94-CAS-2012 SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE

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94-CAS-2012
SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA; San Salvador, a las ocho
horas con veinticinco minutos del día doce de octubre de dos mil once.
Este Tribunal conoce del recurso de casación interpuesto por el Doctor Atilio Ramírez
Amaya, en oposición al fallo definitivo condenatorio dictado a las catorce horas con treinta
minutos del día treinta de noviembre de dos mil nueve, por el Tribunal de Sentencia de Santa
Tecla, del proceso instruido en contra del señor JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, a
quien se le atribuye la comisión del delito calificado como POSESIÓN Y TENENCIA, regulado
en él Art. 34 Inc. 3 de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas (en adelante
LRARD), en perjuicio de la Salud Pública.
Una vez celebrada la audiencia oral, en la que fueron vertidos los alegatos del recurrente,
orientados a profundizar los reclamos expuestos, de conformidad a lo dispuesto en el inciso 3°
del artículo 428 del Código Procesal Penal, la Sala procede a dictar sentencia.
I. RESULTANDO:
Que mediante decisión condenatoria se resolvió: “POR TANTO, de acuerdo a los Arts. 1,
8, 11, 12, 14, 86 Inc. 3°, 172 lncs. 1° y 3° de la Constitución; 1, 2, 3, 4, 5 y 47 Pn., 1, 2, 3, 4, 17,
18, 53 Núm 8, 130, 356, 357, 358, 359, 361 y 450 Pr. Pn., y 43 de la Ley Penitenciaria, y con
fundamento en el voto unánime que antecede, a nombre de la República de El Salvador,
FALLAMOS:
CONDÉNASE al imputado JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, de las generales
primeramente mencionadas por el delito de POSESIÓN Y TENENCIA CON FINES DE
TRÁFICO, Art. 34 Inc. 3° de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, en
perjuicio de la Salud Pública, a cumplir la pena de SEIS AÑOS DE PRISIÓN.
CONDÉNASELE también a la pérdida de los derechos de ciudadano, incapacidad para
obtener toda clase de cargos y empleos públicos, pena accesoria que deberá cumplir durante la
ejecución de la pena principal.
ABSUÉLVASE del pago de responsabilidad civil, por ser un delito de intereses difusos.
Y de conformidad al Principio Constitucional de la Gratuidad de la Administración de
Justicia, los suscritos jueces ABSOLVEMOS totalmente al procesado del pago de costas
procesales de esta instancia.
Continúe el imputado en la detención en que se encuentra la cual se tornará prisión
formal al quedar ejecutoriada esta sentencia. Para los efectos del Art. 44 de la Ley
Penitenciaria, se tiene que el señor JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, fue privado de
libertad el día 9 de julio de 2009.
En vista que el señor JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, es de nacionalidad
guatemalteca, líbrense los oficios correspondientes para informar a las autoridades diplomáticas
de la República de Guatemala para los efectos legales correspondientes.
De conformidad al Art. 444 Pr. Pn., al quedar ejecutoriada esta sentencia, procédase a la
destrucción de 4,856.5 gramos de marihuana, debidamente embalada.
Los $150.200 pesos mexicanos, 500 colones costarricenses y 290 quetzales, por estar
relacionados al delito por el que el señor Flores Paredes ha sido condenado, ordénese su comiso
y gírense los oficios correspondientes a fin de que éstos pasen al Fondo General de la Nación.
Si las partes no recurren en el término de ley de esta sentencia, considérese firme su fallo,
sin necesidad de declaración previa.
Vencido dicho plazo y realizadas las comunicaciones de ley, archívense las actuaciones
judiciales.
Notifíquese, mediante lectura integral esta sentencia."
II. MOTIVOS DE CASACIÓN.
Inconforme con la decisión emitida, el Doctor Afilio Ramírez Amaya, interpuso el medio
impugnaticio correspondiente, en el cual alegó tres defectos del procedimiento, que fueron
presentados de la siguiente manera:
a. "MOTIVO POR FALTA DE CONGRUENCIA ENTRE ACUSACIÓN, AUTO DE
APERTURA A JUICIO Y SENTENCIA." Al respecto, expone: "El auto de apertura es la
resolución que admite la acusación y manda pasar el proceso a la etapa del juicio, en donde los
hechos de la acusación encaran la posibilidad cierta de que el imputado puede ser responsable
de tales hechos y de los admitidos en el auto de apertura, por consiguiente, luego del juicio, la
sentencia no podrá dar por acreditados otros hechos u otras circunstancias que los descritos en
la acusación y admitidos en el auto de apertura a juicio. En el presente caso, estimo que los
hechos acusados, incluyendo personas, y los hechos admitidos en el auto de apertura y la
condena de la sentencia, no son los mismos, faltando la congruencia exigida por la ley.
El Juez de Instrucción proveyó auto de apertura a juicio, luego que la Cámara
correspondiente revocó el sobreseimiento provisional a JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES.
En esa resolución, se fundamentó al autor y la conducta exigida en el tipo, es decir, admitiendo
la acusación con la precisa descripción del hecho objeto del juicio y de las personas acusadas.
Sin embargo, en el auto de apertura ajuicio establece: "Finalmente, como elemento subjetivo de
este delito, se requiere acreditar el dolo, que el sujeto activo específicamente en el caso de
Posesión y Tenencia de droga, se efectúe bajo el conocimiento y voluntad de que lo que posee y
tiene es producto estupefaciente, tal como se ha establecido en el presente caso, que el señor
WALTER ULISES CABRERA CUBÍAS, conocía la naturaleza de la sustancia que poseía y tenia,
conservándola debidamente guardada en una de las bolsas de su pantalón, la actitud nerviosa y
evasiva del señor Cabrera Cubías, ante la presencia policial y no obstante ese conocimiento,
encaminaron su voluntad a realizar esa conducta, configurándose el dolo en las acciones de
poseer y tener droga." Son hechos y circunstancias del auto de apertura a juicio que el sujeto
activo del delito es el señor WALTER ULISES CABRERA CUBIAS, quien dolosamente, es decir,
con conocimiento de los elementos objetivos del tipo, encaminó su voluntad a la realización del
tipo y con la circunstancia de que la sustancia que poseía y tenia, conservándola debidamente
guardada en la bolsa derecha de su pantalón. Pero al final de la referida resolución, el Juzgado
de Instrucción dicta auto de apertura a juicio contra JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES O
JOSÉ ANTONIO FLORES, por atribuirle la comisión del delito provisionalmente calificado
como POSESIÓN Y TENENCIA, previsto y sancionado en el Art. 34 Inc. 3 de la Ley Reguladora
de las Actividades Relativas a las Drogas.
Lo expuesto anteriormente, constituye incongruencia entre acusación y auto de apertura y
por consiguiente, incongruencia entre acusación, auto de apertura y sentencia, ya que ésta
condenó a FLORES PAREDES, no obstante que el auto de apertura ubica la acción dolosa de
Posesión y Tenencia en WALTER ULISES CABRERA CUBAS, no en el condenado. La sentencia
no podía dar por acreditados otros hechos u otras circunstancias que los descritos en la
acusación y admitidos en el auto de apertura a juicio. Haberlo hecho, constituye uno de los
vicios de la sentencia que habilitan la casación."
b. "INSUFICIENTE FUNDAMENTACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL." En
apoyo a su reclamo, expone: "En el referido fallo no se indica el nivel de responsabilidad penal
de FLORES PAREDES. Se le condena sin decir si su pena es de autor, coautor, cómplice o
instigador. La sentencia es incompleta, le falta uno de los elementos esenciales de la parte
dispositiva, consistente en decidir el grado de responsabilidad penal del imputado. No se puede
condenar a nadie sin indicar el grado de su participación delictual, ya que de ello depende la
pena (...) La sentencia debió resolver todas las cuestiones que fueron objeto del juicio, como la
imputación delictiva y sanción aplicable de acuerdo al nivel de imputación. Ignorar la
participación como autor o partícipe es falta de motivación. Indudablemente que la omisión de
pronunciamiento sobre cualquiera de estas cuestiones equivale a la ausencia de motivación de la
sentencia"
c. "FALTA DE FUNDAMENTACIÓN DE LA SENTENCIA." Al respecto, el recurrente
formula el siguiente alegato: "Ha existido falta de fundamentación sobre cuestiones esenciales
referentes a la posesión de la droga y a la existencia de la culpabilidad. Como al imputado no se
le decomisó en su cuerpo o bajo su inmediata tenencia, ningún tipo de droga, la sentencia no
indica cuáles fueron las razones lógicas por las que llegó al convencimiento que JOSÉ
ANTONIO FLORES PAREDES, era poseedor o tenedor de la droga. Únicamente se refiere a las
deposiciones de los testigos policías que en ningún momento afirman que el imputado poseía o
tenía droga, y en esto me atengo a los hechos comprobados con tales testigos y con la
declaración del propietario del hotel, quien tampoco afirma la posesión o tenencia de la droga.
El problema es que la habitación había sido contratada por JOSÉ ANTONIO FLORES
PAREDES, esa es la única vinculación con la droga. La droga estaba en la habitación que el
imputado alquiló, por consiguiente, la droga que se encontraba en la habitación, se presume en
la sentencia, estaba bajo su posesión y tenencia. Y lo más grave, la tenia con fines comerciales,
concluyendo con esto los elementos del tipo. La sentencia se encarga de explicar los fines de
tráfico que constituyen el tipo por el que el imputado fue condenado. Observemos la sana critica
de la sentencia, en la página doce, se dice: "Asimismo, el señor FLORES PAREDES, se
encontraba afuera en el momento en que llegan los agentes policiales. Sin embargo, también se
estableció que la pueda de dicha habitación se encontraba cerrada, que quien tenia la llave de la
habitación era el señor FLORES PAREDES y es precisamente él quien autoriza el ingreso a los
agentes policiales, abre el cuarto de habitación que se encontraba cerrado, lo que resulta
coherente con que es el imputado quien tiene registrada la habitación. Por lo tanto, con estas
acciones quedó demostrado que tenía bajo su esfera de dominio lo que estaba en el interior de
dicha habitación." La sentencia omitió manifestar si las cinco personas que se encontraban en la
habitación también estaban bajo la esfera de dominio del imputado, que dentro de la lógica de la
sentencia sería también lógico, aunque absurdo. Entonces, los cinco hombres que estaban dentro
de la habitación no tenían bajo la esfera de su dominio la droga o solo alguno de ellos? Cómo es
posible que por tener ciento cinco dólares, doscientos pesos mejicanos, quinientos colones
costarricenses y doscientos noventa quetzales, el señor FLORES PAREDES, tenía una posible
finalidad de realizar actos de comercio con la droga? Porque el único motivo para inferir o
presumir que el imputado es poseedor de la marihuana es el alquiler de la habitación. Era más
lógico suponer que las cinco personas que se encontraban dentro de la habitación eran los
tenedores de la droga, por estar fumando puros y por estar más cerca de la droga. El hotel es
una institución abierta al público y el hecho de haber tomado una habitación no lo hace
responsable de delitos que en ella se cometan, sobre todo cuando no se estaba presente o dentro
de tal habitación. A la posesión presumida por la sentencia le falta lógica al no indicar las
razones que llevarían únicamente al imputado y no a otro u otros, a conectarlo con la droga, y
mucho menos a presumir que la tenía para comerciar con ella. Esto constituye un vicio in
procedendo por falta de fundamentación.
Finalmente, la cantidad de droga no es por sí sola suficiente para presumir la
culpabilidad, sino que lo importante es que la ley deja al juicio prudencial del juez tal
apreciación, quien debe tener bases objetivas, para realizar el silogismo de la presunción. En el
presente caso, la sentencia presume que el imputado tenia la finalidad de realizar actos de
comercio con la droga por tener, también, la cantidad de dinero de diferentes países que le fue
decomisada. Para poder realizar presunciones hay que saber pensar correctamente y expresarlo
en la sentencia, lo cual no fue razonado inteligiblemente en la sentencia recurrida." (Sic)
III. DEL EMPLAZAMIENTO.
Posteriormente, en cumplimiento al Art. 428 del Código Procesal Penal, fue instado el
licenciado Julio César Cabrera Manzano, agente auxiliar del Señor Fiscal General de la
República, a efecto que contestara el recurso interpuesto por el defensor particular. Así pues, el
licenciado Julio César Cabrera Manzano, solicitó se declararan sin lugar la totalidad de motivos
expuestos por el casacionista, en tanto que la sentencia se fundamentó en debida forma.
IV. CONSIDERACIONES DE ESTA SALA.
Señala el Doctor Atilio Ramírez Amaya, que el pronunciamiento se encuentra afectado por
una variedad de defectos de procedimiento o in procedendo, correspondientes a la falta de
congruencia entre acusación, auto de apertura a juicio y sentencia; así como la "insuficiente" y
"ausente" fundamentación del referido pronunciamiento. Se dará respuesta a los planteamientos
desarrollados por el recurrente en el orden expuesto, aclarando únicamente que los vicios
referentes a la motivación de la sentencia, serán analizados de forma conjunta, ya que ambos se
concentran en denunciar la escasa e inadecuada argumentación analítica desarrollada por el AQuo.
En cuanto al yerro referente al quebranto del Art. 359 del Código Procesal Penal, esta Sala
considera pertinente aclarar, que el verdadero agravio del casacionista se encuentra constituido
por la circunstancia que el auto de apertura a juicio fue dictado contra JOSÉ ANTONIO FLORES
PAREDES; sin embargo, la persona que se relacionó como acusada en tal pronunciamiento fue el
señor WALTER ULISES CABRERA CURIAS. Este reclamo trasciende entonces de los
conceptos doctrinarios del Principio de la congruencia, es decir, la base de la queja no se
encuentra constituida por el señalamiento de hechos distintos a aquellos de los que se acusó al
imputado, la protesta respecto de una calificación diferente o incluso la imposición de una pena
superior a la solicitada por la acusación, sino que se pretende indicar un quebranto al Debido
Proceso y al derecho de defensa en tanto que en el auto de apertura a juicio provisto por el juez
de instrucción, la acción dolosa de Posesión y Tenencia, fue ubicada en la persona de WALTER
ULISES CABRERA CUBIAS, no así en el inculpado y a pesar de ello, se continuó con el trámite
del actual proceso, llegando incluso a dictarse sentencia definitiva condenatoria en contra de éste.
Es preciso remitirse a autos para verificar la circunstancia expuesta por el recurrente. Así
pues, se advierte que desde las etapas iniciales de la presente causa, se individualizó e identificó
al señor JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES O JOSÉ ANTONIO FLORES, entre otros
imputados, como partícipe en el delito de Posesión y Tenencia. Como resultado de la audiencia
inicial, se ordenó la instrucción en contra del referido reo y asimismo se decretó sobreseimiento
provisional a favor del resto de señalados. En seguida, tal como lo ordena el Art. 265 del Código
Procesal Penal, se dictó auto de instrucción en el que se dictaminó la indagación de tal hecho
punible atribuido con probabilidad a JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, y una vez que
finalizó esta etapa mediante la presentación del dictamen fiscal, el licenciado Aníbal Wilfredo
Morán Rodríguez, acusó al señor JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, por el ilícito ya
indicado. Como consecuencia de la audiencia preliminar, se proveyó sobreseimiento provisional
a favor del referido imputado, el cual fue revocado por la Cámara Cuarta de la Sección del
Centro, ordenando la celebración de audiencia especial para la aportación de prueba de descargo
por parte de JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES. Llevada a cabo la referida audiencia, en
cumplimiento al Art. 322 del Código Procesal Penal, el Juzgado de Primera Instancia procedió a
dictar el auto de apertura a juicio en contra de JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES o JOSÉ
ANTONIO FLORES, observando los requisitos que la ley adjetivo establece al efecto, es decir:
1. La admisión de la acusación con la descripción precisa del hecho objeto del juicio y el resto de
sujetos involucrados. Plataforma fáctica que ha resultado ser conteste y conforme respecto del
dictamen; 2. Imposición, ratificación, revocación o sustitución de las medidas cautelares; y 3.
Intimación a las partes. En este mismo pronunciamiento, también fueron relacionados los
elementos de convicción obrantes a través de los cuales se confirmaba la existencia del delito. Sin
embargo, en la exposición de la probable participación delincuencial, el Juzgado erró al
establecer que el sujeto activo del delito recala en la persona de WALTER ULISES CABRERA
CUBIAS, así como también en consignar que el señor WALTER ULISES CABRERA GUBIAS,
actuó dolosamente; pero al continuar con la lectura del referido auto, se señala a JOSÉ
ANTONIO FLORES PAREDES o JOSÉ ANTONIO FLORES, como el imputado que actuó con
capacidad de culpa, catalogando finalmente, su actuar como típico y antijurídico, dictando en
consecuencia, la apertura a juico en contra de JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES O JOSÉ
ANTONIO FLORES.
Si bien es cierto existe un equivoco, a criterio de esta Sala no puede ser considerado como
insuperable o que provoque una vulneración ya sea al Debido Proceso o al derecho de defensa,
pues de una concienzuda lectura de los autos que conforman las actuaciones, se advierte que toda
la acción del lusPuniendi se encamina a la averiguación del delito de Posesión y Tenencia
atribuido a JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES O JOSÉ ANTONIO FLORES.
Pero aún, si se continúan analizando los autos, se encuentra que la sentencia dictada por el
Tribunal de Sentencia de Santa Tecla, señala en la integralidad de su contenido a JOSÉ
ANTONIO FLORES PAREDES, como el único responsable penal del delito calificado
definitivamente como POSESIÓN Y TENENCIA.
Entonces, de la anterior relación de las incidencias procesales, no se vislumbra que haya
sido cometido un error que derive en nulidades absolutas, en tanto que desde ninguna óptica
fueron comprometidos derechos o garantías erigidos a favor del imputado; ya que con claridad a
lo largo del proceso, se ha identificado a JOSÉ ANTONIO FLORES, en la comisión del delito
señalado. Y como recién se ha expuesto, la irregularidad Del auto de apertura a juicio, puede ser
comprendida como un error material, que nada incide en el contenido esencial de la acusación.
De tal forma, no existe ningún defecto en la sentencia, por la cual deba anularse o descalificarse.
Ahora bien, resta dar respuesta al segundo defecto alegado por el recurrente, que
corresponde a la “insuficiente motivación de la sentencia”. Considera el Doctor Ramírez Amaya,
que el pronunciamiento ha incurrido en este equívoco, por cuanto que se condenó al incriminado
sin indicar si la pena debe ser cumplida por autoría, coautoría, autoría mediata, cómplice o
instigador; además, se obvió la participación que tuvieron para el presente caso, el resto de
sujetos que se encontraban en el interior de la habitación. Por otra parte, plantea también la
circunstancia que se deduce la responsabilidad penal en contra del señor José Antonio Flores
Paredes, únicamente por la razón que a su nombre figuraba el alquiler de la habitación del hotel
en el que se hospedaba, pero en ningún momento se ha establecido que el acusado poseía o tenía
droga consigo mismo. Finaliza su reclamo señalando que también se dedujo por el sentenciador,
a partir de la moneda procedente de diferentes países descubierta en la referida habitación, la
cantidad de sustancia incautada y la forma de embalaje, que se desarrollaban actividades de
comercio. A criterio del casacionista, todos estos razonamientos son desatinados, pues por la sola
circunstancia de haber tomado en alquiler una habitación no lo hace responsable del delito que
injustamente se le ha imputado.
En cuanto al nivel de responsabilidad penal, señala el recurrente que el pronunciamiento
ha sido omiso pues no indicó la forma de participación por la cual responde el imputado, esto es,
bajo la calidad de autor, coautor, cómplice o instigador. A efecto de proporcionar una adecuada
respuesta al recurrente, conviene desarrollar una lectura integra a la sentencia y ubicar el reclamo
expuesto. En ese sentido, se verifica que ciertamente no existió una concreta identificación del
señor Flores Paredes, como autor o partícipe, sin embargo, dentro del literal C) titulado
"TIPICIDAD'', se hace expresa referencia al Imputado como aquel único sujeto que tenia bajo su
esfera de dominio, la alta cantidad de droga que fue incautada y el resto de razonamientos, ubican
al imputado como exclusivo responsable de la conducta de POSESIÓN Y TENENCIA. De tal
forma, puede sustraerse que el grado de responsabilidad penal por el cual fue encontrado culpable
el imputado, para el presente caso, responde al de autor directo, debiendo entender bajo tal
concepto a aquel que tiene conocimiento y dominio sobre el hecho punible realizado.
Acertadamente, el A-Quo, no integró a la reflexión desarrollada, la participación del resto de
sujetos, en tanto que a favor de ellos fue dictado sobreseimiento provisional por el Juez de
Primera Instancia de La Libertad.
Entonces, a pesar que la decisión judicial no desarrolló un apartado especial respecto de la
participación, ni tampoco haya identificado mediante el término ''autor directo" al imputado,
claramente del contenido de la sentencia, se comprende que la responsabilidad que pesa sobre
éste, es la de autor directo, según lo dispone el Art. 33 del Código Penal, adecuándose el quantum
de la pena, a los parámetros determinados por el Art. 65 del mismo cuerpo legal.
A pesar que existe una omisión, esta no es de una grave entidad como para provocar la
descalificación del pronunciamiento.
Seguidamente, el recurrente expone que se construyó la condena en contra de JOSÉ
ANTONIO FLORES PAREDES, por la mera circunstancia que la habitación del hotel en la que
fue encontrada la droga, fue alquilada por éste. Se ha acreditado en autos, que el imputado es de
nacionalidad guatemalteca, ejerciendo su domicilio accidental en el Hotel Roca Sunzal. Sobre
este particular debe estacarse que, las habitaciones de los hoteles pueden constituir domicilio de
sus huéspedes ya que, en principio, por sus propias características son lugares idóneos para que se
desarrolle la vida privada del ocupante. Desde esta perspectiva, la accidentalidad o temporalidad
del uso de la habitación del hotel, las limitaciones al disfrute de las mismas que derivan del
contrato de hospedaje, constituyen obstáculos reales a que se considere como domicilio de los
clientes del hotel mientras han acordado con éste su alojamiento. Entonces, por considerarse las
habitaciones de los hoteles espacios aptos para el desarrollo o desenvolvimiento de la vida
privada, se ejercen ahí efectivamente actos de disposición y voluntad.
En el presente caso, bajo la venia del ocupante, los agentes policiales ingresaron a la
habitación del hotel que le servía de morada y en la que ejercía el derecho a la intimidad de su
vida personal de la forma más intensa. Precisamente en este espacio destinado a la ocupación, fue
encontrada una fuerte cantidad de droga cuyo valor económico ascendía a la cantidad de cinco
mil quinientos treinta y siete punto cuarenta y cuatro dólares, parte de la cual estaba siendo
manufacturada en á presentación de cigarrillos artesanales. Como corolario de tales
circunstancias, y en apoyo de las pruebas documentales, testimoniales y periciales, resultó
atinado el razonamiento del sentenciador al afirmar que esta sustancia se destinaría a fines
comerciales, en atención a la forma en que fue encontrada, la evidente preparación para su
inmediata distribución y el dinero de diferente procedencia y denominación: ciento cinco dólares,
doscientos pesos mejicanos, quinientos colones costarricenses y doscientos noventa quetzales.
Todo ello devela o hace presumir un fin de comercio. En definitiva, la vinculación que ha
existido entre el hallazgo de la droga y el imputado, no solo se ha derivado del alquiler de la
habitación 2A, sino también de la directa disposición que éste tenia de las llaves del mismo, y el
ocultamiento de la sustancia ilícita en lugares donde se encontraban las pertenencias del
imputado: en el interior de un gavetero y dentro de un closet.
Por todas las reflexiones que figuran dentro de la motivación analítica desarrollada por el
juzgador, no vislumbra esta Sala que exista una motivación insuficiente o arbitraria, pues la
solución de condena se ha extraído a partir de la totalidad de probanzas que lícitamente han sido
obtenidas e incorporadas al proceso penal.
POR TANTO: De acuerdo a lo apuntado en los acápites precedentes, disposiciones
legales citadas y artículos 50 inciso 2°, 57, 421, 422 y 427, todos del Código Procesal Penal, en
nombre de la República de El Salvador, esta Sala RESUELVE:
1.
NO HA LUGAR a casar la sentencia de mérito, por las causales invocadas por la
Parte recurrente.
2.
Remítanse las actuaciones al tribunal de origen, para los efectos legales pertinentes.
NOTIFÍQUESE. -----R.M. FORTIN H.----M. TREJO-------GUZMAN U.D.C.--------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.-------RUBRICADAS.
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