Un lugar único en Buenos Aires C A P Í T U L O I La Argentina del Centenario “...Y sentí Buenos Aires: esta ciudad que yo creí mi pasado, es mi porvenir, mi presente; los años que he vivido en Europa son ilusorios, yo he estado siempre (y estaré) en Buenos Aires.” Jorge Luis Borges, “Arrabal” (fragmento), en Fervor de Buenos Aires, 1923 Historia de fin de siglo La historia de las Galerías Pacífico se inició hace más de un siglo. En la próspera y bella Buenos Aires –capital de una pujante nación agroexportadora, destino esperanzado de decenas de miles de inmigrantes y, además, ciudad sudamericana con reminiscencias europeas– las tiendas Bon Marché de París planearon instalar una de sus primeras sucursales transatlánticas. Las vicisitudes del emprendimiento fueron muchas; los avatares, incontables. Y aun así, desde entonces hasta hoy, los grandes objetivos siempre estuvieron claros: se construiría un magnífico edificio, el destino del mismo sería la instalación de tiendas comerciales de gran nivel y en las que podría encontrarse todo lo que “el hombre y la mujer modernos” pudieran desear y finalmente, pero no menos importante, las artes tendrían un lugar de privilegio en las nuevas Galerías. Pabellón de Italia en la Exposición de Ferrocarriles y Transportes Terrestres. Centenario de la Revolución de Mayo en Buenos Aires (Fotógrafo: Harry Grant Olds, año 1910). Emprendamos, entonces, amigo lector, un paseo por ese rico pasado del edificio, de la ciudad y del país, y recorramos juntos su evolución a lo largo de los años, desde las alegres celebraciones del Centenario de la Patria hasta las presentes circunstancias de comienzos del nuevo milenio. 12 13 Ministerio de Relaciones Exteriores, conocida como Palacio San Diagonal y Florida (AGN). Mirando a París Martín, fue construida por Alejandro Christophersen en 1906. En el Avenida de Mayo (AGN). magnífico palacio, ubicado frente a la plaza del mismo nombre, Desde fines del siglo XIX, las familias de la alta sociedad porteña eligieron como modelo para la edificación de sus residencias el estilo 22 confluyen recursos estilísticos del academicismo francés y del estilo borbónico. academicista francés, que procuraba combinar monumentalidad con A pocos metros, el hoy Círculo Militar, diseñado en Francia por el funcionalidad arquitectónica. Buenos Aires compartía esta elección arquitecto Louis Sortais y construido en 1902 por el argentino Carlos con otras grandes urbes del mundo, en las que ése era el estilo pre- Agote, fue proyectado como casa particular de José C. Paz, el funda- dominante. Sin embargo, esta influencia alcanzó dimensiones tales dor del diario La Prensa. Otros imponentes edificios de la época son en Buenos Aires que, a los ojos de muchos extranjeros, la capital el Palacio de Correos, el Palacio de Tribunales, la Embajada de Brasil, argentina se había convertido en una verdadera París de Sudamérica. la Nunciatura Apostólica, la Residencia Ortiz Basualdo –hoy Emba- Muchos de los edificios entonces construidos crean un paisaje jada de Francia–, el Palacio Errázuriz –actual Museo Nacional de Arte señorial que aun hoy distingue a las manzanas vecinas a las Galerías Decorativo–. En todos ellos son visibles rasgos del estilo academicis- Pacífico. A pocos pasos de Galerías Pacífico se encuentra el Centro ta, aunque la aparición de otros elementos arquitectónicos y decora- Naval, proyectado por el suizo Jacques Dunant y el francés Gastón tivos permite calificarlos parcialmente de “eclécticos”, hecho que Mallet en 1914. En su rica fachada, cargada de símbolos marítimos, refleja un rasgo recurrente de la cultura argentina y, más específica- se expresan los sueños de una Argentina pujante y abierta al mundo. mente de la porteña, a saber, su adopción sui generis de los manda- La residencia de la familia Anchorena, actual sede ceremonial del tos epocales y las tendencias artísticas europeas. 23 Florida y Perón (ex Cangallo), hacia el año 1910 (AGN). 26 Florida Durante la década de 1920 surgió en Buenos Aires un grupo de jóvenes escritores vanguardistas. Los distinguía su voluntad renova- Arriba izquierda: Florida entre Paraguay y Córdoba, año 1918 (AGN). Desde mediados del siglo XIX, Florida se recortó dentro del dora y el intento por llegar a un nuevo público ávido de poesía, a entramado porteño como una calle elegante y distinguida. Fue por aquel lector refinado y cosmopolita que gustaba de la estética del entonces elegida como una de las primeras arterias para ensayar la cine y del jazz. No se reunían en el club o el salón –como lo hacían Arriba derecha: iluminación nocturna a gas. Este desarrollo se vio impulsado desde los escritores tradicionales–, sino en el café. Pronto fueron conocidos Jorge Luis Borges. los inicios mismos del siglo XX, cuando la mayoría de las familias de con el nombre de “Grupo Florida”, porque se daban cita en los cafés la elite porteña vivían ya en sus inmediaciones y comenzaron a ins- de esta calle, como la confitería Richmond, donde realizaban sus ter- talarse reductos culturales y grandes tiendas de moda. tulias literarias. Fue esta dinámica inigualable de Florida entre las calles del cen- Entre ellos se encontraban Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo, tro la que dio pie al proyecto de instalar allí la sede argentina de las Leopoldo Marechal, Eduardo Mallea y Ricardo Molinari, también Galerías Bon Marché de París, dando lugar a la construcción del edi- fundadores de la revista Martín Fierro, cuyo primer número apareció ficio que actualmente ocupan las Galerías Pacífico. También sería en 1924, y de Prisma, revista mural, es decir, cuya publicación consis- Florida la primera calle peatonal de la ciudad, al principio sólo en tía en pegar afiches literarios en los muros de la ciudad, dirigida por horas de la tarde y luego, a partir de 1971, permanentemente. Muy Eduardo González Lanuza. Todos estos personajes daban vida al pai- cerca de las Galerías, al 500 de Florida, tuvo su sede el Jockey Club, saje de la Florida de entonces, también animada por los grandes donde hasta mediados de la década de 1950 se reunía la alta socie- palacios, las suntuosas galerías y las damas y caballeros de la podero- dad porteña. sa elite porteña. 27 C A P Í T U L O I I Las galerías en el mundo mo, a la moda del último grito de París. Esto muestra cuán rica es la La Recova Vieja mayoría de la gente, que puede consentir a sus hijos hasta este Fue uno de los primeros extremo”. mercados que tuvo A tono con el clima internacional, la calle Florida se recortó en Arriba: Cúpula de la Galería Güemes. 38 Galerías en Buenos Aires Buenos Aires. Se trataba el ámbito local como espacio privilegiado para la construcción de de una estructura de galerías. Las tiendas Au Bon Marché proyectaron edificar su sucur- arcos ubicada en la sal argentina, actual Galerías Pacífico, en la manzana comprendida actual Plaza de Mayo, que la dividía en dos “Las damas argentinas se visten muy bien y gastan mucho dine- por las calles Florida, Viamonte, San Martín y Córdoba. Las obras se ro en su arreglo. No se verán vestimentas más elaboradas ni en Bond iniciaron en el año 1889 a cargo del arquitecto Roland Levacher, en Street, ni en la Rue de la Paix o la Braben en Viena.” Charlotte la Argentina Raúl Levacher, nacido en Parma, y el ingeniero argen- Cameron, una inglesa de paso por Buenos Aires en la primera déca- tino Emilio Agrelo, pero la crisis económica de 1890 obligó a aban- da del siglo XX, dejó estas impresiones de su recorrida por la ciudad. donar el proyecto comercial. El edificio se consagró a otros usos y Se mostraba también sorprendida por el buen gusto y la profusión recién recuperaría la función prevista originalmente cuando se frutas y verduras. La de artículos europeos que se conseguían en este país remoto: inauguraron allí tiendas comerciales en 1946. Recova funcionó desde transversalmente. Allí funcionaba una feria de aprovisionamiento donde se podía comprar pescado, carne, velas, “Pienso que los que han dejado la compra de regalos [de Navidad] A sólo una cuadra, se inauguró una versión local de la tienda 1803 hasta 1884, año en para el último día se sofocarán en la calle Florida hoy. Nunca he Harrod’s londinense (que provocó además una disputa legal entre que el primer intendente Página siguiente: visto juguetes más preciosos y caros. Hay perros de juguete (...) y la casa inglesa y la casa argentina), en 1915, se inauguró cerca de de la ciudad de Buenos La Recova, en Plaza de Mayo. muñecas parisinas que parecen una criatura de tres años. (...) Estas allí la Galería Florida, actual Galería Güemes, diseñada por el arqui- Aires, Torcuato de Alvear, muñecas son sin duda carísimas y tienen un vestuario sofisticadísi- tecto italiano Francesco Gianotti, quien también diseñó la Confi- decidió demolerla. 39 tería del Molino, ubicada en la esquina de Callao y Rivadavia. Estas Arriba: Los dos accesos grandes tiendas ofrecían a los porteños la posibilidad de adquirir del Pasaje La Piedad, 1888-1900. telas, perfumes, porcelanas y toda clase de objetos importados de Europa. A la metáfora de la galería como ciudad en miniatura, se sumaba el atractivo de que se trataba de una ciudad a imagen y semejanza de las europeas. Los rioplatenses, siempre a la moda, tenían la posibilidad de sentirse como si estuvieran en el Viejo Continente con la sola visita a estos grandes almacenes, siguiendo de cerca los pasos de las costumbres parisinas y londinenses, a la vez que se prestigiaban junto a sus pares en un lugar elegante. Una oportunidad para exhibirse y demostrar que podían acceder a los productos de lujo que se ofrecían en las vitrinas y afinar su gusto por la belleza y las costumbres más recientes y refinadas de la Europa que añoraban y consideraban su modelo. 40 Página anterior: Tienda Gath & Chaves, Buenos Aires, Argentina. 41 C A P Í T U L O I I I Historia de un edificio monumental paron de estas exhibiciones fueron Eduardo Schiaffino, Emilio Caraffa, Ángel Della Valle, Eduardo Sívori y Ernesto de la Cárcova. Esta animada actividad artística perfilaba el siguiente destino en la historia del edificio de Galerías Pacífico. De galería a museo, de museo a sede del ferrocarril En diciembre de 1896 fue inaugurada la primera sede del Museo Nacional de Bellas Artes. En su primera ubicación, en el actual edificio de Galerías Pacífico, el Museo contaba ya con un centenar de telas, en su mayoría donadas por José Guerrico y Adriano Rossi. Al comienzo, la colección era lo suficientemente modesta como para ser cobijada en cinco salas en el primer piso del edificio de la calle Florida. Sin embargo, el patrimonio del Museo se acrecentó rápidamente, y pronto las pinturas, esculturas y dibujos de artistas argentinos y Partitura del tango Armenonville, referido al célebre cabaret. europeos llegaron a engalanar once salas de su primera sede, en una abigarrada disposición que cubría las paredes desde la mitad de su altura hasta el techo. Esta colección primigenia se nutrió de donacioLocomotoras importadas para los nuevos ferrocarriles. Pero las Bon Marché se convirtieron en un reducto artístico com- nes de coleccionistas particulares y de compras que fue realizando el pleto cuando se instalaron allí la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, propio Museo. Su primer director, el artista Eduardo Schiaffino, ad- su Academia y El Ateneo. Estas instituciones tenían como objetivo la quirió para la institución una gran cantidad de obras en Europa. Entre creación de un ambiente propicio para el desarrollo de las bellas las pinturas que se exhibieron en estas primeras salas se cuentan pie- artes y la fundación de un museo. zas de gran valor, como La ninfa de Manet, Obispo mártir de Tiépolo La Sociedad Estímulo, fundada en 1877, abrió al año siguiente la Academia Libre de Bellas Artes. En ella se formaron en las artes de la pintura, la escultura y el grabado la mayoría de los artistas argentinos. y La fiesta debajo del puente de Goya. Una crónica de 1904 ilustra la manera en que estaba organizada la colección: El Ateneo, por su parte, creado en 1892, fue una agrupación de 54 pintores, escritores y músicos que organizaban conciertos, talleres Este Museo, que hoy ocupa un rango honorable entre sus congé- literarios, conferencias y exposiciones de pintura. Los Salones del neres de Europa y Estados Unidos, tiene una organización perfecta- Ateneo (exposiciones periódicas organizadas por dicha sociedad) se mente original y distinta de todas las conocidas. Sus colecciones no convirtieron en lugares privilegiados para exhibir las obras de los están divididas por épocas, ni por Escuelas, sino por géneros: hay artistas argentinos y fueron la piedra fundamental para la creación salas reservadas exclusivamente al retrato, al paisaje, al desnudo, al de un mercado artístico nacional. Dos de estos Salones del Ateneo, arte religioso, al arte decorativo, a la pintura de género, de anima- el tercero de octubre de 1895 y el cuarto y último de 1896, se reali- les, de marina, etc.; esta disposición, la única armoniosa, ofrece una zaron en el edificio Bon Marché. Algunos de los artistas que partici- unidad desconocida en los demás museos, y en vez de la anarquía de 55 establecimientos Recoleta de Obras Sanitarias de la Nación), reformada especialmente por el reconocido arquitecto Alejandro Bustillo para alojar a la principal galería artística nacional. El paso de las instalaciones del Museo por el edificio de las Galerías Pacífico dejó su marca, ya que, como veremos en el capítulo siguiente, el arte sigue siendo un motivo de enorme atractivo para El puente Pacífico sus visitantes, que se deleitan cotidianamente con la belleza de los murales de la cúpula central. Sin embargo, mucho antes de que esto ocurriera, el Museo de La zona de Buenos Bellas Artes abandonó el edificio de las Galerías y la mayor parte Aires conocida como del mismo fue transformado en sede de una empresa ferroviaria pri- “Pacífico” debe su vada. nombre al puente El Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, como su nombre lo indica, ubicado sobre la rodaba hacia el Océano Pacífico, pero el proyecto de llegar hasta él Avenida Santa Fe, no se concretó. Estrictamente, el Buenos Aires al Pacífico, construido por el que pasa aún en la década de 1880 por una compañía con sede en Londres, unía hoy el tren de la las ciudades de Mercedes en la provincia de Buenos Aires con Villa ex compañía Buenos Aires al Pacífico. En el edificio adyacente Puente del Ferrocarril Pacífico, boca de la estación Palermo del subte y parada de trolebús, en la esquina de las avenidas Santa Fe y Juan B. Justo (AGN). Mercedes en la de San Luis. Sin embargo, en ambos extremos empalmaba con otros trazados, de modo que el suyo terminaba por enla- se ubican actualmente zar a la Ciudad de Buenos Aires con las provincias de Mendoza y San las oficinas del ex Juan. La terminal de este importante ramal ferroviario estaba ubica- Ferrocarril General San lugar y de concepto que resulta cuando una obra profana se encuen- da en Retiro, pero había una línea de vías que conectaba esta última Martín, denominación tra al lado de otra mística, cuando un asunto de interior se halla estación con Puerto Madero, para permitir que se descargaran en los que adoptó el junto a una marina, y un retrato lleno de mentalidad está próximo a barcos allí atracados los productos provenientes de las provincias Ferrocarril Buenos Aires un “bodegón” –disposición anómala y artificial que no solemos ver cuyanas con destino de exportación. al Pacífico al momento entre los espectáculos de la naturaleza–, este Museo presenta las de su nacionalización obras en el orden lógico, según su distribución científica. en 1947. capitales de origen inglés– compró el sector de Córdoba y Florida del edificio Bon Marché para instalar allí sus oficinas administrativas. Poco después, el Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico adquirió Casi dos décadas después adquirió otra parte del edificio y, excepto de su privatización buena parte del edificio para trasladar allí sus oficinas. Cuando, en la esquina de San Martín y Córdoba, donde funcionaba el Hotel 1909, el Ferrocarril concretó su proyecto y se instaló en el edificio Fénix, la totalidad del edificio quedó en manos de las autoridades diseñado originalmente para alojar a las Galerías Bon Marché, el ferroviarias, que decidieron instalar en el segundo piso el Museo Museo Nacional de Bellas Artes fue trasladado al famoso Pabellón Nacional Ferroviario. Desde ese momento y hasta fines de la década Argentino, diseñado en 1889 por el arquitecto francés Albert Ballu. de 1980 funcionaron allí buena parte de las oficinas del Ferrocarril, En 1933, el Museo Nacional de Bellas Artes recaló en la que aún incluida la venta al público de pasajes y la oficina de turismo, que se lo conoce como Trenes de Buenos Aires. es su sede, la antigua Casa de Bombas (edificio perteneciente a los 56 En 1908, el Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico –una empresa de Finalmente, a partir en los años 90, se Frente de las Galerías en su esplendor, en una publicación evocativa. encontraba en el hall central. 57 rías Santa Fe y las Galerías Cabildo, entre ellos), sino que también prepararon los planos de importantes obras en el interior del país, entre ellas el Hotel de Turismo de Salta (construido en 1941). Para la reforma del gran edificio de la calle Florida, Aslán y Ezcurra decidieron cubrir las calles internas con bóvedas acasetonadas a la altura del primer piso. La posibilidad de techar los dos pasajes con un techo liso tenía el problema de que la altura máxima debía ser de sólo cuatro metros y medio para no quitar luz a las ventanas del primer piso de las Galerías, donde funcionaban las oficinas del Ferrocarril, por lo que decidieron abovedarlo para ganar altura hacia el centro del corredor. Además, para sostener una cubierta de ese tipo hubiera sido necesario levantar columnas que llegaran al sótano, causando demasiadas transformaciones en el edificio. La solución de las bóvedas evitaba a los arquitectos la necesidad de construir las columnas y permitió que, en su punto medio, la altura del techo fuera de 6 metros, dando cierta sensación de liviandad a una construcción de hormigón. Sin embargo, el verdadero desafío arquitectónico fue la resolución del espacio central en el punto de encuentro de las dos calles. Para techar este espacio de planta octogonal y de un diámetro de 23 metros era imperioso colocar columnas, pero éstas hubieran inteLa avenida Corrientes tal como lucía en 1947, en la misma época en que el estudio Aslán y Ezcurra reformaba el edificio de las Galerías, por encargo del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico. Del Bon Marché Argentino a las Galerías Pacífico los peatones. Tras evaluar distintas alternativas, Aslán y Ezcurra decidieron construir una cúpula de grandes dimensiones que proveyera En 1945, las autoridades del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico al cruce de mayor amplitud y realzara el espacio central. En el centro decidieron realizar reformas en el edificio que ocupaban con el obje- se dejó una lumbrera de vidrio cuadrada que permitía la entrada de tivo de instalar tiendas comerciales en la planta baja. Se trató de un luz al centro de las Galerías, mientras que los paneles interiores fue- momento clave en la historia de las Galerías, ya que por primera vez, ron decorados con murales pintados por el Taller de Arte Mural, de transcurrido medio siglo desde el inicio del proyecto Bon Marché, se los que nos ocuparemos extensamente en el siguiente capítulo. volvía a vislumbrar el plan original del paseo de compras. 58 rrumpido la perspectiva visual además de incomodar el tránsito de Estas reformas permitieron inaugurar en el edificio noventa y dos Para realizar las reformas necesarias, se convocó al prestigioso locales comerciales a lo largo de las dos calles: desde joyerías hasta estudio de los arquitectos Aslán y Ezcurra, que se había encargado en tiendas de ropa, todo lo que los porteños podían desear se ofrecía la década anterior del diseño del estadio de fútbol del Club Atlético en los pasajes cubiertos de las nuevas galerías comerciales del centro. River Plate. Jorge Aslán (1909-1981) y Héctor Ezcurra (1908-1980) eran Sobre la entrada principal del edificio se colocó una marquesina socios desde comienzos de la década de 1930 y no sólo se ocuparon con un cartel en el que se leía “Galerías Pacífico”. La función origi- del diseño de grandes centros comerciales en Buenos Aires (las Gale- nal y el nuevo nombre quedaban así reunidos por primera vez. 59 C A P Í T U L O I V La cúpula y el arte mural ¡Ya está la obra realizada! Spilimbergo, Castagnino, Urruchúa, Berni y Colmeiro, cinco señores artistas de nuestro medio, han dado término a la decoración de la cúpula central de la Galería Pacífico en la calle Florida. Oportunamente, cuando la obra recién comenzaba a diseñarse en los monumentales "esténcil" y en el andamiaje sucio de cal, tuvimos oportunidad de dedicar una nota a estos artistas que se comprometieron a realizar una obra de envergadura en uno de los edificios característicos de nuestro Buenos Aires antiguo, que de nuevo volvía por sus fueros perdidos para constituir el mismo centro de atracción que había sido en los comienzos de nuestro siglo. Félix Molina Téllez, “Una pintura monumental”, Clarín, 2 de junio de 1946 El arte mural en la Argentina a comienzos del siglo XX Durante las primeras décadas del siglo XX, la escena artística local se vio enriquecida por la introducción del lenguaje de las vanguardias gracias a la experiencia formativa de los artistas argentinos en el ámbito europeo. En efecto, el viaje a Europa constituía una instancia fundamental en el desarrollo de jóvenes artistas. Allí podían apreciar las colecciones de los museos, los frescos de los grandes artistas italianos en iglesias y conventos y, al mismo tiempo, residiendo en París, Madrid o Florencia, contactarse con las vanguardias, participando de exhibiciones y de novísimos debates. Lino Enea Spilimbergo, Emilio Pettoruti, Xul Solar, Raquel Forner, Antonio Berni, Pío Collivadino, Juan Carlos Castagnino, Aquiles Badi, Héctor Benito Quinquela Martín, Trabajo en el puerto de Buenos Aires. Cemento policromado, Estación Plaza Italia, Línea D. Subterráneo de Buenos Aires. 62 Basaldúa, Alfredo Guttero, Horacio Butler y muchos otros formaron parte de ese riquísimo proceso de búsqueda de una identidad artís63 de 1940, Berni y Spilimbergo realizaron murales para el Pabellón Argentino en la Feria de Nueva TALLER DE ARTE MURAL Tacuarí 443 – Buenos Aires York, mientras que en 1943 Cas- De izquierda a derecha: Colmeiro, Spilimbergo, Berni y Urruchúa, delante del mural La hermandad de las razas realizado por Urruchúa. tagnino, Berni y Urruchúa pro- Con el propósito de desarrollar lo más ampliamen- dujeron tres obras murales en la te posible la pintura mural en nuestro país, y sabiendo sede de la calle Sarmiento de la la finalidad que a ésta le corresponde con relación a la Sociedad Hebraica Argentina. El arquitectura moderna, hemos organizado este grupo arte procuraba de este modo de pintores para establecer relación con arquitectos y trasladarse del caballete y el mu- constructores, deseando encarar el problema en toda seo a los espacios públicos. Este su extensión. fue el terreno propicio sobre el No es nuestro objeto explicar aquí la importancia que se cimentó la idea de la crea- de la pintura mural como complemento necesario de la ción del Taller de Arte Mural, grupo encargado del conjunto pictóri- construcción y como expresión estética de la cultura y el co que decora las Galerías Pacífico. carácter de la época, porque entendemos que es bien conocida y apreciada por los profesionales. Sólo pretendemos poner en conocimiento de los arquitectos y El Taller de Arte Mural constructores que estamos capacitados para realizar trabajos al fresco, silicato, témpera y otros procedimientos técnicos. Es nuestro firme propósito sostener un alto Arriba: Tarjeta de El Taller de Arte Mural fue creado en 1944 por Antonio Berni, principio artístico y una absoluta corrección en el trabajo, sin que Demetrio Urruchúa, Juan Carlos Castagnino, Manuel Colmeiro y Lino ello importe un costo excesivo y gravoso para el presupuesto presentación del Taller de Arte Mural. Enea Spilimbergo. Fue concebido, tal como deja ver su estatuto, con general de la obra. Abajo: Segunda página un objetivo económico: conseguir encargos de instituciones o estu- Teniendo esto presente y para tender a su realización, se cons- dios de arquitectura. El documento, que fue producido antes de que tituye el Taller de Arte Mural. La experiencia técnica de quienes el grupo en tanto tal hubiera realizado obra alguna, deslizaba con lo forman les permite ejecutar obras de carácter diverso. habilidad publicitaria la conveniencia económica de la pintura mural Será preocupación fundamental de cada uno de los miem- en relación con otros tipos de revestimiento. El esfuerzo y la peque- bros, al realizar la obra contratada, hacerlo con la responsabilidad ña inversión de energía y dinero de los artistas no fueron completa- a que les obliga su firma, teniendo en cuenta, a más del objetivo mente en vano. Aunque la decoración de la cúpula y los lunetos de y destino de ella, que nos alienta el firme anhelo de conseguir el los accesos de las Galerías Pacífico fue finalmente la única obra rea- resurgimiento del arte mural como único y absoluto fin. (incluye la firma de los artistas) del documento fundacional del Taller de Arte Mural. lizada por el Taller de Arte Mural, existieron otros proyectos, sólo acordados de palabra, para la realización de murales en la Facultad Buenos Aires, septiembre 1944 de Derecho y en la Estación Retiro. El documento de fundación del Taller, impreso en papel membretado especialmente diseñado con Antonio Berni - Juan Carlos Castagnino - Manuel Colmeiro vistas a la continuidad del emprendimiento y firmado por los cinco Lino Enea Spilimbergo - Demetrio Urruchúa artistas en septiembre de 1944, reza así: 68 69 Spilimbergo. Primavera. Luneto Este (AS). 82 Los lunetos de los accesos leña, mientras una moza machaca el grano o la vid, al tiempo que las tinajas hacen alusión al próximo almacenamiento. Los murales originariamente ubicados en las entradas de las Sobre el acceso Sur, la imagen pintada por Urruchúa registra la Galerías Pacífico revelan claramente la intención de los artistas de actividad por excelencia del albor del invierno, la preparación de la ejecutar una obra auténticamente colectiva. Durante la gestación tierra, previa a la siembra, cuyo fruto será –Dios y la Naturaleza del proyecto, advirtieron pronto que los cuatro accesos del edificio mediante– recogido en el estío. En dicha representación predominan coincidían con precisión con los cuatro puntos cardinales, por lo que los tonos oscuros, los cuales destacan la intimidad de la tierra al ser resolvieron asociar a cada uno de ellos motivos afines. Más aun, y hendida por el arado. para guardar la simetría, acordaron realizar en los cuatro casos las En el luneto del acceso Este, correspondiente a la Primavera, dos respectivas representaciones mediante sólo dos figuras, enfrentadas doncellas descansan plácidamente a la vera de un arroyo, al tiempo en leve escorzo, realizando actividades propias del período del año que unas avecillas levantan vuelo. La pieza, realizada por Spilim- correspondiente. Esta simetría fue reforzada por una buscada circu- bergo, además de guardar relación con los lunetos de los accesos laridad narrativa que se trasladaría –invisiblemente para los especta- Norte, Oeste y Sur, presenta un fuerte contraste con el panel princi- dores, ya que sólo podrían apreciar las piezas de a una a la vez– de pal de la cúpula –también ubicado en el lado Este– realizado por el un mural a otro, de un punto cardinal a otro, siguiendo el derrotero propio Spilimbergo en el patio central, en el que el elemento mascu- del sol. Así, el circuito anual de Otoño a Verano, plasmado en los lino y activo domina completamente la escena. La contraposición lunetos de los pórticos, evoca y anticipa la misma ciclicidad infinita indica, en sintonía con el mensaje de otras obras suyas, que que el conjunto de la cúpula del patio central también revelará, aun- Spilimbergo asocia el trabajo y el esfuerzo con el mundo del varón y que con otras simetrías, proporciones y significados. las labores serenas y el regocijo con el universo de la mujer. El luneto del acceso Oeste, correspondiente al Otoño y realizado Por fin, al Norte, coincidente con la estación del calor, Colmeiro por Castagnino, registra escenas propias del fin del estío, a saber, la ofrece una escena propia del verano, la de la cosecha, representada recolección de leña, la molienda del trigo y la preparación del vino, por un hombre que con su hoz desprende la espiga de trigo al tiem- motivo este último que dialoga –imperceptiblemente para el espec- po que una mujer lo ayuda en el atado de las mieses. La pieza des- tador– con el panel principal de Urruchúa, en el que la omnipresen- borda de tonos ocres y dorados, registrando la fructífera culminación cia del almácigo y de la vid aluden a la esencia común de la humani- del trabajo mancomunado del hombre y la Naturaleza, al tiempo dad y al trabajo interdependiente de los pueblos. A la izquierda, un que celebra a esta última como madre nutricia que regala en abun- perro mira atentamente la viril acción del muchacho que recoge la dancia alimento y vida. Colmeiro. Verano. Luneto Norte. Mural restaurado por la Biblioteca Nacional. 83 C A P Í T U L O V Los murales N El patio central O E Los murales del patio central son sin duda el corazón del programa iconográfico concebido por el Taller de Arte Mural, y registran una gran cantidad de situaciones, alegorías y mensajes. Se advierte, sin embargo, que los artistas buscaron crear sus respectivos bocetos sin mirar, en principio, a los de los artistas vecinos, más allá del acuerdo general original respecto del conjunto, garantizando con ello la espontaneidad de la creación individual. S Indicación infográfica del patio central. Los planos oscuros marcan al lector la pieza que está siendo comentada en el texto adjunto. 89 Panorámica de la cúpula, de izquierda a derecha: Berni, La germinación de la tierra. Colmeiro, pechina Oeste-Sur, La pareja humana. Castagnino, La vida doméstica. Colmeiro, pechina Norte-Oeste, conocida tambien como La pareja humana. N O E S 92 El conjunto se compone de cuatro grandes paneles, el Oeste, titu- ron esas mismas pechinas, aunque en el caso de la compartida por lado La vida doméstica o La ofrenda generosa de la naturaleza, pin- Spilimbergo y Urruchúa, el lunetillo fue realizado en soledad por tado por Castagnino; el Sur, pintado por Berni y titulado El amor o este último. La germinación de la tierra; el Este, titulado El dominio de las fuer- Tanto en los paneles principales como en las pechinas el plano zas naturales o La lucha del hombre con los elementos de la natura- está dividido en cielo y tierra, y los personajes se distribuyen con leza, pintado por Spilimbergo, y el Norte, titulado La fraternidad o equilibrio diverso según la composición decidida por cada artista. La hermandad de las razas, pintado por Urruchúa. Las cuatro pechi- La paleta de colores es equilibrada, aunque predominan los tonos nas, a su vez, poseen también gran autonomía. Dos de ellas, la ocres y los pasteles en la región realizada por Urruchúa, Colmeiro Norte-Oeste y la Oeste-Sur son conocidas como La pareja humana y y Castagnino, al tiempo que en la región realizada por Berni y Spilim- fueron realizadas por Colmeiro. Las otras dos, en el mismo sentido bergo la paleta incorpora tonos más agresivos, especialmente amari- de circulación, fueron pintadas por Berni y Spilimbergo-Urruchúa. La llos, rosados y azules. pechina Sur-Este, realizada por Berni, ofrece una alegoría del traba- Si bien la circularidad y la caleidoscopidad del conjunto parecen jo humano; la Este-Norte, pintada conjuntamente por Spilimbergo y crear una atmósfera de unidad pictórica y conceptual, la misma ha de Urruchúa, autores de los paneles principales que en ella se comuni- ser interpretada, acaso, más como una unidad de intención o de sen- can, ofrece una escena en la que una mujer despide a los varones tido, ya que el tránsito visual, fluido entre Urruchúa y Spilimbergo o que lucharán, en el panel principal contiguo, contra las fuerzas de entre Colmeiro y Castagnino se ve algo entorpecido entre Urruchúa y la naturaleza. Los cuatro lunetillos, debajo de las pechinas, están Colmeiro, y en el caso de Berni en ambas direcciones, hecho que reve- decorados con cuatro figuras recostadas, dos femeninas y dos mas- la que fue éste el artista que concibió la tarea más independiente- culinas, y fueron pintados por cada uno de los artistas que ejecuta- mente del resto del conjunto. Balcón detrás del mural de Spilimbergo, El dominio de las fuerzas naturales. 93 Castagnino, La vida doméstica. N O E S 94 Resulta conveniente advertir que la narración del ciclo podría conjunto de emociones e ideas vinculadas con la vitalidad, la ale- comenzar por cualquiera de los murales, ya que la circularidad del gría, el movimiento, la abundancia y la felicidad. La focalidad y cen- conjunto implica la ausencia de comienzo o fin. Retomando lo pro- tralidad de esta nympha americana (nótese el maíz, a la izquierda) puesto para los lunetos de la órbita externa, comenzaremos aquí la propuesta por Castagnino está señalada por las diagonales de los descripción por el Oeste, con el mural de Castagnino. El panel se brazos de las otras cuatro figuras terrenas y por el hocico del caba- estructura en torno de la clásica figura de una bella mujer en la ple- llo y la rama principal del árbol. Cabe atender algunas asociaciones nitud de su edad, que porta un canasto de frutos, símbolo de la que han sido propuestas. El anónimo crítico S. D. (1948) propone ver abundancia, al tiempo que sostiene en precario equilibrio sobre su en las dos doncellas, una volante y otra yacente (que duerme pláci- rodilla a un niño desnudo que, en una suerte de eco visual, repite la damente), al Amanecer y al Crepúsculo, mientras que Serventi (La generosa ofrenda. Esa figura arquetípica, bautizada por el historia- Nación, 2004, p. 77) ve en el árbol una alusión a la renovación de la dor del arte Aby Warburg como “la ninfa”, es recurrente en la tra- vida. En cualquier caso, el mensaje iconográfico parece sencillo: es dición pictórica euroamericana. Suele tratarse de una mujer fuerte, posible alcanzar en este mundo una armonía tal que permita a los en edad fértil, que llevando una presa, un cántaro o frutos sobre su hombres alimentarse, reunirse, crecer y reproducirse, y en ello cabeza simboliza la potencia generadora de la vida, y suscita un puede advertirse un eco de la idea aristotélica de que la vida del Castagnino, figura femenina (detalle de La vida doméstica). 95 trata de un mural de fuertes contraposiciones. Además de la ya mencionada oposición cielo-tierra, legible asimismo como contraste entre fundamento metafísico y realidad empírica, aparecen también las contraposiciones sueño-vigilia, trabajo-descanso y, en un sentido Berni, “El amor” (detalle de La germinación de la tierra). más amplio, vida-muerte. Tres elementos centrales componen la aleBerni, La germinación de la tierra. N O E S 98 A continuación, inmediatamente, se nos presenta el panel princi- goría de la germinación. Se trata del Sol que, representado por una pal de Antonio Berni, sin duda el más complejo desde el punto de viril figura volante que lanza dorados rayos, indica la potencia crea- vista de su temática y significado. El artista, en un reportaje concedi- dora de la vida, mientras que la bella doncella naciente representa a do al diario La Nación, publicado el 15 de enero de 1978, expresaba: la germinación de la tierra, al tiempo que la idea de dependencia de “... los temas fueron repartidos, y cada uno tomó el suyo; a mí me lo generado a partir de la generante potencia solar es reforzada, tocó la germinación de la vida ayudada por el Sol, y coloqué figuras simbólicamente, mediante un desproporcionado girasol, cultivo que, simbólicas que representaban el amor y la acción del hombre sobre como es sabido, se orienta en todo momento hacia Febo. Poco más la naturaleza. (...) Arriba, imaginé un mundo que podía ser una idea abajo, a la izquierda, una pareja de enamorados anuncia su próxima metafísica”. Clara es, sin duda, la división del espacio en dos planos, unión y alude a la continua reproducción de la especie, como eco de uno celestial y otro terreno, en los que se distribuyen, como señala la alegoría de la germinación de la tierra. La contraposición –pro- Sánchez (La Nación, 2004, p. 66), siete figuras en cada ámbito. Se puesta por Berni– entre el azul y el rosado de los vestidos de la pare99 Spilimbergo. Detalle de El dominio de las fuerzas naturales y boceto conservado por el Archivo Spilimbergo (AS). Spilimbergo, El dominio de las fuerzas naturales. N O E S 102 También resulta elocuente, ya en diálogo con la tradición pictó- otras dos figuras masculinas registran la misma lucha del plano rica medieval y renacentista, el hecho de que aquí no sea la mano de izquierdo, pero en un sentido alegórico. Mediante el control del Dios la que irrumpe desde el cielo en la escena sino que sea la mano caballo (ilustrado con elocuente retórica visual por el triunfo sin más humana la que brota potente desde las entrañas de la tierra, acción elemento que las propias manos), el hombre domina la naturaleza; que celebra enfáticamente el humanismo y el laicismo presentado pero el precio es grande, a saber, la muerte, representada por el por el conjunto. compañero tendido que ha sucumbido en medio de la empresa El bello y dinámico mural de Spilimbergo es el que le sigue. En él, colectiva. Nótese, por lo demás, el detalle de los tatuajes en los bra- un conjunto de fuertes varones domina, en su sector izquierdo, nada zos de las figuras spilimberguianas, detalle que permite calificarlas menos que a los mares y a las montañas, registrando las dificultades como las más “presentes” del conjunto, en el que predomina la propias de la navegación, la pesca y la minería, actividades en extre- caracterización ideal e intemporal de las figuras. La escena plasma, mo importantes para el mundo ya superpoblado, industrializado e según Saavedra (La Nación, 2004, p. 94), el ser social aspirado por interdependiente de la primera mitad del siglo XX. Sobre la derecha, Siqueiros, al tiempo que los rostros de los mineros y los marineros 103 Urruchúa-Spilimbergo, La despedida. Pechina Este-Norte. N O E S 104 son –según Craiem (1965, p. 8)– eminentemente americanos. La ima- El recorrido alcanza finalmente descanso en el sereno y armonio- gen también abre las puertas para una concepción general del con- so mundo propuesto por Demetrio Urruchúa. Su panel, compuesto junto que excede lo bucólico (muy presente en los restantes mura- por trece figuras que curiosamente, como señala Telesca (La Nación, les), ya que mediante esta representación los artistas incorporan a la 2004, p. 74), no se comunican visualmente entre sí, es elocuente en visión un tanto idealista del conjunto la idea de que la humanidad su mensaje central, pero algo complejo si el análisis se detiene en debe resolver eficientemente sus necesidades alimenticias, metalúr- algunos de sus detalles. Es evidente, sin duda, la alusión a la herman- gicas e industriales para que la vida social sea posible. dad de las razas, tanto en las dos figuras de la izquierda que se abra- La pechina realizada conjuntamente por Urruchúa y Spilimbergo zan, como en las otras dos de la derecha que estrechan sus manos y es una de las imágenes más conmovedoras del conjunto. La mujer, en el grupo inmediatamente detrás, que igualmente se abraza en emanada del agreste y fraternal ámbito recreado en el panel princi- torno de un almácigo compartido. Dicha idea es reforzada, explícita- pal Norte, despide a los esforzados varones que arriesgarán sus vidas mente, por el despliegue de un mapamundi en el que todas las geo- para que la vida colectiva sea posible. Un recio marinero, abstraído grafías y etnias tienen cabida. La propia imagen del almácigo, eco y en su propio mundo, hace de puente espiritual entre el mar y la tie- perpetuación del árbol de la vid que sobresale a la derecha, sacrali- rra, cuyos universos son inconcebibles separadamente. za al mismo tiempo la fecundidad de la mujer y exalta la bonanza de Urruchúa, La herman- dad de las razas. 105 Colmeiro, La pareja humana (pechina Norte-Oeste). N O E S 108 Por último, queda por descubrir la más enigmática de las piezas, Las algas que brotan de sus cuerpos remiten a una instancia origi- la pechina de Colmeiro que comunica al mural de Urruchúa con el naria, interpretable tanto en sentido mitológico como biológico. de Castagnino, con quien se inició la presente exposición. Esta Los rodean tres ninfas volantes, que conforman un círculo con un nueva versión de La pareja humana dialoga con la pieza homónima paño danzante, movimiento que significa la ciclicidad y, con ello, la de Colmeiro presentada en la pechina Oeste-Sur, que –como se sugi- eternidad del proceso de la generación. Colmeiro ha querido ade- rió– presentaba en forma lineal, aunque desacralizada, el relato de más rendir un homenaje a su tierra natal, Galicia, región en la que Génesis 3:1-16. En este caso, las dos figuras principales de la pieza la presencia del mar, estructurante del imaginario y la vida social, aparecen en un estado arquetípico, pregenerativo y latente, y sim- evoca con su rumor oceánico las fuerzas últimas de las que fermen- bolizan la potencialidad primigenia de lo femenino y lo masculino. ta la vida. Colmeiro, La pareja humana (detalle de la pechina Norte-Oeste). 109 ta y de sus ayudantes para las tareas que se les había encomendado, a causa de que no eran restauradores profesionales y que en la práctica estaban siendo repintados sectores donde se había perdido la materia pictórica. En el caso de Berni se sostenía, además, que el artista podía verse tentado a modificar la pintura. A estas acusaciones Berni respondía diciendo: “... lo que estamos haciendo es Restauración de los murales (1978). La primera restauración de los murales tura y se le ha dado mayor brillantez”. Y concluía con la soltura de El paso del tiempo y las pocas obras de mantenimiento del edi- un gran maestro: “... en mi obra me permito algunas modificacio- ficio hicieron que hacia fines de la década del '70 los murales llega- nes a las que me obligan mis treinta y dos años más de experien- ran a una situación crítica, pues las filtraciones de agua hacían peli- cia”. Dicha restauración realzó los colores de las piezas de Berni grar la pervivencia de la capa pictórica. Una gran polémica se de- solamente, hecho que aun hoy se advierte y que genera cierta ten- sató entonces en torno del mantenimiento de la obra y finalmente sión visual entre sus dos piezas y el resto del conjunto. se decidió que fuera restaurada. 116 darle vida a la obra; se está pintando la parte en que faltaba la pin- Restauración de los murales. Filmación. El carácter profundamente político de la obra (y, potencialmen- En 1978 se iniciaron las obras de restauración dirigidas por te, también de su restauración) puede advertirse en el hecho de Antonio Berni, quien se dedicó a la recuperación del panel principal que el ex almirante Massera, por entonces miembro de la Junta del y la pechina que había pintado tres décadas antes, así como a super- gobierno de facto, visitó el predio para supervisar las obras. De visar el rescate de los restantes murales a cargo de Giustozzi Tessaro todos modos, esta restauración no sería la última, ya que a princi- –discípulo de Urruchúa, quien reparó las piezas de su maestro–, de pios de la década del noventa sería necesaria una nueva interven- Oscar Carballo, quien asumió las de Spilimbergo, y de un pintor de ción; esta vez sería llevada a cabo por un equipo especializado en apellido Capurro que se ocupó de las obras de Castagnino. Esto de- restauraciones, como parte del proceso más amplio de puesta en sató una controversia en torno a la capacidad del consagrado artis- valor del edificio. 117 C A P Í T U L O V I Diseño y evolución arquitectónica de las Galerías Pacífico En el edificio de Galerías Pacífico conviven tres grandes proyectos arquitectónicos que lo hacen una obra única en la ciudad de Buenos Aires. El proyecto original, de fines del siglo XIX, es el de Emilio Agrelo y Raúl Levacher. El segundo proyecto, cuyo principal propósito era lograr una refuncionalización del edificio, fue elaborado a mediados del siglo XX por el Estudio Aslán y Ezcurra. Finalmente, a principios de la década de 1990, fue diseñada una nueva remodelación a cargo del Estudio Juan Carlos López y Asociados. Repasemos brevemente en qué consistió cada uno de ellos. El proyecto Agrelo-Levacher El proyecto de construcción de una sucursal en Buenos Aires de las tiendas Bon Marché de París estuvo a cargo del ingeniero Emilio Agrelo y del arquitecto Raúl Levacher. El edificio proyectado en 1889 ocupa casi toda la manzana, salvo dos esquinas que no se pudieron comprar. Tiene planta en forma de cruz, con accesos por Florida, Córdoba, San Martín y Viamonte. En su interior posee Voluta sobre la clave del arco que corona la puerta de ingreso en la calle Florida. dos galerías, una de 10 metros de ancho por 105 de largo y otra de 10 metros de ancho por 70 de largo, con una rotonda en el punto de unión central. Este proyecto de gran envergadura, de cuatro pisos de altura y dos sótanos, quedó trunco por los avatares económicos del país. 120 121 Vista de la cúpula de las Galerías Pacífico hacia fines de la década del '40. 122 El estilo arquitectónico responde al academicismo francés, en su El proyecto Aslán-Ezcurra versión ecléctica, puesto que se tomaron elementos de distintas tradiciones combinándolos de manera armónica. Los accesos fueron En 1945 el Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico decidió realizar jerarquizados por la colocación de columnas corintias de fuste acana- reformas en el edificio con el fin de instalar tiendas comerciales en la lado que miden dos pisos de altura. Tanto las fachadas internas como planta baja. Este fue un momento clave en la historia de las Galerías las externas fueron profusamente decoradas con elementos clásicos, Pacífico ya que era la primera vez, transcurrido medio siglo, en que como frontis triangulares sobre las ventanas, pilastras separando las se volvía a vislumbrar el plan original de las tiendas comerciales. Se aberturas de ventanas y puertas y ménsulas decorativas que portan convocó a los arquitectos Jorge Aslán y Héctor Ezcurra. La interven- graciosos balcones en las ventanas externas del segundo piso. ción del Estudio fue muy criticada recientemente, a causa de que en De acuerdo con los planos, las calles internas del edificio se vez de respetar el plano original y techar las galerías con una cubier- techarían con una estructura de hierro y vidrios –a la manera de las ta vidriada, colocaron bóvedas de hormigón a la altura del primer galerías europeas– para dar luminosidad al conjunto. El cerramiento piso. La posibilidad de techar las calles con un techo liso tenía el pro- vidriado diseñado originalmente no se llevó a cabo, quedando los blema de que la altura máxima debía ser de 4,5 metros para no qui- corredores internos a cielo abierto. Esta deuda con el proyecto primi- tar luz a las ventanas del primer piso de las galerías donde funciona- tivo recién fue saldada con la renovación realizada hace pocos años ban las oficinas del Ferrocarril. Además, para sostenerlo, se hubieran por el Estudio Juan Carlos López y Asociados. tenido que colocar columnas que llegaran al sótano, causando El edificio, que estaba parcialmente terminado, adoptó diversos demasiadas transformaciones en el edificio. La solución de las bóve- usos, siendo por un tiempo sede del Museo Nacional de Bellas Artes, das evitaba a los arquitectos la necesidad de construir las columnas, taller de artistas, sede de teatros y oficinas. y permitió que en su punto medio la distancia con el piso fuera de 6 La decoración de la cúpula apenas terminada; alcanzan a verse el andamio y la maqueta utilizados por los artistas. 123 Los techos vidriados permiten que la luz natural realce la belleza del paseo. metros, dando mayor sensación de liviandad a una construcción de hormigón. Sin embargo, el verdadero desafío arquitectónico fue cómo resolver el espacio central en el punto de encuentro de las dos calles. El proyecto del Estudio López y Asociados Para techar este tramo de planta octogonal y de un diámetro de 23 124 metros, se debían colocar columnas que hubieran interrumpido la En septiembre de 1990 se iniciaron las tareas de refuncionaliza- visual, incomodando además el tránsito de los peatones. Se decidió ción y puesta en valor del edificio. Las obras estuvieron a cargo del finalmente, luego de evaluar distintas alternativas, construir una estudio de arquitectos López y Asociados, autores también del Patio cúpula de grandes dimensiones que diera amplitud y realzara el Bullrich, que articuló las dos intervenciones anteriores y le sumó tec- espacio. En el centro se dejó una lumbrera cuadrada de vidrio que nología y confort. Se demolieron todas las obras agregadas que des- permitía la entrada de luz al centro de las galerías y los paneles inte- naturalizaban el edificio original, entre ellas las marquesinas de los riores fueron decorados con murales pintados por el Taller de Arte accesos y las bóvedas de cañón corrido que cubrían los ejes circulato- Mural. rios en cruz, preservando la cúpula con los murales. En su interior se inauguraron 92 locales a lo largo de las dos Se trataba de una tarea monumental que requirió de una gran calles: joyerías, tiendas de ropa, y, así, todo lo que los porteños po- sincronización y planificación en cada paso. Se reemplazó la cubier- dían desear se conseguía en ellos. Sobre la entrada principal del ta de hormigón a la altura del primer nivel por otra de vidrio, acero inmueble se colocó una marquesina con un cartel donde se leía y aluminio, colocada dos niveles más arriba y que remata en una “Galerías Pacífico”. Esta resolución le dio al edificio la impronta que cúpula vidriada sobre la de los murales. Esto le otorgó a las calles hoy mantiene: un espacio donde el arte se cruza con las últimas ten- internas magnitud y luminosidad, al mismo tiempo que se incorpo- dencias de la moda. raron los dos niveles superiores, antes escondidos a la vista del públi- Las escaleras mecánicas no restan elegancia al estilo de las Galerías. 125 C A P Í T U L O V I I La recuperación del patrimonio histórico Señor Director: He leído en La Prensa del domingo 15 de febrero la hermosa nota de Ethel Martínez Sobrado dedicada al edificio de las Galerías Pacífico (ex-Bon Marché) y sus murales. Felicito sinceramente la defensa de nuestro patrimonio artístico que en ella se hace con tanto empeño. Desde un principio colaboramos, artistas y escritores, dando la voz de alarma para que estas obras no se destruyan. Representan un momento histórico de nuestra arquitectura y de nuestra plástica. Me emocionó leer en La Prensa, diario que siempre admiré por su valentía, esta justísima defensa. Ojalá que entre todos podamos evitar su destrucción. Raúl Soldi, La Prensa, 25 de febrero de 1981 Un espacio recuperado A fines de la década del ’60 las antiguas Galerías Pacífico se encontraban sumidas en un estado de decadencia, por lo que en 1970 se hizo inevitable su clausura, aunque continuaron funcionando en el predio las oficinas del Ferrocarril General San Martín. La decisión de cerrar los locales acentuó aun más el deterioro de las instalaciones. Tiempo después, y a pesar de la restauración de los murales en 1978, durante la década del ochenta existieron varios proyectos para poner en venta el inmueble sin tener mayormente en cuenta su conservación. Esta situación provocó un hondo debate público sobre la preservación del patrimonio histórico de la Ciudad de Buenos Aires, que los principales matutinos y publicaciones periódicas reflejaron con interés y preocupación. La opinión pública se hizo Ménsula en forma de voluta que remata una de las pilastras del interior del hall central de las Galerías. 130 escuchar y finalmente se aplazó cualquier decisión sobre el futuro de las Galerías, al tiempo que éstas permanecieron cerradas. Al finalizar la década de 1980 se iniciaba un proceso de reforma del Estado nacional, que en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires incluyó el traspaso de numerosos espacios a manos privadas. La visión de futuro y la capacidad de inversión de los nuevos propietarios permitieron la recuperación, restauración y reactivación de importantes obras arquitectónicas y espacios públicos de Buenos Aires. Tras años de deterioro, muchos de esos lugares se convirtieron en joyas de brillo propio en la ciudad, atrayendo tanto a los porteños como a los visitantes extranjeros. Entre los ejemplos más notables pueden mencionarse el antiguo Mercado de Abasto, el Patio Bullrich, el complejo de Puerto Madero y las Galerías Pacífico. Sigamos, entonces, más de cerca el notable proceso de recuperación de las Galerías. En 1989 se declaró al edificio Monumento Histórico Nacional. Un año después fue entregado en concesión a Galerías Pacífico S.A., inaugurándose así una nueva etapa que procuraría, recogiendo el espíritu del proyecto Bon Marché original, ofrecer al público un espléndido espacio de compras y recreación. Restauración de la cúpula. Rápidamente se inició el arduo camino de la recuperación Córdoba y Florida. Las Galerías Pacífico son el principal atractivo para turistas y porteños. y restauración de las Galerías Pacífico. Los trabajos se desenvolvieron en torno de dos ejes: la restauración del patrimonio cultural y la modernización y ampliación del edificio. El proyecto, inspirado en la tradición europea que busca articular paseos de compras y emprendimientos vinculados con la cultura, constituye un caso único en el país. Existen, es cierto, en muchos de los shoppings de Buenos Aires, espacios consagrados a actividades recreativas de índole cultural, principalmente salas de exposición cinematográfica. Pero es realmente singular la integración de un centro comercial y un centro cultural en un mismo edificio, tal como se ha logrado con la incorporación del Centro Cultural Borges al centenario edificio de las Galerías Pacífico. Así, en 1992, más de un siglo después de la iniciación del proyecto original se concretó finalmente aquel ambicioso sueño de instalar en Florida, la calle-vidriera de Buenos Aires, una galería acorde al espíritu de una ciudad cosmopolita, materializándose con ello el anhelo original del proyecto Bon Marché. 132 El Decreto 929/89 Declárase monumento histórico nacional a las Galerías Pacífico, de la Capital Federal. Buenos Aires, 3/10/89 (...) Considerando: Que este edificio, que antiguamente fuera conocido como el “Bon Marché Argentino” fue diseñado hacia 1889 por los arquitectos Emilio Agrelo y Raúl Levacher para albergar a un conjunto de tiendas semejantes al “Bon Marché de París”. (...) Que la obra marcó un verdadero impacto en la ciudad, puesto que en la década de 1890, período de su realización, difería de todas las construcciones existentes, no sólo por su vasta escala sino también por su organización espacial. 133 Un edificio inteligente SUPERFICIE DEL TERRENO: 9.600 m2 Buena parte del funcionamiento del edificio de Galerías Pacífico está centralizado en un sistema automatizado que La recuperación de los murales fue un trabajo muy delicado. A 41.700 m2 garantiza una operación óptima de todas las áreas. La climati- pesar de que sólo trece años antes habían sido restaurados, las filtra- SUPERFICIE DEL CENTRO zación del ambiente, la ventilación y extracción de aire, las esca- ciones de humedad habían hecho que parte de la capa pictórica se 30.700 m2 leras mecánicas, los ascensores, la música y la detección de desprendiese, de modo que corría peligro la integridad física de las SUPERFICIE DEL CENTRO incendios son supervisados desde un mismo centro de control. obras. Para enfrentar el complejo desafío se contrató a un equipo CULTURAL BORGES: Las distintas variables están programadas según horarios y días internacional de profesionales conformado por expertos de distintas de la semana, pero también son controladas permanentemente especialidades, en el que trabajaron restauradores e historiadores por medio de sensores colocados en varios puntos del edificio. del arte. SUPERFICIE CUBIERTA: COMERCIAL: 11.000 m 2 (aproximadamente) PERSONAL QUE TRABAJÓ De esta manera, el programa advierte sobre las modificaciones Se emprendió una investigación histórica para determinar los 1.700 personas que son necesarias según la cantidad de gente, la luminosidad materiales, la paleta de colores y la forma en que habían trabajado RESTAURACIÓN DE externa, los niveles de ruido, etc. Así se hace posible un grado los integrantes del Taller de Arte Mural en la realización original de LOS MURALES: de eficiencia mayor que permite un ahorro de energía y crea a las piezas. Luego se llevó a cabo una limpieza en la que se quitaron 11 personas la vez un ambiente idealmente controlado para ofrecer el máxi- las capas de suciedad, los recubrimientos oxidados, los hongos y las mo confort a sus visitantes. sales que dañaban las pinturas. EN LA OBRA: 140 Restauración de la cúpula y sus murales La recuperación del patrimonio estuvo a cargo de reconocidos especialistas. 141 Nuevos murales para las nuevas Galerías Las autoridades de las reinauguradas Galerías Pacífico concibieron, apenas iniciado el proyecto, la realización de una nueva serie de murales para acompañar a los ya existentes. Así, los nuevos murales fueron encargados a cuatro prestigiosos artistas argentinos de la generación siguiente a la que había creado las piezas de la cúpula central. Las nuevas obras se ubicaron en las arcadas que conducen al patio central, detrás de las pechinas donde se encuentran sus compañeros más antiguos. A diferencia de los murales anteriores, concebidos en conjunto por los cinco artistas en el marco del Taller de Arte Mural, los nuevos fueron diseñados y realizados individualmente. Así, cada uno de los creadores –Carlos Alonso, Rómulo Macció, Josefina Robirosa y Guillermo Roux– pudo trabajar libremente, explorando sus propios lenguajes plásticos. Por otra parte, la realización de las nuevas obras siguió carriles diferentes de los transitados por los primeros muralistas. Los artistas no trabajaron directamente sobre los muros, sino sobre bastidores de madera entelados, que una vez pintados fueron asegurados a las paredes de las Galerías en un emotivo acto que tuvo lugar en 1992. Los nuevos murales enriquecieron así la rica tradición muralística porteña, de la que participan también las más de cien obras que decoran la red de subterráneos de Buenos Aires. En distintos puntos de la ciudad, en lugares públicos o privados, el arte mural sigue palpitando y esperando a la vuelta de la esquina que los paseantes lo descubran. Los artistas Además de pertenecer a la misma generación de artistas que transitaron por el Instituto Torcuato Di Tella –un semillero de arte de vanguardia de los años sesenta– todos los autores de los nuevos murales de Galerías Pacífico han realizado bellas obras antes y después de su experiencia en el edificio de la calle Florida. Acerquémonos brevemente a sus vidas y sus creaciones. 145 Mujeres y máscaras. Óleo sobre soporte rígido de Guillermo Roux. Guillermo Roux Nació en Buenos Aires en 1929. Vivió en Roma, donde cursó estudios de arte, y en Nueva York. Es uno de los artistas argentinos más reconocidos en el exterior, al punto que en 2006 viajó al Vaticano para contribuir al programa iconográfico de las salas adyacentes de la Capilla Sixtina. En su obra es evidente la influencia del surrealismo. Desde hace varios años recorre la temática de los arlequines, el teatro y la comedia. El mural que realizó para Galerías Pacífico, Mujeres y máscaras (óleo sobre soporte rígido) explora ese tema. Presenta un telón corrido que invita a ver el cuadro como si se tratara de una escenografía teatral. Actores disfrazados y una mujer con el torso desnudo encarnan personajes enigmáticos que parecen sorprendidos por el ojo del observador. Guillermo Roux obtuvo en 1975 el Primer Premio Internacional de la Bienal de San Pablo. Recientemente se inauguró un gran mural suyo en la sucursal de Catalinas del BankBoston, hoy Standard Bank; en él refleja la historia de Buenos Aires a través del teatro. 153 C A P Í T U L O V I I I Galerías Pacífico de un siglo al otro Un espacio funcional tantes decoraciones como el tradicional árbol de Navidad y la visita de Papá Noel constituyen un atractivo adicional para visitar el shop- En sus tres niveles, subsuelo, planta baja y primer piso, se ping. Pero además se realizan campañas comerciales con premios de encuentran más de ciento cincuenta locales de marcas internaciona- resolución instantánea, como la ya clásica entrega de billetes de valor les como Polo, Ralph Laurent, Tommy Hilfiger, Caro Cuore, La canjeable dentro del centro comercial. Martina, Tiffani, Christian Dior, entre otros. Al mismo tiempo, su variado patio de comidas ofrece los sabores más exquisitos de la cocina internacional (sin perder, claro está, un toque porteño). Disfrutando del arte Pensando en los más pequeños, se encuentra la Plaza Kids, un espacio con actividades recreativas. Galerías Pacífico también cuenta con Galerías Pacífico ofrece visitas guiadas con el propósito de acer- un puesto de informes para resolver dudas y asesorar a los clientes car el arte a sus visitantes. En ellas, se explican las características más y con cajeros automáticos, teléfonos públicos y servicio de taxis. salientes de la arquitectura del centenario edificio y de los murales y las alegorías que allí se representan. Esta soberbia expresión del arte argentino cuenta con un importante apoyo del centro comer- La Navidad es uno de los eventos centrales en la vida de las Galerías Pacífico. cial, que destina una porción considerable de su presupuesto de pro- Arriba: moción a difundir los murales y sus pintores. Galerías Pacífico no es El patio de comidas. Ya son una tradición, para los visitantes de Galerías Pacífico, los simplemente un lugar de compras sino también un espacio dedica- eventos especiales que se realizan en ocasiones importantes como el do a los placeres estéticos de sus visitantes en conjunto, y donde el Abajo: Día del Padre, el Día de la Madre y Navidad. En estas fechas, impac- arte juega un papel primordial. Eventos especiales 164 Página anterior: Una promoción de Navidad. 165 Un lugar único en Buenos Aires música y, particularmente, alta costura, moda masculina y femenina, prendas para bebés, niños, adolescentes. En ese mundo placentero hemos pasa- Cuando terminamos nuestro paseo de compras, cuando dejamos Galerías Pacífico, nos llevamos la sensación de haber vivido una experien- el consumo moderno nos ofrece. cia muy completa. Hemos recorrido un edificio de elegancia y belleza euro- Galerías Pacífico también nos convocan a un espectáculo o una confe- pea, inspirado en las más espléndidas galerías de Italia, imitadas luego por rencia en el Auditorio Astor Piazzolla, a visitar la última muestra plástica, franceses y españoles, coronadas en Buenos Aires con el toque de los máxi- una instalación o un evento de fotografía en el Centro Cultural Borges. mos exponentes de la plástica mural argentina de mediados del siglo XX. Estamos muy cerca, Florida y Córdoba, en el corazón de Retiro, el centro Hemos tomado contacto directo, personal, con lo mejor de nuestra 168 do algunas horas, sin sentirlo, premiándonos con los refinados gustos que de la ciudad que nos seduce cada día: Buenos Aires. manufactura, realzada por innumerables productos importados. Es como Nos vamos seguros de que queremos volver pronto, para seguir en si hubiéramos estado en una feria internacional sin movernos de la ciudad. Galerías Pacífico, disfrutando de su raro lujo, su refinado complemento Nos hemos detenido en sus encantadores rincones para tomar café, en su artístico y sus siempre actualizados productos nacionales e importados. patio de comidas para consumir algún bocado rápido, o conversar con un ¡Hasta la vista!, dicen los turistas en su español a veces deformado, ¡Hasta amigo entre trago y trago. Perfumes, alhajas, accesorios, finas telas y teji- luego! dicen los argentinos, que saben que las tenemos siempre al alcan- dos, artículos de cuero que nos llenan de orgullo, librerías, locales con ce de la mano. 169