No es lo mismo ser o tener familia, como tampoco es lo mismo ser padres o tener hijos. Parte de nuestra felicidad consiste en saber valorar los pequeños placeres de cada día, y así poder descubrir por ti mismo la cantidad de pequeños motivos que puedes tener a diario para ser agradecido en esta vida y con tu vida. Cuando solo te ocupas y te preocupas de las contradicciones diarias parece que la vida es la que siempre esta en deuda contigo y que el ser agradecido no es lo que se espera de ti después de tener tantas desilusiones. Todos los terapeutas, orientadores y las familias, pensamos que para que un hijo crezca feliz y sus padres se desarrollen como buenos educadores, necesitamos hacer crecer en nuestro núcleo familiar no sólo afectos y renuncias, sino también el esfuerzo que supone la entrega dentro de una familia: “que nos predispone a querer querernos por lo que somos y no por lo que tenemos” Pero no siempre podemos distinguir con claridad cual es la forma mas idónea de aceptarnos como somos y poder convivir siendo lo que somos. Hay muchas familias comparten el cuarto de estar, la televisión, la nevera y poco más… Es entonces cuando se produce una extraña convivencia la de los que parece que son: “padres que viven como si no tuvieran hijos, e hijos que viven como si no tuvieran padres” Hoy en día debemos recordarnos a nosotros mismos de vez en cuando que: “la familia no está solo compuesta por padres e hijos unidos por un mismo apellido” Porque la familia también serán esos otros que llevan tu apellido pero que no son tu familia nuclear sino tu familia extensa ( política): suegros, cuñados, sobrinos, tíos… Así que tu apellido lleva también contigo a muchas otras personas con las que te relacionas de manera familiarmente cercana. La unión de los padres no sólo se basa en el enamoramiento, la atracción y el acoplamiento personal, sino también y muy importante se basa también en la voluntad de las partes de querer entregarse el uno al otro, ocurra lo que ocurra… incluidos los desacuerdos con otros familiares y las posibles consecuencias de ello. Cuando en los matrimonios solo existe el enamoramiento, a lo largo del tiempo los sentimientos y deseos de unión se resienten y disminuyen, y entonces quererse y querer a la gente de tu familia es una pesada carga que termina por romper la mochila de tu vida. “Cuando existe el cariño y los afectos de verdad, no pesa ni resulta antipática la vida familiar cotidiana” “Enseñar lo que es el cariño y el afecto familiar, es ayudar a los hijos a que crezcan queriendo y sobrequeriendo“ La familia tolerancia cuna de LA CUNA ES EL MEJOR ESPACIO DISPONIBLE PARA APRENDER A COMPARTIENDO Y QUERIENDO A LOS DEMAS la CRECER Todos los meses recibimos noticias lamentables de la muerte violenta de mujeres a manos de hombres. ¿ Como es posible que en pleno siglo XXI, la gente no puede vivir libremente y en familia unidos por la verdad y el cariño? La falta de conocimiento de los valores básicos para convivir, hace que parezca que estamos protegidos por una tolerancia mal entendida. En la familia no todo debe ser tolerable, la libertad y la sinceridad no es ilimitada y termina cuando se falta a la verdad y al respeto entre las personas. Se dice y hoy por hoy sucede en muchas familias que: ”Donde hay confianza da asco”. Uno delos principales carencias de valores para poder convivir juntos hombres y mujeres es el desconocimiento por parte de todos a cerca de la natural y necesaria complementariedad entre el hombre y la mujer. Esto da lugar a que las diferencias entre unos y otros sean carencias o debilidades para una de las dos partes. con esta mentalidad es difícil poder convivir con nadie del otro sexo, y si no estas dispuesto a pactar con las diferencias entre iguales, no te cases, no tengas hijos y vive solo, para no someter a nadie bajo tus tiránicas y ya obsoletas razones de vivir. En la intimidad de un hogar es donde mas fácilmente se puede romper el equilibrio entre la libertad, el respeto y el bien común. Los tiempos que corren no funcionan con: “la mujer es el sexo débil” o”, esto se hace porque yo te lo digo” Los intolerantes solo están tranquilos y son amigos de las personas que solo piensan como ellos y con los que puede aplicarles su superioridad de forma cotidiana aplicando sin control la LEY DEL MÁS FUERTE. La tolerancia empieza con nuestra libertad y acaba con el abuso de nuestra libertad por la fuerza y el acoso. Desde dentro de nuestras familias, padres e hijos, debemos rechazar desde el principio cualquier actitud de violencia e intransigencia, que no nos permita distinguir con tranquilidad y libertad las diferencias que existen entre los dos valores universales: Cuando uno ya no sabe distinguir entre lo que esta bien de lo que esta mal… ya no hay tolerancia adecuada ni libertad en la familia Tolerancia cero hacia cualquier acto que anule o destruya el bien, venga de quien venga, de la misma manera que hoy en día se rechazan totalmente la esclavitud, la trata de blancas, el tráfico de armas, o la pedofilia. Debemos mantener tolerancia cero hacia cualquier manifestación de violencia domestica intrafamiliar, para ello hay que preocuparse por educar a los hijos en la concienciación y sensibilización social y familiar. Cualquier acto violento que sale en los medios es el escaparate de una violencia doméstica escondida ya hace tiempo en la intimidad de algunas familias. La paz en las familias no admite silencios por miedo,solo valentía y ganas de saber ver la verdad de los hechos, Desde dentro de la familia es donde mejor se construye mejor cuna gracias al cariño entre sus miembros. la el cariño cohesiona a las personas y la violencia destruye a las familias