Me Gustas … No Me Gustas: El Tormento de los Mensajes Equívocos Gabriella Kortsch, Ph.D. ¿Alguna vez has tenido una cita con alguien que era bastante agradable, y parecía que también tú le gustabas mucho, llegando incluso a decirte que tenía ganas de verte de nuevo? Pero luego resultó que no supiste nada más hasta varias semanas más tarde. Y de pronto te llovieron llamadas perdidas, mensajes de texto, incluso, quizás, algunas flores, y finalmente os volvisteis a ver, la cita resultó ser tan encantadora, si no más, que la primera cita. Te continuó llamando, os encontrasteis unas tres o cuatro veces seguidas - estaba claro, habíais congeniado y luego, tan repentinamente como había surgido ese huracán particular, se calmó de nuevo. Esta vez, sin embargo, en comparación con la primera cita solitaria, te sentiste molesto. Nervioso, tal vez, también, preocupado - como es de esperarse - ¿por qué no me ha llamado él/ella? Te intentas poner en contacto sin ningún resultado, las llamadas pasan al buzón de voz y tus textos no reciben respuesta. Y luego, una semana después todo se inicia de nuevo. Tenéis un par de citas, y durante la tercera te informa con una suave sonrisa que se avecina un viaje que tenía planeado desde antes de conocerte, y así este personaje nuevo de interés en tu vida estará ausente por varias semanas, haciendo senderismo en las laderas del Himalaya. Comienzas a tener la sensación de que tú estás mucho más en esto que la otra persona, que de alguna manera parece reposar un poco al margen de todo, y te preguntas qué está pasando. Y por supuesto lo que está pasando es un caso de mensajes equívocos. Dichos mensajes te dicen - cuando la otra persona busca tu compañía asiduamente y quizás incluso fervientemente - que eres un objeto de deseo, y luego - después de sólo un corto período obtienes el otro mensaje: ¿Cómo has dicho que te llamas? ¿Nos conocemos? Unas dos semanas después de que terminara el viaje al Himalaya, recibes una llamada expresando mucho interés en verte, indicando que él/ella está convencido de que te fascinará saber todo lo que le sucedió en el viaje. Y por cierto, dice, estaba pensando en ti en Nepal por lo que te traigo un regalo de allí. No sabes si vas o si vienes y además estás empezando a sentirte bastante molesto, incluso hasta resentido. Pero curiosamente, haces poco para confrontar a este personaje resbaladizo, y haces menos aún por tener una charla seria contigo mismo de que esto - bajo ningún pretexto - puede ser sano. Repito ¿qué está ocurriendo realmente? Tu nueva pareja (o como quieras llamarlo), a quien ya llevas viendo desde hace varios meses bailando a este ritmo intermitente que llevo describiendo, se comporta, evidentemente, de una manera que los que ya habéis levantado vuestros propios límites sanos, reconoceréis como inaceptable. Se trata de la conducta de una persona emocionalmente inaccesible que no tiene una relación sana con sus propias emociones y por tanto tiene dificultad con las emociones de los demás. No sólo no tiene una conexión sana con las propias emociones, sino que puede que no haya ninguna conexión consciente a ellas en absoluto. Los motivos por esto, además de lo que sucedió en su vida desde el principio para que así sea es el tema para otro, o varios otros artículos, pero lo que ocurre ahora - contigo - es el tema del artículo de hoy. Al mantenerte en modo de espera con este comportamiento de vaivén, esta persona no siente la necesidad de hablarte de sus intenciones. Es muy probable que haya al menos una persona más que recibe un tratamiento similar al mismo tiempo que tú. A todas esas personas las mantiene colgando, por así decirlo, por ese interés recurrente y abiertamente expresado, seguido por ese descartar como si fueras un juguete que ya le aburre, hasta que salga nuevamente el interés. Al no expresar sus verdaderas intenciones, te mantiene en la oscuridad, en suspenso, pero al mismo tiempo, tú sigues lo suficientemente interesado, como para que no renuncies. La razón por la cual esta persona necesita hacer esto (ya sea consciente o inconscientemente) se debe a que de esta manera siempre se siente emocionalmente seguro. Si, por casualidad te cansas y lo dejas, no se lo estaba jugando, como dicho, con sólo una carta en las manos, sino quizás con varias. La razón de que esto ofrece una seguridad emocional, es porque de esta manera la persona que te mantiene colgando nunca necesita hablarte abiertamente sobre cómo se siente, por lo tanto no llega a sentirse vulnerable y por tanto, no importa lo que pasa de tu parte; no importa lo que tú decidas, siempre tiene otra carta en la mano (otra persona entre bastidores). Este tipo de persona atrae a gente como tú y tú te sientes atraído por gente como ésta. Esta es una de las caras de la inaccesibilidad emocional, sobre la cual he escrito una serie de artículos. Ahora: ¿Qué hay de ti? ¿Por qué estás en esta situación? ¿Por qué no terminaste con esta situación insostenible hace semanas, si no meses, al haber empezado a ver lo que estaba sucediendo? ¿No es cierto que llegada la segunda cita una parte de ti ya se sentía vinculada a esta persona? ¿No es cierto que una parte de ti ya sentía necesidad de él/ella, que luego tradujiste a alguna versión de gran atracción o incluso amor? ¿Y no es menos cierto que ya habías decidido o que ibas a poder cambiarlo, o que cambiaría por su propia voluntad al darse cuenta de lo bien que los dos lo pasan juntos? Ésta es tu pista. Es tu bandera roja que te indica lo que sucede dentro de ti y que es una parte tuya que requiere algo de trabajo. He aquí lo que estás haciendo: en lugar de cuidar de ti mismo, en lugar de cuestionar a una persona que juega (incluso si es un juego subconsciente y no uno hecho deliberadamente y de modo calculado) de tal manera contigo (por cualquier razón), en lugar de preocuparte lo suficiente por ti mismo para poner todo este escenario en duda y preguntarte si realmente quieres estar expuesto a ello - al menos no sin antes tener algún diálogo real con la otra parte, y en lugar de reconocer que probablemente estás siguiendo un camino bien conocido que ya has pisado en tu vida en otras relaciones, simplemente te estás olvidando de tu salud psicológica, emocional y espiritual así como de tu bienestar y vas adelante con este patrón una vez más. Eso significa simplemente que harías bien en pensar en tus límites (probablemente nada sanos) y en tu amor hacia ti mismo que probablemente también deja algo que desear. Pero también significa que esta persona está en tu vida por una razón: que te despiertes a lo que no haces por ti mismo, y por no hacerlo (amarte a ti mismo y cuidar de ti mismo), buscas el amor en lugares equivocados con personas que no te hacen bien. Si aprendes a amarte a ti mismo, primero de una manera saludable (hay también muchos artículos sobre esto en mi portal), comenzarás a encontrar la manera de salir de este patrón. Haz esto por ti mismo y encontrarás el bienestar que buscas tan fervientemente.