94-CAS-2012 SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA; San Salvador, a las ocho horas con veinticinco minutos del día doce de octubre de dos mil once. Este Tribunal conoce del recurso de casación interpuesto por el Doctor Atilio Ramírez Amaya, en oposición al fallo definitivo condenatorio dictado a las catorce horas con treinta minutos del día treinta de noviembre de dos mil nueve, por el Tribunal de Sentencia de Santa Tecla, del proceso instruido en contra del señor JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, a quien se le atribuye la comisión del delito calificado como POSESIÓN Y TENENCIA, regulado en él Art. 34 Inc. 3 de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas (en adelante LRARD), en perjuicio de la Salud Pública. Una vez celebrada la audiencia oral, en la que fueron vertidos los alegatos del recurrente, orientados a profundizar los reclamos expuestos, de conformidad a lo dispuesto en el inciso 3° del artículo 428 del Código Procesal Penal, la Sala procede a dictar sentencia. I. RESULTANDO: Que mediante decisión condenatoria se resolvió: “POR TANTO, de acuerdo a los Arts. 1, 8, 11, 12, 14, 86 Inc. 3°, 172 lncs. 1° y 3° de la Constitución; 1, 2, 3, 4, 5 y 47 Pn., 1, 2, 3, 4, 17, 18, 53 Núm 8, 130, 356, 357, 358, 359, 361 y 450 Pr. Pn., y 43 de la Ley Penitenciaria, y con fundamento en el voto unánime que antecede, a nombre de la República de El Salvador, FALLAMOS: CONDÉNASE al imputado JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, de las generales primeramente mencionadas por el delito de POSESIÓN Y TENENCIA CON FINES DE TRÁFICO, Art. 34 Inc. 3° de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, en perjuicio de la Salud Pública, a cumplir la pena de SEIS AÑOS DE PRISIÓN. CONDÉNASELE también a la pérdida de los derechos de ciudadano, incapacidad para obtener toda clase de cargos y empleos públicos, pena accesoria que deberá cumplir durante la ejecución de la pena principal. ABSUÉLVASE del pago de responsabilidad civil, por ser un delito de intereses difusos. Y de conformidad al Principio Constitucional de la Gratuidad de la Administración de Justicia, los suscritos jueces ABSOLVEMOS totalmente al procesado del pago de costas procesales de esta instancia. Continúe el imputado en la detención en que se encuentra la cual se tornará prisión formal al quedar ejecutoriada esta sentencia. Para los efectos del Art. 44 de la Ley Penitenciaria, se tiene que el señor JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, fue privado de libertad el día 9 de julio de 2009. En vista que el señor JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, es de nacionalidad guatemalteca, líbrense los oficios correspondientes para informar a las autoridades diplomáticas de la República de Guatemala para los efectos legales correspondientes. De conformidad al Art. 444 Pr. Pn., al quedar ejecutoriada esta sentencia, procédase a la destrucción de 4,856.5 gramos de marihuana, debidamente embalada. Los $150.200 pesos mexicanos, 500 colones costarricenses y 290 quetzales, por estar relacionados al delito por el que el señor Flores Paredes ha sido condenado, ordénese su comiso y gírense los oficios correspondientes a fin de que éstos pasen al Fondo General de la Nación. Si las partes no recurren en el término de ley de esta sentencia, considérese firme su fallo, sin necesidad de declaración previa. Vencido dicho plazo y realizadas las comunicaciones de ley, archívense las actuaciones judiciales. Notifíquese, mediante lectura integral esta sentencia." II. MOTIVOS DE CASACIÓN. Inconforme con la decisión emitida, el Doctor Afilio Ramírez Amaya, interpuso el medio impugnaticio correspondiente, en el cual alegó tres defectos del procedimiento, que fueron presentados de la siguiente manera: a. "MOTIVO POR FALTA DE CONGRUENCIA ENTRE ACUSACIÓN, AUTO DE APERTURA A JUICIO Y SENTENCIA." Al respecto, expone: "El auto de apertura es la resolución que admite la acusación y manda pasar el proceso a la etapa del juicio, en donde los hechos de la acusación encaran la posibilidad cierta de que el imputado puede ser responsable de tales hechos y de los admitidos en el auto de apertura, por consiguiente, luego del juicio, la sentencia no podrá dar por acreditados otros hechos u otras circunstancias que los descritos en la acusación y admitidos en el auto de apertura a juicio. En el presente caso, estimo que los hechos acusados, incluyendo personas, y los hechos admitidos en el auto de apertura y la condena de la sentencia, no son los mismos, faltando la congruencia exigida por la ley. El Juez de Instrucción proveyó auto de apertura a juicio, luego que la Cámara correspondiente revocó el sobreseimiento provisional a JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES. En esa resolución, se fundamentó al autor y la conducta exigida en el tipo, es decir, admitiendo la acusación con la precisa descripción del hecho objeto del juicio y de las personas acusadas. Sin embargo, en el auto de apertura ajuicio establece: "Finalmente, como elemento subjetivo de este delito, se requiere acreditar el dolo, que el sujeto activo específicamente en el caso de Posesión y Tenencia de droga, se efectúe bajo el conocimiento y voluntad de que lo que posee y tiene es producto estupefaciente, tal como se ha establecido en el presente caso, que el señor WALTER ULISES CABRERA CUBÍAS, conocía la naturaleza de la sustancia que poseía y tenia, conservándola debidamente guardada en una de las bolsas de su pantalón, la actitud nerviosa y evasiva del señor Cabrera Cubías, ante la presencia policial y no obstante ese conocimiento, encaminaron su voluntad a realizar esa conducta, configurándose el dolo en las acciones de poseer y tener droga." Son hechos y circunstancias del auto de apertura a juicio que el sujeto activo del delito es el señor WALTER ULISES CABRERA CUBIAS, quien dolosamente, es decir, con conocimiento de los elementos objetivos del tipo, encaminó su voluntad a la realización del tipo y con la circunstancia de que la sustancia que poseía y tenia, conservándola debidamente guardada en la bolsa derecha de su pantalón. Pero al final de la referida resolución, el Juzgado de Instrucción dicta auto de apertura a juicio contra JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES O JOSÉ ANTONIO FLORES, por atribuirle la comisión del delito provisionalmente calificado como POSESIÓN Y TENENCIA, previsto y sancionado en el Art. 34 Inc. 3 de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas. Lo expuesto anteriormente, constituye incongruencia entre acusación y auto de apertura y por consiguiente, incongruencia entre acusación, auto de apertura y sentencia, ya que ésta condenó a FLORES PAREDES, no obstante que el auto de apertura ubica la acción dolosa de Posesión y Tenencia en WALTER ULISES CABRERA CUBAS, no en el condenado. La sentencia no podía dar por acreditados otros hechos u otras circunstancias que los descritos en la acusación y admitidos en el auto de apertura a juicio. Haberlo hecho, constituye uno de los vicios de la sentencia que habilitan la casación." b. "INSUFICIENTE FUNDAMENTACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL." En apoyo a su reclamo, expone: "En el referido fallo no se indica el nivel de responsabilidad penal de FLORES PAREDES. Se le condena sin decir si su pena es de autor, coautor, cómplice o instigador. La sentencia es incompleta, le falta uno de los elementos esenciales de la parte dispositiva, consistente en decidir el grado de responsabilidad penal del imputado. No se puede condenar a nadie sin indicar el grado de su participación delictual, ya que de ello depende la pena (...) La sentencia debió resolver todas las cuestiones que fueron objeto del juicio, como la imputación delictiva y sanción aplicable de acuerdo al nivel de imputación. Ignorar la participación como autor o partícipe es falta de motivación. Indudablemente que la omisión de pronunciamiento sobre cualquiera de estas cuestiones equivale a la ausencia de motivación de la sentencia" c. "FALTA DE FUNDAMENTACIÓN DE LA SENTENCIA." Al respecto, el recurrente formula el siguiente alegato: "Ha existido falta de fundamentación sobre cuestiones esenciales referentes a la posesión de la droga y a la existencia de la culpabilidad. Como al imputado no se le decomisó en su cuerpo o bajo su inmediata tenencia, ningún tipo de droga, la sentencia no indica cuáles fueron las razones lógicas por las que llegó al convencimiento que JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, era poseedor o tenedor de la droga. Únicamente se refiere a las deposiciones de los testigos policías que en ningún momento afirman que el imputado poseía o tenía droga, y en esto me atengo a los hechos comprobados con tales testigos y con la declaración del propietario del hotel, quien tampoco afirma la posesión o tenencia de la droga. El problema es que la habitación había sido contratada por JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, esa es la única vinculación con la droga. La droga estaba en la habitación que el imputado alquiló, por consiguiente, la droga que se encontraba en la habitación, se presume en la sentencia, estaba bajo su posesión y tenencia. Y lo más grave, la tenia con fines comerciales, concluyendo con esto los elementos del tipo. La sentencia se encarga de explicar los fines de tráfico que constituyen el tipo por el que el imputado fue condenado. Observemos la sana critica de la sentencia, en la página doce, se dice: "Asimismo, el señor FLORES PAREDES, se encontraba afuera en el momento en que llegan los agentes policiales. Sin embargo, también se estableció que la pueda de dicha habitación se encontraba cerrada, que quien tenia la llave de la habitación era el señor FLORES PAREDES y es precisamente él quien autoriza el ingreso a los agentes policiales, abre el cuarto de habitación que se encontraba cerrado, lo que resulta coherente con que es el imputado quien tiene registrada la habitación. Por lo tanto, con estas acciones quedó demostrado que tenía bajo su esfera de dominio lo que estaba en el interior de dicha habitación." La sentencia omitió manifestar si las cinco personas que se encontraban en la habitación también estaban bajo la esfera de dominio del imputado, que dentro de la lógica de la sentencia sería también lógico, aunque absurdo. Entonces, los cinco hombres que estaban dentro de la habitación no tenían bajo la esfera de su dominio la droga o solo alguno de ellos? Cómo es posible que por tener ciento cinco dólares, doscientos pesos mejicanos, quinientos colones costarricenses y doscientos noventa quetzales, el señor FLORES PAREDES, tenía una posible finalidad de realizar actos de comercio con la droga? Porque el único motivo para inferir o presumir que el imputado es poseedor de la marihuana es el alquiler de la habitación. Era más lógico suponer que las cinco personas que se encontraban dentro de la habitación eran los tenedores de la droga, por estar fumando puros y por estar más cerca de la droga. El hotel es una institución abierta al público y el hecho de haber tomado una habitación no lo hace responsable de delitos que en ella se cometan, sobre todo cuando no se estaba presente o dentro de tal habitación. A la posesión presumida por la sentencia le falta lógica al no indicar las razones que llevarían únicamente al imputado y no a otro u otros, a conectarlo con la droga, y mucho menos a presumir que la tenía para comerciar con ella. Esto constituye un vicio in procedendo por falta de fundamentación. Finalmente, la cantidad de droga no es por sí sola suficiente para presumir la culpabilidad, sino que lo importante es que la ley deja al juicio prudencial del juez tal apreciación, quien debe tener bases objetivas, para realizar el silogismo de la presunción. En el presente caso, la sentencia presume que el imputado tenia la finalidad de realizar actos de comercio con la droga por tener, también, la cantidad de dinero de diferentes países que le fue decomisada. Para poder realizar presunciones hay que saber pensar correctamente y expresarlo en la sentencia, lo cual no fue razonado inteligiblemente en la sentencia recurrida." (Sic) III. DEL EMPLAZAMIENTO. Posteriormente, en cumplimiento al Art. 428 del Código Procesal Penal, fue instado el licenciado Julio César Cabrera Manzano, agente auxiliar del Señor Fiscal General de la República, a efecto que contestara el recurso interpuesto por el defensor particular. Así pues, el licenciado Julio César Cabrera Manzano, solicitó se declararan sin lugar la totalidad de motivos expuestos por el casacionista, en tanto que la sentencia se fundamentó en debida forma. IV. CONSIDERACIONES DE ESTA SALA. Señala el Doctor Atilio Ramírez Amaya, que el pronunciamiento se encuentra afectado por una variedad de defectos de procedimiento o in procedendo, correspondientes a la falta de congruencia entre acusación, auto de apertura a juicio y sentencia; así como la "insuficiente" y "ausente" fundamentación del referido pronunciamiento. Se dará respuesta a los planteamientos desarrollados por el recurrente en el orden expuesto, aclarando únicamente que los vicios referentes a la motivación de la sentencia, serán analizados de forma conjunta, ya que ambos se concentran en denunciar la escasa e inadecuada argumentación analítica desarrollada por el AQuo. En cuanto al yerro referente al quebranto del Art. 359 del Código Procesal Penal, esta Sala considera pertinente aclarar, que el verdadero agravio del casacionista se encuentra constituido por la circunstancia que el auto de apertura a juicio fue dictado contra JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES; sin embargo, la persona que se relacionó como acusada en tal pronunciamiento fue el señor WALTER ULISES CABRERA CURIAS. Este reclamo trasciende entonces de los conceptos doctrinarios del Principio de la congruencia, es decir, la base de la queja no se encuentra constituida por el señalamiento de hechos distintos a aquellos de los que se acusó al imputado, la protesta respecto de una calificación diferente o incluso la imposición de una pena superior a la solicitada por la acusación, sino que se pretende indicar un quebranto al Debido Proceso y al derecho de defensa en tanto que en el auto de apertura a juicio provisto por el juez de instrucción, la acción dolosa de Posesión y Tenencia, fue ubicada en la persona de WALTER ULISES CABRERA CUBIAS, no así en el inculpado y a pesar de ello, se continuó con el trámite del actual proceso, llegando incluso a dictarse sentencia definitiva condenatoria en contra de éste. Es preciso remitirse a autos para verificar la circunstancia expuesta por el recurrente. Así pues, se advierte que desde las etapas iniciales de la presente causa, se individualizó e identificó al señor JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES O JOSÉ ANTONIO FLORES, entre otros imputados, como partícipe en el delito de Posesión y Tenencia. Como resultado de la audiencia inicial, se ordenó la instrucción en contra del referido reo y asimismo se decretó sobreseimiento provisional a favor del resto de señalados. En seguida, tal como lo ordena el Art. 265 del Código Procesal Penal, se dictó auto de instrucción en el que se dictaminó la indagación de tal hecho punible atribuido con probabilidad a JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, y una vez que finalizó esta etapa mediante la presentación del dictamen fiscal, el licenciado Aníbal Wilfredo Morán Rodríguez, acusó al señor JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, por el ilícito ya indicado. Como consecuencia de la audiencia preliminar, se proveyó sobreseimiento provisional a favor del referido imputado, el cual fue revocado por la Cámara Cuarta de la Sección del Centro, ordenando la celebración de audiencia especial para la aportación de prueba de descargo por parte de JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES. Llevada a cabo la referida audiencia, en cumplimiento al Art. 322 del Código Procesal Penal, el Juzgado de Primera Instancia procedió a dictar el auto de apertura a juicio en contra de JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES o JOSÉ ANTONIO FLORES, observando los requisitos que la ley adjetivo establece al efecto, es decir: 1. La admisión de la acusación con la descripción precisa del hecho objeto del juicio y el resto de sujetos involucrados. Plataforma fáctica que ha resultado ser conteste y conforme respecto del dictamen; 2. Imposición, ratificación, revocación o sustitución de las medidas cautelares; y 3. Intimación a las partes. En este mismo pronunciamiento, también fueron relacionados los elementos de convicción obrantes a través de los cuales se confirmaba la existencia del delito. Sin embargo, en la exposición de la probable participación delincuencial, el Juzgado erró al establecer que el sujeto activo del delito recala en la persona de WALTER ULISES CABRERA CUBIAS, así como también en consignar que el señor WALTER ULISES CABRERA GUBIAS, actuó dolosamente; pero al continuar con la lectura del referido auto, se señala a JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES o JOSÉ ANTONIO FLORES, como el imputado que actuó con capacidad de culpa, catalogando finalmente, su actuar como típico y antijurídico, dictando en consecuencia, la apertura a juico en contra de JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES O JOSÉ ANTONIO FLORES. Si bien es cierto existe un equivoco, a criterio de esta Sala no puede ser considerado como insuperable o que provoque una vulneración ya sea al Debido Proceso o al derecho de defensa, pues de una concienzuda lectura de los autos que conforman las actuaciones, se advierte que toda la acción del lusPuniendi se encamina a la averiguación del delito de Posesión y Tenencia atribuido a JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES O JOSÉ ANTONIO FLORES. Pero aún, si se continúan analizando los autos, se encuentra que la sentencia dictada por el Tribunal de Sentencia de Santa Tecla, señala en la integralidad de su contenido a JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, como el único responsable penal del delito calificado definitivamente como POSESIÓN Y TENENCIA. Entonces, de la anterior relación de las incidencias procesales, no se vislumbra que haya sido cometido un error que derive en nulidades absolutas, en tanto que desde ninguna óptica fueron comprometidos derechos o garantías erigidos a favor del imputado; ya que con claridad a lo largo del proceso, se ha identificado a JOSÉ ANTONIO FLORES, en la comisión del delito señalado. Y como recién se ha expuesto, la irregularidad Del auto de apertura a juicio, puede ser comprendida como un error material, que nada incide en el contenido esencial de la acusación. De tal forma, no existe ningún defecto en la sentencia, por la cual deba anularse o descalificarse. Ahora bien, resta dar respuesta al segundo defecto alegado por el recurrente, que corresponde a la “insuficiente motivación de la sentencia”. Considera el Doctor Ramírez Amaya, que el pronunciamiento ha incurrido en este equívoco, por cuanto que se condenó al incriminado sin indicar si la pena debe ser cumplida por autoría, coautoría, autoría mediata, cómplice o instigador; además, se obvió la participación que tuvieron para el presente caso, el resto de sujetos que se encontraban en el interior de la habitación. Por otra parte, plantea también la circunstancia que se deduce la responsabilidad penal en contra del señor José Antonio Flores Paredes, únicamente por la razón que a su nombre figuraba el alquiler de la habitación del hotel en el que se hospedaba, pero en ningún momento se ha establecido que el acusado poseía o tenía droga consigo mismo. Finaliza su reclamo señalando que también se dedujo por el sentenciador, a partir de la moneda procedente de diferentes países descubierta en la referida habitación, la cantidad de sustancia incautada y la forma de embalaje, que se desarrollaban actividades de comercio. A criterio del casacionista, todos estos razonamientos son desatinados, pues por la sola circunstancia de haber tomado en alquiler una habitación no lo hace responsable del delito que injustamente se le ha imputado. En cuanto al nivel de responsabilidad penal, señala el recurrente que el pronunciamiento ha sido omiso pues no indicó la forma de participación por la cual responde el imputado, esto es, bajo la calidad de autor, coautor, cómplice o instigador. A efecto de proporcionar una adecuada respuesta al recurrente, conviene desarrollar una lectura integra a la sentencia y ubicar el reclamo expuesto. En ese sentido, se verifica que ciertamente no existió una concreta identificación del señor Flores Paredes, como autor o partícipe, sin embargo, dentro del literal C) titulado "TIPICIDAD'', se hace expresa referencia al Imputado como aquel único sujeto que tenia bajo su esfera de dominio, la alta cantidad de droga que fue incautada y el resto de razonamientos, ubican al imputado como exclusivo responsable de la conducta de POSESIÓN Y TENENCIA. De tal forma, puede sustraerse que el grado de responsabilidad penal por el cual fue encontrado culpable el imputado, para el presente caso, responde al de autor directo, debiendo entender bajo tal concepto a aquel que tiene conocimiento y dominio sobre el hecho punible realizado. Acertadamente, el A-Quo, no integró a la reflexión desarrollada, la participación del resto de sujetos, en tanto que a favor de ellos fue dictado sobreseimiento provisional por el Juez de Primera Instancia de La Libertad. Entonces, a pesar que la decisión judicial no desarrolló un apartado especial respecto de la participación, ni tampoco haya identificado mediante el término ''autor directo" al imputado, claramente del contenido de la sentencia, se comprende que la responsabilidad que pesa sobre éste, es la de autor directo, según lo dispone el Art. 33 del Código Penal, adecuándose el quantum de la pena, a los parámetros determinados por el Art. 65 del mismo cuerpo legal. A pesar que existe una omisión, esta no es de una grave entidad como para provocar la descalificación del pronunciamiento. Seguidamente, el recurrente expone que se construyó la condena en contra de JOSÉ ANTONIO FLORES PAREDES, por la mera circunstancia que la habitación del hotel en la que fue encontrada la droga, fue alquilada por éste. Se ha acreditado en autos, que el imputado es de nacionalidad guatemalteca, ejerciendo su domicilio accidental en el Hotel Roca Sunzal. Sobre este particular debe estacarse que, las habitaciones de los hoteles pueden constituir domicilio de sus huéspedes ya que, en principio, por sus propias características son lugares idóneos para que se desarrolle la vida privada del ocupante. Desde esta perspectiva, la accidentalidad o temporalidad del uso de la habitación del hotel, las limitaciones al disfrute de las mismas que derivan del contrato de hospedaje, constituyen obstáculos reales a que se considere como domicilio de los clientes del hotel mientras han acordado con éste su alojamiento. Entonces, por considerarse las habitaciones de los hoteles espacios aptos para el desarrollo o desenvolvimiento de la vida privada, se ejercen ahí efectivamente actos de disposición y voluntad. En el presente caso, bajo la venia del ocupante, los agentes policiales ingresaron a la habitación del hotel que le servía de morada y en la que ejercía el derecho a la intimidad de su vida personal de la forma más intensa. Precisamente en este espacio destinado a la ocupación, fue encontrada una fuerte cantidad de droga cuyo valor económico ascendía a la cantidad de cinco mil quinientos treinta y siete punto cuarenta y cuatro dólares, parte de la cual estaba siendo manufacturada en á presentación de cigarrillos artesanales. Como corolario de tales circunstancias, y en apoyo de las pruebas documentales, testimoniales y periciales, resultó atinado el razonamiento del sentenciador al afirmar que esta sustancia se destinaría a fines comerciales, en atención a la forma en que fue encontrada, la evidente preparación para su inmediata distribución y el dinero de diferente procedencia y denominación: ciento cinco dólares, doscientos pesos mejicanos, quinientos colones costarricenses y doscientos noventa quetzales. Todo ello devela o hace presumir un fin de comercio. En definitiva, la vinculación que ha existido entre el hallazgo de la droga y el imputado, no solo se ha derivado del alquiler de la habitación 2A, sino también de la directa disposición que éste tenia de las llaves del mismo, y el ocultamiento de la sustancia ilícita en lugares donde se encontraban las pertenencias del imputado: en el interior de un gavetero y dentro de un closet. Por todas las reflexiones que figuran dentro de la motivación analítica desarrollada por el juzgador, no vislumbra esta Sala que exista una motivación insuficiente o arbitraria, pues la solución de condena se ha extraído a partir de la totalidad de probanzas que lícitamente han sido obtenidas e incorporadas al proceso penal. POR TANTO: De acuerdo a lo apuntado en los acápites precedentes, disposiciones legales citadas y artículos 50 inciso 2°, 57, 421, 422 y 427, todos del Código Procesal Penal, en nombre de la República de El Salvador, esta Sala RESUELVE: 1. NO HA LUGAR a casar la sentencia de mérito, por las causales invocadas por la Parte recurrente. 2. Remítanse las actuaciones al tribunal de origen, para los efectos legales pertinentes. NOTIFÍQUESE. -----R.M. FORTIN H.----M. TREJO-------GUZMAN U.D.C.--------PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.-------RUBRICADAS.