MANIFIESTO DÍA DE LA VISIBILIDAD LÉSBICA 2015 Una vez más, conmemorando este 26 de abril, las mujeres lesbianas salimos a la calle para hacer un ejercicio colectivo de visibilidad y para animar a quienes aún no lo han hecho a vivir una vida plena y libre para con ellas mismas, su entorno y la sociedad. Porque la felicidad sólo es posible fuera del armario. Por octavo año consecutivo celebramos el día de la visibilidad lésbica, en el que continuamos reclamando nuestro espacio en todos los ámbitos de la sociedad. Espacios que nos siguen siendo negados por quienes se empeñan en silenciar nuestra existencia, relegando a un segundo plano nuestra realidad. Por ello, denunciamos esa lesbofobia social e institucional que sufrimos las mujeres lesbianas, viendo negados nuestros derechos más básicos o, incluso, llegando a sufrir violencia física por el mero hecho de ser mujeres y por nuestra orientación sexual. Así pues, hoy nosotras alzamos la voz. Porque siendo visibles, ganamos todas. Ganamos más referentes, más salud, más libertad, más placer, más plenitud. Las mujeres lesbianas somos diversas y estamos presentes en todos los ámbitos de la sociedad, sin embargo todavía contamos con muy pocos referentes públicos. Por ello, pedimos a las mujeres lesbianas que trabajan en el ámbito público que den un paso al frente, que no sean cómplices de los armarios y que se conviertan en referentes sociales positivos que contribuyan a visibilizar la diversidad de nuestra orientación sexual. En definitiva decimos alto y claro ‘¡Igualdad real YA!’. Porque aún después de 10 años desde la aprobación del Matrimonio Igualitario en el Estado Español, y con las recientemente aprobadas leyes antidiscriminatorias en Cataluña y Extremadura, nuestra igualdad real aún no ha llegado. La realidad de la vida cotidiana de las lesbianas está todavía repleta de situaciones discriminatorias. Hoy, y también cada día, les decimos a los poderes públicos que nuestra salud importa. Exigimos un mayor compromiso y una mayor responsabilidad en el fomento y en la protección de la salud sexual de las mujeres que tenemos sexo con otras mujeres y, en especial, en la prevención de las enfermedades de transmisión sexual y la promoción de prácticas sexuales sin riesgos. Exigimos protocolos y formación específica y adecuada del personal sanitario, así como que la atención en salud sexual se separe de la reproductiva. Exigimos a las instituciones que pongan fin a la discriminación en el acceso a los tratamientos de reproducción asistida. Cualquier mujer, independientemente de su orientación sexual, tiene derecho a la maternidad, porque es un derecho amparado por la ley, y no puede ser socavado por el hecho de no tener pareja masculina. Asimismo, remarcamos la necesidad de abordar la protección de las lesbianas mayores. Por ello, reclamamos la sensibilización del personal sanitario en las instituciones geriátricas, que debe ser consciente y conocedor de nuestra realidad y necesidades. Decimos NO a la presunción de heterosexualidad. También exigimos formación del personal docente sobre diversidad sexual y de género, así como protocolos de actuación que les permitan detectar casos de acoso escolar por orientación sexual y/o de género en los centros educativos. Reclamamos que las Organizaciones Sindicales integren en sus programas la lucha contra la lesbofobia en el ámbito laboral. No queremos tener que elegir entre nuestros trabajos o nuestra visibilidad. Y no nos olvidamos de lo que sucede fuera de nuestras fronteras. Dirigimos las miradas más allá de nuestro territorio y nuestra indignación crece. Seguimos pidiendo a los poderes públicos que se responsabilicen ante la LGTBfobia institucional que existe en más de 70 países en el mundo, donde ser lesbiana se condena con la persecución o, incluso, con la muerte. Pedimos incansablemente el diálogo y la acción internacional para erradicar estas violencias; así como que se promuevan las acciones legislativas necesarias en temas de asilo, para evitar que se repitan estos sucesos. Alentamos a las mujeres lesbianas a que tomen la palabra y alcen la voz en los espacios públicos y privados, a que ocupen puestos de responsabilidad, a que se hagan cómplices del movimiento asociativo LGTB y del movimiento feminista, a que se conviertan en protagonistas de su propia vida e historia, a que se visibilicen y se empoderen. Somos mujeres diversas que decidimos sobre nuestras vidas, nuestros amores, nuestros cuerpos, nuestros deseos y nuestros placeres. En un año marcado por citas electorales llamamos a los partidos políticos a visibilizar nuestras realidades y recoger nuestras demandas para ser traducidas en políticas públicas, y en leyes que garanticen una vida plena y de igualdad real. Hoy, como cada día, damos un portazo a los armarios, por nosotras y por nuestra felicidad, por la libertad de las generaciones futuras, por la dignidad de quienes lucharon cuando lo tenían todo en contra, arriesgándolo todo por su empeño en pos de la igualdad. Porque, a todas estas luchadoras, les debemos más que nunca proseguir lo que ellas, en circunstancias más adversas, empezaron. Porque la vida, nuestra vida, está fuera del armario y no estamos solas. Porque como mujeres lesbianas, existimos, trabajamos, amamos, creamos, tenemos hijas e hijos, pagamos nuestros impuestos, votamos, y decidimos. Somos ciudadanas. Una sociedad de personas diversas, pero iguales en derechos, sólo será posible con IGUALDAD y VISIBILIDAD plena. ¡Para que todos los días sean VisibLES! Nuestra visibilidad es la base de nuestra felicidad, de nuestro ORGULLO: el orgullo de ser mujeres y de ser lesbianas. No es sólo nuestra lucha, es la de todas: mujeres jóvenes y mayores, mujeres de ciudades y de pequeños pueblos, mujeres de todas las nacionalidades, etnias, culturas y religiones. Es la de toda una sociedad que cree en la igualdad y en la libertad. Somos todas las mujeres una, exigiendo con una única voz: ¡IGUALDAD REAL!