CÓMO MEJORAR LA MEMORIA

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CÓMO MEJORAR LA MEMORIA
4 trucos para tener una memoria
increíble, explicados por el triple
campeón mundial
En opinión del campeón de memoria, todos podemos mejorar nuestra capacidad si nos
lo proponemos y seguimos una rutina diaria. (iStock)
Héctor G. BarnésTwitter de Héctor G. BarnésHéctor G. BarnésEnviar correo a Héctor
G. Barnés
14/10/2014 (05:00)
No se trata únicamente de recitar de memoria los teléfonos de nuestros familiares,
recordar la dirección de todos nuestros amigos de la infancia o vomitar de carrerilla las
estadísticas del Atlético de Madrid temporada 1982/1983. Probablemente, muchos nos
daríamos con un canto en los dientes si no sufriésemos para acordarnos de nuestros
compromisos cotidianos, qué tenemos que comprar cuando volvemos a casa o dónde
hemos dejado las llaves. Como señala una reciente investigación, adelantos
tecnológicos como los motores de búsqueda nos han hecho aún más vagos, ya que
confiamos en que ellos nos resolverán cualquier duda, y esto ha repercutido de forma
completamente negativa en nuestra agilidad mental. Esta, como la física, debe ser
entrenada día tras día. Y, si no somos capaces de mantener una disciplina, cada vez
seremos más olvidadizos.
El joven Nelson Dellis, campeón mundial de memoria, tiene la clave para mejorar
nuestra capacidad como él mismo ha hecho desde hace un lustro, y lo que le ha
permitido erigirse con el trofeo de Campeón de Memoria de EEUU por tres años antes
de los 30. Ello implica que es capaz de memorizar en apenas cuarto de hora una lista de
200 palabras y repetirla sin ningún fallo, recordar las características y datos de seis
personas distintas en el mismo tiempo y, como guinda final, aprender en cinco
minutos el orden de las cartas de una baraja y repetirlo tras dos minutos de descanso.
Dellis memoriza siete barajas de cartas cada día y recita listas de 1.500 dígitos
Uno no gana tres veces dicho galardón cruzándose de brazos, y Dellis sigue a diario su
propio entrenamiento: el joven memoriza siete barajas cada día y recita listas de 1.500
dígitos. Pero no hace falta ser un experto, como nuestro compatriota Ramón Campayo,
para mejorar nuestra capacidad. Dellis defiende que cualquiera puede tener una
memoria como él, y aunque quizá esto sea decir demasiado, nunca está de más recordar
que el joven se propuso explotar su capacidad después de ver el descenso de su abuela a
los infiernos del alzhéimer, una enfermedad que puede retrasarse cuidando nuestro
cerebro.
Es lo que el residente en Miami denomina “actualizar el hardware” que la naturaleza
nos ha proporcionado, y es algo que podemos hacer por nuestra propia mano. En su
blog, Climb for Memory, Nelson propone una serie de estrategias para conseguirlo que
deben ir acompañadas por una buena dieta (Dellis afirma seguir el viejo consejo que
asegura que las nueces son lo mejor para la memoria, así como el pescado y el omega-3)
y por ejercicio físico (en concreto, el americano se reconoce como un fanático del
montañismo).
Nelson Dellis, antes de emprender su subida al Monte Rainier. (Nelson Dellis)
Recordar nombres
El modelo propuesto para memorizar sustantivos que, en apariencia, no tienen mucho en
común, es bastante parecido al de los palacios de la memoria expuesto por Cicerón en
De oratore. Se trata de reunir todos esos nombres en una misma historia que implique
todos ellos y, en la cual, todos sean esenciales: debido a que recordamos mejor la
narraciones que las listas, es vital que creemos una que incluya todos los conceptos. De
igual manera que el orador griego que recorría esos palacios ficticios donde colgaban
cuadros que remitían a otros conceptos, en la narración, una cosa lleva a la otra. Una
peculiaridad: cuanto más extraña sea la historia, mejor, puesto que más fácil será
recordarla.
La clave se encuentra precisamente en ligar lo abstracto, como es un número, con lo
concreto, como un personaje famoso
¿Qué ocurre cuando conocemos a alguien nuevo y no queremos que su nombre se nos
olvide? Es vital que dicho apelativo nos quede claro, concentrarnos en ello y pensar en
algo (una palabra que se parezca a dicho nombre, un actor famoso que se llame igual)
con que podamos relacionarlo cuando tengamos que traerlo a nuestra mente.
Recordar números
Fíjate en el 7,62, y piensa cómo podrías recordarlo. Ahora fíjate en el 5,95 y haz lo
propio. ¿Verdad es que es más sencillo memorizar el segundo que el primero? No tiene
nada de extraño: 5,95 puede ser el precio de muchas cosas (por ejemplo, el precio de
una entrada de cine reducida), mientras que raramente 7,62 nos recordará algo de
nuestra vida cotidiana. La clave se encuentra precisamente en ligar lo abstracto, como
es un número, con lo concreto, como un personaje famoso. El 7 quizá pueda
relacionarse con James Bond (007), el 6 con el diablo (666) y el 2 con los dos patitos
(22): en la mano de cada cual se encuentra desentrañar la regla que mejor se adapta a
sus necesidades.
Dellis reconoce haber diseñado un sistema aún más complejo para números y letras que
consiste en establecer equivalencias entre unas cosas y otras: la letra “a” sería “1”; la
“b”, “2”, y así sucesivamente… Algo de especial utilidad para la memorización de
series complejas, como veremos más tarde.
Recordar poesías (y otras frases complejas)
“Con cien cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar sino vuela…”
Otra vez. “Con cien cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar sino
vuela…” Otra vez. “Con cien cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el
mar sino vuela…” Y así, hasta que nos acordemos de ello, ¿no? Dellis recuerda que es
un método muy poco eficiente, sobre todo porque la repetición es una tortura, y cuando
nuestro cerebro está atenazado, no es capaz de memorizar. En primer lugar, debemos
tener claro para qué queremos recordarlo –¿para vomitarlo en la clase del día siguiente o
para paladearlo cuando seamos ancianos?– y, acto seguido, convertirlo en un viaje.
La velocidad con la que recordamos lo memorizado aumenta sensiblemente con la
práctica diaria
En el ejemplo que el joven expone en su blog, este asimila la primera estrofa de One
Inch Tall de Shell Silverstein con un viaje por la Costa Este de Estados Unidos. Así, si
nuestra primera parada es Miami, deberemos vincular este lugar con algo que represente
la primera mitad del primer verso (if you were only one inch tall, es decir, “si sólo
midieses una pulgada”). Consejo: imagínate en la playa de Miami midiendo tan sólo ese
tamaño. Siguiente parada, Washington D.C. ¿Verso? You’d ride a worm to school, es
decir, “llevarías un gusano al colegio”. Conclusión: imagínate de camino a la Casa
Blanca con dicho animal atado en tu correa. Y así sucesivamente hasta que
establezcamos una red de imágenes en nuestra cabeza que nos lleve a los versos
originales. La dificultad, en dicho caso, no se encuentra tanto en la memorización como
en la velocidad con la que se recuerdan esas palabras escurridizas, y que aumenta a
medida que practicamos.
Recordar barajas de cartas
¿Para qué querrías saber si el 2 de picas va después del siete de rombos y del rey de
picas, si no vas a presentarte a un concurso de memorización como aquellos en los que
Dellis arrasa? Quizá porque, como este recuerda, es uno de los mejores ejercicios
mentales que podemos llevar a cabo y es muy divertido (aunque quizá no todo el
mundo esté de acuerdo). Se trata probablemente del sistema más sofisticado de todos.
En primer lugar, el memorizador traza una equivalencia entre las figuras y personajes
famosos, como puede ser el rey de corazones con George Clooney. Acto seguido, se
asocia cada cifra de la escalera con una letra. Por ejemplo, el 2 sería la B, el 3, la C…
con la excepción del 6, que puede equipararse con una S.
El joven ha sido capaz de memorizar en todo este tiempo 12.0000 barajas
A partir de dicho código, se puede seguir pensando en nombres propios. El 2 de espadas
sería el B de espadas, es decir, B.E., unas siglas que podrían pertenecer al Banco de
España. El 7 de oros sería el G. O., como el cuerpo de los GEO. Debemos hacer lo
mismo con cada carta y, posteriormente, establecer una historia entre ellas que las
ponga en relación. Por supuesto, al principio será casi imposible memorizar una
baraja entera, pero siguiendo el proceso día tras día, pronto comenzarás a notar cómo
la velocidad aumenta considerablemente. Bien lo sabe Dellis, que desde que empezase
con su entrenamiento hace ya casi 5 años, ha aprendido de corrido más de 12.000
disposiciones de cartas diferentes.
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