Regulación legal de los internamientos psiquiátricos en

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REGULACIÓN LEGAL DE LOS INTERNAMIENTOS
PSIQUIÁTRICOS EN ESPAÑA
Juan José Carrasco Gómez
Ministerio de Justicia, Audiencia provincial, Clínica Médico Forense, Madrid, España.
jcarrascog@intersep.org
RESUMEN
Desde el año 1978 y tras la promulgación de la Constitución Española, ha existido una continua adecuación de la legislación
de España a leyes, normas y recomendaciones de organismos internacionales acerca del internamiento psiquiátrico de tipo
involuntario. Actualmente la situación en España es de una salvaguarda de los derechos de los enfermos y puede ser tomada
como referencia para otros países en los que se hace necesaria y están en proceso de cambios similares.
Palabras clave: Internamiento psiquiátrico involuntario, derechos humanos y ética psiquiátrica, consentimiento, medidas de
seguridad.
ABSTRACT
Since the enactment of the Spanish Constitution, in 1978, there has been a continuous adaptation of Spanish legislation to the
laws, rules and recommendations of international organizations, regarding involuntary psychiatric internment. The current situation in Spain is that of a safeguard of the patient rights and can be taken as a reference for other countries where those improvements are necessary and which are engaged in similar change processes.
Key words: Involuntary psychiatric internment, human rights and psychiatric ethics, consent, safety measures.
Tras la promulgación de la Constitución Española, en 1978 y suscribir el Convenio de Roma, tienen lugar en España una serie de reformas legales en torno al internamiento de los
enfermos mentales para salvaguardar las garantías individuales.
Reformas que tienen como referencia la
propia Constitución y Leyes Españolas, el
Convenio de Europa, las Recomendaciones y
Resoluciones del Consejo de Europa, así como la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional Español y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Y en otro orden, las Recomendaciones y documentos originados en or-
ganismos e instituciones como la Organización Mundial de la Salud y la Organización de
Naciones Unidas.
Con ello se puede decir que en la actualidad, el internamiento de los enfermos mentales en España se ajusta a todos los principios
éticos y legales vigentes. Existe una suficiente regulación de las garantías de los enfermos
psíquicos ante este tipo de tratamientos, que
asegura que éstos no se llevarán a efecto más
que en determinados casos, en los que realmente aparece una indicación y justificación,
por razón de trastorno psíquico y en personas
que no puedan decidir por sí mismas.
Rev. Latinoam. de Derecho Médico y Medicina Legal 7 (2), Dic. 2002- 8(1), Jun. 2003: 121-140.
Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
Los principios rectores de todas esas reformas han sido los siguientes:
— Art. 25.2, en relación con la orientación rehabilitadora que deben tener las medidas
de seguridad.
LEYES NACIONALES
— Art. 43.1, sobre derecho a protección a la
salud y régimen público de la Seguridad
Social.
Constitución Española de 1978
La nueva consagración y regulación del derecho a la libertad, la igualdad, la seguridad jurídica,
la tutela judicial efectiva, son otros tantos axiomas
que, con un alcance general, inciden también en
esta materia de los internamientos involuntarios
del enfermo mental, en los que se priva de libertad, contra su voluntad, a un ciudadano, bajo el
control judicial y con fines tanto terapéuticos como asegurativos o de custodia, en evitación de la
causación de otros males a conciudadanos.
— Art. 49, respecto de la protección a los disminuidos psíquicos, «Política de previsión,
tratamiento, rehabilitación e integración de
los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención especializada que requieran y los ampararán
especialmente para el disfrute de los derechos que este título otorga a todos los ciudadanos».
Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre,
del Código Penal
De hecho, la Constitución se erige, en definitiva, en la norma informadora de todo el ordenamiento y es, a su luz, como se debe interpretar nuestro sistema, con inclusión, por supuesto, de lo relativo a los internamientos de enfermos mentales.
En el Código Penal de 1995, se regula la
materia relativa al internamiento de enfermos
mentales como una de las medidas de seguridad, en respuesta del ordenamiento a aquellos
sujetos que, no siendo acreedores a una pena
por su falta de capacidad de culpa, la peligrosidad que con su acción demuestran les hace
acreedores de esta consecuencia jurídica.
En tal sentido, los artículos con mayor incidencia en estas cuestiones son los siguientes:
— Art. 17.1: «Toda persona tiene derecho a la
libertad y a la seguridad. Nadie puede ser
privado de su libertad sino con la observancia de lo establecido en este artículo y en
los casos y en la forma previstos por la
ley.»
Arts. 95 y ss., en tanto contienen la regulación de las medidas de seguridad y, dentro de
ellas del internamiento.
Art 95.-
— Art. 17.4; que originó la promulgación del
procedimiento de Hábeas Corpus, Ley Orgánica 6/1984 de 24 de mayo, que, en su
art. 1.a, considera personas ilegalmente
detenidas: «Las que lo fueren por una autoridad, agente de la misma, funcionario
público o particular, sin que concurran los
supuestos legales, o sin haberse cumplido
las formalidades prevenidas y requisitos
exigidos por las leyes» y en su art. 1.b:
«Las que estén ilícitamente internadas en
cualquier establecimiento o lugar».
1.- Las medidas de seguridad se aplicarán
por el Juez o Tribunal, previos los informes que
estime convenientes, a las personas que se encuentren en los supuestos previstos en el capítulo siguiente de este Código, siempre que concurran estas circunstancias:
1ª.- Que el sujeto haya cometido un hecho previsto como delito.
2ª.- Que del hecho y circunstancias personales del sujeto pueda deducirse un pronóstico de comportamiento futuro que revele la probabilidad de comisión de nuevos delitos.
— Art. 24.1 y 2, que consagra el derecho a la
tutela judicial efectiva y a la defensa.
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3ª.- Cuando la pena que hubiere podido imponerse por el delito cometido no fuera privativa de libertad, el Juez o Tribunal senten ciador sólo podrá acordar alguna o algunas
de las medidas previstas en el artículo 105.
cas. El nuevo texto se contempla en el Art. 763
de dicha Ley. Y dice así:
Artículo 763. Internamiento no
voluntario por razón de trastorno
psíquico. 1. El internamiento, por
razón de trastorno psíquico, de
una persona que no esté en con diciones de decidirlo por sí, aun que esté sometida a la patria po testad o a tutela, requerirá auto rización judicial, que será reca bada del tribunal del lugar donde
resida la persona afectada por el
internamiento.
Art 96.1.- Las medidas de seguridad que se pueden imponer con arreglo a este Código son privativas y no privativas de libertad.
2.- Son medidas privativas de libertad:
1ª.- El internamiento en centro psiquiátrico.
2ª.- El internamiento en centro de deshabituación.
La autorización será previa a di cho internamiento, salvo que razo nes de urgencia hicieren necesa ria la inmediata adopción de la
medida. En este caso, el respon sable del centro en que se hubiere
producido el internamiento deberá
dar cuenta de éste al tribunal com petente lo antes posible y, en todo
caso, dentro del plazo de veinti cuatro horas, a los efectos de que
se proceda a la preceptiva ratifica ción de dicha medida, que deberá
efectuarse en el plazo máximo de
setenta y dos horas desde que el
internamiento llegue a conoci miento del tribunal.
3ª.- El internamiento en centro educativo especial.
(...)
Ley 14/86 General de Sanidad
Su promulgación supuso la equiparación
del enfermo mental al resto de los enfermos, el
centrar la asistencia en la comunidad, desarrollando estructuras asistenciales extra-hospitalarias, de rehabilitación y reinserción social, implantar las unidades de hospitalización psiquiátrica en los Hospitales generales frente a los
Hospitales psiquiátricos, especializados o monográficos, y reconocer y explicitar los derechos y deberes de los enfermos.
En los casos de internamientos ur gentes, la competencia para la ra tificación de la medida correspon derá al tribunal del lugar en que
radique el centro donde se haya
producido el internamiento. Dicho
tribunal deberá actuar, en su caso,
conforme a lo dispuesto en el
apartado 3 del artículo 757 de la
presente Ley.
Los derechos de los pacientes están regulados en el art. 10 de dicha Ley, modificados
por. si bien los apartados 4, 5, 6, 8, 9, y 11 del
artículo 10 y el apartado nº 4 del art. 11 han sido derogados por la Ley 41/2002, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información
y documentación clínica.
Ley 1/2000 de 7 de enero de
Enjuiciamiento Civil
2. El internamiento de menores
se realizará siempre en un esta blecimiento de salud mental ade cuado a su edad, previo informe
de los servicios de asistencia al
menor.
En esta nueva Ley se deroga el anterior
art. 211 del Código Civil que desde el año 1983
ha sido la referencia respecto al tratamiento en
internamiento involuntario por causas psíqui-
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Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
3. Antes de conceder la autoriza ción o de ratificar el internamien to que ya se ha efectuado, el tri bunal oirá a la persona afectada
por la decisión, al Ministerio Fis cal y a cualquier otra persona
cuya comparecencia estime con veniente o le sea solicitada por
el afectado por la medida. Ade más, y sin perjuicio de que pue da practicar cualquier otra prue ba que estime relevante para el
caso, el tribunal deberá exami nar por sí mismo a la persona de
cuyo internamiento se trate y oír
el dictamen de un facultativo por
él designado. En todas las ac tuaciones, la persona afectada
por la medida de internamiento
podrá disponer de representa ción y defensa en los términos
señalados en el artículo 758 de
la presente Ley.
procedente sobre la continuación
o no del internamiento.
Sin perjuicio de lo dispuesto en los
párrafos anteriores, cuando los fa cultativos que atiendan a la perso na internada consideren que no es
necesario mantener el interna miento, darán el alta al enfermo, y
lo comunicarán inmediatamente al
tribunal competente.
TRATADOS Y ACUERDOS
INTERNACIONALES
Convenio Europeo para la Protección de
los Derechos Humanos y de las libertades
fundamentales. 4-XI, 1950
Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, suscrito en Roma, el 4 de noviembre de
1950, que vincula y obliga a los Estados que lo
suscriben de forma voluntaria. El Estado Espa ñol lo firmó y ratificó el 26 de septiembre de
1979, tras la promulgación de la Constitución.
En todo caso, la decisión que el
tribunal adopte en relación con el
internamiento será susceptible de
recurso de apelación.
La normativa que afecta a cuestiones del
tratamiento psiquiátrico, gira en torno a los arts.
5 y 6 de dicho Convenio.
4. En la misma resolución que
acuerde el internamiento se ex presará la obligación de los facul tativos que atiendan a la persona
internada de informar periódica mente al tribunal sobre la necesi dad de mantener la medida, sin
perjuicio de los demás informes
que el tribunal pueda requerir
cuando lo crea pertinente.
Los preceptos aplicables, según recogió en
su día el Informe del Defensor del Pueblo
(1991) son los 5.1.e, 5.2, 5.4 y 6.1, cuyo tenor
literal dice:
Art. 5.1.: «Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede ser
privado de su libertad salvo en los casos siguientes y con arreglo al procedimiento establecido por la ley: (...)
Los informes periódicos serán
emitidos cada seis meses, a no
ser que el tribunal, atendida la na turaleza del trastorno que motivó
el internamiento, señale un plazo
inferior.
e) Si se trata del internamiento conforme a
derecho... de un enajenado...»
Ello supone que el reconocimiento a ese
derecho fundamental, la libertad, admite
por tanto que en alguna situación, como la
de enajenado, el individuo puede ser privado de ella.
Recibidos los referidos informes,
el tribunal, previa la práctica, en su
caso, de las actuaciones que esti me imprescindibles, acordará lo
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Art. 5.2: «Toda persona detenida preventivamente debe ser informada, en el más breve plazo y en una lengua que comprenda,
de los motivos de su detención y de cualquier acusación formulada contra ella...»
1160 (1991) sobre la elaboración de un Convenio de Bioética, se decide adoptar las medidas
adecuadas, en el ámbito de las aplicaciones de
la biología y la medicina, para garantizar la dignidad del ser humano y los derechos y libertades fundamentales de la persona.
Art. 5.4: «Toda persona privada de libertad mediante detención preventiva o internamiento tendrá derecho a presentar un recurso
ante un órgano judicial, a fin de que se pronuncie en breve plazo sobre la legalidad de
su privación de libertad y ordene su puesta
en libertad si fuera ilegal...»
Entre lo convenido, existen capítulos dedicados de forma específica, en su artículo 6
y 17 y 20 a la protección de las personas
que no tengan capacidad para expresar su
consentimiento para tratamientos o en investigación y ensayos clínicos o en extracción de órganos, en cuyos casos sólo podrá
efectuarse una intervención a una persona
que no tenga capacidad para expresar su
consentimiento cuando redunde en su beneficio directo.
Art. 6: «Toda persona tiene derecho a que su
causa sea oída equitativa, públicamente
y dentro de un plazo razonable, por un
Tribunal independiente e imparcial, establecido por la ley, que decidirá los litigios
sobre sus derechos y obligaciones de carácter civil...»
Consejo de Europa. Convenio relativo a los
derechos humanos y la biomedicina
El artículo 7, sobre protección de las personas que sufran trastornos mentales graves que
sólo podrán ser sometidas, sin su consentimiento, a una intervención que tenga por objeto tratar dicho trastorno, cuando la ausencia de
ese tratamiento conlleve el riesgo de ser gravemente perjudicial para su salud y a reserva de
las condiciones de protección previstas por la
ley, que comprendan procedimientos de supervisión y control, así como de medios de elevación de recursos.
Aprobado por el Comité de Ministros el 19
de noviembre de 1996. Y aprobado y ratificado
por España el día 23 de julio de 1999.
DECLARACIONES, DOCUMENTOS, RECOMENDACIONES E INFORMES
Se establecen, por tanto, en el Convenio,
una serie de garantías para las situaciones de
internamiento forzoso, relativas a cuándo procede el internamiento y qué medidas hay que
adoptar para que no resulte arbitrario.
Considera que la finalidad del Consejo de
Europa es la de conseguir una unión más estrecha entre sus miembros y que uno de los
medios para lograr dicha finalidad es la salvaguardia y el fomento de los derechos humanos
y de las libertades, siendo conscientes de los
rápidos avances de la biología y la medicina,
de la necesidad de respetar al ser humano a la
vez como persona y como perteneciente a la
especie humana y reconociendo la importancia
de garantizar su dignidad, de las acciones que
podrían poner en peligro la dignidad humana
mediante una práctica inadecuada de la biología y la medicina. Y tomando en consideración
los trabajos de la Asamblea Parlamentaria en
este ámbito, comprendida la Recomendación
Recomendaciones y resoluciones
del Consejo de Europa
Recomendación R-83-2 (1983), de 22 de
febrero, del Comité de Ministros sobre protección jurídica de personas aquejadas de enfermedad mental internadas o pacientes involuntarios, recomienda que aquellos internamientos que no estén reconocidos con carácter
general, así como los que presenten un grave
riesgo de producir lesiones cerebrales (EC) o
de alterar adversamente la personalidad del
paciente, sólo pueden aplicarse si el médico lo
considera indispensable y si el paciente, tras
ser informado, ha consentido expresamente. Si
el paciente pudiera comprender la naturaleza
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del tratamiento, el médico debe someterse a la
decisión de una autoridad adecuada e independiente, determinada por la ley, la cual, a su vez,
debe consultar a los representantes legales del
paciente.
c)
La decisión podrá ser objeto de un recurso
previsto por la ley.
d) Habrá que poner en conocimiento de los
enfermos, a su entrada en el establecimiento psiquiátrico, un código de los derechos de los enfermos.
Recomendación n.º 818 (1977), de 8 de
octubre, de la Asamblea Parlamentaria, sobre la situación de los enfermos mentales y las
indicaciones del internamiento, dispone que éste debe ser excepcional y fundamentarse en
los supuestos de enfermedad mental, que supongan un peligro para el propio enfermo o para los demás, o bien cuando la ausencia de internamiento determine un deterioro de su estado que impida que se le preste el tratamiento
adecuado.
e) Deberá elaborarse un código deontológico
para los psiquiatras, que puede inspirarse,
entre otras fuentes, en la Declaración de
Hawai, aprobada por la Asamblea General
de la Asociación Mundial de Psiquiatría en
Viena de 1983.
2. Tratamientos:
a) Se establecerá una distinción entre los pacientes deficientes mentales y los pacientes enajenados.
Recomendación n.º 1029 (1994) de 12 de
abril, Asamblea Parlamentaria del Consejo
de Europa, referente a la psiquiatría y los derechos humanos, que invita a los gobiernos de
los Estados Miembros a introducir en sus legislaciones las reglas que se enuncian en el citado documento y a garantizar su puesta en práctica lo antes posible. Las reglas de esta nueva
recomendación son:
b) La lobotomía y la terapia por electrochoque
no pueden practicarse, salvo consentimiento por escrito del propio paciente, debidamente informado, o de una persona
elegida por el paciente para representarle,
un consejero o un tutor; y siempre que la
decisión haya sido confirmada por un comité restringido, integrado no sólo por expertos psiquiátricos.
1. Procedimiento y condiciones de ingreso:
a) El ingreso no voluntario debe ser excepcional y tiene que responder a los siguientes
criterios:
c)
El tratamiento aplicado al enfermo será objeto de una relación precisa y detallada.
— Que exista peligro grave para el propio
paciente o para los demás.
d) Habrá un número suficiente de personal, con
formación adaptada a este tipo de enfermos.
— Que la ausencia de ingreso entrañe un
deterioro del estado del paciente o impida
que éste reciba el tratamiento adecuado, lo
que constituye un criterio adicional.
e) Los pacientes podrán recurrir, sin traba alguna, a un «consejero» independiente de
la institución; así mismo, un «tutor» deberá
velar por los intereses de los menores.
b) En caso de ingreso no voluntario, la decisión de ingreso en un establecimiento psiquiátrico debe adoptarla un Juez y ha de
precisar la duración del internamiento. Debe preverse una revisión periódica y automática acerca de la necesidad del ingreso.
En todos los casos, hay que respetar los
principios establecidos por el Consejo de
Europa sobre la bioética.
f)
Debería instituirse una inspección análoga
a la del Comité Europeo para la prevención
de la tortura y de las penas o trato inhumano o degradantes.
3. Problemas y abusos en psiquiatría:
a) El código deontológico debe establecer
expresamente que le está prohibido al
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Juan José Carrasco Gómez / Regulación legal de los internamientos psiquiátricos en España
psicoterapeuta hacer insinuaciones sexuales a sus pacientes.
Documento de Naciones Unidas sobre la
Protección de los Enfermos Mentales y el
Mejoramiento de la Atención en Salud
Mental del año 1991
b) Aislamiento de pacientes se restringirá
estrictamente y del mismo modo se evitará el alojamiento en dormitorios de grandes dimensiones.
c)
En alusión al tema de los internamientos se
hace aclaración expresa de lo diverso de sus
principios, resultando de aplicación a todas
aquellas personas que ingresan en una institución psiquiátrica. Entre tales principios podemos citar los siguientes:
No se utilizarán medios mecánicos para
contener a los pacientes. Los medios químicos para la contención serán proporcionales al fin buscado y no afectarán de forma irreversible a los derechos de los individuos a la procreación.
Principio nº 11, Consentimiento para el
tratamiento:
d) La investigación científica en el campo de
la salud mental no debe efectuarse sobre
el desconocimiento o contra la voluntad del
paciente o de su representante, y sólo se
llevará a cabo en interés del paciente.
«No se empleará restricción física o reclusión involuntaria de un paciente salvo que esto
se haga de acuerdo con los procedimientos oficialmente aprobados del establecimiento psiquiátrico y solamente cuando sea el único medio disponible para prevenir daños inmediatos
o inminentes al paciente o a terceros. No se
prolongará más allá del período, estrictamente
necesario para esta finalidad. Todas las instancias de restricción física o reclusión involuntaria, sus motivos y su naturaleza y duración deben ser registrados en la historia clínica del paciente. Un paciente que está físicamente restringido o recluido deberá mantenerse en condiciones humanas y con el cuidado y una supervisión regular y rigurosa provista por miembros calificados del personal. Un representante
personal, si lo hay y si es relevante, deberá recibir una rápida notificación sobre cualquier
restricción o reclusión compulsiva a la que fuera sometido el paciente».
4. Situación de las personas detenidas:
a) Toda persona encarcelada tiene que ser
examinada por un médico.
b) Se destinarán a cada institución penitenciaria un psiquiatra y personal especialmente formado.
c)
Las reglas enunciadas precedentemente y
las reglas deontológicas tienen que aplicarse a los detenidos y, especialmente, debe
guardarse el secreto médico, en la medida
que sea compatible con las exigencias de
la detención.
d) En ciertas instituciones penales para detenidos con trastornos de personalidad, deberían
establecerse programas socioterapéuticos.
Principio nº 13, Derechos del paciente y
condiciones en las instituciones psiquiátricas:
«1. Todo paciente de una institución psiquiátrica debe tener en particular el derecho a
merecer el respeto en cuanto a:
Criterios, por otra parte, que, si bien desde
un punto de vista médico generalista, se recogen ya en el «Convenio para la protección de
los derechos humanos y la dignidad del ser humano con respecto a las aplicaciones de la biología y la medicina», aprobado por el Comité de
Ministros de 19 de noviembre de 1996, del
Consejo de Europa, suscrito también, posteriormente, por EE.UU., Canadá, Japón, Australia y la Santa Sede.
a.- Reconocimiento en todas partes como persona ante la ley
b.- Intimidad
c.- Libertad de comunicación que implica libertad para comunicarse con otras personas
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Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
en el establecimiento; libertad para enviar y
recibir comunicaciones privadas no censuradas; libertad para recibir en privado, visitas del asesor o del representante personal
y en cualquier momento razonable, otras
visitas; y libertad para acceder a los servicios postales y telefónicos y a los periódicos, radio y televisión.
no-paciente, de acuerdo con la legislación o las
costumbres internas. En cualquier caso todo
paciente tendrá el derecho de recibir una justa
participación de cualquier remuneración que se
pague al establecimiento de salud mental por el
trabajo que el paciente haya realizado».
Principio 14.- Recursos de las Institucio nes Psiquiátricas:
d.- Libertad de religión o credo
«1. Las instituciones psiquiátricas deberán
tener acceso a los recursos del mismo nivel como cualquier otro establecimiento sanitario y,
en particular, a:
2. El ambiente y las condiciones de vida en
los establecimientos de salud mental deben ser
tan parecidos como sea posible a los de la vida
normal de las personas de edad similar y, en
particular, deben incluir:
a.- Un personal médico cualificado y otros profesionales en número suficiente y con el
espacio adecuado para proporcionar a cada paciente intimidad y un programa de terapia activa y adecuada.
a.- Instalaciones para actividades recreativas
y de ocio
b.- Instalaciones para la educación
b.- Equipos de diagnóstico y terapia para cada
paciente.
c.- Instalaciones para comprar o recibir productos de la vida cotidiana, de recreo y de
comunicación.
c.- Cuidado profesional adecuado.
d.- Instalaciones y facilidades para usarlas a
fin de alentar en el paciente a que realice
una ocupación activa, adecuada a sus antecedentes sociales y culturales, y a fin de
que se tomen medidas de rehabilitación
vocacionales correspondientes para promover la reintegración en la comunidad.
Esas medidas deben incluir una orientación vocacional, un entrenamiento vocacional y un servicio de búsqueda de trabajo
para ayudar a los pacientes a conseguir o
conservar un empleo en la comunidad.
d.- Tratamiento global regular y adecuado, incluso suministro de medicación.
2. Todas las instituciones psiquiátricas deben ser inspeccionadas por autoridades competentes con la suficiente frecuencia para garantizar que las condiciones, trato y atención
cumplan los presentes principios».
Principio 15.- Principios de admisión:
«1. Cuando una persona precisa tratamiento en una institución psiquiátrica se deberán hacer todos los esfuerzos posibles para
evitar una admisión forzosa.
3. En ninguna circunstancia un paciente
deberá hacer un trabajo obligatorio. Dentro de
los límites compatibles con las necesidades del
paciente y con los requerimientos de la administración institucional, un paciente podrá elegir
el tipo de trabajo que desea realizar.
2. El acceso a una institución psiquiátrica
debe ser administrado de la misma manera que
un acceso a cualquier otro establecimiento por
cualquier otra enfermedad.
4. No debe explotarse la labor de un paciente en una institución psiquiátrica. Todo paciente tendrá el derecho de recibir la misma remuneración por cualquier trabajo que realice,
como la que sería pagada por ese trabajo a un
3. Todo paciente que no haya sido admitido involuntariamente tendrá derecho a abandonar el establecimiento en cualquier momento, siempre que no se le apliquen los criterios
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Juan José Carrasco Gómez / Regulación legal de los internamientos psiquiátricos en España
sobre su retención como paciente involuntario,
expuestos en el Principio 16; el paciente debe
ser informado de ese derecho».
3. El órgano de control revisará periódicamente los casos de pacientes involuntarios a
intervalos razonables como lo especifica la legislación nacional.
Principio 16.- Admisión forzosa:
4. Un paciente involuntario puede solicitar
al órgano de control que le den de alta o lo pasen al estado de paciente voluntario, a intervalos razonables como lo especifica la legislación
nacional.
«1. Una persona puede ser admitida en
una institución psiquiátrica como paciente involuntaria o, habiendo sido admitido voluntariamente como paciente, puede ser retenido
involuntariamente en dicha institución si, y sólo si, un profesional de salud mental calificado
y autorizado legalmente a este fin, determina,
de acuerdo con el Principio 4 mencionado que
la persona padece una enfermedad mental y
considera:
5. En cada revisión, el órgano de control
considerará si los criterios de admisión forzosa expuestos siguen cumpliéndose y si
no, el paciente será dado de alta como paciente involuntario.
a.- Que, debido a la enfermedad mental, hay
una seria probabilidad de daño inmediato o
inminente para esa persona o para terceros.
6. Si en cualquier momento el profesional
de la salud mental, responsable del caso reconoce que las condiciones para la retención de
una persona como paciente involuntario ya no
se cumplen, el profesional dará la orden de que
se le dé de alta como paciente involuntario.
b.- Que en el caso de que una persona cuya
enfermedad mental es grave y cuyo juicio
está afectado, la no internación o retención
de esa persona puede conducir con mucha
probabilidad a un grave deterioro de su estado o impedir darle tratamiento apropiado
que sólo puede aplicársele internándola en
una institución psiquiátrica mental de
acuerdo con el principio de la alternativa
menos restrictiva».
7. Un paciente o su representante personal
o cualquier persona interesada, tendrá derecho
a apelar ante una instancia más alta de la decisión de admitir al paciente o retenerlo».
Principio 18.- Garantías de los procedi mientos:
Principio 17.- Órgano de control:
«1. El paciente tendrá el derecho a elegir y
designar a un asesor legal que lo represente en
calidad de paciente, incluso para que lo represente en cualquier queja o apelación. Si el paciente no puede conseguir esos servicios, se le
designará un asesor sin que el paciente deba
pagar, en la medida en que carezca de los medios suficientes para hacerlo.
«1. El órgano de control debe ser un órgano judicial u otro órgano independiente e imparcial, instituido por la legislación y funcionando
de acuerdo con procedimientos establecidos
por dicha legislación. Al formular sus decisiones, ese órgano recibirá la cooperación de uno
o más profesionales de salud mental independientes y cualificados y tomará en cuenta sus
consejos.
2. El paciente tendrá también derecho, si
es necesario, a los servicios de un intérprete.
Cuando esos servicios sean necesarios y el paciente no pueda hacerse cargo de ellos, se le
facilitarán sin que el paciente tenga que retribuirlos, en la medida en que éste carezca de
los medios suficientes para pagar.
2. El órgano de control hará la revisión inicial, de la decisión de admitir o retener a una
persona como paciente involuntario tan pronto
como sea posible después de haber sido adoptada la decisión y la llevará a cabo conforme a
procedimientos sencillos y expeditivos como lo
especifica la legislación nacional.
3. El paciente y el asesor pueden requerir
y presentar ante cualquier audiencia un informe
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Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
independiente de salud mental y cualesquiera
otros informes, ya sea orales o escritos y otras
pruebas que sean pertinentes y aceptables.
ben realizarse automáticamente 2. Las revisiones deben realizarse a intervalos razonables
de tiempo (Ej.: Períodos de seis meses). 3. Las
revisiones deben llevarse a cabo por un responsable calificado de decisiones que actúa en
representación oficial.
4. Se le darán al paciente o al asesor del
paciente, copias de los registros y de cualesquiera informes o documentos para ser presentados, con excepción de los casos en los que
se determine que revelar al paciente ciertos datos ocasionaría un grave daño a su salud o
pondría en peligro la seguridad de otras.
Ejecución: Para promover este principio se
sugieren las siguientes acciones:
7. En toda decisión sobre si la audiencia o
una parte de ella deba ser pública o privada y
pueda tener difusión pública, deben merecer
plena consideración los propios deseos del pa ciente, la necesidad de respetar su intimidad y
la de otras personas y la necesidad de evitar
graves daños a la salud del paciente o evitar
que corra peligro la seguridad de terceros.
8. La decisión que surja de la audiencia y sus
motivaciones deben expresarse por escrito. Se
entregarán copias al paciente y a su representante personal y al asesor. Al decidir si la decisión será publicada en su totalidad o en parte, se tomarán en cuenta los propios deseos del paciente, la
necesidad de respetar su vida privada y la de
otras personas, el interés público en la administración abierta de la justicia y la necesidad de prevenir daños graves a la salud del paciente y de
evitar poner en riesgo la seguridad de terceros».
Organización Mundial de la Salud, en 1996,
Informe con Diez Principios básicos para la
Atención en Salud Mental
1.
Designar un órgano de revisión para llevar
a cabo la revisión.
2.
Solicitar a los miembros del órgano de revisión que vean a los pacientes y los casos
de revisión a intervalos prefijados.
3.
Autorizar a los pacientes a entrevistarse
con el órgano de revisión (esto lo deben facilitar las autoridades sanitarias).
4.
Requerir que el procedimiento de revisión
tenga lugar a pleno en cada oportunidad (el
órgano de revisión idealmente no debe estar formado por la(s) misma(s) persona(s)
si se realiza más de una revisión automática en un caso dado y no debe ser influenciado indebidamente por sus decisiones
previas.
5.
Sancionar por incumplimiento a los miembros del órgano (aquellos que no llevan a
cabo las tareas para las cuales han sido
designados).»
CLASES DE INTERNAMIENTOS
Con relación a los internamientos se dice lo
siguiente:
El ingreso de un enfermo mental en un establecimiento psiquiátrico puede hacerse, de
forma voluntaria o involuntaria.
«8.- Mecanismo Automático de Revisión
periódica:
Descripción: En el caso de una decisión
que afecta a la integridad (tratamiento) y/o la libertad (hospitalización) con un efecto de larga
duración, debe haber un mecanismo automático de revisión periódica.
VOLUNTARIOS
Se consideran ingresos voluntarios aquellos que se llevan a efecto con el consentimiento del interesado, el cual solicita al Director del
establecimiento psiquiátrico que le admita por
padecer algún trastorno psíquico.
Componentes: El principio incluye los siguientes componentes: 1. Las revisiones de-
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Juan José Carrasco Gómez / Regulación legal de los internamientos psiquiátricos en España
En estas situaciones, la persona enferma
ejerce su derecho de autodeterminación y libertad, expresando su voluntad para aceptar
el ingreso y someterse al tratamiento que se le
proponga. Y por ello no están regulados explícitamente en ninguna ley. Las referencias legales serán las mismas que para el resto de
las enfermedades.
tre otros ese derecho, todo internamiento psiquiátrico precisa de la autorización judicial.
Si bien la solicitud de internamiento puede
partir de la propia familia del enfermo, del representante legal del enfermo o del Ministerio
Fiscal, de acuerdo con la regulación legal actual, el único que puede tomar esa decisión,
que, en definitiva, supone la restricción de la libertad de una persona, es un Juez o Tribunal.
La manifestación del consentimiento debería ser expresa, preferentemente en un documento, donde se pueda indicar si se aceptan
todo tipo de tratamientos o sólo algunos. Se
trata en estos casos del ingreso de un enfermo,
de forma similar a los ingresos que tienen lugar
por otro tipo de enfermedad.
Estos internamientos pueden responder,
desde el punto de vista legal, a situaciones distintas y así los podemos clasificarlos en:
INTERNAMIENTOS REALIZADOS SEGÚN
LA LEGISLACIÓN CIVIL
En estos casos, hay que suponer y quizás
evaluar por parte del médico, que el enfermo
tiene competencia o capacidad para tomar esa
decisión, a pesar de su enfermedad.
Derivados de motivos estrictamente médicos, son autorizados por el Tribunal y se llevan
a cabo según la regulación que, del internamiento por razón de trastorno psíquico, se hace en el art. 763 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, ya contemplado más arriba.
Si no existe esa capacidad y si el documento de aceptación del ingreso voluntario se
firma mediando error, engaño, por presiones
familiares, etc., el consentimiento será nulo y el
internamiento no voluntario, pudiendo incurrir
los responsables en un delito de detención ilegal, del art. 163 del Código Penal.
Los requisitos necesarios para llevar a cabo este tipo de internamientos, son los que resultan del art. 763. Es decir:
Este tipo de internamientos, a tenor de la
evolución negativa de la enfermedad, pueden
incluso ser transformados en involuntarios a
propuesta del médico y con comunicación al
Juez, según el art. 763 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
1.- Se trata de internamientos acordados en razón a la existencia de un trastorno psíquico,
que además origina, en las personas que lo
padecen, la pérdida de la capacidad o competencia para consentir, para poder decidir
por sí mismos y así aceptar o rechazar el
tratamiento que precisan y que se les propone. Son, por consiguiente, tratamientos involuntarios, que incluso en el caso de menores sujetos a la patria potestad, requieren la
previa autorización judicial.
INVOLUNTARIOS
Se consideran internamientos involuntarios, aquellos en los cuales la decisión de llevarlos a cabo se adopta por otra persona, sin el
consentimiento, o incluso con la oposición del
enfermo.
La indicación de internamiento sólo queda
justificada por esa razón y no por otros motivos de custodia, vigilancia, seguridad o
defensa social, etc. Ha de existir, por tanto,
un trastorno mental, acreditado suficientemente por informes médicos.
En los casos en los que el internamiento se
realiza sin el consentimiento del interesado, supone éste una violencia y una forma de privación del derecho fundamental a la libertad personal, por lo cual y con fines de garantizar en-
2.- En principio entendemos que cualquier
trastorno, anomalía o alteración psíquica
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Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
puede dar lugar a plantear un internamiento. No existe restricción a ninguna formulación diagnóstica.
Si bien en la ley no figura expresamente
más que ese requisito, mi criterio es que de
forma análoga a lo aplicable en otras materias tanto civiles como penales, el criterio
biológico o psiquiátrico puro no resulta
aceptable sino que se requiere que, junto a
la presencia del trastorno, éste origine
unos efectos y consecuencias concretos,
que conduzcan en la práctica a la indicación y la necesidad del internamiento.
referido a la protección de las personas
que sufran trastornos mentales, considera
que la persona que sufra un trastorno mental grave solo podrá ser sometida, sin su
consentimiento, a una intervención que
tenga por objeto tratar dicho trastorno,
cuando la ausencia de ese tratamiento
conlleve el riesgo de ser gravemente perjudicial para su salud. O que, derivado de su
estado, exista probabilidad y riesgo de que
vuelva a cometer actos considerados como
delitos (sólo aplicable al internamiento como medida de seguridad, según el Código
Penal)
Por ello, además de constatar la existencia
del mismo, mediante el diagnóstico o referencia de la categoría diagnóstica es preciso hacer otras consideraciones, como las
que éste origine unos efectos que justifiquen el internamiento como una primera
medida terapéutica.
3.- Que el enfermo no tenga capacidad para
consentir, que no esté en condiciones de
decidirlo por sí misma, es decir, que no tenga capacidad y factores cognitivos suficientes para conocer y entender y una voluntad libre sobre las actuaciones que se
van a tomar sobre su persona.
Efectos que, entre otros, serán los siguientes:
En estos casos, la información deberá
abarcar el tipo de establecimiento donde
se propone el ingreso, diagnóstico, pronóstico, objetivos terapéuticos, tratamientos a
emplear, riesgos de los mismos, alternativas si las hay, riesgos que pueden surgir si
no acepta la propuesta, etc. en definitiva,
todas aquellas circunstancias de especial
relevancia para tomar una decisión. y todo
ello en términos comprensibles, para el enfermo en primer lugar y, si no es competente, en segundo término, para sus familiares
allegados.
— Que por razón y como consecuencia
de su existencia y de sus manifestaciones clínicas, suponga peligro, amenaza
o riesgo claro para el mismo que lo padece o para los demás. Como ocurre en casos en que se aprecien ideas de suicidio,
heteroagresividad, violencia, amenazas,
etc.
— Que para mejorar el estado psíquico
del paciente no exista otra alternativa ni
opción terapéutica mejor que el internamiento, del que hay que esperar, como
beneficio, una mejoría razonable.
- Que de no estar sometido el paciente al
tratamiento que precisa, al no seguir tratamiento externo y por la ausencia o rechazo del internamiento, pudiera ocasionarse un empeoramiento de su estado
clínico, con riesgo de aparición de descompensaciones de la personalidad.
4.- En los casos de menores de edad, a pesar
de estar sujetos a la patria potestad, no será suficiente la autorización del padre o de
la madre para el ingreso, pues se requiere
la autorización judicial previa. Además se
deberá realizar siempre en un establecimiento de salud mental adecuado a la
edad del enfermo, con un informe previo,
elaborado por los servicios de asistencia al
menor.
En el anterior sentido, el art. 7 del Convenio relativo a los Derechos Humanos y la
Biomedicina (Consejo de Europa, 1996),
Quizás el legislador ha querido, en ocasiones como ésta que se contempla en el Art.
763 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, ante
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Juan José Carrasco Gómez / Regulación legal de los internamientos psiquiátricos en España
alguna contraposición de intereses entre
el menor y sus propios responsables y dada la trascendencia y gravedad de la decisión, que la protección del menor se vea
reforzada por la intervención del Juez, debidamente asesorado por un especialista
imparcial.
terminada como urgente o no, quién hace
esa evaluación y cuáles son los criterios
que se han de seguir.
En tal sentido, la evaluación debe ser
realizada siempre por un médico, al tratarse de un enfermo, y que deberán ser
sus criterios profesionales, aplicados correctamente y asumiendo una práctica
adecuada y responsable, los que se tengan en consideración.
5.- En todos los casos, se requiere la autorización judicial o la ratificación en casos de
ingreso urgente. Autorización o ratificación y no orden, como sucede en el ámbito penal para la aplicación de las medidas
de seguridad.
Cuando se haya actuado así, por no tener
el interesado capacidad para tomar decisiones siendo preciso decidir sin su consentimiento, por la causa que fuere, con
posterioridad y con la recuperación de dicha capacidad, en el momento oportuno y
según la evolución de su estado, parece
obligado intentar obtener el consentimiento
en ese momento.
6.- El art. 763, permite en aquellos casos en
que ante la eventualidad de disponer un internamiento, se considera que existen razones de urgencia para llevarlo a cabo, poder adoptar de forma inmediata tal medida
y aplazar la autorización judicial precisa a
un momento posterior. Para ello, la exigencia legal se contrae a que de tal medida se
dé cuenta al Juez cuanto antes, en un tiempo máximo de 24 horas.
7.- La autorización o ratificación en casos urgentes, tal como ya ha quedado referido anteriormente, es competencia del juez o tribunal del lugar donde radique el Centro del internamiento. Mientras que en los casos normales, no urgentes, en los cuales la autorización previa es precisa, ésta deberá recabarse del tribunal del lugar donde resida la
persona afectada por el internamiento.
La Ley establece es que debe ser el responsable del centro quien deberá dar
cuenta del ingreso al tribunal competente
lo antes posible y en todo caso, dentro de
ese plazo de veinticuatro horas, con la finalidad de que se pueda proceder a la preceptiva ratificación de dicha medida.
Esa autorización o ratificación judicial puede entenderse que es tan sólo para el hecho mismo del ingreso, por lo que supone
de privación de libertad, o que ha de referirse también al tratamiento a aplicar. En
cuyo caso, según nuestra opinión, coincidente con esta segunda interpretación, esa
autorización sería válida para que el médico aplique también al enfermo los tratamientos que considere oportunos, según
sus criterios profesionales.
Ratificación que según el art. 763 L.E.C. se
fija al Juez en un límite de 72 horas al tiempo en el que ha de tener lugar, plazo máximo desde que el internamiento llegue a conocimiento del tribunal.
La doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos no considera arbitraria la
medida del internamiento de urgencia,
siempre que se adopte por corto plazo,
aunque no se cumplan con el mismo rigor,
en ese momento apremiante, todas las garantías habituales en el resto de los casos.
Hay que entender la autorización judicial,
por tanto, extensiva a la aplicación de los
tratamientos pertinentes, a juicio del médico encargado de la asistencia, sin perjuicio del control judicial del mismo y de que,
en el caso de mejorar el estado del paciente y recuperar su capacidad de decidir,
Cuestión relevante que se puede plantear
es la relativa al contenido de la evaluación
precisa para considerar una situación de-
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Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
seleconsultesobre su consentimiento, tanto para la aplicación de sucesivos tratamientos como para la misma permanencia
en el establecimiento.
también al Ministerio Fiscal y a cualquier
otra persona cuya comparecencia estime
conveniente o incluso le sea solicitada por
el sujeto pasivo de la medida.
La autoridad judicial que debe conocer de
estos supuestos, la competencia de ratificación de la medida corresponde al órgano
jurisdiccional del lugar en que radique el
Centro donde se haya producido el internamiento, debiendo actuar de inmediato dicho órgano conforme a lo que se dispone
en el art. 757 apartado 3 de esta misma ley,
que se refiere a la puesta en conocimiento
del Ministerio Fiscal del procedimiento
abierto.
Además, el Juez deberá igualmente examinar por sí mismo a la persona de cuyo internamiento se trate.
El examen por el propio Juez de la persona del sujeto susceptible de internamiento es un acto imprescindible, hasta el
punto de que su omisión acarrea la nulidad de todo lo actuado (STS de 10 de Febrero de 1986, por ejemplo), pues es evidente que, aunque de apreciación de aspectos médico-psiquiátricos se trate, el
legislador desea aquí, como en ningún
otro lugar, que se cumpla el principio de
inmediación judicial.
A partir del conocimiento por el Juez de la
práctica del internamiento por causa de urgencia y su comunicación al Fiscal, los pasos posteriores son los mismos que para
los casos no urgentes. El Juez debe examinar personalmente al enfermo, oír el dictamen de un facultativo designado por él y
proceder a la autorización o denegación
del internamiento, comunicándolo al Fiscal.
Es decir, que sea la propia autoridad que
ha de decidir sobre el internamiento, quien
conozca, por sí misma, de manera personal y directa, la situación del sometido a su
decisión.
8.- La autorización judicial deja en manos de
la administración sanitaria la responsabilidad del tratamiento y ésta debe ser la
encargada tanto del traslado del enfermo
como de remitirle a la institución adecuada, que disponga de plaza para atenderle
debidamente.
Pero este examen del presunto incapaz no
es mera descripción, sino valoración de la
aptitud de éste y su trascendencia no se
queda en lo meramente probatorio, sino
que ostenta una naturaleza de verdadera
garantía constitucional (STS de 20 de Febrero de 1989).
No existe ninguna normativa acerca de
quién debe ser el encargado del traslado
del enfermo a la institución, cuando éste se
niega, se opone activamente o intenta eludir el internamiento mediante la comisión
de actos violentos, como sería, por ejemplo, el encerrarse en una habitación armado o amenazar con suicidarse, etc. Ello ha
generado un problema que no está resuelto satisfactoriamente en la actualidad.
Sirve así, el examen judicial, de primer
control sobre, al menos, la existencia de
una cierta base real acerca del internamiento solicitado, desplegándose la actividad tuteladora de los derechos individuales
que la Constitución (art. 24) encomienda a
los órganos jurisdiccionales.
Y en el mismo sentido, los hechos deben
ser puestos en su conocimiento y deberá ser oído por el Juez antes de que éste conceda la autorización para el internamiento. El Fiscal interviene en todos
los casos, pudiendo interponer recurso
en caso de desacuerdo con la decisión
judicial.
9.- En todos los casos, antes de conceder la
autorización o de ratificar el internamiento,
en los casos en que éste por razón de urgencia ya se haya efectuado, el Juez debe
oír a la persona afectada por la decisión y
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Juan José Carrasco Gómez / Regulación legal de los internamientos psiquiátricos en España
10.- Además de cualquier otra prueba que pueda acordar el tribunal, éste debe oír, obligatoriamente, el dictamen de un facultativo
por él designado.
el tribunal debe indicar a los facultativos
encargados de atender a la persona que se
ingresa, la obligación que tienen de informar de forma periódica, acerca de si existe
o no la necesidad de mantener la medida
del internamiento, pensamos que al menos
en régimen involuntario.
Parece no sólo preceptivo, sino absolutamente necesario, que el Juez cuente
con un informe médico en el que conste
todo aquello que precisará para fundamentar su decisión, autorizar o denegar
el internamiento.
El control judicial, a través de los informes,
tendrá una periodicidad de seis meses, si
bien el Tribunal puede acordar, atendiendo
a la naturaleza de la enfermedad, otros plazos inferiores o incluso solicitar informes
en cualquier momento, si así lo estima conveniente, pertinente o necesario, por ejemplo sobre la evolución, tratamientos aplicados, etc.
Oír el dictamen, quiere decir tan sólo eso,
escuchar, pero no vincular, como no podía
ser de otra forma, puesto que la responsabilidad última corresponde, según voluntad
del Legislador, al Juez, no sólo como garante constitucional de los derechos del individuo, sino porque también, aunque sobre una base de naturaleza psiquiátrica, la
decisión es de contenido y efectos, ante todo, jurídicos, al comportar la pérdida coactiva de la libertad.
Este control periódico es una garantía más
del ordenamiento, en favor de quien se encuentra internado, tanto para que se mantenga la necesaria tensión terapéutica respecto del mismo por parte de quienes le
atienden, cuanto para evitar situaciones
descontroladas y excesivamente prolongadas, sin justificación para ello.
El dictamen médico deberá ser, en definitiva, nada más, y nada menos, que un elemento, entre otros, que sirva al juez para
tomar finalmente la decisión de acordar o
denegar el internamiento.
Control judicial a través de visitas periódicas, siempre que el Juez lo considere pertinente, o a través de informes igualmente
periódicos y nunca por plazo superior a los
seis meses.
En este sentido, el dictamen, en forma de
informe escrito o verbal, que puede ser
facilitado por cualquier facultativo que
haya sido designado por el propio Juez,
debería contener aquellas consideraciones, que sirvan, junto al resto de la información, para la toma de la decisión sobre el internamiento.
11.-Otra garantía más para el enfermo es la que
se deriva del mismo Art. 763 que dispone
que en todas las actuaciones en las que se
vea afectada una persona por una medida
de este tipo de internamiento, puede disponer de representación y defensa. Y cualquier decisión que adopte el tribunal puede
ser susceptible de recurso de apelación.
Control que, respetando la finalidad curativa
de la medida, pretende un seguimiento más
próximo del enfermo, y la garantía de que al
paciente se le aplican los tratamientos oportunos y de manera especial conocer cuál es
la respuesta a los mismos, la evolución que
tiene el trastorno y en los casos favorables,
cuándo vuelve a ser competente o capaz
para consentir. Y asimismo, cuándo cesan
las circunstancias, razones o motivos que
justificaron el internamiento. Y todo ello para plantear la posibilidad de la salida de la
institución y la sustitución del tratamiento involuntario por el voluntario.
12.- Además, en el art 763 se establece que, en
el mismo momento de la resolución sobre la
autorización o ratificación del internamiento,
13.- La finalización del internamiento en el Art.
763, queda resuelto en el sentido de atribuir
a los facultativos la competencia profesional
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Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
para dar el alta al enfermo cuando consideren que no es necesario mantenerlo ingresado por más tiempo, con la única obligación
de comunicarlo de forma inmediata al Juez o
Tribunal.
sentencia una modificación de la responsabilidad criminal por padecer alguna anomalía
o alteración psíquica, que le impedía comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensión.
Si bien no se hace referencia a otro tipo de
altas o salidas, sí es de buena y responsable práctica el comunicar al tribunal las salidas no definitivas como son, por ejemplo,
las salidas de ensayo o terapéuticas. Y, por
supuesto, parece obligado comunicar la finalización del internamiento cuando éste
se produzca por fuga.
2- Es una medida que el Juez o Tribunal
puede adoptar pero que no con carácter
obligatorio.
3- Se trata de un tratamiento impuesto y obligatorio, ésta vez sí, pero para el sujeto. Y
en estos casos no se tiene en consideración el consentimiento del mismo.
Por otra parte, nada se opone a que el juez,
garante de la libertad el enfermo, si en el seguimiento y revisiones periódicas comprueba la remisión de la enfermedad, la desaparición de las razones o motivos derivados de
la misma que justificaron el internamiento o
la recuperación de la capacidad de consentir, concluir el internamiento, al menos en su
forma involuntaria o de ordenar el traslado
del sujeto a otro Centro distinto para proseguir el tratamiento adecuado.
4- Es una medida que al tener la consideración de medida de seguridad, tanto su aplicación como su mantenimiento están fundamentados en la existencia o no de la peligrosidad criminal del sujeto, entendiendo
por tal, el riesgo o probabilidad de que
vuelva a cometer actos similares.
5- La medida debe cumplir funciones terapéuticas, y además tiene una finalidad asegurativa, no reconocida, que en muchos casos es imprescindible para la garantía del
tratamiento y en definitiva del éxito de la
medida. Fin curativo que comprende no sólo supuestos de tratamiento médico, concretamente psiquiátrico, sino también otros
de contenido pedagógico, en atención a las
circunstancias concretas de cada individuo, sujeto pasivo de la aplicación de la
medida.
INTERNAMIENTOS REALIZADOS SEGÚN
LA LEGISLACIÓN PENAL
Este tipo de internamiento psiquiátrico, se
realiza en el curso del procedimiento penal en
virtud de una orden judicial, como una medida
de seguridad privativa de libertad.
Resulta plenamente acorde con los Convenios sobre Derechos Humanos y la doctrina del
Tribunal Europeo sobre internamientos psiquiátricos, así como a nuestra legislación y a la jurisprudencia que existe al respecto. Es por tanto un internamiento con garantías, tanto en su
aplicación (necesidad de motivación del acuerdo que la impone tras procedimiento contradictorio, control judicial de la ejecución, etc.) como
en los límites establecidos y predeterminados.
6- Existe una obligación del control judicial
periódico que consiste en al menos el plazo de un año elevar una propuesta de mantenimiento, cese, sustitución o suspensión
de la medida de seguridad privativa de libertad impuesta.
7-
Este tipo de internamiento tiene un límite legal y que justamente es el tiempo que le hubiera correspondido cumplir una pena en el
caso de no haber sido declarado inimputable.
Sus características son las siguientes:
8- El ingreso debe ser en el centro adecuado
al tipo de anomalía o alteración psíquica
apreciada
1- Sólo se puede aplicar a aquellos sujetos que
tras sufrir juicio oral se les ha considerado en
136
Juan José Carrasco Gómez / Regulación legal de los internamientos psiquiátricos en España
El Código Penal no hace distinción, en su
referencia a los centros psiquiátricos donde
puede ser cumplida la medida de seguridad, y
por tanto es posible en centros públicos, privados, penitenciarios o de otro tipo, lo que, en
principio, permite al Juez la remisión del sujeto
sometido a la medida, al Centro que considere
más oportuno.
Los enfermos judiciales penales constituyen, en todos los hospitales, un pequeño
grupo que precisamente por sus características y por los hechos delictivos que puedan
haber cometido, deben estar sujetos a unos
cuidados y vigilancia especial. La relación
médico-enfermo esta mediatizada, por tratarse de internamientos involuntarios e impuestos, además, por la intervención de un tercero que es el juez y de quien va a depender
que autorice o deniegue el alta, salidas, permisos, etc.
Desde la publicación del Reglamento Penitenciario aprobado por R.D. 190/1996, de 9 de
Febrero, se dispone en su Art.183 que: “ Los
Establecimientos o Unidades Psiquiátricas penitenciarias son aquellos centros especiales
destinados al cumplimiento de las medidas de
seguridad privativas de libertad aplicadas por
los Tribunales correspondientes.”, lo que ha venido a clarificar un problema de “competencias”
entre los hospitales de la red asistencial y los
de la red penitenciaria dedicados específicamente al tratamiento de enfermos psíquicos.
Por esos motivos dichos enfermos no
suelen ser aceptados de buen grado en las
Unidades de hospitalización y hospitales psiquiátricos no penitenciarios y cuando ingresan se solicita frecuentemente su alta o traslado, invocando el régimen abierto de que
disfrutan la mayoría de los hospitales y la imposibilidad de evitar fugas, que en estos casos, pueden ser seguidas de conductas peligrosas o violentas.
Sea cual sea el centro elegido por el Juez
para el cumplimiento de la medida, lo que si
parece razonable es que antes de remitir a un
enfermo a uno determinado, éste tuviera información de los centros y de las camas disponibles, tanto de la red asistencial como de la red
penitenciaria. Además de la disponibilidad de
“alojamiento”, parece asimismo conveniente
que dispusiera de información acerca de la organización de la asistencia y las posibilidades
terapéuticas, el plan terapéutico concreto, que
puede ofrecer el centro a los fines curativos
que se pretenda con la medida en un determinado sujeto. Los jueces y tribunales pueden
ingresar con su autoridad a un paciente en un
determinado hospital, eligiendo entre sus posibilidades no el más idóneo que no se le ofrece, sino a veces el único, o el que se considera más adecuado, incluso en contra de la opinión del propio hospital. Considero que la red
asistencial no penitenciaria no debe escudarse sólo en el régimen abierto que alegan en
esas ocasiones para no admitir a esos pacientes conflictivos o potencialmente distorsionadores de la dinámica en la asistencia. Algunos
de estos centros que alegan ese carácter son
sólo abiertos en parte y mantienen un control
sobre las salidas de los enfermos cuando así
lo precisan.
CONCLUSIONES
Con todo lo expuesto anteriormente, los logros conseguidos en España en los últimos
años es la siguiente:
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-
Está regulado el derecho a la libertad, la
igualdad, la seguridad jurídica y la tutela judicial efectiva en los casos de internamientos involuntarios de enfermos mentales.
Sólo el Juez es quien puede privar de libertad a una persona y los internamientos involuntarios suponen privación de libertad.
-
El internamiento involuntario de los enfermos mentales no se llevan a efecto más
que en determinados casos en los que
realmente existe una indicación y justificación por motivos estrictamente médicos y
sea una medida excepcional, sólo aplicable a personas que sufran trastornos psíquicos, para los que se precise y esté justificado el tratamiento de este tipo, en razón del trastorno, lo que supone una orientación curativa y no meramente con fines
de custodia, vigilancia o defensa social.
Rev. Latinoamericana de Derecho Médico y Médicina Legal
Trastorno que además de su existencia debe originar unos efectos y consecuencias
concretos, tales como:
pérdida de libertad. Tesis Doctoral. Universitat de València EG.
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Afines.
- Generar incapacidad y pérdida de autonomía, para cuidar de ellos mismos.
- Generar peligro o riesgo claro para sí
mismo o para los demás.
Que al no someterse al tratamiento que
precisa, al no seguir tratamiento externo y
por el contrario de la ausencia del tratamiento en internamiento pudiera derivarse
un empeoramiento o descompensación de
su trastorno y no exista otra alternativa ni
opción terapéutica mejor que el internamiento, del que hay que esperar, como beneficio, una mejoría razonable.
- En todos los casos se requiere intervención judicial, mediante autorización
previa u orden, incluso en el caso de menores, como garante del proceso para
llevar a cabo el internamiento.
7. Decreto 93/2001 del Gobierno Valenciano. Reglamento de Medidas de Protec ción Jurídica del Menor en la Comunidad
Valenciana.
- Los internamientos son limitados en el
tiempo
- Existe control judicial periódico de los
mismos.
- Con la posibilidad para el enfermo de
poder acudir al procedimiento de Hábeas
Corpus.
- Y asimismo con la posibilidad también
de disponer de abogado y procurador y
poder recurrir su internamiento o cualquier otra medida judicial.
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