OBLIGACIONES 361 Así, por ejemplo, en materia posesoria hicieron triunfar, el animus sobre el corpus, y de ese movimiento llegó una aplicación para el mutuo. Objeto del mutuo. Tiene por objeto todas las cosas de género, es decir aquellas cosas que pueden reemplazarse las unas por las otras, cosas de la misma naturaleza, cosas fungibles quae primo uso consumuntur, dinero, mercancías. El mutuo es un préstamo de consumo y precisamente a este propósito GAYO observa la etimología: quia quod ita tibi a me datum est, ex meo tuum fit, es decir que la cosa mía se hace tuya. Solamente la determinación del genus o de las especies es papel de convenio entre las partes; no en esta noción objetiva, sino interpretativa. En la práctica, la determinación era objetiva, es decir, aquellas cosas quae pondere, numero, vel mensura constant, es decir,cosas que se cuentan, se pesan y se miden. Condiciones relativas a las cosas. El mutuum tenía por objeto cosas consideradas en su género in genere, y que podían reemplazarse unas por otras. No era cuerpo cierto el que se prestaba y podía restituirse, sino una cosa de género, la cual el deudor podía sustituir por otra de la misma naturaleza, calidad y cantidad. Según el lenguaje de los intérpretes éstas eran cosas fungibles, porque en razón de voluntad de las partes, el objeto restituido reemplazaba al que se había entregado sin tener la misma naturaleza, calidad y cantidad, además sin tener la misma individualidad in genere suo functionem recipium. Estas cosas in genere estaban determinadas por una operación de cuenta, peso o medida. Condiciones relativas a la entrega de la cosa. El mutuum exigía para su perfección, la tradición de la cosa que efectuaba la transmisión de propiedad del patrimonio del prestamista a la del deudor. De aquí la expresión de mutui datio, de dación, que en principio debía ser obra del prestamista. Los antiguos jurisconsultos se atenían al rigor de los principios y no admitían que una persona llegara a ser acreedor ex mutuo cuando las cantidades entregadas no salían verdaderamente del patrimonio del prestamista y jamás le habían pertenecido. Si se entrega a un tercero por conducto del deudor una suma que éste le debía al acreedor, autorizando al tercero para que la conservara a título de préstamo, no había mutuum porque el prestamista no había tenido nunca la propiedad y no la había transferido al deudor. Se convirtió el depósito en mutuum; la intención de transferir la propiedad la entrega material ya hecha, y se invitaba, por la tradición brevi manu, la doble numeración de las especies, es decir, la restitución al