220-36342, 2 agosto de 2004 REF.: Órgano facultado para efectuar designación del revisor fiscal cuando no se logra reunir para tal efecto a la asamblea general de accionistas. Me refiero a su escrito radicado en esta Superintendencia con el número 2004-01-091578, mediante el cual solicita se le informe si en virtud de que, como liquidador de la sociedad, no logra reunir al máximo órgano social con el fin de nombrar al revisor fiscal de la misma, es factible que dicha designación la efectúe la junta asesora del liquidador. Al respecto me permito manifestarle que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 204 del Código de Comercio, concordante con lo establecido en el numeral 4º del artículo 187 ibidem, la elección, la asignación de honorarios y/o remoción del revisor fiscal de una compañía, es una decisión privativa e indelegable de la asamblea general o junta de socios, adoptada con el voto afirmativo de las mayorías previstas en la ley o en los estatutos para el efecto, exigencia de carácter imperativo, aún cuando en el contrato social se haya previsto otra cosa. En este sentido ya se ha pronunciado la Superintendencia de Sociedades, en varias providencias, una de las cuales dice: "… Luego, siendo del resorte del máximo órgano social la designación del revisor fiscal, será dicho órgano quien proceda de conformidad con sujeción a las reglas en cuanto a quórum y mayorías decisorias, lo que impide delegar su designación en un tercero, ni siquiera tratándose de los mismos asociados, como quiera que éstos no pueden actuar individualmente considerados, sino constituidos en asamblea o junta de socios, previo cumplimiento de las normas legales y estatutarias previstas para tal efecto, que es la forma permitida por ley para que los socios puedan intervenir en el control de la empresa social y adoptar las decisiones que le competen." (Oficio 220-23391 del 30 de junio de 2001). En este orden de ideas, no es viable que al revisor lo designe sujeto diferente al máximo órgano social, incluida la Junta Asesora del liquidador, por lo que necesariamente se le debe citar en los términos previstos para tal efecto a fin de que proceda de conformidad; además no hay que desconocer que la convocación debidamente realizada por cualquiera de las personas que la ley faculta para dicho efecto, entre ellas esta Superintendencia, también comporta para los asociados la obligación de acudir al emplazamiento con el fin de considerar el temario correspondiente (Artículo 87, numeral 2º de la Ley 222 de 1995 y 423 del Código de Comercio). En los términos anteriores he dado respuesta a su inquietud, no sin antes manifestarle que el alcance de la misma es el previsto por el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.