Universidad de Buenos Aires Facultad de Psicología Informe Final: Pasantía en PAUSA Psicoanálisis Freud I Giménez Silvia Comisión: 13 En el siguiente informe tratare de desarrollar y dar a conocer lo que significo para mí, como alumna del primer año de la carrera de Psicología, haber podido participar de la experiencia de la pasantía que se llevo a cabo en PAUSA. En primer lugar voy a hacer una breve presentación de PAUSA; luego voy a pasar a describir como se trabajo en la pasantía, para finalmente poder desarrollar mis opiniones personales. PAUSA -Psicoanálisis aplicado a las Urgencias subjetivas en la Actualidad- Como su nombre lo indica, es una institución que aplica el psicoanálisis a la urgencia subjetiva que presenta el paciente; por lo tanto se plantean periodos cortos de tratamientos. En PAUSA se atienden tanto adultos como niños, o también se pueden solicitar entrevistas para realizar terapia de pareja, pero siempre teniendo en cuenta en todos los casos que los tratamientos deben ser ambulatorios, ya que el dispositivo no cuenta con un sistema de internación. La pasantía consistió en: Una Reunión informativa y organizativa en la facultad. Una reunión en PAUSA; tres reuniones de tutoría en la facultad con el equipo de la pasantía; una mesa redonda y una visita a PAUSA donde se presencio la entrevista de admisión. Considero importante la presentación de PAUSA, ya que es imprescindible tener en cuenta la metodología de trabajo y el dispositivo con el que cuentan a la hora de admitir o no un paciente. Dicho esto, se me viene a la cabeza la siguiente frase: “Pacientes con urgencia subjetiva” y me empiezo a cuestionar: ¿Qué es la urgencia subjetiva? Ricardo Seldes, en su artículo “La urgencia subjetiva” nos dice: “Es un modo de ir al grano restringiendo de un modo pragmático los distintos usos posibles del término urgencia. Con esto queremos señalar especialmente que no nos referiremos a la urgencia social, ni a la económica, ni a la médica, ni a la psiquiátrica, aunque seguramente hay un poco de cada una de ellas en lo que hace a la urgencia subjetiva.” Entonces, leyendo la cita vienen rápidamente a mi cabeza momentos de la entrevista de admisión realizada: una paciente de 51 años que repite constantemente estar “desbordada”. Cuando se le interroga por los motivos del desborde nos describe su situación: Una madre, separada que se siente desbordada porque no sabe cómo ayudar a su hijo que padece TOC. Un padre ausente, y ella el único sostén económico de la familia. Con miedo de perder su empleo ya que según ella no puede cumplir como corresponde con su tarea. Entonces podemos visualizar que no hay una urgencia social, económica, ni medica. Pero también podemos ver que en su demanda hay una conjunción de todos. “En todo caso queda claro que la dimensión esencial del trabajo que proponemos para la urgencia subjetiva, psicoanalítica, incluye la premisa de que contamos con la dimensión del inconsciente y el goce que éste comporta. Y en tanto el lenguaje del inconsciente se ordena en discurso por el discurso analítico, es evidente que el primer efecto que se necesita es el de poner en juego un vector, una direccionalidad: que el que sufre, en su urgencia, tenga a quien dirigirla.” Nos sigue señalando Ricardo Seldes, poner en juego un vector, una direccionalidad; es precisamente lo que señalaba la profesional que realizo la entrevista de admisión, en relación a la paciente. Una estructura de “defensa yoica” es lo que la profesional reconoció en la paciente, la cual no se implica subjetivamente, entonces aquí ese vector, esa direccionalidad debe estar dirigida en dirección hacia la paciente y lograr que se implique para que todo deje de pasar por fuera de ella. Entonces se me presentan otros interrogantes: ¿Se podrá realizar ese trabajo al cabo de unos meses? ¿Es un tiempo acorde a la demanda de la paciente? Otra cuestión que no puedo dejar de mencionar, y que se hizo presente en la entrevista, es aquello relacionado a la “regla de abstinencia” como lo explica Freud en “Consejos al médico sobre la iniciación al tratamiento” (1912) es un cierre del inconsciente por parte del analista, que implica, que el mismo se ubique en un lugar “inhumano”, porque no escucha desde sus propias satisfacciones, deseos, juicios o convicciones. Por el contrario, debe despojarse de todo aquello mediante su propio análisis para permitir que haya transferencia, y por lo tanto se produzcan los efectos buscados. Debo admitir que fue inevitable lograr evitar ideas, pensamientos y quizá hasta se podría decir que “alguna intervención errónea” si se me hubiese tenido permitido la palabra. Ya que ante ciertas anécdotas de la paciente en mi mente venían las siguientes preguntas: ¿Por qué haces eso? ¿Por qué no haces esto otro? ¿Por qué no dejas de hacer tal cosa por tu ex esposo si están separados? Son preguntas que surgían a partir de mis creencias e ideas. Son preguntas que, como bien mencione, si hubiese tenido permitido la palabra, hubiesen sido erróneas intervenciones, ya que en el consultorio el análisis no se hace de inconsciente a inconsciente, sino que debe haber un solo inconsciente, el del paciente. Por lo desarrollado puedo concluir que la pasantía en PAUSA, ha sido muy enriquecedora ya que logro plantearme diferentes interrogantes que estimularon a continuar mi carrera. Interrogantes que sin la pasantía de por medio quizá no se me hubiesen presentado nunca. Cuestiones como “la regla de abstinencia” que dieron cuenta de todo el marco teórico y las horas de diván que me falta para poder lograrlo. Finalmente el hecho de compartir en las diferentes reuniones de tutoría la experiencia de cada compañero permitió profundizar los conocimientos que vemos a lo largo de la cursada y tener una perspectiva más cercana con la experiencia práctica.