CODHEM "PREVENCIÓN SOCIAL Y TRATAMIENTO DE MENORES Y LAS INCONVENIENCIAS DE LA REDUCCIÓN DE LA EDAD PENAL EN EL ESTADO DE MÉXICO "* Las relaciones entre los diferentes grupos humanos, llevan implícitas las tonalidades y matices característicos de un momento histórico dado. Los menores de edad como grupo, se integran o son excluídos de la dinámica social como resultado de un desarrollo social global. En el transcurso de la historia, el niño y el adolescente se han visto absorbidos por las fluctuaciones de un devenir multifacético: unas veces maltratado y devaluado, otras custodiado y protegido, a veces corrompido y tratado con arbitrariedad; en ocasiones, y en el mejor de los casos, considerado como un individuo necesario de instrucción y entre tanto marginal. En este sentido, es menester analizar su situación en nuestro contexto. En el Estado de México, la dinámica social se ve impactada por el desarrollo industrial y comercial, situación que se agudiza ante la bifurcación entre las zonas urbanas y rurales, entre la ciudad y el campo. La Zona Metropolitana de la Ciudad de México y Territorio Mexiquense, se torna entonces un imán que integra a un conglomerado poblacional que presenta un cariz muy particular, mostrando una zona céntrica citadina que reúne las ventajas de un Desarrollo Tecnológico, Educativo y Cultural, Comercial y de Seguridad, etc., en tanto que existen además las zonas conurbada y rural que adolecen en muchos de los casos de dichas ventajas. La población se desenvuelve en ambientes diferenciados por la geografía y la estructura socioeconómica, que da lugar a espacios de acción también diferentes. El incremento notable de la población urbana en el Estado de México que para esta década asciende al 12.1% de la población total del país, dificulta la atención de servicios en la zona conurbada. Baste mencionar que la entidad mexiquense cuenta con una inmigración anual de 300,000 nuevos residentes aunado a su tasa de crecimiento natural. Ahora bien, la disparidad que existe entre las zonas urbanizadas, conurbadas y rurales genera conflictos en las relaciones sociales; los niveles de vida a veces tan contradictorios favorecen la rivalidad y en ocasiones el dominio de un grupo social sobre el otro. Esta situación se agudiza en época de crisis, deja ver un panorama * 226 Ponencia presentada por la Lic. Evangelina Lara Alcántara, durante el Simposio "Justicia Penal y Derechos Humanos", organizado por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México y el Colegio de Abogados del Estado de México, A.C., el día 4 de octubre de 1995. Doctrina que evidencia las diferencias de clase social, situación que repercute para que principalmente en la Zona Metropolitana del Estado de México, conurbada al Distrito Federal, se desarrollen e incrementen la criminalidad, los conflictos familiares, la farmacodependencia, la desadaptación social e indiferencia por los problemas humanos, entre otros; espectro citadino afecta con severidad a los grupos sociales más frágiles, los niños y los adolescentes, ya que en nuestra entidad el 57% de la población es menor de edad. "El Estado de México mayoritariamente es habitado por niños jóvenes"; contexto en el que el fenómeno de la antisocialidad en la actualidad, constituye centro de atención de multidisciplinarios grupos civiles, profesionales y gubernamentales, los que en su alto interés de coadyuvar en la disminución de los índices antisociales, proponen o desarrollan estrategias y métodos que se cristalizan en formas peculiares de intervención. El Gobierno de la Entidad se ha mantenido durante la última década a la vanguardia en lo que a política criminológica se refiere, siendo el tema de la prevención social y tratamiento de menores eje innovador y centro de interés gubernamental. Sólo baste mencionar que el Estado de México cuenta con: • La Ley de Prevención Social y Tratamiento de Menores más completa del país; • Un programa de Prevención Social actuante; • El Sistema de Instituciones en la materia, más importante de Latinoamérica; • La Escuela de Rehabilitación de Menores reconocida por la Organización de Naciones Unidas como ejemplo en Latinoamérica; y • El más bajo índice de menores infractores privados de Libertad en proporción del global de la población y número de atendidos en Libertad Asistida (1 x 100 000 habitantes). No obstante, aún queda mucho por hacer, ya que los logros han sido altamente cuestionados por el bajo impacto social que en apariencia han tenido, siendo justos; recordemos que para que la espiga crezca, la semilla requiere tiempo, "Prevención Social es Educación", "Prevención Social son Servicios", "Prevención Social es Bienestar Social", "Prevención Social es Cultura", "Prevención Social es Solidaridad Social". Objetivos terminales observables y medibles solo a medianos y largos plazos. El gobierno mexiquense está haciendo su parte, es importante considerar que la etiología de la antisocialidad básicamente es social y si es en la sociedad donde ésta se gesta, debe de ser la sociedad misma quien coadyuve en su solución. Asunto que nos requiere reflexión y atención, por la medida de nuestra preocupación en que sea atendida pronta y eficientemente la problemática anti-social infanto-juvenil; magnificada por algunos medios, e incomprendida por 227 CODHEM expertos grupos de profesionales, que en su afán de ofrecer soluciones a ella, proponen una actitud punitiva social y legal para el abordaje del fenómeno. Considero que es de fundamental importancia que al establecer o propugnar por nuevos criterios, no se pierda el centro de interés de la problemática, mismo que debe ser el menor de edad como fin primero y último, debiendo constituir piedra de toque los instrumentos jurídicos que forman el marco de referencia más fehaciente, técnico y plural de la concepción nacional e internacional en el tema de menores con conducta antisocial, tales como: la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, "Las Reglas de Beijin para la Administración de Justicia de Menores", "Las Directrices de Riad", acerca de la Prevención de la Delincuencia Juvenil, las "Reglas Mínimas para la Protección de Menores Privados de la Libertad" y la "Convención de los Derechos del Niño", coincidiendo y complementándose de manera genérica en las siguientes conclusiones: • Debe otorgarse a los menores de edad el goce de los derechos y libertades inherentes a la persona humana. • Los Estados deberán establecer una diferenciación entre adultos y menores en las distintas fases de la administración de justicia. • Se entiende por menor de edad una persona menor de 18 años. • La privación de la libertad de un menor deberá decidirse como último recurso y por el período mínimo necesario, y deberá limitarse a casos excepcionales. Documentos en los que los modelos propositivos de legislación de menores desde el punto de vista comparativo, pueden reducirse a dos: uno, llamado de "Justicia de Menores" donde predominan los aspectos garantistas; frente a otro que suele denominarse "Modelo de Bienestar", proveniente de la legislación angloamericana, en los cuales se tienen fundamentalmente en cuenta aspectos de política social; frente a estos modelos del derecho comparado se advierte la tendencia de abogados del foro en nuestra entidad, por influir en la implantación de un tercer modelo que podría denominarse de "Pura Defensa Social" donde las medidas eminentemente jurídicas previstas para los menores de edad como consecuencia de hechos punibles, no son, en principio, medidas de protección al menor, sino medidas de protección a la sociedad. Prevención Social por Ley, comprende todas las acciones que realice el Estado para crear condiciones de bienestar en favor de los menores y reducir las conductas antisociales de éstos. Tratamiento de Menores igualmente por Ley es el conjunto ordenado de actividades formativas, educativas y terapeúticas, que constituyen un Programa Interdisciplinario de aplicación a nivel individual y familiar, cuyos 228 Doctrina propósitos son: depurar los factores negativos en la actitud y comportamiento del menor con conducta antisocial. Desde mi modesto criterio, antes de buscar soluciones coercitivas al conflicto antisocial de jóvenes y niños, deben analizarse muy seriamente alternativas de fortalecimiento y desarrollo de acciones que propugnen por que de hecho y no solo de derecho, nuestros hijos tengan acceso a los niveles de bienestar que nos permitan hacer realidad estos preceptos. Lo expresado, seguramente, no es novedad, pero la falta de novedad, no significa siempre conciencia sobre el fenómeno, y muchas veces, la incapacidad de asombro se acerca mucho a la insensibilidad, planteándose el problema en forma fraccionada y no en una crítica al conjunto de políticas sociales. El uso del lenguaje nuevo para hablar de fenómenos viejos sin que éste incida en efectos que den una nueva faceta a la solución de los problemas, se convierte en lengua muerta. La formulación de políticas sin el análisis de sus efectos sociales, concluye en buenas intenciones. La resistencia firme a escuchar lo que el menor tenga que decir en respuesta a una deducción de valores sobreentendidos como fundadores de la vida social, conlleva a que la realidad demuestre que muy constantemente esos valores ya no tienen vigencia. El planteamiento de la intención de reducir de 18 a 16 años la edad para ser penalmente responsable al menor de edad en el Estado de México, resulta ser en este panorama de fortalecimiento jurídico y expectativas propositivas de desarrollo en términos de los instrumentos antes relacionados, solución que está muy lejos de convertirse en la llave mágica que reduzca la criminalidad y sí por el contrario, puede traer consigo efectos perjudiciales que van desde los biopsicosociales, pasando por los políticos hasta llegar a los económicos que deben de ponderarse antes de tomar cualquier decisión. Pensamos que el Estado de México adoptaría una tendencia represiva, haciendo a un lado las modernas corrientes preventivas del delito y readaptatorias del delincuente, y en consecuencia, se haría nula su función socializadora en materia de antisocialidad infanto-juvenil. Considero delicada la posibilidad de disminuir la edad de imputabilidad penal ya que se rompería el principio de obligaciones y derechos proporcionales para el menor obligado. Nuestros jóvenes, al ser sentenciados tendrían que convivir forzosamente con delincuentes de alta peligrosidad; el grave problema de sobresaturación de los Centros Preventivos y de Readaptación Social se vería más comprometido. Al disminuirse el límite de edad, el Código Penal del Estado y el 229 CODHEM Código Penal Federal sustentarían criterios distintos y se generaría un conflicto de atención a los menores del fuero federal, el Estado omitiría las modernas corrientes preventivas del delito y readaptatorias del delincuente. Este modelo no fortalece su implantación ante las estadísticas del sistema de justicia juvenil mexiquense, al referir que durante los últimos 5 años ha atendido en sus instituciones un promedio anual de 2,600 menores, de la cifra total un 11% en promedio reinciden y solamente el 1% fue considerado con rasgos de peligrosidad social relevante. El número total de menores atendidos en comparación con la población total del Estado representan el 0.0488%, cifras mínimas que espero, objetivicen la expresión de criterios y políticas en torno a los derroteros de la Prevención Social y el Tratamiento de Menores con conducta antisocial en el Estado de México. En sustitución a la corriente represiva, debe considerarse el promover el establecimiento de una política criminológica y de prevención social humanista, en las actuales condiciones de desarrollo de nuestra entidad la modernidad debe reflejarse en la calidad, ampliación y desconcentración de los servicios que se prestan. La optimización de los recursos y en la sistematización y ordenamiento de las funciones, a fin de no duplicar acciones y sí de atender en forma integral los orígenes y las consecuencias de la problemática antisocial en menores de edad, teniendo como base los informes emitidos por un Centro Interinstitucional de Análisis, Investigación e Información en la materia. Es importante posibilitar legalmente la participación del sector privado en lo que a atención especial se refiere, a fin de que represente una alternativa viable al tratamiento especial a menores con conducta antisocial; me refiero concretamente para los casos de clara psicopatología, así como promover su participación filantrópica en las actividades propias del sistema. El desarrollo del Sistema de Prevención Social y Tratamiento de Menores implica necesariamente la participación del personal idóneo en número y perfil profesional, asignándole un salario gubernamental decoroso y los recursos materiales para el desempeño de su labor, pues a pesar de que éste se orienta con moderna metodología, el esfuerzo de los servidores públicos se ve limitado por dichas condicionantes. En conjunción, las instituciones de Educación Superior, deben incluir en su currícula, materias y/o alternativas de especialización respecto a la Prevención de la Antisocialidad y el Tratamiento de Menores. 230 Doctrina Para efecto de dar congruencia y continuidad en el tratamiento a los menores con conducta antisocial, y a propósito de la filosofía humanista con un enfoque centrado en la persona, consideramos trascendente la creación de un Cuerpo de Seguridad que pueda integrarse fielmente dentro de esta perspectiva a los programas de prevención social y justicia juvenil, así como mesas de Ministerio Público especializadas en menores con conducta antisocial y la ampliación del número y especialización de los defensores de oficio adscritos al Ministerio Público, Consejos de Menores y Preceptorías Juveniles. De lograrse lo enunciado se hará necesaria la implantación de una extensa campaña de difusión para dar a conocer a todos los sectores de interés, los oficios y bondades de las instituciones y servicios, otorgando relevancia a la difusión de los derechos del niño y las víctimas del delito. Señoras y señores, Constituyamos desde cada una de nuestras tribunas de opinión, firmes apoyadores de una política equitativa de Justicia Social de Menores, para que con técnica, humanismo y legalidad, exista la paz social a la que todos aspiramos. El destino de nuestros niños y jóvenes está en nuestras manos. Lic. Evangelina Lara Alcántara, durante la presentación de su ponencia: "Prevención Social y Tratamiento de menores y las Inconveniencias de la Reducción de la Edad Penal en el Estado de México". 231