V024. ALIMENTACIÓN DEL DIABÉTICO DEFINICIÓN La diabetes mellitus es un trastorno del metabolismo de los principios inmediatos principalmente de los hidratos de carbono debido a una producción insuficiente de insulina o a una respuesta inadecuada de los tejidos o a las dos causas a la vez. Como consecuencia se produce una elevación del nivel de glucosa en sangre (glucemia) que provoca una alteración y desequilibrio metabólico y hormonal acompañados de lesiones neurológicas y vasculares que cursan de forma crónica. TIPOS La diabetes mellitus afecta al 2-3% de la población. Diabetes mellitus tipo 1. Es el 20% del total de diabéticos. Se inicia antes de los 30 años con mayor frecuencia en niños y adolescentes. El comienzo suele ser brusco en individuos con adelgazamiento rápido. Es una enfermedad autoinmune crónica que se produce en un individuo predispuesto por un factor desencadenante desconocido. Hay una pérdida prácticamente total de las células beta del pancreas con ausencia total de insulina, que debe administrarse diariamente, por ello se denomina diabetes mellitus insulino-dependiente. Diabetes mellitus tipo 2. Es el 80% del total de diabéticos. También denominada diabetes mellitus del adulto porque se presenta en mayores de 40 años con peso normal o sobrepeso y tiene un componente hereditario importante. A diferencia de la diabetes tipo I no hay déficit de insulina sino una falta de eficacia de la misma con el consiguiente aumento de la glucemia (insulino-resistente). En estadios avanzados de la enfermedad se puede producir un agotamiento de las células beta del páncreas que daría un déficit de insulina similar a la diabetes mellitus tipo 1. Diabetes gestacional. Es la aparición de una diabetes en una mujer embarazada. Debe diferenciarse del embarazo en una mujer diabética. Puede normalizarse tras el embarazo pero debe controlarse cuidadosamente. Diabetes mellitus asociada a numerosos síndromes. Baja frecuencia. TRATAMIENTO El tratamiento de la diabetes mellitus se basa en cuatro puntos: Insulina, hipoglucemiantes orales, dieta y ejercicio. En el caso de una diabetes tipo I, la administración de insulina es imprescindible para su tratamiento. La dieta es una medida complementaria que adquiere una importancia vital en la diabetes tipo 2. DIETA El tratamiento dietético irá orientado a: 1. En el niño conseguir un crecimiento y desarrollo normales. 2. Satisfacer las necesidades nutritivas y mantener el peso ideal. 3. Mantener la glucemia en sus valores normales. 4. Prevenir la aparición de complicaciones. Para asegurar el seguimiento de la dieta, que va a ser de por vida, ésta deberá elaborarse de forma personalizada, ha de ser realista y atrayente. Se ajustará en lo posible a los hábitos, costumbres familiares, preferencias y nivel económico del paciente. Las comidas y en concreto la ingesta de glúcidos, deberán repartirse uniformemente durante el día, con regularidad horaria y en el contenido en hidratos de carbono. Es importante que el paciente conozca los alimentos que debe evitar, los alimentos recomendados, y las listas de equivalencias de alimentos por su contenido en glúcidos. Estas listas relacionan las cantidades de unos alimentos con otros en base al aporte de glúcidos. En líneas generales y como medidas nutricionales podríamos resaltar las siguientes: Energía La dieta del diabético deberá aportar la energía necesaria (calorías) para mantener el peso adecuado o para conseguir mantenerlo en caso de que exista una falta o exceso de peso. Es muy importante conseguir una pérdida de peso del 1 paciente obeso, al disminuir la masa de tejido adiposo, aumenta la respuesta a la insulina y facilita el control de la diabetes. Hidratos de carbono Los azúcares deben aportar el 50% de las calorías totales (1 g de azúcar = 4 calorías). Se recomendarán hidratos de carbono complejos (polisacáridos) y se restringirá el consumo de los mono y disacáridos. La absorción de estos últimos es muy rápida produciendo elevaciones de la glucemia bruscas. Grasas La ingesta será restringida en caso de pacientes con sobrepeso debido a la cantidad de calorías que aportan. Las grasas de origen animal, ricas en ácidos grasos saturados, deberá reducirse por su relación con enfermedades cardiovasculares que ya de por sí son una de las principales complicaciones en los diabéticos. Proteínas En diabéticos controlados las necesidades protéicas son iguales a las de las personas sanas de la misma edad. Fibra La fibra ha de ser un importante componente de la dieta del diabético, al retrasar el vaciamiento gástrico, ralentiza la absorción de nutrientes y ayuda a mantener los niveles de glucosa en sangre. El aporte de vitaminas y minerales es adecuado con una dieta equilibrada. Por último, es conveniente recordar la importancia de la práctica regular de ejercicio físico adecuado para contribuir al éxito del régimen. La actividad física aumenta la utilización de la glucosa y reduce las necesidades de insulina. 2