EDUC MED, Diciembre 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Educación Médica Educación Médica Diciembre 2010 Volumen 13, suplemento 1 ISSN 1575-1813 http://www.educmed.net Indizada en IBECS ¿Por dónde innovar en la enseñanza de la Medicina? Ponencias de la jornada organizada por la Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-UCM. Encuentro de Verano 2010. Madrid, 12-13 de julio de 2010 Conferencias Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia FEPAFEM Mesa redonda 2. El camino hacia la evaluación objetiva World Federation for Medical Education (WFME) Association for Medical Education in Europe (AMEE) Federación Panamericana de Asociaciones de Facultades (Escuelas) de Medicina, (FEPAFEM) Educational Comission for Foreign Medical Graduates (ECFMG) Foundation for the Advancement of International Medical Education and Research (FAIMER) Sociedad Española de Educación Médica (SEDEM) Associació Catalana d’Educació Mèdica (ACEM) Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina Españolas Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Odontología Españolas Conferencia Nacional de Directores de Escuelas de Enfermeria Estatales Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB) ISSN: 1575-1813 IISSN (edición digital): 1579-2099 Viguera Editores SL Pl. Tetuan, 7. 08010 Barcelona Tel. +34 932 478 188 Fax +34 932 317 250 www.viguera.com Impresa en UE por Gràfiques 92, S.A. sobre papel libre de ácido. DL: B-46714-2002 Educación Médica Bajo los auspicios de Director Arcadi Gual Sala Director Adjunto Jordi Palés Argullós Coordinación Europa María Nolla Domenjó Coordinación América Amanda Galli Editores de Sección Aprendizaje y Docencia Miquel Martínez Martín Enfermería Carmen Caja López Evaluación Carlos Brailovsky DPC/Formación Continuada Arcadi Gual Sala Internacional Margarita Barón Maldonado Medicina de Familia Amando Martín Zurro Posgrado Felipe Rodríguez de Castro Pregrado Josep Carreras Barnés Salud Pública Andreu Segura Benedicto Comité Editorial Editorial Board Presidenta Margarita Barón Maldonado Josep Argemí Renom (Sabadell) Coral Bacchetta (Barcelona) L. Randol Barker (Baltimore, USA) Carles Blay Pueyo (Calldetenes) Francesc Borrell Carrió (Barcelona) Luis Branda (Barcelona) Miquel Bruguera Cortada (Barcelona) Jordi Camí Morell (Barcelona) Antonio Campos Muñoz (Granada) Salvador Carrasco Calvo (Barcelona) Carlos Castillo-Salgado (Washington, PAHO) Alejandro Cravioto (México) Martí Dalmases Arnella (Sabadell) Amèlia Díaz Álvarez (Barcelona) Marta Durán Escribano (Alcalá de Henares) Florian Eitel (Munich, Alemania) Jesús Escanero Marcén (Zaragoza) Ronald Epstein (Rochester, USA) Alejandro Esteller Pérez (Salamanca) Montserrat Fonseca Alfonso (Bilbao) José Mª Fornells Vallés (Barcelona) Mila García Barbero (Barcelona) Fernando García Benavides (Barcelona) Xavier Gasull Casanova (Barcelona) Juan Gestal Otero (Santiago de Compostela) Ángel Gil (Madrid) Carmen Gomar Sancho (Barcelona) Ron Harden (Dundee, G.B.) Ildefonso Hernández Aguado (Alicante) Teresa Icart Isern (Barcelona) Hans Karle (Copenhague) José Mª Manso Martínez (Valladolid) Alfonso Moreno González (Madrid) Juli de Nadal Caparà (Barcelona) Vicente Pastor Aldeguer (Madrid) José Ignacio Paz Bouza, (Salamanca) Francesc Pedró (Paris, OCDE) José Mª Peinado Herreros (Granada) Jorge Pérez Sánchez (Barcelona) Joan Prat Corominas (Lleida) Pablo Pulido (Caracas, Venezuela) Anna M. Pulpón Segura (Barcelona) Ramón Pujol Farriols (Barcelona) Octavi Quintana-Trias (Bruselas) Ferran Sanz Carreras (Barcelona) Suzanne Stensaas (New York, USA) Juan David Tutosaus Gómez (Sevilla) Antoni Vallés Segalés (Barcelona) Miquel Vilardell Tarrés (Barcelona) Jorge Veiga de Cabo (Madrid) Joan Viñas Salas (Lleida) Cees van der Vleuten (Maastricht, Países Bajos) Andrzej Wojtczak (Varsovia, Polonia) © Copyright 2010, Fundación Privada Educación Médica y Viguera Editores SL Reservados todos los derechos. 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Madrid, 12-13 de julio de 2010 Introducción / Introduction Papel de los departamentos y cátedras de educación médica en los centros académicos The role of departments and chairs of medical education in academic centres Madalena Patricio S1 Adaptación del nuevo grado de Medicina al Espacio Europeo de Educación Superior. ¿Cuál ha sido la aportación de Bolonia? The adaptation of the new Degree in Medicine to the European Higher Education Area. What has been Bologna’s contribution? Francisco Arnalich Fernández S3 Técnicas y recursos educativos en la enseñanza de la medicina Educational techniques and resources in the teaching of medicine José Carretero González S9 I+D+i en educación médica R&D and innovation in medical education José A. Gutiérrez Fuentes El hospital como centro nuclear para mejorar la enseñanza de la medicina El mapa de competencias a adquirir The map of abilities to be acquired Arcadi Gual S37 Nuevas metodologías, la innovación como estrategia: el punto de vista de los estudiantes New methodologies, innovation as a strategy: the students’ point of view Íñigo Noriega Echevarría S53 Mesa 2. El camino hacia la evaluación objetiva Table 2. The way to the objective assessment S13 S21 Mesa 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia Table 1. New educational programs: innovation as a strategy La formación clínica como piedra angular de los estudios de medicina Clinical training as a keystone of medical studies José L. Álvarez-Sala Walther, M. Asunción Nieto Barbero, Gema Rodríguez Trigo S33 El portafolio docente como instrumento para el discente y el docente The teaching portfolio as an instrument for both learner and teacher Ramiro Díez Lobato, Ángel López Encuentra, Alfonso Lagares Gómez-Abascal S45 Conferencias / Conferences Un modelo de aprendizaje multiprofesional en ciencias de la salud: innovación docente como respuesta a las necesidades emergentes de nuestra sociedad A model of multi-professional learning in health sciences: educational innovation in response to the emerging needs of our society Joaquim Coll, Dolors Bernabeu, Cristina Cervantes, Maria Nolla, Josep M. Muniesa, Jordi Tor, Florentina Zapico, Natalia Pueyo, Josep Nebot Cegarra The hospital as the focal point for improving the teaching of medicine Fernando Civeira Murillo S25 Evaluación del alumno Assessment of the pupil Jesús Millán Núñez-Cortés S57 Evaluación de los programas Assessment of the programmes Jordi Palés Argullós S61 Evaluación del profesorado. Evaluación de la calidad docente Assessment of the teaching staff. Assessment of the quality of the teaching José Carreras Barnés S67 Evaluación final: ¿sirve el examen MIR? Final assessment: is the exam to become a resident physician (MIR) really effective? Francisco J. Aspa Marco, Felipe Rodríguez de Castro S73 Evaluación objetiva: el punto de vista de los estudiantes Objective assessment: the students’ point of view Íñigo Noriega Echevarría S79 Este suplemento de Educación Médica ha sido dirigido por los Dres. Jesús Millán Núñez-Cortés y José Antonio Gutiérrez Fuentes. Los manuscritos han sido aceptados y editados por los directores del Suplemento y no han estado sujetos al proceso de revisión externa. INTRODUCCIÓN Papel de los departamentos y cátedras de educación médica en los centros académicos Madalena Patricio Los docentes deben hacer frente a un amplio rango de retos educativos, que incluye la aparición de nuevos conocimientos, las nuevas tecnologías de la educación, el aumento de las expectativas públicas, los nuevos derechos y demandas de los pacientes, la especialización del saber médico, la necesidad de formar nuevos profesionales, los cambios de los estudiantes que se han formado con Internet y la tendencia social hacia una mayor responsabilidad. En vista de todos estos retos, y como respuesta a la presión y a las mayores demandas a las que tienen que hacer frente los docentes, actualmente la educación médica, como materia especial que es, goza cada vez más de un mayor prestigio. Debería enseñarse a todos los profesores ‘cómo enseñar’ y quizá así algunos de ellos desarrollasen un interés en particular por la educación médica, con vistas a promover una investigación y un desarrollo mayores en este campo. Para lograr estos objetivos, numerosas universidades han creado departamentos de educación médica que pueden representar un ‘hogar’ para aquellos docentes que puedan estar particularmente interesados en dicha materia. Estos departamentos o unidades realizan actividades como las siguientes: • Enseñanza: programas de formación de personal especializado en la educación médica, dirigidos a docentes, e iniciación de estudiantes en la enseñanza en una línea acorde con la nueva visión del General Medical Council. • Investigación en el campo de la educación médica. • Provisión de servicios: apoyo para la planificación del currículo, nuevos métodos de enseñanza y asesoramiento, etc. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 • Desarrollo profesional del personal: promocionar y dar apoyo al personal que en un futuro podrían constituir los nuevos educadores médicos. Estos desarrollos no solamente tienen en cuenta la eficacia y la eficiencia de los conocimientos que se imparten en las facultades de medicina, sino que también velan para que los nuevos paradigmas y los nuevos puntos de vista de la educación médica sean los adecuados para afrontar los retos mencionados anteriormente. Como cualquier otra iniciativa desarrollada en una facultad de medicina, la creación de un departamento de educación médica requiere una implicación a todos los niveles, de arriba abajo y viceversa, es decir, el apoyo de los decanos y la participación de los docentes, los estudiantes y demás partes implicadas. La AMEE (International Association for Medical Education) reconoce que un departamento de educación médica es cada vez más un requisito imprescindible en las facultades de medicina. Su reconocimiento en el seno de la institución constituye un factor clave para propiciar los cambios que se precisan con el fin de lograr la excelencia en la educación médica. Presidenta de la AMEE (International Association for Medical Education). Instituto de Introducción a la Medicina. Centro de Medicina Basada en la Evidencia. Facultad de Medicina. Universidad de Lisboa. E-mail patricio@fm.ul.pt Bibliografía 1. Davis MH, Karunathilake I, Harden RM. The development and role of departments of medical education: AMEE Education Guide no 28. Med Teach 2005; 27: 665-75. S1 CONFERENCIA Adaptación del nuevo grado de Medicina al Espacio Europeo de Educación Superior. ¿Cuál ha sido la aportación de Bolonia? Francisco Arnalich Fernández El Espacio Europeo de Educación Superior La creación del llamado ‘Espacio Europeo de Educación Superior’ (EEES) tiene su origen en la Declaración de Bolonia (19 de junio de 1999); es una iniciativa para reformar el sistema educativo europeo, que fue suscrita por los 29 países que conformaban entonces la Unión Europea, a los que se han ido añadiendo otros pertenecientes al Espacio Europeo de Libre Comercio y del este y el centro de Europa, hasta un total de 47 países. Entre sus objetivos destacan los siguientes: • Reforzar la competitividad de la educación europea superior. • Favorecer la tasa de empleo y movilidad de los universitarios. • Adoptar un sistema comprensible y comparable de estudios. • Establecer un sistema de créditos como unidad de medida de carga docente –European Credit Transfer System (ECTS)–. • Promocionar la movilidad y el intercambio de estudiantes, profesores y profesionales posgraduados entre los países. A estos objetivos, se añadieron en las reuniones de Praga (2001) y Berlín (2003) los tres objetivos siguientes: • Integrar el aprendizaje de por vida (life-long learning) en la estrategia educativa global. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 • Implicar a los estudiantes en el desarrollo del proceso. • Promover la creación de un área europea en investigación. Después se han seguido manteniendo reuniones bianuales (Bergen 2005, Londres 2007, Lovaina 2009, Budapest-Viena 2010) y las próxima reunión se desarrollará en Bucarest (2012). Desde el punto de vista legislativo, se inicia la reforma educativa a través de la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Universidades (LOMLOU), que es la que da cobertura legal y formal al proceso de Bolonia en España, puesto que en la anterior Ley Orgánica de las Universidades (LOU, 2001) no se tuvo en cuenta el proceso de Bolonia, y culmina con el Real Decreto (1393/2007, de 29 de octubre), por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales y se indica que en el curso académico 2010-2011 no podrán ofertarse plazas de nuevo ingreso en primer curso para las actuales titulaciones de licenciado. Sin embargo, para alcanzar una significativa mejora de la calidad de los estudios universitarios en nuestro país quizá fuera preciso ajustar y priorizar la oferta educativa, que todavía sigue siendo extraordinariamente amplia y diversa, como indica la magnitud de la oferta global de plazas de nuevo ingreso en la universidad, que asciende a 336.165 plazas, cifra ligeramente inferior a la del año pasado (341.332), distribuidas entre 2.387 grados y 3.089 másteres. Catedrático de Medicina Interna. Hospital Universitario La Paz. UAM. Comisión de Evaluación para la Verificación de Títulos de Grado de Ciencias de la Salud. Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). E-mail francisco.arnalich@uam.es S3 F. Arnalich Fernández Implantación del proceso de convergencia europea en los estudios de medicina Un año después, en cumplimiento de la disposición adicional novena de este decreto, el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) publica una orden ministerial (Orden ECI/332/2008, de 13 de febrero), por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de médico. En el anexo de esta orden se detalla la estructura del nuevo grado de Medicina, siguiendo las directrices del Libro Blanco de ANECA. De este modo, la orden ministerial se convierte en la norma obligada sobre la que se redactan los planes de estudio de los nuevos grados de Medicina. En el anexo de esta orden se detallan los objetivos del nuevo grado, aunque son formulados en realidad como un conjunto de 37 ‘competencias específicas’ más que objetivos propiamente dichos. De este modo se recogen las 34 competencias definidas por el Libro Blanco de la Titulación de Medicina (Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina Españolas, 20 de abril de 2005), a lo que se añaden otras tres competencias adicionales. Además, se detalla la estructura del plan de estudios, que debe incluir como mínimo los cinco módulos siguientes: • Morfología, estructura y función del cuerpo humano (64 ECTS). • Medicina social, habilidades de comunicación e iniciación a la investigación (30 ECTS). • Formación clínica humana (100 ECTS). • Procedimientos diagnósticos y terapéuticos (40 ECTS). • Prácticas tuteladas y trabajo de fin de grado (60 ECTS). Se reservan los restantes 30 créditos para la oferta de 30 créditos en materias optativas, y entre ellas los estudiantes podrán obtener un reconocimiento académico de 6 créditos por la participación en actividades universitarias culturales, deportivas, de representación estudiantil, solidarias y de cooperación. Junto al proceso de implantación del grado de Medicina, conforme a los principios de la convergencia europea, se ha emprendido una poS4 lítica de incremento en el número de las plazas ofertadas para iniciar los estudios de medicina, de forma no consensuada, en opinión de los decanos de las facultades de medicina (‘Bolonia: los mismos medios, menos libertad de cátedra y más burocracia’. Diario Médico, 21 de abril de 2009). El MEC, según ha expresado el profesor Gabilondo, ha admitido que desde el curso 20062007 se ha producido un incremento de plazas del 41,2%, de forma que se podrá cumplir en cuatro años el compromiso firmado con Sanidad de crear 2.000 plazas nuevas de medicina en cinco años. Actualmente existen 39 facultades de medicina en España, 31 públicas y 8 privadas (frente a las 27 facultades existentes en el 2005), y el número de plazas para estudiar medicina crece un 7,1%. El próximo curso 2010-2011 podrán empezar esta carrera 6.673 alumnos, frente a los 6.229 de este curso. La única comunidad autónoma que reduce su oferta de grado es Cataluña, donde siete de sus centros no amplían ningún puesto y la facultad de la Universitat de Barcelona los reduce un 4,07%. Los incrementos más significativos, al menos en el borrador inicial de adjudicaciones, se dan en Córdoba (20,83%), La Laguna (15,38%), Santiago de Compostela (14,29%), Santander y Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid (11,11%). Por comunidades autónomas, Madrid (1.291) y Andalucía (1.145) lideran la oferta de plazas para el próximo curso, y entre las dos suman el 35,15% del total de puestos. Aportaciones de la reforma del plan de estudios de medicina Adquisición de ‘competencia clínica’ como principal objetivo docente El objetivo específico del grado de Medicina es la formación de profesionales capaces de indicar y realizar actividades dirigidas a la promoción, mantenimiento y recuperación de la salud. De este modo, el nuevo rol de las facultades de medicina será (Fig. 1): • Enseñar el conocimiento, habilidades y actitudes que necesitará el estudiante para practicar la medicina. • Certificar que cada graduado es clínicamente competente. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Aportación del nuevo grado de Medicina al EEES Figura 1. El nuevo rol de las facultades de medicina después de la adaptación al proceso de Bolonia. Competencia clínica es el conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores necesarios para la ejecución de acciones relacionadas con la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, e igualmente necesarios para la interacción interpersonal (pacientes, familiares, otros profesionales) en la búsqueda de soluciones a los graves problemas de salud. Dicho de otra manera, la competencia clínica requiere el dominio de conocimientos específicos, propios de cada patología, de habilidades de comunicación y de organización, de habilidades y destrezas para trabajar en equipo y para solucionar problemas, y de habilidades para el razonamiento en función de las evidencias encontradas. Igualmente engloba valores tales como la vocación de servicio, la sensibilidad social, la responsabilidad, el compromiso, la empatía... (Fig. 2). Un primer año bien definido (60 créditos) de formación básica Esta formación es común y obligatoria para todas las facultades de medicina. El 60% de la carga docente (36 ECTS) se configura por materias básicas comunes a los diferentes grados de la rama de Ciencias de la Salud (Anatomía Animal, Anatomía Humana, Biología, Bioquímica, Estadística, Física, Fisiología, Psicología) o por otras © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 materias siempre que se justifique su carácter básico para la formación inicial del estudiante o su carácter transversal. De este modo se facilita el reconocimiento de créditos cursados en otros títulos (Enfermería, Fisioterapia, Farmacia, Veterinaria, etc.) al estudiante que cambia su orientación y solicita el traslado al grado de Medicina. Descripción objetiva y comparable de cada módulo y materia del plan de estudios Incluye la enumeración de las competencias que adquiere el estudiante en cada módulo o materia, una breve descripción de sus contenidos y su equivalencia de carga docente en número de créditos, los diferentes tipos de actividades formativas previstas, así como la metodología de enseñanza-aprendizaje y su relación con las competencias que debe adquirir el estudiante. También se define el sistema de evaluación de la adquisición de las competencias y el sistema de calificaciones. Inclusión de prácticas externas obligatorias (54 ECTS) y trabajo de fin de grado Se desarrollan en los últimos semestres del grado, preferentemente durante el sexto año (Tabla). Consta de estancias tuteladas en hospitales y centros de atención primaria, de manera que S5 F. Arnalich Fernández Figura 2. Componentes de la competencia clínica. el estudiante adquiera experiencia clínica en seis áreas distintas. Presenta las siguiente competencias específicas: • Aplicar los conocimientos, desarrollar habilidades clínicas transversales, trabajar en equipo multiprofesional. • Adquirir capacidad para relacionar las diferentes materias con el fin de alcanzar un conocimiento más integrador Descripción del personal académico y recursos materiales disponibles También se enumeran las instalaciones (espacios, aulas, laboratorios, equipamiento científico y técnico, biblioteca, salas de lectura, nuevas tecnologías, etc.), y los hospitales y centros sanitarios concertados para la docencia práctica, que reúnen los requisitos legales para su acreditación (Orden de 31 de julio de 1987, que establece las bases generales del régimen de conciertos entre las universidades y las instituciones sanitarias). Esta información no había sido ofrecida por las universidades en los anteriores planes de estudio y supone un compromiso de adecuación entre capacidad docente y oferta lectiva para garantizar el desarrollo de las actividades formativas planificadas. S6 Sistema de garantía de la calidad La información habitualmente se refiere a un sistema general de la universidad o del centro responsable de las enseñanzas aplicable al título. Limitaciones Existen una serie de aspectos mal contemplados en la actual reforma, que ya es vigente para este curso académico en todas las facultades de medicina. Entre ellos, señalemos la falta de medios económicos para una enseñanza más individualizada y las dificultades para implementar una renovada enseñanza práctica, que utilice los nuevos instrumentos de evaluación capaces de medir el nivel de competencia clínica alcanzado por el alumno en los sucesivos módulos y, muy especialmente, en las prácticas externas tuteladas. En resumen, la reforma curricular de los estudios de Medicina adaptados a Bolonia no es sino el principio de un largo camino por recorrer orientado a la mejora de la competencia profesional de los titulados. Es tiempo, pues, de innovar. Atrás debe quedar esa metodología docente obsoleta basada en la transmisión de datos y en su memorización. Innovar supone provocar ad- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Aportación del nuevo grado de Medicina al EEES Tabla. Características específicas del módulo de prácticas externas tuteladas (total: 60 ECTS). Materias ECTS Carácter Curso Unidad temporal Clínica práctica 54 Obligatorio 3.º-6.º Semestral/Anual Trabajo fin de grado 6 Obligatorio 6.º Anual miración, al atreverse a imaginar soluciones no vistas antes. Como solía decir el maestro Antoni Gaudí, ‘la originalidad consiste en el retorno al origen’. De acuerdo con esta idea, podríamos asumir que la verdadera innovación en el grado de Medicina quizá pase por el regreso a los fundamentos del proceso educativo, es decir, a la transmisión directa del saber mediante la relación estrecha entre profesor y alumno a la cabecera del paciente, día a día. Por lo tanto, se puede afirmar que después de este año seguirá existiendo la necesidad de más Bolonia. ¡Gracias, Bolonia! Bibliografía 1. Christensen L. The Bologna process and medical education. Med Teach 2004; 26: 625-9. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 2. Global Minimum Essential Requirements in Medical Education. Institute for International Medical Education Core Committee. Med Teach 2002; 24: 130-5. 3. Miller GE. The assessment of clinical skills/competence/ performance. Acad Med 1992; 65 (Suppl): S63-7. 4. Epstein R, Hundert E. Defining and assessing professional competence. JAMA 2002; 287: 226-35. 5. Kronfly E, Ricarte JI, Juncosa S, Martínez-Carretero JM. Evaluación de la competencia clínica de las facultades de medicina de Cataluña, 1994-2006: evolución de los formatos de examen hasta la evaluación clínica objetiva y estructurada (ECOE). Med Clin (Barc) 2007; 129: 777-84. 6. Lobato RD, Lagares A, Alén JF, Alday R. El desarrollo del proceso de ‘Bolonia’ y el Grado de Medicina. Situación actual y expectativas para su implantación definitiva. Neurocirugía 2010; 21: 146-56. 7. Oriol A. Plan Bolonia: ‘mucha mística y pocos recursos’. Diario Médico (Suplemento Especial Formación), 28 de enero de 2010; p. 12. S7 CONFERENCIA Técnicas y recursos educativos en la enseñanza de la medicina José Carretero González Introducción Hablar de técnicas y recursos educativos en la enseñanza de la medicina y, en general, de todas las titulaciones de la rama de Ciencias de la Salud, va íntimamente ligado al proceso de cambio que el cambio de licenciaturas a grado se está llevando actualmente en nuestro país. Para saber si hay o no que cambiar las técnicas y los recursos o bien incorporar alguno de ellos a los ya existentes, en primer lugar, cabe preguntarse ¿qué se busca? El diagnóstico de la situación actual podría sintetizarse afirmando que la reforma de las metodologías educativas se percibe como un proceso que es imprescindible abordar para una actualización de la oferta formativa de las universidades españolas, y que, de hecho, está ya de alguna forma en marcha, lo que no es óbice para que concite todavía no pocas incertidumbres. El proceso de construcción del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) se percibe como la oportunidad perfecta para impulsar una reforma que no debe quedarse en una mera reconversión de la estructura y contenidos de los estudios, sino que debe alcanzar el meollo de la actividad universitaria, que radica en la interacción profesores-estudiantes para la generación del aprendizaje, teniendo muy claro cuál es el objetivo final. Para ello hay que considerar que un proyecto docente lleva implícito en su propia naturaleza la finalidad del aprendizaje y que un propósito fundamental de la enseñanza es garantizar que, al culminar los estudios universitarios, el estudiante llegue a ser un autodidacta eficaz, para lo cual resulta necesaria la formación cul- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 tural, integral, profesional y crítica de los estudiantes. A este respecto, un gran problema lo suscita el hecho de definir a los protagonistas del proceso. El principio básico que informa este modo de desarrollar la enseñanza es que los alumnos tienen que ser protagonistas de su propio proceso educativo, lo que conlleva un aprendizaje significativo y de mayor calidad. Decano de la Facultad de Medicina. Universidad de Salamanca. E-mail jcar@usal.es Aprendizaje Las personas tenemos una potencialidad natural para aprender. El aprendizaje significativo se da cuando el alumno percibe el mensaje como algo relevante para sus propios intereses. Debe partir del contexto y experiencia personal del alumno, y el establecer un clima de confianza y no de intimidación mejora el aprendizaje. La mayor parte del aprendizaje significativo se alcanza mediante la practica. El aprendizaje debe incluir las distintas formas de aprender: experiencia, reflexión, conceptualización y experimentación. Debe desarrollar la autonomía del alumno e inculcar la autocrítica y la autoevaluación frente a la evaluación externa. Todo ello se facilita si el alumno es protagonista y responsable del proceso de aprendizaje. Proceso docente El proceso docente debe ser motivador para estudiante y profesor. En él, el profesor debe actuar como guía y orientador. Este proceso debe baS9 J. Carretero González sarse en el manejo de fuentes de conocimiento y no de apuntes. Por ello, el proceso docente exige la selección, por el profesor, de los materiales y métodos docentes para cada objetivo específico a alcanzar, que debe plantearse y plasmarse finalmente en la consecución de resultados. Para ello, el profesor debe organizar situaciones de aprendizaje individual o colectivo. A la vez, el profesor es el elemento evaluador del avance del aprendizaje, para lo que debe considerar la adquisición de conocimientos, capacidades y competencias. Por tanto, el proceso docente debe plantearse como el desarrollo de una propuesta partiendo de un nuevo concepto: el proceso enseñanzaaprendizaje. El proceso enseñanza-aprendizaje tiene dos elementos activos: la enseñanza (protagonista: profesor) y el aprendizaje (protagonista: alumno). El proceso sólo será eficaz si contempla los dos elementos activos sin énfasis hacia uno de ellos. Cada momento del proceso debe exigir de forma secuencial la participación dominante de uno de los elementos activos. Hablamos pues de mantener e incorporar metodologías educativas que, en ambos casos, deberán enfocarse hacia el aprendizaje centrado en el estudiante, el fomento de la adquisición de competencias y el acompañamiento tutorial como guía del estudiante. Estrategias docentes En toda estrategia deben buscarse unos objetivos claros; en el caso que nos atañe, formar buenos profesionales médicos, considerando al estudiante como elemento activo del proceso de aprendizaje y al profesor como el elemento pasivo del proceso docente. En la universidad española predominan las metodologías tradicionales en la enseñanza, con la incorporación parcial de nuevas metodologías: la enseñanza integrada en forma parcial o total, en sentido transversal o vertical, y el aprendizaje basado en la resolución de problemas (problembased learning). Metodologías de formación La lección magistral sigue siendo la práctica pedagógica dominante en los centros universitarios españoles y, potencialmente, no está indicada su S10 desaparición; es necesario el rediseño de sus objetivos y contenidos, debiendo ser orientadora y discriminadora. La realización de seminarios de ejercicios, resolución de problemas y discusión de casos prácticos, que ya se viene realizando, es un claro exponente a potenciar. Se considera conveniente reforzar las enseñanzas de tipo práctico, ya sea en la modalidad de prácticas vinculadas a asignaturas o en la modalidad de prácticas preprofesionales, rotatorias o tuteladas. La tutoría profesor-estudiante, orientada a complementar las clases y el propio trabajo de los alumnos, se considera otra práctica a potenciar. También las tecnologías informáticas están destinadas a seguir desempeñando un papel fundamental en la renovación metodológica. El desarrollo informático permite a profesores y estudiantes un acceso rápido y exhaustivo a la información a través de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), las plataformas educativas y otros recursos electrónicos. Justificación de cambios Los cambios en los conocimientos de los problemas de salud, la velocidad de adquisición de conocimientos por la comunidad científica, la obsolescencia de los conocimientos adquiridos en el Grado y la medicina basada en la evidencia constituyen razones suficientes como para plantearse la posible necesidad de los cambios, orientados siempre a optimizar el proceso de incorporación de nuevos conocimientos a la formación de los médicos y a la práctica médica. Innovación docente ¿Por dónde debería caminar la innovación docente? Los movimientos pendulares rara vez son la solución de los problemas porque probablemente ni todo lo que había era malo, ni todo lo que venga será bueno. El concepto que debe primar en el camino a seguir para una innovación docente viene de la mano de la elaboración de materiales docentes en vez de remitir al alumno a apuntes más o menos obsoletos y muchos de ellos mal elaborados al no estar supervisados por los profesores. El empleo de las TIC para la elaboración de los nuevos materiales docentes puede resultar de gran © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Técnicas y recursos educativos en la enseñanza de la medicina ayuda, ya que permite elaborar ‘píldoras’ formativas o informativas y desarrollar materias o asignaturas en sistema OCW, incluyendo estos contenidos en plataformas e-learning que permitan el acceso a vídeos, tutorías de distinto tipo (académica, proactiva, reactiva, supervisora, de seguimiento, personal o de orientación profesional). En la innovación docente es necesario desarrollar, fomentar y exigir la participación activa del alumnado a través de un aprendizaje centrado en el estudiante, basado en proyectos y en casos prácticos, con una participación activa en las prácticas y en la búsqueda de la información, fomentando en lo posible el trabajo en grupo supervisado. Los nuevos recursos y las nuevas técnicas educativas son herramientas que deberían usarse para elaborar nuevos formatos de enseñanza que sean coherentes, aplicando metodologías de participación activa del estudiante. Se usarán si promueven el aprendizaje autónomo, facilitan el trabajo en equipo y optimizan el rendimiento de los estudiantes en su proceso de aprendizaje. El bagaje de recurso y técnicas educativas es muy amplio hoy día. El primero de todos y más clásico es el aula (actualmente dotada de diversos instrumentos que pueden utilizarse dependiendo del momento educativo, como la pizarra, los recursos electrónicos, la pizarra interactiva digital o la Tablet PC). Estos instrumentos permiten explicaciones sobre presentaciones o vídeo, modificar o añadir contenido en tiempo real, digitalizar en tiempo real y almacenar los resultados de la explicación. Además del aula, en el aprendizaje de la medicina hay muchos más recursos que, junto a la realidad del paciente o del momento experimental, también permiten emplear todo el bagaje instrumental. Esos recursos podríamos concretarlos en los laboratorios básicos, las unidades de simulación, los hospitales universitarios (elemento básico en la formación médica) y la biblioteca (con sus libros y, además, ahora con los cards, CD, DVD, online, student consulting). El portafolio podría definirse como un elemento de seguimiento, guía y evaluación para que el estudiante aprenda trabajando. Permite la participación del alumno, individual o en grupo. Obliga a la búsqueda de información en libros, atlas, Internet, etc. Incide en la adquisición de conocimientos que sean útiles para el ejercicio profesional y permite completar y complementar © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 aspectos docentes, principalmente a través del aprendizaje basado en problemas. Al aula clásica se ha incorporado en la formación de los médicos el aula informática o el aula virtual que permite, a través de un proceso presencial, la consulta electrónica, el uso de plataformas educativas, tutorías grupales o individuales por Internet, la documentación a distancia, la información y el trabajo en red, la evaluación continuada y la autoevaluación, entre otros procesos educativos. El acceso en los hogares a través de ordenador a redes de comunicación, cada día más extendidas y con mayores capacidades y velocidades de actuación, permite incorporar un nuevo concepto: el aula en casa, pudiéndose desarrollar simulaciones electrónicas de procesos docentes. Es una herramienta docente muy útil en los procesos de educación a distancia y telemedicina. Igualmente ocurre con la telefonía por satélite. El uso de telefonía móvil es un hecho cotidiano en nuestras vidas; la telefonía por satélite permite el acceso a información segura y no sesgada que puede utilizarse para el aprendizaje e incluso para la práctica de la medicina, existiendo ya en la actualidad desarrollos para ello. Proceso evaluador en el aprendizaje de la medicina La evaluación es necesaria en todo proceso de aprendizaje y debe utilizarse como una herramienta de formación dentro de él. Es necesario evaluar conocimientos a través de pruebas escritas, especialmente las de preguntas de elección múltiple, al ser en principio más objetivas. Hay que evaluar competencias a través de exámenes orales y pruebas escritas cortas o largas. También hay que evaluar la actuación mediante simulaciones del tipo de las evaluaciones clínicas objetivas y estructuradas (ECOE). Por último, es necesario evaluar la práctica, el ejercicio profesional de la medicina, mediante auditorías de historia clínica, de decisiones clínicas, de la empatía con el paciente y sus familiares, y de práctica asistencial. Para analizar los resultados del proceso de aprendizaje también es necesario desarrollar encuestas de satisfacción y realizar el proceso a través de una valoración formativa individual y grupal. S11 J. Carretero González Reflexión final En la universidad, nadie se cuestiona la necesidad de avances cuando se habla de investigación. Todos los profesores universitarios estamos dispuestos a realizar un proceso de formación continua y una puesta al día de las técnicas y conocimientos relativos a nuestro background investigador. ¿Por S12 qué no ocurre así con la docencia? Los profesores necesitamos aprender el proceso de cambio, cambiar los esquemas de conocimiento y los sistemas de transmisión de éste, considerar nuestra parcela docente como una parte de un todo y no como un todo aparte, y estar dispuestos a que nuestra labor docente sea evaluada a través de un correcto control de calidad. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 CONFERENCIA Un modelo de aprendizaje multiprofesional en ciencias de la salud: innovación docente como respuesta a las necesidades emergentes de nuestra sociedad Joaquim Coll a, Dolors Bernabeu b, Cristina Cervantes c, Maria Nolla d, Josep M. Muniesa c, Jordi Tor a, Florentina Zapico b, Natalia Pueyo d, Josep Nebot Cegarra a Introducción La Facultad de Medicina de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ha impulsado un nuevo modelo de enseñanza de las ciencias de la salud, un modelo integrador que aglutina los estudios de medicina, enfermería y fisioterapia en un mismo contexto educativo. Desde el año 1969, la Facultad de Medicina imparte docencia en los estudios de medicina. Casi 40 años después de acoger la primera promoción de estudiantes de medicina, y coincidiendo con los cambios docentes que implica la Declaración de Bolonia y el nuevo Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), la Facultad de Medicina ha optado por un proyecto pionero que tiene el objetivo de estimular los valores de solidaridad, tolerancia y el espíritu de servicio entre los futuros profesionales de las ciencias de la salud. Para conseguirlo, se han elaborado unos planes de estudio basados en la enseñanza y en la programación docente multiprofesional. Aprendizaje multiprofesional: hacia un nuevo modelo docente La Facultad de Medicina de la UAB dispone de una amplia red de infraestructuras docentes y asistenciales (Tabla I; Figura) que permite plantearse y cuestionar los modelos tradicionales de las facultades de medicina. Históricamente, los estudios de medicina se han basado en currículos de enseñanza uniprofesional, en los que los estudiantes de medicina alcanzan las competencias propias de su profesión, pero no comparten © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 ninguna actividad docente, ni tampoco el mismo contexto físico, con los estudiantes de los otros ámbitos de las ciencias de la salud (enfermería, fisioterapia, terapia ocupacional) [1]. El aprendizaje uniprofesional es importante para desarrollar conocimientos, habilidades y actitudes propias de la profesión. Sin embargo, las rutinas sanitarias se basan en el trabajo en equipos interdisciplinarios, en la colaboración profesional y en la toma de decisiones en grupo, por lo que una interacción entre los futuros profesionales es crucial para garantizar un servicio asistencial de calidad y enfocado a la atención social [2]. Las razones principales para fomentar la enseñanza integradora entre estudiantes de diferentes perfiles profesionales son [3]: a b c d Profesor del grado de Medicina. Profesor del grado de Enfermería. Profesor del grado de Fisioterapia. Unidad de Educación Médica. Universitat Autònoma de Barcelona. E-mail joaquim.coll@uab.cat • Modificar actitudes negativas y pensamientos estereotipados. • Detectar deficiencias en la confianza y en la comunicación entre profesionales. • Reforzar las competencias de colaboración y trabajo en equipo. • Mejorar la calidad de los servicios asisten­ ciales. • Mejorar la satisfacción en el trabajo. • Crear una fuerza laboral más flexible. • Integrar las especializaciones y desarrollar una atención al paciente integral. En este contexto, la Facultad de Medicina de la UAB ha optado por el aprendizaje compartido, en el que uno o más estudiantes de diferentes ámbitos de las ciencias de la salud aprenderán conjuntamente desarrollando competencias de trabajo en equipo. S13 J. Coll, et al Figura. Grados en la Facultad de Medicina de la UAB. Para alcanzar este objetivo, la facultad ha decidido acoger la docencia simultánea de los grados de Medicina, Enfermería y Fisioterapia. Reunir los estudiantes de estas ramas de las ciencias de la salud ha de permitir diseñar una docencia multiprofesional que proporcione a los estudiantes de las tres titulaciones las herramientas para adquirir habilidades, actitudes o conocimientos, compartiendo un mismo espacio físico y utilizando conjuntamente los mismos materiales de aprendizaje, a la vez que en determinadas materias podrán compartirse profesores con diversas formaciones profesionales. Los estudiantes compartirán las instalaciones de la Unidad Docente de Ciencias Médicas Básicas, situada en el campus de la UAB, durante los primeros cursos de formación básica en el ámbito de las ciencias de la salud, para que alcancen los siguientes resultados de aprendizaje: • Demostrar la comprensión de los roles, las expectativas y los límites de la salud de otras profesiones sanitarias. S14 • Identificar los principios clave que facilitan el trabajo interprofesional eficaz. • Explicar cómo las mejoras en el trabajo interprofesional pueden ser importantes para el paciente. • Discutir y reflexionar sobre las oportunidades y limitaciones provocadas por las percepciones que los profesionales de la salud tienen unos de otros. • Proporcionar y evaluar modelos de colaboración entre la salud y diversas profesiones de atención social. • Analizar y criticar los modelos de aprendizaje interprofesional y de trabajo interprofesional. Con esta estrategia, la Facultad de Medicina pretende convertirse en un centro docente de innovación curricular que marque una nueva forma de comprender la formación de los futuros profesionales de las ciencias de la salud. La Facultad de Medicina no sólo acoge las tres titulaciones de Medicina, Enfermería y Fisioterapia, sino que también participa en la formación © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Modelo de aprendizaje multiprofesional en ciencias de la salud de los graduados de Medicina (grado compartido con la Universitat Pompeu Fabra), de los graduados en Ciencias Biomédicas (docencia compartida con la Facultad de Biociencias) y de los graduados de Logopedia (docencia compartida con la Facultad de Psicología). El modelo docente de la Facultad de Medicina de la UAB se acerca a modelos de aprendizaje multiprofesionales que ya se han implementado desde hace unos años en otros centros, como la Universidad de Linköping (Suecia) –que ofrece un curso de diez semanas, denominado ‘Man in Society’, que está abierto a la participación de estudiantes de medicina, enfermería, fisioterapia, trabajo social y terapia ocupacional–, y la Universidad de Bristol (Reino Unido), la Universidad de British Columbia (Canadá), la Universidad de Newcastle (Australia), la Universidad de Nevada (Estados Unidos), y la Universidad de San Bart’s (Reino Unido), que ofrecen cursos compartidos por estudiantes de medicina, enfermería, fisioterapia y trabajo social [2]. Estrategia de implementación La estrategia que plantea la Facultad de Medicina abarca diferentes fases de implementación del aprendizaje multiprofesional. Durante la primera fase, el objetivo de la facultad ha sido conseguir que se impartan los grados de Medicina, Enfermería y Fisioterapia en la Unidad Docente de Ciencias Médicas Básicas. Durante dos años se ha estado trabajando en diferentes comisiones, un proceso que ha culminado con la aprobación, por parte de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), de los planes de estudio presentados por la Facultad de Medicina: grados de Medicina, Enfermería y Fisioterapia. Desde el curso 2009-2010, la Facultad de Medicina imparte el grado de Enfermería y la licenciatura de Medicina (a partir del curso 2010-2011 será el grado de Medicina) en la Unidad Docente de Ciencias Médicas Básicas. Este primer año de integración del grado de Enfermería en la facultad ha provocado un cambio en la forma de comprender la docencia, ya que los profesores propios de las ciencias médicas básicas han estado trabajando conjuntamente con los profesores vinculados al Departamento de © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Tabla I. Recursos asistenciales (camas) al servicio de la docencia en la Facultad de Medicina de la UAB. Unidades docentes 3.226 Hospitales concertados 1.808 Institutos universitarios 350 Total 5.384 Camas de agudos 3.769 Camas sociosanitarias (30%) 1.615 Centros de Atención Primaria 64 Enfermería (de nueva creación) en el diseño de las asignaturas. La enseñanza multiprofesional ha sido el mayor reto en esta primera fase, en la que se ha puesto en marcha un diálogo sobre las metodologías docentes, las competencias y los contenidos de las asignaturas, generando nuevos impulsos y enriqueciendo las propuestas docentes tradicionales con módulos compartidos entre estudiantes de medicina y de enfermería y otras actividades optativas de enseñanza multiprofesional. Estas primeras aproximaciones a un aprendizaje integrado entre medicina y enfermería han constituido una prueba piloto que se continuará desarrollando con la integración de los estudios del grado de Fisioterapia en la facultad, que coincide también con el primer curso del grado de Medicina que empezará a impartirse a partir del curso 2010-2011. Un total de 540 estudiantes de nuevo ingreso se incorporarán a la facultad durante este curso. Las infraestructuras de la Facultad de Medicina permiten una gestión flexible de los estudios y la adaptación a las futuras demandas sociales. Teniendo en cuenta que el diseño del currícu­ lo según las directrices del EEES ha permitido configurar los primeros cursos de los grados con asignaturas de formación básica en ciencias de la salud, se fomenta la programación de espacios de integración y de aprendizaje multiprofesional. S15 J. Coll, et al En la tabla II se muestran las asignaturas de formación básica de los tres grados. Se señalan en cursiva las asignaturas susceptibles de permitir una docencia compartida, total o parcialmente, entre los diferentes perfiles de estudiantes de la facultad, en base a la disponibilidad de profesorado, la respuesta de los propios estudiantes, la evaluación periódica y los resultados obtenidos en el proceso de aprendizaje. Dada la gran innovación docente que esto ha de suponer, se opta por un desarrollo progresivo del programa de innovación. Actualmente, en algunas asignaturas ya se están diseñando módulos de aprendizaje multiprofesional donde los profesores podrán trabajar con equipos mixtos de diferentes titulaciones. Otras formas de enseñanza multiprofesional que se pretende llevar a cabo, a corto plazo, son: • Seminarios compartidos entre las tres titulaciones. • Prácticas compartidas en el aula de habilidades. • Actividades optativas y complementarias a las asignaturas. En general, la Facultad de Medicina de la UAB continuará trabajando para implementar, progresivamente, el aprendizaje multiprofesional. Las diferentes fases de este proceso, que abarcará los próximos 5-6 años, se relacionan en la tabla III. Modelos docentes de la Facultad de Medicina de la UAB Además del aprendizaje multiprofesional, la Facultad de Medicina también opta por otros modelos de innovación curricular. Grado de Medicina S16 • Liberar el último curso de asignaturas obligatorias para facilitar al estudiante una inmersión completa en los servicios y centros asistenciales durante las prácticas clínicas tuteladas. • Incorporar el aprendizaje integrado en medicina en el plan de estudios. • Fomentar el contacto precoz de los estudiantes con el sistema sanitario, desde el primer curso. • Estructurar la oferta de asignaturas optativas en menciones. El estudiante podrá optar por una de las siguientes menciones: • • • • • • Mención en Clínica Médica. Mención en Cirugía Clínica. Mención en Laboratorio Clínico y Experimental. Mención en Salud Materno-Infantil. Mención en Salud Pública y Servicios de Salud. Mención en Salud Mental. La apuesta por las menciones en el grado de Medicina tiene en cuenta el discurso social existente en este momento sobre la necesidad de troncalidad en la formación especializada. El plan de estudios ha optado por un modelo innovador en el cual las asignaturas optativas clásicas permiten al alumno iniciarse en un cierto componente de troncalidad para su futura especialización. Grado de Enfermería La formación básica se realiza mayoritariamente en el primer curso. La formación nuclear de la titulación se distribuye básicamente entre segundo y tercero, y en el cuarto año se desarrollan las materias optativas, las prácticas clínicas y el trabajo de fin de grado. El modelo docente del grado de Enfermería se basa en los siguientes principios: La formación básica se realiza entre el primer y el segundo curso. La formación nuclear clínica de la titulación se distribuye entre tercero, cuarto y quinto, y el sexto año se dedica, básicamente, al rotatorio de prácticas clínicas y al trabajo de fin de grado. Las asignaturas optativas se pueden cursar entre segundo y sexto curso. El grado de Medicina se estructura siguiendo cinco principios básicos: • Basar la docencia en la metodología de aprendizaje basado en problemas. • Facilitar al estudiante la integración en los servicios y centros asistenciales durante las prácticas clínicas. • Estructurar la oferta de asignaturas optativas en menciones. • Concentrar la formación básica en los primeros dos cursos. El estudiante podrá optar por una de las siguientes menciones: © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Modelo de aprendizaje multiprofesional en ciencias de la salud Tabla II. Asignaturas de formación básica de los grados de Medicina, Enfermería y Fisioterapia (en cursiva, asignaturas susceptibles de ser parcial o totalmente compartidas). Medicina Curso Sem. 1 1 Anual 1 2 2 Anual Asignatura Carácter ECTS Materia Introducción a las ciencias de la salud FB 6 Propedéutica de las ciencias de la salud Biología celular FB 6 Biología Anatomía humana I FB 9 Anatomía humana Biofísica FB 7 Física Bioestadística FB 6 Estadística Bioquímica y biología molecular humana FB 12 Bioquímica Psicología médica FB 6 Psicología Fisiología médica I FB 8 Fisiología Fisiología médica II FB 8 Fisiología Estructura microscópica de aparatos y sistemas FB 6 Histología Anatomía humana II FB 9 Anatomía humana Total formación básica 83 Enfermería Estructura del cuerpo humano FB 6 Anatomía humana Ciencias psicosociales FB 6 Psicología Función del cuerpo humano I FB 6 Fisiología Metodología científica y bioestadística FB 6 Estadística Cultura, sociedad y salud FB 6 Sociología Comunicación y TIC FB 6 Comunicación Función del cuerpo humano II FB 6 Fisiología Nutrición FB 6 Nutrición 1 Comunicación terapéutica FB 6 Psicología 2 Farmacología FB 6 Farmacología 1 1 2 2 Total formación básica 66 Fisioterapia Anatomía humana I FB 6 Anatomía humana Bases biológicas del cuerpo humano FB 9 Fisiología Biofísica y biomecánica FB 6 Biofísica Metodología científica y bioestadística FB 6 Estadística Función del cuerpo humano FB 9 Fisiología Anatomía humana II FB 6 Anatomía humana Psicología humana FB 6 Psicología 1 Conceptos clínicos patológicos. Técnicas de diagnóstico FB 6 Patología humana 2 Patología medicoquirúrgica FB 6 Patología humana 1 1 2 2 Total formación básica © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 60 S17 J. Coll, et al Tabla III. Fases en el aprendizaje multiprofesional en la Facultad de Medicina de la UAB. • • • • Fase Objetivo 1. Coexistencia multiprofesional Compartir el material docente entre las asignaturas de las titulaciones Elaborar material docente que pueda servir para los tres grados 2. Aprendizaje multiprofesional por módulos Compartir módulos de asignaturas Compartir las prácticas en el aula de habilidades 3. Aprendizaje multiprofesional por asignaturas Compartir asignaturas (p. ej., metodología científica y bioestadística, psicología humana...) 4. Aprendizaje multiprofesional integral Compartir todas las asignaturas de formación básica entre las tres titulaciones Mención en Infancia y Salud. Mención en Vejez y Salud. Mención en Salud Mental a lo largo de la vida. Mención en Salud y Comunidad. Grado de Fisioterapia La formación básica se realiza mayoritariamente en el primer curso. La formación nuclear de la titulación se distribuye básicamente entre segundo y tercero, y en el cuarto año se desarrollan las materias optativas, las prácticas externas y el trabajo de fin de grado. El modelo docente del grado de Fisioterapia se basa en los siguientes principios: • Ofrecer una formación en fisioterapia en el ámbito público y adaptada a las necesidades emergentes de la sociedad. • Facilitar al estudiante la integración en los servicios y centros asistenciales durante las prácticas clínicas. • Estructurar la oferta de asignaturas optativas en menciones. El estudiante podrá optar por una de las siguientes menciones: • Mención en Fisioterapia del Aparato Locomotor. • Mención en Fisioterapia Neurológica. • Mención en Fisioterapia Cardiaca y Respiratoria. S18 Aportaciones de innovación docente de la Facultad de Medicina de la UAB En 1988, la Organización Mundial de la Salud [4] ya destacó que si los profesionales de la salud aprenden a colaborar juntos desde la etapa de estudiantes, también tendrán más facilidad de trabajar conjuntamente en equipos clínicos o laborales. La integración de los estudios de medicina, enfermería y fisioterapia en un mismo espacio docente acerca la visión de los estudiantes a la realidad asistencial multiprofesional, ya que se acabarán incorporando como profesionales dentro del ámbito de la salud, demostrando unos valores basados en la empatía, el respeto y la comprensión del paciente. Ante este gran reto docente, las aportaciones de innovación docente básicas que se ha propuesto fomentar en la facultad son: • La docencia basada en un modelo multiprofesional donde se integren los estudiantes de las tres titulaciones (Medicina, Enfermería y Fisioterapia), para compartir y construir su aprendizaje de forma activa, aprendiendo unos junto a otros. • El contacto precoz con el sistema sanitario, facilitando al estudiante que se familiarice con el primer nivel del sistema sanitario, los Centros de atención primaria y centros sociosanitarios (dependencia, geriatría, salud mental, entre otros). © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Modelo de aprendizaje multiprofesional en ciencias de la salud • La creación de asignaturas integradas, con el objetivo de ofrecer una visión holística de las ciencias de la salud al estudiante. • La metodología de aprendizaje basado en problemas, que otorga un rol activo al estudiante. • La oferta de asignaturas optativas en menciones, ofreciendo al estudiante la posibilidad de profundizar en los ámbitos de su interés. Además de estas estrategias curriculares, un punto clave en la gestión de los estudios es la gran red de infraestructuras de las que dispone la Facultad de Medicina de la UAB, y que permite adaptarse fácilmente a las demandas sociales en el ámbito de las ciencias de la salud. Así, el aumento (o reducción) de la oferta de plazas de las tres titulaciones, según las demandas actuales del sector, se puede llevar a cabo con mucha flexibilidad y un gasto público mínimo. En conclusión, el modelo de innovación docente que se pretende aplicar permite afrontar un reto social y económico de gran importancia en estos momentos. Se trata de un sistema docente innovador que se adapta a las directrices del EEES y a las necesidades sociales de profesionales de nuestro país. Además, el modelo sigue las reco- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 mendaciones de la Organización Mundial de la Salud en cuanto a la enseñanza multiprofesional: que estudien juntos los que trabajarán juntos en un futuro. Bibliografía 1. McKimm J, Brake DJ. Interprofessional education. London: London Deanery; 2010. URL: http://www.faculty. londondeanery.ac.uk/e-learning/interprofessional-education. [16.05.2010]. 2. Freeth D. Understanding medical education guide: interprofessional education. Association for the Study of Medical Education (ASME). Edinburgh: ASME; 2007. 3. Barr H. Interprofessional education: today, yesterday and tomorrow. London: Learning and Teaching Support Network, Centre for Health Sciences and Practice; 2002. URL: http://meds.queensu.ca/quipped/assets/IPE Today, Yesterday & Tmmw (Barr).pdf. [16.05.2010]. 4. Grupo de Estudio de la Organización Mundial de la Salud. Aprender juntos a trabajar juntos por la salud: informe de un grupo de estudio de la OMS sobre educación multiprofesional del personal de salud, el criterio de equipo. Geneva: OMS; 1988. S19 CONFERENCIA I+D+i en educación médica José A. Gutiérrez Fuentes Sir William Osler, en su discurso de apertura del Instituto Wistar de Anatomía y Biología (Filadelfia, 21 de mayo de 1894), significativamente titulado ‘La levadura de la Ciencia’, dice: ‘Especialmente para el médico, una disciplina científica es un don incalculable que fermenta toda su vida’. Y añade, con mayor énfasis: ‘la perdición espera inevitablemente a la mente del médico que nunca ha sido plenamente inoculado con la levadura, que nunca ha captado las relaciones de la ciencia con su arte, y que no sabe nada, y quizá ni le importa, de sus limitaciones’. Así que existe una ‘gran necesidad de hombres que sean pensadores además de trabajadores, hombres con ideas, que hayan bebido hasta el fondo la copa del vino astral...’. Pero no sólo los conocimientos teóricos –el vino astral– permiten hacer medicina, sino sobre todo ejercitar la mente del médico en la búsqueda de nuevos conocimientos, dado que no existe una separación formal entre la forma mental de hacer medicina y de hacer investigación. Osler insiste mucho en este punto: ‘la levadura de la ciencia proporciona a los hombres hábitos de precisión mental. Fortalece –para usar una expresión de Epicarno– los músculos y tendones del entendimiento’ [1]. Sin lugar a dudas, la medicina se estructura en torno a la aplicación de conocimientos científicos, datos fácticos en permanente revisión, obtenidos por medio de un proceso de experimentación sistematizado. Sin embargo, y desde el momento que se trata de un conocimiento que el hombre posee y aplica sobre sus pares, la medicina asistencial trasciende la aplicación de información científica. Surge, en consecuencia, una dimensión interpersonal desde donde se forja la atmósfera tera- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 péutica, ingrediente tan importante para el logro de una medicina efectiva como la presencia misma en el médico de un conocimiento científico adecuado. Es precisamente en la gestación de dicha atmósfera donde reside el componente personal, casi artístico, del acto médico. Hace unos años, en un editorial del British Medical Journal, podía leerse que las tres palabras más importantes en educación son ‘I don’t know’ (‘no lo sé’). Está claro que la práctica médica no es sencilla por su ‘inherente incertidumbre’, lo que hace que el razonamiento clínico no sea siempre fácil. Por esta razón, no es malo no saber algo siempre que esto nos motive a aprender más y a ayudar a otros a aprender [2]. La educación médica tradicional ha enfocado su énfasis en el desarrollo del conocimiento, las destrezas y actitudes, cuando en el mundo moderno no sólo se debe educar para la competitividad, sino para la capacidad de adaptarse al cambio, de generar nuevo conocimiento y de mejorar continuamente nuestro desempeño. Es en este contexto que la educación médica debe tener muy bien definidas sus metas y procesos para lograr hacer de los estudiantes personas con la capacidad de practicar la medicina. Se trata de lograr que el aprendizaje no sea sólo una transmisión de hechos y contenidos, sino más bien un proceso activo a través del cual a la vez se desarrollen destrezas y sensibilidades para toda la vida. La medicina científica trata de comprender la razón de los cambios, atribuibles a la enfermedad, acaecidos en la fisiología de un ser biológico particular, el hombre, y de prevenirlos o curarlos, enmarcándose claramente entre las ciencias de la vida, una parte de la biología [3]. Contribuir al progreso de la ciencia médica debe formar parte Director de la Fundación Lilly. E-mail j_a_gutierrez@lilly.com S21 J.A. Gutiérrez Fuentes del quehacer de cada médico, para lo que resultan imprescindibles los conocimientos teóricos. La medicina tiene la responsabilidad de investigar para progresar, y si los médicos renunciasen a esa actividad (por ejemplo, desdeñando la adquisición de conocimientos teóricos), la medicina dejaría de ser una ciencia, convirtiéndose en un conjunto acartonado de reglas de actuación [4]. El método clínico es un proceso científico que se desarrolla a partir de que el médico indaga qué le sucede al paciente, lo explora en busca de signos o síntomas orientadores, establece hipótesis diagnósticas que den explicación a lo observado, comprueba las hipótesis generadas a través de las pruebas diagnósticas complementarias, establece los principios causales y adopta la decisión de intervención y el tipo de ésta, a la vez que establece el dictamen de pronóstico causal y evolutivo. En definitiva, estamos ante un planteamiento de investigación que podrá limitarse a lo individual o extrapolarse a lo colectivo. Se trata de la aplicación de conocimientos teóricos (explicativos), a través de un procedimiento científico, para sistematizar la mera observación [3]. Siendo así que la medicina es una disciplina científica, durante el siglo xix se crearon los primeros laboratorios de investigación en los hospitales y centros asistenciales de las ciudades universitarias más conocidas de algunos países europeos y de Estados Unidos. En éstos han trabajado quienes describieron los principales agentes etiopatogénicos y los mecanismos o parámetros biológicos que subyacen al desarrollo y evolución de las enfermedades. La cultura de la investigación en los centros sanitarios es esencial y se ha ido fortaleciendo con el paso del tiempo. Razones para ello no faltan: capacita a los profesionales para actuar con criterios científicos ante los pacientes y sus padecimientos, genera colaboraciones tecnológicas externas e intercambios, exige una actualización continua de conocimientos y favorece la incorporación racional de innovaciones científicas y tecnológicas. De ésta surge la formación del médico investigador: es decir, el médico que ha aprendido a investigar y que ayuda a que el sistema sanitario pueda progresar a través de la adquisición de conocimiento. El médico investigador mejora la capacidad de comprender los problemas del paciente y de buscar las alternativas terapéuticas adecuadas, lo que redunda en una mejor calidad asistencial [5]. S22 Las facultades de medicina deberían reconocer como parte fundamental de su misión educativa el promover la investigación y la formación de investigadores. La formación investigadora es una competencia que tendría que iniciarse en la universidad. Sin embargo, hoy día, los contenidos de la carrera no dejan mucho margen para estudiar materias alejadas de la práctica médica, como son la metodología de investigación o los métodos de experimentación médica más actuales, incluida la manipulación del genoma. Hace unos años, el Howard Hughes Medical Institute, a través de la llamada ‘Comisión Boyer’, se planteaba los desafíos de la educación científica para estudiantes de pregrado en universidades que realizan investigación en Estados Unidos, y llegó, entre otras, a las siguientes conclusiones [6]: • Los estudiantes de pregrado que toman clases de ciencia en universidades que realizan investigación se encuentran a menudo en grandes salas de conferencias. La interacción que tienen con científicos investigadores prominentes va de limitada a inexistente. • La encuesta nacional de enrolamiento de estudiantes del 2001 mostró que sólo el 25% de los estudiantes del último año de todas las especializaciones en las universidades que otorgan doctorados, trabajaba en investigación con profesores, fuera de los requisitos de los cursos. • Según el Consejo Nacional de Investigación, muchos estudiantes de pregrado no toman más de un año de ciencia, y la comprensión pública de cómo se hace la ciencia y cómo piensan los científicos es pobre. • La cultura de las universidades que realizan investigación tiende a infravalorar la enseñanza entre los investigadores. • Los estudiantes de doctorado y los becarios posdoctorales en ciencias no están entrenados o motivados para la enseñanza. • Las decisiones sobre titularidad y promociones de los investigadores tienden a basarse casi enteramente en la investigación y las publicaciones, infravalorando la enseñanza. • Las reuniones científicas nacionales raramente incluyen sesiones que se ocupen de la enseñanza. Cuando lo hacen, esas sesiones no se integran en su totalidad con la reunión, reforzando la separación entre las dos actividades. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 i+D+i en educación médica Tabla I. Aspectos negativos. Tabla II. Aspectos positivos. Enfoque teórico excesivo Alumnos con elevada preparación Necesidad de adaptar programas teóricos Alumnos con alto rendimiento académico Algunas carencias formativas específicas: relaciones y comunicación Programas teóricos completos Escaso fomento de la investigación rientación a la adquisición de competencias O clínicas (definición, entrenamiento, evaluación) Examen MIR como referente Inicio de cambios e innovación educativa Escisión docencia/asistencia Resistencia al cambio Por su parte, la creación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), que tiene su origen en la Declaración de Bolonia (19 de junio de 1999), contempla entre sus objetivos los siguientes: directrices del Libro Blanco de ANECA, que determina unos objetivos resumidos en 37 ‘competencias específicas’ más la estructuración del plan de estudios con cinco módulos: • Reforzar la competitividad de la educación europea superior. • Favorecer la tasa de empleo y movilidad de los universitarios. • Adoptar un sistema comprensible y comparable de estudios. • Establecer un sistema de créditos como unidad de medida de carga docente: European Credit Transfer System (ECTS). • Promocionar la movilidad y el intercambio de estudiantes, profesores y profesionales posgraduados entre los países. • Morfología, estructura y función del cuerpo humano (64 ECTS). • Medicina social, habilidades de comunicación e iniciación a la investigación (30 ECTS). • Formación clínica humana (100 ECTS). • Procedimientos diagnósticos y terapéuticos (40 ECTS). • Prácticas tuteladas y trabajo de fin de grado (60 ECTS). En las reuniones de Praga (2001) y Berlín (2003), a estos objetivos se añadieron los tres siguientes: • Integrar el aprendizaje de por vida (life-long learning) en la estrategia educativa global. • Implicar a los estudiantes en el desarrollo del proceso. • Promover la creación de un área europea en investigación. En España, estas directrices se plasman a través de la orden ministerial (Orden ECI/332/2008, de 13 de febrero), por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de médico. En el anexo de esta orden se detalla la estructura del nuevo grado de Medicina, siguiendo las © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Se reservan los restantes 30 créditos para la oferta de materias optativas. De todo lo expuesto se deduce una clara prioridad global por el impulso a la I+D, y más concretamente por la investigación en el campo de la medicina. Para poder dar una respuesta adecuada queda patente la necesidad de que nuevos investigadores bien formados y con talento nutran los hospitales y los laboratorios. Este requisito sólo podrá verse satisfecho si se inicia, alienta y forma a los actuales estudiantes en los diferentes campos de la investigación médica. Recientemente, desde la Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-UCM [7] realizamos una encuesta a los médicos que ejercen docencia de práctica clínica en los tres hospitales vinculados a la Universidad Complutense de Madrid. Se trata de un estudio sociológico, entre los formadores clínicos de las nuevas generaciones de médicos, sobre el actual sistema de formación, las carencias, deficiencias o disfuncioS23 J.A. Gutiérrez Fuentes nes que perciben en él, y sus posibles propuestas o sugerencias para mejorarlo. Se efectuaron 435 entrevistas con afijación no proporcional a la distribución del universo entre catedráticos, profesores titulares, profesores asociados, médicos no docentes y médicos residentes. Los resultados de la encuesta pueden verse en las tablas I y II. Como barreras para la implantación de nuevos modelos, los encuestados identificaron la escasa motivación del profesorado, la falta de reconocimiento docente adecuado y la dedicación temporal. En resumen, se dan las circunstancias y el aparente convencimiento de que la I+D sigue siendo una asignatura pendiente en España. Para salvar esta situación, además de un decidido apoyo político y financiero, es necesario introducir en los planes educativos la información y entrenamiento necesarios para que los estudiantes puedan conocer y valorar la investigación como una parte del ser médico, y los que así lo deseen, hacer de ello su actividad principal. Es precisa la reestructuración de la formación de especialistas en los hospitales, incrementando los contenidos en in- S24 vestigación básica, clínica y epidemiológica, así como en el manejo de instrumentación médica. Bibliografía 1. Osler W, ed. Un estilo de vida y otros discursos con co­mentarios y anotaciones. Madrid: Fundación LillyUnión Editorial; 2007. 2. BMJ Editor’s Choice. ‘I don’t know’: the three most important words in education. BMJ 1999; 318: 7193. 3. Mayr E. This is biology, the science of the living world. Harvard: Harvard University Press; 1997. 4. Baquero F. De la enseñanza de los conocimientos teóricos en Medicina. Educ Med 2008; 11 (Supl 1): S17-20. 5. Vidal-Vanaclocha F. La formación investigadora de nuestros médicos: historia y presente. Origen asistencial de la investigación médica. Educ Med 2009; 12 (Supl 3): S51-3. 6. Howard Hughes Medical Institute. Educación científica para estudiantes de pregrado en universidades que realizan investigación. HHMI, 18 de septiembre de 2002. 7. Fundación Lilly. URL: http://www.fundacionlilly.com/ Nitro/foundation/templates/lines.jsp?page=10007. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 MESA REDONDA 1. NUEVOS PROGRAMAS DOCENTES: LA INNOVACIÓN COMO ESTRATEGIA La formación clínica como piedra angular de los estudios de medicina José L. Álvarez-Sala Walther, M. Asunción Nieto Barbero, Gema Rodríguez Trigo ¿Es la formación clínica la piedra angular de los estudios de medicina? Una primera pregunta que cabe plantear es si, verdaderamente, la formación clínica es, como indica el título de este artículo, o no la piedra angular de los estudios de medicina. Evidentemente, la respuesta a esta pregunta tiene que ser afirmativa y ello, al menos, por dos tipos de razones diferentes. La primera razón podría catalogarse como de índole legal o dependiente de normativas y disposiciones. En efecto, en la historia reciente siempre ha existido, en todos los planes de estudio que han estado vigentes hasta la fecha, en cualquier país de nuestro entorno, una referencia expresa a la necesidad de la formación clínica en los estudios de medicina. Que duda cabe que esta referencia es ahora aún mucho mayor al haberse puesto en marcha, en estos últimos años, el denominado Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). La segunda razón podría considerarse como constitutiva o consustancial con la propia medicina, es decir, ligada a la esencia misma de la profesión y al hecho de ser médico y de ejercer como tal. No obstante, la contestación a la pregunta que se ha formulado también debe matizarse o, quizás mejor, completarse con dos aseveraciones adicionales, asimismo muy importantes. Por un lado, no debe olvidarse que los conocimientos teóricos son del todo imprescindibles, incluso siendo la formación clínica la piedra angular de los estudios de medicina. Por otra parte, la investigación también es fundamental y, sin duda, inherente a la medicina. A continuación se desarrollan brevemente estos cuatro conceptos. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Fundamentos legales actuales que establecen la necesidad de la formación clínica en los estudios de medicina Varios textos legales, normativas y disposiciones de diverso rango, vigentes en el momento actual, respaldan la absoluta necesidad de la formación clínica en los estudios de medicina, así como el carácter decisivo e irrenunciable de esta formación en todos los planes que tengan como objetivo la habilitación para el ejercicio de la profesión de médico. Así, por ejemplo, en el preámbulo del real decreto 1393/2007, del Ministerio de Educación y Ciencia, en el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales, se señala que la nueva organización de la enseñanza en la universidad responde no sólo a un cambio estructural, sino que además debe impulsar una modificación en los métodos docentes, que han de centrar su objetivo en el proceso de aprendizaje del estudiante, proceso que debe insertarse en un contexto que se extiende a lo largo de la vida [1]. Del mismo modo se indica que los planes de estudios han de tener, en el centro de sus objetivos, la adquisición de competencias, ampliando, sin excluirlo, el tradicional enfoque basado en contenidos y horas lectivas, por lo que debe hacerse énfasis en los sistemas de aprendizaje de dichas competencias, así como en los procedimientos para evaluar su adquisición. Por ello, se insiste más adelante, los planes de estudio tienen que garantizar que los títulos acreditan la posesión de las competencias y de los conocimientos que resultan adecuados para el ejercicio profesional. Finalmente, el preámbulo termina Servicio de Neumología. Hospital Clínico San Carlos. Facultad de Medicina. Universidad Complutense. Madrid, España. E-mail jlasw@separ.es Agradecimientos Al profesor Felipe Rodríguez de Castro por su ayuda en la ideación de este artículo y por facilitar el acceso a las figuras y a algunas de las citas bibliográficas que se incluyen en el trabajo. S25 J.L. Álvarez-Sala Walther, et al afirmando que la finalidad de las enseñanzas de grado se cifra en obtener una formación general válida para el desempeño de la profesión, para la transmisión de la cultura y para la iniciación en actividades de investigación, todo lo cual ha de facilitar la movilidad de los alumnos [2]. El real decreto 1393/2007 antes citado [1] establece, además, en su artículo 9, que las enseñanzas de grado tienen como objetivo la obtención, por parte del estudiante, de una formación general que ha de orientarse a la preparación para el ejercicio de actividades de carácter profesional. Es más, en su artículo 12, se señala que los planes de estudios deben diseñarse, en todo caso, de manera que permitan alcanzar las competencias necesarias para llevar a cabo esa profesión. A tales efectos, la universidad ha de justificar la adecuación de sus planes de estudio a dichas condiciones. Muy importante al respecto es también la resolución del 17 de diciembre de 2007, de la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación, por la que se fijan las condiciones que deben tener los planes de estudio conducentes a la obtención de títulos que habilitan para el ejercicio de la profesión de médico [3]. Esta resolución indica, en su apartado 3.5, que estos planes deben garantizar, en todo caso, la adquisición de las competencias necesarias para ejercer la medicina, de acuerdo con lo regulado en la normativa aplicable [4]. En el mismo sentido, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) ha refrendado varias veces, por ejemplo con ocasión de la aprobación del plan de estudios del grado de medicina presentado por la Universidad Complutense de Madrid y por otras universidades españolas, que los objetivos generales de estos estudios deben dirigirse a adquirir los conocimientos, las habilidades y las actitudes que se requieren para realizar el diagnóstico, formular el pronóstico e indicar el tratamiento de las enfermedades físicas y psíquicas más prevalentes, así como para orientar el de las poco frecuentes. También para ser capaz de desarrollar actividades de prevención y promoción de la salud, para conseguir una buena capacidad de comunicación con los pacientes y sus familias, para conocer los fundamentos científicos de la medicina, iniciándose en la práctica de la investigación, y para lograr estos objetivos de modo tal que el estudiante aprenda a ejercer su futura profesión de médico [5]. S26 Razones constitutivas o consustanciales que avalan la necesidad de la formación clínica en los estudios de medicina La práctica clínica, esto es, el ejercicio real de la medicina, es la razón de ser de la profesión médica. Para adquirirla o, lo que es lo mismo, para poder ser un médico en el mejor sentido de la palabra, por tanto competente y con capacidad para progresar de modo autónomo, es obvio que hay que aprenderla bien desde el comienzo, para luego poder cultivarla durante toda la vida. De este hecho depende, en esencia, el futuro desarrollo profesional del estudiante que ahora está aprendiendo. De ahí que pueda establecerse que, sin duda alguna, la formación clínica es algo consustancial con los estudios de medicina y que para llegar a ser médico es imprescindible que esa formación, que inicialmente ha de adquirirse como estudiante, debe ser no sólo la más adecuada, sino también la mejor posible. Sólo así puede consolidarse luego, cuando se es médico. Las razones y argumentos que avalan y respaldan esta idea son numerosas y de todo tipo. Baste con recordar al respecto, con una perspectiva histórica, un conocido pasaje de Maimónides (1135-1204): ‘Concédaseme la oportunidad de mejorar y extender mi adiestramiento, pues no existe ningún límite al conocimiento. Ayúdese­ me a corregir y complementar mis defectos a medida que se ensancha la amplitud de la ciencia y sus horizontes día a día. Otórgueseme el valor de darme cuenta de mis errores diarios para que mañana pueda ver y comprender bajo una luz mejor lo que no pude comprender bajo la escasa luz de ayer’. Otros muchos pasajes y textos, de similar contenido e importancia, escritos por reconocidos médicos clínicos, clásicos o recientes, podrían también citarse al respecto. La formación clínica es la piedra angular, pero los conocimientos teóricos resultan imprescindibles Esta afirmación posiblemente no necesita defensa alguna. En cualquier caso, toda formación clínica precisa de unos conocimientos teóricos previos, rigurosos y bien fundados, que sirven para dar a dicha formación todo su sentido, su aplicabilidad y su utilidad en la práctica. De ahí que los planes de estudio de medicina deban establecer, en un razonado equilibrio, la justa y co- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia Figura 1. Cumplimiento de las recomendaciones diagnósticas y terapéuticas en 494 hospitales del estudio Crusade, estratificados en terciles según el grado de participación de esos hospitales en ensayos clínicos. Puede comprobarse que el cumplimiento de las recomendaciones es mayor en los hospitales en los que la participación en ensayos clínicos es superior. Tomado de [6]. rrecta proporción entre los contenidos teóricos y la formación clínica. También en este caso cabe recordar conocidas frases de grandes clínicos que sirven para refrendar este aserto. Algunas pueden ser, por ejemplo, las dos siguientes: ‘Sin la teoría, la práctica no es más que rutina provocada por la costumbre. Solamente la teoría puede producir y desarrollar el espíritu’ (Louis Pasteur, 1822-1895) y ‘Estudiar los fenómenos de la enfermedad sin libros es cruzar el mar sin cartas de navegación, pero estudiar libros sin ver enfermos no es ni tan siquiera embarcar’ (William Osler, 1849-1919). La formación clínica es la piedra angular, pero la investigación es fundamental e inherente a la medicina Esta afirmación posiblemente tampoco necesita mucha argumentación. No hay duda de que la investigación mejora la actividad clínica y, por tanto, la práctica médica y la atención a los enfermos. En ello coinciden numerosos trabajos efectuados con distintos objetivos, diferentes variables y con diversas perspectivas. Recientemente, por ejemplo, Majumdar et al [6] han © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 comprobado que el cumplimiento de las guías clínicas o de las recomendaciones diagnósticas y terapéuticas es más adecuado en los hospitales en los que la investigación clínica es mayor que en aquellos en los que apenas se realiza investigación alguna (Fig. 1). Y aún más importante, estos mismos autores [6] también han encontrado que la mortalidad a corto plazo, al llevar a cabo un determinado procedimiento terapéutico, es menor en los hospitales que están implicados en investigación clínica (Fig. 2). Interesante al respecto es la encuesta de satisfacción sobre la calidad de la enseñanza recibida efectuada por Ríos-Zambudio et al [7] a 82 residentes de aparato digestivo que acababan de terminar su formación. Casi un 75% de los encuestados se mostraba altamente insatisfecho con la actividad investigadora que se había llevado a cabo, mientras que no llegaba a un 20% el porcentaje de residentes que refería estar conforme o muy conforme con lo que, en este sentido, se les había enseñado. Estos datos contrastaban con los hallados a propósito de la actividad asistencial desarrollada durante la residencia. Efectivamente, más de un 75% de los encuestados se mostraba satisfecho con la actividad y con las enseñanzas S27 J.L. Álvarez-Sala Walther, et al Figura 2. Mortalidad a corto plazo de 174.062 enfermos afectos de un síndrome coronario agudo tratados en 494 hospitales del estudio Crusade, estratificados en terciles según el grado de participación de esos hospitales en ensayos clínicos. Puede comprobarse que la mortalidad es menor en los hospitales en los que la participación en ensayos clínicos es mayor. Tomado de [6]. recibidas en este ámbito (Fig. 3). En ese mismo estudio pudo comprobarse que sólo dos de los 82 residentes había hecho la tesis doctoral durante su periodo de formación, mientras que 23 ni siquiera se la habían planteado (Fig. 4) [7]. ¿Pueden ponerse en relación los hechos mencionados, aunque incumban al posgrado y aunque sólo sea indiciariamente, con la escasa importancia que suele darse a la investigación en la carrera de medicina y con la poca expresión que suele concedérsele en los actuales planes de estudio? Quizás fuera conveniente meditar sobre este asunto y ello no sólo por su trascendencia intrínseca, es decir, por la importancia que la investigación tiene en la formación clínica de los estudiantes de medicina, sino también por la influencia que luego ejerce durante la residencia y, en sentido más amplio, en el posgrado. Al respecto sería recomendable incluir en la enseñanza del grado (antes pregrado) el empleo, como herramienta en la clínica habitual, de la medicina basada en la evidencia. De este modo, los estudiantes podrían apreciar mucho mejor la importancia que tiene la investigación en la práctica asistencial. S28 Requisitos que deben cumplirse para conseguir que la formación clínica sea adecuada La formación clínica de los estudiantes de medicina necesita, para que sea adecuada, unos requisitos previos que deben cumplirse rigurosamente. Al menos, los tres que se enumeran a continuación: • Que el número de estudiantes sea el apropiado a las posibilidades docentes reales de cada facultad y que, por extensión, se ajuste a las verdaderas necesidades de médicos que tiene el país. En este sentido, el número de alumnos de nuevo ingreso en toda España ha pasado de 4.343 en el año 2005 a 5.821 en el año 2009. Puede afirmarse, por tanto, que las plazas que se han convocado para iniciar los estudios de medicina han crecido un 34% en los últimos tres años. A este hecho se suma la proliferación ‘indiscriminada’ de nuevas facultades, públicas y privadas, que se ha producido en este tiempo, lo que ha hecho que actualmente en España casi se haya alcanzado la cifra de 40. Como © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 % residentes Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia Figura 3. Encuesta de satisfacción, realizada a 82 residentes de aparato digestivo al terminar su periodo de formación, sobre la calidad de la enseñanza recibida durante la residencia. Puede observarse el alto grado de insatisfacción existente en cuanto a la actividad investigadora desarrollada, lo que contrasta con la alta satisfacción en lo referente a la actividad asistencial. Tomado de [7]. punto de referencia quizás merezca la pena recordar que el número de colegiados en nuestro país era de 165.358 en el año 1996 y fue de 219.031 en el año 2009, lo que equivale a un aumento del 32% en 12 años. De esta forma, la tasa de médicos en España en el año 2009 alcanzó la cifra, según el Instituto Nacional de Estadística, de 480 médicos/100.000 habitantes (la segunda más alta de Europa), mientras que la media de la Unión Europea en el año 2005 era, según los datos de Eurostat, de 330 médicos/100.000 habitantes. Estos números hablan por sí solos y apoyan el punto de vista de la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina, que es contraria a la idea, tan extendida en el momento actual en cierta administración sanitaria y entre algunos políticos del ramo, según la cual se defiende, más o menos y con evidente simpleza, que ‘cuantos más medicos, mejor’. • Que los estudiantes de medicina se integren verdaderamente en las actividades asistenciales de un hospital que pueda llamarse universitario con propiedad, en el que pueda llevarse a cabo una formación clínica apropiada y correcta. En este sentido cabe mencionar, por ejemplo, que en el plan de estudios del grado de medicina de la Universidad Complutense de Madrid, aprobado el 8 de mayo de 2009 por la ANECA, se © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 han establecido para cumplir con este requisito varias previsiones. Entre las más importantes están los siguientes [5]: a)La ‘residenciación’ del estudiante en los servicios clínicos del hospital, en una jornada matutina completa, de lunes a jueves, buscando la total integración del alumno en las actividades clínicas del servicio durante el periodo que dura la rotación (casi tres meses), pasando luego a nuevas rotaciones en otros servicios del hospital. b)La aparición de tres nuevas asignaturas, denominadas ‘Práctica clínica’ (I, II y III, a cursar en cuarto, quinto y sexto año del grado), absolutamente prácticas, con una calificación independiente, integradas por 16 módulos de contenido diverso (medicina, cirugía, pediatría, obstetricia, psiquiatría, traumatología y atención primaria), que se desarrollan siguiendo un mapa de competencias lógico, aceptado y diseñado por consenso. c) El establecimiento de una prueba de evaluación de la competencia objetiva y estructurada (ECOE), de carácter obligatorio, a realizar por los alumnos de sexto curso antes de que terminen sus estudios de medicina. • Que el hospital reúna las características necesarias para que pueda catalogarse con rigor S29 J.L. Álvarez-Sala Walther, et al Tesis escrita Proyecto Cursos doctorado Nada Figura 4. Encuesta transversal, realizada a 82 residentes de aparato digestivo al terminar su periodo de formación, sobre la situación de la tesis doctoral de cada uno de ellos. Puede observarse que sólo en dos casos se había efectuado la tesis doctoral y que en 23 casos ni siquiera se había planteado. Tomado de [7]. como universitario, concepto aún por definir, pero absolutamente imprescindible en el momento actual. Algunas de las propiedades que a este respecto deberían considerarse son: a)Tener un porcentaje determinado, desde luego no escaso, de doctores entre sus médicos de plantilla. b)Contar con un número concreto, en ningún caso simbólico, de profesores numerarios de cada especialidad entre los médicos del hospital. c) Implicar en la enseñanza del grado y del posgrado a todos los médicos de la plantilla mediante la oportuna venia docente, que formaría parte de los derechos y las obligaciones de esos médicos. d)Tratarse de un hospital general, con una actividad asistencial mínima a determinar (intra y extrahospitalaria) y en el que existan servicios de todas o, al menos, de la mayoría (a establecer) de las especialidades médicas, quirúrgicas y procedimentales. e) Estar acreditado para la docencia posgraduada. f) Comprometerse a que la cobertura de las plazas vacantes que se produzcan, al menos las de determinadas categorías médicas, se lleva a cabo mediante un mecanismo abierto, bien definido, transparente y S30 con la publicidad suficiente, que valore, de manera simultánea y ponderada, la capacidad asistencial, docente e investigadora de los candidatos y que asegure, en todo caso, el mérito y la igualdad de oportunidades g)Considerar a los estudiantes de medicina, al igual que ocurre con los médicos residentes, como una parte integrante del personal del hospital, con las especificaciones o limitaciones que se crean necesarias. h)Adecuar los ‘tiempos médicos’ (consultas, pruebas diagnósticas, formas terapéuticas, etc.) a las necesidades docentes reales, es decir, a los requerimientos que exige la enseñanza de los estudiantes de medicina y de los residentes en formación, ‘sacrificando’ a esta idea, por tanto, unos tiempos que serían menores si sólo se guiaran por la mera asistencia y tuvieran como único objetivo la atención clínica de los enfermos. Conviene señalar que la ANECA exige actualmente, antes de la verificación de cualquier grado de medicina, que exista una adecuación entre el profesorado y los demás recursos docentes necesarios y la enseñanza que se tiene previsto impartir. Además, hay que recordar que de este organismo no depende el que un hospital se con- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia vierta en universitario. Sin embargo, también es evidente que la adecuación mencionada puede ser, por parte del promotor del proyecto, una simple declaración de intenciones futuras, más o menos factibles. En todo caso, es evidente que la situación actual, en los hoy en día denominados hospitales universitarios, dista mucho de parecerse, por desgracia y en casi todos los conceptos, a lo que aquí se ha descrito. Ojalá alguna vez se consiga algo que se aproxime conceptual, reglamentaria y estructuralmente a este desiderátum. Conclusiones En atención a lo expuesto en los párrafos anteriores pueden formularse algunas conclusiones, que quizás sean de interés general: • La formación clínica es, efectivamente, una de las piedras angulares de los estudios de medicina. • Potenciarla no debe llevar a que se descuide la formación teórica, ni a que se olvide la importancia que también tiene la investigación. • Para conseguir que la formación clínica sea buena es preciso que se cumplan unos requisitos imprescindibles: que el número de estudiantes de medicina se adecue a las posibilidades docentes reales de cada centro, que los alumnos se incorporen tempranamente a las actividades clínicas de un hospital universitario que merezca tal nombre, y que se disponga de hospitales que reúnan los criterios necesarios para que puedan catalogarse como universitarios en el pleno sentido de la palabra, circunstancia que es absolutamente imprescindible si se quiere mejorar o, al menos, mantener la calidad de la enseñanza de la medicina en España. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Bibliografía 1. Ministerio de Educación y Ciencia. Real decreto 1393/ 2007, de 29 de octubre (BOE del 30 de octubre de 2007), por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales. BOE 2007; 260: 44037-48. 2. Ministerio de Educación. Real decreto 861/2010, de 2 de julio (BOE del 3 de julio de 2010), por el que se modifica el real decreto 1393/2007, de 29 de octubre, por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales. BOE 2010; 161: 58454-68. 3. Ministerio de Educación y Ciencia. Resolución de la Secretaría de Estado de Universidades e Investigación, del 17 de diciembre de 2007 (BOE del 21 de diciembre de 2007), por la que se publica el acuerdo del Consejo de Ministros de 14 de diciembre de 2007, por el que se establecen las condiciones a las que deberán adecuarse los planes de estudio conducentes a la obtención de títulos que habiliten para el ejercicio de la profesión regulada de médico. BOE 2007; 305: 52849-50. 4. Ministerio de Educación y Ciencia. Orden ECI/332/2008, de 13 de febrero (BOE del 15 de febrero de 2008), por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de médico. BOE 2008; 40: 8351-5. 5. Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación. Documento 105216397, del 8 de mayo de 2009, por el que se verifica el plan de estudios del grado en medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid: ANECA 2009; 1335: 1-102. 6. Majumdar SR, Roe MT, Peterson ED, Chen AY, Gibler WB, Armstrong PW. Better outcomes for patients treated at hospital that participate in clinical trials. Arch Intern Med 2008; 168: 657-62. 7. Ríos-Zambudio A, Sánchez-Gascón F, González-Moro L, Guerrero-Fernández M. Formación investigadora durante la residencia MIR. Encuesta de satisfacción. Rev Esp Enferm Dig 2004; 96: 700-4. S31 MESA REDONDA 1. NUEVOS PROGRAMAS DOCENTES: LA INNOVACIÓN COMO ESTRATEGIA El hospital como centro nuclear para mejorar la enseñanza de la medicina Fernando Civeira Murillo Definición El Real Decreto 1558/1986, de 28 de junio, por el que se establecen las bases generales del régimen de conciertos entre las universidades y las instituciones sanitarias, define de forma genérica al hospital universitario como aquel que: pitales generales con una organización e infraestructuras compatibles con la docencia e investigación universitaria. Catedrático de Medicina. Vicedecano de Hospitales. Hospital Universitario Miguel Servet. Universidad de Zaragoza. El hospital en la docencia de la medicina E-mail civeira@unizar.es • Posee la infraestructura necesaria para el desarrollo de las funciones docentes e investigadoras. • Cumple necesidades docentes e investigadoras de una universidad. • Es incluido en su integridad o a la mayoría de sus servicios en el correspondiente concierto entre la universidad y la institución sanitaria. Resulta incuestionable que la docencia práctica junto al enfermo es fundamental en la formación de los estudiantes de medicina, y que todas las recomendaciones docentes actuales hacen una valoración creciente de la importancia de habilidades y actitudes prácticas de los estudiantes. Sin embargo, la asistencia sanitaria actual se caracteriza por: En el mismo decreto se intenta concretar las infraestructuras necesarias de la siguiente forma: • Una gran diversificación asistencial hospitalaria y extrahospitalaria, donde el hospital es solamente una parte, a veces poco relevante, del proceso asistencial que se desarrolla en ámbitos cada vez más heterogéneos: atención primaria, consultas de enfermería, servicios concertados, hospitalización a domicilio, paliativos, servicios de urgencias... • Predominio de enfermedades crónicas donde el hospital de agudos ve una parte muy parcial del proceso. • Valor creciente de medidas preventivas que en su mayor parte se realizan fuera del ambiente hospitalario. • Estancias hospitalarias muy cortas, muy tecnificadas, que suponen un periodo corto del proceso y poco relevante para el estudiante. • Complejidad de la organización hospitalaria, que depende de un poder político con una preocupación básicamente asistencial. • Adscripción a un área de salud (instituciones de titularidad pública). • Estructura y organización compatible con la docencia e investigación universitaria. • La integración de al menos tres centros de atención primaria. • Un conjunto suficiente de servicios y/o unidades asistenciales. • Un número y variedad suficientes de patologías. • Protocolos de actuación asistencial. • Métodos de control y evaluación de la calidad asistencial. • Infraestructura suficiente para el desarrollo de la investigación clínica y científica. Es decir, la única definición actual de hospital universitario es muy genérica y se refiere a hos- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 S33 F. Civeira Murillo ¿Necesita la universidad de hospitales universitarios para la docencia del pregrado? La respuesta es compleja. En mi opinión, para la docencia del pregrado son necesarios hospitales generales (no necesariamente universitarios), pero también centros de salud, servicios de urgencia extrahospitalarios, hospitales geriátricos, consultas de especialidades, unidades de paliativos y un largo etcétera que no implica que deban tener el calificativo de ‘universitario’. Por tanto, la universidad precisa una mayor flexibilidad para poder concertar múltiples servicios asistenciales para la docencia del pregrado, y entonces la figura del hospital universitario no es imprescindible para esta función. Si no son imprescindibles para la docencia pregraduada, ¿necesita la universidad de hospitales universitarios? Siendo importante la docencia del pregrado, la universidad realiza un servicio público muy superior. Son funciones de la universidad al servicio de la sociedad: • La creación, desarrollo, transmisión y crítica de la ciencia, de la técnica y de la cultura. • La preparación para el ejercicio de actividades profesionales que exijan la aplicación de conocimientos y métodos científicos y para la creación artística. • La difusión, la valorización y la transferencia del conocimiento al servicio de la cultura, de la calidad de la vida y del desarrollo económico. • La difusión del conocimiento y la cultura a través de la extensión universitaria y la formación a lo largo de toda la vida. Para todas estas funciones, el hospital universitario resulta imprescindible y en todos los países avanzados el hospital universitario es el centro de la actividad universitaria en el ámbito biomédico. Visión del hospital universitario El hospital universitario debe definirse como ‘una unidad académico-asistencial que integra en todo su funcionamiento el máximo nivel de desarrollo de sus tres misiones: asistencial, docente e investigadora. Altamente reconocido S34 por la sociedad por el excelente nivel de servicio que proporciona, por la alta cualificación de los profesionales que forma, y por ser un lugar que favorece la creación, transmisión y crítica de las ciencias biomédicas, y el desarrollo científico y personal de sus profesionales’. Análisis de situación de los hospitales universitarios en España A pesar de la importante función social universitaria de los hospitales universitarios, éstos presentan diferentes problemas: • Los conciertos en universidades e instituciones sanitarias están fundamentados en docencia de pregrado y en su mayor parte no contemplan otras aspectos universitarios sustantivos con la universidad. • Esta docencia de pregrado es un tema marginal para el hospital y, por tanto, no afecta a su funcionamiento. • El modelo organizativo del supuesto ‘hospital universitario’ no precisa ser modificado por el concierto. Un hospital pasa a ser universitario ‘por decreto’, sin existir cambios estructurales en él. • La función de los profesores de universidad en los hospitales universitarios no está bien definida y en la práctica su trabajo resulta un pluriempleo: unas horas para la universidad y unas horas para el hospital. Esto genera una enorme insatisfacción para la mayor parte de los profesionales y conflictos permanentes entre instituciones. • La docencia del pregrado no impregna la ‘cultura’ de los profesionales del hospital y causa en muchas ocasiones rechazo. La falta de una definición clara de modelo de hospital universitario trae consigo diferentes consecuencias deletéreas: • Dirección simultánea desde dos instituciones sobre los mismos recursos. • Relaciones económicas y funcionales entre las dos instituciones muy mal definidas. • Ausencia de interlocución eficaz entre instituciones. • Centros docentes y departamentos universitarios ajenos a decisiones estratégicas en los hospitales, y viceversa. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia • Deterioro de la imagen de la universidad y sus profesionales. • Generación de estructuras en el entorno del sistema de salud, preferentemente hospitalarias, para el desarrollo de funciones típicamente universitarias que compiten con la propia universidad. • Ausencia de aprovechamiento de sinergias. Universidad de Ciencias de la Salud Para intentar solventar las dificultades del modelo español actual, Rozman et al, en un artículo de opinión reciente, apoyan la idea de la creación de una Universidad de Ciencias de la Salud a caballo entre el sistema sanitario y la universidad tradicional. Para ellos, las características de este modelo incluirían: • Ente único dotado de personalidad jurídica propia. • Naturaleza jurídica que permitiera promover la gestión clínica de los servicios y adoptar instrumentos de gestión empresarial. • Composición mixta de sus órganos de gobierno, que integrara al tiempo la representación de la universidad y la institución sanitaria. • Organización única, que permitiera superar la falta de correspondencia entre la estructura universitaria y la estructura de los hospitales. • Desarrollo coetáneo de funciones docentes, de investigación y, en su caso, asistenciales, de todos los profesionales de esta universidad, que habrían de someterse a un régimen jurídico único. • Organización flexible que hiciera posible ensayar nuevos modelos de educación médica. Hacia un nuevo modelo de hospital universitario Sin llegar al modelo de la Universidad de Ciencias de la Salud, y como paso previo e imprescindible para que un hospital universitario cumpla con las funciones que le corresponden, deberían adoptarse de forma inminente una serie de actuaciones que incluirían: • Orientar planes estratégicos, objetivos e indicadores a la misión del hospital universitario. • Revisar estructuras directivas y mandos inter- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 • • • • • • medios para que la triple misión esté adecuadamente representada. Estudio económico de los costes derivados de la función universitaria que incluya necesidades de personal docente e investigador. Modificación normativa universitaria y asistencial para que los trabajadores del hospital universitario participen en las funciones asistenciales y académicas. Creación de órganos de gestión conjunta de todos los recursos implicados. Desarrollo de unidades conjuntas técnico-administrativas para las tres funciones. Máximo nivel de coincidencia para los puesto de liderazgo de las estructuras académicas y asistenciales. Planificación, promoción y evaluación de los recursos humanos única y específica para los hospitales universitarios. Conclusiones El hospital universitario debe ser una estructura fundamental en la docencia de la medicina y otras ciencias de la salud, en la investigación e innovación biomédicas, en la transferencia conocimiento y en la formación continuada del Sistema Nacional de Salud. El conjunto de dichas funciones, armonizado con una asistencia sanitaria de excelencia, es lo que define a un hospital universitario. Para el cumplimiento de dichas funciones, el hospital universitario debe tener una estructura organizativa específica, que armonice y haga compatible su carácter propio. Es necesario establecer procedimientos conjuntos de gestión y control que superen las limitaciones estructurales actuales de una dirección simultánea, desde diferentes instituciones, de las mismas funciones y recursos. Bibliografía 1. Rozman C, Lafarga-Traver JL. La Universidad de Ciencias de la Salud: aspectos legales de una nueva opción. Med Clin (Barc) 2005; 124: 499-503. 2. Generalitat Valenciana. Hacia un nuevo modelo de hospital universitario. Valencia: Generalitat Valenciana; 2008. S35 MESA REDONDA 1. NUEVOS PROGRAMAS DOCENTES: LA INNOVACIÓN COMO ESTRATEGIA El mapa de competencias a adquirir Arcadi Gual Modelos docentes En los últimos diez años, la aparición de la palabra ‘competencia/s’ en el mundo universitario se ha convertido en un talismán capaz de arreglarlo todo. Los currículos, los planes de estudios, la programación docente, la evaluación por competencias, incluso Bolonia, se asocian al paradigma de la competencia. Pero, realmente, ¿son las competencias la solución a la docencia universitaria?, ¿son tan importantes como para que nos pasemos el día hablando de ellas? Las respuestas sencillas, un sí o un no, son útiles para simplificar, pero en este caso no son la mejor respuesta. Por ello, para responder si las competencias son especialmente relevantes en la formación universitaria, debemos empezar la reflexión desde otro lugar. Si recordamos cómo enseñamos cuando bajamos al aula y lo hacemos desde un punto de vista simple y esquemático nos encontraremos básicamente con dos modelos opuestos, el expositivo y el funcional, y por supuesto, con todos los niveles intermedios imaginables que son posibles. Modelo expositivo El modelo expositivo es el de siempre, el de toda la vida, el ‘yo hablo y tú escuchas’. Yo sé lo que hay que saber y tú tomas nota de mi sabiduría y aprendes lo que puedas de mí, de mi libro, de mis apuntes o de mi powerpoint, que es la última de las perversiones docentes, no en sí misma sino en su uso. Y si lo que te pregunto en el examen no tiene nada que ver con lo que necesitas saber, pues tampoco importa mucho; la vida ya te enseñará. Este modelo, el expositivo, en lugar © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 de definirlo con expresiones provocadoras como las anteriores, se puede definir con palabras más amables. Así, la tabla I resume las características fundamentales de este modelo, entre las que destaca, por encima de las demás, la característica de basarse en establecer de la forma más concreta posible los contenidos. Precisamente, los contenidos de la asignatura son los que permiten hacer el programa de la asignatura o incluso un libro de texto de la materia. En este modelo, yo, profesor que poseo el conocimiento, tengo la autoridad para determinar qué incluyo y qué no incluyo y, por supuesto, qué debe saber el alumno. Un innumerable grupo de profesores universitarios han construido sus memorias docentes en base a objetivos educativos o educacionales descritos y recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según el trabajo realizado por Gilbert en los años cincuenta, y que no son más que una redacción del programa en objetivos educativos; esta clasificación se basaba en tres grandes grupos de objetivos educativos, los generales, los intermedios y los específicos o ‘instruccionales’. Aunque son de utilidad al alumno, todos ellos van dirigidos al profesor, dado que en el modelo expositivo el centro lo ocupa el maestro. La conocida ‘taxonomía de Bloom’, fruto del trabajo coordinado por Benjamin Bloom y publicado en el año 1956, también fue una obra de referencia para pormenorizar un programa docente; concretamente definía tres grandes ámbitos: el cognoscitivo, que fue el mejor desarrollado y que abarcaba diferentes áreas: el psicomotor, que definía diferentes destrezas, y el afectivo, referido a las actitudes, valores y conductas. La taxonomía de Bloom se ha actua- Catedrático de Fisiología. Facultad de Medicina. Universitat de Barcelona. Director de la Fundación Educación Médica. E-mail agual@ub.edu Nota Este manuscrito ha sido posible gracias a la idea y maestría de la Dra. Wilma Penzo, de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona, por lo que le estoy inmensamente agradecido. Igualmente agradezco a mis compañeros de la Fundación Educación Médica, el Dr. Albert Oriol Bosch, la Dra. María Nolla y el Dr. Jorge Palés, tanto la lectura crítica del manuscrito como sus aportaciones a éste. S37 A. Gual Figura 1. Cambios en la pirámide de la taxonomía de Bloom. Tabla I. Características de los modelos expositivo y funcional. Modelo expositivo Modelo funcional Se basa en los contenidos Se basa en el uso de los contenidos Su meta es adquirir conocimientos Su meta es aplicar los conocimientos Concepto dogmático del ‘saber’ El ‘saber’ depende del contexto Metodologías docentes y evaluativas sin estrecha relación Metodologías docentes y evaluativas con estrecha relación Evaluación fácil y cómoda para el docente Evaluación sobre actividades reales lizado en dos revisiones posteriores: la primera, de Lovin y Anderson en el año 2001 bajo el título de ‘Revisión de la taxonomía de Bloom’, y la segunda, de Andrew Churches en el año 2008 bajo el título de ‘Taxonomía digital de Bloom’. Las revisiones citadas incorporan cambios nada menores que le han añadido actualidad y valor conceptual, entre los que destaca el cambio de sustantivos por verbos (Fig. 1). Estas revisiones incorporan para cada nivel conceptual los verbos (Tabla II) y, por tanto, las acciones que les son propias. Esta modificación de clasificación debe interpretarse como un paso hacia el modelo funcional que fija cada vez más su mirada en el alumno antes que en el profesor. S38 Modelo funcional El modelo funcional se acerca mucho más a la práctica, al mundo real, y busca que el aprendiz aprenda a hacer lo que tiene que hacer dejando en un segundo plano el conocimiento por el conocimiento. El modelo funcional no pretende en ningún momento quitar relevancia al conocimiento; lo que pretende, entre otras características (Tabla III), es priorizar el uso de los contenidos por encima de los propios contenidos. De esta manera, el contexto es protagonista al convertirse en pieza relevante del proceso. El estudiante aprende lo que necesita aplicar aquí y ahora. El modelo funcional se orienta en la misma dirección que la educación © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia Tabla II. Revisión de la taxonomía de Bloom (modificado de Anderson y Krathwohl, 2000). Recordar Comprender Aplicar Analizar Descripción Reconocer y traer a la memoria información relevante de la memoria de largo plazo Habilidad de construir significado a partir de material educativo, como la lectura o las explicaciones del docente Aplicación de un proceso aprendido, ya sea en una situación conocida o en una nueva Descomponer Consta de el conocimiento comprobación en sus partes y y crítica pensar en cómo éstas se relacionan con su estructura global Involucra reunir cosas y hacer algo nuevo. Para llevar a cabo tareas creadoras, los aprendices generan, planifican y producen Verbos indicadores de procesos cognitivos Reconocer Recordar Listar Describir Recuperar Denominar Localizar Interpretar Ejemplificar Clasificar Resumir Inferir Ejecutar Implementar Desempeñar Usar Diferenciar Organizar Atribuir Planear Generar basada en resultados (outcome-based education). El planteamiento es, pues, bien distinto al de la educación del modelo expositivo, basada en el programa de la materia o asignatura. Allí enseñaré a los alumnos los contenidos que alguien, un experto, ha incluido en el programa; aquí construiré el programa en base a los resultados que la sociedad demanda que tenga el alumno al final del aprendizaje. Aquí estoy obligado a definir primero lo que quiero que el alumno aprenda y con esos resultados podré empezar a construir el programa. Aquí el centro es el alumno. Educación basada en resultados La educación basada en resultados no representa un modelo nuevo ya que fue propuesto hace más de dos décadas por William G. Spady como la necesidad de definir lo que se espera que los estudiantes dominen, comprendan y demuestren que saben hacer después de un periodo de aprendizaje (Spady, 1988). En este planteamiento, el producto que queremos define y determina el © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Evaluar Comprobar Criticar Revisar Formular hipótesis Experimentar Juzgar Probar Detectar Monitorizar Crear currículo y su organización, los métodos de enseñanza y las estrategias educativas, las asignaturas o materias a incluir, los procesos de evaluación, el entorno educativo y la distribución curricular. Naturalmente no sólo queda incluida la evaluación del alumno, sino también la evaluación del currículo. La consecuencia final es que la educación basada en resultados finales permite establecer el mejor diseño curricular, entendido éste no como el programa o las asignaturas, sino todo el conjunto de elementos de un diseño curricular entre los que deben considerarse, como mínimo, ocho elementos: las necesidades formativas, los resultados de aprendizaje, la estrategia educativa, los contenidos, las metodologías docentes, la evaluación, el entorno educativo y los procesos de gestión y revisión del currículo (Palés, 2006). Elementos de la planificación En el modelo expositivo, el alumno debe examinarse del programa fijado de antemano. Para facilitar su tarea, el programa de la asignatura, que S39 A. Gual Tabla III. Características y consecuencias de la educación basada en resultados. Características Pone énfasis en el producto final Ayuda a distinguir lo que es esencial y relevante Determina lo que se ha de enseñar y evaluar Permite definir la responsabilidad del alumno, del profesor y de la institución respecto a la sociedad Consecuencias Organización y contenido del programa formativo Estrategias y metodologías docentes Recursos Evaluación de los discentes y del programa frecuentemente se parece al índice de un libro de texto, se acompaña de un listado de objetivos de aprendizaje, útiles especialmente para el profesor. Estos objetivos son una concreción del programa en puntos específicos y no deben identificarse con los objetivos finales propios de lo que denominamos ‘educación basada en resultados’. A diferencia del modelo expositivo, la enseñanza basada en resultados de aprendizaje está sujeta a un circuito de retroalimentación (Fig. 2). Las necesidades de formación comprometen los resultados de aprendizaje; éstos, a las metodologías, estrategias y actividades de aprendizaje, que a su vez condicionarán la evaluación. Y los resultados de la evaluación condicionarán de nuevo las necesidades de formación. Es pues necesario diferenciar estos dos modelos de enseñanza y sus elementos consustanciales: el modelo expositivo se centra en el profesor y requiere un programa, mientras que el funcional se centra en el alumno y requiere unos objetivos finales que condicionan la estrategia, la metodología y la evaluación. S40 Figura 2. Elementos clave de la planificación. Competencias Las competencias que debe tener un estudiante al final de un proceso de aprendizaje –llámese grado, máster, posgrado o formación especializada– se denominan por lógica ‘competencias finales’ y son las que el estudiante que ha cursado con éxito los estudios debe poder demostrar al terminarlos. Posiblemente, las competencias finales –o simplemente competencias– no son de forma exacta los resultados de aprendizaje que hemos definido en la enseñanza basada en resultados finales; quizá éstos sean un poco más concretos y de más fácil redacción, pero en cualquier caso se le parecen mucho. Es más, no creo que sea bueno querer diferenciarlos. Por ello, si bien ya he dicho que no son sinónimos, podemos y debemos utilizar como equivalentes los términos ‘educación funcional’, ‘educación basada en objetivos finales’, ‘outcome-based education’ o ‘educación basada en competencias’. ¿Y dónde está el problema? Desgraciadamente, problemas hay varios, pero algunos son especialmente importantes; de éstos señalaré dos. El primero es que nos pasamos el día hablando de competencias mientras que el modelo más difundido y el mayoritariamente utilizado en nuestras aulas durante el curso académico 2010-2011 es el modelo expositivo, basado en el programa y, en todo caso, en la descripción de los objetivos de aprendizaje, y para el cual no se necesita ni definir competencias ni resultados de aprendizaje. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia Tabla IV. Ejemplos de competencias descritas en el plan del grado de Medicina: tan sólo la primera puede considerarse una competencia. Diagnosticar y orientar el manejo de las principales patologías cardiovasculares Hacer una punción venosa Embarazo y parto normal y patológico Plantear y proponer medidas preventivas adecuadas a una situación clínica Vacunas Epidemiología Cicatrización Prescripción y farmacovigilancia Diagnóstico y consejo genético Orden ECI/332/2008, de 13 de febrero, por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de médico. a El segundo problema es que no utilizamos el término ‘competencia’ de una forma unívoca. Quizá el tema es peor porque existen argumentos para pensar que hay quien aún no sabe qué es una competencia. Disponemos de ejemplos concretos en los que se describen competencias que no son tales. La tabla IV ilustra varias falsas competencias transcritas del Boletín Oficial del Estado. Siendo que esto es así, se hace preciso que todo el ámbito universitario, tanto profesores como gestores, tengan claro qué es una ‘competencia’ y que utilicen el término correctamente. Una definición de competencia debe ser completa e incluir todos los aspectos, de modo que mi definición es: Competencia es el constructo de orden superior fruto de la adquisición de conocimientos, habilidades, actitudes y valores necesarios para llevar a cabo una función en un contexto determinado. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Si nos atenemos a esta definición, una competencia requiere conocimientos, habilidades, actitudes y valores, pero no es la suma algebraica de todos ellos, sino que la combinación de estos elementos permite adquirir una capacidad de orden superior, más compleja, que habilita desarrollar una acción o acciones que normalmente describiremos con un verbo (conocer, hacer, razonar, etc.) y que suceden en un contexto y geografía concretos, un ambulatorio urbano, un hospital militar de campaña, el domicilio de un paciente, etc. Competencias y Bolonia ¿Y qué tendrá que ver Bolonia y su entorno para haber destapado la ‘caja de los truenos’ de las competencias? Es posible que prudentemente Bolonia no exija desarrollar el proceso educativo basado en competencias, pero no es discutible que Bolonia pide migrar de un modelo expositivo a un modelo funcional. No es discutible que Bolonia pide migrar de una enseñanza centrada en el profesor a una enseñanza centrada en el alumno. No es discutible que Bolonia pide migrar de una enseñanza basada en el programa a una enseñanza basada en resultados. Bolonia, no lo duden, no da alternativa; Bolonia tiene su punto de mira en la aplicación de la formación universitaria de grado y, por tanto, en la formación basada en competencias. Por ello es necesario e ineludible orientar los currículos en base a competencias y, por tanto, hay que empezar desarrollando el mapa de resultados de aprendizaje. Los resultados de aprendizaje estarán definidos en función del fin que se persiga. No serán los mismos si se dirigen a formar especialistas que si se dirigen al grado. Tomemos el grado como referencia para continuar esta exposición, ya que la mecánica no difiere mucho. Resultados de aprendizaje del grado Las competencias finales de un grado deben ser claras y concisas. No deben ser más de las necesarias y en todo caso debemos manejar un número posibilista de ellas, teniendo en cuenta qué S41 A. Gual Tabla V. Relación entre competencia y resultados de aprendizaje. Competencia Resultado de aprendizaje a Diagnosticar y tratar un paciente hipertenso Conoce las bases celulares Sabe tomar la tensión arterial Maneja correctamente la farmacología Comunica los riesgos y las conductas alimentarias a Estos cuatro resultados de aprendizaje no pretenden ser exhaustivos, sino servir de ejemplo. Tabla VI. Competencias iniciales, intermedias y finales Competencia final Diagnosticar y tratar un paciente hipertenso Competencia intermedia Realizar una historia clínica en un paciente hipertenso Competencia introductoria a Describir los factores determinantes de la presión arterial Describir las características e indicaciones de los fármacos hipotensores a Estas dos competencias introductorias no pretenden ser exhaustivas, sino servir de ejemplo. medios serán necesarios para que el estudiante las aprenda y cuánto tiempo se requiere para este aprendizaje. Todas las competencias que se definan o todos los resultados de aprendizaje que deriven de dichas competencias han de ser demostrables y evaluables. Una competencia es una acción y, por tanto, requiere un verbo. En algunos casos pueden tener dos verbos. La tabla V muestra la relación entre competencia y resultados de aprendizaje. De una competencia se pueden desgranar diferentes resultados de aprenS42 dizaje que han de ser evaluables y que pueden pertenecer a diferentes asignaturas o materias y, por supuesto, a diferentes cursos. Un resultado de aprendizaje o una competencia final no se adquieren forzosamente en una asignatura o materia. Lo más probable es que se requieran diferentes asignaturas y materias para facilitar la comprensión de lo que cada asignatura o materia debe contribuir a cada competencia. Además, como es necesario evaluar procesos intermedios, especialmente mediante evaluaciones formativas y también durante la evaluación continuada, conviene descomponer una competencia no sólo en los resultados de aprendizaje, sino también en diferentes componentes competenciales intermedios a lo largo del tiempo (Tabla VI) y que denominamos ‘competencias finales’, ‘competencias intermedias’ y ‘competencias introductorias’. Con ello no se pretende complicar el proceso, es más, en muchas ocasiones no es necesario disponer de las competencias intermedias y las introductorias. Hay que construirlas en el caso de que una competencia final sea lo suficientemente compleja como para que su descomposición facilite su entendimiento y, en definitiva, su proceso de enseñanza/aprendizaje. En cambio, síresultaes absolutamente necesario desplegar una tabla de especificaciones (Tabla VII) en la que figuren la competencia final, los resultados de aprendizaje y las metodologías o estrategias educativas que se usarán no para cada competencia, sino para cada resultado de aprendizaje. De la misma manera, la tabla de especificaciones debe mostrar, también para cada © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia Tabla VII. Relación entre competencia y resultados de aprendizaje (RA). Competencia RA Metodología para cada RA a Evaluación para cada RA a Diagnosticar y tratar un paciente hipertenso Conoce las bases celulares Clases Portafolio Sabe tomar la tensión arterial Seminarios Observatorio Maneja correctamente la farmacología Prácticas Tests Comunica los riesgos y las conductas alimentarias Simulaciones Ensayos Trabajos de campo Exposiciones Trabajos de grupo Registros clínicos Role playing Trabajos Exposición Publicaciones Evaluación formativa a La metodología y la evaluación son para cada uno de los RA. Tabla VIII. Componentes del mapa de competencias (tabla de especificaciones). Competencias Resultados de aprendizaje Metodologías Evaluación formativa Evaluación sumativa Evaluación continuada Departamento/s Asignatura/s Profesores resultado de aprendizaje, las metodologías de evaluación adecuadas. Mapa de competencias La descripción adecuada de las competencias y © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 sus correspondientes resultados de aprendizaje, desplegados en una tabla de especificaciones (Tabla VIII) en la que se describan las metodologías o estrategias educativas a utilizar, los tipos de evaluaciones a realizar y la estructura logística necesaria –esto es, los departamentos, las asignaturas y el profesorado necesarios para cada competencia–, configuran el mapa de competencias. S43 A. Gual Bibliografía 1. Bloom B, et al. Taxonomía de los objetivos de la educación: la clasificación de las metas educacionales: manuales I y II. Buenos Aires: Centro Regional de Ayuda Técnica, Agencia para el Desarrollo Internacional; 1971. 2. Bologna Declaration. The European Higher Education Area. Joint Declaration of the European Ministers of Education (Bologna); 1999. URL http://www.ond.vlaanderen. be/hogeronderwijs/bologna/about/. 3. Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina Españolas. Libro Blanco del Título de Grado en Medicina. 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Med Teach 2000; 22: 555-63. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 MESA REDONDA 1. NUEVOS PROGRAMAS DOCENTES: LA INNOVACIÓN COMO ESTRATEGIA El portafolio docente como instrumento para el discente y el docente Ramiro Díez Lobato, Ángel López Encuentra, Alfonso Lagares Gómez-Abascal Los nuevos paradigmas de la enseñanza clínica y el portafolio docente Los nuevos currículos de medicina han desplazado su foco desde la adquisición de conocimientos al logro de la competencia clínica, entendiendo ésta como ‘el uso habitual y juicioso de la comunicación, el conocimiento, las habilidades técnicas, el razonamiento clínico, las emociones y valores, y la reflexión sobre la práctica diaria en beneficio de los individuos y la comunidad’ (R.M. Epstein). Ante la necesidad de desarrollar instrumentos que apoyen y guíen la adquisición de la competencia de una manera integrada y longitudinal, y de evaluar con criterios ‘holísticos’ en qué medida se alcanza, se recurre cada vez más al uso del portafolio en los diferentes estadios de la educación médica (entendida ésta como un continuo). En este escrito se comentan las características y funciones del portafolio, un instrumento docente-evaluador cuya génesis y utilidad se relacionan con paradigmas pedagógicos inspirados en el movimiento ‘competencial’ (international competency movement), el movimiento de ‘autenticidad’ (authenticity movement) y las teorías del aprendizaje del adulto (adult learning theory, experiential learning), que enfatizan la importancia de la enseñanza práctica y el autoaprendizaje del alumno. El movimiento competencial preconiza la adquisición de una serie de competencias específicas y generales (no privativas éstas de nuestra profesión) de manera simultánea e integrada (todas a la vez), y progresiva (perspectiva longitudinal) a lo largo del grado, en un proceso que debe continuarse sin ruptura hasta completarse © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 en el posgrado (continuity in medical education). Además, y ajustándonos a los principios que rigen la buena enseñanza clínica –por ejemplo, ‘la evaluación dirige el aprendizaje’ (assessment drives learning) y ‘la evaluación mejora la enseñanza’ (assessment enhances teaching)–, utilizaremos técnicas evaluadoras que valoren de manera repetitiva el nivel de competencia clínica alcanzado por el alumno, objetivando su progreso en el aprendizaje y las posibles carencias que deban corregirse; para esto se aplican diferentes tests y pruebas que ‘miden’ las competencias parcelares y globales, evitando en lo posible el ‘reduccionismo’ o la ‘trivialización’ en la evaluación que llevan a considerar erróneamente que el todo (la competencia) viene representado por la suma de las partes. En la década de los años noventa se vuelve la mirada hacia la ‘autenticidad’ en la enseñanza de la práctica clínica, enfatizando la necesidad de realizar el aprendizaje en el contexto clínico real (ámbito intra y extrahospitalario) y de evaluar al estudiante allí donde lleva a cabo su labor, recurriendo no sólo al enfermo real, sino al paciente simulado y los maniquíes, así como a casos virtuales y otros recursos facilitados por las nuevas tecnologías informáticas. Diferentes estudios han evidenciado que el parámetro más determinante del aprendizaje clínico es justamente la observación directa del alumno por el profesor-evaluador durante sus actuaciones, seguida de un feedback constructivo. Pues bien, es ensamblando el aprendizaje de las competencias ‘a pie de cama’ con una evaluación realizada en el mismo contexto –pruebas de evaluación clínica objetiva estructurada (ECOE)– como se consi- Hospital 12 de Octubre. Facultad de Medicina. Universidad Complutense. Madrid. E-mail rdiez.hdoc@salud.madrid.org S45 R. Díez Lobato, et al Figura 1. gue la deseable congruencia entre enseñanza y evaluación, recomendada por el movimiento competencial. De este modo, la corriente del in training o work-based assessment (evaluación durante el aprendizaje) se está imponiendo en los nuevos currículos. Por otra parte, las dos corrientes mencionadas –el aprendizaje de competencias (o su equivalente del aprendizaje basado en objetivos) y la autenticidad de las experiencias– comparten los principios pedagógicos de la teoría del ‘aprendizaje del adulto’, que preconiza el ejercicio constante de la reflexión y la implicación directa y activa en el aprendizaje por parte del estudiante, para quien el profesor-tutor actuará más como orientador y guía que como transmisor de una información que en gran parte deberá adquirirse de manera autónoma, favoreciendo así el hábito del autoaprendizaje. Pues bien, es en el marco de las nuevas metodologías de enseñanza y evaluación de la práctica clínica donde el portafolio docente aparece como un instrumento guía para recoger, documentar y facilitar las actividades del aprendizaje clínico, y evaluar la adquisición de las competencias, tanto específicas como generales. Las giguras 1 y 2 muestran la interrelación de los nuevos paradigmas docentes y evaluadores que acabamos de describir, y cómo los principios en los que se basa el portafolio están en la base de S46 la enseñanza basada en competencias, y es que tanto la enseñanza práctica como el portafolio emplean estrategias con abordajes ‘holísticos’. Al analizar las coincidencias de estos principios, comprobamos que tanto el paradigma de la enseñanza de competencias como un buen portafolio otorgan un papel clave al estudiante, ya que lo convierten en protagonista principal de su propio aprendizaje y del manejo del portafolio como instrumento para organizar y recoger sus propias actividades clínicas, y para estimular el hábito reflexivo y la interrelación con el profesor. Por otra parte, el uso del portafolio ‘individualiza’ al alumno como aprendiz, rescatándolo del anonimato de los grandes grupos de estudiantes que reciben enseñanzas teóricas en las aulas; cuando actúa ‘a pie de cama’, el estudiante realiza siempre un abordaje ‘personal e intransferible’ al problema clínico, en tanto en cuanto el encuentro con el enfermo generará una reflexión que, a su vez, motivará un estudio personal diseñado y ejecutado por el propio alumno con la orientación del profesor-tutor, (por ejemplo, una búsqueda en PubMed). Como ya se dijo, las tareas en el aprendizaje clínico moderno son ‘auténticas’, es decir, se relacionan con ‘sucesos y materiales clínicos reales’, y los buenos portafolios son también ‘auténticos’, es decir, reflejan un conjunto de evidencias de lo que el estudiante hace realmente (competencias) © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia Figura 2. y no de lo que podría hacer (o se presupone que debería hacer). Esta ‘autenticidad’ incrementa el valor práctico del portafolio porque establece un nexo entre el desempeño real del estudiante en el momento en que lo hace y lo que será capaz de hacer después de la residencia y en el contexto de la practica clínica autónoma. Ya apuntamos también que tanto la enseñanza por competencias como el portafolio aplicado como instrumento ‘guía’ de la misma, utilizan múltiples técnicas y recursos: el portafolio amalgama evidencias desde diferentes fuentes, permitiendo emitir un juicio ‘holístico’ sobre el nivel de competencia del estudiante al recurrir a la estrategia de la ‘triangulación’, que aumenta la validez y fiabilidad de la evaluación y que consiste en el empleo de varias técnicas o pruebas para medir una misma competencia, y de una misma prueba para medir diferentes competencias. La transparencia de lo que el alumno ejecuta en su práctica está garantizada por la dinámica del trabajo clínico que realiza, pero obviamente, ésta sólo se alcanza si observamos al alumno durante sus actuaciones. Por otra parte, es obligación del alumno transferir de modo veraz y ‘auténtico’ al portafolio los datos y el perfil de sus actividades. Es sabido que los alumnos pueden ‘inflar’ o deformar su portafolio cuando saben que se utiliza para evaluación sumativa (pasa/no pasa, u otorgar una nota). Este tipo de desviación hacia el © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 cinismo profesional, que deforma el código ético y el profesionalismo del alumno, debe evitarse a toda costa ‘monitorizando’ de manera prospectiva la generación del portafolio durante la rotación. Ya hemos hablado del valor y significado de la retroalimentación como recurso docente insustituible, tanto en el aprendizaje clínico diario como en la generación y valoración del propio portafolio. La reflexión ‘durante la acción’ y ‘después de la acción’ (por ejemplo durante y después de la entrevista-exploración clínicas), si bien se da siempre en mayor o menor grado durante los encuentros habituales con el paciente, debe ‘perseguirse’ y sistematizarse como rutina con la ayuda del portafolio (que incluirá apartados o formularios tanto de evaluación externa como de autoevaluación); y es que la reflexión y la autoevaluación son ingredientes esenciales del progreso continuo del aprendizaje (life-long learning) y del proceso que lleva a la formación de la identidad profesional. Entre las ventajas del portafolio, definido como ‘una colección de trabajos y materiales generados y aportados por el estudiante, junto con evaluaciones diversas, reunidos durante un tiempo, que reflejan el desarrollo de su aprendizaje, y son objeto de anotaciones reflexivas acerca de cómo se aprende y de lo aprendido en términos de resultados o de objetivos alcanzados’ (Davis et al), destacan: S47 R. Díez Lobato, et al Figura 3. • Facilita un abordaje integrador de la práctica y la evaluación (tanto sumativa como formativa) del aprendizaje clínico. • Recoge la evidencia de la actividad clínica y el aprendizaje de una manera longitudinal, permitiendo estimar el progreso del estudiante en el alcance de objetivos predefinidos. • Permite evaluar competencias difíciles o imposibles de estimar de otro modo, como la capacidad de reflexión, el pensamiento crítico y la creatividad, el autoaprendizaje, el desarrollo de la identidad profesional y el profesionalismo. • Impulsa y mejora el autoaprendizaje, al propiciar un aprendizaje más activo y en profundidad, potenciando la autorreflexión y la autoevaluación. • Favorece la comunicación e interacción directa entre el alumno y el profesor, recordando a ambos que la evaluación ideal es un proceso ‘de ida y vuelta’. • Permite detectar antes a los poor performers y reconducirlos en su aprendizaje. • Proporciona evidencia directa e indirecta acerca de la dedicación docente del profesor y del funcionamiento del programa docente. La reflexión sobre el propio aprendizaje por parte del estudiante, junto con su interacción con el S48 tutor, son las marcas distintivas entre un log-book (mera colección de materiales) y el verdadero portafolio, que desde el punto de vista de su estructura debe incluir materiales clínicos generados por el alumno y los resultados de la evaluación (componentes cuantitativos), por un lado, y aportaciones personales de tipo narrativo, tales como ejercicios de reflexión, autoevaluación o comentarios libres (componentes cualitativos), por otro. La figura 3 resume las ventajas esenciales del portafolio. Implementación del portafolio y condicionantes de su eficacia Entre las sugerencias apuntadas por diferentes autores para facilitar la implementación del portafolio docente destacan: • Definir con claridad su propósito. ¿Va a utilizarse con propósito formativo, sumativo o ambos? ¿Cuál es la relación entre el portafolio y las restantes evaluaciones que se aplican en el curso o el currículo? • Definir bien los ‘contenidos’ (estructura clara), así como los resultados (objetivos docentes) que van a evaluarse; de hecho, unos y otros © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia • • • • constituyen el blue-print con el que se diseñará este instrumento. Detallar la estrategia de la interrelación alumnoprofesor durante la generación-evaluación del portafolio, y de los procedimientos de retro­ alimentación. Desarrollar un sistema de calificación-evaluación (criterios de validez y fiabilidad del portafolio), que sirva para la mayor parte –si no todos– de sus componentes-contenidos (los materiales cuantitativos son más fáciles de evaluar que los cualitativos) y guíe las evaluaciones sumativas. Planificar la evaluación determinando el tiempo, los evaluadores (número, selección y entrenamiento apropiados) y el soporte administrativo necesario para realizarla. Orientar al estudiante con sesiones de ‘inducción’ (encuentro inicial explicativo) y guías escritas para informarle sobre la estructura y manejo del portafolio, así como acerca del proceso de evaluación al que va a someterse, aliviando su ansiedad. Factores que determinan la eficacia del portafolio Entre estos factores aparece en primer lugar el grado de estructuración; el portafolio ha de construirse guardando un balance entre la rigidez y la flexibilidad, pues una estructura demasiado rígida inhibe la expresión espontánea del aprendiz, limitando las aportaciones derivadas de su iniciativa personal (materiales ‘narrativos’ y de otros tipos) y, por tanto, la amplitud y representatividad de la muestra global del portafolio. Sin embargo, una estructura demasiado laxa o abierta puede desorientar al estudiante, que ‘no sabe bien qué debe aportar’ y dificulta considerablemente la evaluación con propósito sumativo (mayor disparidad de materiales, algunos de los cuales requieren además métodos de análisis cualitativos). Quizá el factor más influyente en la eficacia del portafolio es la calidad de la interrelación alumno-profesor (tutorización), no sólo a la hora de consensuar el diseño del portafolio, sino durante el aprendizaje. Se da por supuesto que el alumno y el profesor conocen al detalle el diseño, los contenidos y el propósito del portafolio, pero además deberán mantener entrevistas repetidas © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 durante las rotaciones (al menos una de iniciación, otra u otras intermedias y una final). En la primera se acordarán los objetivos y la estrategia de aprendizaje, resolviendo posibles dudas iniciales; en las entrevistas periódicas el tutor calibrará el desarrollo del proceso formativo y resolverá dificultades y dudas que pueda plantear el alumno (reconducción del aprendizaje), y en la entrevista final o de cierre de la rotación, el tutor comprobará y validará las aportaciones del alumno en el portafolio y comentará con él la experiencia vivida, recabando su opinión sobre la calidad de la enseñanza recibida y detectando las posibles deficiencias y limitaciones personales que deberán corregirse en las siguientes rotaciones. La evaluación del portafolio es el tercer factor determinante de su eficacia. La complejidad potencial de los contenidos, algunos de los cuales son además de tipo ‘narrativo’ (cuyo perfil no se presta a abordajes psicométricos y requiere otros cualitativos), hacen que la evaluación del portafolio no resulte una tarea fácil. El grado de estructuración del propio portafolio, ya comentado, y el entrenamiento de los observadores influyen claramente sobre la fiabilidad de la evaluación, cuyos coeficientes llegan a ser aceptables si la muestra de los contenidos a evaluar es amplia y transversalmente representativa. Igualmente, la validez exige contemplar de la manera más completa posible el área o materia a evaluar (content o direct validity) y una muestra adecuada de contenidos, contextos, observadores e instrumentos usados para la mejora. En todo caso, la fiabilidad del portafolio viene condicionada por las características psicométricas de los instrumentos de evaluación utilizados, que a su vez se relacionan con el perfil (cuantitativo frente a cualitativo) de los contenidos sobre los que se aplican. Se ha dicho que el componente evaluativo del portafolio será tan bueno como lo sean los instrumentos de evaluación incluidos en él, que han de poseer unas mínimas características psicométricas si van usarse con un propósito sumativo. Aparte de la propia estructura, el otro factor determinante de la calidad de la evaluación de un portafolio son los observadores. Es obvio que aumentando su número mejorará la fiabilidad de la evaluación (sobre todo si se han adiestrado previamente y se han establecido criterios homogéneos). Diferentes estudios demuestran que los índices kappa se incrementan progresivamente al aumentar el número de observadoS49 R. Díez Lobato, et al Figura 4. res, pero no hay que olvidar que el examen de un portafolio de calidad requiere un tiempo considerable, y existe evidencia de que un observador bien entrenado garantiza niveles aceptables de fiabilidad. El portafolio del Hospital 12 de Octubre En nuestro hospital, los alumnos de los tres últimos cursos del grado (de 4.º a 6.º) realizan rotaciones clínicas en régimen de ‘internalización’ (un cuatrimestre por curso), generando un portafolio por rotación. Dado que cada alumno lleva a cabo durante los tres cursos consecutivos un total de tres rotaciones por Medicina, tres por Cirugía, una o dos por Pediatría y una por Ginecología-Obstetricia, durante el último curso académico 2009-2010 se recogieron un total de 820 portafolios. La presentación del portafolio bien cumplimentado es condición necesaria para superar las asignaturas, en cuyas calificaciones finales se ha venido repercutiendo, no sin dificultades, la nota obtenida con el portafolio (con la excepción de Pediatría). En la figura 4 se reflejan la estructura y contenidos actuales de nuestro portafolio, que dispone de una hoja inicial de identificación, otra de S50 objetivos y de instrucciones y logística de manejo, una serie de formularios para comunicar las actividades clínicas y narrativas (desde historias clínicas hasta los comentarios libres), y las pruebas de ECOE, más una sección de apéndices. La mayoría de los contenidos son del tipo objetivocuantitativo, y a éstos se otorga un 70% del peso total en la evaluación-calificación del portafolio, mientras que a los componentes de tipo cualitativo se les otorga el 30% restante. Las aportaciones voluntarias de materiales extracurriculares (no requeridos formalmente en el currículo) pueden decantarse del lado de los componentes de tipo objetivo-cuantitativo o del tipo narrativo-cualitativo. Actualmente, las pruebas de ECOE en el contexto clínico (se pasaron más de 1.600 a 300 alumnos durante el curso académico 2009-2010, entre mini-CEX, discusión basada en un caso y observaciones directas de procedimientos prácticos) se utilizan con un propósito exclusivamente formativo, pero en el futuro inmediato, cuando sistematicemos su aplicación (administración de un número fijo de pruebas por candidato) y se alcance un grado adecuado de homogeneidad entre evaluadores, se usarán también como criterio sumativo (para determinar la nota global adjudicada al portafolio). © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia La aportación por nuestros alumnos de materiales relacionados con las diferentes actividades clínicas, por un lado, y de componentes ‘narrativos’, por otro, se ha valorado como buena-excelente en la gran mayoría de casos, y se está analizando para su publicación. Para la evaluación del portafolio venimos recurriendo al menos a un observador ‘universal’ que examina todos los portafolios de una rotación determinada. Pero si en el momento actual podemos considerar definitivamente implantado el portafolio en nuestra unidad docente, su mejora exige una atención y esfuerzo continuados, siendo el reto más importante a corto plazo estandarizar tanto la interacción alumno-supervisor docente en la generación del portafolio (tutorización), como el proceso de evaluación de éste. Las dificultades más serias encontradas para la implantación del portafolio se relacionan con el desequilibrio persistente en nuestros currículos a favor de la enseñanza-aprendizaje teóricos, y con la presencia de la prueba MIR, que para nada favorecen el reconocimiento de la relevancia real de la práctica clínica por parte de alumnos y profesores. El excesivo peso de la carga teórica y la abundancia de exámenes todavía presentes en nuestro ámbito usurpan tiempo y esfuerzo que deberían dedicarse a la práctica clínica. La actitud, a veces ‘evasiva’, del alumno (a quien lo que ‘más le gusta’ y satisface realmente © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 es ver enfermos, ‘hacer cosas por sí mismo’ y pasar el tiempo a pie de cama y fuera de las aulas) hacia el portafolio está motivada además por la escasa valoración del esfuerzo que realiza para cumplimentarlo, el cual no es adecuadamente reconocido en sus calificaciones, ni resulta de utilidad a la hora de superar el examen MIR, que sigue siendo de tipo teórico. Esperamos que la introducción de la nueva asignatura de Práctica Clínica en el nuevo plan de estudios de nuestra facultad solvente en gran parte el efecto disuasorio que una estructura curricular anticuada ejerce sobre la motivación del alumno para el ejercicio de la práctica clínica. Aunque no podemos todavía determinar en qué medida el empleo del portafolio mejora el nivel de competencia clínica de nuestros alumnos –sólo hemos podido evidenciar una buena validez concurrente (concurrent validity) entre las puntuaciones obtenidas por los alumnos de 4.º curso con el portafolio, una prueba ECOE multiestación y los exámenes teóricos de Patología Médica y Quirúrgica–, estamos convencidos de que el empleo del portafolio mejora definitivamente el aprendizaje del alumno (face validity). En todo caso, en nuestra experiencia, el portafolio docente se revela como un recurso útil para cambiar la ‘cultura docente’ de alumnos y profesores y propiciar la mejora curricular ‘desde dentro’. S51 MESA REDONDA 1. NUEVOS PROGRAMAS DOCENTES: LA INNOVACIÓN COMO ESTRATEGIA Nuevas metodologías, la innovación como estrategia: el punto de vista de los estudiantes Íñigo Noriega Echevarría Introducción ¿Hace falta cambiar? Nos encontramos a las puertas de un momento crucial para la comunidad universitaria europea. La implantación total de los nuevos planes de estudio, adaptados a las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), es el primer paso hacía un nuevo modelo de enseñanza que busca, en el fondo, depositar la responsabilidad del proceso de aprendizaje en el alumno. La creación de estos nuevos planes ha supuesto un largo proceso de reflexión para toda la comunidad universitaria, incluido el colectivo estudiantil, tal como demandaba la Declaración de Praga [1]. Pero más allá de una readaptación organizativa de los planes de estudios, la adaptación al EEES debe suponer una importante reflexión sobre las metodologías docentes empleadas en nuestras facultades. En este contexto, la opinión de los estudiantes cobra una especial relevancia al ser el auténtico usuario de las metodologías empleadas. A través de las delegaciones y consejos de alumnos, los representantes del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) hemos ido recogiendo las opiniones e impresiones que los estudiantes han transmitido a lo largo de estos años sobre la evolución y perspectivas de cambio en la docencia. Gracias a nuestros representantes, hemos podido adquirir una visión global del proceso que nos ha permitido acercarnos al proceso de adaptación con espíritu crítico y, sobre todo, con la ilusión de obtener un resultado final a la altura de las necesidades de nuestra sociedad. Más allá de los cambios formales requeridos por el proceso de Bolonia, cabría preguntar si realmente la docencia de la medicina en nuestras facultades requería algún cambio. Partiendo de la base de que probablemente no exista un modelo perfecto de enseñanza y, sobre todo, teniendo en cuenta que la dinámica y la capacidad de adaptación deben ser elementos fundamentales en la construcción de un modelo de enseñanza, nos enfrentamos al reto de preguntarnos cuáles han sido los principales determinantes del cambio en la creación y manejo del conocimiento y la práctica médica en estos años. Si algo ha caracterizado al conocimiento médico en las últimas décadas ha sido su impresionante expansión. La constante mejora de la técnica ha permitido un desarrollo exponencial de ciencias como la bioquímica y la biología molecular. Junto a esto, el desarrollo de las técnicas diagnósticas de imagen o el desarrollo de nuevas moléculas farmacológicas han constituido el principal motor para que el conocimiento se renueve cada pocos años, dando lugar a una masa de información difícilmente asimilable incluso para los propios profesionales. Esto ha derivado en la necesidad de crecimiento de la docencia teórica, especialmente enfatizada en las materias básicas. Sin embargo, y precisamente por esta velocidad en la generación del conocimiento, nos tenemos que preguntar si un aprendizaje basado fundamentalmente en la mera memorización de nombres y conceptos sigue teniendo sentido o si, por el contrario, habría que buscar alternativas en los contenidos © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Representante de alumnos, 4.º curso. Facultad de Medicina. UAM. Presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM). E-mail secretaria@ceem.org.es S53 I. Noriega Echevarría impartidos con el fin de obtener, más que un médico con una extenso conocimiento teórico, un médico con una base sólida sobre la cual sea capaz de autoactualizarse constantemente. También hay que destacar la hiperespecialización a la que se han sometido tanto asignaturas básicas como clínicas precisamente por este aumento del conocimiento. En el caso de las asignaturas básicas, esto se refleja en especial cuando valoramos la separación existente actualmente, en la mayoría de los planes de licenciatura, entre materias como fisiología, histología o anatomía de un mismo órgano o sistema, forzando al alumno a que sea él quien lo integre para conseguir una comprensión global del mismo. El desarrollo de las nuevas tecnologías también ha supuesto un cambio en las metodologías docentes. La posibilidad de acceder desde casi cualquier parte del mundo a las últimas publicaciones y evidencias existentes con respecto a prácticamente cualquier tema ha dado lugar a una auténtica globalización del conocimiento, en la que el estudiante puede recurrir a estas fuentes para ampliar, contrastar o incluso obtener directamente información. Por otro lado, esto también ha supuesto un cambio para el profesor, el cual ha pasado a disponer de una herramienta que le permite distribuir resúmenes o bibliografía a sus estudiantes. Los medios audiovisuales, como herramienta de apoyo a la docencia, han pasado a ser un elemento de presencia casi constante en las aulas de nuestras facultades. Si bien el desarrollo de estos medios tiene un gran potencial como herramientas complementarias, también es cierto que podemos observar en nuestras aulas una tendencia creciente a usarlos como el elemento fundamental de la transmisión del conocimiento en lugar de como complemento. Y esto se da todavía en el contexto de la clase magistral como principal metodología docente, a pesar de las evidentes limitaciones para el desarrollo de la capacidad de autoaprendizaje que ésta presenta y que se conocen desde hace años [3], facilitadas ahora por la posibilidad de impartir docencia a grandes auditorios sin apenas esfuerzo. Mención especial merece la saturación de las aulas de nuestras facultades, debido en gran parte al aumento del numerus clausus que estos años hemos observado en las facultades previamente existentes, a pesar de la creación de diez nuevas facultades de medicina, sin una ampliación de su dotación económica o S54 material, y que ha podido condicionar en gran medida la introducción de las nuevas tecnologías en nuestras clases como el elemento más viable para dar docencia a grandes grupos. Como resultado final, estamos obteniendo estudiantes que basan la mayor parte de su proceso de aprendizaje en la memorización bruta de datos, cuadros, tratamientos y procesos, altamente dependiente del conocimiento que imparte o, en el peor de los casos, distribuye el profesor. Este estudiante debe invertir grandes esfuerzos para integrar esta gran masa de conocimiento en detrimento de una formación en competencias prácticas que se encuentra infravalorada en nuestras facultades. Por ello, a lo largo de la adaptación de los nuevos planes de estudios, han sido varias las delegaciones, consejos y asociaciones de alumnos que han solicitado a profesores, departamentos y equipos de gobierno una reflexión seria sobre el rumbo a seguir en los próximos años. Ello se ha reflejado en varios documentos de ámbito nacional e internacional [3], haciendo especial énfasis en la necesidad de adaptar las metodologías docentes a un marco tan competitivo como el EEES. ¿Cómo valoran los estudiantes el cambio?: valoración del plan de estudios de la licenciatura de Medicina de la Universidad de Castilla La Mancha Una de los principales requerimientos de la adaptación de los nuevos planes de estudio es la constante evaluación de su implantación a lo largo de sus primeros años. Será entonces cuando realmente podremos valorar qué medidas han sido bien recibidas y han resultado más eficaces. Sin embargo, y a pesar de que hasta ahora no ha habido una herramienta que permitiese comparar la docencia de nuestras facultades, existe en nuestro país un proyecto docente de relativamente reciente creación y de carácter muy innovador que es posible valorar con cierta perspectiva. Hablamos del plan de estudios de la licenciatura de Medicina de la Universidad de Castilla La Mancha (UCLM) [4], que 800 estudiantes pudieron conocer gracias al III Congreso de Educación Médica del CEEM, celebrado en la Facultad de Medicina de la UCLM, en Albacete, los días 22 y 23 del pasado mes de abril. En la mesa dedicada a ‘Nuevas metodologías en © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 1. Nuevos programas docentes: la innovación como estrategia educación médica’, organizada por la Comisión de Educación Médica del CEEM, la mayoría de los participantes eran parte del profesorado de la propia facultad de la UCLM y nos ilustraron con lo que para todos fue una metodología como mínimo sorprendente y que pasamos a explicar de modo somero. Los pilares básicos del aprendizaje en su plan de estudios son los siguientes: • Aprendizaje basado en el estudiante como elemento del proceso formativo, con una alta interacción alumno-profesor facilitada por la docencia en base a grupos pequeños de alumnos. • Integración de conocimientos a través de módulos por objetivos que permitan alcanzar una perspectiva global de la materia a estudiar. • Implantación de metodologías docentes y de evaluación innovadoras, como el aprendizaje basado en problemas (ABP) o la evaluación clínica objetiva y estructurada (ECOE). Estos principios se reflejan en la organización de los módulos, los cuales se estructuran en cinco fases: • Presentación del tema, objetivos y materiales. • Autoaprendizaje del alumno de acuerdo con los elementos establecidos en la fase anterior, incluyendo un componente práctico. • Síntesis de lo aprendido y actividades complementarias (prácticas, resolución de problemas, cuestiones…). • Autoaprendizaje tutorizado por el profesor. • Evaluación final del modulo. Hay que destacar además que los aparatos y sistemas de las asignaturas básicas se estudian de manera coordinada en un único bloque, dividido a su vez en varios módulos por órganos y sistemas, lo cual facilita su aprendizaje integrado. Con este método es más probable que el alumno en el futuro pueda integrar a su vez, con mayor facilidad, la fisiopatología de una determinada enfermedad con su anatomía patológica, imagen radiológica, etc. En el caso de las asignaturas clínicas, el aprendizaje se basa en el ABP, metodología que se fundamenta en el aprendizaje en torno a una serie de problemas planteados a los alumnos, que éstos desarrollan. Además, desde tercer curso se incluye una ECOE final para evaluar las competen- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 cias clínicas. La evaluación de los cursos clínicos se obtiene con la evaluación teórica (40% de la nota), la evaluación práctica continua (30%) y la nota de la ECOE (30%). La evaluación continua del alumno es también un punto muy interesante a debatir. Si bien se puede pensar que gran parte de los alumnos preferirían una evaluación final que los librara de un trabajo más continuo, la realidad es que, con este método de evaluación, el alumno es capaz de mantener un nivel basal de trabajo constante que favorece el desarrollo de una actitud profesional de cara al denominado ‘aprendizaje a lo largo de la vida’ (long-life learning) y le permite librarse de grandes periodos únicos de exámenes finales. El importante porcentaje otorgado a la evaluación práctica (60%, al unir evaluación continua y ECOE) está muy lejos de las valoraciones que éstas reciben en otras facultades, en las que incluso se puede llegar a no tenerse en cuenta. En resumen, estamos ante un plan de estudios coherentemente planteado de acuerdo con sus objetivos de partida. Sin decir que este modelo sea perfecto, por lo menos muestra que otro modelo de docencia es posible y después de varios años de funcionamiento se ha consolidado como uno de los planes de estudios de medicina más atractivos para nuestros estudiantes. Conclusiones y perspectivas de futuro Aunque la puesta en marcha de los nuevos planes de estudio no ha hecho más que empezar, ya podemos observar los primeros pasos hacia el cambio. En el III Congreso de Educación Médica del CEEM, en la mesa organizada por la Comisión InfoMIR del CEEM (encargada de trabajar las propuestas y estudios del CEEM sobre el sistema MIR) y titulada ‘Las facultades de medicina en el marco de la nueva prueba de acceso al sistema de formación médica especializada’, también se presentaron los resultados de una encuesta que la comisión llevó a cabo con representantes de nuestras facultades, relativa a la adaptación de éstas ante la posible introducción de contenidos prácticos en el examen MIR. Los resultados de esta encuesta se presentan en la tabla. La tabla muestra que se puede valorar una pequeña tendencia al cambio. En las facultades de nueva creación, en general, se observa una mayor adaptación de cara a las nuevas tendencias S55 I. Noriega Echevarría Tabla. Se han clasificado las facultades según que su fecha de apertura fuera previa al año 2008 o posterior, dado que las primeras abrieron bajo las directrices de los planes de grado. Pre-2008 Post-2008 Laboratorio de habilidades de comunicación 19% 43% Laboratorio de habilidades técnicas 76% 100% Seminarios de forma regular 100% 90% Realización de pruebas ECOE en docencia, y en las antiguas, se aprecia que un número importante de ellas tienen introducidos elementos innovadores en sus planes docentes. Sin embargo, como la propia encuesta indica, aún queda mucho camino por andar. Desde las delegaciones de alumnos muchas veces se informa de respuestas muy negativas de determinados sectores de la comunidad universitaria (incluso a veces de los propios alumnos) con respecto a la introducción de nuevas metodologías. Probablemente, la solución a esto pase por formar e informar a nuestros docentes y estudiantes y por conseguir una visión clara de los médicos que queremos obtener. Para los estudiantes, el cambio sí es necesario. A pesar de que muchas veces se da la imagen de que el estudiante de medicina prefiere la comodidad a una formación exigente, estamos hablando de un colectivo con una gran vocación por su futura profesión, que trabajó muy duro para ingresar en la carrera y sigue trabajando para superarla. Cuando el estudiante ingresa en nuestras facultades, lo hace muchas veces sin prejuicios sobre el tipo de formación a recibir y, sobre todo, con una grandísima motivación. S56 43% Desde las facultades tenemos que ser capaces de explotar esta motivación y potenciar el trabajo del estudiante para conseguir médicos con una base sólida de conocimiento sobre la práctica médica, capaces de desarrollar, crear e integrar nuevos conocimientos. Bibliografía 1. Prague Communique. Towards the European Higher Education Area. URL: http://www.bologna-berlin2003. de/pdf/Prague_communiquTheta.pdf. 2. Aird I. Techniques and methods of medical education. BMJ 1956; Sep: 500-3. 3. International Federation of Medical Students Association (IFMSA). Policy statement on the Bologna Declaration and Medical Education. URL: http://www.ifmsa. org/index.php?option=com_content&view=article&id= 69:the-bologna-declaration-and-medical-education& catid=26:general&Itemid=41. 4. Universidad de Castilla La Mancha. Plan de estudios de la licenciatura en Medicina. 1998. BOE n.º 239. p. 33308. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 MESA REDONDA 2. EL CAMINO HACIA LA EVALUACIÓN OBJETIVA Evaluación del alumno Jesús Millán Núñez-Cortés Introducción El desarrollo de los nuevos planes docentes para la enseñanza de la medicina plantea algunos retos bien definidos: la integración de los conocimientos, la incorporación de estrategias que permitan una adquisición suficiente de las competencias clínicas propias del ejercicio profesional, el empleo de nuevas técnicas y recursos educativos, y –entre otras más– la utilización de técnicas de evaluación adecuadas al caso y a una enseñanza con objetivos redefinidos en función de las nuevas circunstancias. Al margen de que el proceso evaluativo debe alcanzar no sólo al alumno, sino también al profesor y a los propios programas, el objetivo de la presente contribución es señalar cuáles son los aspectos más importantes relacionados con la evaluación del alumnado. Un sistema de evaluación ‘ideal’ puede que sea un desiderátum. Habrá de reunir algunas virtudes intrínsecas (validez, fiabilidad, factibilidad, eficiencia, justicia, rigurosidad, transparencia...) y, además, deberá estar en consonancia con lo que el entorno exige: facilitar la formación de los alumnos y encontrarse diseñado para la objetivación de que se alcanzan los estándares profesionales, sin que ello suponga que se constituya como la actividad fundamental para la que trabajan el profesorado y el alumnado. La duda que puede surgir es si los métodos tradicionales de evaluación en enseñanza superior (Tabla I) son suficientes o bien es preciso incorporar o diseñar nuevas técnicas de evaluación. Habitualmente estamos familiarizados con poner en evidencia lo que, conscientemente, el alumno sabe o no sabe. El reto se centra en que © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 hemos de disminuir la parte inconsciente de lo que conoce (sin saberlo) o desconoce (sin que tampoco sepa esto que desconoce). En consecuencia, la evaluación simplemente sumativa (se valora el nivel alcanzado) o la evaluación formativa (se valoran los progresos en la formación) suelen ser insuficientes. Es preciso identificar los puntos fuertes y los puntos débiles para tomar decisiones fundadas sobre la marcha del proceso de enseñanza-aprendizaje. Es preciso hacer una ‘evaluación diagnóstica’. Seguramente esto lo podemos alcanzar si aplicamos cada una de las técnicas de evaluación a aquello que realmente queremos evaluar. En consecuencia, la naturaleza de cada una de las técnicas de evaluación señala la idoneidad de ésta para ser utilizada en la valoración de conocimientos puros, destrezas o habilidades, disposición a hacer las cosas de una determinada manera, o el comportamiento como profesional (Fig. 1). Catedrático de Medicina Interna. Universidad Complutense. Director de la Cátedra de Educación Médica Fundación LillyUniversidad Complutense. E-mail jesus.millan@salud.madrid. org Instrumentos de evaluación Las evaluaciones escritas suelen ser útiles para la valoración de los conocimientos adquiridos, bien sea a través de pruebas objetivas (tests de respuesta múltiple, respuesta alterna, selección específica, o de elaboración) o de pruebas de ensayo (preguntas de respuesta objetiva, preguntas amplias o de redacción). Un caso particular son los ensayos con casos clínicos, que aportan el valor añadido de la vivencia teórica de situaciones reales. Una alternativa a las evaluaciones escritas son las orales, bien sean estructuradas en una serie S57 J. Millán Núñez-Cortés Figura. Especificidad de las pruebas de evaluación. Tabla I. Instrumentos y procedimientos de evaluación. Evaluaciones escritas • Pruebas objetivas • Pruebas de ensayo a) Preguntas cortas b) Desarrollo de temas Evaluaciones orales Pruebas de laboratorio Pruebas de ‘ejecución’ • Evaluaciones estructuradas de tipo práctico • Evaluaciones en el ‘puesto de trabajo’ Registros de actividad de cuestiones, o no estructuradas con temas diversos y variados. Las evaluaciones de tipo práctico pretenden poner en evidencia si el alumno es capaz de demostrar cómo resolvería lo que se le propone, es decir, que muestre cómo actuaría ante situaciones concretas. En este territorio caben los exámenes sobre casos reales (uno o varios) con uno o diversos observadores. Asimismo, este tipo de evaluación puede apoyarse en casos clínicos preparados (resueltos de forma presencial o virtual), pacientes estandarizados, empleo de maniquíes S58 o con cualquier otro elemento que permita poner al alumno ‘en situación’. Un método particularmente extendido, y suficientemente acreditado de evaluación práctica son las pruebas prácticas objetivas y estructuradas (ECOE o similares). En el terreno de la medicina, estas pruebas prácticas estructuradas se pueden desarrollar en preclínica, y lo que está mucho más experimentado, en clínica (ECOE propiamente dicha o evaluación clínica objetiva y estructurada). La participación de observadores en distinto número, de los propios alumnos, a la hora de realizar la evaluación, marca pequeños aspectos diferenciales de las distintas pruebas bajo un mismo concepto. Por su elevada especificidad y porque remedan a situaciones reales, las pruebas prácticas objetivas y estructuradas son una herramienta de evaluación sumamente potente. Sin embargo, la evaluación al más alto nivel se provoca cuando valoramos la actuación del alumno en situaciones reales o, en palabras muy descriptivas, en el ‘puesto de trabajo’. Cabe aquí la observación directa a cargo del evaluador, el examen clínico (CEX o mini-CEX) a cargo de uno o más tutores, o la tutoría con pacientes o la discusión de casos preseleccionados. Dos situaciones particulares merecen señalarse. Por una parte, la modalidad de predefinir las habilidades clínicas que posteriormente se evaluarán in situ (cuando su consecución se considera inexcusable). Por otra, la contribución a la evaluación final de distintas fuentes o personas que partici- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 2. El camino hacia la evaluación objetiva pan en el entorno en el que se desarrolla la actividad (evaluación tipo 360°). Finalmente, el registro de la actividad desarrollada en el puesto de trabajo puede ser objeto de evaluación. Habrá de recogerse de manera sistemática y completa, y emplear criterios de evaluación objetivos a la hora de valorar las aportaciones del alumno. Su expresión más inmediata son ‘inventarios’ de actividades o, su versión más elaborada, los informes de aprendizaje o portafolios. Evaluación objetiva de las competencias clínicas De lo señalado hasta aquí se desprende que, aunque no sea de forma excluyente, hay tres técnicas especialmente potentes a la hora de evaluar las competencias clínicas adquiridas por los alumnos: • ECOE: como sistema desarrollado en un entorno semejante al real. • Mini-CEX: como sistema desarrollado en el entorno real. • Portafolio: como inventario razonado de actividades clínicas desarrolladas. Evaluación clínica objetiva y estructurada (ECOE) Combina la evaluación de conocimientos, habilidades y actitudes que sean específicamente evaluables por métodos objetivos, en un entorno semejante al real. Al menos en teoría, implica una capacitación para hacer algo. Sus características más relevantes vienen condicionadas por el perfil de las personas a las que va dirigida la evaluación, su nivel y su contenido. Dicho contenido es el que determinará el tipo de prueba, su duración, el número de situaciones a las que el alumno se enfrenta (estaciones) y la extensión de la prueba escrita acompañante. Un aspecto nada desdeñable es la dificultad de su preparación. Se trata de ‘poner a punto’ situaciones clínicas simuladas, diseñadas objetivamente en tiempo y espacio, con varias áreas competenciales equilibradas en el conjunto de la prueba (anamnesis, exploración, juicio clínico, conocimientos puros, comunicación, etc.), y con unos criterios de evaluación objetivos y predeterminados. Por consiguiente es imprescindible determinar los componentes competenciales bá- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Tabla II. Componentes competenciales de la ECOE. Básicos • Anamnesis • Exploración clínica • Habilidades técnicas • Habilidades de comunicación • Plan de manejo (diagnóstico y/o terapéutico) • Relaciones interprofesionales Optativos • Bioética • Profesionalismo • Investigación • Docencia sicos y aquellos que se incluyen aunque sean optativos (Tabla II), priorizar las situaciones clínicas que se van a utilizar en función de datos objetivos (prevalencia de los problemas clínicos, gravedad de éstos, necesidad de actuaciones inexcusables, etc.), determinar el contexto en el que tiene lugar (edad y género del enfermo, lugar de la atención prestada...), así como prefijar los instrumentos de los que se va a servir la prueba ECOE en cada estación o situación concebida como si fuera real (paciente estandarizado, maniquí, examen oral estructurado, exploraciones complementarias facilitadas, preguntas de respuesta corta). Miniexamen clínico (mini-CEX, Mini Clinical Examination) Se trata de un instrumento válido, simple y muy factible, para la evaluación de la práctica clínica. Es, por tanto, muy adecuado para valorar habilidades clínicas en situaciones reales. Además, permite ofrecer una retroinformación directa e inmediata al alumno. Se basa en casos clínicos con pacientes reales, por lo que puede ser cambiante la tipología, la complejidad y el entorno en el que se produce. En todo caso se debe utilizar una ficha estructurada de evaluación de la actividad clínica del alumno. En dicho formulario debe constar no sólo el nivel en el que ha superado (o no) las exS59 J. Millán Núñez-Cortés Tabla III. Ventajas de un mini-CEX. Válido: representativo de la realidad Fiable: escasa incidencia de los observadores Implica autorresponsabilidad Feed-back posterior potente Eficiente: bastante información en poco tiempo Factible: fácilmente aplicable Satisfactorio: para el evaluador y el evaluado Flexible: en su diseño y ejecución Medible: valoración cuantitativa pectativas previas, sino en qué áreas: anamnesis, exploración clínica, profesionalismo, juicio clínico, habilidades comunicativas, organización, eficiencia en la utilización de recursos, etc. De esta forma, la valoración global del mini-CEX permite evaluar, en su caso, satisfactoriamente la capacidad para el acto médico, la emisión de un juicio clínico o la capacidad de síntesis y de resolución de problemas estableciendo un plan de manejo con criterios profesionales y de eficiencia. Son numerosas las ventajas de un mini-CEX (Tabla III). Comparativamente con el CEX clásico, aporta las ventajas de que puede utilizar mayor número de pacientes, mayor número de observadores, entornos diferentes y emplear menos tiempo. Portafolio docente Se trata de un cuaderno de actividades en el que, sobre la simple relación inventariada de ésta, se añaden aspectos elaborados por el alumno, como es el caso de los incidentes críticos o la autovaloración de la propia actividad y del progreso en su aprendizaje. S60 El contenido del portafolio puede predefinirse de manera libre, pero en todo caso debería reflejar las actividades que son más genuinas del periodo de aprendizaje al que se refiera (historias clínicas realizadas, asistencia a intervenciones, participación en cuidados, sesiones clínicas a las que se asiste, etc.). La valoración del portafolio entregado por el alumno al término de un periodo de aprendizaje concreto habrá de situarse en el plano de la objetividad. Por tanto, es preciso predefinir cómo se valorarán, y con qué criterios, las actividades reflejadas por el alumno en el portafolio (por ejemplo, la calidad de las historias clínicas, la asistencia y participación en sesiones clínicas, el desarrollo de los incidentes críticos, etc.). Adicionalmente puede resultar conveniente incluir en la valoración del portafolio un apartado sobre aspectos generales centrados en el periodo de actividad clínica que debe evaluarse. Tales aspectos generales obedecen a identificar las mejores prácticas o aquellas que merecen mejorar, siempre con respecto al comportamiento individual del alumno: la puntualidad, la asiduidad, el comportamiento en el grupo de trabajo, la integración en la unidad clínica, la relación con los enfermos y sus familiares, etc. En conclusión, los sistemas de evaluación han de utilizarse correctamente, en el momento adecuado y sobre la materia que sea pertinente según el método elegido. Forma parte de una mejora en este campo disponer de información sobre las técnicas de evaluación y sobre los resultados que cabe esperar con cada una de ellas. La elección correcta de una u otra estará supeditada a ser coherentes con lo que deseamos evaluar. En todo caso parece que, de cara al futuro y a la generalización de las distintas técnicas disponibles, es necesario profundizar no sólo en el conocimiento teórico de las bases de su utilización, sino en la aplicación práctica de éstas y en la interpretación de los resultados. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 MESA REDONDA 2. EL CAMINO HACIA LA EVALUACIÓN OBJETIVA Evaluación de los programas Jordi Palés Argullós La evaluación de la calidad en el contexto europeo e internacional. La necesidad de estándares de calidad El proceso de adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) definido por la Declaración de Bolonia está representando o debería representar, al menos para los sistemas universitarios europeos, una oportunidad para llevar a cabo una reflexión profunda sobre la estructura y los contenidos de los currículos educativos, sobre los títulos y materias a impartir, sobre el cambio de la perspectiva enseñanza/aprendizaje, sobre la modificación de las metodologías y de los sistemas de evaluación y, sobre todo, poner en marcha un sistema de acreditación de la calidad. Uno de los objetivos claramente definidos por la Declaración de Bolonia es precisamente éste, conseguir la colaboración europea para la evaluación de la calidad. Cuando abordamos cualquier proceso de evaluación de la calidad en cualquier ámbito, debemos siempre plantearnos una pregunta clave: ¿buena o mala calidad, en relación a qué? Y la respuesta es clara: para evaluar debemos tener estándares de calidad bien definidos para cada uno de los aspectos a evaluar. En los últimos años, en nuestro país se han establecido agencias dependientes de la Administración central, como la Agencia Nacional Evaluadora de la Calidad y Acreditación (ANECA), o dependientes de las diferentes comunidades autónomas, con el fin de contribuir a la mejora de la calidad del sistema de educación superior mediante la evaluación, la certificación y la acreditación de las enseñanzas, del profesorado y de © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 las instituciones de educación superior. Actualmente, la ANECA y algunas agencias autonómicas están procediendo al proceso de verificación de las propuestas de los estudios de grado y de máster elaboradas por las universidades de acuerdo con el proceso de Bolonia. Se han establecido referentes y criterios que han de ser cubiertos por las diferentes propuestas con el fin de que éstas puedan en un primer momento verificarse e implementarse. Posteriormente a esta verificación deberá llevarse a cabo en los años siguientes el correspondiente seguimiento y, al cabo de seis años, el proceso de evaluación de lo realizado y la acreditación de las enseñanzas e instituciones. Todo esto proceso ha hecho que en los últimos tiempos haya calado en el contexto universitario la cultura de la evaluación de la calidad. El campo de la educación médica internacional no ha sido ajena al tema de la evaluación de la calidad y, como en otros muchos aspectos, ha ido siempre un paso por delante. Un claro ejemplo es que en 1999, año de inicio del proceso de Bolonia, muchos de sus principios ya se venían aplicando en muchos países en sus programas formativos, y también se había considerado el tema de la evaluación de la calidad. En este sentido, ese mismo año, la World Federation for Medical Education (WFME) publicó sus estándares para la mejora de la calidad en las tres etapas del continuo médico (grado, posgrado y/o formación especializada, y formación continua y desarrollo profesional continuo), estableciendo asimismo una guía para la evaluación de la calidad y posterior acreditación de las instituciones. Debemos recordar que dos años más tarde, en el 2001, en el congreso de la Sociedad Española de Educación Médica (SEDEM) celebra- Facultad de Medicina, Universitat de Barcelona. Sociedad Española de Educación Médica. Association for Medical Education in Europe. Fundación Educación Médica. E-mail jpales@ub.edu S61 J. Palés Argullós do en Granada, la misma SEDEM, las sociedades de educación médica de ámbito autonómico, las facultades de medicina españolas y las administraciones sanitaria y educativa, entre otros agentes, firmaron la denominada ‘Declaración de Granada’ en la que asumían los estándares de la WFME y se comprometían a aplicarlos en la evaluación de sus instituciones. Los estándares de la WFME distinguían dos niveles de calidad para cada ítem: • Estándar básico (EB) o requerimiento mínimo: expresado con el verbo ‘debe’ • Estándar para el desarrollo de la calidad (DS): expresado con el verbo ‘debería’ Posteriormente, en el 2007, y en pleno desarrollo del proceso de Bolonia, la WFME reelaboró sus estándares teniendo en cuenta la Directiva 2005/36/EC, de 7 septiembre del 2005, sobre reconocimiento de las calificaciones profesionales, la Declaración y proceso de Bolonia, el Sistema Europeo de Transferencia de Créditos (ECTS) y la tradición universitaria europea, y publicó las denominadas ‘especificaciones europeas a sus estándares globales’, con el fin de hacerlos más útiles a las instituciones en su proceso de adaptación a Bolonia. En estas especificaciones europeas, la mayoría de estándares de desarrollo de calidad se convierten en estándares básicos. En contraposición, no es hasta el 2005 cuando los ministros de los países miembros adoptan los ‘Criterios y directrices para la garantía de calidad en el EEES’, elaborados por la ENQA, y hay que esperar al 2007 a que se publique en nuestro país el Real Decreto por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales y los procedimientos y criterios para la verificación de los títulos universitarios. Si comparamos los estándares fijados por la WFME con los fijados en el Real Decreto antes aludido, vemos que si bien presentan similitudes importantes en muchos de sus aspectos, los primeros son más específicos y más concretos y, por tanto, más adecuados para la evaluación de la calidad de los programas formativos de medicina. Los fijados por el referido decreto son generalistas para poder aplicarse a cualquier enseñanza, no sólo medicina, y en cualquier caso debemos reconocer que sólo persiguen fundamentalmente la verificación del título y por lógica deberían complementarse para proceder con la evaluación después de los seis años. S62 Evaluación de la calidad de una institución educativa y de sus programas formativos Evaluar la calidad de una institución educativa supone evaluar tres contextos que se interrelacionan entre sí y se influyen mutuamente: • La estructura y organización, que incluye los recursos materiales y humanos. • El proceso educativo, que incluye el currículo, los programas formativos, las metodologías docentes y de evaluación y los resultados. • El profesorado. A pesar de esta mutua influencia nos circunscribiremos al segundo punto de evaluación del proceso educativo, aunque en determinados aspectos es prácticamente imposible no solaparse con aspectos de los otros contextos. Para ello seguiremos los antes referidos estándares propuestos de la WFME y nos ceñiremos a los aspectos que de forma específica consideran la evaluación de la calidad de los programas formativos en medicina. En concreto, consideraremos dentro del programa educativo: • Competencias y objetivos a alcanzar. • Modelos curriculares y métodos educativos empleados, incluyendo la evaluación. • Contenidos que se imparten. • Estructura, composición y duración del currículo. • Resultados del programa educativo, que va más allá de la simple evaluación de los estudiantes. • Gestión del programa y los procedimientos de revisión de éste en función de sus resultados. Competencias y objetivos Con respecto a las competencias y objetivos, en el proceso de evaluación debe analizarse si las competencias fundamentales necesarias para que los estudiantes se gradúen se han definido bien y si guardan relación con la formación posgraduada y especializada. Así mismo, si se mantiene una relación adecuada con las necesidades existentes y emergentes de la sociedad en la que ejercerán los graduados. En el contexto europeo, la definición de las competencias debe haber tenido en cuenta los actuales desarrollos europeos en definición de competencias, en especial la European Frame­ © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 2. El camino hacia la evaluación objetiva work of Qualifications y los resultados del Tuning Medical Education del proyecto MEDINE. Modelos curriculares y métodos educativos En este punto deben quedar bien establecidos cuáles son los principios que guían el diseño curricular y los tipos de métodos de enseñanza utilizados para implementarlo, y si éstos se basan en las teorías modernas del aprendizaje de adultos. Debe asegurarse que los currículos se orientan de acuerdo con los principios de la educación médica basada en resultados finales. Debe comprobarse también que la metodología utilizada permite que los estudiantes asuman su responsabilidad en su proceso de aprendizaje y se preparen para el aprendizaje autónomo a lo largo de toda su vida. Desde un punto de vista más formal y en el entorno europeo, los programas deben cumplir la Directiva 2005/36/EU sobre reconocimiento de cualificaciones profesionales y debe quedar claro qué tipo de estructura curricular ha adoptado la facultad (uno o dos 2 ciclos), de acuerdo con el proceso de Bolonia. Contenidos Debe valorarse que existan en el programa contenidos que inculquen los principios del método científico y de la medicina basada en la evidencia y promuevan el pensamiento analítico y crítico, y se debe indicar cuáles son las oportunidades específicas que se ofrecen a los estudiantes para adquirir formación para la investigación. Respecto a las ciencias básicas debe valorarse cómo se integran en el currículo y el proceso por el cual se incorporan a éste los avances en las ciencias biomédicas básicas para desarrollar la práctica asistencial. El currículo debe incorporar asimismo las ciencias sociales y del comportamiento, de la ética y de la jurisprudencia médicas, y contribuir a desarrollar una comunicación efectiva, el proceso de decisión y una práctica ética, y éstas integrarse con otros conocimientos y habilidades, y la ética médica, con las ciencias básicas y clínicas. El currículo debe incorporar asimismo la enseñanza de los atributos fundamentales del profesionalismo. Todas estas contribuciones deben adaptarse a los desarrollos actuales de la medicina, a los cambios demográficos, a los con- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 textos culturales y las necesidades de salud de la sociedad. En el contexto clínico deben estar claramente establecidos los resultados de aprendizaje específicos (conocimientos, habilidades y actitudes) que garanticen la competencia clínica al final del grado, y las disciplinas clínicas específicas y el nivel en que se han de cursar para adquirir las competencias exigidas. El programa debe especificar claramente cuáles son los entornos asistenciales necesarios para alcanzar la competencia exigida y ser coherentes con ello, así como dar oportunidades al estudiante para participar de forma activa en la atención del paciente y para tener un contacto precoz con éste. Deben haberse tenido en cuenta todos los entornos posibles (medio hospitalario, atención primaria, comunidad, laboratorios de simulación, etc.). Deben concretarse si existen oportunidades para que los alumnos adquieran una experiencia comunitaria relevante y para trabajar con otros profesionales de la salud. Finalmente, las habilidades clínicas deben adaptarse a cada etapa del currículo. Estructura, composición y duración del currículo Se debe asegurar que el programa posee una extensión y una secuencia adecuados y que asegura un balance correcto entre currículo nuclear y optativo. Asimismo, que existe una correcta integración de las ciencias básicas y las clínicas en el currículo, tanto horizontal (concurrente) como vertical (secuencial), y especificar los mecanismos que aseguran esta integración. Desde el contexto europeo, la organización curricular debe basarse en la carga de trabajo del estudiante de acuerdo con el sistema ECTS. Gestión y revisión del programa de acuerdo con sus resultados Una vez diseñado el programa formativo, éste debe implementarse, gestionarse y revisarse periódicamente. Para ello debe existir un comité curricular con autoridad para resolver conflictos educativos y determinar las contribuciones al currículo de las diferentes disciplinas. Debe especificarse cuál es su mandato, la composición y la autoridad de dicho comité. En éste es indispensable al menos que participen estudiantes, egresados y responsables del posgrado. S63 J. Palés Argullós Deben estar claramente especificados cuáles son los mecanismos de que dispone la facultad y cuáles son los recursos de que dispone el comité curricular para introducir innovaciones en la enseñanza/aprendizaje, en la evaluación de los estudiantes y en el currículo, de acuerdo con los defectos observados. Para todo ello es indispensable que dicho comité disponga de mecanismos que le permitan obtener y utilizar información procedente de todos los agentes implicados (la comunidad y la sociedad, egresados, profesores y alumnos) para evaluar los resultados del programa. En este sentido, el feedback de los estudiantes y profesores es fundamental para la evaluación de la planificación del programa y es necesario estimular a los distintos agentes a participar en las actividades de evaluación. El referido comité u otra estructura han de encargarse de hacer de forma independiente el seguimiento de la actuación y de los resultados y garantizar que los problemas se identifican y se corrigen, y estar claramente establecidos los mecanismos mediante los cuales se recoge, se analiza y se utiliza toda la información. Las agencias de evaluación externas deben implicarse en estos procesos de evaluación. La facultad ha de poseer además una política o procedimientos para garantizar que sus metodologías educativas son las apropiadas para la implementación del currículo, y para ello ha de tener acceso a una unidad experta en educación médica propia o externa. La facultad debe desarrollar investigación en el campo de la educación médica. Todo este sistema de evaluación determinará un necesario proceso de renovación continua de la institución que permitirá: • La adaptación de la misión y los objetivos de la facultad al desarrollo científico, socioeconómico y cultural de la sociedad. • La modificación de las competencias necesarias de los licenciados de acuerdo con las necesidades documentadas del entorno cambiante en el que ejercerán. • La adaptación del modelo curricular y de los métodos educativos para garantizar que son apropiados y relevantes. • La adecuación de los elementos curriculares y sus relaciones para adaptarse a los avances en las ciencias biomédicas, las ciencias del comS64 • • • • • portamiento, las ciencias sociales, las ciencias clínicas, los cambios en el perfil demográfico y del patrón salud/enfermedad de la población, y de las condiciones socioeconómicas y culturales. Esta adecuación debería garantizar la inclusión de nuevos conocimientos, conceptos y métodos relevantes, y que los obsoletos sean eliminados de los programas educativos. El desarrollo de principios y de los métodos evaluativos, así como el número de exámenes, debe corresponderse con los cambios en los objetivos educativos y los métodos y objetivos de aprendizaje. Adaptación de la política de selección del profesorado de acuerdo con las necesidades cambiantes de la facultad. Puesta al día de los recursos educativos de acuerdo con las necesidades cambiantes de la facultad (por ejemplo, entrada de estudiantes, cantidad y perfil del personal académico), el programa educativo y los principios educativos actuales. Mejora del proceso de seguimiento y evaluación de los programas educativos. Desarrollo de la estructura organizativa y de gestión para adaptarse a las circunstancias cambiantes y las necesidades de la facultad y, con el paso del tiempo, acomodarse a los intereses de los diferentes agentes sociales. Evaluación e impacto Cualquier proceso de evaluación de calidad no será útil si no se derivan de él unas determinadas mejoras, es decir, si no existe un impacto concreto. Un proceso de evaluación de calidad sin impacto es un proceso inútil. Una institución puede y debe evaluar la calidad de su programa de acuerdo con todos los aspectos anteriormente expuestos, es decir, en su planificación, en su desarrollo e implementación, es decir, el proceso educativo a través del feedback aportado por todos los agentes implicados y en sus resultados inmediatos en base la evaluación sumativa de los estudiantes. Sin embargo, todo esto no es suficiente. La evaluación de la calidad de los programas debe ir más allá y buscar evidencias que confirmen el grado de transferencia de los aprendizajes. Es decir, cómo se traduce en la práctica real o profesional de los egresados y, por ello, este aspecto debe ser objeto de seguimiento © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 2. El camino hacia la evaluación objetiva o evaluación y se debe disponer de instrumentos que lo faciliten. A modo de conclusión Cualquier institución educativa debe dotarse de un sistema eficaz de gestión y mejora de la calidad que permita llevar a cabo la evaluación de sus programas en todas los aspectos anteriormente definidos, siempre de acuerdo con estándares nacionales e internacionales ampliamente aceptados, y que le permita detectar deficiencias, introducir medidas correctoras y hacer un seguimiento de cómo las correcciones inciden de forma positiva en la calidad del programa. Las instituciones educativas han de ser muy conscientes que la evaluación y la mejora de la calidad de sus programas educativos, así como de otros aspectos, inciden fundamentalmente en la calidad asistencial y éste debe ser su fin último, mejorar la atención sanitaria de la población. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Bibliografía 1. ANECA. Referentes utilizados para la evaluación en la verificación de grados. URL: http://www.aneca.es/actividadesevaluacion/evaluacionenseñanzas/verifica.aspx. [31.05.2010]. 2. ENQUA. Criterios y directrices para la garantía de calidad en el Espacio Europeo de Educación Superior. URL: http://www.enqa.net/bologna.lasso. 3. MEDINE. The Thematic Network on Medical Education in Europe. WFME Global Standards for Quality Improvement in Medical Education. European Specifications. Copenhagen, 2007. 4. Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre, por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales. BOE n.º 260, de 30 octubre de 2007. p. 44037-48. 5. Gual A. Guía de la OMS/WFME para la acreditación de la formación médica de grado. Educ Med 2006; 9: 101-2. 6. World Federation for Medical Education. Estándares globales en educación médica. Educ Med 2004; 7 (Supl 2): 5-6. S65 MESA REDONDA 2. EL CAMINO HACIA LA EVALUACIÓN OBJETIVA Evaluación del profesorado. Evaluación de la calidad docente José Carreras Barnés Evaluación de la calidad docente del profesorado como componente del sistema de garantía interna de calidad de las universidades En el ámbito del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), la evaluación de la calidad docente del profesorado es un proceso que deben llevar a cabo fundamentalmente las propias universidades como elemento del sistema de garantía interna de calidad desarrollado en el marco del sistema europeo de calidad. A tal efecto, siguiendo el mandato de la conferencia ministerial de Berlín del año 2003, la ENQA, en cooperación con la EUA, la EURASHE y la ESIB, propuso los criterios y directrices para la garantía de calidad en el EEES [1], que fueron adoptados por la conferencia ministerial de Bergen del año 2005. De acuerdo con los mismos, las instituciones de educación superior deben disponer de medios que garanticen que el personal docente esté capacitado y sea competente para su trabajo. Deben disponer de procedimientos de incorporación del profesorado que incluyan medios para verificar que las personas seleccionadas poseen un nivel mínimo de competencia. Deben proporcionar oportunidades a los profesores de bajo rendimiento para que mejoren sus habilidades de forma que alcancen un nivel aceptable, y deben disponer de los medios que permitan darles de baja de sus funciones docentes si continúan siendo ineficaces. Siguiendo los acuerdos de las conferencia ministeriales y dado que la Ley Orgánica de Modificación de la LOU (LOMLOU) [2] determinó que la garantía de calidad era un fin esencial de © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 la política universitaria, la ANECA, la AQU y la ACSUG, a partir del año 2007, desarrollaron de forma conjunta el programa AUDIT [3], dirigido a orientar y apoyar a las universidades y a los centros universitarios en el diseño de sistemas de garantía interna de calidad, integrando las actividades relacionadas con la garantía de la calidad de las enseñanzas que ya se venían desarrollando. Por lo que respecta a la calidad de la actividad docente, las directrices incluidas en AUDIT especificaron que las universidades y los centros debían contar con mecanismos que aseguraran que el acceso, la formación, la evaluación, la promoción y el reconocimiento de su personal académico y de apoyo a la docencia se realizase con las debidas garantías para que cumpliera con las funciones que le son propias. Actualmente, la normativa universitaria vigente en España permite que las universidades sean responsables de evaluar la capacitación docente de los candidatos en los procesos de selección del profesorado y de evaluar periódicamente la calidad de la actividad docente que desarrolla el profesorado ya en ejercicio. Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular. Facultad de Medicina. Universitat de Barcelona. E-mail jcarreras@ub.edu Evaluación de la capacitación docente de los candidatos en los procesos de selección del profesorado El proceso de selección del profesorado funcionario de los cuerpos docentes (profesores titulares y catedráticos de universidad) tiene lugar en dos fases [2]: una fase de acreditación nacional realizada por la ANECA, que tiene por objeto asegurar un nivel mínimo, y los concursos de S67 J. Carreras Barnés acceso a plazas específicas realizados por las respectivas universidades, dirigidos a seleccionar los candidatos más adecuados de acuerdo con los perfiles de las plazas convocadas. El proceso de acreditación nacional, desarrollado por la ANECA mediante el programa ACADEMIA [4], en el caso de acreditación para profesor titular, comporta la evaluación de cuatro dimensiones fundamentales: la formación, la experiencia investigadora, la experiencia docente o profesional y la experiencia en gestión y administración. El Real Decreto que regula este proceso [5] establece la tipología a utilizar para clasificar las aportaciones de los solicitantes, así como la puntuación asignada a cada una de las cuatro dimensiones: 5, 50, 40 y 5 puntos, respectivamente, sobre un total de 100 puntos. Además, determina que para obtener evaluación positiva es necesario obtener un total mínimo de 65 puntos y alcanzar como mínimo 60 puntos entre las dimensiones ‘experiencia investigadora’ y ‘experiencia docente o profesional’. En la acreditación para catedrático de universidad, no se evalúa la dimensión ‘formación’ y la puntuación máxima asignada a las otras tres dimensiones es 55, 35 y 10 puntos, respectivamente. Para obtener evaluación positiva debe lograrse un total mínimo de 80 puntos y un mínimo de 20 puntos en la dimensión ‘experiencia docente o profesional’. Por ello, las dimensiones ‘experiencia investigadora’ y ‘experiencia docente o profesional’ son decisivas, pero dado que sólo pueden perderse 20 puntos, la dimensión ‘experiencia en gestión y administración’ puede ser también condicionante del resultado. La normativa ministerial fija los mismos cinco criterios para evaluar la dimensión ‘experiencia docente o profesional’ en la acreditación para profesor titular y para catedrático: dedicación docente, calidad de la actividad docente, calidad de la formación docente, calidad y dedicación a actividades profesionales en empresas, instituciones, organismos públicos de investigación u hospitales, distintas a las docentes e investigadoras, y otros méritos relacionados con la actividad profesional. Pero la ANECA [4] estableció, a título orientativo, distintas puntuaciones máximas para los criterios mencionados, según que la acreditación fuera para profesor titular o para catedrático. En el primer caso, dichas puntuaciones fueron: 26, 8, 3, 3 y 2 (adicionales) puntos, respectivamente, sobre un total de 40 puntos. En el segundo caso, S68 sobre un total de 35 puntos, fueron: 22, 7, 3, 3 y 2 (adicionales) puntos. Por lo que respecta a los concursos de acceso a plazas de los cuerpos docentes universitarios, la LOMLOU [2] determina que serán regulados por las propias universidades, de acuerdo con lo que establezcan sus estatutos. La normativa ministerial que desarrolla este tema [6] se limita a establecer que el procedimiento de dichos concursos debe valorar, en todo caso, el historial académico, docente e investigador del candidato, y su proyecto docente e investigador; así como contrastar sus capacidades para la exposición y debate en la correspondiente materia o especialidad, ante la comisión y en sesión pública. En general, los concursos desarrollados por las universidades constan de dos o tres pruebas (raramente una sola), que incluyen, en todos los casos, la exposición oral del currículo, del proyecto docente, del proyecto de investigación y, en el caso de plazas vinculadas, del proyecto asistencial sanitario, seguido de un debate con los miembros de la comisión. En los concursos a plazas de profesor titular (no en los concursos a plazas de catedrático), las pruebas generalmente incluyen, también, la exposición de un tema de la materia (libremente elegido por el candidato o elegido por el candidato entre tres resultantes de sorteo). Y los concursos a plazas de catedrático (raramente los concursos a plazas de profesor titular) incorporan la exposición y debate de un trabajo de investigación original [7]. ¿Son estos procedimientos adecuados para evaluar las competencias docentes de los concursantes? Depende, en gran parte, de los criterios de evaluación y de los baremos que se utilicen, los cuales son fijados por las comisiones que resuelven los concursos. En cuanto a la contratación como profesor contratado doctor, definida como de carácter permanente por la LOMLOU, esta ley establece como requisito necesario la previa evaluación positiva por la ANECA o por los órganos de evaluación que la ley de las comunidades autónomas determine en el ámbito de sus respectivas competencias. Las normas del proceso de evaluación desarrollado por la ANECA [8] fijan cuatro criterios de evaluación: experiencia investigadora, experiencia docente, formación académica y experiencia profesional, y otros méritos. Dichas normas asignan como puntuaciones máximas para estos cuatro criterios 60, 30, 8 y 2 puntos, respectivamente, y enumeran los méritos a con- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 2. El camino hacia la evaluación objetiva siderar en cada criterio especificando las correspondientes puntuaciones máximas. Como requisitos mínimos para la evaluación positiva fijan alcanzar 50 puntos en la suma de los criterios ‘experiencia investigadora’ y ‘experiencia docente’, y 55 puntos en el total de los criterios. La mayoría de las agencias de las comunidades autónomas que han desarrollado el proceso de evaluación previo a la contratación como profesor contratado doctor permanente [9] agruparon los méritos a evaluar en criterios semejantes a los establecidos por la ANECA, si bien los pesos relativos definidos para los diversos criterios fueron variables. Una situación especial se ha dado en Cataluña, por cuanto la Ley de Universidades de Cataluña, que estableció dos categorías dentro del profesor contratado doctor (la de profesor agregado y la de catedrático contratado), sólo exige la evaluación previa de la actividad investigadora como requisito imprescindible para poder participar en los concursos de acceso; la evaluación de la actividad docente se requiere solamente si así lo establecen las universidades en las correspondientes convocatorias. Cabe señalar que, en el año 2006, la ANECA y las agencias autonómicas constituyeron la Red Española de Agencias de Calidad Universitaria (REACU) con el fin de promover su colaboración, y publicaron un documento sobre ‘Armonización de la evaluación del profesorado’ con recomendaciones consensuadas [9]. Respecto a los concursos de acceso a plazas de profesor contratado doctor permanente convocadas por las universidades, en general, se han desarrollado con procedimientos semejantes a los de los concursos a plazas de los cuerpos docentes [9]. Evaluación de la calidad de la actividad docente La actividad docente es el conjunto de actuaciones que se realizan dentro y fuera del aula destinadas a favorecer el aprendizaje de los estudiantes con relación a los objetivos y competencias definidas en un plan de estudios y en un contexto institucional determinado. La responsabilidad de garantizar la calidad de la actividad docente que desarrolla el profesorado ya en ejercicio recae en cada universidad, y es ésta quien debe tener un sistema que asegure dicha calidad de forma fiable y sistemática. Las agencias de calidad © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 colaboran con las universidades y tienen como función principal comprobar que los sistemas de calidad que éstas han diseñado se han establecido y se aplican de forma adecuada. Programa DOCENTIA El programa DOCENTIA [10] es un programa compartido por la ANECA y agencias de evaluación de comunidades autónomas, iniciado en el año 2008, con el objetivo de apoyar y facilitar la evaluación de la calidad de la actividad docente del profesorado que realizan las universidades, garantizando el rigor de la evaluación y su adecuación a los objetivos previstos. Se propone ayudar a las universidades a disponer de un modelo validado que sea apropiado, útil, viable y preciso, y constituir una herramienta para favorecer la cultura de la calidad, alineando la evaluación de la actividad docente con los criterios de garantía de calidad de las titulaciones universitarias, así como la actividad docente del profesorado con los objetivos de la institución. El modelo en el que se fundamenta este programa establece como ‘dimensión cero’ o ‘condición previa’ la dedicación docente, de forma que si el profesor no desarrolla las actuaciones que la describen no procede determinar la calidad de la docencia. Y considera tres dimensiones como objeto de evaluación de la actividad docente: • Planificación de la docencia: organización y coordinación docentes, resultados de aprendizaje previstos, actividades de aprendizaje previstas, criterios y métodos de evaluación, materiales y recursos docentes. • Desarrollo de la enseñanza: actividades de enseñanza/aprendizaje realizadas, procedimientos de evaluación aplicados. • Resultados: objetivos formativos logrados por los estudiantes, mejoras de la actividad docente conseguidas. Por otra parte, el modelo DOCENTIA establece cuatro criterios de evaluación de la actividad docente, alineados con las dimensiones anteriores: • Adecuación a los requerimientos establecidos por la universidad y el centro. • Satisfacción de los demás agentes implicados en la enseñanza. S69 J. Carreras Barnés • Eficiencia en el desarrollo en los estudiantes de las competencias establecidas. • Orientación a la innovación docente. Finalmente, el modelo considera que las fuentes y procedimientos de recogida de información seleccionados para la evaluación de la actividad docente deben tener cuatro características: evitar posibles sesgos en la información recogida, ser válidos, ser viables y permitir la interacción con los evaluados. De acuerdo con ello, y teniendo en cuenta las dimensiones a evaluar, propone el autoinforme del profesor, el informe de los responsables académicos y las encuestas a los estudiantes, reconociendo que las universidades pueden incorporar a su diseño otras fuentes y procedimientos de recogida de información de elaboración propia. Atendiendo a estos principios, las universidades que decidan participar en el programa DOCENTIA, formalizándolo mediante un convenio con la ANECA y la correspondiente agencia de evaluación autonómica, deberán elaborar un documento o manual para la evaluación de la actividad docente de su profesorado que recoja, como mínimo, los aspectos siguientes: • Aspectos estratégicos de la evaluación docente: finalidad, ámbito de aplicación, obligatoriedad, periodicidad, plan de difusión, agentes implicados. • Dimensiones y criterios de evaluación. • Fuentes y procedimientos de recogida de información: con inclusión de los formatos del autoinforme, del informe de las autoridades académicas y de la encuesta a los estudiantes. • Procedimiento para realizar la evaluación: comités de evaluación, protocolo de evaluación, informe de evaluación, presentación de alegaciones. • Procedimiento para la toma de acciones derivadas de la evaluación y para el seguimiento de éstas. • Procedimiento para la difusión de los resultados. Los manuales de evaluación docente elaborados por las universidades son verificados por una comisión de evaluación constituida por seis personas: el presidente (un académico), el secretario (un técnico de agencia de evaluación) y cuatro vocales (dos académicos, un profesional no académico y un estudiante). Estas personas son seleccionadas conjuntamente por la ANECA S70 y las agencias de evaluación de las comunidades autónomas que participan en el programa, garantizando que no existan conflictos de intereses entre los evaluadores y las universidades cuyos manuales son objeto de verificación. La comisión de evaluación, utilizando los protocolos elaborados por las agencias de evaluación, analiza los manuales de manera colegiada y emite un informe provisional de verificación que recoge las valoraciones, recomendaciones y propuestas de mejora, y que puede ser positivo, positivo con condiciones o negativo. La agencia de evaluación correspondiente remite estos informes a las universidades, que en el caso de recibir una valoración positiva con condiciones dispondrán de un plazo de seis meses para presentar las observaciones pertinentes. La comisión de evaluación revisa las modificaciones introducidas en los diseños originales y emite el informe definitivo de verificación. Si el informe ha sido positivo, la universidad inicia las actuaciones previstas en su manual, pudiendo contar con el apoyo de la ANECA o de las agencias de evaluación autonómicas. El procedimiento diseñado se aplicará al menos durante dos años con carácter experimental y durante ese periodo será objeto de seguimiento por parte de la propia universidad y de las agencias de evaluación (que crearán al efecto una comisión de seguimiento), a fin de comprobar que la evaluación de la actividad docente se está llevando a cabo de acuerdo con el proyecto inicial, e introducir ajustes y mejoras atendiendo a las exigencias y necesidades del contexto de aplicación. El proceso de seguimiento implicará la elaboración anual de un informe de implantación por parte de las universidad, que será revisado por la comisión de seguimiento, la cual emitirá un informe señalando las posibles deficiencias detectadas y sugiriendo recomendaciones para mejorar la implantación del diseño. Valorado el segundo informe de implantación elaborado por la universidad, la comisión de seguimiento decidirá si el diseño puede ser certificado (para un período de cuatro años) o si debe aplicarse experimentalmente durante un año más. Los resultados del desarrollo del programa DOCENTIA a finales del mes de abril del presente año eran los siguientes: se había resuelto el proceso de verificación de 54 manuales, 9 se hallaban en fase de alegaciones y 19 en fase de seguimiento. No habían presentado su diseño © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 2. El camino hacia la evaluación objetiva cinco de las universidades y otras cinco no habían participado en el programa [10]. El seguimiento de la aplicación del manual de evaluación docente de seis universidades, en el que ha participado este ponente, ha revelado que uno de los puntos débiles que suele presentarse es la baja capacidad de discriminación, debido principalmente a que el diseño no distingue de manera adecuada el mero cumplimiento de lo que constituyen las obligaciones docentes de todo profesor de aquellas actuaciones que revelan una actividad docente innovadora, creativa y generosa, y a que son escasos los niveles de evaluación establecidos. Se considera fundamental corregir este defecto; su persistencia conduciría al desprestigio del proceso y sería un importante factor de desmotivación del profesorado por lo que se refiere a la mejora de la calidad docente. Bibliografía 1. European Association for Quality Assurance in Higher Education. Criterios y directrices para la garantía de calidad en el Espacio Europeo de Educación Superior. URL: http://www.enqa.eu/files/ESG%20version%20ESP.pdf. 2. Ley Orgánica 4/2007, de 12 de abril, por la que se modifica la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades. BOE de 13-IV-2007. p. 16241-60. 3. ANECA. Programa AUDIT. URL: http://www.aneca.es/ actividadesevaluacion/evaluacionenseñanzas/audit. aspx. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 4. ANECA. Programa ACADEMIA. URL: http://www.aneca. es/actividadesevaluacion/evaluacionprofesorado/acreditacion_nacional.aspx. 5. Ministerio de Educación y Ciencia. Real Decreto 1312/2007, de 5 de octubre, por el que se establece la acreditación nacional para el acceso a los cuerpos docentes universitarios. BOE de 6-X-2007. p. 40653-9. 6. Ministerio de Educación y Ciencia. Real Decreto 1313/2007, de 5 de octubre, por el que se regula el régi­ men de los concursos de acceso a cuerpos docentes universitarios. BOE de 8-X-2007. p. 40758-61. 7. Carreras J. Evaluación de la calidad docente y promoción del profesorado (VI). Legislación universitaria española (d): modificación de la Ley Orgánica de Universidades. Profesorado funcionario: de la habilitación a la acreditación (2004-2008) (2.ª parte). Educ Med 2009; 12: 131-47. 8. Resolución de 18 de febrero de 2005, de la Dirección General de Universidades, por la que se modifican determinados aspectos del procedimiento de presentación de solicitudes de evaluación o informe de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación para la contratación de personal docente e investigador, así como de los criterios de evaluación, establecidos en las resoluciones de 17 de octubre de 2002 y de 24 de junio de 2003, de la Dirección General de Universidades. BOE de 4-III-2005. p. 7875-87. 9. Carreras J. Evaluación de la calidad docente y promoción del profesorado (VII). Legislación universitaria española (e): modificación de la Ley Orgánica de Universidades. Profesorado contratado permanente (2004-2008). Educ Med 2010; 13: 205-21. 10. ANECA. Programa DOCENTIA. URL: http://www.aneca. es/actividadesevaluacion/evaluacionenseñanzas/docentia.aspx. S71 MESA REDONDA 2. EL CAMINO HACIA LA EVALUACIÓN OBJETIVA Evaluación final: ¿sirve el examen MIR? Francisco J. Aspa Marco a, Felipe Rodríguez de Castro b Introducción La realización de una prueba única, de carácter nacional y de diseño centralizado tras la finalización de los estudios de grado, con objeto de seleccionar u ordenar a los aspirantes a acceder a un programa de formación especializada, refleja el actual paradigma en el que se evalúa y recompensa fundamentalmente los conocimientos adquiridos durante los estudios universitarios. No obstante, el planteamiento de la pregunta que encabeza este escrito no es inocente y deja traslucir algunas inconsistencias que se tratarán de hacer patentes a lo largo del artículo. Además, se propondrá exponer las claves que permitan plantearnos otro paradigma, basado en la capacidad de aprender. En la figura 1 se señalan los principales pasos que el estudiante de medicina debe dar para convertir su vocación en profesión y para seguir manteniendo sus conocimientos actualizados a lo largo de su vida. En este sencillo esquema se describe que, tras una prueba de acceso a la Facultad de Medicina (examen de selectividad), el estudiante cursará sus estudios de grado para, al terminar éstos, ya como médico, realizar el examen de médico interno residente (MIR), y así optar a una plaza que le permita obtener un título de especialista y lo capacite legalmente para ejercer en el sistema sanitario público. La competencia alcanzada por el especialista representará el grado en el que ese médico puede utilizar los conocimientos, las aptitudes, las actitudes y el buen juicio asociados a la profesión, para poder desempeñarse de manera eficaz en todas las situaciones que corresponden al campo de su práctica pro- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 fesional. El profesional tiende a la excelencia y el profesionalismo exige acceder permanentemente a los valores de la profesión y a mantener el máximo nivel personal de competencia exigible en cada momento. Todas las acciones encaminadas a ello configuran el desarrollo profesional continuo, que se podría definir como el proceso mediante el cual los profesionales adquieren, mantienen y mejoran sus conocimientos, sus habilidades y sus actitudes, lo que les permite continuar su ejercicio profesional de forma competente, esto es, con el nivel de calidad exigible en cada momento. Se trataría, en definitiva, de mantener el clásico esquema aristotélico: aprender a pensar, aprender a decidir, aprender a ser. a b Director Médico, Hospital Universitario de la Princesa. Profesor asociado, UAM. Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. E-mail jaspa@separ.es Análisis del sistema actual Situados en este esquema, la primera pregunta que deberíamos plantearnos es la clásica ante cualquier examen: ¿qué se valora en el examen MIR? Antes de responder sería adecuado realizar una breve reflexión. Se acepta que las instituciones que detentan la facultad de otorgar títulos han de ser responsables de aquello que ‘certifican’, pero si observamos el esquema anterior, parecería que no nos fiásemos de la capacidad de la universidad para acreditar y quisiéramos asegurar la validez de los títulos que otorga, la adecuación de la formación recibida. No olvidemos que si un médico no ‘aprueba’ el examen, es decir, si no obtiene una puntuación suficiente que le permita acceder a la formación especializada, su reconocimiento como médico titulado sigue siendo válido. S73 F.J. Aspa Marco, et al Figura 1. Pasos a dar en la titulación/formación como médico. Se podría argumentar que una prueba como el examen MIR no quiere evaluar los conocimientos adquiridos, sino otro tipo de conocimientos y habilidades que no están suficientemente normalizados o que pertenecen a lo que podemos denominar ‘currículum oculto’. Es decir, que lo que se pretende valorar realmente son otras capacidades, necesarias para el ejercicio de la profesión médica, como habilidades de comunicación o de relación, empatía, inteligencia emocional, etc. Sin embargo, resulta evidente que un instrumento evaluador como el que se emplea en el examen MIR no permite una evaluación adecuada de estos aspectos ni es este su objetivo declarado. A pesar de todo, además de servir de llave para acceder a una formación especializada, el examen MIR tiene otros valores añadidos que conllevan claramente una predicción de gran disfunción entre las necesidades asistenciales de la población y la necesidad de especialistas que genera nuestro modelo sanitario [1]. Como ejemplos se podrían mencionar el negocio de las academias preparatorias, su papel como numerus clausus real para regular el mercado de especialidades, la formación de médicos de otras nacionalidades, el actuar de facto como un sistema de validación de títulos, etc. Conviene que volvamos al esquema de la figura 1 y reflexionemos un poco más: ¿qué medicina se puede ejercer sin tener una especialidad vía MIR? Desde luego, ninguna ligada a la clínica si atenS74 demos a las directrices europeas para ejercer en la sanidad pública [2]. En España se condicionó el ejercicio de las actividades de médico general, en el marco de su régimen nacional de seguridad social, a la posesión del título de especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Las siguientes preguntas que surgen son: ¿qué relación tengo entre la oferta y la demanda?, ¿cuántas plazas MIR oferto y cuántas solicitudes tengo? En la figura 2 se muestran datos muy esclarecedores. El inicio de la formación especializada vía MIR, junto con un excesivo número de licenciados, supuso para nuestro país, a finales de los años setenta, un cambio en la estructura de la profesión hasta entonces desconocido. Sólo unos pocos accedían a la formación especializada. El resto, asimilado a un ‘cierto’ segundo nivel, buscó un hueco laboral básicamente en la atención primaria, en las zonas rurales y en las bolsas del paro. En numerosas ocasiones actuaron como médicos especialistas, aunque sin título, lo que más tarde originó otra situación paradójica a la que hubo que poner remedio: los médicos especialistas sin título oficial (‘MESTOS’). En conjunto, la cifra de candidatos médicos presentados al examen ha pasado de 23.890 en 1983 a 6.726 en el año 2011. También se ha modificado su procedencia, de forma que, por ejemplo, para el caso de las plazas adjudicadas a Medicina Familiar y Comunitaria, de un total de 1.648 © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 2. El camino hacia la evaluación objetiva Figura 2. Sistema MIR: licenciados en Medicina, plazas MIR y número de presentados. plazas en 2005-2006, el 1,6% correspondía a médicos comunitarios no españoles y el 11,8% a no comunitarios. Para el año 2009-2010, de un total de 1.904 plazas, el 4,2% correspondía a comunitarios y el 40,5% (771 plazas) a no comunitarios. El examen MIR es, posiblemente, un punto estratégico en la vida profesional de los médicos y tiene una de las mayores potencialidades de promover cambios en cascada en su entorno, con repercusiones tanto en la etapa de grado como en la de especialización [1]. Los autores de este artículo, por su dedicación profesional, llevan más de 20 años asistiendo a la llegada a sus centros de diferentes promociones de residentes e, independientemente de la especialidad, de la procedencia o de las diversas circunstancias que concurren, una afirmación es constante: el tipo de examen MIR actualmente existente actúa de forma determinante sobre el tipo de enseñanza que se realiza en las universidades. No sólo modifica el sistema de enseñanza, sino que los alumnos del grado o licenciatura filtran aquellos aspectos de su formación según que éstos se acomoden al tipo de examen al que se van a someter, primando los aspectos que consideran útiles y soslayando los que consideran ajenos a este fin último: aprobar el examen y obtener una plaza de formación especializada. Si la universidad vive de espaldas a esta realidad constatable, puede darse el caso de © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 que elabore estrategias pedagógicas innovadoras, pero que éstas se desarrollen en una especie de limbo, con unos estudiantes que pueden llegar a considerar su formación universitaria como un trámite completamente alejado de la realidad. De hecho, se está asistiendo a fenómenos preocupantes, como la utilización de los manuales elaborados por las academias de preparación para la prueba MIR como libros de uso habitual por parte de estudiantes de facultades prestigiosas de nuestro país, o la iniciación de la preparación al examen en estas academias durante el último año de la licenciatura, convirtiendo esta actividad en prioritaria en relación con sus obligaciones académicas como pregraduados. Los análisis más habituales acerca de la prueba de acceso MIR se centran en examinar aspectos menos trascendentes, como el número de preguntas por especialidad, destacando que la distribución de éstas responde predominantemente a una estrategia cuantitativa de reparto de materias y no a su pertinencia o a un análisis de competencias médicas predeterminadas. Otro enfoque común es analizar la oferta de plazas por especialidad o establecer un ranking de universidades en base a criterios tan arbitrarios como el número de estudiantes que se sitúan entre los 100 primeros puestos, lo que sin duda se presta a manipulaciones interesadas, ya que no se tiene en cuenta la razón entre los primeros puestos y el número de egreS75 F.J. Aspa Marco, et al Tabla. Siglo xxi: nuevo paradigma en la gestión del conocimiento. Desarrollar estrategias de conocimiento Reglas operativas claras que nos permitan: Gestionar el conocimiento Gestionar nuestra capacidad de aprender sados. En todo caso, el Ministerio de Educación elabora su propio ranking en el que los expertos consideran unos percentiles distintos y, aparentemente, más reflexionados. Vázquez et al [1] realizan un análisis DAFO sobre el examen MIR que mejora nuestra comprensión de estos aspectos. A modo de resumen, los autores extraen las siguientes conclusiones: • Debilidades: 1. Sólo analiza algunos aspectos cognitivos; 2. La validez no es óptima a causa del número de preguntas que contiene; 3. Los hospitales son receptores pasivos; 4. Los exámenes tienen un formato escrito clásico. • Amenazas: 1. El estudiante centra sus estudios en el examen MIR; 2. La preparación del MIR se hace con proveedores externos. • Fortalezas: 1. Afecta a todo el colectivo médico; 2. Transparencia, equidad y accesibilidad. • Oportunidades: 1. Nueva propuesta de licenciatura médica; 2. Nuevas metodologías de formación y entrenamiento; 3. Tecnologías de información y comunicación. Otros planteamientos En otras latitudes se plantean otro tipo de prueba de acceso a la formación especializada. El ejemplo más conocido es el desarrollado en Estados Unidos, denominado United State Medical Licensing Examination (USMLE) [3], que lo constituyen tres fases distintas: la primera se centra en las ciencias básicas aplicadas a problemas clínicos; la segunda fase evalúa el conjunto de conocimienS76 tos y habilidades necesarios para la práctica clínica, y la tercera aborda aspectos relacionados con esta última y que un médico general debe poder afrontar en su etapa inicial. En conjunto, la prueba tiene alrededor de 1.200 preguntas, 11 estaciones con enfermos simulados y 20 casos clínicos completos desarrollados por ordenador. Se requieren cinco días, con jornadas de ocho horas, para su ejecución, y al contrario que el examen MIR, no existe una prueba única y simultánea, sino que los candidatos disponen de un año para pasar las etapas mencionadas. En nuestro país, en la convocatoria anterior, se introdujeron una serie de modificaciones con respecto a la estructura tradicional del examen MIR, que básicamente consistieron en la inclusión de supuestos clínicos con apoyo iconográfico. Aunque sólo ha sido un tímido avance, supone un paso en la dirección correcta en la que podría profundizarse aprovechando el desarrollo tecnológico a nuestro alcance. Además, y con objeto de dar cumplimiento a lo contemplado en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS), una alternativa no desdeñable es que, en un próximo futuro, las facultades realizaran una prueba al final del grado, de diseño central y ejecución descentralizada, que con las debidas garantías de equidad evaluara aspectos relacionados con las habilidades clínicas y de comunicación, y que tuviera validez académica reconocida para el acceso a la formación especializada. Nuevo paradigma: acrecentar nuestra capacidad de aprender En pocas profesiones, la renovación continua del conocimiento se hace tan necesaria como en la medicina. Sin que esté próxima aún la edad de jubilación de los autores, cuando ambos comenzamos a ejercer la medicina no existía por ejemplo la tomografía axial computarizada (TAC) ni, por supuesto, la tomografía por emisión de positrones-TAC; tampoco se conocían la mayor parte de los antibióticos que ahora manejamos de forma más habitual, ni la familia de los antiinflamatorios ligados a la inhibición del factor de necrosis tumoral o los nuevos fármacos oncológicos, por citar sólo algunos ejemplos. Lo mismo podría comentarse a propósito de las modificaciones en los © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 2. El camino hacia la evaluación objetiva paradigmas fisiopatológicos, genéticos o bioquímicos a los que continuamente asistimos. Resulta absolutamente imprescindible que los médicos incorporen en su método de trabajo estructuras estables que les permitan mantener operativa su capacidad de aprender (Tabla). Es básico que en el método de estudio, ya en la etapa de formación universitaria, se desarrollen estrategias que permitan gestionar el conocimiento y nuestra capacidad de incrementarlo, modularlo y matizarlo. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Bibliografía 1. Vázquez G, Murillo-Cabezas F, Gómez J, Martín C, Chaves J, Peinado JL. El examen MIR, su cambio como una opción estratégica. Educ Med 2008; 203-6. 2. Directiva 2005/36/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 7 de Septiembre de 2005, relativa al reconocimiento de cualificaciones profesionales. 3. United State Medical Licensing Examination. URL: http:// www.usmle.org. [17.10.2010]. S77 MESA REDONDA 2. EL CAMINO HACIA LA EVALUACIÓN OBJETIVA Evaluación objetiva: el punto de vista de los estudiantes Íñigo Noriega Echevarría Introducción Para cualquier estudiante, la evaluación es un punto de radical importancia en su proceso formativo no sólo como mecanismo de garantía de adquisición de competencias y conocimientos, sino también, en un importante grado, como mecanismo ‘llave’ para avanzar en dicho proceso. En el caso de los estudiantes de medicina estamos sometidos a un largo proceso de evaluación, que se desarrolla desde nuestra entrada en las facultades de medicina con la prueba de selectividad, hasta la realización del examen MIR para acceder a la formación especializada. Un cambio en el modelo de docencia debe conllevar así mismo un cambio en el modelo de evaluación, dado que ésta debe formar parte integral del desarrollo docente de una asignatura en un proceso continuo de aprendizaje. Por lo tanto, en los próximos años, no podremos decir que hemos conseguido alcanzar un auténtico cambio metodológico con la implantación de los nuevos planes de estudio si no se acompaña de un cambio igual de importante en los métodos de evaluación. El Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), como órgano que de manera legítima ostenta la representación de los estudiantes de nuestro país, a través de las delegaciones y consejos hemos tratado en varias ocasiones distintos temas y debates concernientes a nuestra evaluación. En el momento presente, la evaluación de los estudiantes de medicina se enfrenta a dos retos: la actualización de las metodologías docentes con la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) en los nuevos planes © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 y la adaptación del examen MIR a lo establecido por la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) [1]. Desde el CEEM queremos garantizar que ambos procesos se realicen atendiendo a criterios de objetividad y equidad. Representante de alumnos, 4.º curso. Facultad de Medicina. UAM. Presidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM). E-mail secretaria@ceem.org.es Evaluación objetiva Si hablamos de evaluación objetiva debemos tener claro cuál es el auténtico significado de ambos términos. De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, algo es objetivo cuando es desinteresado y desapasionado y perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir. Si nos fijamos, por otro lado, en la palabra ‘evaluación’, tenemos que se trata de la acción de estimar los conocimientos, aptitudes y rendimiento de los alumnos. Para los estudiantes también posee un componente importante de elemento acreditativo de la adquisición de esos conocimientos y competencias que les permite avanzar en su formación. Por lo tanto, cuando perseguimos una evaluación objetiva debemos buscar elementos que permitan valorar la totalidad de los conocimientos, las aptitudes y el rendimiento del estudiante, independientemente de la manera de pensar o sentir del evaluador. En una carrera como la nuestra, de alto componente humano en la práctica diaria, encontrar un balance adecuado entre un método que nos permite valorar de manera minuciosa el mayor número de elementos posible, sin entrar en el campo de la subjetividad del evaluador, será especialmente complejo. S79 I. Noriega Echevarría Estado actual de la evaluación del alumno de medicina en España La evaluación del estudiante de medicina a lo largo de su carrera es uno de los puntos más conflictivos de su paso por la universidad. De hecho, la evaluación puede llegar a ser uno de los puntos que centre el proceso de aprendizaje para el alumno, sobre todo en determinados planes de estudio, en los que la existencia de determinadas asignaturas denominadas ‘llave’ pueden cerrar el paso a una determinada asignatura o, incluso, a un curso entero [2]. Por ello, muchas veces los alumnos centran su aprendizaje en el esfuerzo por aprobar, dejando de lado en numerosas ocasiones la motivación como motor del proceso. A lo largo de la carrera, los estudiantes nos enfrentamos a la evaluación de materias muy distintas entre sí. Empezamos con las materias básicas de contenidos predominantemente teóricos para ir avanzando poco a poco hacía las materias clínicas, en las cuales las evaluación de las competencias prácticas van (o más bien deberían ir) en aumento. Incluso dentro de los conocimientos teóricos, las diferencias entre las distintas asignaturas parecerían aconsejar la adaptación de los métodos de evaluación. Sin embargo, a día de hoy, la evaluación de los alumnos en nuestro país se basa fundamentalmente en dos modalidades: • Examen multirrespuesta o tipo test. En este tipo de exámenes, el alumno debe elegir una o más respuestas a una determinada pregunta de entre las propuestas. Método de fácil corrección en el que el corrector difícilmente puede entrar en valoraciones subjetivas, pero que sin embargo deja de lado el trabajo de desarrollo por parte del alumno. Podríamos incluir aquí, por su similitud, las preguntas de tipo ‘verdadero o falso’. • Preguntas de desarrollo. Ante un tema o una cuestión propuestos, el alumno debe redactar y elaborar la respuesta por escrito o en forma de respuesta oral. Frente a los exámenes multirrespuesta, permite un mayor ejercicio de razonamiento por parte del alumno. Sin embargo, dado la alta susceptibilidad de introducción de valoraciones subjetivas en la corrección que este tipo de preguntas presenta, suelen ser bastante rechazados por parte de los alumnos. S80 La realización de exámenes orales está cada vez más en desuso, dado que su única diferencia con las preguntas de desarrollo escritas es la del empleo de las habilidades comunicativas del estudiante, que pueden ser evaluadas por otro tipo de actividades más allá de la evaluación de la materia, como la presentación oral de trabajos y, por otro lado, requiere mucho más esfuerzo que el examen escrito. En este punto es importante plantearse el porqué de la importante proliferación de los exámenes de tipo multirrespuesta, a lo que podemos dar varias contestaciones: en primer lugar, son exámenes relativamente objetivos, como se señalaba antes, ya que las respuestas correctas son fácilmente contrastables y comparables en distintos ejercicios, aunque más adelante discutiré hasta qué punto esto se debe considerar objetivo. También se trata de exámenes de corrección relativamente fácil cuando el docente se enfrenta a cientos de ejercicios. Por último, cabría preguntarse si este aumento se puede deber en parte a una posible adaptación del método docente al examen MIR (ésta es una de las creencias generalizadas entre los alumnos). Con respecto a esto, convendría hacer una aclaración al respecto de si una evaluación a base de preguntas multirrespuesta puede considerarse objetiva. Efectivamente, las respuestas planteadas suelen ser objetivamente correctas, pero no hay que confundir esto con la esencia de la evaluación objetiva como método para estimar los conocimientos, aptitudes y rendimiento de los alumnos, dado que una evaluación sobre, por ejemplo, la realización de un determinado proceso quirúrgico, no puede ser objetiva si se evalúa únicamente con un examen tipo test, que se ve limitado a la evaluación de conocimientos y requerirá de otros métodos para valorar las aptitudes del alumno en ese determinado proceso. Por ello, el hecho de que una respuesta sea objetivamente correcta no implica una evaluación objetiva. Resulta especialmente llamativa la escasa atención que se presta a la evaluación de competencias prácticas en nuestro país. Tal como señala la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, ‘lo que no se evalúa, se devalúa’, y por ello, quizá éste haya sido uno de los condicionantes de la devaluación del contenido práctico de la formación de pregrado. Otro de los rasgos característicos de los procesos evaluativos en nuestro país es que tienen lu- © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Mesa redonda 2. El camino hacia la evaluación objetiva gar en base a periodos finales de exámenes en los cuatrimestres, más que en base a una evaluación continua integrada en el programa formativo de manera mayoritaria. Sin dejar de lado que ambos procesos no son excluyentes y que pueden beneficiarse mutuamente, la falta de la evaluación continua nos debe hacer reflexionar sobre si la forma adecuada de fomentar el estudio a lo largo de la vida (life-long learning), uno de los objetivos fundamentales del proceso a Bolonia, consiste en evaluar al alumno una sola vez al año. También debemos preguntarnos si se consigue una evaluación más objetiva con un único examen, por muy extenso que pueda ser, o con un proceso de evaluación constante, o si no estamos desaprovechando la oportunidad de aprendizaje intrínseca a la evaluación. En resumen, actualmente, la evaluación de los estudiantes de medicina de nuestro país se hace predominantemente en torno a dos elementos comunes: predominio de la evaluación teórica frente a la evaluación práctica, tanto para competencias teóricas como prácticas, y evaluación basada de forma mayoritaria en exámenes finales en detrimento de la evaluación continua. Perspectivas de futuro sobre la evaluación del estudiante de medicina en nuestro país La adaptación al EEES debería implicar un cambio radical en la metodología docente y, como tal, no se puede dejar de lado la evaluación. La revalorización de las competencias prácticas y del médico, que pasa de ‘saber’ a ‘saber hacer’, sólo podrá alcanzarse plenamente cuando existan mecanismos que certifiquen de la manera más objetiva posible que el estudiante ha alcanzado los objetivos planteados. Es evidente que con los métodos que actualmente predominan en nuestras facultades esto no se puede conseguir a todos los niveles. Sin embargo, son varias las facultades que ya andan en esa dirección. Como muestran los resultados de una encuesta pasada por la Comisión InfoMIR del CEEM –comisión que estudia las propuestas y novedades sobre el sistema de formación MIR, de cara a la mesa redonda del III Congreso de Educación Médica del CEEM (Albacete, 22-23 de abril de 2010), titulada ‘Las facultades de medicina en el marco de la nueva © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 prueba de acceso al sistema de formación especializada’–, a pesar de la escasa presencia de la evaluación práctica en nuestras facultades, los estudiantes en general consideran que ésta se hace de una manera objetiva (un 83% en las facultades de creación posterior al 2008 y un 76% en las de creación anterior). Es más, según esta misma encuesta el 43% de las facultades ya contaban con pruebas de evaluación clínica objetiva y estructurada (ECOE) en los planes de estudios vigentes en el curso 2009-2010. A pesar de que la gran mayoría de nuestras facultades no tiene este tipo de pruebas implantadas, podemos considerarlo como un primer indicador de cambio. Evaluación del profesorado y de los planes de estudios por parte de los estudiantes El estudiante, como un miembro más de la universidad, no debe contentarse solamente con ser un agente pasivo en su paso por la facultad. Debe ser capaz también de intervenir en los procesos de mejora de la docencia y de construcción de auténtica universidad. La perspectiva global que adquiere el alumno debe complementar a la de profesores, personal de administración y servicios y al resto de la comunidad universitaria. Por ello, desde el CEEM y las delegaciones de alumnos siempre hemos intentado fomentar esta participación crítica del alumnado dentro de las facultades. Actualmente, las herramientas de las que disponemos los estudiantes para valorar a los profesores son insuficientes. En la mayoría de los casos se basan únicamente en encuestas cerradas cumplimentadas puntualmente a lo largo del curso para valorar el trabajo de nuestros profesores. Rara vez los resultados de estas encuestas conllevan repercusión alguna y muchas veces sus resultados caen en el olvido. Estas encuestas suelen ser muy genéricas y raramente pueden ahondar en la diversidad de asignaturas que tiene nuestra carrera. En cuanto a la evaluación de los planes de estudio, la participación de los estudiantes, a través de sus representantes, debe ser esencial, no sólo como usuarios, sino como los únicos capaces de aportar una visión global al proceso. Los estudiantes de medicina tenemos la suerte de contar S81 I. Noriega Echevarría con asociaciones de estudiantes y órganos representativos con una implantación sin precedentes en nuestro país y debemos ser capaces de formarnos y trabajar en educación médica para poder aportar el máximo posible en el momento actual, tal como las propias instituciones educativas han señalado [3]. Examen MIR ¿evaluación final objetiva? Por último, no podemos olvidarnos de la prueba de acceso al sistema de formación especializada o examen MIR. El examen MIR es una de las pruebas determinantes para los estudiantes de medicina, sobre todo para los alumnos de los últimos cursos. Prueba de ello es el importante debate existente dentro de nuestro colectivo con respecto a las actuales propuestas de modificación tanto del sistema como de la prueba MIR. El examen MIR es una prueba escrita de ámbito nacional que desde la convocatoria del año 2009 cuenta con 225 preguntas multirrespuesta, 10 de las cuales se apoyan en imágenes. Tradicionalmente, el puesto final del estudiante se obtenía al dar un 75% del peso al valor obtenido en la examen, y el 25% restante, al expediente académico. Sin embargo, recientemente, a través de la correspondiente Orden Ministerial [4], esto ha cambiado y el expediente académico ha pasado a valer tan sólo un 10%, de acuerdo con el planteamiento que ha defendido, entre otras organizaciones, el CEEM [5]. Por lo explicado anteriormente, no podemos considerar un examen tipo test como una evaluación objetiva final del médico recién egresado, dado que en el momento actual este examen no es capaz de medir mucho más que los conocimientos del estudiante. ¿Qué sentido tiene entonces realizar un examen de ámbito nacional para entrar en el sistema de formación especializada? El de equiparar. Si bien no está demostrado, parece existir una importante desigualdad en S82 los métodos evaluadores de nuestras facultades. Por ello, elegir plaza en base al expediente como criterio puede ser potencialmente injusto para los estudiantes formados en aquellas facultades más exigentes. Con el fin de clarificar este aspecto, la Comisión InfoMIR del CEEM lleva mucho tiempo trabajando en el ‘Estudio InfoMIR’, que pretende desvelar si finalmente existe alguna relación entre el puesto MIR final y el valor del expediente en función de la facultad de origen. En conclusión, el examen MIR no puede considerarse un examen objetivo final para los estudiantes de medicina, sino como una prueba equitativa que permite comparar a los candidatos con el fin de ordenarlos. Si bien la incorporación de mayor número de casos clínicos y preguntas apoyadas en imágenes constituyen una importante ayuda para potenciar la dimensión clínica del examen, como el CEEM defiende, resulta improbable que podamos encontrar en un examen tipo test la respuesta a la evaluación objetiva final de un estudiante de medicina.. Bibliografía 1. Ley 44/2003 de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS). BOE n.º 280. p. 41442-58. 2. Universidad Autónoma de Madrid. Plan de estudios de la licenciatura de Medicina. 1999. URL: http://www. uam.es/centros/medicina/planes_de_estudio.html. 3. Prague Communique. Towards the European Higher Education Area. URL: http://www.bologna-berlin2003. de/pdf/Prague_communiquTheta.pdf. 4. Ministerio de Sanidad y Política Social. Orden SAS/2158/ 2010. BOE n.º 191. p. 69167-70. 5. Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina. Actas de propuestas al Ministerio de Sanidad y Política Social de las LX Jornadas Estatales de Estudiantes de Medicina, 2010. URL: http://www.ceem.org. © Viguera Editores SL 2010. EDUC MED 2010; 13 (Supl 1): S1-S82 Biblioteca, Formación, Investigación y Desarrollo, Pensamiento, Opinión, Debate, Estudio. Biblioteca, Formación, Investigación y Desarrollo, Pensamiento, Opinión, Respuestas que importan Debate, Estudio. Biblioteca, Formación, Investigación y Desarrollo, Pensamiento, Opinión, Respuestas que importan Programas y Actividades Debate, Estudio. BIBLIOTECA Respuestas que importan Programas y Actividades Premios Cátedra de Educación Médica CÁTEDRA DE EDUCACIÓN MÉDICA FUNDACIÓN LILLY – UCM BIBLIOTECA Programas y Actividades CÁTEDRA DE TERAPIAS PERSONALIZADAS. ONCOLOGÍA, F. LILLY – CEU CÁTEDRA DE EDUCACIÓN MÉDICA FUNDACIÓN LILLY – UCM BIBLIOTECA FORMACIÓN CÁTEDRA DE TERAPIAS PERSONALIZADAS. ONCOLOGÍA, F. LILLY – CEU CÁTEDRA DE EDUCACIÓN MÉDICA FUNDACIÓN LILLY – UCM FORO DE CIENCIA FORMACIÓN CÁTEDRA DE TERAPIAS PERSONALIZADAS. ONCOLOGÍA, F. LILLY – CEU MEDES-MEDicina en ESpañol FORO DE CIENCIA FORMACIÓN PREMIOS DE INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA PRECLÍNICA Y CLÍNICA MEDES-MEDicina en ESpañol FORO DE CIENCIA SIMPOSIOS CIENTÍFICOS PREMIOS DE INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA PRECLÍNICA Y CLÍNICA MEDES-MEDicina en ESpañol SIMPOSIOS CIENTÍFICOS PREMIOS DE INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA PRECLÍNICA Y CLÍNICA Los Premios Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-UCM, pretenden Premios Cátedra de Educación Médica reconocer los mejores proyectos o trabajos realizados en el campo de la educación médica y la innovación educativa. Los Premios Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-UCM, pretenden Premios Cátedra de Educación Médica reconocer los mejores proyectos o trabajos realizados en el campo de la Convocatoria educación médica yAnual ladeinnovación Los Premios Cátedra Educacióneducativa. Médica Fundación Lilly-UCM, pretenden Plazo solicitudes (primavera – verano) reconocer lospresentación mejores proyectos o trabajos realizados en el campo de la Jurado y resolución (otoño)educativa. Convocatoria educación médica yAnual la innovación Acto Académico de solicitudes entrega de(primavera los premios–(otoño) Plazo presentación verano) Jurado y resolución Convocatoria Anual (otoño) Modalidades: Acto de solicitudes entrega de(primavera los premios–(otoño) PlazoAcadémico presentación verano) Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Grado Jurado y resolución (otoño) Mejor Proyecto o de Trabajo en de la Enseñanza Postgrado y/o Modalidades: Acto Académico entrega los premiosde (otoño) Formación de o Especialistas Mejor Proyecto Trabajo en la Enseñanza de Grado Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Postgrado y/o Modalidades: Formación de o Especialistas Mejor Proyecto Trabajo en la Enseñanza de Grado Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Postgrado y/o Formación de2010 Especialistas ACTIVIDADES ACTIVIDADES SIMPOSIOS CIENTÍFICOS BIBLIOTECA RESUMEN CONVOCATORIAS ACTIVIDADES Nuevas obras presentadas: BIBLIOTECA “Un estudiante de Alabama y otros ensayos biográficos" de Sir William Osler “Obesity” Nuevas obras presentadas: BIBLIOTECA Consultar títulos previos existencias en www.fundacionlilly.com de yAlabama y otros ensayos biográficos" de Sir William Osler “Un estudiante “Obesity” Nuevas obras presentadas: CÁTEDRA DE EDUCACIÓN MÉDICA FUNDACIÓN LILLY–UNIVERSIDAD COMPLUTENSE Consultar títulos previos existencias en www.fundacionlilly.com “Un estudiante de yAlabama y otros ensayos biográficos" de Sir William Osler Encuentro anual: La Evaluación del Médico. El Escorial, 11 “Obesity” CÁTEDRA DEtítulos EDUCACIÓN FUNDACIÓN LILLY–UNIVERSIDAD COMPLUTENSE de julio de Consultar previos yMÉDICA existencias en 2011 www.fundacionlilly.com Premios CÁTEDRA LILLY-UCM Encuentro anual: La FUNDACIÓN Evaluación del Médico. El Escorial, 11 CÁTEDRA DE EDUCACIÓN MÉDICA FUNDACIÓN LILLY–UNIVERSIDAD COMPLUTENSE - julio Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Grado de 2011 de -Encuentro Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza Premios CÁTEDRA LILLY-UCM anual: La FUNDACIÓN Evaluación del Médico. Elde Escorial, 11 Postgrado y/o Formación Proyecto o Trabajo de en Especialistas la Enseñanza de Grado - julio Mejor de de 2011 Biblioteca: “Evaluación Clínicaen Objetiva: Recursos y ProyectoFUNDACIÓN o Trabajo la Enseñanza de Mejor Premios CÁTEDRA LILLY-UCM (próxima presentación) Postgrado y/o Formación de -Metodología” Mejor Proyecto o Trabajo en Especialistas la Enseñanza de Grado Biblioteca: Clínicaen Objetiva: Recursos y Mejor“Evaluación Proyecto o Trabajo la Enseñanza de Estudios Foros ECOE presentación) Metodología” Postgrado(próxima y/o Formación de Especialistas Biblioteca: “Evaluación Clínica Objetiva: Recursos y CÁTEDRA FUNDACIÓN LILLY-UNIVERSIDAD SAN PABLO Estudios Foros CEU DE TERAPIAS ECOE Metodología” (próxima presentación) INDIVIDUALIZADAS. ONCOLOGÍA CÁTEDRA FUNDACIÓN LILLY-UNIVERSIDAD SAN PABLO Estudios Foros CEU DE TERAPIAS ECOE INDIVIDUALIZADAS. ONCOLOGÍA Actividades: CÁTEDRA FUNDACIÓN LILLY-UNIVERSIDAD SAN PABLO CEU DE TERAPIAS Gestión del conocimiento INDIVIDUALIZADAS. ONCOLOGÍA Divulgación científica y social Actividades: Gestión del conocimiento Divulgación científica y social Actividades: FORMACIÓN Gestión del conocimiento científica y social Programa de Alta DirecciónDivulgación en Instituciones Sanitarias. IESE (convocatoria: anual) FORMACIÓN Otras colaboraciones en Cursos y Conferencias Programa de Alta Dirección en Instituciones Sanitarias. IESE (convocatoria: anual) FORMACIÓN FORO DEcolaboraciones CIENCIA Otras en Cursos y Conferencias Programa de Alta DirecciónI en Instituciones IESE (convocatoria: anual) FORO de Ciencia:Sanitarias. “Ciencia y Comunicación: una alianza FORO DEcolaboraciones CIENCIA Otras en Cursos y Conferencias necesaria” (2005) II FORO de Ciencia: “Evaluación y Priorización de la I FORO de Ciencia: “Ciencia y Comunicación: una alianza FORO DE CIENCIA Investigación Científica en España. El punto de vista de los (2005) necesaria” Investigadores” (2008) II FOROde deCiencia: Ciencia: “Evaluación y Priorizaciónuna de alianza la I FORO “Ciencia y Comunicación: III FORO de Ciencia: “La Investigación Biomédica Científica en España. El punto de vista en de los los Investigación necesaria” (2005) hospitales” (2010) (2008) Investigadores” II FORO de Ciencia: “Evaluación y Priorización de la FORO de Científica Ciencia: “La Investigación Biomédica Investigación en España. El punto de vista en de los los MEDES _ MEDicina en ESpañol III hospitales” (2010) Investigadores” (2008) Base de datos bibliográfica MEDES III FORO de Ciencia: “La Investigación Biomédica en los MEDES _ MEDicina en ESpañol Boletín MEDES hospitales” (2010) Jornada MEDES sobre La Publicación Base de datos bibliográfica MEDES Médica en España. MEDES _ MEDicina en ESpañol Boletín Noviembre 2011 MEDES Jornada MEDES sobre La Publicación Premios 2011 Base de datos bibliográfica MEDES Médica en España. 2011 -Noviembre MejorMEDES iniciativa en favor de la utilización del Español en Boletín Medicina Jornada MEDES sobre Premios 2011 La Publicación Médica en España. -Noviembre Mejor publicación divulgación científicadel médica en en 2011 ende iniciativa favor de la utilización Español Español Medicina Premios MEDES 2011 publicación de divulgación científicadel médica en en - INVESTIGACIÓN Mejor iniciativa enBIOMÉDICA favor de la utilización Español PREMIOS FUNDACIÓN LILLY DE 2011 Español Medicina - INVESTIGACIÓN Mejor publicación BIOMÉDICA de divulgación2011 científica médica en PREMIOS FUNDACIÓN LILLY DE Español anual: Convocatoria Investigación Preclínica 170.000 € PREMIOS FUNDACIÓN LILLY DE INVESTIGACIÓN BIOMÉDICA 2011 - Investigación Clínica 130.000 € Convocatoria anual: - Investigación Preclínica 170.000 € Clínica 130.000 € - Investigación Convocatoria anual: SIMPOSIOS CIENTÍFICOS - Investigación Preclínica 170.000 € - Investigación Clínica 130.000 € SIMPOSIOS CIENTÍFICOS RESUMEN CONVOCATORIAS Premio al Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Grado 2010: 2010 Innovación educativa en la Universidad: La enseñanza de la Fisiología en el Grado de Medicina. al Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Grado 2010: Premio 2010 -Presentado Jordi Palés Presidente de la Sociedad de en Educación Innovaciónpor: educativa en laArgullós. Universidad: La enseñanza de laEspañola Fisiología el Grado de Médica. Medicina. Premio al Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Grado 2010: Promueve: Sociedad Española de Ciencias Fisiológicas (SECF) y Sociedad Española Educación --Presentado por: Jordi Palés Argullós. Presidente de la Sociedad Española de Educación Innovación educativa en la Universidad: La enseñanza de la Fisiología en elde Grado de Médica Médica.(SEDEM) Medicina. Promueve: Sociedad de Ciencias Fisiológicas (SECF) y Sociedad Española de Educación -Presentado por: JordiEspañola Palés Argullós. Presidente de la Sociedad Española de Educación Premio al Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Postgrado y/o Formación de (SEDEM) Médica Médica. Especialistas 2010: Promueve: Sociedad Española de Ciencias Fisiológicas (SECF) y Sociedad Española de Educación Desarrollo Profesional Continuo Primaria (DPC-AP) Premio al Mejor Proyecto o Trabajo enen laAtención Enseñanza de Postgrado y/o Formación de Médica (SEDEM) Presentado por: Ignacio Cantero Santamaría. Vocal de la Junta directiva de la Sociedad 2010: Especialistas Española de Médicos de Atención Primaria. Desarrollo Continuo Primaria (DPC-AP) Premio al Mejor Profesional Proyecto o Trabajo enen laAtención Enseñanza de Postgrado y/o Formación de Promueve: Sociedad Española de Médicos de Atención (SEMERGEN) directiva de la Sociedad por: Ignacio Cantero Santamaría. Vocal Primaria de la Junta -Especialistas Presentado 2010: Española de Profesional Médicos de Atención Primaria. Desarrollo Continuo en Atención Primaria (DPC-AP) Española de Médicos de Atención (SEMERGEN) Promueve: Sociedad -Presentado por: Ignacio Cantero Santamaría. Vocal Primaria de la Junta directiva de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria. Promueve: Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) RESUMEN CONVOCATORIAS 2009 Premio al Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Grado 2009: 2009 Plan de Gestión de la Formación Especializada del Hospital de Cruces. -Premio Presentado JesúsoMorán Barrios. Director Unidad de Docencia del Hospital de Cruces. al Mejor por: Proyecto Trabajo en la Enseñanza 2009 de Grado 2009: Plan de Gestión de la Formación Especializada del Hospital de Cruces. Premio al Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Postgrado y/o -Premio Presentado JesúsoMorán Barrios. Director Unidad de Docencia delFormación Hospital dede Cruces. al Mejor por: Proyecto Trabajo en la Enseñanza de Grado 2009: 2009: de la Formación Especializada del Hospital de Cruces. -Especialistas Plan de Gestión Evaluación de la competencia clínica de las facultades de Medicina de Cataluña 1994al Mejor por: Proyecto oMorán Trabajo en la Enseñanza de Postgrado y/o -Premio Presentado Jesús Barrios. Director Unidad de Docencia delFormación Hospital dede Cruces. 2006. Evolución Especialistas 2009: de los formatos de examen hasta la ECOE. (†) Evaluación de la competencia clínica de las facultades de Medicina de Cataluña -Premio Presentado Josep Martínez Carretero al Mejor por: Proyecto oMaría Trabajo en la Enseñanza de Postgrado y/o Formación de 19942006. Evolución Especialistas 2009: de los formatos de examen hasta la ECOE. (†) Evaluaciónpor: de la competencia clínica Carretero de las facultades de Medicina de Cataluña 1994Presentado Josep María Martínez 2006. Evolución de los formatos de examen hasta la ECOE. - Presentado por: Josep María Martínez Carretero (†) 2008 Premio al Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Grado 2008: 2008 El Libro Blanco del Grado de Medicina. Presentado José María Peinado Decano de la Facultad de Medicina Premio al Mejor por: Proyecto o Trabajo en laHerreros. Enseñanza 2008 de Grado 2008: Universidad de Granada. Libro Blanco del Grado de Medicina. El Presentado José María Peinado Decano de la 2008: Facultad de Medicina Premio al Mejor por: Proyecto o Trabajo en laHerreros. Enseñanza de Grado al Mejor Proyecto o Trabajo en la Enseñanza de Postgrado y/o Formación de de Granada. Universidad -Premio El Libro Blanco del Grado de Medicina. Especialistas 2008: Presentado por: José María Peinado Herreros. Decano de la Facultad de Medicina Manual "Formación en Cirugía en Laparoscópica paso a paso". y/o Formación de Premio al Mejor Proyecto o Trabajo la Enseñanza de Postgrado Universidad de Granada. Presentado por: Jesús Usón Gargallo. Director del Centro de Cirugía de Mínima Invasión de 2008: Especialistas Cáceres. Manual "Formación Cirugía en Laparoscópica paso a paso". y/o Formación de Premio al Mejor Proyectoen o Trabajo la Enseñanza de Postgrado por: Jesús Usón Gargallo. Director del Centro de Cirugía de Mínima Invasión de Presentado Especialistas 2008: Cáceres. Manual "Formación en Cirugía Laparoscópica paso a paso". Presentado por: Jesús Usón Gargallo. Director del Centro de Cirugía de Mínima Invasión de Cáceres. SIMPOSIOS CIENTÍFICOS Directores: Julio Álvarez-Builla Ł Antonio Echavarren Ł Jesús Ezquerra EUROFORUM Infantes, El Escorial, Madrid. 14 y 15 de abril de 2011 _______________________________________________________________ Directores: Julio Álvarez-Builla Ł Antonio Echavarren Ł Jesús Ezquerra EUROFORUM Infantes, El Escorial, Madrid. 14 y 15 de abril de 2011 20º Simposio Científico Fundación Lilly sobre Enfermedades _______________________________________________________________ Directores: Julio Álvarez-Builla Ł Antonio Echavarren Ł Jesúsmetabólicas. Ezquerra 2011 14 y 15 de abril de 2011 EUROFORUM Infantes, El Noviembre Escorial, Madrid. 20º Simposio Científico Fundación Lilly sobre Enfermedades metabólicas. _______________________________________________________________ 2011 Noviembre MAS INFORMACIÓN: 20º Simposio Científico Fundación Lilly sobre Enfermedades metabólicas. Noviembre 2011 INFORMACIÓN: C/ María MAS de Molina 3, 1º t 28006 Madrid Tel.: 91 781 50 70 t Fax: 91 781 50 79 t fundacionlilly@lilly.com MAS INFORMACIÓN: www.fundacionlilly.com C/ María de Molina 3, 1º t 28006 Madrid Tel.: 91 781 50 70 t Fax: 91 781 50 79 t fundacionlilly@lilly.com www.fundacionlilly.com C/ María de Molina 3, 1º t 28006 Madrid Tel.: 91 781 50 70 t Fax: 91 781 50 79 t fundacionlilly@lilly.com www.fundacionlilly.com MAS INFORMACIÓN: MAS INFORMACIÓN: MAS INFORMACIÓN: Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-UCM Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid t Av. Complutense s/n. Ciudad Universitaria - 28040 Madrid Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-UCM t Tel.: 913942078 t email: de decanato@med.ucm.es t fundacionlilly@lilly.com Facultad de Medicina la Universidad Complutense de Madrid tt www.ucm.es/centros/webs/fmed t www.fundacionlilly.com Av. Complutense s/n. Ciudad Universitaria - 28040 Madrid Cátedra de Educación Médica Fundación Lilly-UCM 913942078 t email: decanato@med.ucm.es t fundacionlilly@lilly.com t Tel.: Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid tt www.ucm.es/centros/webs/fmed t www.fundacionlilly.com Av. Complutense s/n. Ciudad Universitaria - 28040 Madrid t Tel.: 913942078 t email: decanato@med.ucm.es t fundacionlilly@lilly.com t www.ucm.es/centros/webs/fmed t www.fundacionlilly.com