Centro para el diálogo humanitario Documento de información Julio de 2009 ¿Por qué deberían los mediadores tener en cuenta las dimensiones económicas de los conflictos? Mike Davis 1 Contenidos Introducción 3 1. ¿Cuál es la conexión entre los recursos naturales y los conflictos intraestatales? 3 i) Disputas sobre recursos naturales como causa de conflictos 3 ii) Comerciar con recursos “saqueables” para financiar conflictos 3 2 ¿Por qué los recursos naturales no tienen un papel más destacado en los acuerdos de paz? 4 3 ¿Qué sucede si los recursos naturales se tratan de forma inadecuada en los acuerdos de paz? 5 i) Oportunidades para los obstruccionistas 5 ii) Causas de conflictos que quedan por resolver 5 iii) Consolidación de la apropiación por parte de la élite 6 4 Recomendaciones 6 i) Evitar los intereses personales cuando se eligen los mediadores 6 ii) Identificación de las alianzas y las agendas económicas de las partes enfrentadas 6 iii) No distribuir recursos naturales como botín de guerra 7 iv) Creación de mecanismos para supervisar temas económicos tras el acuerdo 7 v) Poner límites a los gobiernos transicionales 7 vi) Poner los recursos naturales saqueables fuera del alcance 7 vii) Garantizar la responsabilidad 7 Este documento se añade a los debates de la Reunión de Mediadores Africanos de 2009. Documento de información El Centro para el diálogo humanitario (HD Centre) es una Fundación suiza independiente dedicada a ayudar a mejorar la respuesta global a conflictos armados. Pretende lograrlo mediando entre partes en guerra y ofreciendo apoyo a la comunidad de mediación más amplia. 114, rue de lausanne ch-1202 Ginebra Suiza info@hdcentre.org tel.: + 41 22 908 11 30 fax: +41 22 908 11 40 www.hdcentre.org © Copyright Henry Dunant, Centro para el Diálogo Humanitario, 2009 La reproducción total o parcial de esta publicación sólo se autorizará mediante consentimiento por escrito y reconocimiento de la fuente. El Sr. Mike Davis es el Jefe del Equipo de Recursos de Conflictos de Global Witness, que trabaja para romper las relaciones entre los conflictos armados y el comercio y la explotación de los recursos naturales. Entre 2005 y 2007, el Sr. Davis dirigió la Campaña para los Bosques del Sureste de Global Witness, y entre 2003 y 2005, gestionó la oficina de organización en Cambodia. 2 Introducción Este artículo resume los argumentos de los mediadores que dan mayor consideración a las dimensiones económicas de los conflictos – especialmente aquellos relacionados con los recursos naturales. También observa algunos de los modos en los que los mediadores pueden tratar este tema. La reciente publicación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), From Conflict to Peacebuilding – the Role of Natural Resources and the Environment ofrece algunos argumentos para dar mayor atención a esta área. El informe del PNUMA saca a la vista que: • el 40 por ciento de todos los conflictos intraestatales desde 1960 están relacionados con los recursos naturales • menos de un cuarto de los acuerdos de paz para los conflictos relacionados con recursos naturales tratan la gestión y la forma de gobierno de los recursos naturales • los conflictos intraestatales relacionados con los recursos naturales tienen el doble de posibilidades de reanudarse en cinco años. Estos resultados dan lugar a cuestiones sobre las relaciones entre los recursos naturales y los conflictos, la aparente reticencia de los mediadores para implicarse en el problema y los riesgos potenciales de ignorarlo. ¿Cuál es la conexión entre los recursos naturales y los conflictos intraestatales? En otras palabras, ¿qué se esconde tras la cifra del 40 por ciento mencionada anteriormente? Los académicos han desarrollado una gama de tipologías de guerras relacionadas con los recursos naturales. Sin embargo, para los propósitos de este breve resumen, y reflexionando sobre los casos debatidos durante la Reunión de mediadores africanos en 20091, los escenarios de recursos-conflictos se pueden agrupar ampliamente en dos categorías superpuestas: aquellos en los que la lucha por los recursos influye en el inicio del conflicto, y aquellos en los que durante el conflicto una o más partes en guerra utilizan recursos “saqueables” como fuente de financiación. 3 i) Disputas sobre recursos naturales como causa de conflictos Estos escenarios pueden implicar rivalidades por recursos escasos como la tierra, con ejemplos destacados entre los que se incluyen Guatemala, Nepal y, más recientemente, Kenia. Otras disputas se ven influenciadas por el control de los denominados recursos naturales abundantes, como el petróleo y la distribución de ingresos y beneficios derivados de su explotación2. Las disputas sobre la división de los ingresos del gas natural atizaron la lucha separatista en Aceh, y la lucha por las reservas de gasóleo contribuyeron a la declaración de la segunda guerra civil en Sudán. La insurgencia en Bougainville se vio provocada por una disputa que implicaba una de las mayores minas de cobre del mundo. ii) Comerciar con recursos “saqueables” para financiar conflictos Desde el final de la Guerra Fría, ha aumentado el número de casos de partes en guerra que se apoderan y venden recursos naturales “saqueables” para financiar sus campañas militares. Los ejemplos más conocidos implican el comercio por parte de grupos rebeldes de “diamantes de la guerra” en Angola, Sierra Leone, Liberia y la República Democrática del Congo (RDC). Sin embargo, no son sólo los diamantes los que se prestan a este tipo de abuso, y esta rama de la economía de guerra tampoco no es la única reserva de los insurgentes. Los ingresos por la madera han sustentado los ejércitos rebeldes y gubernamentales en Cambodia, Burma y Liberia, mientras que los impuestos sobre el cacao mantuvieron ambas partes en la reciente guerra civil de Costa de Marfil. Las investigaciones realizadas por el Grupo de Expertos de las NU y de Global Witness muestran que los principales grupos armados que operan actualmente en la RDC oriental – por no mencionar el ejército – se financian a mayor o menor nivel a través de la extracción y el comercio de minerales y metales, entre los que se incluyen la casiterita (mineral de estaño), coltan (que contiene tántalo), volframita (una fuente de tungsteno) y oro. El uso del saqueo de recursos como financiación puede influir en la naturaleza, la duración y la trayectoria de un conflicto de diferentes maneras, de las que los mediadores deben ser conscientes al evaluar las agendas y la legitimidad de las partes enfrentadas. • La capacidad de financiar una guerra mediante la riqueza que aportan nos recursos naturales en vez de hacerlo, por ejemplo, con contribuciones voluntarias de la población local, ofrece más oportunidades a los grupos armados que, de otro modo, serían débiles y gozarían de un apoyo popular limitado. Por ejemplo, parece probable que algunos de los principales grupos armados en RDC oriental, entre ellos las Forces Démocratiques pour la Libération du Rwanda (FDLR), tendrían problemas para mantener su capacidad operativa actual sin los ingresos derivados del comercio de minerales. • La necesidad de garantizar los recursos naturales puede formar la estrategia militar de las partes enfrentadas, animándolas a centrarse en la captura de zonas ricas en recursos que, de lo contrario, tendrían poco valor estratégico. Uno de los ejemplos es las batallas libradas entre Khmer Rouge y las tropas del gobierno en Cambodia norteoccidental por las reservas de palisandro y keruing (o de caoba asiática). Otro ejemplo son los esfuerzos persistentes del Frente Unido Revolucionario (FUR) para obtener y mantener el control de los campos de diamantes en la región del Kono de Sierra Leone oriental. • Los conflictos en los que la acumulación y el comercio de recursos saqueables son lo imperativo, por motivos de estrategia o de beneficio personal de los comandantes implicados, pueden dar como resultado la colusión entre supuestos enemigos en el campo de batalla3. Global Witness ha descubierto pruebas sustanciales en la DRC de colaboración entre el ejército gubernamental y las FDLR en el saqueo de la riqueza mineral de Kivu del Norte y del Sur. En las últimas etapas de la guerra civil de Cambodia, las exportaciones ilegales de madera que financiaron el Khmer Rouge fueron facilitadas por permisos que proporcionaba el gobierno en Phnom Penh. • Sólo vale la pena apoderarse de recursos saqueables si existe mercado para ellos. Comerciar con recursos naturales para hacer la guerra aumenta inevitablemente el número de partes implicadas en un conflicto, incluidas varias compañías internacionales que comercian, transportan, procesan y venden, además de los consumidores finales en Occidente y, cada vez más, en Oriente. Los gobiernos de países que hospedan estas actividades pueden beneficiarse del hecho de que la guerra continúe. Estas dos amplias categorías de conflictos relacionados con los recursos se superponen en un nivel considerable. El malestar popular por el agotamiento de los recursos naturales por parte de regímenes cleptocráticos formaba parte del telón de fondo de los conflictos en Liberia, Sierra Leone y la RDC. Luego, estos conflictos vieron cono aquellos combatientes que pretendían llenar sus fondos se apoderaban de los mismos recursos. ¿Por qué los recursos naturales no tienen un papel más destacado en los acuerdos de paz? La segunda estadística resaltada en el reciente informe del PNUMA – que sólo un cuarto de los acuerdos de paz para conflictos relacionados con recursos naturales tratan la gestión y la gobernabilidad de los recursos naturales – sugirió cierta reticencia por parte de los mediadores a introducir estos temas de las agendas económicas. ¿Por qué motivo? Algunas de las razones probables se establecen en el informe de Céline Yvon “Mediadores y economía: ¿deberían preocuparse?”4: • el foco comprensible de los mediadores en temas relacionados con la política y la seguridad • una percepción que los temas económicos se tratan mejor, en cualquier caso, después de los acuerdos de paz • la sensibilidad de debatir los afanes de lucro de las partes implicadas directa e indirectamente en el conflicto. Este último punto podría reflejar el hecho de que las partes en guerra podrían encontrar más favorable dejar las armas que dejar de lado los medios para comprar de nuevas pasadas unas semanas. Además, la financiación relacionada con los recursos 4 puede ser importante para los líderes no sólo para la búsqueda de los objetivos políticos declarados públicamente, sino también para mantener la lealtad de sus partidarios. Tal como lo expuso uno de los participantes en la Reunión, ello puede añadirse a la idea de los meiadores de que tratar este tema está “por encima de su rango”. A parte de la posible reticencia de los mediadores a presentar un tema sensible, pueden llegar a las negociaciones con una predisposición –condicionada por su propia experiencia profesional – a centrarse en temas políticos y de seguridad. Además, dado cómo ha tratado la comunidad internacional la pacificación desde el final de la Guerra Fría, los mediadores pueden tener la sensación que de ellos se espera que se centren en lo que se percibe como resultados exitosos y tangibles, como en planificaciones para que se lleven a término elecciones nacionales. Además, los mediadores pueden enfrentarse a ciertas restricciones muy prácticas en términos de su mandato, así como la falta de tiempo y de apoyo para tantear las agendas económicas de las partes sentadas en la mesa. ¿Qué sucede si los recursos naturales se tratan de forma inadecuada en los acuerdos de paz? La afirmación de la PNUMA de que los conflictos intraestatales relacionados con recursos naturales tienen el doble de posibilidades de reanudarse en cinco años presenta la cuestión de los riesgos que pueden existir al pasar por alto los temas relacionados con los recursos al formular los acuerdos de paz. Aquí observaremos brevemente tres conjuntos de problemas. i) Oportunidades para los obstruccionistas Los tratos de paz que no traten de forma efectiva la función de los recursos naturales saqueables tienen el riesgo de dejar a las partes en guerra los medios económicos para reanudar las luchas en cuanto decidan que la paz ya no les conviene. Acuerdos como el Protocolo de Lusaka de 1994, que pretendía 5 finalizar la guerra civil de Angola, y los Acuerdos de Paz de París de 1991 de Cambodia no consiguieron sacar completamente los principales grupos insurgentes de las áreas ricas en recursos que controlaban. Cuando se rompieron estos acuerdos, UNITA volvió a aprovechar rápidamente los diamantes para sus esfuerzos bélicos, y el Khmer Rouge empezó a explotar las reservas de madera, rubíes y zafiros que tenía bajo su control. Tanto en el caso de Angola como el de Cambodia hay que resaltar que el contexto político ofrecía un alcance limitado para negociar con los grupos implicados para que entregaran todos los recursos que tenían bajo control. Este es un problema común. El Acuerdo de Ouagadougou de 2007 destinado a finalizar la guerra alimentada con los recursos de Costa de Marfil no hace ninguna referencia a los recursos naturales. Posteriormente, se han realizado pocos pasos sustantivos para cambiar el modo en el que se controlan y explotan los recursos naturales. Aunque se considera que el acuerdo fue un éxito, sigue siendo demasiado pronto para decir si sienta las bases para una paz duradera. Una de las pocas cosas seguras es que, en caso de las los rebeldes de las Forces Nouvelles volvieran a la guerra, se volverían a financiar con el comercio de recursos naturales. Este grupo mantiene el control de las minas de diamantes del país y, lo que es más importante, una parte del comercio de cacao que, tal como han demostrado las investigaciones de Global Witness, le ha proporcionado unos 30 millones de dólares americanos al año. ii) Causas de conflictos que quedan por resolver Si la rivalidad para el acceso a los recursos o a los ingresos de los recursos contribuyó a que estallara el conflicto, es evidente que hay que tratar el tema en el contexto de la pacificación. Incluso los ejemplos relativamente exitosos de acuerdos de paz que tratan las rivalidades relacionadas con los recursos naturales – como en el Acuerdo General de Paz (CPA) de Sudán – pueden dejar un paisaje político plagado de puntos críticos potenciales. No es ninguna coincidencia que los conflictos recientes más serios entre el Movimiento de Liberación del Pueblo del Sudán y las fuerzas del Partido del Congreso Nacional hayan tenido lugar en la región rica en petróleo de Abyei, cuyas fronteras todavía se disputan. El silencio del CPA sobre el tema de cómo se pueden compartir los ingresos procedentes del petróleo más allá del referéndum de secesión del Sur en 2011, será uno de los numerosos factores que aumenten la tensión entre Khartoum y Juba a lo largo de los próximos dos años. iii) Consolidación de la apropiación por parte de la élite Las partes en guerra que han pasado al saqueo de recursos como medio de financiación del conflicto son reacios a finalizar esta práctica cuando dejan la lucha. A menudo llegan a la mesa de negociación determinados a controlar tantos recursos como sea posible. Un ejemplo famoso de un líder rebelde utilizando un trato de paz para formalizar su toma de activos públicos clave es el del líder del FUR Foday Sankoh, que salió del Acuerdo de Lomé de 1999 como jefe de una Comisión para la Gestión de Recursos Estratégicos (o sea, diamantes). Tal como ya se ha indicado, el resentimiento popular de la captura por parte de la élite de los recursos naturales ha sido un precursor de varios conflictos intraestatales recientes. Los acuerdos de paz que tratan los recursos naturales como botines que dividirse entre élites rivales pueden introducir, o reintroducir, de forma inadvertida, una forma de política monetaria basada en la captura de activos estatales. Estos sistemas políticos suelen estar asociados al fracaso de aquellas instituciones estatales de mayor importancia para la pacificación. Como tales, tienden a socavar el desarrollo económico y democrático y también pueden plantar las semillas de una futura inestabilidad. A corto plazo, este enfoque de “recompensa para los vencedores” puede animar a las autoridades transicionales a buscar su beneficio personal, antes de que la población del país ejerza su derecho a elegir un gobierno en las urnas. Este fue el caso de Liberia, que tras el Acuerdo de Paz de Accra de 2003 creó un Gobierno Nacional Transitorio de Liberia (GNTL), en el que el grupo rebelde Movimiento para la Democracia en Liberia (MODEL) obtuvo las carteras ministeriales que controlaban las reservas minerales y forestales. El GNTL tardó poco tiempo a vender los activos minerales clave del país (especialmente a través de un contrato asombrosamente no equitativo de explotación de mineral de hierro ofrecido a Mittal Steel), que no finalizó hasta la toma de poder de la Presidenta Ellen Johnson-Sirleaf en enero de 20095. El nuevo gobierno se vio obligado a añadir a su ya repleta agenda, el proceso políticamente arriesgado de revisar, renegociar y anular los contratos firmados por el GNTL. Recomendaciones Así pues, ¿qué deben hacer los mediadores? Es probable que las oportunidades de las que disponen los pacificadores para tratar las dimensiones económicas de los conflictos siempre estén limitadas y, sin duda alguna, existe un riesgo de abogar por enfoques que parecen demasiado prescriptivos y poco realistas. Pero a pesar de estas consideraciones, siguen existiendo ciertos preparativos que pueden realizar los negociadores de paz, así como ciertos resultados que pueden querer conseguir o evitar. i) Evitar los intereses personales cuando se eligen los mediadores Al seleccionar un mediador y/o un “grupo de amigos”, la influencia puede ser una calidad deseada, pero también puede estar acompañada de un interés en el conflicto. Los conflictos en los que se explotan y se comercia con recursos naturales, tienden a engendrar redes opacas de intereses económicos y políticos regional y globalmente. Los mediadores asociados con estos intereses pueden tener cierto interés en la continuación del conflicto, o como mínimo en mantener aquellos aspectos de la economía de guerra que les proporciona beneficios. ii) Identificación de las alianzas y las agendas económicas de las partes enfrentadas Del mismo modo en el que identifican los intereses políticos y las alianzas de los jugadores clave, los mediadores también deberían identificar las relaciones y las agendas económicas de las partes. Para ser claros, no sólo deben saber la cantidad de armas de las que disponen los protagonistas, sino también deben conocer qué capacidad 6 tienen para sustituirlas en cuanto se haga el siguiente trato en madera, diamantes o casiterita. Los mediadores suelen estar bajo presión para hacer movimientos rápidamente y priorizar los que puede parecer ser los principales temas de paz y seguridad. Sin embargo, a la vista de las relaciones entre los recursos naturales y los conflictos, este tipo de ejercicio de identificación y de recopilación de información debe obtener una altísima prioridad, y los mediadores necesitan más apoyo para lograrlo de forma efectiva. de conflictos es especialmente fuerte, los mediadores deberían procurar quitar de la mesa los recursos naturales manteniendo las zonas ricas en recursos protegidas por las tropas encargadas de mantener la paz. Ello se puede enmarcar en el acuerdo de paz como una medida para ayudar al estado a restaurar su soberanía sobre sus recursos naturales. Este enfoque se ha utilizado recientemente en Liberia, con cierto éxito. iii) No distribuir recursos naturales como botín de guerra Aunque los negociadores de los acuerdos de paz necesitan claramente equilibrar las consideraciones de paz y justicia, deberían intentar utilizar su influencia para garantizar que se haga rendir cuentas a los responsables de crímenes económicos, así como los de otros tipos. El algunos casos, ello podría ampliarse a remisiones al TPI por crímenes de guerra como el pillaje. Igualmente, la comunidad de pacificación debería animar a los estados a pedir cuentas a aquellas compañías con base en sus jurisdicciones que hayan cometido o facilitado crímenes en el país afectado por el conflicto. Dada la conexión entre las formas de gobierno de captación agresiva de rentas por un lado, y las amenazas al desarrollo, la democracia y la estabilidad por el otro lado, los mediadores deberían hacer todo lo que su mandato permita para evitar que se establezcan acuerdos que permitan una nueva captura de los recursos naturales del país por parte de la élite. iv) Creación de mecanismos para supervisar temas económicos tras el acuerdo vii) Garantizar la responsabilidad Aunque puede que no sea posible o sensato tratar todos los aspectos de la gestión de recursos tras el conflicto en el propio contenido de un acuerdo de paz, el CPA del Sudán muestra que los acuerdos de paz pueden establecer mecanismos institucionales útiles para supervisar la implementación de aquellas disposiciones relacionadas con la gestión de recursos naturales. v) Poner límites a los gobiernos transicionales Los mediadores deberían procurar no establecer límites sólo en la ocupación de los gobiernos transitorios, sino también en su autoridad para asignar derechos de explotación de recursos a sí mismos o a terceras partes. Deberían procurar complementar estas restricciones con incentivos y apoyo para establecer las bases para un sistema sostenible y equitativo de gobierno de recursos. vi) Poner los recursos naturales saqueables fuera del alcance En algunos casos en los que la conexión entre el saqueo de recursos y la financiación 7 1 Este documento se añade a los debates de la Reunión de Mediadores Africanos de 2009, que fue hospedada por la Fundación Mwalimu Nyerere y el Centro para el Diálogo Humanitario en Zanzíbar, en marzo de 2009. 2 Un estudio de Paul Collier y Anke Hoeffler sugiere que las rebeliones en regiones ricas en petróleo suelen tener un carácter secesionista. 3 La cuestión de si las guerras están impulsadas por “rivalidades” o por “avaricia” ha sido enérgicamente debatida por académicos y analistas. 4 Este documento fue escrito para la Reunión de Mediadores Africanos de 2009 y se puede descargar desde la página web del foro de Oslo www. osloforum.org. 5 Para realizar un análisis del contrato de Mittal Steel, véase Global Witness ‘Heavy Mittal’ (http://www. globalwitness.org/media_library_detail.php/156/ en/heavy_ mittal). Tras la publicación de este informe, la compañía se vio forzada a renegociar.