Consideraciones finales sobre el Curso de Arqueología 2012 Objetivos realizados: 1. Realización de dos catas estratigráficas 2. Excavación de niveles de ocupación de finales del siglo VI a. C. al III-II a. C. 3. Excavación de dos habitaciones completas del siglo IV-III a. C. 4. Realización de una estratigrafía según los materiales localizados desde fines del Siglo VI al IIIII a. C. 5. Confirmación de la ampliación de la Ciudad Ibérica a fines del S. VI comienzos del V a. C. 1. Realización de dos catas estratigráficas El objetivo del Curso 2012 era la realización de pequeñas catas estratigráficas con el fin de establecer una secuencia cronológica, según los materiales que se localizaran, de la ocupación del yacimiento desde sus inicios a su abandono a fines del Siglo III comienzos del II a. de C. Así trabajando sobre un área en parte excavada en los años 1995-1998, se establecieron dos zonas: una la Y2E y otra sobre la cuadrícula Z1 denominada C. El área Y2E, excavada en al año 1998, se situaba junto a la cara interna de la Muralla Sur que rodea la Ciudad Ibérica. En ella se localizó varias habitaciones compartimentadas pertenecientes a una vivienda denominada E. Estos niveles del siglo VI al III a C. establecían las últimas fases de ocupación del yacimiento. Dada su situación junto a la cara interna de la muralla, se decidió establecer una cata estratigráfica, llegando en un punto concreto a la base de cimentación de la muralla y a los estratos calizos del cerro. Las cerámicas localizadas en la base de cimentación de la muralla permitían fechar la construcción de dicha muralla a fines del Siglo VI y comienzos del Siglo V a. C. Un momento entre el paso del Ibérico Antiguo al Ibérico Pleno. Imagen 40. Imagen de la cara interna de la Muralla. Fines del S. VI comienzos del V a.C. En la Cuadrícula Z1, comenzada a excavar en su nivel superficial en al año 1995, se estableció una pequeña cata de 2X2 metros localizada también junto a la cara interna de la muralla. Imagen 41. Localización de la cata estratigráfica Z1C La Cata situada entre dos muros laterales se realizó. Llegando a niveles del Ibérico Antiguo con materiales arqueológicos que podremos observar posteriormente, pero sin llegar a agotar el área, quedando por tanto inconclusa la cata estratigráfica. Imagen 42. Imagen final de la cata Estratigráfica Z1C 2. Excavación de niveles de ocupación de finales del siglo VII a. C. al III-II a. C. La realización de las dos catas estratigráficas, ha permitido lógicamente ir extrayendo los diversos niveles de ocupación de la Ciudad Ibérica existentes en estas dos zonas. La continuidad en la ocupación del yacimiento del Cerro de las Cabezas desde el Bronce Final hasta el siglo II a. C. nos permite establecer las diversas fases de desarrollo de dicha ocupación, desde el inicio con el establecimiento de pequeñas cabañas semicirculares, pasando por los inicios de la cultura ibérica y su desarrollo durante los siglos VI -V-IV y III principalmente, estableciendo el final de dicho siglo III y comienzos del Siglo II como el momento de abandono de la Ciudad Ibérica. En esta continuidad de ocupación hemos ido observando a lo largo de las diversas excavaciones llevadas a cabo en el yacimiento la evolución del material arqueológico, desde las primera cerámicas a mano a las cerámicas a torno decoradas con estampillas, cerámicas grises etc hasta el desarrollo constructivo de la propia Ciudad Ibérica a través de la evolución de las propias viviendas, o el desarrollo de las murallas que la rodean. Imagen 43. Cerámicas a mano del Bronce Final. S. VII-VI a. y Cerámicas a torno pintadas y estampilladas del Siglo III a. C. Pero será el Urbanismo de la propia Ciudad como uno de los elementos mas destacados en el desarrollo de la Ciudad Ibérica. Las diversas catas realizadas durante pasadas campañas nos confirman esa evolución de los primeros niveles de ocupación del Bronce final hasta el siglo III, momento en el que encontramos el máximo esplendor y desarrollo del Cerro de las Cabezas. Imagen 44. Primeros niveles de ocupación del Bronce Final. SS. VII-VI a. C: Imagen 45. Imagen aérea de la Ciudad Ibérica en la que resalta los 1600 mtr.s de su muralla exterior. 3. Excavación de dos habitaciones completas del siglo IV-III a. C. Los primeros objetivos del curso planteaban la realización de cuatro catas situadas entre las cuadrículas Y2-Z1. Solo dos se pudieron llevar a cabo y que ya hemos comentado anteriormente. Los otros dos puntos se localizaban en la cuadrícula Z1, enmarcados por muros localizados en la apertura de la Cuadrícula en el año 1995. Estas zonas denominadas Z1E y Z1G, se convirtieron tras su excavación en dos habitaciones completas de fines del siglo IV, siglo III a. C., las cuales una vez excavadas se decidió no proseguir las catas estratigráficas en esos dos puntos y dejar las habitaciones tal cual se localizaron. Imagen 46. Imágenes iniciales del punto estratigráfico Z1E La zona Z1E es una habitación rectangular, con el suelo preparado mediante tierras y ceniza apisonada y probablemente encalada. En las paredes se localizaron restos muy deteriorados de revocos posiblemente también encalados como suele ser normal en la habitaciones de los siglos IV-III a. C. Muy abundante fue el material arqueológico localizado durante el proceso de excavación. Urnas globulares, ánforas policromadas, cerámicas estampilladas, cerámicas grises, y algunos metales, todo envuelto en restos de cenizas, lo cual nos indica que se produjo un incendio de la habitación, quedando todo su material arqueológico dentro de la habitación lo cual ha permitido la recuperación casi completa de los materiales arqueológicos, como podemos observar a continuación. Imagen 47. Restos de material arqueológico localizado durante el proceso de excavación La Habitación presentaba en su interior una pequeña bancada adosada al muro Norte, realizado mediante medianas y pequeñas de piedras de cuarcitita. Esta bancada probablemente estuvo revocada, habiéndose perdido el revoco. Es una habitación de pequeñas dimensiones. Por los elementos localizados, ánforas urnas globulares vasos etc y pequeña bancada es probable que la misma fuera utilizada como un pequeño almacén o zona de transformación de productos agrarios. Imagen 48. Urna globular y hacha votiva Imagen 49. Pequeña pesa, fusayolas decoradas y cuenta de pasta vítrea El sector Z1G se localizaba en el extremo occidental de la Cuadricula Z1. Es una habitación rectangular y alargada, con orientación norte-sur y puerta en su ángulo noreste. Durante la campaña de 1998 tan solo se excavaron en él los estratos superficiales Z1/1 y Z1/2/G, localizándose los tramos superiores de los muros que conforman la habitación. Imagen 50. Imágenes de Z1G, antes de la excavación La excavación de la habitación se completó hasta localizar el nivel de uso de la misma. Este estaba formado por tierra apisonada y seguramente encaladas. El nivel excavado estaba formado por tierra suelta, fragmentos de ladrillos de adobe, morteros y fragmentos de enlucidos con restos de encalados. Un grueso nivel formado por tierras ennegrecidas por el fuego, atestiguaban que el suelo se quemara y presentara evidentes signos de rubefacción, acentuado en un punto concreto que pudo servir como hogar principal de la habitación. El material arqueológico era abundante, con signos evidentes de haberse quemado y en algunos casos se trataba de piezas prácticamente completas. Son materiales propios del siglo III caracterizados por decoraciones estampilladas y de tipo geométrico. Imagen 51. Urna globular estampillada con decoración geométrica. Siglo III a. C. La habitación una vez excavada y localizado el suelo de la misma se decidió dejarla como muestra de una estructura habitacional del siglo III, coetánea probablemente al abandono de la Ciudad a fines del Siglo III. Imagen 52. Imagen final de la Excavación de Z1G 4. Realización de una estratigrafía según los materiales localizados desde fines del Siglo VII al III-II a. C. “La idea de que los componentes de un yacimiento arqueológico se hallan en un estado estratificado -un estrato o elemento encima de otro- es de importancia primordial para su excavación arqueológica.” EDWARD C. HARRIS, 1989. Partiendo de este sencillo principio planteamos la realización de diversas catas arqueológicas a realizar durante el Curso de Arqueología del 2012. Se establecieron los puntos concretos dentro de las Cuadrículas Y2 y Z1, localizadas junto a la línea de muralla que rodea la Ciudad Ibérica, y estrato a estrato y siguiendo las capas naturales que nos iban apareciendo se ha logrado al menos en los puntos excavados establecer una secuencia cronológica en base a los materiales aparecidos, en los que se han analizado sus formas, decoraciones y cronologías relativas, que nos permiten tener una visión de conjunto de la evolución material de cerámicas principalmente desde los niveles del Ibérico Antiguo hasta finales del Siglo III y comienzos del II a. de C. Imagen 53. Catas estratigráficas Y2E y Z1C. Estratos finales. Los estratos arqueológicos más antiguos parten desde una fase de transición denominada Ibérico Antiguo al Ibérico Medio, con una amplia gama de cerámicas toscas a torno con decoraciones geométricas muy sencillas; aún persisten algunas cerámicas realizadas a mano y que en la fase del Ibérico antiguo se ha constatado su supervivencia durante bastante tiempo. En ambos puntos estratigráficos constatamos la presencia de estas cerámicas toscas, aunque bien es cierto que el punto estratigráfico localizado en Z1C, no se ha agotado aún. IBERICO ANTIGUO. S. VI A. C. Cerámicas a mano pervivencia de la fase del Bronce Final. Pequeñas cazuelas. Pequeños vasos con fina decoración alisada. Imagen 54. Cerámicas a mano. Cerámicas toscas realizadas a torno con decoraciones de bandas geométricas en color rojo vinoso. Finales S. VI a. C. Pequeñas ánforas y urnas globulares. Decoraciones geométricas con alternancia de bandas y círculos. Imagen 55. Cerámicas a torno con decoraciones geométricas de tonos vinosos. Cerámicas grises de fondos planos con ligero anillo peraltado S. V a. C. Imagen 56. Estructuras de murallas y habitaciones asociadas a cerámicas del Ibérico antiguo. TRANSICIÓN AL IBÉRICO MEDIO. (Comienzos S. V-Mediados S. V a. C.) Imagen 57. Cerámicas a torno con decoraciones geométricas de bandas finas en tonos vinosos. IBERICO PLENO. (Finales S. V – S. III a. C.) El material arqueológico del Cerro de las Cabezas, presenta su mayor evolución y creatividad a la vez que una gran expansión por la Provincia de Ciudad Real, incluso en las provincias aledañas durante los siglos V- IV y III a. C. La Ciudad Ibérica se convierte en centro productor y difusor de las cerámicas denominadas tipo Valdepeñas, destacando dentro del amplio repertorio las cerámicas estampilladas muy características de este yacimiento. Los materiales recogidos en ambas catas estratigráficas realizadas confirman lo dicho anteriormente y son una pequeña muestra de la vajilla valdepeñera durante estos siglos, hasta el abandono de la Ciudad a fines del Siglo III y comienzos del II a. C. Cerámicas con decoraciones geométricas de bandas, semicírculos, dientes de sierra etc. pintadas en tonos vinosos y engobes anaranjados o marrones Pequeño Vaso con decoraciones de engobes y bandas geométricas. Cerámica estampillada tipo Valdepeñas. Sello cuadrangular estampillado con motivo floral en su interior y decoración vinosa pintada Cerámicas griegas de figuras negras y rojas durante los Siglos V-IV a. C. Pequeñas urnas globulares policromas con decoración de estampillado. Imagen 58. Ibérico Pleno. Material cerámico muy variado con decoración geométrica de tonos polícromo y estampillado variado Imagen 59. Estructuras del Siglo IV-III, asociadas a materiales del Ibérico Pleno. 5. Confirmación de la ampliación de la Ciudad Ibérica a fines del S. VI comienzos del V a. C. La Ciudad Ibérica del Cerro de las Cabezas, desarrolló su máximo esplendor durante los siglo V- IVIII a. C. extendiéndose a los largo de unas 14 Hectáreas con una línea de muralla de 1600 metros lineales. Este fue un desarrollo gradual desde los primeros indicios de ocupación que conocemos y que se situaban a media ladera del cerro en dirección al Jabalón. Eran poblaciones del Bronce Final, cuyos datos arqueológico se van extrayendo en parte gracias a las catas estratigráficas que en diversos puntos del yacimiento de han ido realizado, ya que el posterior desarrollo de la cultura y urbanismo Ibérico ha dejado bajo sus estructuras su modus vivendi. Estas catas estratigráficas se han realizado a lo largo de las diversas campañas de excavación. Así de esta manera y merced a las realizadas durante el año 2005 y las practicadas en este año 2012, hemos podido comprobar como la Ciudad Ibérica fue ampliando su extensión y por tanto su línea amurallada a lo lardo de los siglo VI y V principalmente. Imagen 60. Línea amurallada de la Ciudad Ibérica. S. III a C. Durante la Campaña de 2005 y en un área próxima a la línea de la Muralla Sur dentro de la propia Ciudad, se excavó una zona, llegando a los niveles geológicos del Cerro. Durante esta excavación se localizaron varias fases Ibéricas de formación de la Ciudad a lo largo de los siglo VI al III a. C. Sobre este nivel geológico se localizó una primera línea de muralla formada por muro exterior, muro interior y relleno de piedras calizas y cuarcíticas. La cara externa estaba formada por cuarcitas muy bien careadas hacia el exterior y de gran tamaño estando ligeramente ataluzada dicha cara. Imagen 61. Primera línea de muralla Ibérica. Siglo VI a. C. Es la fase más antigua documentada en esta zona de excavación y apoya directamente sobre los estratos geológicos que ha sido fechada en la segunda mitad del siglo VI siendo anterior a la línea de muralla que venía descubriéndose sistemáticamente en anteriores campañas. La muralla se construye directamente sobre el nivel geológico practicándose una zanja donde se construirían las primeras líneas de piedras El esquema estratigráfico correspondiente a esta fase sería el siguiente: Imagen 62. Sistema de construcción de la primera línea amurallada de la Ciudad Ibérica. Es destacable la escasez de restos encontrados en la excavación de materiales estos niveles arqueológicos. Sólo han sido encontrados unos fragmentos de un posible vaso cerámico a mano y otros fragmentos de cerámicas a mano y algunos toscos de cerámicas a torno con restos de pintura de franjas rojas Por otro lado las últimas catas realizadas en 1998 y 2012 en la zona Y2, nos confirma la ampliación que se produce de la Ciudad Ibérica. Así las murallas se desplazan desde su emplazamiento original unos 20 metros al exterior conformando la nueva muralla que pervivirá con numerosas construcciones y reconstrucciones hasta finales del siglo III a. C. 1ª Línea de muralla Mediados S. VI a. C 2ª Línea de Muralla Finales S. VI-V a. C. Imagen 63. Nueva línea de muralla mediante sistema de cajas. Finales Siglo VI-V a. C. El aumento de población debió provocar el desarrollo urbano de la Ciudad produciéndose a lo largo del Siglo V, la expansión de la Ciudad hacia el Sur, provocando la nueva construcción de la línea amurallada de la Ciudad Ibérica, lo que nos da una idea de la preponderancia del Oppidum Ibérico durante las fases del Ibérico Antiguo y Pleno en el área Sur de la Provincia de Ciudad Real. El máximo esplendor de la Ciudad tendría lugar a lo largo de los siglos V- IV y III a. C. convirtiéndose en un gran centro agrario a tenor de los almacenes construidos, en un centro productor y exportador de materiales cerámicos y un centro político cuyas influencias debieron de notarse en gran mediada en las numerosas poblaciones ibéricas asentadas en torno a al Oppidum del Cerro de las Cabezas. Participantes del Curso de Arqueología 2012 Trabajo de Campo y otras actividades realizadas durante el Curso 2012 Equipo de Trabajo Cerro de las Cabezas