170-A-13. CÁMARA DE FAMILIA DE LA SECCIÓN DEL CENTRO: SAN SALVADOR, A LAS DOCE HORAS Y CUARENTA Y TRES MINUTOS DEL DÍA TREINTA Y UNO DE JULIO DE DOS MIL CATORCE. Conocemos del recurso de apelación interpuesto por la Defensora Pública de Familia Licenciada CINDYA BEATRIZ O. R, quien actúa en conjunto con la Defensora Pública de Familia Licenciada LORENA BEATRIZ C. J, en calidad de Representante Judicial de la niña [...], de […], del domicilio de San Francisco Lempa, departamento de Chalatenango, quien es representada legalmente por la señora [...], de […], del domicilio de San Francisco Lempa, departamento de Chalatenango. Impugnan la Interlocutoria proveída por el JUEZ DE FAMILIA DEL MUNICIPIO DE COJUTEPEQUE, DEPARTAMENTO DE CUSCATLÁN Licenciado JULIO CÉSAR ESTRADA HUEZO, en el PROCESO DE IMPUGNACIÓN DE RECONOCIMIENTO VOLUNTARIO DE PATERNIDAD, clasificado bajo el N.U.I. […], iniciado por la recurrente en contra del señor [...], alias [...], de […], del domicilio de Suchitoto, departamento de Cuscatlán. Ha intervenido la Procuradora Adscrita al Juzgado A quo, Licenciada MILDRED JULIETA C. P. Se tiene por admitido el recurso de apelación por reunir los requisitos de ley. I) La Interlocutoria impugnada fue pronunciada a las catorce horas y dos minutos del día doce de febrero del año dos mil trece, la cual corre agregada a fs. 8/9; en la que el Juez A quoresolvió lo siguiente:“Se declara IMPROPONIBLE la demanda de IMPUGNACION DE PATERNIDAD promovida por la licenciada Lorena Beatriz C. J, en representación de los intereses de la niña [...] representada legalmente por su madre señora [...] en contra del señor [...], Oportunamente Archívese.” (Sic.) II) Inconforme con lo resuelto, la Licenciada CINDYA BEATRIZ O. R, a fs. 12/14presento escrito de apelación, en el cual manifiesta someramente lo siguiente: Que la doctrina de la Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, sostenida por las Naciones Unidas, cuestiona y se aparta de la concepción que sustentaba el Código Civil, en los Arts. 26, 1317 y 1318 C.C., ya que toda persona sin distinción de edad, es sujeta de derechos y se les reconocen y garantizan incluyendo el acceso a la justicia, por lo que en este caso en concreto la niña [...], tiene y se le reconoce capacidad procesal, ya que lo que se trata es de garantizar el derecho de identidad de la referida niña, porque ese derecho no se agota con el nombre, incluye además el derecho a una nacionalidad, el establecimiento de las relaciones familiares y otros, ese derecho es ahora reconocido y robustecido como un derecho el cual lo regula la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, en adelante LEPINA, en su Art. 73, por tanto,es un derecho de las niñas, niños y adolescentes, que está garantizado por la mencionada ley. Los Arts. 51 y 218 LEPINA regulan el acceso a la justicia y la capacidad procesal para exigir esos derechos, por lo tanto, la niña [...], con […] años de edad, tiene legitimación procesal por medio de la madre, ya que la legitimación procesal no es otra cosa que la facultad para actuar en el proceso ya sea como actor, demandado o tercero, la misma surge del interés o bien que se pretenda proteger, en ese sentido, la señora [...], ostenta el interés legítimo que la habilita para iniciar la acción en nombre de su hija, por ser ésta su representante legal Art. 223 C.Fm., ya que el padre señor [...], es precisamente el demandado. Expresa que la A quo, admite las demandas de alimentos, declaratorias judiciales de paternidad y otras, en los que precisamente es la madre quien acciona en representación del hijo o hija para garantizar los derechos de ellos. Resalta que el Art. 256 Ord. 2° C.Pr.C.M. regula las circunstancias que versan sobre diligencias preliminares en materia civil y mercantil en caso que haya que integrarse la representación legal o que el hijo sea una persona que no ha alcanzado la mayoría de edad y litigue en contra de sus padres, pero en el caso en concreto, ese artículo no puede ser interpretado de forma analógica, ya que no se trata de ningún derecho civil o mercantil, ya que la niña [...], no carece de representación legal porque solo está demandando al padre no así a la madre, y es ésta última quien la representa legalmente en este proceso y en caso de darse, se aplicaría el Art. 224 C.Fm. Sigue mencionando que conforme al Art. 20 L.Pr.Fm., corresponde al derecho adjetivo, es decir, a la norma procedimental resolver sobre la representación de una persona que no ha alcanzado la mayoría de edad, la cual bajo ninguna circunstancia puede contrariar a la ley sustantiva y si lo hace, obviamente prevalecerá la norma sustantiva, por esa circunstancia, no se debe de aplicar el Art. 256 Ord. 2° C.Pr.C.M. ya que de hacerlo estaríamos en confrontación con el Art. 223 C.Fm., porque regula un cuadro fáctico totalmente diferente al que nos ocupa, pues se refiere a la concreta situación cuando una niña, niño o adolescente es demandado y no solo eso, debe además carecer de representante legal o desconocerse el paradero de este, evidentemente no es el caso que nos ocupa, por tanto, es inequívoca la errónea aplicación de la norma. ElA quo, toma como parámetro el Art. 223 C.Fm. para declarar improponible la demanda de mérito, pero sólo el inciso 2° Ord. 1°, exceptúa de la representación legal de los padres cuando son 1°) Los actos relativos a derechos de la personalidad y otros que el hijo, de acuerdo con la ley y las condiciones de su madurez, pueda realizar por sí mismo; por esa razón, que en este caso tendría legitimación la Procuradora General de la República, a instancia de la madre como representante legal de la niña [...], por medio de uno de sus delegados o Defensores Públicos, conforme alos Arts. 13, 39 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República en adelante L.O.P.G.R.; y 26 del Reglamento de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República en adelante R.L.O.P.G.R. Que conforme al Art. 223 Ord. 3° C.Fm., los padres no pueden disponer de los derechos personalísimos por tratarse de intereses contrapuestos, lo cual no sucede en el caso que nos ocupa, porque solo es en relación al demandado señor [...], que existen intereses contrapuestos. Sobre lo anteriormente dicho, hay norma sustantiva expresa, donde confiere poder para accionar el aparato jurisdiccional en la forma que se ha hecho, sin olvidar que la práctica forense en los Tribunales de alzada, ha dejado criterio claro y reiterado que en hechos fácticos como el de autos es ciertamente la Institución que representa la facultad para accionar procesos de esta índole, en ese sentido, su intervención jurídica en nombre de la niña [...], está totalmente ajustada a derecho, precisamente por establecerlo y permitirlo el Art. 223 C.Fm. Sigue expresando que el A quo, ha fundado la resolución impugnada para declarar improponible la demanda por garantizar la estabilidad emocional de la niña [...], y consecuentemente su derecho a la identidad, cuando en el diario vivir la niña [...], inequívocamente ha fijado en su intelecto a una tercera persona que es precisamentesu padre biológico señor [...], a quien lo identifica como su padre y no al demandado, por ende, no se vulnera ningún derecho a la referida niña y menos su estabilidad emocional, ya que al contrario al impugnar la paternidad atribuida por el demandado, se estaría con justicia protegiendo ese derecho a la identidad, poniéndolo en consonancia con la realidad de la niña [...], quien tendría la estabilidad de saber que al padre que ha identificado desde que tiene uso de razón es el señor [...], quien debería de aparecer en su partida de nacimiento y no el demandado. Termina solicitando que se revoque la resolución impugnada y se ordene la admisión de la demanda y se continúe con el trámite legalmente establecido. Por Auto de fs. 16 se tuvo por interpuesto el recurso de apelación y se mandó a oír a la Procuradora de Familia Licenciada MILDRED JULIETA C. P, en el plazo establecido por ley, quien a fs. 19/20 en lo medular manifestó: Que conforme al Art. 218 LEPINA, las niñas, niños y/o adolescentes con edad menor de catorce años, pueden intervenir en los procesos establecidos en esa misma ley, pero el Art. 51 LEPINA tiene como regulación el derecho al acceso a la justicia y tiene esa garantía, por tanto, aunque la niña [...] tenga la edad de […] años, tiene legitimación procesal por medio de su madre, en este proceso, en ese sentido, la señora [...], tiene interés en iniciar la acción en representación legal de su hija por ser ella la madre de la referida niña, según el Art. 223 C.Fm. Expresa que el A quo, mantiene su criterio de declarar improponible todas las demandas de Impugnación de Reconocimiento Voluntario de Paternidad, cuando se promueven en representación de niñas, niños y adolescentes, aunque ya existe cantidades de resoluciones emitidas por este Tribunal, donde se revocan esas resoluciones como por ejemplo Declaratorias Judiciales de Paternidad, Alimentos, etc. Reitera, que la niña [...], no carece de representación Legal, ya que solo está demandando a su padre legal y no a su madre que es quien la representa legalmente en este proceso, pero en caso de carecer de representación legal debe de aplicarse el Art. 224 C.Fm. Insiste que el A quo, toma como parámetro el Art. 223 C.Fm., pero dicho artículo en su inciso primero establece que esa representación legal de las niñas, niños y adolescentes la tienen los padres, pero cuando carezcan de ellos la tiene el Señor Procurador General de la República, quien la ejerce por medio de sus servidores públicos, conforme a los Arts. 13 y 39 L.O.P.G.R, quienes representan al mencionado funcionario, y con ello, garantiza el principio de pronta y cumplida justicia. Termina solicitando que se tome en cuenta sus argumentos. III) El quid de la alzada se constriñe en determinar si la Señora Procuradora General de la República por sí o por medio de sus delegados, tiene legitimación procesal para iniciar en nombre y representación de niñas, niños y/o adolescentes, Procesos de Impugnación de Reconocimiento Voluntario de Paternidad, cuando carezcan ese grupo de personas, de la madurez necesaria para comprender la magnitud de la acción iniciada, sin antes haber iniciado las diligencias preliminares que establece la legislación Procesal Civil y Mercantil en sus Arts. 255 y 256 o en todo caso es obligatoria la promoción de las mencionadas diligencias y por ello es necesario confirmar la resolución recurrida. ANTECEDENTES: En la demanda de fs. 1/3 y sus anexos fs. 4/7 se ha establecido que la niña [...], nació a las […], en el Hospital Nacional Doctor LUIS EDMUNDO VÁSQUEZ, del municipio de Chalatenango, departamento de Chalatenango, siendo hija del señor […] y de la señora [...], tal como aparece en la Certificación de Partida de Nacimiento de fs. 4. Que dicha niña, nació producto de las relaciones sexuales que sostuvieron la señora [...] y el señor [...], quienes no establecieron una relación de convivencia estable, lo que propició para que la niña [...], no fuera reconocida por su padre biológico en un primer momento y quien realizó su asentamiento en el Registro del Estado Familiar de la Alcaldía Municipal de Chalatenango, departamento de Chalatenango, fue un amigo de la familia de nombre [...], donde la reconoció voluntariamente como su hija ya que dió los datos en calidad de padre. Se menciona además que el señor [...], le propuso a la señora [...], reconocer a la niña [...], aceptando dicha propuesta, y que ha iniciado el proceso para que su hija esté enterada de quien es su verdadero padre y para que no tenga inconvenientes. Con los anteriores hechos, el Juez A quo, al calificar la demanda, advirtió en su lectura que la demanda debe de ser iniciada por el señor [...], y por la señora[...], quienes son los padres legales de la niña [...], para que tenga validez legal y jurídica. Que no obstante lo anterior, el Art. 218 LEPINA les da capacidad jurídica procesal a las niñas, niños y/o adolescentes única y exclusivamente para promover los procesos establecidos en esa ley especial, pero en el presente proceso el padre legal de la niña [...], es el que figura como demandado y que la filiación es un derecho que está comprendido dentro del derecho de identidad y éste último como tal es un derecho personalísimo, por esa razón nadie puede atribuirse el derecho de impugnar su filiación ni siquiera la Señora Procuradora General de la República. Por lo anterior según el A quo, para ejercitar la acción una persona que no ha alcanzado la mayoría de edad, primero tiene que ser adolescente y después ver si goza de las condiciones de madurez necesarias -desarrollo progresivo de sus facultades- para comprender la trascendencia del acto o de la acción promovida, mediante la promoción de Diligencias Preliminares que menciona el Ord. 2°) del Art. 256 C.Pr.C.M. que conllevan a autorizar únicamente a la Señora Procuradora General de la República para que asuma la representación de la niña, niño o adolescente para litigar en contra de su padre o madre y es por esa circunstancia que rechaza la demanda. MARCO JURÍDICO APLICABLE: Art. 223, 224 C.Fm.; 10, 50, 73, 78, 92, 218, 220 LEPINA; 42 L.Pr.Fm.; 13, 38, 39 L.O.P.G.R.; 26 R.L.O.P.G.R.; 255, 256 C.Pr.C.M. ANÁLISIS DE ESTA CÁMARA:La parte demandante, en su escrito de apelación ha solicitado que se revoque la resolución impugnada y ha expuesto varios puntos sobre los cuales hay violación a los principios de congruencia, debido proceso e iuranovit curia. Para resolverlo es necesario remitirnos a la principal causa que dio origen a la resolución y para ello es necesario analizar si era procedente la promoción de la demanda por medio de los representantes legales (progenitores) de la niña […]. En primer lugar hay que decir que la representación legal es la facultad otorgada por ministerio de ley a una persona para obrar en nombre de otra (hijo, hija, pupilo o pupila), recayendo en ésta los efectos de tales actos. Con lo anteriormente dicho, podemos expresar que el ejercicio de esa representación legal puede ser obligatorio para el representante que lo ejerza, que en un primer momento debe ser el padre o madre o ambos que lo ejerciten, o en todo caso el tutor y hasta incluso por el Procurador General de la República cuando se trate de personas que no han alcanzado la mayoría de edad y sean huérfanos de padre y madre, de filiación desconocida, abandonados, mayores incapaces, de los hijos que por causas legales hubieren salido de la autoridad parental que establece el Art. 239 CFm., o que por cualquier motivo carecieran de representante legal y hasta cuando hubieren intereses contrapuestos entre el padre, la madre y el hijo, tal como lo menciona el Art. 224 C.Fm. Conforme a la ley sustantiva en sus Arts. 139 y 156 C.Fm. el hijo o la hija reconocidos voluntariamente, tienen derecho a exigir mediante la promoción del proceso contencioso ante la jurisdicción de familia, la impugnación de reconocimiento voluntario de paternidad, para ello, no le establece edad alguna para otorgarle capacidad procesal necesaria para entablar su petición en sede judicial por medio de su representante legal y apoderado legalmente constituído, sólo determina que esa acción le es imprescriptible al hijo o hija. Hemos de resaltar que el derecho de identidad Art. 73 LEPINA, tiene relación con el derecho del hijo o hija de investigar y conocer sin importar el verdadero origen de su filiación, quien es su padre y madre biológicos Art. 78 LEPINA, ésto como forma de salvaguardar la identidad de dicha persona y más cuando se trata de una niña, niño y/o adolescente, cuando exista un mal emplazamiento de ésta o en todo caso su omisión, que conlleva a que no se tenga una correcta identidad. Ahora bien, el Art. 42 L.Pr.Fm. establece “La demanda se presentará por escrito y contendrá los siguientes requisitos: a) … b) El nombre, calidad de mayor o menor de edad y domicilio del demandante y del apoderado; y en su caso, los mismos datos del representante legal;[…]” (lo resaltado y cursiva es nuestro), esto se complementa con los Arts. 218 y el Inc. 1° del 220 LEPINA, cuando expresamente mencionan en el orden que han sido relacionados que “Las niñas, niños y adolescentes menores de catorce años de edad podrán intervenir en los procesos establecidos por esta Ley por medio de su madre, padre y otros representantes, y en su caso, por el Procurador General de la República o sus agentes debidamente facultado para ello.[…]”; y “La Procuraduría General de la República dará asistencia legal a las niñas, niños y adolescentes, representándolos judicialmente en la defensa de sus derechos, cuando por disposición legal le corresponda o cuando la madre, el padre, representante o responsable, no pueda o no deba hacerlo por el interés superior de la niña, niño o adolescente. Además, velará por la debida asistencia a las niñas, niños y adolescentes víctimas de delitos.” (lo resaltado y cursiva es nuestro) respectivamente. En el sub judice, verificamos que la Defensora Pública de Familia Licenciada LORENA BEATRIZ C. J, en su calidad oficial de representante de la Señora Procuradora General de la República y como comisionada para representar judicialmente a la niña […] de […], del domicilio de San Francisco Lempa, departamento de Chalatenango, quien es representada legalmente por la señora [...], promovió proceso de Impugnación de Reconocimiento Voluntario de Paternidad en contra del señor[...], quien figura como padre legal de la niña […], tal como aparece en su Certificación de Partida de Nacimiento fs. 4. En los procesos de Impugnación de Reconocimiento Voluntario de Paternidad, como en el sub judice, los legitimados contradictores son el padre y el hijo, de donde se concluye que efectivamente existen intereses contrapuestos entre el hijo y su padre, ya que dicha paternidad nace del emplazamiento que se atribuye unilateralmente el padre de manera voluntaria, lo cual los sitúa a ambos en posición antagónica. En relación con la madre, en principio podría sostenerse que no se evidencian intereses contrapuestos con su hija, inclusive podemos llegar al extremo de afirmar que el interés o intereses de ésta, podrían ser similares con los de su hija, pero tal situación dependerá de cada caso en particular. Por lo anteriormente dicho, debemos de tomar en cuenta los hechos o situaciones presentadas en el sub lite, de donde advertimos lo siguiente: Consta en autos (demanda fs.1/3 y Certificación de Partida de Nacimiento fs. 4) que la niña [...], nació a las […], en el Hospital Nacional Doctor LUIS EDMUNDO VÁSQUEZ, del municipio de Chalatenango, departamento de Chalatenango, y fue asentada por el señor […], quien proporcionó los datos y firmó en calidad de padre en el Registro del Estado Familiar de la Alcaldía Municipal de Chalatenango, departamento de Chalatenango. Con lo anterior y lo sostenido en la demanda, que la señora [...], consintió y aceptó expresamente esa paternidad, aspecto que la coloca al igual que el señor [...], en posición antagónica con la niña [...], por el marcado interés personal de ésta, lo cual conlleva a establecer que estamos frente al supuesto establecido en el Art. 223 Ord. 3° C.Fm., ya que no se denota la existencia de un conflicto actual, sino que ha tenido su origen en una situación objetiva, como lo es el convenio previo al asentamiento de la niña [...], que ha desestabilizado su situación familiar, al no tener consignado en sus documentos a su verdadero padre biológico. Por lo tanto, estimamos que en el presente caso, la madre no puede representar legalmente a su hija, como lo menciona la Licenciada O. R, sino que de conformidad al Art. 224 C.Fm. tendrá que ser representado por la Señora Procuradora General de la República, por medio de su persona conforme a los Arts. 13, 38, 39 L.O.P.G.R.; 26 R.L.O.P.G.R.; 10, 50, 92, 218 y 220 LEPINA teniendo la obligación de evaluar las circunstancias del caso y escuchar la opinión de la niña […]. Ahora bien, siendo el Código de Familia, la Ley Procesal de Familia y la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (LEPINA), leyes especiales que se complementan sin excluirse una de la otra y que no han sido derogadas conforme al Art. 50 C.C. por el nuevo Código Procesal Civil y Mercantil que es la ley general en común, no es necesario, previo a la interposición de la demanda de Impugnación de Reconocimiento Voluntario de Paternidad o cualquier otra, donde el hijo tenga que demandar a su padre o madre o a ambos, iniciar las Diligencias Preliminares que señala el Código Procesal Civil y Mercantil en su Arts. 255 y 256, para la integración de la representación legal de niñas, niños o adolescentes, ya que tanto, el Código de Familia, la Ley Procesal de Familia como la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (LEPINA) establecen que pueden ser iniciadas en representación del Procurador General de la República, es por ello, que el Inc. 1° del Art. 256, comienza expresando “Sin perjuicio de las que específicamente puedan prever las leyes especiales materiales o procesales,[…]”(Lo resaltado y cursiva es nuestro), por tanto, no opera la referida disposición para entablar demandas en sede familiar. Queremos resaltar que si bien es cierto, estamos en la etapa de transición de la entrada en vigencia de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (LEPINA), no es óbice, para expresar que todo lo consignado en la referida ley, solo es de aplicación de la misma y sea excluida para otras materias especiales como la presente, tal como lo hace el A quo, por lo tanto, le instamos que cada caso debe de ser estudiado minuciosamente y ser resuelto de una manera amplia y no restrictiva a fin de cumplir con ese mandato constitucional que toda persona tiene derecho a un nombre y a saber quiénes son sus padres conforme al Art. 36 Cn., por esa razón, somos del criterio de revocar la resolución impugnada y así lo haremos al final de esta sentencia. Finalmente, ésta Cámara hace las siguientes observaciones, conforme al Inc. 2° del Art. 24 L.O.J., para mejor administración de justicia al Señor JuezA quo: 1)Que esta Cámara reitera su criterio en materia de recursos, cuando al Tribunal A quo le fuere presentado un escrito de Apelación, deberá hacer el examen a fin de admitirlo o no y mandar a oír a la otra parte (si fuera proceso contencioso) y notificar de ello al(la) Procurador(a) de Familia Adscrito al Juzgado A quo, para que en el plazo establecido por ley, se manifiesten sobre los argumentos del recurrente; transcurrido dicho término, haya contestado o no el apelado, el(la) Juez(a) deberá remitir el expediente a la Cámara, ya que si bien es cierto que el Art. 160 L.Pr.Fm. contiene un vacío sobre el pronunciamiento de admisibilidad del(la) Juez(a) A quo, debemos de armonizar dicho precepto con los Arts. 156 en su último inciso y 163 de la misma Ley citada; de acuerdo con las reglas de la interpretación sistemática, extensiva y finalista de que es el(la) Juez(a) de Familia el que está en la obligación de pronunciarse si admite o no el recurso, ya que si no fuere así, el Recurso de Hecho y el cumplimiento de algunas sentencias sería innecesario conforme al Art. 83 L.Pr.Fm. Hay que recordar que el exámen liminar que se le realiza en primera instancia al escrito de apelación es para verificar si procede rechazarlo o no que se reduce en la admisión del mismo y solo en caso de admitirlo proporcionarle el trámite debido, previo a remitirlo al Tribunal de Segunda Instancia a fin de que realice un reexamen del mismo y ratifique o no la admisión, conforme a la materia Civil y Mercantil, pero eso no implica conocer el recurso que es una atribución propia de este Tribunal, por tanto, se le solicita que admita el recurso por lo mencionado;2) Conforme al Art. 92 L.O.P.G.R., los Defensores Públicos, legitiman la personería con que actúan con la presentación de la Credencial Única en original para su confrontación o en todo caso legalizada por notario, pero no en fotocopia simple, lo anteriormente dicho se menciona, en virtud que a fs. 7 se agrega una fotocopia simple de la Credencial Única de la Licenciada LORENA BEATRIZ C. J, en ese sentido, se le pide que verifique siempre esa situación cuando se presentan demandas, solicitudes, denuncias o en todo caso se muestren parte ya que es obligación que estos representantes judiciales agreguen tal documento en legal forma y no en fotocopias simples. Por las consideraciones expuestas y de conformidad a los Arts. 11, 12, 18 Cn.;139, 156, 206, 223, 224 C.Fm.; 10, 50, 73, 78, 92, 218, 220 LEPINA; 13, 38, 39, 92 L.O.P.G.R.; 26 R.L.O.P.G.R.; 50 C.C.; 3 lits. a), b), c), e), f), g), 6 lit. a), 7 lits. a), b), c), f), 83, 161, 162, 218 L.Pr.F., 219, 255 y 256C.Pr.C.M. esta Cámara RESUELVE: Revócase la interlocutoria venida en apelación, que declaró improponible la demanda de Impugnación de Reconocimiento Voluntario de Paternidad, promovida por la Licenciada LORENA BEATRIZ C. J, en conjunto con la Licenciada CINDYA BEATRIZ O. R, ambas como Defensoras Públicas de Familia en representación judicial de la niña [...], en contra del señor [...], alias [...], en consecuencia, previo a la admisión de la misma el A quo deberá, prevenir a la parte demandante que modifique la demanda, en el sentido de que representa únicamente a la niña [...], y determine a la señora [...], junto con el señor [...], como demandados a fin que el A quo, le dé el trámite que legalmente corresponde a la demanda. Una vez ejecutoriada este proveído, devuélvase el expediente al Tribunal remitente con certificación de esta resolución. NOTIFÍQUESE. PRONUNCIADA POR LAS MAGISTRADAS: LICDA. SILVIA GUADALUPE BARRIENTOS ESCOBARY LICDA. PATRICIA ELIZABETH MOLINA NUILA. A. COBAR A. SECRETARIO.