Boletín nº17 - CEPYME Aragón

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 BOLETÍN INFORMATIVO
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES
nº17
LEY 36/2011 REGULADORA DE LA JURISDICCIÓN SOCIAL Y PREVENCION DE RIESGOS LABORALES El pasado 11 de octubre se publicó la Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la jurisdicción social, cuya entrada en vigor se corresponde al 11 de diciembre del mismo año (2 meses después de su publicación), derogando el Real Decreto Legislativo 2/1995, de 7 de abril, Texto Refundido de la Ley de Procedimiento Laboral. 1.‐ Atribución de competencias del orden jurisdiccional social. Del examen de los apartados b, e y f del artículo 2, se desprende que los Juzgados de lo Social serán competentes para conocer los pleitos que tengan causa en: a) Accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. b) Incumplimientos de las obligaciones empresariales en prevención de riesgos laborales, incluso sin que haya concurrido ningún daño a la salud de sus empleados. c) Acoso laboral, sexual o por razón de sexo. A título enunciativo, relacionamos algunos de los pleitos más frecuentes que podrán darse: − Reclamación de daños y perjuicios ejercitada por trabajadores que hayan sufrido una contingencia profesional, incluida la acción directa contra la aseguradora. Anteriormente, no existía doctrina uniforme sobre si correspondía a la jurisdicción social o a la civil. − Recargo de prestaciones, del artículo 123 del texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social. − Extinción del contrato a instancias del trabajador por incumplimiento grave de las obligaciones preventivas del empresario, en los términos del artículo 50.1.c del Estatuto de los Trabajadores. − Despido por la causa objetiva de ineptitud sobrevenida, en los términos del artículo 52.a del Estatuto de los Trabajadores, a raíz de una calificación de aptitud. − Negativa del empresario a adaptar el puesto de trabajo. − Vulneración del derecho de participación y consulta de los Delegados de Prevención. − Sanciones administrativas de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. En este punto, la Ley 36/2011 parece avalar la asunción por parte del orden social del recurso judicial frente a sanciones administrativas, en detrimento del contencioso‐administrativo. No obstante, deberemos estar atentos a los pronunciamientos judiciales sobre competencia o incompetencia de jurisdicción, por cuanto el redactado de la Ley no es inequívoco, y puede dar lugar a distintas interpretaciones. − Reclamaciones relacionadas con situaciones de acoso laboral, sexual o por razón de sexo, incluyendo la indemnización por daños y perjuicios. En este punto, la Ley 36/2011 incorpora la doctrina del Tribunal Constitucional (sentencia 250/2007, de 17 de diciembre), según la cual el acoso puede proceder del empresario o de terceros vinculados a éste por cualquier título, de manera que la intervención de un tercero ajeno a la relación laboral, no remitiría a la jurisdicción civil, sino que el pleito se mantendría en la social. De conformidad al apartado b del artículo 3 de la Ley, la jurisdicción social no será competente para conocer los pleitos entre el empresario y los obligados a coordinarse con él en virtud del artículo 24 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, y entre empresario y servicio de prevención. Por citar un ejemplo, la reclamación de un empresario por los daños ocasionados por un empresario concurrente en su centro de trabajo, o por la deficiente actuación del servicio de prevención ajeno contratado, se ventilarán ante la jurisdicción civil. 2.‐ Potestad excepcional de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. El artículo 76.5 de la Ley 36/2011 concede a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social y, en su caso, a la Administración laboral, la facultad de solicitar autorización judicial para visitar el centro de trabajo que coincida con un domicilio particular, cuando el titular se oponga o exista riesgo de oposición. C Colabora: 3.‐ Presunción de falta de medidas de prevención y de acoso. El artículo 96 de la Ley es sin duda uno de los más significativos, por cuanto haciéndose eco de la reciente jurisprudencia de la Tribunal Supremo (Sala IV, sentencia de 30 de junio de 2010, recurso de casación 4123/2008) instaura una inversión de la carga de la prueba en procesos derivados de contingencias profesionales, de modo que será el empresario quien deba demostrar la adopción de las medidas necesarias para prevenir o evitar el riesgo; y de acoso, siendo el presunto acosador quien deba demostrar que actuó de manera razonable y proporcionada. Por lo tanto, se produce una presunción de falta de medidas preventivas que el empresario (deudor de seguridad y concurrente en la producción del resultado lesivo) deberá destruir mediante prueba en el acto del juicio, considerando que no podrá apreciarse como elemento exonerador, la culpa no temeraria del trabajador ni la que responda al ejercicio habitual del trabajo o a la confianza que éste inspira. En cuanto al acoso, el demandado deberá probar que no actuó con ánimo de hostigar ni denigrar, ni de abordar sexualmente o discriminar por razón de sexo al trabajador o trabajadora. 4.‐ Medidas excepcionales en pleitos por acoso laboral, sexual o por razón de sexo. En virtud del artículo 180.4 de la Ley, podrán solicitarse las siguientes medidas cautelares: suspensión de la relación o la exoneración de prestación de servicios, traslado de puesto o de centro de trabajo, reordenación o reducción del tiempo de trabajo y cuantas otras se estimen precisas, incluyendo las que puedan afectar al presunto acosador, en cuyo caso, deberá ser oído. Por otro lado, el artículo 286.2 de la Ley traslada a la víctima de acoso, en los supuestos de declaración de nulidad del despido, la opción entre ser readmitido o extinguir la relación laboral y ser indemnizado, incluyendo salarios de tramitación. 5.‐. Valoración de daños derivados de accidentes de trabajo y de enfermedades profesionales. La Disposición final quinta prevé que antes del 11 de abril de 2012 (seis meses a partir de la entrada en vigor de la Ley), se apruebe por parte del Gobierno, un sistema de valoración de daños derivados de accidentes de trabajo y de enfermedades profesionales, mediante un sistema específico de baremo de indemnizaciones actualizables anualmente, para la compensación objetiva de dichos daños en tanto las víctimas o sus beneficiarios no acrediten daños superiores. Se trata de un sistema similar al que se aplica para los accidentes de tráfico. http://www.boe.es/boe/dias/2011/10/11/pdfs/BOE‐A‐2011‐15936.pdf JURISPRUDENCIA. EMBARAZO. PERIODO DE PRUEBA La Sentencia del Tribunal Supremo de 18 de abril de 2011 matiza la doctrina constitucional contenida en la Sentencia del Tribunal Constitucional 92/2008, de 21 de julio (reiterada en la STC 124/2009), en la que se valoraba el alcance del artículo 55.5 ET, de tal forma que incrementaba las garantías constitucionales, al no extender la “nulidad objetiva” fijada en aquél precepto para el despido a los supuestos de desistimiento empresarial en el transcurso del período de prueba, limitando de este modo la protección garantizada a la mujer embarazada como la propia del derecho fundamental a la no discriminación por razón de sexo en términos de estricta constitucionalidad. Ello se traduce en que durante el período de prueba no le es de aplicación a la mujer embarazada la doctrina de la Sala IV relativa a la calificación del despido, por entender que son situaciones (despido y cese durante el período de prueba) dispares, con una protección también diversa. http://www.laboral‐social.com/cese‐despido‐mujer‐embarazada‐periodo‐prueba‐discriminacion‐sexo.html CEPYME Aragón Plaza de Roma F‐1, 2ª Planta ∙ 50010 ∙ Zaragoza 
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