La tendencia antisocial-Winnicott La tendencia antisocial puede estudiarse tal como aparece en el niño normal o casi normal, en el cual se halla relacionada con las dificultades inherentes al desarrollo emocional. Una tendencia antisocial puede ser tratada muy fácilmente si el tratamiento se agrega a unos cuidados ambientales especializados. La tendencia antisocial no es un diagnóstico. No se puede comparar directamente con los diagnósticos de neurosis y psicosis. La tendencia antisocial puede existir en un individuo normal o en un psicótico o neurótico. Esta tendencia puede existir en todas las edades (pero en este ensayo Winnicott se refiere sólo a niños). Un niño puede convertirse en un niño desposeído cuando se lo priva de ciertas características de la vida hogareña. Se hace manifiesto cierto grado del denominado “el complejo de desposesión”. El comportamiento antisocial se hará manifiesto en casa o en una esfera mucho más amplia. Si esta tendencia antisocial perdura en el tiempo, se suele considerar al niño como inadaptado o “mal ajustado” y aconsejar su ingreso en una residencia para niños inadaptados para que pueda recibir tratamiento o puede ser llevado a los tribunales por ser incontrolable. En el supuesto de que todas estas medidas fallasen, puede decirse que el joven adulto se habrá convertido en un psicópata. La tendencia antisocial se caracteriza por un elemento que hay en ella que obliga al medio ambiente a ser importante. Es decir, a través de impulsos inconscientes, el paciente obliga a alguien a cuidarse del control. El terapeuta realiza la labor en términos de control, tolerancia y comprensión. La tendencia antisocial implica esperanza. Es decir que el niño, mediante su conducta antisocial, buscan comunicar algo (hay algo que decir) y ese intento de comunicación es la esperanza de su cura. Si se logra interpretar lo que hay detrás de su accionar vandálico, se puede llegar a la cura. El tratamiento adecuado para la tendencia antisocial no es el psicoanálisis , sino el manejo: debemos ir al encuentro de ese momento de esperanza y estar a la altura de él para poder manejarlo correctamente. Cuando existe una tendencia antisocial es que ha habido una verdadera deprivación y no una simple privación (el niño ha perdido algo bueno que ejercía un efecto positivo sobre su existencia y se le ha quitado). 1 Comunicación que implica esperanza: El robo: El niño busca algo en alguna parte y, al no encontrarlo, lo busca por otro lado si aún tiene esperanzas de hallarlo. El robo va asociado a la mentira y ambos ocupan el centro de la tendencia antisocial. El niño no busca al objeto robado sino a la madre, sobre la que tiene ciertos derechos según su punto de vista. Más a fondo podría referirme al deseo compulsivo de salir a comprar algo, a la salida sin finalidad alguna, a modo de rabonas. La destructividad: El niño busca el grado de inestabilidad ambiental capaz de resistir la tensión provocada por su conducta impulsiva, un suministro ambiental perdido, una actitud humana en la que pueda confiar y lo deje en libertad para moverse, actuar y entusiasmarse. FALLA EN LAS NECESIDADES DEL YO DEL NIÑO. 2