelo pedagógico, pensarlas otra vez. Es otra dinámica, todo se plantea diferente: la participación, la evaluación, la construcción de los aprendizajes, ¡y cómo se potencia lo vincular! En el aula trabajamos en red, todas las máquinas están conectadas a través del servidor inalámbrico. Tengo una carpeta compartida desde donde los alumos pueden bajar todas las actividades y materiales. Cuando terminan, las vuelven a subir a mi máquina. Diseñé carpetas por materia, por curso y por alumno. Me llevo todos los trabajos, los guardo en el disco de mi máquina. Los corrijo, les hago marcas con otros colores y comentarios. Después los traigo, ellos se conectan a la red con mi máquina y leen las devoluciones, arreglan los errores y los vuelven a subir a las carpetas. Al principio no sabía cómo hacer para poner las máquinas en red, entonces empezamos a verlo entre todos. Es más, el trabajo en red lo aprendí de ellos. Los chicos me enseñaron a usar los routers. En la escuela nos capacitaron para utilizar la red del curso, pero no lo había entendido muy bien y tenía muchas dudas. Se los expresé a ellos como una dificultad personal. En clase utilizaba el pendrive para bajarles los trabajos. Los mismos alumnos para dinamizar la clase, me preguntaron: “¿A ver profe qué le dijeron en el curso?” A mí me habían dado un Power Point, entonces lo vimos juntos, nos pusimos entre todos. Ellos lo hacían en sus netbooks, trataban de interpretar y aprendimos. Armamos la red para estas tres materias. A la clase siguiente llegué y les dije: “No me digan nada, a ver si me sale”. Pero lo hice por la mitad, entonces me volvieron a ayudar y salimos adelante hasta que lo aprendí. El vínculo cambió, ellos se solidarizaron conmigo. Había observado, en otros profesores, que mientras los docentes se ponían a tratar de hacer algo con la máquina o a aprender, los chicos se ponían con sus netbooks a jugar. Entonces les dije: “Nos ponemos todos con esto porque las tenemos que usar y lo tenemos que hacer para poder aprender mejor”. Ahí se fortaleció el vínculo, se estrechó y se solidarizó muchísimo. Ellos se sintieron más protagonistas y responsables de sus aprendizajes. A partir de ese momento no paramos. Los chicos me dicen: “¡No usamos carpeta, no tenemos nada en papel!” Hay docentes que opinan que tener una carpeta de papel es necesario y hasta imprescindible, pero mis alumnos tienen todo en la netbook. Ni siquiera en los trimestrales volví a usar papel. Por supuesto que esto es parte de un proceso que fue teniendo varias etapas. Primero empecé armándoles textos y guías. Ellos los trabajaban, los leían y resolvían en la computadora, muy similar a lo que hacíamos antes con las fotocopias en las carpetas. Después tenían que hacer un Power Point como producción de cierre o conclusión. Pero comenzaron a plantearme que era aburrido, que hacíamos siempre lo mismo. Y tenían razón porque les doy tres materias distintas y en las tres hacíamos lo mismo. Eso ocurrió la primera semana cuando llegaron las netbooks. A la semana siguiente les propuse empezar a usar las cámaras haciendo algunas entrevistas para un trabajo. Esta actividad terminó configurando la evaluación trimestral. Tuvieron que analizar cuáles eran los problemas que había en educación, qué problemas habían pretendido ser resueltos con las netbooks, cuáles se habían resuelto y cuáles faltaba resolver. Todo esto tenían que plasmarlo en una filmación de un minuto. Tenían que escribir el contenido primero y después filmarse. Esta experiencia fue un salto cualitativo. Hubo 2 chicos que lo filmaron en la escuela y otros que lo hicieron en la casa. Los veías en sus habitaciones, filmándose y analizando las líneas de la política educativa, fundamentando sus opiniones. Fue muchísimo más de lo que hubiera esperado para un trimestral. Pude ver cómo ellos tienen marcado el tema de la desigualdad: la desigualdad de oportunidades, la desigualdad de posibilidades, el sentimiento de que la sociedad los ve como carenciados. Ellos lo rescataron, a través de la filmación, se animaron a poner en palabras, cosas que muchas veces no dicen pero sienten y no encuentran el espacio para poder comunicarlo, porque perciben también que nadie tiene la disposición de escucharlos. En este momento estamos trabajando sobre “El ser docente y construirse como alumno”. Comienzo con un relato de Eduardo Galeano “Ventana sobre la memoria I” para plantear la tarea, que trata de un maestro que enseña a hacer vasijas. Cuando se retira hace su mejor vasija y se la regala a un alumno. En ese momento el alumno la rompe contra el piso. Recoge las piezas y las funde para hacer una nueva. El relato es en realidad el cierre de la guía, pero así hago una primera aproximación. Después de haber recorrido toda la guía volvemos sobre el texto de Galeano ya enriquecido con todas las herramientas de análisis que adquirieron. El cierre de la clase es volver a esa imagen y ver qué significa ese “romperse” de la vasija vieja. Sobre ese eje trabajamos: el legado del docente al alumno. Después de compartir impresiones resuelven la guía. Tienen que mirar algunos fragmentos de las películas “Entre los Muros” y “Escritores de Libertad”. Analizan y comparan algunos aspectos de ambas películas en relación con el ser docente y el ser alumno para elaborar una producción escrita. Revisamos mucho las producciones, leen en voz alta, pero además cada uno va siguiendo al otro porque puede ver la producción de su compañero por la red. Así ven la importancia de escribir de una manera que sea “lógica” o entendible para el otro. La evaluación entre pares de las propias producciones escritas es muy potente para construir una actitud real de trabajo sobre los errores. En ese sentido además del vínculo, cambiaron las formas de preparar los recursos para las clases, Al principio yo tenía los contenidos y buscaba recursos en Internet para desarrollarlos. Después fue al revés: busqué recursos que les interesaran a los alumnos (vídeos, música, publicidades, imágenes) y pensé cómo se vinculaban con los contenidos. Resultó mucho más fácil porque encontraba disparadores que captaban fácilmente su atención y luego los vinculaba a temáticas diferentes del programa. Ese fue un salto también para mí porque me despertó y liberó la creatividad. ¡Hay tantas cosas interesantes que se vinculan con lo que vemos en la escuela! Fue desarmar realmente todo. Ellos decían: “¿Y esto en qué materia está?” Porque se empezaban a desdibujar los límites disciplinares de las materias De todas formas armamos una carpeta por cada materia para que ellos se sintieran más ordenados, porque están acostumbrados a la mirada disciplinar. Entonces yo les decía dónde guardar cada trabajo. En la evaluación también se produjeron grandes cambios, porque ellos son los que al producir me dicen: “No, este trabajo no está bien. Me lo llevo a mi casa y se lo traigo el miércoles”. Ellos toman conciencia de que tienen que entregar producciones buenas, porque son “sus” producciones, producciones propias. Me corrí de las evaluaciones 3 que impliquen repetir. Cuando hay conceptos que tienen que saber explicar, por ejemplo el concepto de “marco teórico”, hago que se filmen. Tienen que sentarse y explicar con sus palabras frente a la cámara y después me lo entregan. Si no está bien o noto que leen o no se entiende, se los doy otra vez para que vuelvan a filmarlo. Ahí encontré la veta de no tomarles una prueba que sea “¿Qué es para vos el marco teórico?” o “Definí marco teórico”. En definitiva, lo más importante de este proyecto es generar igualdad de oportunidades para alumnos que están vulnerados desde lo social, lo cultural, lo económico. Queremos que no tengan también vulnerado su derecho a aprender con calidad, utilizando las nuevas tecnologías. Las netbooks son un medio para restituirles el derecho a una educación de calidad contextualizada en las demandas de la sociedad actual. Para darles oportunidad a estos pibes de insertarse en una sociedad sumamente competitiva, posibilitar que ellos construyan su subjetividad como personas competentes, con una autovalía que les permita percibirse como preparados para realizar el proyecto de vida que ellos deseen, que sientan que la escuela los formó y tienen las herramientas para ocupar el lugar en el que ellos quieran estar. Como sociedad, como docentes, creo que tenemos la responsabilidad de restituir derechos. Tomamos conciencia de que tenemos que gestionar quizás la única oportunidad que tienen estos chicos para poder mirar la vida de otra manera. "Este relato fue producido en colaboración con el docente en el marco de la iniciativa Trama de la línea de Evaluación y Seguimiento del Programa Conectar Igualdad" 4