220-44542, 10 de septiembre de 2004 REF.: Las sanciones que esta Superintendencia puede imponer a un revisor fiscal, se encuentran relacionadas con actos realizados por él cuya investigación le compete a esta Entidad en razón de sus funciones. Me refiero a sus escritos radicados en esta Superintendencia con los números 2004-01-106527 y 2004-01-106672, mediante los cuales consulta si civilmente es factible solicitar la remoción del revisor fiscal por desacato al juez y confabulación con el gerente de la sociedad en contra de un grupo de accionistas; también pregunta si administrativamente es factible solicitar ante la Superintendencia de control la remoción del revisor fiscal por la mismas razones ya expuestas; y, por último, indaga si ante la Junta Central de Contadores es factible proceder de la forma ya indicada en iguales condiciones que las descritas. De manera preliminar, me permito precisarle que en atención a que la labor de esta Superintendencia, consiste en velar por que en su formación y funcionamiento las sociedades comerciales se ajusten a la ley y a sus propios estatutos, no es posible conceptuar acerca de aspectos que escapan a dicha órbita de competencia, como lo son las acciones civiles que se pueden intentar ante las autoridades judiciales por desacato del revisor fiscal a las órdenes del juez y por su presunta confabulación, o como también lo son las sanciones que es factible solicitar a la Junta Central de Contadores que imponga por las mismas razones. Así las cosas, haremos alusión únicamente al segundo interrogante, asumiendo que la Superintendencia de control a la que se refiere en su escrito es este Organismo, y por tanto, le indicamos que de conformidad con lo establecido por el artículo 216 del Código de Comercio, el revisor fiscal que no cumpla las funciones previstas en la ley, o que las cumpla irregularmente o en forma negligente, o que falte a la reserva prescrita en el artículo 214 idem, será sancionado con multas o con suspensión del cargo, y si reincide se doblarán las sanciones anteriores e igualmente podrá imponerse la interdicción permanente o definitiva para el ejercicio del cargo de revisor fiscal, según la gravedad de la falta. En este orden de ideas, este Despacho está habilitado por la ley para imponer al revisor fiscal las sanciones que se acaban de describir, pero por incumplir las funciones que le hubieren sido asignadas por la ley, no por desacatar una orden impartida por un juez de la República, pues el seguimiento de dicha disposición judicial es competencia del mismo funcionario que la profirió, y por tanto, las sanciones que se deriven de su desacato por parte de un particular corresponde aplicarlas a la misma autoridad judicial que expidió la orden. Ahora bien, la presunta confabulación del revisor fiscal con el gerente de la compañía, contra un grupo de accionistas de la misma, es a todas luces contraria al ejercicio de sus funciones, puesto que de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 207 del Estatuto Mercantil, su labor consiste principalmente en la fiscalización de la labor del representante legal y en general de los administradores de la sociedad, razón por la cual es pertinente establecer las actuaciones de que se valió para apoyar al gerente y proceder en contra de un grupo de accionistas del ente jurídico en cuestión, con el fin de denunciarlas ante este Organismo y proceder, conforme con lo dispuesto por el artículo 217 ibídem, a imponer las sanciones a que hubiere lugar. En los términos anteriores hemos dado respuesta a sus inquietudes, no sin antes manifestarle que el alcance de la misma es el previsto por el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.