11040625 01/11/2007 ESPECIAL 09:36 p.m. Page 7 | VIERNES 2 DE NOVIEMBRE DE 2007 | EL SIGLO DE DURANGO | 7A ASESINOS SERIALES | ESTADOS UNIDOS REPORTA CIFRAS ATERRADORAS Matan por compulsión Aumentan casos de homicidas mexicanos Perfil De acuerdo con Steven Egger, experto en perfiles criminales, un asesinato serial se define por las siguientes características: Un mínimo de tres a cinco víctimas, con un periodo de tiempo entre un crimen y el siguiente. ■ El asesino no tiene relación con las víctimas. Aparentemente el crimen ocurre al azar o sin conexión con los otros. ■ Los asesinatos reflejan el sadismo del criminal, y su necesidad de tomar el control de la víctima. ■ Raramente el asesino obtiene una ganancia material; el motivo siempre es de orden psicológico. ■ Las víctimas tienen un valor “simbólico” para el asesino; esto se entiende tras ver que hay un método específico para matar. ■ El asesino casi siempre escoge víctimas vulnerables, tales como prostitutas, niños, etc. ■ AGENCIAS Los asesinos en serie son personas que matan por lo menos en tres ocasiones con un intervalo entre cada asesinato. Los crímenes cometidos son resultado de una compulsión, que puede tener sus orígenes en la juventud o en desajustes psicopatológicos del asesino, contrariamente a aquellos que están motivados por ganancias monetarias (por ejemplo, asesinos a sueldo) o los que tienen motivaciones ideológicas o políticas (por ejemplo, terroristas, genocidas), según el Buró Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés). Actualmente se estima que 75 por ciento de los asesinos seriales reside en los Estados Unidos; los demás se reparten en el resto del mundo. Cifra aterradora si se considera que sólo 6 por ciento de la población mundial reside en Norteamérica. Se piensa que actualmente operan 35 asesinos en Estados Unidos y que del total de asesinatos por día, 11 son atribuibles a alguno de ellos. Thug Behram, líder de una banda de la Thuggee, India, frecuentemente ha sido nombrado el asesino serial más prolífico del mundo. Según numerosas fuentes, se estima que asesinó a 931 personas por estrangulación mediante una tela ceremonial (o rumal, que en idioma hindi significa pañuelo), usado por su culto entre 1790 y 1830; de esta manera, posee el registro de más asesinatos cometidos por una sola persona en la historia. Richard Freiherr von Krafft-Ebing con su esposa Marie Luise. En total, los secuaces de manera general fueron responsables de aproximadamente dos millones de muertes, de acuerdo con Guinness. En su famoso libro Psychopathica Sexualis, Richard von Krafft-Ebing registra el caso de un asesino serial ocurrido alrededor del año 1870, un italiano llamado Eusebius Pieydagnelle quien tenía una obsesión sexual con la sangre confesó haber dado muerte a seis personas. El asesino anónimo Jack “El Destripador” despedazó prostitutas en Londres en 1888 (el número exacto de víctimas se desconoce -como mínimo cuatro, probablemente seis). Estos crímenes lograron obtener enorme atención de la prensa, porque Londres era el centro de la más grande superpotencia del mundo, en aquel tiempo. Joseph Vacher fue ejecutado en Francia en 1898 después de confesar el asesinato y mutilación de 11 mujeres y niños, mientras que el asesino serial H. H. Holmes fue ahorcado en Filadelfia en 1896 después de confesar 27 asesinatos. Luis Disanto, psicólogo especializado en investigación científica del delito, señala que en la modernidad el caso más resonante se dio en 1888, con Jack “El Destripador”, en Londres. Sin embargo, como fenómeno parece que es nuevo, se lo denomina así desde FUENTE: Agencias. Detonantes La policía y los investigadores han tratado de “entrar” en la mente del asesino. Así se han derivado una serie de causales para esta conducta. Entre ellas, las siguientes: ■ Abuso infantil. ■ Causas genéticas. ■ Desequilibrio químico mental. ■ Daño cerebral. ■ Padecimiento de injusticia social. ■ Exposición a eventos traumáticos. FUENTE: Agencias. hace cuarenta años. En el momento en que se comenzó a estudiar sistemáticamente -en los 70- habían surgido distintas olas de asesinatos en los Estados Unidos. AMÉRICA LATINA En Argentina el primer caso es de 1899, Cayetano Grossi, un inmigrante italiano que mataba a los hijos recién nacidos que tenía con las hijas de su pareja, una cuestión incestuosa. En 1912, aparece el emblemático criminal Cayetano Santos Godino, mejor conocido como “El petiso orejudo”. En Colombia se dio el caso del homicida más prolífico: Luis Alfredo Garabito Cubillos mató cerca de 220 personas. Llevaba los chicos a un descampado, ahí los torturaba, abusaba de ellos y los mataba. El fenómeno en Latinoamérica existe pero está el prejuicio de que es propio de la cultura anglosajona, señala Disanto. LOS NACIONALES José Luis Calva Zepeda, asesino confeso de su pareja sentimental, Alejandra Galeana Garavito, enfrenta ya un juicio formal. La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) descubrió que suman tres las mujeres asesinadas (aunque sólo han confimado la participación de Calva en dos), y una relación “sentimental” con Juan Carlos Monroy, su cómplice y quien le pasaba algo de sus quincenas. EL ESTRANGULADOR DE TACUBA En la década de los 20, “Goyo” Cárdenas ocupó los titulares del país. Gregorio tenía una novia que desapareció, la policía encontró a la chica de 17 años en casa de él en la calle Mar del Norte, en Tacuba. Se dice que en ese mismo patio encontraron cuatro cráneos de mujeres. Él declaró que las ahorcó, “porque me abandonaron”. Estuvo 40 José Luis Calva Zepeda, El Caníbal de la Guerrero, recibió el auto de formal prisión en el Juzgado 21 del Reclusorio Oriente por el delito de homicidio agravado. años en Lecumberri, se volvió abogado y murió en 1999. LAS POQUIANCHIS En 1950 se descubrieron 91 cuerpos enterrados en el rancho de Delfina, Eva y María de Jesús González, oriundas de Guanajuato donde estaba uno de los burdeles que regenteaban. Cuando las sexoservidoras ya no les servían para sus fines las mataban. LOS NARCOSATÁNICOS Adolfo de Jesús Constanzo y Sara Aldrete, mejor conocidos como los narcosatánicos, aparecieron en escena en los 80. Se trataba de todo un grupo que pertenecía al culto Palo Mayombe, practicaban magia negra, vendían drogas y asesinaban gente para sus rituales. LA MATAVIEJITAS Juana Barraza Samperio iba a la puerta de sus víctimas vestida con bata blanca haciéndola de médico o solicitando apoyo para programas sociales, ya dentro de la casa ahorcaba a mujeres mayores. La acusaron por diez homicidios, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) registró 49 asesinatos a adultos mayores. EL SÁDICO En enero de 2006, en la Ciudad de México, capturan a un asesino serial, de tan sólo 25 años, Raúl Osiel Marroquín Reyes, alias “El Sádico”, quien aseguró que hizo un bien a la sociedad al elegir víctimas, jóvenes homosexuales a quienes secuestró y asesinó. Al menos cuatro víctimas fueron ahorcadas por este joven y sus cuerpos abandonados en el interior de maletas halladas en diciembre de 2005 en diversos puntos de la Ciudad de México, como en las inmediaciones del Metro Chabacano y la colonia Asturias. Juana Barraza Samperio, conocida como “la mataviejitas”. Alexander Pichushkin (izquierda), conocido como “el asesino del ajedrez”, es escoltado por un oficial de la policía en la Corte de la ciudad de Moscú, Rusia, donde el lunes pasado se anunció el veredicto tras su juicio. La Corte ha sentenciado a Alexander Pichushkin a cadena perpetua. El jurado lo declaró culpable del asesinato de 48 personas y dijo que no merecía indulgencia. (EFE) Sentencian al “asesino del ajedrez” Un tribunal ruso sentenció en días pasados a cadena perpetua a Alexandre Pitchuchkin, conocido como el “maniaco del martillo” o el “asesino del ajedrez”, por 48 homicidios y tres intentos de asesinato cometidos entre 1992 y 2006 en esta capital. Tras el anuncio de la condena, el juez Vladimir Usov se dirigió al acusado, a quien preguntó si había comprendido todo, según las agencias rusas de noticias Interfax e Itar-Tass. “No soy sordo”, respondió Pitchuchkin, quien al parecer no se vio afectado por su condena y parecía sonreír con ironía desde un cubículo de vidrio reforzado con las manos esposadas a la espalda. La sentencia a Pichushkin, quien aseguró haber matado a 61 personas en un intento por llenar las 64 casillas de un tablero de ajedrez, fue la más severa posible según la ley rusa. El condenado, de 33 años de edad, deberá someterse a tratamiento psiquiátrico en la prisión, a pesar de que expertos de la principal clínica psiquiátrica de Rusia han determinado con anterioridad que Pichushkin está sano. Pichushkin, considerado como un asesino en serie, fue detenido por la po- licía en su casa en julio de 2006 con el arma del crimen en la mano -un martillo de carpintería-, y un tablero de ajedrez con casi todas las casillas cubiertas con monedas. El ex trabajador de un supermercado moscovita cometió la mayoría de sus crímenes en el mismo lugar, el parque de Bitsa, en el suroeste de la capital rusa y casi siempre con la ayuda de un martillo. Según la fiscalía, Pichushkin atraía a las víctimas, en su mayoría desamparados, alcohólicos y ancianos, con el pretexto de compartir una botella de vodka en el parque de Bitsa. EL CASO DE SARA ALDRETE Tras ser la protagonista de uno de los casos que mayor escándalo y morbo reportaron en la sociedad mexicana de los 90, que los bautizó como los narcosatánicos, por el que fue condenada a 62 años de cárcel, Sara Aldrete señala que después de un episodio “tan sonado y terrible”, ha logrado cambiar las páginas amarillistas y de nota roja para instalarse, con dos libros publicados, en las secciones de cultura. “Ahora estoy en culturales o al menos en ciudad. La verdad es que superé ese pasado, le di una patadita, me di la vuelta y seguí. Qué más puedes hacer, tienes que vivir y continuar, si yo siempre cargara esa piedra traería una joroba del tamaño del mundo”, asegura en entrevista desde el Reclusorio Preventivo Sara Aldrete afirma que escribe para encontrar la libertad. Femenil Oriente. Publicó con editorial Colibrí el libro Me dicen la narcosatánica en el año 2000 y un testimonio de su experiencia como interna en la compilación Mujeres de Oriente. Relatos desde la cárcel publicado en el 2002, producto de su asistencia a los círculos de lectura del penal y al taller literario dirigido por la periodista y narradora Josefina Estrada,